Restablecimiento del régimen mixto de banca y crédito

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recuento nacional
Restablecimiento del régimen
mixto de banca y crédito
Carlos Salinas de Gortari
A lo largo de nuestra historia,
los mexicanos nos hemos propuesto perdurar
como una comunidad política independiente . Siempre hemos buscado prosperar en libertad, con justicia y de acuerdo con las tradiciones y valores que nos
identifican. Estos fines compartidos fundan nuestra nacionalidad. Han sido la razón de las instituciones que hemos construido en el tiempo y la causa de las luchas que hemos debido librar.
En cada momento , hemos necesitado evaluar las circunstancias internas y
externas del país para decidir la estrategia y los instrumentos pertinentes a los
fines básicos de n uestra convivencia organizada. Por eso, en la conducción del
desarrollo nacional, el Estado mexicano,
emanado de la Revolución, ha adaptado la estruc tura y función de sus órganos para defender la soberanía y promover la justicia.
Se reproduce el texto de la iniciativa para
reformar los artículos 28 y 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que envió el Presidente de la República al Congreso de la Unión el 2 de
mayo de 1990. La Cámara de Diputados
aprobó la reforma el 12 de mayo y la de
Senadores el 21 de mayo. Una vez aprobada por la mayoría de las legislaturas de
los estados, entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial
de la Federación
Con esos propósitos, desde finales de
los años veinte el Estado asumió amp lias
responsabilidades para prestar servicios,
proveer bienes básicos y guiar el ejercicio de las libertades. Era nece ario promover nuevas o rganizaciones sociales ,
construir la infraestructura e impulsar la
industrialización del país. El E tado generó , así, dependencias y organismos
públ icos para canalizar recursos y dar
resp uesta a las demandas del campo y
de las ciudades . Este proceso cambió a
México y, con ello , ,ha emergido una
nueva demanda de transformación .
La sociedad mexicana se ha modificado significativamente en los últimos
años: no sólo en su tamaño, sino en su
complej idad , su expresión plural y su diversidad cultural. Nuevas demandas se
han sumado a viejas exigencias ac umuladas en el tiempo . La crisis económica
de la úl tima década agravó los rezagos
en materia social. Por ello, se ha hecho
urgente la necesidad del cambio para
responder a las nuevas realidades de la
sociedad mexicana, al filo del siglo XXI.
Aho ra, y en particular en las condiciones de una gran transformación mund ial de la que queremos ser parte activa, la defensa de la soberanía y la promoción de la justicia reclaman mayor
eficiencia en la producción, una atención rápida de las demandas sociales más
sentidas, transparencia en el ejercicio del
poder público, aceptación de las reglas
del pluralismo y de la competencia y estricto acatamiento de la ley . Éstos son
los cambios que definen , tam bién. una
reforma del Estado .
El ensanchamiento creciente del Estado en muchos ámbitos de la vida social , útil en otro tiempo , hoy co mpite
con el cumplimiento de algunas de sus
funcio nes básicas y, en ocasiones, lo impide. Este carácter crecientemente propietario y proveedor del Estado, frente
a una sociedad madura , organizada, diversificada y plural, inhibe la iniciativa
de las personas y de los grupos . Ello se
da con mayor razón en el momento en
que empezamos a superar la situación de
estancamiento económico que prevaleció durante la mayor parte de la década
pasada. En ese lapso, las necesidades se
mu ltiplicaron tan rápidamente como
dis minuyeron los recursos para atenderlas . Así, el Estado ha tenido que enfrentarse a un dilema: ate nder crecientemente todas las propiedades nacionales o
responder eficazmente a las necesidades
populares. Para los mexi.canos, el dilema sólo puede resolverse a favor de la
justicia, razón co lectiva de nuestra historia.
La reforma del Estado entraña , por
eso, volver al espíritu original de la
Constitución de 1917 . Reclama , en las
circunstancias actuales , i.nternas y externas, la promoción del más extenso ejercicio de las libertades , compatible con
las libertades de los demás ; la eliminación de paternalismos que i.nhiben la iniciativa y los derechos de los mexicanos ;
la respuesta ágil a las demandas de ali-
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comercio exterior, junio de 1990
m mac ió n , educació n, sa lu d, vivien da
y servicios, particularme nte de los más
necesitados, y el fortalecimiento democrático del Estado para garantizar la paz
socia l y armonizar los interese!> encontrados de la sociedad contemporánea.
La reforma del Estado implica abandonar concepciones ligadas a realidades
y· circunstancias del pasado y a situaciones internacionales superadas; entre
ellas, la id ntificación que asociaba más
pro pi edad estatal con más justicia y mayor forta leza. Ahora, fren te a los camb ios en Méx ico y el mundo, la atención
de las responsabil idades básicas del Estado req uiere una más selectiva propiedad estatal y una más amplia pa rticipación de la sociedad. Se impo ne, por ello,
un ejercicio moderno de la autoridad del
Estado, menos propietario y más eficaz
en la conducción y promoción del de!>arrollo nac ional, siem pre de nt ro de la
ley y preservando nuestras conv icciones
profundas.
Hoy. para fortalecer la soberanía por
la ví:-. de la jus ticia, rec uperamos el p rop ósito original del Constituyen te de
19 17, q uien co ncibió la búsqueda de la
prospendad nacio nal en la economía
mix ta. Se propon ía entonces , como se
busca hoy , que el Estado cond uzca, promueva y regule en func ión del interés
general la libre actividad de los particulares y dé, en su int rvención dtrecta ,
prioridad efectiva a las demandas de
q uienes más necesitan
Co nsidera ndo todo lo anterior, se p ropone a la consideració n del H. Congreso de la Unión la siguiente iniciati va de
reforma constitucio nal que tiene como
obj eto res tabl ece r el régimen mix to de
la p restación del servicio de banca y créd ito . Esta propuesta se sustenta en:
Primero, la impostergable necesidad
de concentrar la atención del Estado en
el cumplimiento de sus obj etivos básicos: dar resp uesta a las necesidades sociales de la población y elevar su bienestar sob re bases productivas y duraderas.
Segundo, el cambio p rofundo en el
país de las rea lidades soc iales, de las estruc turas econó micas, del papel del Estado y del t.istema fina nciero mismo,
modifica ele raíz las circunstancias q ue
explicaron la estat izaClón de la banca.
Tercer o, el p ropósi to de ampliar el
acceso y me jorar la ca li dad de los servicios d banca y crédito en beneficio colectivo, evitando subsidios, privi legios
y abusos.
Por tanto, el res tablecimiento del carácter mixto en este sector permitirá más
e fi ciencia en el desa rro llo de la banca,
más ded icación a las áreas estratégicas
y mayor capacidad de respuesta a las demandas de la población . Es una propuesta de refor ma que b usca la congruencia
con el espíritu del Co nsti tuye nte en las
circ unstancias presentes y para ben eficio de todos.
El Const ituye nte de 19 17 e~tab l ec i ó
la econom ía mixta como dec isión po lítica fu ndamental del pueblo de México.
Siem pre rec hazó la visió n de un Estado
to talitario dueño de todo; nu nca aceptó e l li beralismo a ultranza de un Estado sin responsabili dades soc iales. La
Constitució n o freció garantías a las libertades econó micas de las perso nas y a la
p ropiedad privada y social. También establec ió en algunos ca mp o~ la propiedad
excl u ~ i va y no tra nsferible de la nac ió n
y atribuyó a su rep resentante, el Estado,
la con ducció n del desarrollo . El artículo 28 apro bado en Q uerétaro prohibió
los mo no po lios y estancos y, con ello,
promov ió la lib re compete ncia. Pero
también exceptuó, expresamente , ciertas áreas para ser func iones e elusivas
del Estado y no concesionables a los particu lares.
Su propósito era dar amplio espac io
a la ac ti vidad de la sociedad en la econo mía, reserva ndo ciertas ac ti vidades al
Estado. De no ser así, se lesio naría un
legítimo interés general. El dictamen "del
artículo 28 del proyecto de Constitución
explicaba: " ... el mo nopolio . . . o dioso
en un país como el nuestro en e l q ue
deb e de jarse el mayor campo de libertad al comercio y a la industria y, solamente como medida de orden y para gara nti zar debidamente los derechos tanto de las personas como de la Nación
misma, se reserva a ésta los rela ti vos a
la acuñació n de mo neda, correos, telégrafos y radiote legrafía".
En el espíritu del Constituyente ele
19 17, y en una respuesta patriótica a sus
circunstancias, los gobiernos de Lázaro
Cárdenas del Río y de Adolfo Ló pez Mareos promoviero n dos histó ricas re fo r-
mas constitucionales para ampliar la exclusiv idad estatal. Estas re formas a 1 artícu lo 27 const ituciona l, en su párrafo
sexto, defi nieron el p tróleo y la energía eléctrica para el servicio p úblico
como áreas rese rvadas al Estado. Su im po rtancia estra tégica, su impacto en la
vida nacional y los valores hi tóricos
asoc iados con estas grandes nac io nali- •
zaciones han demostrado, a través del
tiempo, su arraigo popular y su lugar
perma nente en la conc ie ncia de los mex ica nos. Así segui rá sie ndo. Mi go bi er_no se co mpro mete co n to da firmeza a
mantener bajo la propiedad y el cont rol
exc lusivo del E~ t a d o estas nacio nalizaciones trascendentales en la historia del
pa ís.
Hoy, el artícul o 25 constitu cional
atribu ye al Es tado, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan
en el párrafo cuarto del artíc ulo 28. Obliga al Gobierno federa l a mantener siempre la propiedad y cont rol sob re los orga nismos que en su caso se establezcan .
El párra fo cuarto del art ículo 28 vigente·afirma: "No constituirán monop olios
las fu nciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las áreas estra tégicas
a las que se refiere este precepto: ac uñac ió n de mo neda; correos, telégrafos,
radiotelegrafía y la comunicación vía satéli te; emisión de bi lletes por medio de
un solo banco, o rgan ismo desce nt ra li zado del Gobierno federal; petró leo y
los demás hi drocarburos; petroquímica
básica ; minerales radiac ti vos y gene ració n de energía nuclear; electricidad ; ferroca rriles y las ac ti vidades que expresa mente señalen las leyes que expida el
Co ngreso de la Unió n ."
Conducir el cambio para preservar lo
esencial de nu estra identidad nos o bliga a mantener los compromisos pro fundos p lasmados en la Constitució n y que
dan perfil p ropio al Estado mexicano. Es
una interpretació n co ngruente con
nuestra historia respetar las áreas estratégicas reservadas al Estado. Éstas se vinculan a la perspectiva revolucionaria que
nm rió al Constitu ye nte de Q uerétaro y
son parte viva ele las con vicciones populares . El párrafo cuarto del artículo 28
marca el sentido pro fund o de las áreas
estratégicas de la nac ió n . A ellas el Estado s urgido de la Revolución no habrá
de ren unciar; rni gobierno se ha comprometido , decidida mente, a fo rtalecerlas .
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También existen materias d gran importancia, algunas centrales a nuestra
vida económica y de prestación exclusiva por el Estado , que no son parte del
artíc ulo 28 , párrafo cuarto, porque no
han sido consideradas por el Constituye nte áreas estratégicas. Esta diferencia
tiene expresión en el párrafo quinto del
ar tículo 28 que excluye el servicio de
banca y crédito de la pro hibición general al estanco y al monopolio e impide
su concesión a particulares. Así, la reforma del artículo 28 que adicionó ese
quinto párrafo en 1982, define el servicio de banca y crédito , sin duda, como
una mu y importante ac ti vidad , pero no
como un área estratégica.
Por tanto, la presente propuesta de
mod ificación del régimen de propiedad
de la banca que se introduj o con la reforma constitucio nal de 1982 es congruente con los compromisos políticos
profundos hacia las áreas es tratégi cas
que señala la Constitución. Ho y, es conveniente modificar la propiedad es tata l
exc lusiva de la banca porque han cambiado las circunstanc ias que la motivaron y el proyecto en q ue se sustentaba .
En el futuro , al igual que durante los 65
años posteriores al Constitu yente de
Querétaro , la banca con carácter mi xto
permitirá apoyar mejor el desarrollo del
país hacia el logro de nuestros fin es históricos.
La estatización de la banca se realizó en
el contexto de una aguda crisis financiera , sin preceden te en tiempos modernos. La circuns tancia externa e n que se
pro du jo fue particularmente adversa a
México. Los países industrializados todavía no superaban la recesión ocurrida a finales de la década de los setenta.
El precio internacional del petróleo,
cuya venta al exterior rep resentaba más
de las dos terceras partes de nuestras exportaciones , se había desplomado. El
flujo de recursos a México se había detenido de manera abrupta. En lo interno, se manifestaba un considerable desequilibrio financiero derivado del déficit en las finanzas públicas; éste se
había financiado hasta entonces, en buena medida, por empréstitos del exterior,
sustentados en las perspectivas compartidas por expertos, banqueros y gobiernos en el mundo, de una continua bonanza petrolera. Con base en los ingre-
recuento nacional
sos esperados del petró leo, también se
consolidó la orientación del desarrollo
basada en la cerrazón comercial a la
competencia externa .
Esta profunda cris is financi era, que
se pro longó a lo largo de la década de
los ochenta, marcó, al mismo tiempo,
el agotamiento de una estra tegia de política económica que había mostrado resultados positivos en épocas anteriores. Motor de la ac tividad económ ica,
el Estado construyó la infraes tructura
productiva que sentó las bases para la
expansió n industrial del país . Sin embargo, al ir adq uiriendo compromisos
adicionales, asociados a una ma yo r participación directa en la actividad económica, el Estado fu e reduciendo su propia capacidad ele acció n para ate nder las
demandas sociales de una població n crecient También disminu yó la efi cacia
del Estado para im pulsar , de manera directa, el crecimiento de una econo mía ·
que permanecía cerrada frente a una tendencia internacional de mayor apertura
y competit ividad .
No es casualidad que la estati zación
de la banca haya ocurrido en ese preciso momento: en la etapa final de la estrategia de desarrollo basada en una economía cerrada y en la expansión propietaria del Estado, al tiempo en que ocurría
una crisis económica sin precedente .
Fue una acció n q ue se explica en este
contexto , en la hora crítica de pérdida
de la estabilidad financiera del país. La
urgencia no podía ser mayor. El momento no podía ser más difíci l.
Sin embargo, el diagnóstico económico de 1982 no p udo vislumbrar el alcance de la crisis. Sólo el transcurso de
la década mostró la profundidad de sus
causas estructurales . Era necesario abandonar un modelo de desarrollo que, enfrentando enormes desequilibrios finan cieros, se aferraba al aislamiento y buscaba acrecentar el papel propietario del
Estado. No se llegaron a ver, en toda su
dimensión , los formidables obstáculos
que habríamos de enfrentar para retomar una senda de crecimiento duradero con estabil idad , condición indispensable p ara el cumplimiento de los compromisos sociales del Estado.
Las circunstancias han cambiado. Se
han modificado las políticas de desarrollo y se han realizado transformaciones
de las estructuras económicas ele gran
trascendencia. El país ha hecho un enorme esfuerzo para sup erar la crisis y, a la
vez, responder a los re tos de la última
década del siglo XX: atender con justicia las demandas de la sociedad y enfrentar con soberanía a un m undo transformado , más competitivo, tecnol ógicamente re volucionado y de perspec ti vas
aún inciertas. Sin duela , la adve rsidad
nos ha fortalecido como nación . Hemos
nfrentado el desafío con unidad . Las
realizaciones son ev ident s . Hemos
avanzado en la correcció n de los desequilibrios finan cie ros y llevado a cabo
los ca mbios qu e nos están permitiendo
salir adelan te. Otros países, ante circunstancias similares, no lo han logrado y
aún se debaten en la ince rtidumbre y la
crisis. Por eso, México está ahora me jo r
preparado para imp ulsar el crecimiento
económico con mayor equidad y p articipar, ac tivame nte, en la gran transfo rmació n mundial.
Hoy, ante las grandes necesidades que
enfre ntamos y los li mitados recursos
existentes, y por la seguridad de que los
instrumentos a disposición del Estado
son suficientes para ejercer la rectoría en
materia económ ica, no es convenie nte
mantener la exclusividad para el Estado
en la p restació n del servicio de banca y
crédito . Sirve más a los inte reses nacionales el restablecimiento del régimen
mix to de la ban ca como lo consideró el
Constitu yente por más de 65 años.
Como lo establece la presente iniciativa, el Estado se propone no ser el accionista mayoritario de todas y cada una de
las institu ciones bancarias. Conservará,
sin embargo, una participación en la ·
banca comercial y fortalecerá aq uellas
instituciones orientadas al fo mento de
ac ti vidades prioritarias específicas. · Se
trata de restablecer e l carácter mix to en
la prop iedad y gestión de la banca para
que el Estado cumpla con sus responsabilidades sociales y, también, para modernizar al propio sector bancario en beneficio de la sociedad.
El Gobierno de la República ha propiciado la capitalización de las instituciones bancarias de las cuales es accionista
mayoritario, al autorizar la reinversión
de las utilidades y la constitución de reservas. Hoy , en virtud del desempeño
de la banca y de las políticas seguidas
para fortalecer su estructura de capital,
573
comercio exterior, junio de 1990
el país cuenta con un sólido sistema de
banca comercial y de fomento. Estas instituciones están financieramente sanas y
el Estado tiene importantes ac ti vos inve rtidos en ellas. Se ha obtenido un
buen rend imiento de los rec ursos de la
nació n : ahora el Estado podrá utilizarlos en beneficio de la sociedad . No se
propone el restablecimiento de un régimen mixto de propiedad porque los
bancos enfrenten problemas de solvencia o dificultades adm inistrativas ano rmales . No s trata tampoco de modificar la exc lusividad de la par ticipación
del Estado en el servicio de banca y crédito porqu e és te no sea un buen administrador. Al contrario : la buena gestión
ele la banca en genera l se ha acreditado
e n los últimos años.
La razó n de la propu~sta es se ncilla:
los mexicanos no podemos admitir un
Estado tan propietario, con tan considerab les recursos in vertidos en la banca,
en un país con nuestras carencias y necesidades, con urgencias socia les básicas. Al ampliar la esfera de acción de los
sectores privado y social en la prestación
del serv icio de banca y crédito, no será
necesario canalizar fo ndos públicos adic ionales en la aún necesaria capitalización e indispensable modernizac ió n de
las instituciones. Por lo contrario, el Gobierno podrá aprovechar sus act ivos y
liberar sus recursos para ate nder la infraestructura y los servicios que son objeto de reclamo socia l y propósito esencial del Estado.
Somos alrededor de 85 millones de mexicanos. Se nos un irán 10 mi llones más
du ra nte mi go bierno. Un millón de jóvenes se incorporan cada año al mercado de trabajo. Tenemos un déficit q ue
se calcu la en 6 millones de viviendas.
Falta agua potable, drenaje y electricidad. Necesitamos mejorar la atención
médica y la calidad de la educación. E~
urgente elevar el nivel de vida de los más
pobres, recuperar el de los grupos medios, e integrar a las comunidades a los
beneficios del desarrollo. La escala de las
necesidades de la población es tan grande que mantener parte importante de los
recursos públicos atados a los bancos,
y destinar otros adicionales a su capitalización, sería distraer al Estado de sus
obligaciones sociales. Reitero: un Estado excesivamente propietario es inadmisible en un país con tanta pobreza.
Muchas de las más sentidas demandas de
la poblac ión tendrá n respuesta con los
r cu rsos que el sector público ya no in-·
vertirá en la banca y los que genere la
desincorporación de los activos bancarios. Adicionalmente , por medio de los
bancos de desarrollo como Nafin sa, el
Bancomext, Bano bras. el Banrural y
otros fondos de fomento en los que se
mantendrá la propiedad estatal mayoritaria y que serán fortalecidos, el Estado
seguirá atendiendo las actividades producti vas prioritarias, q ue requ ieren de
condicio nes crediticias especiales y ele
apoyo en materia de asistencia técni ca.
El carácter mi xto propuesto en la
propiedad de la banca también es congruente con el fort alecimiento institu cional del sistema financiero. Para avanza r en el proceso de moderni zación del
país, en la etapa de crecimiento que se
avizora, se requ iere un siste ma financiero saludab le e int ermediarios adec uadamente capitalizados que puedan canaliza r recursos crediticios con suficienc ia
y oportu nidad. Asimismo, la inserc ió n
del pa b e n la aguda competencia internacional nos impo ne una ma yor eficiencia en la prestación de los servicios financ ieros, ya que éstos representan un
insumo de los prod uctos que se comercian internaciona lmente . En la medida
en que los servici os proporcionados por
los intermediarios fi nancieros no logren
alcanzar, en calidad y precio , a los ofrecidos en el exterio r, nuestros productos
competirán en desventaja en los mercados internacionales.
En los últimos años, bajo el imp ulso de
los avances tecnológicos, se ha observado en el mundo una clara te ndencia
a la tra nsformación de los sistemas financieros. La localización física de los ifoltermediarios o la participació n gubernamental en el capital de los mismos es
cada vez menos eficaz para ejercer control sobre los flu jos internacionales de
capital. Es por ello que ni con la estatizac ión de la banca, ni con la aplicación
de controles directos sobre el total de
las transacciones realizadas con el exterior , se consiguió impedir, durante los
ep isodios pasados de agudización de la
crisis financiera, la fuga de recursos fuera
de México .
Es clara también la tendencia a la
prestación de una gama cada vez más
amplia de servicios financ ieros por parte de los distintos intermediarios. Se percibe una disminución de la participación
de los créditos tradicionales y una mayor importanc ia de las operaciones canalizad as por los mercados de acc'')nes
y ob ligaciones, así como por operaciones de arrendamiento y factora je . En
esas circunstan cias, la distinción entre
lo que constituye el "servicio de banca
y crédito" y los servicios que actualmente prestan los demás intermediarios financieros es cada vez más tenue. Lo
consec uente es considerar la prestación
del conjunto de serv icios financ ieros
como ac tividad de interés general que
debe estar suj eta a las riormas y reglamentos que emita el Estado en ejercicio
de la autoridad , y no como servicios públicos s uj etos a concesión. No por ello
disminu ye su importancia, ni la ob ligación estatal de asegurar que su prestación c umpla con los objetivos del desan·ollo nacional.
Debemos ser claros: la banca no p ierde s u arraigo ni su comp ro miso con el
país . Al contrario , se abre a la soc iedad
pa ra que co mparta plenamen te su destino. Necesi tamos ampliar el concurso
del mayo r nú mero de mex ica nos en el
capital de los bancos para enfrentar con
éx ito la transformación financ iera . La
banca va a promover el desarrollo nacional. Ello lo p ermite la mayor participación de la soc iedad en su control y
gestió n y lo garantiza la norma regu ladora del Estado. Asimismo, necesitamos
que la banca se ligue aún más con el aparato producti vo e impu lse, particularmente, las actividades del sector exportador de la economía. Vamos a defender el capital nacional comprome tido
con México para apoyar, por la vía de
una mayo r justicia, un moderno sentido de la defensa de la sob eranía .
El restablecimiento del régimen mixto de propiedad en la banca no significa ni el retorno de privilegios, ni el abandono de la rectoría del Estado, ni una
renuncia a su participación directa en la
actividad financ iera . La profundización
de los mercados de dinero y capitales,
la diversificación de instrumentos e intermediarios y la mayor competencia
entre ellos impiden que se formen monopolios de asignación de recursos o
que se canalicen éstos de forma preferencial en favor de intereses de grupos
574
particulares, como pudo ocurrir en el
pasado.
Se buscará la di versificac ión accionaría y la participación democrática en el
capital de las instituciones bancarias . No
se trata d volver a prác ticas y si tuaciones ya superadas. El ob jetivo es ampliar
la participación de la sociedad, fortaleciendo el capital y mo derni za ndo a las
instituciones bancarias, consolidando su
posició n en el sis tema financiero y amp liando su capacidad de respuesta a los
aho rradores y al secror productivo. Los
us uarios de los servicios financieros se
verán sustancialmente benefi ciados en
la medida en que se amplíen las opcion es y se mejoren la cali dad y oportunidad d e los servicio s, de manera congruente con la capitalización y moderni zación de las instituciones.
El Estado ejercerá la rectoría económica en el ámb iro financiero ya no mediante la propiedad exclusiva ele la banca mú ltip le , sino por medio de la banca
de desarro ll o , de Jos bancos comerciales que conserve y de sus organismos
encargados de establ · r;r·r 1" .tormatividad , regulación y s u p ~ rvisi ón del sistema fi nanciero. Las reformas fina ncieras
aprobadas por el H. Congreso de la ·
Un ión, en' el mes de diciembre pasad ,
suponen un considerable fo rtaleci miento de las atribuciones de la Comisión Nac io na l Bancaria. Se establecieron de rechos y responsabilidades legales más
amplias de los particulares y una mejor
vigilancia y supervisión de las auto ridades. Buscamos garantizar la máxima seguridad y fortalecer la confianza de los
ahorradores en los bancos . Queremos
ver sus opciones ampliadas y q ue la
competencia genere el mejonraro a los
mexicanos en sus actividades con los
bancos . El Gobierno de la República asegurará que así sea .
El proyecro de
reformas que presenta
el Ejecutivo a mi cargo permitirá establecer, en la ley secundaria que estructure y regule al nuevo sistema bancario,
disposiciones conforme a las cuales éste
quede integrado con entidades de la administración pública federal y con empresas de participación mayoritaria de
los particulares. Por tanto, se requiere
modificar el texro del artículo 123 , apartado B, fracción XIII bis constitucional,
para que las relaciones laborales entre
recuento nacional
insritucion s de crédito correspondientes al sector social y al privado y sus trabajadores, se ri jan por lo dispuesto en
el apartado A del propio artíc ul o 123.
Reconocemos la importante contribución de cada uno de los traba¡adores
bancarios para mejorar y forta lecer la
buena marcha de los bancos durante los
últimos años. Las nuevas circunstancias,
de ser ap robada esta inic iat iva, no afectarán en ningú n caso los derechos de los
trabajado res bancarios. Éste es y seguirá siendo un compro miso permane nte
del Gobierno de la República.
Los recursos que se o btenga n de la
enajenación de la participación estatal en
el capital de la banca co ntribuirán a fortalecer la estabilidad económica del país,
ampliar las perspectivas de desarro llo de
largo p lazo y atender las dem a nd a~ más
urgentes de quienes menos tiene n.
Mucho se ha avanzado en la dismi nución de los desequilibrios financieros
de la economía , con dició n indispensable para retomar una senda de crecimiento sostenido. Estos recursos adicionales permitirá n seguir red uciendo el déficit fi sca l, abatir la carga de la deuda
interna y consolidar la recuperación
económica. Se abrirán igualmen te los
márgenes para nuevas inversiones en infraestructura y para el mejoramiento de
la calidad de la educación, elemento fundamental para lograr mayor prosperidad
e igualdad de oportunidades . Se impulsarán, asimismo, las acciones que lascomunidades y el Gobierno realizan para
construir en las zonas más desprotegidas, por medio del Programa Nacional
de Solidaridad, la in fraestruct ura de servicios básicos como agua potable y alcantarillado, electrificación, escuelas, vivienda, centros de salud e instalaciones
deportivas.
El Gobierno de la República está convencido de que el restablecimiento de
un régime n mixro en la prestación del
servicio de banca crédiro, como el que
se propone al Constituyente Permanente, mantiene continuidad con profundas
convicciones históricas y contribuye en
las acruales circunstancias, internas y externas, a promover más eficazmente la
justicia entre los mexicanos y, por ello
mismo , defender mejor nuestra soberanía . El beneficiario último de este cambio será el pueblo de México .
En virtud d lo anterior, y con bas ·
en lo disp uesto por la fracción 1 d el artículo 7 1 de la Constit ución Política de
los Es tados Unidos Me icano ~ . me permito someter a la cons ideración del H.
Congreso de la Unión la prese nte iniciati va de
Decreto que modifica los
artículos 2 8 y 12 3 de la
Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicano s
Artículo primero. Se deroga el párrafo quinto del artículo 28 de la Co nstitució n Política de los Estados Un idos Mexicanos.
Artículo segundo. Se modifica y adiciona el inciso a) de la fracción XXX I del
aparta do del artícu lo 1 23 de la Constitución Políti ca de los Estados Unidos
Mexica nos para quedar como sigue :
"Artículo 123 . [ ... J
A. [ . . . ]
XXXI. ( ... J
a) Ramas industriales y servicios.
2 1. [ ... ]
22. Servicios de banca y créd ito."
Artículo tercero. Se reforma la fracción X III bis del apartado B d el artículo
123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar
como sigue:
"X III bis. Las entidades de la Administrac ión Pública Federal q ue form en
parte del sistema bancario mexicano regirán sus relaciones laborales con sus trabajadores por lo dispuesto en el presente apartado. "
Transitorios
Artículo primero . El presente decreto en trará en vigor al día siguiente de su
publicación en el Diario Oficial de la
Federación .
Artículo segundo. En tanto se expiden las nuevas normas aplicables, las instituciones de banca y crédito y las sucursales en México de bancos extranjeros que cuenten con concesión del
Gobierno federal continuarán rigiéndose por las disposiciones legales y reglamentarias vigentes. D
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