De unos ojos celestes más unos ojos negros nacerán unos ojos oscuros, con la costumbre de mirar el cielo. De unos ojos oscuros, con la costumbre de mirar el cielo, más unos ojos tristes nacerán unos ojos profundos como pozos de agua. De unos ojos profundos como pozos celestes más unos ojos grandes nacerán unos ojos asombrados. De unos oscuros ojos, asombrados de mirar el cielo, más unos ojos mansos nacerán unos ojos como lagos. De unos ojos como lagos de asombro, parecidos al cielo, más unos ojos pardos nacerán unos ojos como tierra mojada. De unos ojos como negro mojado más unos ojos grises nacerán otros ojos, y otros ojos; nacerán otros ojos, otros ojos... Cualquiera de todos ellos que faltara, y el resto serían ojos ciegos. Bendita sea la memoria, nuestra única posibilidad de ser eternos (Liliana Bodoc)