Haciendo lo que Él quiere (Parte 1 de 2)

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Haciendo lo que Él quiere (Primera parte) (De la serie “Sexo, Alcohol y Drogas”) Este es el primer mensaje de esta serie que he titulado: “Sexo, Alcohol y Drogas”. Ya sé que por el título te preguntarás: ¿Y qué rayos tiene que ver hacer lo que Dios quiere, con el sexo, con el alcohol o con las drogas? Pues va a sonar a clase de tu escuela pero… sí tiene que ver, y mucho. Para que podamos entender cómo Dios se mueve o cómo ve Dios las drogas, el sexo y el alcohol, debemos entender el por qué debemos hacer lo que Dios quiere hacer. ¿Por qué debemos hacer lo que Él quiere? Esa pregunta tiene una respuesta muy sencilla: Porque Él es Dios. Y entonces tú me vas a decir: “Tú no sabes la calentura que traigo al ver esa chava, me prendo como burro en primavera”, “Tú no sabes cómo se me antoja una cheve”, o si tu eres una chava, tal vez me digas: “Sí, pues como tú no te estas muriendo por ver al papacito de William Levy ¿tú que?”, “a ti no se te antoja un tequila de ves en cuando… tú que sabes“ Todos cuando somos chavos se nos antoja, pero hay una diferencia en hacer lo que te mandan, y el QUERER hacer lo que te mandan; no es lo mismo “ve y tráeme un 1kg de tortillas” a “mamá voy por un kg de tortillas”. Vamos a la palabra en el Evangelio según San Mateo, capítulo 6 versículo 1. Dice ahí: Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para
ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de
vuestro Padre que está en los cielos.
Yo busqué el significado en hebreo de justicia y no me sacó del apuro, así que busqué la palabra justo y encontré esto: tsaddiq, Uno que es correcto, claro, limpio, apropiado, o sea que en la Versión Toño‐Valera diría así: Cuídense de hacer lo que a ustedes le parece claro, correcto, limpio o apropiado, para que los vean los demás, porque no tendrán bendiciones de Dios que está en los cielos. Entendiendo esto la Biblia es muy clara: No te bases en lo que tú sabes, sino confía en Dios (Proverbios 3.5) Nuestra inteligencia está muy limitada y seguro lo sabes porque cuando vas a hacer un examen no te acuerdas de lo que estudiaste (¿Por qué no eres un cristiano normal?). El por qué de no hacer lo que nosotros queremos es porque sencillamente, como lo dice en Mateo, perderemos las bendiciones de Dios, y no sólo en lo material, sino también en lo espiritual, que es lo que debería importarnos más. Nuestra visión de las cosas, es muy limitada. En cambio Dios ve las cosas de una manera distinta, las ve desde otro punto de vista, buscando bendecirte lo más que se pueda. Cuando tú haces lo que quieres y te basas en lo que sabes, te estás poniendo una barrera que impide que tanto las bendiciones de Dios vengan, así como impide que tú te acerques más a Dios. Cuando tú haces lo que quieres en cuanto a las decisiones que tomas en el sexo, el alcohol o las drogas, vas a impedir bendiciones, vas a impedir que la mano de Dios esté en tu vida. La única manera de evitar las bendiciones de Dios es cuando tú no las quieres recibir, y aunque no lo dices verbalmente, con tus acciones sí lo haces. Si hago esta serie de mensajes es para que entendamos el consejo de Dios para el sexo, para el alcohol y para las drogas, y cuando lo entiendas vas a saber que todo es mejor cuando sigues el consejo de Dios. Debemos hacer lo que Dios quiere aunque nos duela, muchas veces es difícil y duele bastante, y como no vamos a captar lo que Dios quiere hacer, es ahí cuando debemos hacer una oración preguntándole qué es lo que debemos aprender de lo que pasa a nuestro alrededor. Hay quién se le hace exagerado, el que todas las decisiones que toman muchas personas es porque ya oraron antes; yo trato de hacer nada hasta que sé lo que Dios quiere y a veces no entiendo el por qué, pero lo hago. El consejo de Dios es el mejor, Salomón escuchó el Consejo de Dios y se hizo uno de los hombres más poderosos y felices que hayan existido. Para entender el tamaño de Dios checa este dato: Nosotros usamos del 5 al 10% de nuestro cerebro, la persona más inteligente que ha existido en la tierra sabía mas de 20 idiomas, hacía cálculos largos en segundos y tenía amplio conocimiento en todas las materias habidas y por haber, esta persona uso el 15% de su cerebro (Albert Einstein usó un 10 a 12%). Imagínate si nos sorprende usar el 15% del cerebro, imagínate lo que será usar el 100%. Ahora imagina cuán grande es el Dios que creó este cerebro. También te recomiendo que leas: Una obediencia que trae bendición primera y segunda parte, ampliará tus conocimientos. En la segunda parte y última parte de este mensaje aprenderemos como amar el obedecer. Dios te bendice J. Antonio Hernández G. 
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