Demanda ambiental Como demanda ambiental debe entenderse no sólo un régimen determinado de caudales, sino el sumatorio de todos aquellos factores bióticos y abióticos (vegetación de ribera, comunidad íctica y macrobentónica, procesos hidrodinámicos y geomorfológicos, etc.) que requieren unas determinadas condiciones de estado ecológico y caudal en cuanto a su cantidad, calidad y temporalidad, para su adecuada funcionalidad. Debe tenerse en cuenta, además, que en la Comunidad de Madrid no sólo existe un elevado grado de regulación de sus ríos principales sino que los sistemas de abastecimiento y saneamiento comportan –a efectos prácticos-trasvases entre subcuencas y que sobre las cuencas vertientes de los ríos se ejerce una presión de usos que afectan al comportamiento de sus escorrentías naturales. Por su parte, el Plan Hidrológico del Tajo avanza situaciones para la determinación de demandas medioambientales y al referirse a la protección, conservación y recuperación del recurso y su entorno, hace mención a la necesidad de programar y ejecutar actuaciones que garanticen y recuperen las distintas funciones de la red fluvial. Entre los criterios y bases a utilizar para la determinación de la demanda ambiental, según los tramos de río y el grado de regulación del mismo, se hace referencia al interés piscícola, a la existencia de índices biológicos aceptables, a lo establecido en la Directiva 92/43/CEE, relativa a la Conservación de los Hábitats Naturales, y a cualquier otro, a propuesta de la autoridad ambiental. En la Comunidad de Madrid, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio es el órgano competente en materia de Espacios Protegidos, Flora y Fauna, Pesca, Embalses y Zonas Húmedas, y en general en todas aquellas referidas a la gestión medioambiental, a la ordenación de los recursos naturales y a la protección del medio ambiente. La Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental tiene asignada, entre otras, la formulación de planes, programas y estudios sobre los recursos hídricos, dentro del ámbito competencial de la Administración Autonómica. Asimismo, buena parte de los Espacios Protegidos declarados conforme a la Ley 4/1989 de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres, presentan como valores principales o de interacción ecológica los asociados a ejes fluviales y a la dinámica hidrológica superficial y/o subterránea. Conforme al marco legal de aplicación deberán establecerse programas de seguimiento del estado ecológico y químico y del potencial ecológico de las aguas superficiales junto con el seguimiento del volumen y el nivel de flujo, en la medida en que sean pertinentes para los anteriores. En primer lugar se ha procedido a recopilar una amplia información sobre distintos métodos utilizados para el establecimiento de caudales ambientales, tanto en el ámbito nacional como internacional. Se opta por el calificativo ambiental ya que los únicos caudales que se podrían identificar como “ecológicos”, serían aquellos que de forma natural constituyen el régimen de un río, por lo que parece más adecuado referirse al término ambiental o de mantenimiento. Por otro lado, el término “caudal” tampoco parece el más apropiado, pues no se trata de definir un caudal fijo para todo el año, sino un completo régimen que establezca las dotaciones mensuales así como una serie de avenidas necesarias para el funcionamiento del ecosistema y la forma o magnitud en las que éstas deben producirse. No obstante, dada la mayor difusión del término caudal ecológico, en ocasiones, se mantiene dicho término. En segundo lugar, de acuerdo a la Directiva Marco, se ha establecido una sectorización o regionalización de la Comunidad de Madrid agrupando el territorio en áreas de comportamiento similar desde el punto de vista hidrológico que finalmente influyen en la tipología de los cauces y de sus comunidades biológicas. Posteriormente se han tramificado los cauces madrileños según su tipología y se han identificado qué tramos y zonas de los mismos pueden ser definidos como condiciones de referencia con vistas a alcanzar el buen estado ecológico de los diferentes tramos fluviales. Paralelamente se ha establecido una metodología que permita poner de manifiesto el estado ecológico de un tramo y, por tanto, permitirá establecer la distancia entre el estado ecológico de un tramo o zona del que se ha definido como referencia para cada tipo. Para cada tramo fluvial definido, hasta un total de 171, se ha establecido su valor ambiental actual, el objetivo ambiental perseguido y se propone el método a utilizar para el cálculo del régimen de caudales ambientales de Aguas Residuales de la Comunidad de Madrid (1999-2005) sobre el estado ecológico de los cauces. Finalmente, se ha aplicado una de las metodologías seleccionadas para el cálculo de la demanda ambiental en un tramo piloto. Este tramo se localiza en el río Torote, que se ha considerado curso principal de su tipología. Este río queda englobado en un LIC y ZEPA y no presenta regulación de caudal pero sí están previstas actuaciones que pueden afectar a su régimen actual. A pesar de una insuficiente calidad de sus aguas, por ausencia de adecuada depuración, sostiene un valor ambiental significativo. Además es un cauce que permite establecer -mediante los sondeos piezométricos oportunos ya realizados y en proceso de seguimiento- la conexión río-acuífero. Los antecedentes analizados y el trabajo de campo específico han permitido constatar el mantenimiento de unas características ambientales que definen el ecosistema fluvial a lo largo del tiempo y la conveniencia de actuar mediante medidas de protección y de recuperación contempladas, tanto por el Proyecto Cauce como por el Plan de Actuaciones sobre la demanda ambiental. Asimismo el entorno sostiene concesiones de agua que permite estudiar su repercusión en el régimen de caudales de río. Se han calculado –una vez aplicada la metodología- los siguientes caudales: básico, de acondicionamiento, medio mensual, generador y de mantenimiento. Es decir, partiendo del mínimo teórico que debe circular en todo momento por el río se establece la variabilidad estacional en el régimen de caudales para que se conserve la estructura y función del ecosistema acuático afectado. Se establece también aquél caudal, suficientemente elevado, que permita ocupar plenamente el cauce ordinario para sanear el lecho, conservar el tipo de sustrato y la forma de cauce, entre otros objetivos, indicando su periodo de retorno. Se han establecido diversos escenarios para un régimen de caudales en función de la precitación media anual precedente: régimen normal, atenuado o crítico. Para cada uno de ellos se propone una gestión de caudales. Se ha tenido en cuenta, también, que por situaciones de sequía profunda y continuada se produjera un conflicto con la garantía de una demanda de abastecimiento. Se han obtenido, por tanto, pautas y cálculos para una posible gestión de caudales en otros tramos fluviales que puedan plantear situaciones de conflicto entre diversas demandas, usos y detracciones comprometidos. Con el fin de facilitar el acceso a la información ambiental, todos los datos recopilados y las distintas caracterizaciones realizadas de la red fluvial se han recogido en forma de cartografía digital y en una base de datos elaborada.