Del capitalismos salvaje a la construcción del ecosocialismo En la actualidad se vive en un mundo en el cual los seres humanos se desvive por obtener la mayor parte de las riquezas que ofrece la madre tierra, donde un conjunto de métodos económicos social impuesto por los grandes depredadores del ecosistema, los llamado países desarrollados, quienes a través de sus grandes empresas mecanizadas proliferan la matanza de la pachamama, nombre dado por nuestros aborígenes a la esfera geográfica que científicos llaman tierra. En este sentido, más allá de hacer un análisis de una simple relación de intercambio comercial entre los gobiernos, se trata de hacer las observaciones y consideraciones necesarias en el comportamiento de los medios de producción con la finalidad de establecer el objetivo de cada sistema implantado por el organismo de estado según su política ideológica y cuál es su incidencia en las afectaciones directas o indirectas sobre los espacios geográficos y naturales en Latinoamérica y el mundo. En la historia de la economía mundial existen dos modelos económicos que se disputan su permanencia en el tiempo. Un sistema denominado capitalista cuyos principales teóricos: Adam Smith, Jhon Joke, Juan de Mariana, entre otros, tienen su fundamento hipotético en el pensamiento funcionalista liberal clasista, que tiene como objetivo, la apropiación de las tierras y de los recursos naturales de manera irracional, promoviendo la industrialización a través de las desforestación, pues su principio fundamental es la acumulación del capital basado en el valor de cambio y no de uso de los bienes que satisfacen la necesidades humanas, y que como consecuencia provoca la creación de miserias innecesarias en las poblaciones. El segundo, denominado Socialista, sistema fundamentado en la sociabilización de los medios de producción, en el desarrollo sustentable y sostenible, la división de las riquezas equitativamente, y el respeto por el ecosistema, surge del pensamiento crítico Marxista, y cuyo enfoque es defendido por los sociólogos, filósofos: Lenin, Hegel, Stalin, entre otros. El pensamiento crítico de Marx vislumbro el proceso por el cual el capitalismo concibe la explotación de la tierra en todos su espacios: forestales, hídrico, agrícola, espacial, entre otros, como parte del crecimiento económico natural del hombre cosa que es incoherente e inconcebible. Para hacer más entendible la concepción de Marx sobre la naturaleza y la necesidad de vivir en armonía con ella, hacemos referencia a dos libros que es importante analizarlos “El concepto de naturaleza en Marx” de Alfred Schmidt y el más reciente “La Ecología de Marx”, de John Bellamy Foster. En este sentido, Bellamy Foster 2004) reconstruye una concepción materialistadialéctica de la naturaleza en Marx, y arroja luz sobre tres grandes herencias que habrían sido descuidadas: el filósofo griego antiguo Epicuro, el químico agrícola Justus Von Liebig y Charles Darwin. El primero inspiró una visión materialista de la naturaleza (aunque la de Epicuro era contemplativa). A partir del segundo comprendió el papel de los nutrientes del suelo y de los fertilizantes. Y de Darwin adoptó un enfoque co-evolucionista de las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. Dicha reconstrucción echa por tierra todo prejuicio hacia la producción intelectual de Marx como ajena al mundo natural. Por su parte, en un trabajo que pretende ser una interpretación filosófica de Marx, Alfred Schmidt persigue la transcendencia en el concepto de naturaleza, en su obra. El autor destaca la concepción socio-histórica de la naturaleza de Marx, planteando que “parte de la naturaleza como la primera fuente de todos los medios y objetos del trabajo, es decir, la ve de entrada en relación con la actividad humana” (Schmidt, 1983: 11). Para Schmidt, habría una interpenetración recíproca entre naturaleza y sociedad, donde el razonamiento de sujeto y objeto es una lógica de las partes constitutivas de la naturaleza. “La naturaleza es para Marx un momento de la práctica humana y al mismo tiempo la totalidad de lo que existe” (Schmidt, 1983: 23). El Autor del materialismo histórico, en su libro Manuscrito Económicos Filosóficos de 1844, señala un concepto de lo que es la naturaleza: “La naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre, es decir, la naturaleza en cuanto no es ella misma el cuerpo humano. El hombre vive de la naturaleza; esto quiere decir que la naturaleza es su cuerpo, con el que debe permanecer en un proceso continuo, a fin de no perecer. El hecho de que la vida física y espiritual del hombre depende de la naturaleza no significa otra cosa sino que la naturaleza se relaciona consigo misma, ya que el hombre es una parte de la naturaleza (Marx, 2004: 112)” En este escrito Marx, no concibe al ser humano como un ser aislado de la naturaleza sino que él en su esencia es parte de ella. La naturaleza ofrece al hombre un medio de vida, con materia, espacio y las herramientas necesarias para la actividad vital de existencia. En concordancia con lo expuesto por Marx y otros escritores investigadores del desarrollo humano y la supervivencia de este en el planeta, podemos mencionar que los principales pensadores ecologista fueron nuestros aborígenes, quienes desde su cosmovisión conciben al hombre como un ser más entre otros de la naturaleza. Partiendo de lo antes señalado, la finalidad es entender y dar a conocer desde un punto de vista objetivo, haciendo las comparaciones entre un sistema y otro, Cual es el sistema económico clave para garantizar la permanecía del ambiente en el mundo en igualdad de condiciones para todos los pueblos, donde prevalezca la soberanía, el respeto, el bienestar colectivo, el desarrollo humano sin la destrucción de nuestra casa natural “El Ecosistema”. En diferentes encuentros mundiales se ha dado la discusión sobre las diversidades estrategias políticas sociales que permitan neutralizar esta devastación Ambiental. Discusiones que dibujan en algunos casos, posibles soluciones a esta problemática, pero que sin duda lo que generan es la proliferación del régimen económico instaurado desde la colonización de los pueblos originarios, “nuestros aborígenes” quienes consideran a la naturaleza como parte de su ser y se niegan a la lógica paradójica de la explotación. En América del Sur se promueve el ecosocialismo como un sistema político que articula entre sí, la buena gestión de los ecosistemas, “en el cual el ser humano interactúa con los demás elementos de la naturaleza” y una cogestión de la sociedad en el cual los seres humanos se comunican entre si y conforman una comunidad equilibrada, equitativa, y armoniosa con su medio ambiente. En este sentido se plantean la creación de comunas ecológicas o ecomunas, que no más que las comunidades consientes, organizadas con el propósito de encontrar la mejor manera de convivir y coexistir sin afectar a la madre tierra. Son las comunidades de bases las que encuentran más cercanas a ella y por lo tanto deben saber si las relaciones con ella son correctas o equivocadas. Para ello deben estar en constante formación para ser estas orientadas a desarrollar estrategias que les permitan su desarrollo sin intervenir negativamente en su relación con la naturaleza. Asimismo debe existir una articulación y una horizontalidad entre el Estado y la base popular, para la toma de decisiones necesarias para lograr mitigar el desastre natural ya causado por el depredador capitalista. En el siglo XXI, nos encontramos en un cruce de camino donde los modelos económicos implantados (colonialista, capitalista, neoclasista) todos anti ecologista fueron capaces de generar las crisis que agotaron ya lo que la naturaleza podría dar, está herida y los seres humanos que formamos parte de ella nos estamos también suicidando matándola solo el ecosocialismo, la educación mutua y continua, con participación y organización podrá salvarla.