las cuatro virtudes y las cuatro deudas de gratitud

Anuncio
LAS CUATRO VIRTUDES
Y LAS CUATRO DEUDAS DE GRATITUD
¡JÓVENES, SEAN PALADINESDEL HUMANISMO, E IRRADIEN
LA SUPREMA FILOSOFÍA DE LA LEY MÍSTICA!
FORTUNA CHILE - FEB 2013
33
ESTUDIO
LAS CUATRO VIRTUDES
Y LAS CUATRO DEUDAS DE GRATITUD
C
uando los budas de las tres existencias
del pasado, presente y futuro aparecen
en el mundo, todos, todos predican la
importancia de saldar las cuatro deudas de
gratitud. Y los sabios de la antigüedad, los Tres
Soberanos, los Cinco Emperadores, Confucio,
Lao Tzu, Yen Hui y otros enseñaron la práctica
de las cuatro virtudes, que son: 1) la devoción
filial a los padres; 2) la lealtad al señor; 3) la
cortesía a los amigos; 4) la compasión y la
bondad con las personas menos favorecidas
que uno. En primer lugar, la devoción filial a los
padres significa que aunque el progenitor
actúe irrazonablemente o hable denotando
mala voluntad, uno no debe exhibir el menor
enojo ni mostrar su disgusto. Un buen hijo
jamás desobedece a sus padres; procura
darles siempre toda clase de cosas buenas y, si
esto fuese imposible, en el transcurso del día
sonreirá al menos dos o tres veces en dirección
a ellos.
En segundo lugar, ser leal al señor significa
que uno nunca tenga nada de qué avergonzarse
en la forma en que le ha prestado servicio,
y actuar con buena disposición y voluntad
en favor de su amo, aunque uno tuviera que
sacrificar su propia vida. Pues aunque la lealtad
al principio pase inadvertida, con el tiempo será
abiertamente recompensada.
En tercer lugar, tratar a los amigos con
cortesía significa saludarlos cordialmente,
evitando toda indiferencia, como si hubiesen
viajado mil o dos mil millas para venir a vernos,
aunque nos crucemos con ellos diez o veinte
veces en el término de un solo día. En cuarto lugar, tratar con bondad
compasiva a las personas más desafortunadas
significa ser considerados en todo momento
con aquellos que tienen circunstancias menos
favorables que las de uno, pensar en estas
personas como si fueran los propios hijos y
tratarlas con amor compasivo. Estas son, entonces, las cuatro virtudes; el
que las cultiva de este modo merece ser llamado
sabio o venerable. Si uno tiene en cuenta estos
cuatro aspectos, aunque falle en otros sentidos,
así y todo seguirá siendo respetado como una
34
buena persona. Y si uno cumple estas cuatro
pautas de conducta, aunque desconozca los tres
mil volúmenes de los clásicos de la literatura
confuciana o taoísta, será como si, en verdad,
los hubiese leído. A continuación, las cuatro deudas de
gratitud que expone el budismo son: 1) la deuda
de gratitud que nos une a nuestros padres; 2) la
deuda de gratitud que debemos al gobernante
de la nación; 3) la deuda de gratitud contraída
con todos los seres, y 4) la deuda de gratitud
que debe saldarse con los tres tesoros [el Buda,
la Ley y la Orden budista].1
En tercer lugar, está la deuda de gratitud
hacia todos los seres. Si uno se detiene a
pensarlo, verá que, en algún momento del
FORTUNA CHILE - FEB 2013
la persona que practica el Sutra del loto está
saldando la deuda de gratitud contraída con
sus padres. Aunque uno no sienta en su fuero
interno que lo esté haciendo, en verdad puede
retribuir lo que debe a sus padres gracias al
poder de este sutra.
De ese modo, sabemos que Shakyamuni,
Muchos Tesoros y los incontables budas de
las diez direcciones; Prácticas Superiores
y los demás bodhisattvas que surgieron de
la Tierra: Sabio Universal, Manjushri y los
demás bodhisattvas de la enseñanza teórica;
Shariputra y los otros grandes discípulos
que escuchaban la voz; el gran rey celestial
Brahma, las deidades del Sol y de la Luna, y los
demás señores celestiales y deidades; las ocho
clases de seres no humanos; las diez demonios,
y las deidades grandes y pequeñas del Japón,
todos, sin excepción, protegerán a aquel que
posea firme fe en este Sutra del loto y en todo
momento mantenga esa fe con actitud tenaz e
inquebrantable, tal como una sombra sigue al
cuerpo que la proyecta. Piense en esto, piense
en esto y nunca deje que su mente se extravíe;
sea firme en sus convicciones en todo momento,
y gozará de “paz y seguridad en esta existencia
y de buenas circunstancias en la próxima”.2
Disertación
pasado, todos los hombres habrán sido su padre,
y todas las mujeres, su madre. De tal forma, en
el transcurso de las muchas existencias vividas,
uno ha contraído una deuda de gratitud con
todos los seres. En tal caso, uno debería ayudar
a cada uno de los semejantes a lograr la
iluminación.
En cuarto lugar, está la deuda de gratitud
con los tres tesoros del budismo. [...]
Entonces, si uno preguntara qué sutra
permite saldar las cuatro deudas de gratitud, yo
señalaría únicamente al Sutra del loto, porque
este revela que las mujeres pueden lograr la
Budeidad. [...]
¿Qué razón hay para creer que nuestras
madres, mediante el poder de este sutra [del
Loto], no puedan llegar a ser budas? Por ende,
FORTUNA CHILE - FEB 2013
El primer seminario de estudio de la División de
Jóvenes se llevó a cabo hace sesenta años, en 1952, un año
después de haberse fundado la División Juvenil Femenina y
la División Juvenil Masculina.
En ese encuentro, se pidió a los participantes que
respondieran un cuestionario de veinte preguntas que
abarcaban varios temas; entre ellos, la relación entre la
ciencia y la religión, las cinco comparaciones,3 y el principio
de “abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero”.4 Por
cada pregunta, se designó a un participante para que diese
su respuesta, en no más de cinco minutos. El segundo
presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, observó muy
complacido el esfuerzo resuelto de esos jóvenes —algunos,
francamente nerviosos— que, en sus respuestas, procuraban
mostrar el resultado de su estudio cotidiano. Cuando todos
terminaron, los elogió por sus sólidos conocimientos sobre
tantos temas distintos.
Después de estos comentarios, el presidente Toda dio
a conocer su famosa visión sobre la ciudadanía mundial.
Era un período en que las naciones del mundo no podían
trascender las redes de la guerra fría que enfrentaba a
los países del bloque comunista con las democracias de
Occidente, y el conflicto entre ambos campos se intensificaba
a diario. Recuerdo claramente sus palabras: “En lo que a
35
ESTUDIO
mí respecta, no estoy del lado de los comunistas ni de los
norteamericanos. Mi posición está junto al pueblo de Asia
y del mundo. En última instancia, propongo la ciudadanía
mundial”.5
La Soka Gakkai todavía era una organización pequeña
en esa época, pero el presidente Toda se preguntaba qué
clase de ideas y de valores debíamos promover y cómo
podríamos construir una sociedad realmente pacífica.
Enseñó que el escenario de los jóvenes era el mundo, y
que su misión era disolver los conflictos de las ideologías
opuestas, de los estrechos intereses nacionales, y unir a
todos los pueblos del mundo. A sus jóvenes interlocutores
nos fascinó ser partícipes de una visión tan grandiosa como
la suya...
En esa reunión, también explicó: “Voy a transferirle la
tercera presidencia a un miembro de la División de Jóvenes.
[...] Si todos apoyan al tercer presidente, sé que el kosenrufu se logrará sin falta”.6 Tras declarar que solo la Soka
Gakkai ofrecía una esperanza de resolver los problemas del
Japón y abrir rutas hacia la felicidad de todas las personas,
nos pidió que nos pusiéramos de pie y respondiéramos
a ese desafío.7 Los cuatrocientos jóvenes presentes,
profundamente inspirados y conmovidos por sus palabras,
afirmamos nuestra determinación de acompañarlo.
El maestro, con su esfuerzo incondicional por forjar
a los jóvenes, y los jóvenes, con su decisión de asumir
la plena responsabilidad del kosen-rufu... Esta solemne
inseparabilidad de maestro y discípulo es el punto de
partida de una SGI juvenil.
En la época de Nichiren Daishonin, fueron jóvenes
discípulos como Nikko Shonin y Nanjo Tokimitsu los que,
con su mismo espíritu, se pusieron en marcha a su lado en
la gran contienda por cambiar el rumbo de los tiempos.
Cuando leemos los escritos que envió Nichiren
Daishonin a Nanjo Tokimitsu —entre ellos, Las cuatro
virtudes y las cuatro deudas de gratitud, que estudiaremos en
esta oportunidad— vemos con qué denuedo el Daishonin se
ocupó de forjar a ese joven, y con qué sinceridad Tokimitsu
respondió al sincero aliento de su mentor.
Ha comenzado el 2012, “Año del desarrollo de una
SGI juvenil”. Estudiemos, entonces, Las cuatro virtudes y las
cuatro deudas de gratitud y examinemos el corazón de los
principios budistas humanísticos que el Daishonin impartió
a su joven sucesor Nanjo Tokimitsu.
Cuando los budas de las tres existencias
del pasado, presente y futuro aparecen en el
mundo, todos, todos predican la importancia
de saldar las cuatro deudas de gratitud. Y los
sabios de la antigüedad, los Tres Soberanos,8
los Cinco Emperadores,9 [los filósofos chinos]
Confucio, Lao Tzu, Yen Hui10 y otros enseñaron
la práctica de las cuatro virtudes.11
36
La importancia de nuestro comportamiento
como seres humanos
Nanjo Tokimitsu nació en 1259. Fue el segundo hijo de
Nanjo Hyoe Shichiro, administrador de la aldea de Ueno,
en la provincia de Suruga (parte de la actual prefectura de
Shizuoka). Tanto su padre como su madre se convirtieron
a las enseñanzas de Nichiren Daishonin cuando aquel era
pequeño. Esto quiere decir que Tokimitsu entabló relación
con el Daishonin cuando tenía la edad de los actuales
miembros de la División Futuro.
El padre de Tokimitsu, Nanjo Hyoe Shichiro, padecía
una enfermedad, por lo cual el Daishonin le enviaba cartas
de aliento. Falleció en marzo de 1265, habiendo mantenido
una fe firme y correcta en la Ley Mística hasta el último
momento de su vida.12 Tokimitsu tenía, en ese momento,
siete años. Ese mismo año, el Daishonin viajó a la aldea
FORTUNA CHILE - FEB 2013
ESTUDIO
En este escrito, el Daishonin menciona cuatro deudas de
gratitud desde la perspectiva del budismo y cuatro virtudes
que derivan de las tradiciones taoísta, confuciana y budista.
Lo hace para enseñar a su discípulo —aún joven y falto
de experiencia— las cualidades humanas y la personalidad
que necesitaba cultivar para ser un buen pilar de su familia,
un líder responsable de la sociedad y un sucesor en la tarea
de propagar la Ley Mística.
Puesto a explicarle las cuatro deudas de gratitud y las
cuatro virtudes, el Daishonin se enfoca en la importancia
de nuestro comportamiento como seres humanos. Expone
la enseñanza budista fundamental de respetar a los demás y
de vivir con agradecimiento, de una manera comprensible
y fácil de poner en práctica en el contexto de la vida
cotidiana. Así, brinda orientación sencilla y concisa para
crear el máximo valor posible día a día, y construir una vida
victoriosa.
El budismo de Nichiren Daishonin ofrece invalorables
principios para forjar jóvenes que respeten a todas las
personas y que trabajen simultáneamente por la felicidad
propia y la de todos los semejantes.
de Ueno y presentó sus respetos ante la tumba de Hyoe
Shichiro. No es difícil imaginar el cálido aliento que el
Daishonin habrá brindado en esa oportunidad a la familia y
al joven Tokimitsu, en esas tristes horas de duelo. En 1274,
cuando el Daishonin regresó de su exilio en la isla de Sado y
decidió radicarse en el monte Minobu,13 la familia de Nanjo
de inmediato le envió sinceras ofrendas. Y quien se ocupó
personalmente de entregárselas fue Tokimitsu que tenía
entonces, dieciséis. Ese mismo año, murió trágicamente su
hermano mayor, Shichiro Taro, en un accidente, dejando en
manos de Tokimitsu la gravosa responsabilidad de mantener
a la familia y de administrar la aldea de Ueno.
Se cree que esta carta, Las cuatro virtudes y las cuatro
deudas de gratitud, fue redactada en 1275, un año después
del encuentro entre el Daishonin y Tokimitsu, quien ya era
un joven hecho y derecho.
FORTUNA CHILE - FEB 2013
[Las cuatro virtudes] son: 1) la devoción filial
a los padres; 2) la lealtad al señor; 3) la cortesía
a los amigos; 4) la compasión y la bondad [en
jap. jihi o amor compasivo] con las personas
menos favorecidas que uno. En primer lugar, la devoción filial a los
padres significa que, aunque el progenitor
actúe irrazonablemente o hable denotando
mala voluntad, uno no debe exhibir el menor
enojo ni mostrar su disgusto. Un buen hijo
jamás desobedece a sus padres; procura
darles siempre toda clase de cosas buenas y, si
esto fuese imposible, en el transcurso del día
sonreirá al menos dos o tres veces en dirección
a ellos. En segundo lugar, ser leal al señor significa
que uno nunca tenga nada de qué avergonzarse
en la forma en que le ha prestado servicio, y
actuar con buena disposición y voluntad en
favor de su señor, aunque uno tuviera que
sacrificar su propia vida. Pues aunque la lealtad
al principio pase inadvertida, con el tiempo será
abiertamente recompensada.14
Esforzarnos por “superar la frialdad
y la indiferencia de nuestra propia vida”
El Daishonin comienza citando las cuatro virtudes del
amor filial, la lealtad, la cortesía, y la bondad compasiva
(o amor compasivo), ofreciendo instrucciones detalladas
sobre la conducta de una persona sabia o venerable. Las
primeras tres virtudes —devoción filial, lealtad y cortesía—
37
ESTUDIO
se encuentran en las enseñanzas confucianas y taoístas,
mientras que la última —la bondad compasiva— se recalca
en las doctrinas budistas.
Al citar estas cuatro virtudes, el Daishonin no se limita
a repetir viejos valores estereotipados. Antes bien, de todo
el acervo de la filosofía y el pensamiento asiáticos, ha
seleccionado cuidadosamente aquellos que podían serle
de provecho y de base práctica a Tokimitsu. Además, no
expone la devoción filial, la lealtad y la cortesía como
virtudes abstractas, sino como la manifestación viva del
comportamiento correcto que debe tener un budista.
Ante todo, el Daishonin analiza el amor filial a ambos
padres.15 En otras palabras, la importancia de ser buenos
hijos.
Incluso los padres sumamente críticos o proclives
a formas anticuadas de pensar, poco comprensivos de la
joven generación, pueden estar motivados por un intenso
afecto hacia sus hijos y por la voluntad de aceptar cualquier
sacrificio en bien de ellos. Cuando los hijos están dispuestos
a hacer ese esfuerzo adicional por entender el punto de
vista de sus padres, dan un paso adelante fundamental que
les hace enriquecer su propia personalidad y apreciar la
lucha de sus progenitores.
Para bien o para mal, en un nivel profundo las tendencias
de vida suelen transmitirse de padres a hijos. Lo importante
es transformar lo negativo y pernicioso en actitudes
positivas y constructivas, que nos permitan desplegar en
forma ilimitada nuestra bondad inherente. El budismo de
Nichiren Daishonin enseña que todos poseemos el poder
de iniciar esa transformación.
El señor Toda decía: “Hay muchos jóvenes incapaces
de sentir amor profundo por sus padres. ¿Cómo esperar
que puedan sentir sincera preocupación por gente extraña?
El esfuerzo por superar la indiferencia y la frialdad en su
propia vida y por lograr el mismo grado de amor compasivo
que el Buda es la esencia de la revolución humana”.16 Nos
dice que todo depende de que podamos superar nuestra
frialdad y nuestra indiferencia; necesitamos asumir la
responsabilidad para transformar nuestro karma. El señor
Toda urgía especialmente a los jóvenes a que priorizaran el
esfuerzo en su revolución humana.
Yo he alentado a los jóvenes con esta misma actitud.
Ser buenos hijos es el primer paso de la práctica budista
para tratar a todas las personas con amor compasivo.
A través de enseñar a Tokimitsu la importancia de ser
un buen hijo y de sonreírle a su madre dos o tres veces
cada día,17 el Daishonin establece un importante paso de la
revolución humana basada en la fe en la Ley Mística, clave
para manifestar el estado de Budeidad y abrir el camino
hacia la felicidad de todas las personas.
Al respecto, el autor francés Antoine de Saint-Exupéry
(1900-1944) escribió: “A menudo, lo esencial no tiene
peso. Aquí, lo esencial parece haber sido una mera sonrisa.
Una sonrisa suele ser lo más esencial. Una sonrisa nos
recompensa. Una sonrisa nos gratifica. Una sonrisa nos
anima. Hay sonrisas por las que vale la pena dar la vida
entera”.18
38
Cuando sonríen a sus padres y encienden una luz en
lo profundo de su corazón, hacen la causa que activa un
cambio fundamental. Una sonrisa sincera es el “botón de
encendido” que los pondrá a ustedes, a su familia y a su
comunidad en el carril que conduce a elevar el estado de
vida.
La sinceridad y la confianza
son los mayores tesoros de la juventud
En segundo término, el Daishonin analiza el significado
de “ser leal a nuestro señor”.19 Con ello, cabe interpretar,
quiere enseñarle a Tokimitsu la actitud necesaria para ganar
la confianza de la comunidad y de la sociedad. Recalca la
importancia de comportarnos con integridad y de merecer
la confianza en el proceso de prestar servicio a nuestros
superiores. Ya sea que nuestra lealtad sea reconocida o no,
FORTUNA CHILE - FEB 2013
ESTUDIO
loto [la Ley Mística], comprende el significado de todas las
cuestiones mundanas”.20
Nuestra fe se manifiesta en la vida cotidiana, y el
budismo se pone en práctica en la sociedad. Lo que
debemos ponderar es cómo triunfar allí donde estemos
en este momento. Practicar el budismo del Daishonin nos
permite desplegar en nuestra vida el sol de la sabiduría
ilimitada para percibir claramente el verdadero aspecto de
la realidad.
En tercer lugar, tratar a los amigos con
cortesía significa saludarlos cordialmente,
evitando toda indiferencia, como si hubiesen
viajado mil o dos mil millas para venir a vernos,
aunque nos crucemos con ellos diez o veinte
veces en el término de un solo día. En cuarto lugar, tratar con bondad y
compasión a las personas más desafortunadas
significa ser considerados en todo momento
con aquellos que tienen circunstancias menos
favorables que las de uno, pensar en estas
personas como si fueran los propios hijos y
tratarlas con bondad y compasión. Estas son, entonces, las cuatro virtudes; el
que las cultiva de este modo merece ser llamado
sabio o venerable. Si uno tiene en cuenta estos
cuatro aspectos, aunque falle en otros sentidos,
así y todo seguirá siendo respetado como una
buena persona. Y si uno cumple estas cuatro
pautas de conducta, aunque desconozca los
tres mil volúmenes de la literatura confuciana
o taoísta, será como si, en verdad, los hubiese
leído.21
Respetar a todos: el espíritu del Sutra del loto
la virtud invisible se acumula hasta el punto de brillar en
forma de recompensas visibles.
Los jóvenes a menudo sienten que el esfuerzo con
que trabajan para sus empleadores suele pasar inadvertido
y no se traduce en una retribución clara. Pero si siguen
aprendiendo, mejorando y esforzándose al máximo, y la
base de este esfuerzo es su fe en la Ley Mística, lograrán
resultados positivos y ganarán la amplia confianza de las
personas. Si avanzan con sinceridad a partir del cimiento
de su fe, acumularán buena fortuna y tesoros del corazón.
Y sus tesoros del cuerpo —su salud, sus aptitudes y talentos,
y otro tipo de riqueza interior— también brillarán a pleno.
La sinceridad y la confianza son los mayores tesoros de la
juventud.
En El objeto de devoción para observar la vida, el
Daishonin escribe: “Cuando el cielo se despeja, la tierra se
ilumina. Del mismo modo, cuando uno conoce el Sutra del
FORTUNA CHILE - FEB 2013
En tercer lugar, el Daishonin analiza la virtud de la
“cortesía a los amigos”.22 Dice: “Tratar a los amigos con
cortesía significa saludarlos cordialmente, evitando
toda indiferencia, como si hubiesen viajado mil o dos
mil millas para venir a vernos, aunque nos crucemos
con ellos diez o veinte veces en el término de un solo
día”.23
Esto tiene mucho en común con el espíritu de nuestras
reuniones de diálogo y de otras actividades de la SGI. Si
alguien llega tarde, tenemos que recibirlo cordialmente
y agradecerle el esfuerzo de haber asistido, aunque sea
al final, pese a sus muchas obligaciones. La SGI debe ser
siempre un mundo que infunde calidez y seguridad interior
en los miembros.
La cortesía, debe decirse, no tiene nada que ver con los
formulismos ni con las expresiones vacías. Lo que cuenta
39
ESTUDIO
es nuestra sinceridad, nuestro respeto hacia la otra persona,
que se manifiesta en la voz, la gestualidad y las acciones.
“El propósito con el cual nació en este mundo el
buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su
comportamiento como ser humano”,24 afirma el Daishonin.
Por ende, no es exagerado decir que el propósito del budismo
es enseñarnos la suprema expresión del comportamiento
humano, ejemplificada por la práctica de respetar a los
demás, tal como muestra en el Sutra del loto el bodhisattva
Jamás Despreciar.25
En relación con el pasaje del Sutra del loto que dice:
“Si ves a alguien que acepta y abraza este sutra, deberás
ponerte de pie y saludarlo desde lejos, con el mismo respeto
que mostrarías al Buda”,26 el Daishonin lo describe como
“el punto más importante que [Shakyamuni] nos quiso
transmitir”.27
Por debajo de la norma de tratar a los amigos con
cortesía, lo que circula es la importancia de respetar a todas
las personas.
El sentimiento fraterno y compasivo
de desear la felicidad ajena
En cuarto lugar, el Daishonin menciona “tratar con
bondad compasiva a las personas más desafortunadas”.28
Siempre debemos ser compasivos y bondadosos con las
personas vulnerables o menos favorecidas que nosotros, y
tratarlas como si fueran nuestros propios hijos.29 La frase
“más desafortunados” no implica menospreciar a estas
personas como inferiores, sino tan solo el reconocimiento
de diferencias objetivas en las condiciones de salud,
edad o privilegios sociales, y la observación de que, en
determinados momentos, debemos tomar la iniciativa de
ayudar a los demás. La palabra japonesa con que se escribe “amor
compasivo” (jihi) está formada por dos ideogramas que
representan las palabras sánscritas maitri (“amistad”) y
karuna (“compasión” o “solidaridad”). El Sutra del nirvana,
el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría de
Nagarjuna y otras escrituras budistas definen el amor
compasivo como la inclinación a “aliviar el sufrimiento
e impartir alegría”. En tal sentido, el amor compasivo del
budismo constituye la verdadera amistad y el deseo de que
nuestros seres queridos sean felices.
Como escribió el filósofo Cicerón de la antigua Roma:
“Eliminar la amistad de la vida es como borrar el sol del
cielo”.30 Cicerón también expresó que uno no debería
“buscar ese amigo que es como uno quisiera ser y no puede,
ni tampoco pretender de los amigos lo que uno mismo es
incapaz de brindar. El curso correcto es ser uno mismo
una buena persona, y luego buscar a otros de personalidad
afín”.31
La amistad y el amor compasivo, entonces, comienzan
por ser uno mismo un buen amigo.
El señor Toda decía: “No hay en el mundo fuerza
más poderosa que el amor compasivo”. Y a menudo
nos enseñaba: “La valentía es el rostro visible del amor
compasivo”.
40
Preocupados por la felicidad de sus amigos, van a su
encuentro para dialogar activamente con ellos. Con este
corazón, dicen lo que haga falta decir. Piensan en sus amigos,
hacen lo que pueden por ellos, oran por su felicidad... En
verdad, compartir con otros la Ley Mística y propagar los
principios y las enseñanzas del budismo del Daishonin son
actos de suprema valentía y amor compasivo.
En esta carta, el Daishonin dice que quien observa
las cuatro virtudes merece ser considerado un sabio o un
venerable.32 Motivado en el deseo de que el joven Tokimitsu
se desarrolle como un gran ser humano, el Daishonin busca
enseñarle diversas cualidades y aptitudes de liderazgo,
sabiendo que debía de estar experimentando temores y
esperanzas en esa etapa de su vida en que debía afrontar
nuevas responsabilidades sociales.
FORTUNA CHILE - FEB 2013
ESTUDIO
La forma de saldar nuestras deudas de gratitud
es desafiarnos en nuestra revolución humana
A continuación, las cuatro deudas de
gratitud que expone el budismo son: 1) la deuda
de gratitud que nos une a nuestros padres; 2) la
deuda de gratitud que debemos al gobernante
de la nación; 3) la deuda de gratitud contraída
con todos los seres, y 4) la deuda de gratitud
que debe saldarse con los tres tesoros [el Buda,
la Ley y la Orden budista]. [...]
En tercer lugar, está la deuda de gratitud
hacia todos los seres. Si uno se detiene a
pensarlo, verá que, en algún momento del
pasado, todos los hombres habrán sido su padre,
y todas las mujeres, su madre. De tal forma, en
el transcurso de las muchas existencias vividas,
uno ha contraído una deuda de gratitud con
todos los seres. En tal caso, uno debería ayudar
a cada uno de los semejantes a lograr la
iluminación.33
FORTUNA CHILE - FEB 2013
A continuación, el Daishonin analiza las cuatro deudas
de gratitud desde la perspectiva del budismo.
El agradecimiento implica reconocer con quién estamos
en deuda en esta existencia y a quién debemos nuestras
circunstancias, para retribuirles a esas personas por medio
de nuestra dedicación a la práctica budista. En otro sentido,
saldar las deudas de gratitud significa elevar nuestro estado
de vida para dejar de ser personas que dependen de los
demás y convertirnos en individuos capaces de apoyar a
otros, en la medida en que cultivamos nuestro más profundo
poder interior.
En sánscrito, la expresión krita-jna significa, literalmente,
“reconocer (jna) lo que otros han hecho por nosotros (krita)”.
Cuando uno ha reconocido y valorado lo que otros han
hecho en su bien, el paso siguiente es vivir una existencia
dedicada al bienestar de los semejantes. Este es el origen
del término “saldar las deudas de gratitud” que aparece en
los sutras chinos.
Reconocer y valorar que somos lo que somos gracias a
las acciones y al apoyo de muchos otros puede imprimir un
potente giro a la conciencia de nuestra propia identidad y
establecer sólidas bases para nuestra vida. Esto se traducirá
en un desarrollo personal constante.
Saldar las deudas de gratitud es el desafío de nuestra
revolución humana, el proceso por el cual podemos cultivar
nuestro potencial al máximo.
En esta carta, el Daishonin discurre sobre las cuatro
deudas de gratitud que tienen todos los seres.34
La primera es la deuda de gratitud con los padres. ¡Qué
infinidad de cosas debemos a los padres que nos dieron
la vida y nos criaron! El Daishonin dice que la deuda de
gratitud contraída con el padre es más alta que el monte
Sumeru,35 y que los favores recibidos de nuestra madre son
más profundos que el océano.36 Debemos encontrar un
modo de retribuir tantos beneficios recibidos de nuestros
progenitores... Lo primero que corresponde hacer, dice
el Daishonin, es tener fe en el budismo.37 El deseo más
grande que tiene un padre o una madre es la felicidad y el
desarrollo de sus hijos, de modo que entrar en el camino de
la felicidad por medio de la fe y la práctica budista es lo más
considerado que podemos hacer por nuestros padres y la
mejor forma de saldar nuestra deuda de gratitud con ellos.
En segundo lugar, está la deuda de gratitud con el
gobernante de la nación. Esto denota el agradecimiento al
soberano, que provee medios de subsistencia, alimentos,
vivienda y ropa.38 En el mundo democrático de hoy, en
que la soberanía reside en el pueblo, la expresión correcta
de este principio es el agradecimiento a la sociedad. De
manera similar, las observaciones del Daishonin sobre orar
por el gobernante para “gozar de paz y de seguridad en esta
existencia y de buenas circunstancias en la próxima”39 hoy
podrían interpretarse como orar por la felicidad de cada
miembro de la sociedad.
En tercer lugar, está la deuda de gratitud con todos los
seres. La vida es eterna y abarca las tres existencias (pasado,
41
ESTUDIO
presente y futuro); los sutras enseñan que hemos nacido
en este mundo tras repetir infinidad de veces el ciclo de
nacimiento y muerte. Desde ese punto de vista, en algún
momento del pasado, todos los hombres han sido nuestro
padre y todas las mujeres han sido nuestra madre.40 El
budismo considera que todos estamos relacionados con
todos en términos de gratitud.
Aquí, el Daishonin indica que por ese motivo debemos
desear la felicidad de todas las personas. Ya que la dicha
suprema yace en manifestar el estado de Budeidad, la mejor
forma de retribuir lo que debemos a nuestros semejantes es
enseñarles el budismo, el medio directo para manifestar la
iluminación.
El señor Toda decía: “La verdadera grandeza se
encuentra en olvidar, quizá, lo que uno ha hecho por
otros, pero jamás perder de vista lo que otros han hecho
por uno, y hacer todo lo posible por saldar esta deuda de
gratitud. Aquí resplandece la luz del budismo. Las personas
que actúan así irradian integridad, profundidad humana,
generosidad y encanto personal”.
Esta también es la conclusión a la cual yo he llegado
después de sesenta años de práctica. En todo este tiempo,
he visto a infinidad de personas distintas; he conocido
gente ingrata y gente agradecida. Los que tienen sentido
del agradecimiento son seres amados por todos, gozan
de la confianza ajena y viven de manera profundamente
satisfactoria y plena. A partir de lo que enseña el budismo
del Daishonin, es claro que la luz interior de los que
encarnan la gratitud verdadera iluminará su vida de buena
fortuna y de beneficios a través de las tres existencias.
En cuarto lugar, está la deuda de gratitud
con los tres tesoros del budismo. [...]
Entonces, si uno preguntara qué sutra
permite saldar las cuatro deudas de gratitud, yo
señalaría únicamente al Sutra del loto, porque
este revela que las mujeres pueden lograr la
Budeidad. [...]
¿Qué razón hay para creer que nuestras
madres, mediante el poder de este sutra [del
Loto], no puedan llegar a ser budas? Por ende,
la persona que practica el Sutra del loto está
saldando la deuda de gratitud contraída con
sus padres. Aunque uno no sienta en su fuero
interno que lo esté haciendo, en verdad puede
retribuir lo que debe a sus padres gracias al
poder de este sutra.41
El Sutra del loto es la única
enseñanza budista que nos permite
retribuir lo mucho que debemos a nuestra madre
En cuarto lugar, el Daishonin enseña que saldar la
deuda de gratitud con los tres tesoros del budismo es lo
más importante para poder vivir de la manera más elevada
como seres humanos. Los tres tesoros son los tres pilares de
42
la fe y la práctica budistas: el tesoro del Buda, el tesoro de
la Ley (las enseñanzas que este predicó), y el tesoro de la
Orden budista (o comunidad de creyentes). Lo que expone
el Daishonin en este escrito sobre la deuda de gratitud
con los tres tesoros se basa en indagar cuál sutra beneficia
realmente a todas las personas.
El gran maestro T’ien-t’ai de la China clasifica en cinco
períodos42 las enseñanzas expuestas por Shakyamuni en toda
su existencia; a partir de este ordenamiento, el Daishonin
investiga de manera específica qué sutras contienen la
enseñanza sobre la iluminación de las mujeres, que él
identifica como criterio para saldar la deuda de gratitud con
los padres, especialmente con la madre. La clasificación en
cinco períodos evalúa las enseñanzas de Shakyamuni no a
partir de su secuencia cronológica, sino de determinar la
verdadera intención del Buda; es decir, cuál fue su mensaje
y de qué manera procuró transmitir. Podemos suponer que
el Daishonin, con esta enunciación, quiere explicarle a
FORTUNA CHILE - FEB 2013
ESTUDIO
En esta carta, el Daishonin se refiere directamente a la
preocupación fundamental de Tokimitsu, abriendo los ojos
del joven a la grandeza del budismo y enseñándole cómo
vivir de manera realmente sabia.
Cuando las cuatro virtudes —que comenzaron con
la enseñanza taoísta y confucianista de la devoción filial
y evolucionaron en el código de conducta de sabios y
venerables— vuelven a examinarse desde la perspectiva de
la enseñanza suprema del Sutra del loto, pueden verse como
el comportamiento de los budas en el contexto de la vida
cotidiana. Esto abarca actitudes como sonreírle a nuestra
madre e infundirle tranquilidad, merecer la confianza de
los demás en el lugar de trabajo, respetar a los amigos y
tratar con consideración a los sucesores.
La Ley Mística es la gran enseñanza que conduce a
una felicidad duradera no solo a nuestros padres, a quienes
tanto debemos, sino también a los hermanos, amigos y
personas que forman parte de nuestra vida. Esa felicidad
prevalece a través del pasado, el presente y el futuro (las
tres existencias). Aunque nuestros padres y amigos en este
momento no entiendan nuestra práctica budista, el poder
benéfico de la Ley Mística es absoluto. Si nos esforzamos
sinceramente en la fe, podremos guiar a la iluminación a
las personas que nos rodean, tal como el sol se eleva en el
cielo e ilumina a plena luz toda la tierra. No hay necesidad
de apresurar las cosas ni de generar ansiedad.
Algunas familias no tienen hijos. Pero todos los jóvenes
de la Soka Gakkai son nuestros hijos, nuestros sucesores del
kosen-rufu. Tengan la convicción y la seguridad de que su
aliento a estos jóvenes sucesores será para ellos una fuente
de fortaleza y resplandecerá en su vida como un tesoro del
corazón.
Tokimitsu esta jerarquía de manera fácil y comprensible,
para ayudar al joven a estudiar y entender aún más el
budismo.
Luego, el Daishonin se pregunta qué sutra nos permite
realmente saldar las cuatro deudas de gratitud.43 Dice que,
cuando uno evalúa las escrituras budistas tomando como
referencia la enseñanza sobre la iluminación de las mujeres,
el único que supera la prueba es el Sutra del loto.
El padre de Tokimitsu había fallecido cuando el joven
era apenas un niño; por lo tanto, fue la madre [conocida
como la monja laica de Ueno] la que mantuvo unida la
familia. Tokimitsu, testigo directo de esta proeza, debe
haber tenido un hondo sentimiento de gratitud hacia su
madre, además del deseo de asegurar su felicidad perpetua.
Al mismo tiempo, habrá querido saldar la deuda de gratitud
con su padre, la persona que le transmitió la fe en la Ley
Mística.
FORTUNA CHILE - FEB 2013
De ese modo, sabemos que Shakyamuni,
Muchos Tesoros y los incontables budas de
las diez direcciones; Prácticas Superiores y
los demás bodhisattvas que irrumpieron de
la Tierra: Sabio Universal, Manjushri y los
demás bodhisattvas de la enseñanza teórica;
Shariputra y los otros grandes discípulos que
escuchaban la voz; el gran rey celestial Brahma,
las deidades del Sol y de la Luna, y las demás
funciones y deidades celestiales; las ocho clases
de seres no humanos; las diez demonios44; y las
deidades grandes y pequeñas del Japón, todos,
sin excepción, protegerán a todo aquel que
posea firme fe en este Sutra del loto y en todo
momento mantenga esa fe con actitud tenaz e
inquebrantable, tal como una sombra sigue al
cuerpo que la proyecta. Piense en esto, piense
en esto y nunca deje que su mente se extravíe;
sea firme en sus convicciones en todo momento,
y gozará de “paz y seguridad en esta existencia
y de buenas circunstancias en la próxima”45.46
43
ESTUDIO
La paz y la seguridad verdaderas
se encuentran en una fe inamovible
Esta es la parte final de la carta.
El Daishonin escribe que “aquel que posea firme fe
en este Sutra del loto y en todo momento mantenga esa
fe con actitud tenaz e inquebrantable” será protegido
resueltamente por incontables budas, bodhisattvas y
funciones del universo, y tendrá la certeza de experimentar
“paz y seguridad en esta existencia y buenas circunstancias
en la próxima”.47 También expresa: “Nunca deje que su
mente se extravíe, sea firme en sus convicciones en todo
momento”,48 exhortando a Tokimitsu a mantener siempre
viva la determinación pura y sincera de su juventud, en
cualquier circunstancia.
La esencia de la fe en la Ley Mística es “en todo
momento mantener la fe con actitud firme e inquebrantable”.
Nanjo Tokimitsu siguió esforzándose sin apartarse de las
enseñanzas del Daishonin, y superando en el transcurso
de su vida diversas dificultades y sufrimientos. Cuando
se produjo la persecución de Atsuhara,49 Tokimitsu fue
duramente criticado y perseguido; las autoridades lo
obligaron a pagar impuestos onerosos que pusieron en
peligro su supervivencia. Perdió a su hermano menor
[Shichiro Goro],50 y él mismo tuvo graves problemas de
salud.51 Pero triunfó sobre todas esas adversidades gracias a
una sincera fe en la Ley Mística, y pudo consagrar su vida
entera al gran juramento del kosen-rufu.
El maestro Toda a menudo decía: “La fe es de extrema
importancia”, y “La clave reside en forjar personas que
puedan vivir basadas en la fe”. Necesitamos alentar y
formar a los jóvenes de manera constante, procurando nutrir
espléndidos individuos de fe que actúen en la sociedad
como personas irreemplazables. Afortunadamente, el
Daishonin nos dio un perfecto modelo que podemos tomar
como referencia.
Desde luego, el objetivo de formar una SGI juvenil
no sólo es el crecimiento y el desarrollo de los jóvenes.
Forjar a la juventud es crear un futuro brillante y lleno
de esperanza, que a su vez sirva para rejuvenecer a cada
miembro e irradiar en cada organización y vecindario un
espíritu renovado y vibrante.
Si podemos fortalecer nuestra tradición que es forjar
y apoyar a los jóvenes en cada nivel organizativo, y crear
valores humanos que contribuyan a la sociedad, la SGI
será capaz de generar en sí misma una cultura juvenil y
de proyectar una energía más dinámica que nunca. Y si la
corriente de la filosofía humanística se propaga en la joven
generación, de la misma manera que el Daishonin procuró
enseñar a Nanjo Tokimitsu la enseñanza del Sutra del loto
de respeto humanístico a todas las personas, el destino de
toda la sociedad experimentará una gran transformación.
La revolución humana de un solo joven podrá transformar
su familia, su sociedad y el destino global de todo el género
humano.
Pido a todos nuestros miembros que participen en la
solemne tarea de forjar sucesores como Tokimitsu.
En todo el Japón y en el mundo, está surgiendo una firme
44
corriente de jóvenes que asumirán la misión del kosen-rufu
en el siglo XXI. En verdad, estamos en los albores de una
nueva época.
¡Jóvenes, escalen las nuevas montañas del kosen-rufu
en el siglo XXI! Como integrantes de la familia de la SGI,
decidamos la absoluta victoria del año que comienza.
(Traducción del artículo publicado en la edición de
enero de 2012 del Daibyakurenge, revista mensual de
estudio de la Soka Gakkai).
NOTAS
1 The Writings of Nichiren Daishonin (WND), Tokio: Soka
Gakkai, 2006, vol. 2, págs. 636-637.
2 WND, vol. 2, págs. 637-638.
3 Cinco comparaciones: Cinco niveles de comparación
sucesivos que estableció Nichiren Daishonin en La apertura de
los ojos para mostrar la superioridad de Nam-myoho-renge-kyo
sobre las demás enseñanzas. 4Abandonar lo transitorio y revelar lo verdadero: Intervención
que hace un buda para revelar su verdadera identidad como tal
y descartar su identidad o posición provisional. Aquí se refiere a
la persecución de Tatsunokuchi, cuando el Daishonin descartó su
“posición transitoria” como persona común, en “el estado en el
cual se escucha el nombre y las palabras de la verdad”, y reveló
su “verdadera identidad” como “Buda de la alegría ilimitada que
ha estado iluminado desde el tiempo sin comienzo”, sin dejar de
ser un simple ser humano.
5 Toda, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei
Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1991, vol. 3, pág. 460.
6 Ib., pág. 461.
7 Véase Ib.
8 Tres Soberanos: También denominados Tres Gobernantes.
Fueron Fu Hsi, Shen Nung y Huang Ti (el Emperador Amarillo),
legendarios gobernantes de la China antigua. Se los considera,
respectivamente, inventores de la pesca, la agricultura y la
medicina. En sus escritos, Nichiren Daishonin menciona a
menudo a Shen Nung y a Huang Ti como maestros de la medicina
y afirma que en los reinados de Fu Hsi y de Shen Nung se logró
establecer una sociedades ideales.
9 Cinco Emperadores: Cinco legendarios emperadores
sabios de la China que, según la creencia, reinaron después de
los Tres Soberanos. Los clásicos mencionan tres grupos distintos
de monarcas con la denominación “Cinco Emperadores”; uno de
ellos está integrado por Shao Hao, Chuan Hsü, Ti Kao, T’ang Yao
y Yü Shun.
10 Yen Hui: Discípulo más prominente de Confucio. Amaba
el estudio, actividad a la que se dedicó incluso en medio de la
pobreza, y fue hombre de reconocida virtud. Sin embargo, murió
antes que su maestro, lo cual afligió mucho a Confucio.
11 WND, vol. 2, pág. 636.
FORTUNA CHILE - FEB 2013
ESTUDIO
12 En una carta a Nanjo Tokimitsu, el Daishonin escribe:
“Aunque su difunto padre fue guerrero, tenía firme fe en el Sutra
del loto, por lo cual [...] sé que concluyó su vida con la disposición
espiritual de un verdadero creyente”. Véase WND, vol. 2, pág.
499.
13 Monte Minobu: Situado en la actual prefectura de
Yamanashi. Nichiren Daishonin vivió allí los últimos años de su
vida, desde mayo de 1274 hasta setiembre de 1282, justo antes de
morir. Allí se consagró a educar a sus discípulos, a dirigir las tareas
de propagación y a escribir tratados doctrinales. 14 WND, vol. 2, pág. 636.
15 Véase WND, vol. 2, pág. 636.
16 Toda, Josei: “Guidelines for Youth” (Guías para los
jóvenes), en Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda),
Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1992, vol. 1, pág. 60. 17 Véase WND, vol. 2, pág. 636.
18 Saint-Exupéry, Antoine de: Wartime Writings, 1939–1940
(Escritos de la guerra), trad. Noah Purcell, San Diego: Harcourt,
Inc., 1986, pág. 112.
19 WND, vol. 2, pág. 636.
20 Los escritos de Nichiren Daishonin (END),Tokio: Soka
Gakkai, 2008, pág. 398.
21 WND, vol. 2, pág. 636.
22 Ib.
23 Ib.
24 END, pág. 893.
25 Bodhisattva Jamás Despreciar: Bodhisattva descrito en el
capítulo homónimo (20.o) del Sutra del loto. Shakyamuni en una
existencia anterior. Este bodhisattva se inclinaba en respetuosa
reverencia ante las cuatro clases de creyentes: monjes, monjas,
laicos y laicas, y los saludaba diciendo: “Siento profundo respeto
por vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia.
¿Por qué? Porque todos practicaréis el camino del bodhisattva y
podréis lograr la Budeidad”. Véase The Lotus Sutra and Its Opening
and Closing Sutras (El “Sutra del loto” y los sutras de inicio y de
cierre), trad. por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2009, cap.
20, pág. 308. Sin embargo, la respuesta de las personas arrogantes
era atacarlo con palos y varas, y apedrearlo. El sutra explica que
su práctica de respetar la naturaleza de Buda en cada persona fue
la causa que le permitió lograr la Budeidad. 26 The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras (El
“Sutra del loto” y los sutras de inicio y de cierre), op. cit., cap. 28,
pág. 365.
27 The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro
de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton
Watson, Tokio: Soka Gakkai, 1996, pág. 192.
28 WND, vol. 2, pág. 636.
29 Véase ib.
30 Cicero, Marcus Tullius: Letters of Marcus Tullius Cicero,
with His Treatises on Friendship and Old Age (Cartas de Marco
Tulio Cicerón, con sus tratados sobre la amistad y la vejez), trad.
por E. S. Shuckburgh y edit. por Charles W. Eliot, Nueva York: P. F.
Collier and Son, 1909, pág. 25. FORTUNA CHILE - FEB 2013
31 Ib., pág. 36.
32 Véase WND, vol. 2, pág. 636.
33 WND, vol. 2, págs. 636-637.
34 Las cuatro deudas de gratitud de las que habla el
Daishonin en esta carta se basan en la enunciación del Sutra
sobre la contemplación de la mente como terreno. La definición
de las cuatro deudas de gratitud varía según la fuente que se cite.
Además, la lista que menciona el Daishonin en otro tratado,
Saldar las deudas de gratitud, abarca las deudas contraídas con
los padres, el maestro, los tres tesoros y el soberano. En este caso
particular, se cree que incluyó la gratitud al maestro como muestra
de agradecimiento hacia su difunto mentor, Dozen-bo.
35 El monte Sumeru es la montaña que, según la cosmología
india antigua, se erige en el centro del mundo. 36 Véase WND, vol. 2, pág. 637.
37 WND, vol. 2 , pág. 637.
38 Ib.
39 El capítulo “La parábola de las hierbas medicinales” (5.o)
del Sutra del loto señala: “Una vez que estos seres hayan escuchado
la Ley, disfrutarán de paz y de seguridad en esta existencia y de
buenas circunstancias en existencias futuras”. Véase The Lotus
Sutra and Its Opening and Closing Sutras (El “Sutra del loto” y los
sutras de inicio y de cierre), op. cit., cap. 5, pág. 136.
40 WND, vol. 2, pág. 637.
41 WND, vol. 2, págs. 637-638.
42 Los cinco períodos son: 1) el período Guirnalda de Flores,
2) el período Agama; 3) el período Correcto e Igual, 4) el período
Sabiduría, y 5) el período Loto y Nirvana.
43 WND, vol. 2, pág. 638.
44 Diez demonios: Son diez deidades protectoras que
aparecen en el capítulo “Dharani” (26.o) del Sutra del loto como
las “hijas de los demonios rakshasas” o como “las diez hijas de
los rakshasas”. En el capítulo “Dharani” (26.o) del Sutra del loto,
juran proteger a los devotos del sutra y dicen que infligirán castigo
a todos aquellos que molesten a sus practicantes. 45 The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras (El
“Sutra del loto” y los sutras de inicio y de cierre), op. cit., cap. 5,
pág. 136.
46 WND, vol. 2, pág. 638.
47 Véase ib.
48 WND, vol. 2, pág. 638.
49 Persecución de Atsuhara: Sucesión de amenazas y actos
de violencia perpetrados contra los seguidores del Daishonin
en la aldea de Atsuhara, distrito Fuji de la provincia de Suruga
(hoy, zona central de la prefectura de Shizuoka), que comenzaron
en 1275 y persistieron hasta 1283, aproximadamente. En 1279,
veinte campesinos fueron injustamente arrestados y enviados a
Kamakura, donde los interrogó con crueldad Hei no Saemon, jefe
interino del Departamento de Asuntos Policiales y Militares. Este
los presionó para que renunciaran a la fe. Sin embargo, ¡ni uno
solo de ellos claudicó! Al poco tiempo, Hei no Saemon mandó
ejecutar a tres de ellos. Nanjo Tokimitsu utilizó su influencia para
proteger a sus compañeros de fe durante ese período, y llegó a
45
ESTUDIO
albergar a algunos en su propio hogar. El Daishonin lo elogió por
su valentía y su esfuerzo infatigable llamándolo “Ueno el Sabio”,
aunque en ese momento, Nanjo Tokimitsu tenía apenas veinte
años. 50 El hermano menor de Tokimitsu, Shichiro Goro, nació tras
la muerte de su padre. Conoció al Daishonin en junio de 1280,
junto con Tokimitsu, pero murió tres meses después. El Daishonin
escribió varias cartas de condolencias a este último y a su madre.
51 A los veinticuatro años, el joven contrajo una grave
enfermedad. El Daishonin escribió la carta titulada La prueba
del “Sutra del loto” para confrontar la función demoníaca que
representaba esa enfermedad de Tokimitsu. Este no sólo se
recuperó, sino que vivió cincuenta años más.
46
FORTUNA CHILE - FEB 2013
Descargar