República de Colombia Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Civil CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente: ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ Bogotá, D. C., once (11) de marzo de dos mil nueve (2009).- Ref: 11001-22-10-000-2009-00054-01 Se decide la impugnación interpuesta por los accionantes, señores ALVARO DE JESÚS SALAZAR GIRALDO, JUAN DE JESÚS GÓMEZ BOTERO, JUAN CARLOS CASTAÑO GIRALDO, JESÚS ARGEMIRO ZULUAGA MONTOYA, GIMENA DUARTE ALMARIO, GONZALO CAVIEDES, MARTA LUCÍA ARCILA DUQUE, CÉSAR GEOVANNI ZULUAGA ZULUAGA, FERNANDO ANTONIO ZULUAGA GÓMEZ, WILLIAM ALBERTO OCAMPO GIRALDO, ÁNGEL JAVIER CASTAÑEDA CASAS, JOSÉ IGNACIO BARCO ZULUAGA, WILLIAM AUGUSTO CUERVO GÓMEZ, YON FRANCISCO RODRÍGUEZ POLANIA, WVALDO DE JESÚS GÓMEZ GIRALDO, FABIO DE JESÚS ZULUAGA MONTOYA, GLORIA EDILMA GARZÓN BARAHONA, JACQUELINE MELO GARCÍA, NINFA STELLA OLARTE BERNAL, CLARA ISABEL VARGAS NUÑEZ, NANCY OSORIO GUTIÉRREZ, GUSTAVO ANÍBAL GÓMEZ BOTERO, JAIME ORLANDO GIRALDO MONTOYA, ARGEMIRO DE JESÚS OCAMPO GIRALDO, LILIANA AIDÉ DUQUE GÓMEZ, MARÍA ELSA NIÑO BERMÚDEZ, CONSUELO ROLDÁN, GLORIA AMPARO SUÁREZ BOTERO, CLARISA NIÑO SUÁREZ, EFRAÍN WALTEROS, JORGE ENRIQUE ÁLVAREZ ARTUNDUAGA, MARÍA LINE CASTELLANOS, SOLEDAD VEGA MUÑOZ y MARTHA HELENA PENAGOS WALTEROS, respecto de la sentencia proferida el 26 de enero del año en curso por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, en Sala Civil de Decisión integrada por los Magistrados Alvaro Fernando García Restrepo (ponente), José Alfonso Isaza Dávila y Liana Aída Lizarazu Vaca, mediante la cual negó la tutela solicitada por los recurrentes contra los Juzgados Doce Civil del Circuito y Veintiuno Civil Municipal de esta capital. ANTECEDENTES 1. En relación con el proceso de regulación de canon de arrendamiento que los accionantes promovieron en contra del señor Héctor Julio Domínguez Robayo, ellos reclamaron protección para su derecho fundamental al debido proceso y que, en tal virtud, se ordene, por una parte, al Juzgado Veintiuno Civil Municipal de Bogotá, que corrija el auto admisorio de la demanda, en el sentido de impulsar esa controversia por la vía del proceso verbal de menor cuantía, de conformidad con el numeral 7º del artículo 20 del Código de Procedimiento Civil, y, por la otra, al Juzgado Doce Civil del Circuito de esta capital, que deje sin efectos los autos de 27 de junio y 30 de octubre de 2008, por medio de los cuales declaró inadmisible el recurso de apelación que ellos interpusieron contra uno de los pronunciamientos del inferior, con el argumento de que se trataba de un proceso verbal de mínima cuantía. A.S.R. Exp. 2009-00054-01 2 2. En respaldo de la queja, sus proponentes, en síntesis, adujeron: 2.1. En el auto admisorio de la demanda anteriormente referenciada, fechado el 14 de diciembre de 2005, el Juzgado Veintiuno Civil Municipal de Bogotá, a quien correspondió su conocimiento, le imprimió el trámite de proceso “verbal” y ordenó correr traslado de ella al demandado, por el término de cuatro (4) días. 2.2. El demandado en ese asunto, una vez fue vinculado al mismo, contestó el libelo introductorio y, como recurso de reposición contra el precitado auto admisorio, propuso diversas excepciones previas, de las cuales, la mencionada oficina judicial, mediante auto del 21 de abril de 2006, declaró probadas las de inepta demanda y no comprender a todos los litisconsortes necesarios, otorgándole a la parte actora el término de cinco (5) días para subsanarla. 2.3. El 4 de mayo de 2006 el apoderado de los demandantes, de un lado, recurrió en reposición y, subsidiariamente, en apelación dicha determinación; de otro, solicitó la corrección del auto admisorio, en cuanto a que se diera impulso al proceso como verbal de menor cuantía y no como verbal sumario; y, por último, solicitó la nulidad de lo actuado desde el proveído del 14 de diciembre de 2005, por indebido trámite. 2.4. El juzgado del conocimiento, con auto del 7 de noviembre de 2006, resolvió la invalidación reclamada por los A.S.R. Exp. 2009-00054-01 3 actores, providencia en la cual, entre otros argumentos, expuso que “si bien es cierto, que en el auto admisorio se incurrió en error”, puesto que “no obstante ser el presente asunto un proceso VERBAL al momento de correr traslado lo hace como para el proceso VERBAL SUMARIO, y que de ello devendría una ostensible nulidad por haberse otorgado al proceso un trámite diferente al que corresponde, también lo es que, la demanda de autos jamás debió haberse admitido, ya que conforme lo ha señalado reiterada jurisprudencia para que en el proceso de REGULACIÓN DE CÁNONES DE ARRENDAMIENTO proceda la admisión de la demanda uno de los principales anexos que deben reinar en ella son los contratos de arrendamiento en los cuales se ha contemplado el porcentaje estipulado por las partes y sobre los que sería incrementado el mismo en el proceso”. Añadió, que “huérfana la demanda presentada en el presente asunto de los contratos de arrendamiento en original y/o autenticados de los cuales se pretende una regulación de la renta y siendo estos un requisito material y no formal de la demanda habrá de RECHAZARSE la misma”. En definitiva, resolvió “NEGAR la nulidad planteada por el apoderado de la parte demandante, contemplada en el num. 4º del art. 140 del C. de P.C.” y “[p]or lo anterior, se RECHAZA la demanda”. 2.5. Contra dicho pronunciamiento, los demandantes interpusieron apelación, recurso que fue concedido por auto del 21 de noviembre del mismo año 2006. A.S.R. Exp. 2009-00054-01 4 2.6. Luego de sustentarse la alzada ante el Juzgado Doce Civil del Circuito de Bogotá, éste, en providencia del 27 de julio de 2008, declaró sin valor ni efecto el auto que había aceptado el recurso y lo inadmitió, por considerar que el proceso es de mínima cuantía, pronunciamiento que, frente a la reposición planteada por los demandantes, mantuvo en providencia del 30 de octubre del año en mención. 3. Los accionantes, con miras a explicar la violación por ellos denunciada, cuestionaron al Juzgado Veintiuno Civil Municipal de Bogotá por impulsar dicho asunto como verbal sumario, cuando la acción se propuso para ser ventilada por el trámite del proceso verbal de menor cuantía; por exigir la prueba de los contratos de arrendamiento, cuando ellos se celebraron verbalmente; y por negar la nulidad que se le planteó, no obstante reconocer los errores que cometió en el auto admisorio de la demanda. Y en cuanto hace al Juzgado Doce Civil del Circuito también de esta capital, criticaron que para determinar la cuantía del litigio, se hubiere negado a dar aplicación al numeral 7º del artículo 20 del Código de Procedimiento Civil. 4. La Juez Veintiuna Civil Municipal de Bogotá al responder la tutela, solicitó desestimarla y, con ese fin, tras detallar la actuación cumplida en el señalado pleito, observó que “el procedimiento impartido a la demanda respectiva se ha ajustado a las exigencias [del] Código de Procedimiento Civil en las normas previstas para esta clase de acción”, descartando así la ocurrencia de una vía de hecho judicial. A.S.R. Exp. 2009-00054-01 5 A su turno, el Juez Doce Civil del Circuito de esta capital contestó el escrito de iniciación de este diligenciamiento e igualmente se opuso al acogimiento de la acción constitucional, para lo cual reiteró que para efectos de determinar la cuantía del proceso de regulación de cánones en cuestión, no era aplicable el numeral 7º del artículo 20 del Código de Procedimiento Civil, pues en esa controversia nada se discute sobre la tenencia de los bienes arrendados por los actores. Añadió que, con ese fin, las reglas pertinentes son las contenidas en los numerales 1º y 2º del mismo precepto y que de acuerdo con ellas el mencionado litigio califica como de mínima cuantía, por lo que no era admisible la apelación concedida por el inferior. EL FALLO DE PRIMERA INSTANCIA Luego de observar que de conformidad con el numeral 12 del parágrafo 2º del artículo 427 y el mismo parágrafo del artículo 435 del Código Procedimiento Civil, los procesos de regulación de cánones de arrendamiento pueden tramitarse como verbales de mayor o menor cuantía o como verbales sumarios, según el alcance económico de las pretensiones que se formulen, y de compendiar la postura que en relación con el proceso sobre el que se trata, expusieron tanto los accionantes como los jueces querellados, el Tribunal estimó que cuando “las autoridades judiciales toman decisiones haciendo uso de la facultad de interpretar la ley y sus actuaciones son debidamente motivadas y fundamentadas, así el interesado no las comparta, no procede el amparo”, puesto que “[p]ara que exista un defecto sustantivo la providencia debe desconocer el principio de legalidad, es decir A.S.R. Exp. 2009-00054-01 6 que su conducta debe alejarse del fundamento legal que soporta el Estado Social de Derecho”. Con tal base, en definitiva, coligió que “teniendo en cuenta que los juzgados accionados han interpretado la ley en forma razonable,…, y sus actuaciones han sido debidamente motivadas y fundamentadas, no procede el amparo deprecado por los accionantes, toda vez que no se vislumbra vía de hecho”. LA IMPUGNACIÓN Los peticionarios impugnaron la comentada decisión de primer grado, en pro de lo cual insistieron en los argumentos que desde un principio brindaron apoyo a su reclamación constitucional. CONSIDERACIONES 1. Recuerda la Corte que la acción de tutela es un mecanismo particular establecido por la Constitución de 1991, para la protección inmediata de los derechos fundamentales de quien la solicita, frente a la amenaza o violación que, en cuanto a ellos, pueda desprenderse de la acción u omisión de las autoridades públicas o de los particulares, sin que se constituya o perfile en una vía sustitutiva o paralela de los medios ordinarios de defensa que la misma norma superior y la ley consagran para la salvaguarda de tal clase de derechos. También que, como regla general, el amparo no se abre paso respecto de providencias judiciales, a no ser que en A.S.R. Exp. 2009-00054-01 7 ellas se hubiere incurrido en un proceder fruto del arbitrio o del querer subjetivo del juzgador, por ende desconectado del ordenamiento jurídico aplicable, si no es posible removerlo a través de los medios ordinarios de defensa previstos en la ley para el proceso en que fueron proferidas las decisiones generadoras de inconformidad. 2. Para poner las cosas en su verdadera perspectiva y, de esta manera, hacer una correcta comprensión de lo acontecido en el proceso de regulación de cánones de arrendamiento promovido por los aquí accionantes contra el señor Héctor Julio Domínguez Robayo, se impone destacar que luego de admitida la demanda, de haberse vinculado al citado demandado, de que éste la contestó y, como reposición contra el precitado proveído, formuló excepciones previas y de que el juzgado del conocimiento, esto es, el Veintiuno Civil Municipal de Bogotá, declaró prósperas las de ineptitud formal de la demanda e indebida integración del litis consorcio necesario, concediendo el término de cinco (5) días para la subsanación de tales defectos, esa autoridad, mediante auto fechado el 7 de noviembre de 2006 (fls. 41 a 43, cd. 1), como se consignó en los antecedentes de este fallo, no obstante reconocer que al proceso se le dio un trámite inadecuado, negó la nulidad que en tal sentido le habían reclamado los actores y, adicionalmente, con el argumento de que “la demanda de autos jamás debió haberse admitido, ya que conforme lo ha señalado reiterada jurisprudencia para que en el proceso de REGULACION DE CANONES DE ARRENDAMIENTO proceda la admisión de la demanda uno de los principales anexos que deben reinar en ella son los contratos de arrendamiento en los cuales se ha contemplado el porcentaje estipulado por las A.S.R. Exp. 2009-00054-01 8 partes y sobre los que sería incrementado el mismo en el proceso”, optó por rechazar el libelo introductorio. También que contra la precedente determinación, los demandantes en ese asunto interpusieron recurso de apelación, el cual, en últimas, fue inadmitido por el Juzgado Doce Civil del Circuito de Bogotá, debido a que estimó que el referido proceso es de mínima cuantía y, por ende, de única instancia. 3. De suyo, entonces, sin desconocer los múltiples reproches que los accionantes formularon a las diversas actuaciones que los juzgados aquí querellados realizaron en el aludido proceso, es evidente que la problemática por ellos expuesta se centra, por una parte, en la comentada providencia del 7 de noviembre de 2006 (fls. 41 a 43, cd. 1) y, por otra, en los autos de 27 de junio y 30 de octubre de 2008 (fls. 49 a 50 y 54 a 56, cd. 1, respectivamente), mediante los cuales el citado Juzgado Civil del Circuito negó la tramitación de la alzada que contra aquel proveído plantearon los gestores de ese asunto. 4. Tal comprensión de la queja conduce a colegir, delanteramente, que corresponde a la Corte iniciar su estudio con el análisis de si la inadmisión de la alzada que adoptó el juzgado ad quem accionado engendra o no una actuación susceptible de ser revisada por la vía de la acción de tutela, pues sólo en el supuesto de que ese juicio fuera negativo, la Corte quedaría habilitada para revisar, por este camino, el auto precisamente apelado, ya que en el caso contrario, esto es, si el amparo se abriera paso en cuanto a aquella determinación, la acción constitucional, por su naturaleza eminentemente subsidiaria, se A.S.R. Exp. 2009-00054-01 9 tornaría improcedente frente al memorado auto del 7 de noviembre de 2006, toda vez que se erigiría como un mecanismo paralelo a esa forma ordinaria de defensa -la apelación- ejercitada por los demandantes en el proceso en que son parte. 5. Como ya se registró, para negar el trámite del antedicho recurso de apelación, el Juzgado Doce Civil del Circuito, en los autos de 27 de junio y 30 de octubre de 2008, consideró que tal diligenciamiento corresponde a un proceso de mínima cuantía y que, por consiguiente, su tramitación es de única instancia, asertos que fundamentó, por una parte, en la inaplicación al caso del numeral 7º del artículo 20 del Código de Procedimiento Civil, por no ser ese un asunto en el que se estuviera controvirtiendo la tenencia de los locales arrendados por los demandantes, y, por otra, en que de acuerdo con las reglas 1ª y 2ª del citado precepto, que son las pertinentes, debe tomarse la pretensión de mayor valor, “que es la de $1.021.750.oo”, monto que “ubica el asunto en los procesos de MÍNIMA CUANTÍA como quiera que no supera los 15 salarios mínimos legales vigentes para el momento de presentación de la demanda (art. 19 del C. de P.C.)”. 6. Desde el punto de vista de su estructura jurídica, la precedente tesis no se muestra desatinada o arbitraria, independientemente de que se comparta o no, puesto que se afinca en una interpretación razonable del numeral 7º del artículo 20 del Código de Procedimiento Civil, en tanto él se refiere, exclusivamente, a los procesos de tenencia, en general, y a los de tenencia por arrendamiento, en particular, sin que dentro de los mismos pueda ubicarse la acción de regulación de cánones de A.S.R. Exp. 2009-00054-01 10 arrendamiento fuente de este conflicto. Como consecuencia de lo anterior, se considera apropiado que el Juzgado Doce Civil del Circuito, para establecer la cuantía del asunto llegado a su conocimiento en segunda instancia, hubiese dirigido su atención a las reglas 1ª y 2ª de la misma norma, las cuales, por ser generales, son aplicables a los procesos en que no operan las restantes premisas especiales que el precepto contempla. 7. Empero no puede arribarse a similar conclusión en tratándose de la aplicación práctica que de dichas reglas se hizo, como quiera que en este aspecto se evidencia grave yerro, por cuanto no es cierto que la pretensión de mayor valor contemplada en la demanda, tenga un alcance económico equivalente a la suma de $1.021.750.oo. La súplica primera, que es similar a las restantes, salvo porque cada una se refiere a un demandante distinto e indica un valor diferente de la renta que éste cancela, apunta a que se “determine el precio de la renta que el señor ALVARO DE JESÚS SALAZAR GIRALDO (Locales 304 A y B, 305 y 306), en su calidad de arrendatario de los locales antes referidos, debe cubrir a favor del arrendador señor HECTOR JULIO DOMINGUEZ ROBAYO, mes por mes, teniendo en cuenta que actualmente paga un canon de $1.021.750 mensual y los inmuebles que ocupa se encuentran destinados a actividades comerciales, ello, en ejercicio del derecho de renovación otorgado por la ley, y una vez se haya conocido el concepto de peritos” (se subraya). Se establece, por lo tanto, en forma nítida, que la suma incluida en cada una de las pretensiones, no corresponde a A.S.R. Exp. 2009-00054-01 11 ningún pedimento específico sino, lo que es bien distinto, al monto del canon de arrendamiento que los demandantes, como arrendatarios, estaban pagando al arrendador al momento de la presentación del libelo introductorio. Así las cosas, es patente, entonces, que la conclusión obtenida por el Juzgado Doce Civil del Circuito de Bogotá, relativa a que el memorado litigio es de única instancia, riñe abiertamente con lo expuesto en las pretensiones del libelo introductorio, las cuales, valga acotarlo, no contienen elementos que sirvan para concretar su valor económico, circunstancia que, por consiguiente, conducía a que, para determinar la cuantía del proceso, se mirara íntegramente dicho escrito y se observara, entre otros aspectos, que en su acápite de “cuantía” se indicó como tal, la de “menor”, manifestación que no podía desconocerse, habida cuenta que por mandato expreso del numeral 8º del artículo 75 del Código de Procedimiento Civil, la demanda debe contener, entre otras menciones, “[l]a cuantía, cuando su estimación sea necesaria para determinar la competencia o el trámite”. 7. Corolario de lo expuesto, es que la inadmisión que el Juzgado Doce Civil del Circuito de esta ciudad adoptó en torno de la apelación que los aquí accionantes interpusieron contra el indicado auto del 7 de noviembre de 2006, tiene un fundamento práctico que contradice lo que se desprende de la demanda genitora de la controversia en comento y que, por lo mismo, esa decisión sea susceptible de censura por la vía constitucional, como aquí habrá de declararse, previa revocatoria de la sentencia impugnada. Consecuencia de lo anterior, es que A.S.R. Exp. 2009-00054-01 12 para amparar los derechos fundamentales al debido proceso y de efectivo acceso a la administración de justicia de los querellantes, así mismo se ordenará que la citada oficina judicial resuelva en el fondo la alzada. Tal y como ya se anunció, ese alcance de la tutela impide, per se, que la Sala se adentre en los cuestionamientos que los accionantes esgrimieron en relación con la providencia dictada en la primera instancia, en tanto que ella es el objeto de la apelación que en cumplimiento de este fallo habrá de resolverse. DECISIÓN La Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, REVOCA la sentencia proferida el 26 de enero del año en curso por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala Civil, en la presente acción y, en su defecto, RESUELVE: Primero: Acceder a la tutela demandada y, en tal virtud, brindar protección a los derechos fundamentales al debido proceso y de efectivo acceso a la administración de justicia de quienes la promovieron. Segundo: Ordenar al Juzgado Doce Civil del Circuito de la ciudad que dentro de los cinco (5) días siguientes a la fecha en la que se le entere de esta decisión, deje sin valor ni efecto los autos del 27 de junio y el 30 de octubre de 2008 que dictó en el proceso sobre el que versa la queja y, en su defecto, resuelva en A.S.R. Exp. 2009-00054-01 13 el fondo, como corresponda, el recurso de apelación que los demandantes propusieron contra el auto del 7 de noviembre de 2006, emitido en ese mismo asunto. Cuarto: Negar la acción de tutela en lo no contemplado en los puntos anteriores, por resultar improcedente. Notifíquese en la forma más expedita y, en oportunidad, remítase el expediente a la Corte Constitucional, para su eventual revisión. WILLIAM NAMÉN VARGAS JAIME ALBERTO ARRUBA PAUCAR RUTH MARINA DÍAZ RUEDA PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA A.S.R. Exp. 2009-00054-01 14 ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ CÉSAR JULIO VALENCIA COPETE EDGARDO VILLAMIL PORTILLA A.S.R. Exp. 2009-00054-01 15