y dialéctica no sólo de lo que la revolución surrealista fue en sus manifestaciones concretas, sino t a m b i é n de la importancia d e su herencia, imprescindible para comprender todo el desarrollo ulterior del arte occidental. Este volumen X X I V está integrado además por un n ú m e r o monográfico dedicado a Galdós1, del cual se h a b l a r á en u n a próxima reseña. Como dato de interés cabe consignar que Symposium h a b í a ya dedicad o u n n ú m e r o a Albert C a m u s en 1958 y que el mismo se h a b í a agot a d o rápidamente» E n suma, la lectura de este volumen sirve para corroborar que Symposium continúa siendo u n a de las mejores publicaciones del m u n d o en su tipo.—JUAN CARLOS CURUTCHET (Alenza, 8, 5° C. MADRID). DOS LIBROS D E CONCHA DE M A R C O : Congreso en Maldoror. POESÍA Biblioteca Nueva. Madrid. Es éste el cuarto libro poético de Concha de Marco. Los anteriores fueron Hora 0'$ (1966), Diario de la mañana (1967) y Acta de identificación (1969), a lo largo de los cuales se h a ido gestando u n estilo m u y personal, que alcanza su mejor m o m e n t o en el libro que ahora comentamos. E x t e r n a m e n t e la materia lírica se viste con versos anisosilábicos, en m u c h o s casos limitando al m á x i m o los signos de puntuación. La rítmica y la sonoridad se obtienen a veces por el predominio de u n metro d e t e r m i n a d o (sobre todo del endecasílabo) y por la aparición discontinua de rimas asonantes, procedimientos ambos habituales de u n a gran parte d e la poesía española actual. Pero en otros casos Concha de Marco h a utilizado auténticos versículos, construcciones sistemáticamente paralelísticas, en las que a m e n u d o — s i n d u d a por u n a incontenible necesidad expresiva— las palabras finales son siempre conceptualmente privilegiadas. Esta original condensación asegura de por sí la coherencia rítmica de muchos de los poemas. A su vez, el conjunto de los poemas está organizado casi férreamente por una idea m u y ingeniosa y atractiva. El congreso a que alude el título —un congreso de ideas, de sentimientos y de vivencias— presenta en la p r i m e r a m i t a d del libro unas «ponencias» ordenadas alfabéticamente, ponencias que en la segunda parte, y t a m b i é n en el mismo orden alfabético, son i m p u g n a d a s , ampliadas, refutadas, controvertidas, 203 reafirmadas. Se logra asá u n dinamismo casi narrativo, m u y vigoroso, que arrastra fácilmente al lector y le sumerge en u n a dialéctica angustiosamente contradictoria. El título, así como la dedicatoria a Lautréam o n t y la larga cita inicial de Esperando a Godot, de Beckett, constituyen sólo u n aspecto de la orientación del libro: u n a constatación del caos h u m a n o y de la controvertibilidad de todas las cosas. Pero en realidad, en Congreso en Maldoror no domina siempre es'e nihilismo trágico. De una radical y esencial disconformidad, Concha de Marco obtiene t a m b i é n deslumbrante lucidez para contemplar y valorar los hechos del m u n d o y extraer d e ellos u n a positiva y elevada problemática. La profundidad y riqueza ideológica de Congreso en Maldoror procede, en última instancia, de la desgarrada sima que la autora abre entre autobiografía desesperanzada e historia esperanzada. Pero por encima de esta concepción, los poemas son de u n a gran belleza. U n a belleza explosiva y volcánica, n a d a convencional, en la que lo elemental h u m a n o , la frase coloquial y el sarcasmo alternan con el ágil salto a lo metafísico, con el léxico refinado y con imaginación y evocación d e plásticas y emocionadas imágenes. Materiales tan dispares resultan en Concha de Marco a d m i r a b l e m e n t e coherentes y fluidos: cultura y existencia se interpenetran y conviven aquí en u n a simbiosis plena de fuerza y autenticidad. N o h a y partes muertas ni complementos ornamentales. Cada palabra, cada frase y cada verso posee u n a función expresiva plena, apretada de contenidos, incorporada a u n conj u n t o ricamente significativo, en el que no hay fisuras ni concesiones formales. L a u n i d a d de estilo es reflejo de u n consistente, meditado y variado m u n d o interior que Concha de M a r c o vuelca, con intuición e inteligencia, en las páginas apasionantes de Congreso en Maldoror, u n o de los mejores libros poéticos de estos años.—R. B. EMILIO M I R Ó : Vencedores del tiempo. Colección Á l a m o n ú m . 8. Sala- manca. H a c e ya varios años que la labor de Emilio Miró como crítico de poesía significa u n a aportación de importancia a la vida literaria española. Su actividad como poeta era también conocida a través d e revistas. Pero ahora aparece su p r i m e r libro de poemas, escrito entre 1965 y 1967, y que nos d a la m e d i d a de su gran capacidad creadora. Corre a lo largo d e estas páginas la visión antigua y eterna del ser h u m a n o , enfrentándose a su destino y a su historia. Destino hecho de acción y de amor, de impulso incontenible hacia u n m u n d o exterior, que se caldea y vibra a su contacto fogoso, con una fuerza que le viene de la 204 naturaleza hecha suya y de u n a ansiosa agonía en la que absorbe el m u n d o entero, h o m b r e s y cosas, luz y muerte, pesado bagaje pretérito y constante renovación vital d e cada m a ñ a n a . El protagonista de estos poemas es, pues, el h o m b r e , en su doble objetivación de héroe y de a m a n t e . De héroe de u n a historia nueva que no está h e c h a de guerras ni d e peripecias nacionales, sino de afirmaciones del presente fructífero, que siente el pasado y que presagia el f u t u r o : Aquí los pies pisan y pisan siglos, una dura corteza calcinada de sol; huesos que fueron carne enamorada. La mirada interroga a los ojos de tantos bebiéndose la luz, el tiempo consumido en lentas bocanadas, en los sorbos voraces de los que, alucinados, entraban en la nada. El h o m b r e está aquí en su dimensión más perfectamente h u m a nista, sin superestructuras metafísicas y asistido solamente por el amor y por u n impulso irresistible hacia el m a ñ a n a : Sobre la tierra consumida por los pasos del hombre, los amantes encontrarán siempre las huellas de todos los que hicieron incendio de sus cuerpos. N i n g u n a abstracción fácilmente generalizadora h a y en el libro de M i r ó ; esos h o m b r e s enardecidos de luz, de a m o r y de futuro son seres concretos', bella y poderosamente evocados por el poeta desde sus orígenes hasta hoy, apoyados sus pies sobre tierras que a m e n u d o parecen las de u n Mediterráneo de playas doradas, de olivos soleados, de aguas l u m i n o s a m e n t e azules v de mármoles pulidos. E n ese paisaje todo el pasado se encarna en el h o y : Bajo los mismos cielos otras nubes navegan. Cenizas de belleza que aventaron los aires y mármoles callados que un día fueron dioses. Aquí Aquí las manos buscan los rasgos invisibles. el presente escucha su latido. El espíritu y la carne se encuentran indisolubles en estos versos; por eso podemos decir que son auténtica, profundamente h u m a n o s . Desde esa primera «Danza» —un hermoso poema—•, en la que el cuerpo a h u y e n t a las sombras nocturnas, inicia el salto hacia la luz y «presiente su música triunfal», hasta el ú l t i m o p o e m a del libro, «Buscador íncan205 sable» —donde otro esfuerzo, otro salto, otra d a n z a de la vida y de la m e n t e va a tener lugar—, los versos de Miró penetran en ese titánico esfuerzo de cuerpo y espíritu por alcanzar síntesis más altas. H a y t a m b i é n en Vencedores del tiempo u n explícito h o m e n a j e a los grandes nombres del espíritu y del arte. H o m e n a j e que n o es anécdota ni incidencia, sino que sirve casi de hilo narrativo a la idea profunda que yace en el libro y sobre la que se sustenta toda u n a concepción del m u n d o , que podría condensarse en estas p a l a b r a s : el ennoblecimiento d e la historia h u m a n a . Libro de elevada y tersa belleza, posee u n lenguaje, u n ritmo y u n equilibrio formal igualmente admirables: heptasílabos y endecasílabos, alejandrinos y versos fluctuantes se agrupan sin rima en cuidados y musicales encadenamientos rítmicos, encontrando siempre la palabra justa y la metáfora arriesgada y p r e c i s a . — R A M Ó N BARCE (Divinó Valles, 37. MADRID). J. IGNACIO F E R R E R A S : La novela de ciencia-ficción. M a d r i d , 1972. Editorial Siglo XXL Digamos, antes de entrar en otras consideraciones, que J. Ignacio Ferreras merece nuestro agradecimiento, a u n q u e sólo sea por el combustible que h a puesto en movimiento el mecanismo que h a hecho posible su libro. Este combustible es el entusiasmo. Y como el entusiasmo, en líneas generales, suele ser generoso, el resultado es t a m b i é n u n libro generoso. Para m í siempre resulta consolador que alguien se aproxime al esfuerzo que supone u n a obra de creación con u n a m i r a d a amorosa, que en lugar de disminuir, valore el proyecto del autor. Este es el caso de J. Ignacio Ferreras. Su libro representa ante todo u n entrañable acercamiento a los escritores de ciencia-ficción. F e rreras valoriza esta parcela de la novelística al encuadrarla dentro de u n a actitud crítica que para él-—y para nosotros-—resulta valiosa. Es en este sentido en el que decimos que Ferreras merece nuestro agradecimiento. L a novelística de C F es u n fenómeno evidente, pero es u n fenóm e n o m a l conocido y peor considerado. El libro de Ferreras cumple una función didáctica y la cumple con eficacia. Es evidente que Ferreras h a disfrutado con la literatura de C F y es evidente t a m b i é n que h a tratado de pagar su deuda de gratitud escribiendo u n libro de divulgación del género, en el que se desarrolla u n a problemática que 206