Neil Armstrong, los astronautas y la fe

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Neil Armstrong, los astronautas y la fe
<p><img src="images/stories/neil armstrong.jpg" border="0" />El pasado 25 de agosto fallec�
Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna. Era un 20 de julio de 1969, cuando el Apolo
XI se posaba en la superficie de nuestro sat�ite. Muchos nos sabemos de memoria las
primeras palabras del comandante Armstrong al pisar la Luna: �Un peque� paso para un
hombre, un gran paso para la Humanidad�. Para algunos, su muerte nos ha vuelto a nuestra
infancia, pues �amos unos ni�s cuando el primer hombre lleg�a la Luna. Y no solo la ni�z,
tambi� nuestra adolescencia est�marcada por la llamada conquista del espacio, algo que
vivimos con gran intensidad emocional. Recuerdo, y no era el �nico, que muchos quer�mos
ser astronautas de mayores. �Hasta so�bamos con construir nuestros propios cohetes!
Nuestro mundo era el de la de las naves Apolo, pero tambi� las de las pel�ulas y series de
ciencia ficci� que por entonces estaban en auge. Nos fascinaba el espacio y la exploraci� del
mismo. �te se consideraba la �ltima frontera. Disfrut�amos insaciablemente de todas las
noticias acerca de la carrera espacial; me acuerdo incluso de los libros de astronom� que le�
con avidez y, claro, las pel�ulas o series de ciencia ficci� estaban entre nuestras favoritas.
�A�n hoy me siguen fascinando! �Son tantas! Particularmente recuerdo <em>La Guerra de
las Galaxias</em> y a mi madre llev�donos al cine Alc�ar a ver lo que ella llamaba �las
latas� o posteriormente <em>El Planeta de los Simios</em> o <em>La Odisea del
Espacio</em>. A mi me encandil�la serie <em>Espacio 1999</em>, con Martin Landau. Por
supuesto, esto lo hab�mos encadenado muchos de nosotros a lecturas como <em>Un Viaje a
la Luna</em>, del genial Julio Verne.</p> <p><img src="images/stories/hombre en la
luna.png" border="0" style="float: right;" />Tambi� me acuerdo mucho de mi primera visita a
Houston y mi sorpresa al ver lo peque� que me pareci�el cohete Apolo. Me preguntaba, y me
pregunto todav�, acerca de c�o pudo una nave tan diminuta llevar al hombre al espacio. El
inter� por el espacio, aunque ha disminuido mucho, no ha desaparecido del todo. Me lo
pas�bien con <em>Apolo 13</em>, con Tom Hanks representado al astronauta Jim A. Lovell y
la m�ica frase: �Houston, tenemos un problema�. Recientemente me ha encandilado la
trilog� c�mica de C.S. Lewis: <em>M� all�del Planeta Silencioso</em>,
<em>Perelandra</em> y <em>Esa Horrible Fortaleza</em>. El punto de vista de Lewis es
curioso. Somos nosotros, los humanos, los que exportamos o podemos llevar el mal a otros
mundos. No es este el punto de vista m� conocido, ejemplificado para siempre por la
maravillosa <em>La Guerra de los Mundos</em>, de H.G. Wells.</p> <p>La prensa se ha
echo amplio eco de la muerte de Armstrong. Entre los tributos que se le han rendido aparecen
tambi� varias menciones a su fe cristiana. Al mismo tiempo, se ha recordado tambi� que
Armstrong no era una excepci�. Otros muchos hombres del espacio dieron, igualmente,
testimonio de su fe, en particular usando palabras de la Biblia. As� el compa�ro de Armstrong
en el Apolo XI, y que tambi� pis�la Luna, Buzz Aldrin, anciano de una iglesia presbiteriana en
Houston, record�las palabras de Jes�s en el Evangelio de Juan 15:5: �Yo soy la vid y
vosotros las ramas; el que permanece en m� como yo en �, dar�mucho fruto; separados de
m�no pod�s hacer nada�. Adem�, se nos dice, dio: �... gracias por la inteligencia y el
esp�itu que hab� tra�o a dos j�enes pilotos al Mar de la Tranquilidad�. Otro astronauta
famoso, tambi� de fe protestante, fue John Glenn. Fue el primer hombre que orbit�la Tierra y
premio Pr�cipe de Asturias de Cooperaci� en 1999. Con motivo de la rueda de prensa que dio
en Washington, aludi�a la seriedad con la que se tomaba su fe, habiendo ense�do en la
escuela dominical de su iglesia y c�o la par�ola de Jes�s sobre los talentos hab�
determinado su actitud ante la vida. James Irving fue el octavo hombre en pisar la Luna en
1971; de hecho se pase�por la misma en una especie de todoterreno lunar. De fe evang�ica
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habl�de �c�o hab� sentido el poder de Dios como nunca antes�. Al mirar a las monta�s
lunares record�las palabras del Salmo 121: �Alzar�mis ojos a los montes; �de d�de
vendr�mi socorro? Mi socorro viene del Se�r, que hizo los cielos y la tierra� (Libro de los
Salmos 121:1-2). La primera misi� tripulada a la Luna fue la del Apolo VIII. Estando ya en la
�bita lunar, el piloto del m�ulo lunar William Anders anunci�que la tribulaci� de la nave quer�
enviar un mensaje a la Tierra. El mensaje consisti�en la lectura del Libro de�G�esis 1:1-10,
lectura que fue realizada por los tres tripulantes de la nave, el ya mencionado Anders, el piloto
del m�ulo de mando, Jim A. Lovell, y el comandante de la nave, Frank Borman. El G�esis
comienza con estas preciosas palabras: �En el principio cre�Dios los cielos y la tierra�.</p>
<p><img src="images/stories/apolo 11.jpg" border="0" />Volviendo a Armstrong, debemos
recordar que fue, adem�, ingeniero espacial, piloto y profesor universitario. Nuestro querido
astronauta Pedro Duque, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), que lo conoci�a trav� de
John Glenn, tambi� quiso, por medio de un art�ulo publicado en <em>El Pa�</em> el 28 de
agosto, unirse a ese homenaje a Armstrong. En este interesante art�ulo nuestro astronauta
nos recuerda algunas de las peripecias de aquel primer alunizaje y la destacada, aunque muy
desconocida, contribuci� del comandante Armstrong al rotundo �ito de la misi�. Incluso nos
recuerda como el polvo de la luna que recogi�Armstrong de motu propio, conten� el helio 3,
un elemento que apenas existe en la tierra pero que, aparentemente, constituye una de las
esperanzas de alg�n d� poder generar energ� nuclear en la tierra �sin residuos! Duque nos
recuerda que, seg�n su propia familia, Armstrong era �un h�oe reacio�, �pero m� h�oe
que nadie� apostilla Duque. Armstrong realmente, contin�a Duque, �no gustaba de la
adulaci� y prefer� hacer su labor calladamente�. Pero si hay un testimonio m� que nos ha
llegado del personaje y que retrata bien su vida y convicciones, fue durante su visita a Jerusal�
en 1988. Conducido a los restos de los pelda�s del Templo de Herodes que, aparentemente,
todav� se conservan, y por las que Jes�s tuvo que, necesariamente, haber caminado para
entrar en el mismo, Armstrong afirm�que: �Para m�significa m� haber pisado estas
escaleras que haber pisado la Luna�. Armstrong nos recuerda que las pisadas m�
importantes de la Humanidad fueron las de Jes�s de Nazaret. Su mensaje final es que lo
fundamental de nuestra vida es la identificaci� con el Cristo que, por amor a una Humanidad
perdida, pis�nuestra Tierra, no la Luna, para subir a una cruz, no a una nave especial, y dar
as�su vida en rescate por la nuestra. El paso m� trascendental y con consecuencias eternas
para cada uno de nosotros es el que damos para seguir a Jes�s como nuestro �nico
Mediador, Se�r y Salvador.</p> Art�ulo escrito por Jos�Moreno Berrocal y publicado
originalmente en el peri�ico "El Semanal de La Mancha" el viernes 26 de octubre de 2012.
Publicado con permiso.
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