Tía María: tremenda papa caliente

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PERCEPCIONES
Tía María: tremenda
papa caliente
OPINIÓN
Enrique
Castillo
PERIODISTA
H
ace unos meses, todos querían que saliera Tía María;
hoy todos buscan la manera
de deshacerse del tema, pero nadie
sabe cómo.
Después de tantas semanas de violencia, extendida hasta la ciudad
misma de Arequipa; de pérdidas de
vidas humanas y de ingentes cantidades de pérdidas materiales; el Gobierno no sabe cómo decir que hay
que postergar todo lo relacionado al
proyecto de Southern. Más aún,
cuando la empresa se ha convertido,
después del escándalo de las “lentejas”, en un compañero incómodo de
ruta en cualquier intento de defender la inversión privada. Quien fue
el “artífice” de la denuncia de las
“lentejas” nunca tomó en cuenta que
el daño se multiplicaría por varias
veces contra la empresa.
Es obvio que el Gobierno no quiere anunciar al país que Tía María ya
no va, al menos por el momento. Se-
ría como firmar su derrota, su capitulación, su vergonzosa retirada. Por
eso espera que la empresa lo haga.
Que diga que no es el momento de
persistir y que hay que encontrar un
mejor momento y esfuerzo para sacar adelante el proyecto.
La empresa tampoco quiere rendirse públicamente. No quiere admitir su derrota ni reconoce que hizo
las cosas de la peor manera. Pero lo
cierto es que no le va a quedar otro
camino. Más aún cuando la violencia, a pesar de la presencia de las
fuerzas armadas y de las amenazas
del Gobierno, no solo no ha cesado,
sino que se ha incrementado. El proyecto no es viable, por ahora. No hay
forma de militarizar la zona por todo
el tiempo que dure el desarrollo de
este. No hay forma de tener esa antorcha ardiente por más tiempo.
“Tía María es hoy una
tremenda papa
caliente. La quemaron
los que debieron
sacarla adelante”.
Esto lo sabe también la Sociedad
de Minería, Petróleo y Energía, que
no sabe cómo tomar distancia de todo lo hecho por el Gobierno y por la
empresa. Que no sabe cómo manejar
la investigación de los hechos con relación a las “lentejas”. ¿Se animará la
SNMPE a castigar –si resulta responsable la empresa– a Southern, que es
una de las principales aportantes al
gremio? Debería hacerlo, porque si
no, asumirá también un pasivo, que
va a manchar a todos los empresarios. Más aún después de lo de Lelio
Balarezo en Capeco y Confiep.
¿Se animará la justicia a hacer una
verdadera investigación a Pepe Julio,
y meterlo preso si fuera culpable?
El problema para todos es que si
Pepe Julio es culpable como corrupto, también debe haber otro culpable
como corruptor. ¿Se animará la justicia en condenar a Southern –si fuera responsable– por corruptor?
El Gobierno paga las consecuencias de asumir una tarea que no debía. Paga las consecuencias de defender a una empresa y a un proyecto, en lugar de defender el respeto a
la ley y al orden.
Hoy todos reclaman que se enfríe
Tía María, unos por convicción y
otros por oportunismo. Unos por la
razón y otros por puro interés. Es solo cuestión de tiempo y de encontrar
la forma de hacerlo. Pero, mientras
tanto, todos juegan al gran bonetón.
Tía María es hoy una tremenda papa
caliente. La quemaron los que debieron sacarla adelante.
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