“LAS RONDAS CAMPESINAS Y EL ESTADO DE DERECHO”

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“LAS RONDAS CAMPESINAS Y EL ESTADO DE
DERECHO”
Angel J. Gonzales Yovera *
SUMARIO:
I.- Introducción. II.- Aspectos Generales. III.- Contenido y Alcances. IV.Importancia. V.- Conclusiones. VI.- Propuestas de Solución. VII.Bibliografía.
RESUMEN:
En el desarrollo del presente tema, lo que se busca no es desacreditar la
labor que realizan las rondas campesinas apostadas a lo largo y ancho de
nuestro país, puesto que considero que cualquier sociedad frente a la
criminalidad para proteger entre otros su patrimonio, más aún tratándose
de las zonas alejadas y olvidadas por el Estado donde campea la pobreza
y la delincuencia, sí es justificatorio el reconocimiento de las rondas
campesinas, sin embargo lo que no se justifica son los excesos como la
violencia, las detenciones arbitrarias, los maltratos y otros sufrimientos
que padecen los aprehendidos, puesto que estos medios usados por los
ronderos para combatir la criminalidad no son en nada adecuados y
menos permitidos por la ley, en razón de que la época de la venganza ha
sido desterrado por otros medios suficientes e idóneos para resolver los
conflictos.
*
Relator (T) de Sala. Ex Juez de Paz Letrado –Corte Superior de Justicia de San Martín.
Estudios de Doctorado en Derecho. Egresado de la Maestría en Derecho con Mención
en Civil y Comercial. Estudios de Maestría en Derecho con Mención en Ciencias
Penales.
I.- INTRODUCCIÓN:
El tema propuesto en lo posible intentará ser objetivo en la identificación
de la problemática de la actividad de los ronderos en la resolución de los
problemas que surgen en sus comunidades como una forma de control
social y en dar algunas posibles soluciones.
Respecto del tema existe numerosos artículos, siempre haciendo énfasis
a su reconocimiento constitucional y al rol que cumplen las rondas
campesinas; sin embargo debe considerarse y meditarse cuando se
producen algunos excesos provenientes de las rondas, como las actitudes
de éstos en las denominadas cadenas ronderiles y los maltratos o
perjuicios, físicos, sicológicos y otros que sufren los aprehendidos que
supuestamente habrían cometido delitos o en la producción de algún
problema en perjuicio de su propia comunidad.
Si bien el objetivo de resolver el problema es muy importante en cuanto
implica una solución social; sin embargo debe analizarse si los medios o
métodos que se utiliza para llegar a los fines sociales se contrapone o no
a los principios y fines que corresponde a un Estado Derecho y
Democrático que propugna el respeto de la persona humana, de las
normas legales y de las autoridades constituidas legalmente. Es casi
seguro, que muchas veces cuando se produce una serie de actos
irregulares en el desarrollo de la actividad de los ronderos hay quienes
piensan que no resulta positivo la forma como éstos combaten la
criminalidad, y otros que es permitible la actitud de los mismos en tanto se
justifica debido a la ausencia de presencia del Estado.
II.- ASPECTOS GENERALES:
De la lectura del artículo 149 de la Carta Política de 1993, se desprende
que el Estado como gobierno democrático comprende toda forma de
participación individual o colectiva de cualquier índole evitando la
discriminación; y es en función de este texto constitucional que ha creado
y reconocido a las Rondas Campesinas existentes en el Perú, con el
objetivo principal de otorgarle una función importante dentro de su
competencia territorial con la misma importancia a las labores de las
autoridades competentes en la lucha contra la delincuencia para resolver
sus diferendos comunitarios.
La doctrina de la teoría del Estado nos enseña que en las dimensiones
básicas del Derecho como es la teoría tridimensional del derecho: que el
derecho como conjunto de normas, como es precisamente la disposición
legal en estudio, tiene una dimensión social, normativa, valorativa,
sucediendo que en el tiempo muchas veces la norma legal no es
adecuable a la realidad y para hacerlo aplicable bien pueden ser
derogadas o en todo caso tratándose de normas con contenido
económico y social bien pueden ser desarrollas como en efecto ha
sucedido con las rondas campesinas. Considero que la intención del
legislador respondió a la época en que éstas eran necesarias como hoy
también lo son muy necesarias, es innegable su importancia y el rol que
cumplen en la sociedad comunera y nativa puesto que aún hay ausencia
total del Estado; pero existe una problemática que debe resolverse con
urgencia de manera inmediata, en relación a sus funciones en la lucha
contra la criminalidad, como es precisamente en su organización y en
relación a los posibles excesos de sus decisiones que vienen
produciéndose a lo largo y ancho de nuestro país, como las actitudes de
las rondas en los denominados cadenas ronderiles y los maltratos o
perjuicios que sufren los aprehendidos que supuestamente habrían
cometido delitos o en la producción de algún problema en perjuicio de su
propia comunidad. Lo que nos lleva a preguntarnos si este problema
contraviene o no los principios de todo Estado de Derecho.
Que, en forma antelada manifiesto que para la solución de la problemática
expuesta, es preciso comprometer a las autoridades representativas del
Estado, Regional y Local y sobre todo al Defensor del Pueblo y sus
órganos descentralizados de las zonas involucradas, con la finalidad de
mantener el orden, la autoridad que son pilares de todo Estado de
Derecho; debiendo efectuar una labor permanente y cotidiana de campo y
no de escritorio, de carácter pedagógico, de orientación permanente al
interior de las bases de la comunidad.
III.- CONTENIDO Y ALCANCES:
El punto de partida del tema propuesto parte de darle un enfoque
constitucional, iniciando por dar algunos alcances y definición de los
derechos humanos, por la prevalencia que tiene frente a cualquier
situación como lo que viene ocurriendo en las zonas alejadas, para
comprender que cualquier perjuicio a las personas cuando éstas se
encuentren involucrados en la comisión de delitos, aún cuando las
comunidades sean las agraviadas, solo pasa por una actitud que se
produce como consecuencia de las oposiciones de los aprehendidos y no
como los medios exclusivos de los ronderos que rompa cualquier principio
propio de un Estado de Derecho. En fin los Derechos Humanos es
similitud de dignidad humana frente al Estado, son los atributos, derechos
de toda persona, es inherente a su dignidad que el Estado está en el
deber de respetar, garantizar o satisfacer, se trata de derechos inherentes
a la persona humana y se afirman frente al Poder Político. También se
puede afirmar que todo ser humano por el hecho de serlo es titular de
derechos
fundamentales
que
la
sociedad
no
puede
arrebatarle
lícitamente. Entonces, el Estado y sus reparticiones, como sus
organizaciones representativas como son las rondas campesinas se
encuentran obligadas a respetar y a tutelar como son los derechos a la
libertad, seguridad, integridad física y moral de la persona y en otros
derechos sean de segunda o tercera generación. Bajo este contexto, es
que las rondas campesinas tienen que funcionar aunque tengan al mas
avezado de los delincuentes, razón por la cual resulta permitido sus
métodos como las cadenas ronderiles en tanto no contravenga la ley
Penal y es en esa medida que sus funciones responderán al Estado de
Derecho; ya que el respeto de las normas legales que se expiden y rigen
es para toda autoridad sin importar su jerarquía y deferencias de
personas y cosas, prevista en la Carta Política. Además como regla
general ninguna autoridad ni menos de parte de las comunidades
campesinas es permitido alguna actitud irregular que produzca violación
de los derechos fundamentales o se encuentre alguna justificación de ello,
toda vez que se estaría atentando el principio de inocencia consagrado en
la Constitución del Estado y que es de observancia obligatoria para todo
tribunal que juzga e incluso para las comunidades campesinas y nativas.
Desde los integrantes de las entidades y de todo organismo público más
alto hasta la de menor jerarquía existentes en el País están obligados ha
observar cierta reglas de convivencia, dentro de los cuales deben
comprender mecanismos para la protección y garantía de los derechos
humanos, estos conjuntos de reglas que definen el poder y lo subordinan
a los derechos y atributos inherentes a la dignidad humana es lo que se
puede llamar el Estado de Derecho. Con ello, se quiere decir que el
Estado de Derecho importa el respeto absoluto de las entidades entre sí y
estas con sus administrados, evitando de esta manera la extralimitación
del poder que vaya en perjuicio de los derechos de la persona. El Estado
de Derecho exige además de que las normas que regulan la convivencia
sean conocidas y aplicadas, además de ser elaboradas por un
determinado procedimiento, de un método, racional y seguro que evite la
arbitrariedad en su aplicación y que las dote de una fuerza de convicción
tal que sean aceptadas por la mayoría de los miembros de la comunidad.
Es pues los principios que regula el Estado de Derecho, los cuales nos
hace observar el respeto que se debe tener hacia las instituciones,
autoridades, y nos enseña los límites en la aplicación del poder, razón por
la cual desde que se constituye una entidad, la autoridad y sus miembros
que la integran están obligados absolutamente por el respeto de las
normas y de los derechos humanos que tienen una naturaleza supra
estatal. De tal modo que si bien no se puede dejar de reconocer la
importancia que desarrollan los organismos y toda institución creada por
el Estado, claro está que tienen que hacerlo con estricto apego a la
Constitución Política del Perú, las leyes que propugnan y amparan el
respeto a las personas como fin supremo de la sociedad y del Estado,
conforme lo preceptúa el artículo 1 de la acotada Carta Política.
Precisamente, como parte de la función estatal con el objeto de satisfacer
las necesidades de la población, que son las justificaciones de las
creaciones de instituciones, se ha reconocido por mandato constitucional
de 1993 en el artículo 149 la existencia de las Rondas Campesinas como
una institución autónoma, democrática de apoyo a las autoridades de las
Comunidades Campesinas y Nativas, en el quehacer o actividades
concernientes a las funciones jurisdiccionales. Evidentemente esta
normatividad no hace más que consolidar la pluralidad étnica y cultural de
la nación prevista como un derecho de toda persona. Además
reconociendo la existencia de una administración de justicia paralela a la
administración de justicia común u ordinaria, teniendo como límite sólo
dentro del ámbito territorial y sobre la base del derecho consuetudinario
referida a las prácticas cotidianas, objetivas reconocidas y que pertenecen
a la sociedad como tales. Si bien es cierto que las funciones de las
Rondas Campesinas existentes en nuestro país tienen una consagración
constitucional que no puede ser desconocida por autoridad alguna por
encontrarse protegidas y amparadas por el principio de no discriminación
que constituye un derecho de la persona natural o jurídica; lo cierto
también es que como cualquier institución tienen el sagrado deber de
desempeñarse con sujeción a las normas constitucionales y a la Ley, solo
en esa medida estaremos frente a una institución o comunidad
democrática cuyas actuaciones sean legitimas constitucionalmente.
Es muy posible que cuando se aprobó el artículo en comentario fue con el
ánimo de atender los problemas surgidos en las zonas alejadas por la
falta de presencia estatal; sin prever que el transcurso del tiempo
cambiaría o variaría las condiciones de las cosas. Claro está que uno de
los paliativos para combatir estos cambios se hace con lo que se señala
expedir normas legales que tienen como finalidad desarrollar los textos
constitucionales como se ha producido con las rondas campesinas, tal
como se ha indicado en las precisiones de la normatividad. Pero como el
tan sólo vivir en comunidad resulta ser complejo siempre cualquier norma
con estas características no tienden a resolver los problemas de cualquier
naturaleza.
Por eso el Estado dentro de su responsabilidad como una organización
necesaria para la convivencia no acaba su función sólo en emitir normas,
crear instituciones, sino primordialmente en preocuparse porque las leyes
sean adecuables a su propia realidad y que las instituciones existentes
funcionen y cumplan sus objetivos respetando la supremacía de la
Constitución que es muy primordial en un Estado de Derecho como el
nuestro que ha costado componerlo en nuestros días. Claro, lo enunciado
es lo ideal, lo que busca toda sociedad que casi siempre el Estado no
puede responder a las necesidades del pueblo generalmente porque
siempre deviene en centralista y olvidadizo en forma egoísta hacia los
pueblos alejados del país sin interesarle el bienestar social y una de las
muestras es que justamente la existencia de las rondas campesinas se
debe a la ausencia de protección directa de órganos jurisdiccionales, de
autoridades policiales, vale decir donde no existe presencia del Estado.
Esta actitud irresponsable del Estado como ha diseñado su política de
combatir la criminalidad por medio de la rondas campesinas no es
suficiente, porque hace recordar cuando en la época de gobiernos
militares se creó la reforma agraria entregando las tierras a los
campesinos sin ser previamente orientados o educados sobre el manejo y
administración de las tierras lo que conllevó al desliz agrario, justo lo que
ahora esta sucediendo con la rondas campesinas que considero que por
falta de orientación como está señalado, muchas veces se exceden en
sus decisiones. Con la existencia de las ronda campesinas considero que
no ha sido suficiente, el Estado aún debe jugar un papel importante en lo
que se refiere al desempeño de las rondas, porque estás vienen
funcionando con algunas insuficiencias como es la falta de una plena
organización, por ausencia de decisión y falta de liderazgo que en
muchas ocasiones se impone la comunidad sin importarle el cumplimiento
de las normas constitucionales y la Ley. Que, los derechos fundamentales
de las personas como es a la vida, a la protección de la libertad, de las
desapariciones forzadas, derecho a la integridad y al trato humano que es
la preservación sin detrimento alguno de la integridad del cuerpo y de la
mente, excluyéndose los tratos crueles inhumanos o degradantes no
deben ser propio de las instituciones o integrantes que provienen de un
Estado de Derecho, si es así, entonces considero que las rondas
campesinas o cualquiera otra tienen la tendencia de observar y cumplir
con las orientaciones y funciones de un Estado de Derecho, porque es
muy importante que estas coadyuven igualmente en la consolidación del
Estado de Derecho.
Resulta muy importante tener presente que la dignidad humana como
derecho fundamental al igual de los derechos enunciados considerados
como derechos humanos de naturaleza internacional son los pilares de
todo Estado y que se afirman frente al Poder Político, entonces con mayor
razón las ronda campesinas deben estar orientadas a guardar, preservar
el respeto y observancia de estos derechos. De la consagración
constitucional y del reconocimiento de las rondas campesinas como una
institución autónoma y democrática de interlocución con el Estado y de
sus órganos representativos prevista en la Ley 27908 para combatir la
criminalidad con el objeto de coadyuvar en la actividad jurisdiccional que
se le reconoce a la Comunidades Campesinas y Nativas bajo ciertas
condiciones que es muy distinto su aplicación a la justicia ordinaria dada
la envergadura de los casos, resulta muy loable, puesto de que no hay
discusión de las facultades otorgadas en la lucha contra el crimen que en
buena cuenta constituye una garantía y seguridad a sus comunidades,
claro está en la medida que éstas cumplan su fines con observancia del
respeto a los derechos fundamentales, esto es, sin violar los derechos en
referencia así como los previstos por la Carta Política, de lo contrario no
tendría razón de ser su existencia en la población, ni menos mantenerlos
como organización comunal, que no es la intención del autor en que no se
le reconozca como tales, sino que se les refuercen, se les convierta en
una institución sólida y se les de una activa participación en el Estado,
porque constituye una solución práctica de sus problemas dentro de su
comunidad, no solo en lo que respecta en la administración de justicia,
sino también económica y social, desde que son al igual que las fuerzas
sociales de la ciudad productoras de producción.
Sin embargo nuestra realidad en relación a la normatividad sobre la
materia existente bien intencionada por cierto, resulta aplicada por las
rondas campesinas con observancia al mandato constitucional y a la Ley
de su creación aún cuando se produzcan ciertos y algunos deslices en el
comportamiento de las rondas y que implique cierta ausencia de respeto
de las personas aprehendidas y que en algunos casos produzcan dolor en
el entorno familiar del aprehendido y que incluso les hacen realizar gastos
innecesarios cuando proceden a trasladar al aprehendido de un lugar a
otro que seguramente con las orientaciones educativas se irán
disminuyendo, orientaciones que deben observar y desempeñar las
instituciones estatales y privadas. Agrego a lo dicho que frente a la
aprehensión de una persona y en resguardo de su derecho de libre
tránsito es objeto de protección mediante la acción de garantía de habeas
corpus en su favor que se produce en contra de las rondas campesinas;
sin embargo con la educación permanente a favor de las mismas
entenderán que los jueces al realizar su función de ponerlo en su custodia
no hace más que cumplir con la ley.
Claro esta que las rondas campesinas hoy en día trastocan con su actuar
el respeto de los derechos de las personas, en algunos casos
desconociendo a las autoridades que interceden por el derecho de los
agraviados, denotando una actuación en realidad al margen de la ley que
seguro se irá disminuyendo en sus actuaciones irregulares desde que es
una institución democrática. Hasta ahora nadie ha precisado en forma
cierta y real como las comunidades campesinas y nativas deben efectuar
administración de justicia que reconoce la Constitución Política, pero lo
cierto es que resulta claro que debe realizar en la forma y modo como lo
hacen los órganos jurisdiccionales ordinarios respetando absolutamente
el debido proceso porque es evidente que las actitudes de dichas rondas
responderían a los fines del estado de Derecho; de allí que algunas
actitudes anormales que exceden el marco de la Ley como no observar el
respeto al derecho a no declarar en contra de uno mismo que es un
garantía procesal que tiene todo individuo, de seguro que deben
disminuir, por cuanto no respondería a las expectativas de un Estado de
Derecho, por contravenir las reglas y principios que contiene el debido
proceso.
IV.- IMPORTANCIA:
Aún cuando en realidad se denoten excesos en las actuaciones de las
rondas campesinas y con todo lo que causan no sólo en el ceno familiar
de los aprehendidos, así como el impacto que presentan frente a las
autoridades de cualquier índole, sustancialmente tiene gran importancia
su existencia y reconocimiento constitucional, desde que forman parte de
nuestro Perú en la solución y lucha contra el crimen y en sus diversos
problemas que los aquejan, en tanto que es la misma comunidad quien la
sufre directamente sin tener presencia estatal que seguramente en forma
inmediata lo requieren. Su importancia, no es más que una consolidación
de una realidad existente como son las rondas campesinas, y una
muestra de los derechos constitucionales y humanos que le corresponde
a estas comunidades, y que provienen del mandato constitucional y que
deben ser respetadas por cualquier entidad u organización estatal o
particular. De la misma forma como estas comunidades tienen
obligaciones y derechos, así también se espera que éstas mantengan
respeto a las autoridades estatuidas por Ley. Igualmente su importancia
radica en la labor de colaboración y ayuda a las comunidades campesinas
y nativas en el quehacer de la administración de justicia en base al
derecho consuetudinario con apego a los derechos fundamentales de la
persona dentro de su circunscripción territorial, administración de justicia
que es ejercida en paralelo con la ordinaria o común, que en realidad
tiene efectos de ayudar en la descongestión de la justicia ordinaria y para
cumplir con este cometido deben ser entrenados al igual que los jueces
de la justicia común que espero el Estado ponga mucho énfasis en ello.
V.- CONCLUSIONES:
Señalaba en expresiones anteriores que la labor de las rondas
campesinas en el escenario social como están diseñadas en la ley, tiene
mucha relevancia e importancia a los fines del Estado tal como se ha
indicado. Primordialmente debe concluirse que el reconocimiento y
existencia de las rondas campesinas, a parte de lo que se ha manifestado
se debe a la pluralidad étnica, sustancialmente, la justificación de su
reconocimiento es también debido a la ineficiencia y falta de operatividad
y desatención exclusivamente del Estado; y aún cuando haya excesos en
sus funciones, ello no significa que se encuentren fuera del contexto de
los principios del Estado de Derecho, en tanto que forman parte de todo el
sistema productivo del país.
VI.- PROPUESTAS DE SOLUCIÓN:
Como una solución inmediata considero que a la defensoría del pueblo se
le prevea la posibilidad de conminarlos a realizar mayor contacto,
traduciéndose en realizar una labor pedagógica y como mensaje hacia las
rondas se debe manifestar que cuando éstas aprehendan a un ciudadano
común por mas que sea una criminal avezado, como labor preventiva
deben aprehenderlos, poniendo a disposición de su autoridad de justicia
inmediata más cercana, de no ser así, a la policía nacional más cercana,
a la fiscalía más cercana o en todo caso a cualquier juez del distrito y
provincia y porque no decirlo al defensor del pueblo de su localidad que
es el principal defensor de los derechos de la persona con el objeto de
que estos funcionarios recurran al lugar de los hechos y tratar de resolver
el problema de difícil y peligrosa solución a veces y así dar protección a
los agraviados.
Como se podrá apreciar el problema planteado no es fácil de solucionar,
razón por la cual me atrevo dar algunas otras soluciones al serio
problema proveniente de las funciones de la ronda campesina que, cuyos
excesos no tienen ningún sustento en la Ley: 1) que en la normatividad de
cada organismo se prevea la obligación de efectuar una labor de campo
para orientar y educar sobre derechos fundamentales y derechos
humanos; que los organismos como las ONG y la Defensoría del Pueblo
de manera descentralizada efectúen una labor pedagógica y de
orientación agresiva y constante de lo que significa el respeto de los
derechos fundamentales de las personas y otras disciplinas afines, como
describirles cuales son sus límites de los directivos de las rondas
conjuntamente así como de la población. 2) que el Estado a través del
Ministerio del Interior instruya a la autoridad política y a la policía que
efectúe también una labor pedagógica en el mismo sentido y sobre todo
que sea la entidad inmediata de interlocución de atender con los
problemas que aquejan a los pobladores a fin de anticiparse a la actitud
de los ronderos. 3) que se debe dar participación a los Gobiernos
Regionales y Locales para efectuar la labor mencionada. 4) que el
Ministerio Público y los Jueces de diversa categoría deben efectuar la
misma labor pedagógica aludidas y para tales efectos debe buscarse
ayuda presupuestaria a través de las ONG encargadas de realizar labores
sociales y del Estado y quizás una de las más importante es que frente a
un hecho de posible vulneración o amenaza del derecho a la libertad de
libre tránsito y demás derechos conexos, el juez constitucional deba
buscar de inmediato o ser asistido por el funcionario que representa a la
defensoría del pueblo de la localidad y juntos enfrentar el problema, claro
sin pretender de dejar de cumplir con las obligaciones de la labor de juez.
De otro lado, debo expresar que como todo orden jurídico por el hecho de
vivir en un Estado Constitucional de Derecho, debe cumplirse las
disposiciones constitucionales, por lo que tal como las rondas campesinas
actúan en la mayoría de los casos en forma irregular, resultaría necesario
y urgente que se preste y otorgue atención inmediata a las Comunidades
Campesinas y Nativas que vienen administrando justicia con el apoyo de
las Rondas Campesinas, y esta ayuda debe traducirse en orientaciones,
charlas, sobre el significado de los derechos fundamentales de la persona
y sobre las normas y los principios que regulan el proceso judicial, para no
tener que lamentar sobre algunos infortunios que vienen pasando los
ciudadanos aprehendidos. También es necesario que estas comunidades
junto con los integrantes de las rondas, deben instruirse para adquirir
conocimientos someros de derechos fundamentales, y otros temas
relacionados a la función jurisdiccional, así como permitir y acceder a ser
atendidos en forma permanente sobre dichas funciones, lo que servirá
para menguar los excesos de su actividad y así de esa manera se
fortalecerá el Estado de Derecho así como se obtendrá la consolidación
funcional de las autoridades competentes, Poder Judicial y Rondas
Campesinas, cuyo objetivo principal es la reducción o eliminación de la
criminalidad.
Finalmente, como se podrá apreciar la problemática y solución de las
actividades de las Rondas Campesinas, claro está que se debe combatir
con la participación exclusiva del Estado, de la sociedad, autoridades,
debiendo expedirse una normatividad que contemple la interrelación con
las autoridades haciendo constar expresamente la coordinación y respeto
en relación a lucha contra la criminalidad.
Dado a la importancia como se encuentran consideradas a nivel
constitucional las Comunidades Campesinas y Nativas a las cuales
integran a las Rondas Campesinas como promotor y ayuda hacia a ellas,
con el objeto de hacerle más sólidas y dotarles de responsabilidad y tal
vez con el devenir del tiempo sean reguladas otorgándoseles derechos y
obligaciones como todo servidor y funcionario público, deben ser
consideradas como parte dentro de su estructura del Ministerio del
Interior, concediéndoles además su propio presupuesto para su desarrollo
y puedan contribuir en el bienestar de sus pueblos.
VI.- BIBLIOGRAFÍA:
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