EL FINAL DE LOS BANCOS TAL COMO LOS CONOCEMOS - PERDIENDO TERRENO por Kenneth H. Bacon EL ROL DECLINANTE DE LOS BANCOS EN LA ECONOMIA PREOCUPA A LA RESERVA FEDERAL: PUEDE DAÑAR A LAS EMPRESAS, DEBILITAR LA POLITICA MONETARIA E IMPLICAR MAYORES RIESGOS PARA LOS DEPOSITANTES. La Reserva Federal, que comenzó curando a la industria bancaria dos años atrás con bajas tasas de interés, ahora está preocupada por la salud a largo plazo de su paciente. En los veinte años previos, la participación de los bancos comerciales en los activos financieros totales de los Estados Unidos disminuyó a un 24,5% de un casi 40%. “La industria bancaria está llegando a ser económicamente irrelevante y casi también políticamente irrelevante”, dice William Isaac, un ex presidente del Federal Deposit Insurance Corp. (FDIC), que ahora es jefe del Secura Group, una firma consultora de Washington. El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, llama la atención sobre el hecho que las firmas de corretaje, los fondos mutuales, las compañías financieras y los gigantes industriales como General Electric Co., que están menos regulados, se llevan a los mejores clientes. “La política pública debería ocuparse de la decreciente importancia de los bancos”, ha dicho. “Estos temas son demasiado importantes para el futuro crecimiento de nuestra economía y el bienestar de los ciudadanos”. Los analistas dentro y fuera del gobierno están preocupados en que la caída de los bancos pueda: − Debilitar la influencia de la Reserva Federal en la economía, a través de la política monetaria. − Aumentar el tamaño y complejidad de los riesgos que la Reserva Federal debería asumir en el caso de una ruptura en el mercado de valores o crisis similar. − Dañar a las pequeñas empresas e incluso a las medianas, que dependen principalmente de los bancos para préstamos y asesoramiento financiero. − Reducir el acceso a las oficinas bancarias tradicionales, al incentivar la consolidación de los 11.300 bancos comerciales de todo el país. AUMENTO DEL RIESGO Con las tasas de interés a su más bajo nivel en décadas, las ganancias de los bancos están subiendo vertiginosamente, porque los costos de sus fondos han bajado mucho más que el retorno proveniente de préstamos e inversiones y porque las tasas bajas han sacado de apuro a algunos preocupados prestatarios. Pero esas tasas también agravan un problema a largo plazo: los inversores están buscando rendimientos más altos sacando el dinero de los depósitos bancarios asegurados federalmente y de las cajas de ahorro, y lo están colocando en fondos mutuales no asegurados. Algunos expertos están preocupados porque este trueque de seguridad por rendimiento más alto puede exponer a los depositantes a severas pérdidas potenciales. Dice el Comptroller of the Currency (Contralor Monetario) , Eugene Ludwig; “Pienso que los bancos juegan un rol fundamental e importante en la sociedad, el que no está bien cubierto por otros. Veo la declinación en el sistema bancario como un traslado del riesgo, desde el 1 gobierno para el público antes que en una eliminación del mismo”. Siguiendo las tendencias actuales, el total de las inversiones en fondos mutuales pronto eclipsará los USD 2 trillones en ahorros y depósitos bancarios y en las demás instituciones de ahorro. Andrew Hove, el presidente en ejercicio del FDIC, dice que este traslado de fondos origina un tema crucial para los que dan los lineamientos políticos en Washington y para los empresarios que buscan créditos: ¿Podrán los bancos recuperar el dinero si aumenta la demanda de préstamos? “Creo que sí, pero quién sabe!”. Agrega que irónicamente el gobierno está gastando USD 200 millones para asegurar los depósitos, justo cuando la importancia del seguro de los depósitos no es tan grande como antes lo era para los ahorristas. La Administración Clinton ha empezado una ambiciosa revisión del sistema financiero nacional. Se encuentran realizando el trabajo preliminar Ludwig, el Subsecretario del Tesoro, Frank Newman y Ellen Seidman, del Consejo Económico Nacional del presidente Clinton. El punto inicial está referido a la creencia del Sr. Clinton que los bancos y otras compañías financieras pueden hacer algo más para satisfacer las necesidades de crédito de las pequeñas compañías, de los hambrientos de capital de las zonas rurales, y los de las ciudades del interior. Los funcionarios dicen que de este modo, la revisión irá más allá de una “reforma bancaria” tradicional en temas como por ejemplo cuánta regulación hará falta para que los bancos estén sanos y solventes; se les debería permitir diversificar los riesgos a través de sucursales en toda la nación u ofreciendo un alcance más amplio en seguros y valores como muchos por largo tiempo han querido. Newman ha dicho que la Administración podría preguntar si los fondos mutuales y otras compañías financieras deberían estar sujetas a las normas federales sobre inversiones en sus comunidades, tal como las impuestas en los bancos. Seidman ha empezado a discutir los medios para alentar a los fondos de pensiones y a las compañías de seguro a invertir en renovaciones urbanas a largo plazo y en los programas de desarrollo comunitario. Otro tema sería buscar regulaciones federales de los seguros, las que son actualmente supervisadas a nivel estatal. Los funcionarios de la Casa Blanca han leído un informe elaborado con precisión pero controvertido- del Instituto de Política Económica, una avanzada del pensamiento liberal. Ese estudio, escrito por Jane D’Arista y Tom Schlesinger, sostiene que todas las instituciones financieras deberían operar bajo las mismas regulaciones, incluyendo los requerimientos de capitales y reservas y las normas sobre préstamos. En un momento en que los bancos dicen que las regulaciones deberían disminuir de tal modo que puedan operar más como firmas de corretaje, el estudio busca lo opuesto: la imposición de un tipo de regulación bancaria sobre el sistema financiero “paralelo” de los fondos mutuales, las inversiones bancarias y los corredores de valores que llevan a cabo funciones bancarias. No se espera que la Administración llegue tan lejos y, de cualquier modo ninguna decisión será tomada antes de la próxima primavera. Si el presidente Clinton busca cambios básicos regulatorios, la Administración y el Congreso se verán envueltos en “la madre de todas las guerras”, ya que que las compañías financieras y sus reguladores pelean por lograr una ventaja con respecto al otro”, dice Bert Ely, un consultor bancario. 2 Dos fuerzas -la innovación y la regulaciónexplican la declinación bancaria. Muchas de las innovaciones comenzaron a fines de los 70, cuando el advenimiento de tasas de interés resultantes del proceso inflacionario y los límites federales sobre las tasas que los bancos podían pagar sobre los depósitos, llevó a prestatarios y depositantes a apartarse de los bancos. Todo comenzó a surgir: los fondos mutuales del mercado monetario, las hipotecas sobre viviendas, vendidas en el mercado secundario para colateralizar títulos, y la tendencia de las grandes firmas de primera línea a la obtención de liquidez mediante la colocación de sus propias obligaciones en el mercado. Dado que los bancos perdieron a la mayoría de sus valiosos clientes de crédito, comenzaron a perseguir retornos más altos por medio de préstamos a prestatarios riesgosos, operadores de bienes raíces, naciones del Tercer Mundo y las corporaciones involucradas en compras de empresas financiadas con créditos. Las corridas por malos préstamos tuvieron lugar sin parar a lo largo de los 80, y eso hizo que los bancos fracasaran. Mientras tanto, una inadecuada desregulación casi destruye a las entidades de ahorro y préstamo ( “savings and loans” o “thrifts”). Después de una década de desregulación, el Congreso comenzó a imponer nuevas reglas de seguridad sobre las instituciones depositarias. Temiendo que los vertiginosos fracasos bancarios fueran a drenar al Fondo de Seguros Bancarios, el Congreso aprobó en 1991 una repentina ley que aumentaba el ámbito -y el costo- de las regulaciones bancarias. Cuando otorgan préstamos, los banqueros se enfrentan a reglas de capital, documentación y colaterales que no se aplican a prestamistas no bancarios. Además, la Reserva Federal requiere que los bancos tengan encajes del 10% sobre los depósitos en cuentas corrientes y otros tipos de transacciones. El FDIC impone una prima de seguro de depósito que promedia USD 0,248 (más del triple que hace cuatro años), por cada USD 100 de depósitos particulares. Una razón por la cual los fondos mutuales del mercado monetario pueden pagar a los depositantes intereses más altos de lo que pueden los bancos, radica en el no tener que afrontar tamañas erogaciones. La desviación del dinero de los bancos a los fondos mutuales está complicando la política monetaria. Dice Greenspan: “La relación entre el dinero y la economía puede sufrir una transformación significativa. Si esto es así, los pasivos de las instituciones depositarias no serían la válvula de ajuste de las condiciones financieras que alguna vez fueron”. Por eso, la Reserva Federal está tratando de concebir nuevas y más útiles válvulas para controlar la oferta monetaria. Un problema mayor es que “hay tantas maneras de obtener crédito fuera del sistema bancario, que la política monetaria está perdiendo relevancia”, dice Ely. Cuando la Reserva Federal lanzó su guerra contra la inflación disminuyendo bruscamente la oferta de dinero hace catorce años, se detectó que no se podía limitar el crédito a los prestatarios que lo requerían; sólo podía forzarlos a pagar tasas más altas. El informe del Instituto de Política Económica también afirma que el aumento de los activos financieros fuera del sistema bancario “afecta el principal rol de los bancos de transmitir la política monetaria y desplegar la liquidez del banco central para disminuir la volatilidad, prevenir trastornos y controlar las crisis. Los funcionarios de la Reserva Federal niegan que el banco central esté 3 perdiendo su influencia sobre la economía. En la medida en que la Reserva Federal mantenga intactos sus poderes para actuar como prestamista final para los bancos, podrá proveer la liquidez necesaria para mitigar una crisis financiera, tal como lo hizo durante la crisis accionaria de 1987. En 1991, las firmas de Wall Street pelearon y ganaron por lograr una legislación que consolidara la capacidad de la Reserva Federal para prestar directamente a las firmas de corretaje con problemas. Pero los funcionarios admiten que el flujo de activos y depósitos del sistema bancario tiene mayores riesgos. La Reserva Federal está poniendo más energía para controlar los USD 7 trillones del mercado de derivados -los nuevos productos financieros que ligan a los bancos, las firmas de inversiones y las corporaciones, que se esfuerzan en protegerse contra los cambios en las tasas de interés, los precios de las acciones y de los productos primarios y de divisas. Uno de los cambios fundamentales que ha aumentado el ahorro y las inversiones fuera de los depósitos asegurados, es el aumento del riesgo. “Millones de personas han dejado de ser depositarios pasivos en los bancos y firmas de ahorro y préstamos- y de invertir indirectamente en acciones a través de intermediarios, tales como los fondos de pensión privados y públicos, a ser participantes directos, principalmente a través de los fondos mutuales”, dice Henry Kaufman, un economista de Wall Street, conocido por sus predicciones pesimistas. Advierte que el sector de las familias puede no advertir todos los riesgos que está asumiendo, con el resultado que puede actuar de un modo impredecible si se produce un súbito trastorno en los mercados financieros, que amenace con ocasionar enormes pérdidas a sus ahorros. Agrega que si eso pasara, los políticos deberían hacer presión para forzar a la Reserva Federal a sostener los mercados de valores. Sin embargo, cuando el índice Dow Jones cayó 500 puntos en octubre de 1987, no hubo grandes movimientos de fondos desde los fondos mutuales a los bancos. Fidelity Investments y otros grupos de fondos descubrieron que los clientes retiraron dinero de los fondos comunes de inversión y lo pusieron en los fondos del mercado de dinero, dentro del mismo grupo. Pero vale la pena señalar que en 1987 las tenencias de los fondos mutuales totalizaban sólo USD 752.000 MM, comparado con los USD 1.800.000 MM de hoy en día. El objetivo de la Reserva Federal es manejar y limitar el riesgo, no eliminarlo. Greenspan cree que el Congreso fue demasiado lejos con su ley de 1991 ajustándo la regulación. Dice que si minimizar los riesgos de los contribuyentes es interpretado como minimizar el fracaso de los bancos, entonces estamos disuadiendo excesivamente a los bancos a aceptar ese tipo de riesgo que origina sus ganancias. “El grado óptimo de las pérdidas de un banco no es cero y, en todo caso, ni aún cerca de cero.” La industria bancaria está presionando en el Congreso para lograr legislación que alivie las regulaciones, argumentando que menores costos le permitirían otorgar más préstamos. Sin embargo, los presidentes de los respectivos comités bancarios del Senado y de Diputados se oponen a debilitar las medidas de seguridad que ayudaron al sector en 1991. Además, la Administración Clinton no está lista para elaborar este año una amplia legislación bancaria. En su lugar, Ludwing ha comenzado a esforzarse para lograr suprimir las 4 regulaciones innecesarias. “El gobierno ha instalado sobre los bancos una montaña de regulaciones que a menudo originan duplicaciones, son superfluas u originan gastos excesivos”. Señala, por ejemplo, que él llega a usar siete definiciones diferentes de capital bancario y agrega “Podemos mantener las cosas a salvo mientras el costo regulatorio baje”. venga del Congreso . “La nación tiene un gran interés en mantener a la industria bancaria viva y competitiva”, dice Robert Gillespie, presidente de la Society Corp., un holding de compañías bancarias de Cleveland. “Realmente nadie tiene interés en matar a la gallina de los huevos de oro”. Básicamente se está estudiando la manera de apartarse de una regulación que sirva para todo. Los bancos fuertemente capitalizados y también los bancos pequeños -aquellos que originan el menor riesgo al sistema financierolograrían una mayor libertad para otorgar préstamos con un reducido papeleo y bajos costos administrativos, y podrían ofrecer seguros y otros nuevos productos. Algunos de los cambios requerirán una legislación específica. Además de una menor regulación, los bancos quieren desembarazarse de las reglas que les impide expandir sus actividades en inversiones, como sería la de agentes de seguros o como corredores de bolsa o como vendedores de fondos mutuales. Expandirse hacia estos negocios les permitiría lograr una mayor rentabilidad sobre las comisiones, reducir su dependencia de las volátiles áreas de las tasas de interés, y ayudar a diversificar sus riesgos. Pero algunos legisladores pueden mantenerse en su posición. Ellos están preocupados por la importante entrada de los bancos en la venta de fondos mutuales, lo que puede llegar a confundir a los consumidores acerca de cuáles productos bancarios están asegurados y cuáles no. Y la apertura de sucursales bancarias en toda la nación ha estado bloqueada por años. Los banqueros se sienten frustrados por su falta de éxito en lograr un alivio que 5