1 proyecto de ley aplicable a los contratos de distribución

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PROYECTO DE LEY APLICABLE A LOS CONTRATOS
DE DISTRIBUCIÓN
Junio de 2011
En la Disposición Final Cuarta de la Ley 7/2011, de 11 de abril 1, el Gobierno
asumió el compromiso de aprobar y remitir a las Cortes Generales, en el plazo
de seis meses, un Proyecto de Ley de Contratos de Distribución Comercial2. Con
el objeto de dar cumplimiento a dicho compromiso, el 29 de junio se publicó en
el Boletín Oficial de las Cortes Generales del Congreso de los Diputados el
Proyecto de Ley de Contratos de Distribución (“LCD”) cuyos aspectos más
relevantes son los siguientes:
Ámbito de aplicación, exclusiones y carácter dispositivo versus imperativo. La LCD se aplicará a los contratos en virtud de los cuales el distribuidor se
obliga frente al proveedor a adquirir y revender productos, y a prestar servicios
relacionados con los mismos, de manera continuada o estable, actuando como
comerciante independiente y asumiendo el riesgo y ventura de las operaciones.
En el Proyecto de LCD se ha optado por no seguir una aproximación tipológica
basada en la descripción de modelos de contratos, limitándose a incluir una
enumeración, informativa y no taxativa, de las fórmulas contractuales más recurrentes (p.ej. contratos de distribución autorizada, contratos de distribución
selectiva, contratos de concesión mercantil, actividades comerciales en régimen
de franquicia, etc.). Sin perjuicio de lo anterior, se excluyen expresamente de
su ámbito de aplicación aquellos contratos que ya cuentan con una regulación
específica propia (p.ej. contratos de agencia, modalidades de distribución que
comporten vinculación de naturaleza laboral, contratos de comercialización de
1
Ley de modificación de la Ley 41/1999 sobre sistemas de pago y de liquidación de valores y del Real Decreto-ley
5/2005 de reformas para el impulso a la productividad y para la mejora de la contratación pública.
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En la citada Disposición Final Cuarta también se estableció que, hasta la entrada en vigor de la Ley de Contratos de
Distribución Comercial, la polémica modificación de la Ley del Contrato de Agencia introducida por la Ley 2/2011 de Economía
Sostenible (que establecía que se aplicaría el régimen de la Ley del Contrato de Agencia a los contratos de distribución
de vehículos automóviles e industriales e incluía unas normas específicas para este tipo de contratos encaminadas a
proteger al distribuidor o concesionario) no será aplicable y no producirá efectos jurídicos.
1
productos o servicios financieros y de seguros, acuerdos celebrados con consumidores o
destinatarios finales, etc.).
Conforme al tenor literal de la Exposición de Motivos3 del Proyecto de LCD y del art. 4.14, con
carácter general, primará la autonomía de la voluntad de las partes y la LCD será aplicable, en
defecto de pacto.
Deberes precontractuales de información y formalización de los contratos. Se
establece que las partes deberán entregarse mutuamente, y con razonable antelación a la
formalización del contrato, toda la información necesaria para que puedan decidir con
conocimiento de causa sobre la celebración del contrato5. Si el contrato no llegara a celebrarse,
la parte que hubiera incumplido los deberes precontractuales de información responderá de los
daños y perjuicios que ocasione a la otra parte como consecuencia de dicho incumplimiento.
Asimismo se establecen una serie de deberes de información durante la duración del contrato
que afectan tanto al proveedor6 como al distribuidor7.
Se establece que los contratos sometidos a la LCD así como sus modificaciones posteriores
deberán formalizarse por escrito. Si la formalización escrita no se hubiese llevado a cabo por
causa imputable a una de las partes, corresponderá a ésta la carga de probar la existencia de
las condiciones contractuales que se separen de lo dispuesto en la LCD. Las modificaciones y
novaciones de los contratos se realizarán de mutuo acuerdo o en la forma prevista en el
contrato con sujeción a los principios de motivación, no discriminación o abuso de dependencia.
Precios y objetivos comerciales. Los importes o baremos objetivos para la determinación
del precio de los bienes o servicios se indicarán bien en el propio contrato, bien en comunicaciones posteriores entre el proveedor y distribuidor. El plazo de su entrada en vigor será el
fijado por las partes y, en ausencia de previsión, a los 30 días de su comunicación.
Los objetivos comerciales del distribuidor deberán fijarse sobre la base de las necesidades de
abastecimiento del mercado que sean razonablemente previsibles en cada momento.
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El último apartado del punto I de la Exposición de Motivos dispone que: “se establecen unas reglas de contratación (…)
eficaces para todo el sector, que ofrezcan un régimen supletorio mínimo ante la ausencia de previsión contractual por las
partes.” A su vez, en el apartado séptimo del punto III de la Exposición de Motivos se establece que: “(…) los principios
rectores, partiendo del principio de libertad de pactos como criterio inspirador de las relaciones jurídicas entre operadores
económicos, se recogen en el art. 4 y están destinados a servir a la interpretación de los acuerdos y principios normativos
en ausencia de disposición contractual de las partes.”
4
Este art. dispone que “los contratos de distribución se regirán por los principios de libertad de pactos (…)”.
5
En los supuestos de redes de distribución integrada el distribuidor podrá exigir al proveedor información relativa al
contenido y características del negocio, estructura de la red de distribución, titularidad y condiciones de uso de los signos
distintivos, duración del contrato, condiciones de renovación y modificación del mismo, causas, formalización y efectos de la
extinción del contrato, etc. Asimismo, el proveedor podrá exigir al distribuidor información sobre su grado de solvencia,
cualificaciones técnicas, eventuales procesos que pudieran afectar al prestigio y reputación de la marca, etc.
6
Información comercial y técnica precisa para promover la mejor distribución de los bienes y servicios, circunstancias que
puedan afectar a los niveles de abastecimiento del distribuidor, variaciones previstas en cuanto a la orientación, imagen o
actividad del sistema comercial diseñado, etc.
7
P. ej., circunstancias y hechos de los que tenga conocimiento que puedan afectar a la imagen, prestigio y salvaguarda de
los derechos de propiedad industrial o intelectual del proveedor o al acceso de los consumidores a sus productos y servicios.
2
Cesión. La cesión total o parcial del contrato requerirá el consentimiento del proveedor y del
distribuidor. El proveedor no podrá negar su consentimiento si la empresa cesionaria
pertenece a la red de distribución integrada del proveedor o se compromete por escrito a
mantener la organización, medios y recursos que el cedente mantenía a efectos de la actividad
de distribución.
Duración. En el Proyecto de LCD se proclama como principio rector la libertad de pactos y por
lo tanto las partes podrán fijar libremente el plazo de duración del contrato de distribución,
pero deberá preverse una duración mínima suficiente para hacer posible la amortización de las
inversiones específicas necesarias para el cumplimiento del contrato. En ausencia de pacto, el
contrato será de duración indefinida.
Extinción y derechos en caso de terminación del contrato. Las partes podrán dar por
terminada la relación de distribución con los preavisos (iguales para ambas partes del contrato)
indicados en el art. 23 cuyos términos son prácticamente iguales a los de la Ley de Contrato
de Agencia (“LCA”). El plazo de preaviso será de un mes por cada año de vigencia del contrato
hasta un máximo de seis meses y si el contrato hubiera estado en vigor por un período inferior
a un año, el plazo de preaviso será de un mes. Al igual que en el contrato de agencia, el
incumplimiento de los preavisos pactados dará derecho a reclamar los correspondientes daños
y perjuicios.
En el art. 24 se señala que en caso de incumplimiento de las obligaciones legales o de
incumplimiento grave o reiterado de las obligaciones contractuales podrá darse por finalizado
el contrato sin preaviso. A estos efectos, en el propio art. 24 se viene a obligar a la parte
cumplidora a solicitar a la incumplidora la subsanación del incumplimiento cometido, en el
plazo acordado entre las partes o, en defecto de pacto, en el plazo de treinta días.
Tras toda terminación de un contrato de distribución las partes pueden reclamarse daños y
perjuicios, amortizaciones pendientes y, por parte del distribuidor, la siempre polémica
indemnización por clientela, que se configura con carácter de excepcional. En todo caso, no
procederá el abono de las indemnizaciones cuando el motivo de la resolución haya sido el
incumplimiento grave o reiterado de las obligaciones contractuales por la otra parte, o cuando
con el consentimiento del proveedor se hubieren cedido a un tercero los derechos y
obligaciones de que era titular el distribuidor en virtud del contrato de distribución.
En particular y por lo que respecta a la indemnización por clientela debe indicarse que:
-
El
distribuidor
tendrá
derecho
a
una
indemnización
cuando
concurran
todas
las
circunstancias que a continuación se describen y que se asemejan a las señaladas en la
LCA: a) que por la naturaleza del contrato y por la actividad del distribuidor se hayan
incrementado sustancialmente el tipo de operaciones o el número de clientes y que el
distribuidor acredite que la clientela seguirá produciendo ventajas sustanciales al proveedor tras la ruptura del contrato, b) que se haya establecido un pacto por el cual el distri-
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buidor, una vez extinguido el contrato, no pueda hacer competencia al proveedor o al
nuevo distribuidor.
-
En virtud de la autonomía de las partes consagrada en el art. 4.1 del Proyecto de LCD y en
línea con la reiterada jurisprudencia del Tribunal Supremo hasta la fecha, entendemos que
las partes podrían pactar o negar la indemnización por clientela a la terminación del
contrato, fuera cual fuera su causa. Ello vendría también refrendado por lo dispuesto en el
art. 25.4 del mismo texto según el cual: “la terminación de los contratos de distribución
no obligará al proveedor a compensar al distribuidor por la clientela que éste hubiera
podido generar durante la relación”.
-
La indemnización no podrá exceder, en ningún caso, de la media anual del importe neto
de la “cifra de negocios” (en lugar de tomarse como referencia el beneficio o margen) del
distribuidor durante los últimos cinco años o, durante todo el período de duración del
contrato, si este fuere inferior.
La acción para reclamar la indemnización por clientela o de daños y perjuicios prescribirá al
año a contar desde la extinción del contrato.
Entrada en vigor y normas transitorias. Conforme al Proyecto, la LCD entraría en vigor al
día siguiente de su publicación en el BOE y se aplicaría a los contratos concluidos con
posterioridad a su entrada en vigor, así como a las renovaciones, prórrogas, novaciones, y
tácitas reconducciones de los contratos concluidos anteriormente, que se produzcan tras la
entrada en vigor de la misma.
Algunas consideraciones sobre el Derecho de la Competencia. El Proyecto de LCD
aborda materias y cuestiones relevantes desde la perspectiva de las normas de defensa de la
competencia y ya reguladas a nivel comunitario y español. Por ello, el Proyecto ordena, como
no podía ser de otra manera, que los contratos de distribución quedarán sometidos a la
normativa de defensa de la competencia (art. 4.5). Ahora bien, subsisten algunas dudas de
compatibilidad entre ambas normativas.
Por un lado, el Proyecto indica que “en caso de duda sobre el ámbito de la atribución se
entenderá que la exclusiva abarca la mayor de las zonas posibles”, previsión ésta que choca
frontalmente con el principio de que cualquier restricción de la competencia debe ser de
interpretación restrictiva dado que es una excepción al principio de libertad de empresa
consagrado en el artículo 38 de nuestra Constitución.
Por otro lado, el Proyecto prohíbe obligar a la “compra de lotes o series de suministro con
productos no requeridos por el distribuidor”, salvo en el supuesto de la distribución selectiva.
La normativa de competencia, por su parte, autoriza las ventas vinculadas o condicionadas en
cualquier tipología de contrato, siempre y cuando ninguna de las partes implicadas tenga una
cuota elevada en ninguno de los mercados afectados. La cuestión es, pues, si la remisión a la
normativa de competencia juega tanto en negativo (respeto de los límites impuestos por
4
aquélla) como en positivo (aplicación de las exenciones vigentes) porque, en caso de que no
fuera así, se estaría dejando sin efecto el margen de seguridad que ofrecen estas últimas.
Por tanto, a la hora de aplicar la LCD habrá que cohonestar su aplicación con los Reglamentos
de Exención vigentes y, en particular, con el reglamento sectorial aplicable a la distribución de
vehículos, que en el Proyecto no se considera, a pesar de que la frecuente litigiosidad
existente entre fabricantes y concesionarios de automóviles está en el origen de su redacción.
El presente documento es una recopilación de información jurídica elaborado por
CUATRECASAS, GONÇALVES PEREIRA cuya finalidad es estrictamente divulgativa. En
consecuencia, la información y comentarios que se incluyen en el mismo no constituyen
asesoramiento jurídico alguno. La información contenida en el presente documento es
estrictamente confidencial y no puede ser objeto de difusión a terceros, ya sea en su
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