Hagan esto en memoria mía Breves subsidios litúrgicos-pastorales para vivir la Eucaristía. Posturas Corporales en la Misa Es un símbolo de unidad de aquellos que se han reunido para rendir culto. En la celebración de la Misa levantamos nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras voces a Dios, pero somos criaturas integrales y es por esto que nuestra oración no está confinada a nuestras mentes, a nuestros corazones y a nuestras voces, sino que también se expresa en nuestro cuerpo. Cuando nuestro cuerpo participa en nuestra oración, rezamos con toda nuestra persona. Durante la Misa asumimos diferentes posturas corporales: nos ponemos de pie, nos ponemos de rodillas, nos sentamos y también somos invitados, a realizar una serie de gestos. Estas posturas y gestos corporales tienen un significado profundo. Cada postura corporal que asumimos en la Misa enfatiza y refuerza el significado de la acción en la que estamos participando. Y es muy importante para darle el sentido comunitario debido hacerlo en forma unánime, es decir, asumiendo los gestos recomendados todos los fieles que celebran. Ponernos de pie es un signo de respeto y honor. Es la postura de la oración solemne y también la actitud del que está dispuesto a obedecer enseguida. Nos ponemos de pie cuando el sacerdote celebrante, en representación de Cristo, entra y sale de la asamblea. Nos ponemos de pie al cantar el Aleluya y escuchar el Evangelio. Nos ponemos de pie en cada oración que el sacerdote realiza en nombre de todos (cada «Oremos»), cuando pedimos perdón, cuando proclamamos el Credo y cuando presentamos al Señor nuestras necesidades (oración de fieles). Nos ponemos de pie cuando el sacerdote hace la oración de presentación de las ofrendas («recen hermanos para que este sacrificio...»). Podemos permancer de pie a lo largo de la Plegaria Eucarística. Permanecemos de pie desde la oración del Padrenuestro hasta recibir la Comunión. La postura de rodillas es de humildad; además ha venido a significar adoración. Es por esta razón que se recomienda la posición de rodillas para que se ponga en práctica durante toda la Plegaria Eucarística (después del Santo hasta el gran Amén), en la medida de las posibilidades de cada persona. La posición sentada es para escuchar y meditar, de esta forma, la asamblea toma asiento durante las lecturas previas al Evangelio, durante la homilía y puede, del mismo modo, sentarse durante el período de meditación que le sigue a la Comunión.