Sin título-1 - Salesianos Uruguay

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Hagan esto en memoria mía
Breves subsidios litúrgicos-pastorales para vivir la Eucaristía.
Posturas Corporales en la Misa
Es un símbolo de unidad de aquellos que se han reunido para rendir culto.
En la celebración de la Misa levantamos nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras voces a Dios,
pero somos criaturas integrales y es por esto que nuestra oración no está confinada a nuestras
mentes, a nuestros corazones y a nuestras voces, sino que también se expresa en nuestro cuerpo.
Cuando nuestro cuerpo participa en nuestra oración, rezamos con toda nuestra persona.
Durante la Misa asumimos diferentes posturas corporales: nos ponemos de pie, nos ponemos de
rodillas, nos sentamos y también somos invitados, a realizar una serie de gestos. Estas posturas y
gestos corporales tienen un significado profundo. Cada postura corporal que asumimos en la Misa
enfatiza y refuerza el significado de la acción en la que estamos participando. Y es muy importante
para darle el sentido comunitario debido hacerlo en forma unánime, es decir, asumiendo los gestos
recomendados todos los fieles que celebran.
Ponernos de pie es un signo de respeto y honor. Es la postura de la
oración solemne y también la actitud del que está dispuesto a obedecer
enseguida.
Nos ponemos de pie cuando el sacerdote celebrante, en representación
de Cristo, entra y sale de la asamblea.
Nos ponemos de pie al cantar el Aleluya y escuchar el Evangelio.
Nos ponemos de pie en cada oración que el sacerdote realiza en nombre
de todos (cada «Oremos»), cuando pedimos perdón, cuando proclamamos el Credo y cuando
presentamos al Señor nuestras necesidades (oración de fieles).
Nos ponemos de pie cuando el sacerdote hace la oración de presentación de las ofrendas («recen
hermanos para que este sacrificio...»).
Podemos permancer de pie a lo largo de la Plegaria Eucarística.
Permanecemos de pie desde la oración del Padrenuestro hasta recibir la Comunión.
La postura de rodillas es de humildad; además ha venido a significar
adoración. Es por esta razón que se recomienda la posición de rodillas para
que se ponga en práctica durante toda la Plegaria Eucarística (después del
Santo hasta el gran Amén), en la medida de las posibilidades de cada persona.
La posición sentada es para escuchar y meditar,
de esta forma, la asamblea toma asiento durante las
lecturas previas al Evangelio, durante la homilía y
puede, del mismo modo, sentarse durante el período
de meditación que le sigue a la Comunión.
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