LA CAZA DE BRUJAS EN LA EDAD MODERNA HISTORIA MODERNA UNIVERSAL Sara Menéndez Martínez 71676789A 1 ÍNDICE INTRODUCCIÓN..................................................................................................................................... 3 DEFINICIÓN ACTUAL......................................................................................................................... 3 DEFINICIÓN SIGLO XVII.................................................................................................................... 3 LA INQUISICIÓN..................................................................................................................................... 5 DEFINICIÓN........................................................................................................................................ 5 EN LA EDAD MODERNA.................................................................................................................... 5 LA REALIDAD DE LA BRUJERÍA.......................................................................................................... 6 VERACIDAD DE LAS ACUSACIONES............................................................................................... 6 ¿INFANTICIDIO?................................................................................................................................. 6 CARACTERÍSTICAS Y CONTEXTO....................................................................................................... 8 ................................................................................................................................................................. 9 CONCLUSIÓN....................................................................................................................................... 10 BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................................... 11 1 1 Medea, sobrina de Circe 2 INTRODUCCIÓN DEFINICIÓN ACTUAL Es una mujer que practica la brujería, según la opinión vulgar, tiene un pacto con el diablo y, por ello, poderes extraordinarios. En el mundo occidental se asocia particularmente a una bruja con una mujer con capacidad de volar montada en una escoba, así como con el Aquelarre, y con la caza de brujas. Establece una diferencia entre bruja y hechicera: Las primeras habrían desarrollado su actividad en un ámbito predominantemente rural y habrían sido las principales víctimas de la caza de brujas en la edad moderna, hace un pacto con Satán para realizar sus conjuros. En cambio, las hechiceras, conocidas desde la antigüedad clásica, habrían actuado en la ciudad e invoca y se sirve del poder demoníaco. DEFINICIÓN SIGLO XVII El concepto bruja no tiene una definición concreta como se puede comprobar si se recurren a los diversos documentos públicos que hacen referencia al tema. Fue sobre todo la Inquisición la encargada de codificar y clasificar estas figuradas, cuyas acciones y simplemente su existencia, su condición de brujas, era considerado un delito. Estos delitos (entendidos en este caso como sus acciones) estaban bien recogidos y diferenciados pero en la práctica perdía esa clara definición reflejada en los escritos . La forma más definida que poseemos de esta época de bruja sería aquella participante en los aquelarres, concepto que nos llega hasta nuestros días en la Europa Occidental. También se consideraba bruja a la persona que realizase “magia nociva negra o maligna, la realización de actos dañinos por medio de algún tipo de poder extraordinario, misterioso, oculto, preternatural o sobrenatural” 2 a este tipo de actos se les solía denominar maleficia (maleficios). Se relaciona a la bruja con el demonio, enemigo natural del Dios cristiano. A finales del siglo XV la visión acerca de las brujas había cambiado de forma progresiva, ya no importaba tanto el hecho del maleficium, sino el vínculo con el demonio, considerado como una herejía. Es en este punto, el de la herejía en el que entendemos mejor las motivaciones de la Inquisición. 2 LEVACK, B. La caza de brujas en la Europa Moderna. Alianza Editorial. Madrid. 1995 3 En esta época se establecía una diferencia entre brujería y hechicería, al igual que en la actualidad: la primera se determina por un pacto expreso y asistencia o participación en aquelarres y en la segunda, la hechicería consiste en un pacto explícito o implícito sin necesidad de aquelarre.3 Dentro de lo que entendemos como bruja, habría que hacer una distinción entre bruja blanca y bruja negra, estando la primera exenta de la utilización de maleficium empleando su poder para la curación de personas, predicciones, localización objetos perdidos, etc., su magia no era considerada perjudicial para ninguna persona, pero, como cualquier tipo de magia debía existir una vinculación con el demonio, por lo que aunque de forma más benigna, también eran sometidas a castigos y juicios. 3 GARI LACRUZ, A. Brujería e Inquisición en el alto Aragón en la primera mitad del siglo XVII. Departamento de cultura y educación. Zaragoza. 1991. 4 LA INQUISICIÓN DEFINICIÓN El término Inquisición o Santa Inquisición hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de todo aquello considerado herejía, muchas veces castigado con la pena de muerte, estaba situada mayoritariamente en el seno de la Iglesia católica. En 1249 se implantó en el reino de Aragón, siendo la primera Inquisición estatal; y en la Edad Moderna, con la unión de Aragón y Castilla, se extendió a ésta con el nombre de Inquisición española (1478-1821) EN LA EDAD MODERNA En el periodo conocido como la Edad Moderna se desarrolló una corriente persecutoria hacia el género femenino por parte de las autoridades eclesiásticas unificadas bajo el tribunal de la Santa Inquisición. Este proceso recibe el nombre de “brujomanía”, Gustav Henningsen la define como un delirio colectivo provocado a raíz de la mezcla de la creencia popular en la brujería y la difusión de la idea de culto al diablo que se realizó por parte de los demonólogos 4, o lo que es más conocido como el proceso de la caza de brujas. Sabemos que este proceso únicamente es europeo, aunque dentro de ese ámbito europeo tenemos constancia de una influencia mayor en algunos lugares que otros, podríamos establecer una diferenciación regional, al igual que algunos años hubo un mayor número de casos de “brujomanía” que en otros. Utilizamos generalmente el término de “caza de brujas” para referirnos no tanto a una cacería sensu stricto, puesto que no se perseguía a las supuestas brujas con el fin obtener su captura, sino que el proceso era mucho más amplio, consistía en descubrir a la supuesta bruja, su búsqueda y control para determinar si realizaban alguna actividad decretada ilegal dentro del amplio espectro de la brujería. Toda esta investigación se llevaba a cabo mediante rumores o denuncias, era muy común el acto de delatar a mujeres acusándolas de brujerías, con o sin motivos considerados reales. Por último, se lleva a cabo la dicta de la sentencia, donde se realizará su ejecución, destierro o encarcelamiento. Siendo esta “caza de brujas” una práctica muy usual. 4 HENNINGSEN G. El abogado de las brujas. Brujería vasca e Inquisición española. Madrid, Alianza editorial, 1983. 5 LA REALIDAD DE LA BRUJERÍA VERACIDAD DE LAS ACUSACIONES Dentro de aquello entendido por brujería, hay que establecer una separación entre maleficium y demonismo. Centrándonos en el aspecto e histórico y fundamentando nuestro estudio en una serie de elementos conservados, podemos argumentar la práctica del maleficium, puesto que en todas las sociedades primitivas el uso de este tipo de magia es muy común. Se pueden aportar pruebas materiales como es el caso de tablillas con maleficios de la época romana, además de varios tratados y libros sobre el tema. El tema que nos atañe ahora, es ser capaces de diferenciar si realmente todos los juicios que la Inquisición realizó, si las acusaciones y persecuciones estuvieron realmente fundamentados en argumentos lógicos o no: - En contadas ocasiones podemos afirmar que se aportaran como pruebas dichos objetos utilizados por las supuestas brujas, elementos que pudieran delatar sus actividad - En segundo lugar, como argumento en contra a estas acusaciones, debemos tener en cuenta el alto porcentaje de analfabetismo en la Edad Moderna, y sobre todo dentro del género femenino, por lo que podemos argumentar que la mayoría de las mujeres juzgadas no sabrían leer, y por tanto, no podrían interpretar los tratados y libros sobre brujería. - Por otro lado, hay que tener en cuenta que las confesiones obtenidas de las supuestas brujas se conseguían mediante la tortura de las mismas. De modo que podemos afirmar que la tortura creó en cierto sentido la brujería entendida como diabólica.5 Tenemos que tener en cuenta el escaso proceso de investigación que realizaba la Inquisición con sus “sospechosas”, ya que una mujer que había sido delatada como bruja por algún vecino, era apresada de inmediato y condenada a cárcel, sin ningún tipo de proceso previo más que el sometimiento a la tortura con el fin de obtener una confesión. ¿INFANTICIDIO? 5 LEVACK, B. La caza de brujas en la Europa Moderna. Alianza Editorial. Madrid. 1995 6 Otra de las prácticas que atribuían a las brujas era la del infanticidio, en estrecha relación con el aquelarre. Según el malleus maleficarum la acción de las brujas comenzaba tiempo antes del nacimiento del niño, buscaban impedir el acto carnal, si éste tenía lugar, la bruja procuraba que no se llegara a producir el engendramiento, y en último caso, si había un embarazo trataba provocar el aborto. La forma más extremista de infanticidio que se achacaba a las brujas era la de devorar a los niños, estableciendo símiles entre ellas y las peores delas bestias, como actos inhumanos.6 Lo que está claro es que durante estos siglos de la Edad Moderna la mortalidad infantil era muy elevada, puesto que sólo un 50% de los niños nacidos llegaban a edad adulta. Lo que se pretendía con estas acusaciones era buscar una explicación a las abundantes muertes. Tenemos constancia que durante el siglo XVI, en torno al 1560 se produjo un aumento de la natalidad debido a una época de bonanza. Pero igualmente sabemos que a finales de este mismo siglo comenzó una época de fuertes crisis, un gran número de defunciones tanto en edad adulta como infantiles producidas por los años de malas cosechas, que promueven una desnutrición y por lo tanto el favorecimiento de las enfermedades. De forma contemporánea, no eran conscientes de dichos fenómenos, y las autoridades buscaban un culpable para apaciguar al pueblo, encontrando aquí de nuevo a las brujas. Todo esto queda reflejado en los propios escritos de la época, que aluden a la pobreza de las supuestas brujas “Las brujas se hallan entre las mujeres pobres porque los demonios desean mostrar su desprecio hacia el creador comprando a las brujas al más bajo precio posible” 7. Las mujeres acusadas de brujería solían ser viudas, ancianas y generalmente pobres, es decir, pertenecían a un estatus social bastante bajo y poco provechoso para el Estado. 6 SPRENGER, J., INSTITORIS H. Mallus maleficarum. 1584. Lyon. Cuestion XI 7 BIGALLI C., El Malleus maleficarum. Pág 10 7 CARACTERÍSTICAS Y CONTEXTO Para poder entender mejor este complejo tema que mezcla leyendas y falsedades (establecidas intencionadamente) con realidad, hay que detenerse a analizar algunos factores que nos ayudarán a desentramar los complejos lazos de la ficción y la estricta veracidad histórica. ¿A qué tipo de mujeres se juzgan, en qué ámbitos y por qué? Revisando los documentos, podemos observar que la mayoría de las brujas provienen de un medio rural, pequeñas poblaciones agrícolas que tienen una economía campesina. La vida rural está caracterizada por dos factores fundamentales: - Comunidades de pequeñas dimensiones - Vigor de las creencias supersticiosas que calan más profundamente entre el campesinado iletrado. Los dos aspectos son obvios, puesto que en las zonas de ámbito rural la alfabetización es lo más usual, estableciéndose así como pueblo vulnerable, más presto a ser atemorizado con facilidad. De igual modo cabe destacar que este tipo de acusaciones personales de brujería, debían darse en lugares pequeños, donde todo el mundo se conoce, compartiendo una convivencia estrecha y diaria. Este tipo de cuestiones en el contexto de sociedad campesina moderna podían generar fácilmente querellas y suscitar envidias. Aunque no podemos afirmar categóricamente que el fenómeno de la brujería sea exclusivo de las zonas rurales, sí es al menos lo más habitual. También cabe destacar el género de los acusados, siendo un porcentaje abrumadoramente más alto el del femenino, pero hay que recalcar que estas acusaciones no estaban exclusivamente reservadas para las mujeres, puesto que también se llevaron a cabo varios juicios masculinos, aunque en un número notablemente inferior. Podemos observar este hecho en los documentos conservados al respecto de los juicios en España8: - Corona de Castilla el número de brujos en la es de 132 frente a 324 de mujeres - Corona de Aragón 69 hombres frente a 90 mujeres entre los años 1540-1685. - Rusia como caso excepcional se documenta un mayor juicio de 93 hombres frente a 43 mujeres. 8 Relación de causas de visita del Tribunal de la Inquisición de Córdoba. 1575. ES.28079.AHN/1.- 2.11.6.18.2//INQUISICIÓN,1856,Exp.24 8 También sabemos que la mayoría de los juicios de los hombres están más relacionados con la herejía que con la brujería en sí. Otro de los factores a tener en cuenta era la edad de las acusadas, que coincide con la imagen que se tiene hoy en día de una bruja: personas de elevada edad. En un amplio porcentaje de los casos se superaban los cincuenta años, y teniendo en cuenta que la esperanza de vida en la Edad Moderna se situaba en torno a los cuarenta años, se consideraría a las mismas personas vulgarmente denominadas “viejas”. 9 9 Grabado nº68 de Los Caprichos de Goya 9 CONCLUSIÓN La época de mayor auge de la brujería coincide con la época de la reforma protestante de Martín Lutero, la cual debilitó de forma notable a la Iglesia, y es en este momento en el que nace la brujería como realidad social. Estos años de inestabilidad social van acompañados de malas cosechas, de pestes, enfermedades, guerras etc., que las autoridades, explican como un castigo divino por las herejías, en un aspecto personificadas por las brujas. La iglesia adquiría los bienes de dichas acusadas. La bruja llegó a funcionar como respuesta generalizada a la mayor parte de los males de la época, puesto que generales y sus características acciones habituales provocaban y causaban malestares comunes en la población, desde el infanticidio, la muerte del ganado, los campos yermos… aunque estos últimos eran debidos a consecuencias climáticas adversas que traían consigo enfermedades, las cuales también podrían ser achacadas al poder de las brujas, así como la infertilidad de los hombres y mujeres, pudiendo ser esto explicado científicamente, ya que debido a las penurias y al hambre, es decir, a la desnutrición, el cuerpo no podía generar una vida sin ser capaz de mantener correctamente la suya propia, de modo que el número de nacimientos considerablemente descendió en épocas de crisis. 10 10 Alberto Durero: Bruja montando una cabra al revés. Museo Británico. 10 BIBLIOGRAFÍA • BIGALLI C., El Malleus maleficarum. Subjetividad y procesos cognitivos. Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), Bigalli, C., 2006. • CARO BAROJA, J., Las brujas y su mundo. Revista de Occidente, Madrid, 1961. • CARO BAROJA, J., Vidas mágicas e inquisición I-II. Itsmo, Madrid, 1992. • GARI LACRUZ, Ángel: Brujería e Inquisición en el alto Aragón en la primera mitad del siglo XVII. Departamento de cultura y educación. Zaragoza. 1991. • HENNINGSEN, Gustav: El abogado de las brujas. Brujería vasca e Inquisición española. Madrid, Alianza editorial, 1983. • LEVACK, Brian: La caza de brujas en la Europa Moderna. Alianza Editorial. Madrid. 1995 • LISON TOLOSAS, C., Las brujas en la historia de España, Temas de hoy, 1992 • ROJO VEGA. A., Medicinas, brujas, demonios y exorcistas en la España del siglo XVII. Revista española de investigaciones quirúrgicas, vol. XVII, nº4, Valladolid. • SPRENGER, J., INSTITORIS H. Mallus maleficarum. Cuestion XI. Lyon. 1584. • TORQUEMADA,M. 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