Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar "La ley de convertibilidad. Su estudio en el Congreso de la Nación" por Luis MOISSET de ESPANES ___________________ SUMARIO: I.- Introducción II.- La Constitución Nacional y el valor de la moneda: a) Facultades del Congreso. Recuperación. b) El tratamiento de urgencia. c) La delegación de atribuciones. III.- Convertibilidad del austral. a) La moneda patrón y la moneda símbolo. b) Las reservas del Banco Central 1.- Proporción de reservas. 2.- Existencia real de reservas. 3.- Integración de las reservas. Los títulos nacionales. 4.- Información sobre las reservas. 5.- Inembargabilidad. c) Compromiso de no emitir. d) ¿Convertibilidad o cambio fijo? e) Equilibrio presupuestario. Necesidad de eliminar el déficit fiscal. f) La moneda como herramienta de una política monetaria. g) Las presiones políticas. 1.- Situación de las provincias. 2.- Sueldos y aguinaldos. 3.- Jubilaciones. 4.- Nuestra opinión. . IV.- El retorno al nominalismo. a) Injusticias del nominalismo. b) Correcciones al nominalismo. 1.- El proyecto originario. 2.- Consejos de una Comisión Asesora. 3.- El silencio del legislador y los daños y perjuicios derivados de la mora. c) Solución alternativa propuesta por el diputado Ibarbia. V.- Las cláusulas de actualización. a) Justificación de las cláusulas de actualización. b) Cláusulas de actualización fluctuantes (o aleatorias). VI.- Prohibición de indexar. a) La "perversa" indexación. Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar b) Sustitución de la indexación por los intereses. c) Prohibición de indexar y teoría de la imprevisión. VII.- Ambito de aplicación de la prohibición de indexar. a) Obligaciones dinerarias y obligaciones de valor. b) El art. 7. Obligaciones comprendidas. c) Obligaciones excluidas. 1.- Garantía de la propiedad. 2.- Obligaciones alimentarias. 3.- Obligaciones en dólares. d) La actualización por el precio de una mercadería. VIII.- Intervención en cláusulas contractuales. a) El art. 9. ¿Desindexación o cambio en las pautas de actualización? b) El mecanismo de "desindexación". c) Obligaciones comprendidas. 1.- Seguros. 2.- Alquileres. 3.- ¿Créditos del Banco Hipotecario? 4.- Contratos de obra pública y de suministro. 5.- Otras hipótesis. d) Obligaciones excluidas. IX.- Las reformas al Código civil. a) La subsistencia en el Código civil de las obligaciones de valor. b) Dinero sin curso legal. c) El cumplimiento de las obligaciones dinerarias. d) Anatocismo. La circular 1050. X.- Las sentencias y la ley de convertibilidad. XI.- Cuestiones de derecho transitorio. a) Efecto inmediato (artículo 10). 1.- Constitución de nuevas relaciones jurídicas. 2.- Efectos o consecuencias de relaciones jurídicas ya constituidas. b) Efecto retroactivo (artículos 9 y 13). XII.- Otros problemas. a) Orden público. b) Derogación genérica. XIII.- Palabras finales. ___________________ 2 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (*) Hemos trabajado con las versiones taquigráficas provisorias, es decir aquellas en las que no se han realizado todavía las correcciones de forma, autorizadas por los respectivos Reglamentos de ambas Cámaras. En la numeración de esas versiones cada grupo de diez páginas corresponde a un turno de cinco minutos de taquigrafía, es decir de 450 a 700 palabras de texto, aproximadamente, según el ritmo de exposición. I.- Introducción Es un hecho fácil de comprobar que nuestra sociedad mira con marcado escepticismo la labor de los cuerpos legislativos y, con frecuencia, se afirma que no cumplen adecuadamente su misión. Las críticas se multiplican y alcanzan diferentes aspectos de la labor parlamentaria: inasistencia a las sesiones, no discusión de temas importantes, falta de preparación o de capacidad de nuestros representantes, monto de las dietas, jubilaciones de privilegio..., sin pretender con ello agotar la lista de quejas. Al momento de redactar estas líneas llega a mis manos un artículo de Cadorín, publicado en un prestigioso matutino (1), en el que se nos informa que: "Según una encuesta del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría, la imagen negativa del Congreso alcanza una cifra excesivamente alta: 47 por ciento". Debo confesar que mis propios sentimientos -a pesar de ser un ferviente admirador de la función que cumple el Poder Legislativo, tanto en el ámbito nacional, como en el provincial-, han tomado a veces por ese derrotero, llegando a pensar que nuestros Parlamentos están muy lejos de cumplir con la misión que les asignan las respectivas Constituciones y que en las últimas épocas es notorio el descenso en el nivel de preparación de quienes los integran. En mi juventud he trabajado durante quince años como taquígrafo parlamentario en el Senado de la provincia de Córdoba, y recuerdo que cuando practicaba para presentarme al exigente concurso de ingreso, me dictaban fragmentos de las exposiciones de las encendidas arengas de Moisés Lebenhson, o de los medulosos informes de Arturo Sampay, pronunciados en la Convención Constituyente de 1949, que eran publicados por todos los 3 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar periódicos del país. Y de mi niñez me queda nítido el recuerdo de los titulares de primera plana de "Los Principios", que fué uno de los principales diarios de Córdoba, con la noticia de las intervenciones de José Aguirre Cámara en la discusión del presupuesto nacional o de alguna ley impositiva. Hoy, en cambio, ninguno de los órganos de prensa dedica más de dos líneas a las sesiones de las Cámaras, y si lo hace apenas se limita a mencionar los asuntos tratados, sin indicar quienes participaron ni -lo que es más importante- las razones que fundamentaron las respectivas posturas adoptadas. Y los Diarios de Sesiones, que contienen la versión taquigráfica de los debates, tienen una difusión muy reducida, y se publican con varios meses de retraso, por lo que prácticamente nadie se entera de la actividad parlamentaria. Los medios de difusión masivos, en lugar de ocuparse de la tarea de los legisladores, dedican más atención al accidente mortal sufrido por un cómico, el crimen cometido por un boxeador, o la drogadicción de un futbolista, factor que, sin duda, contribuye a dar forma a la imagen de ineficiencia que tanto se ha generalizado. Cabe sin embargo preguntarse, como lo hace Rosendo Fraga, jefe del equipo que realizó la encuesta que mencionábamos más arriba (2) si, más allá del aludido porcentaje de insatisfechos, que es un dato objetivo: " ... tan mala opinión sobre la labor legislativa ¿es justa o injusta, merecida o inmerecida?". CADORIN, que es un observador atento y siempre procura ser justo en sus apreciaciones, reflexiona (3): " ... cuando se ataca al Congreso no se suele hacer la distinción entre los legisladores y la institución. Sin embargo no son lo mismo. Hay diputados y senadores que aparecen de vez en cuando. Pero también están los que trabajan, presentan proyectos y tienen un alto índice de asistencia a las sesiones ordinarias". He reproducido estos párrafos porque coinciden con las reflexiones que me formulaba en estos días, cuando conseguí y leí con detenimiento las versiones taquigráficas de los debates (4) que, primero en el Senado (5) y luego en la Cámara de Diputados (6), se desarrollaron con motivo de la aprobación del proyecto del Poder Ejecutivo por el cual se restableció el nominalismo, se prohibieron las indexaciones y se fijó la convertibilidad del austral. 4 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Conviene recordar el escaso tiempo de que dispusieron los legisladores para estudiar el proyecto, que debió ser tratado en el Senado a las 48 horas de su remisión, y en la Cámara de Diputados, cuando todavía no había transcurrido una semana. La lectura de las versiones taquigráficas nos obliga a superar preconceptos; quienes participaron en la discusión eran personas capaces, que se habían preocupado por profundizar el tema y efectuaban observaciones agudas... Al analizar la labor cumplida no podemos limitarnos a computar las horas que insumieron las sesiones, sino que debemos pensar forzosamente en el tiempo que demandó a cada uno de los que intervinieron el estudio de los aspectos que abordaron... Más allá de cualquier discrepancia conceptual o política, reconforta comprobar que muchos de nuestros representantes se preocupan seriamente por cumplir con su deber. La mayoría de los nombres que aparecen en esas versiones efectuando valiosos aportes, no coinciden con los que acostumbra mostrar la televisión en programas políticos; prácticamente ninguna de sus palabras ha sido reproducida en los periódicos... Honestamente confieso que yo también había llegado a pensar que el nivel de nuestros legisladores había descendido tanto que no podía comparárselos con los parlamentarios de antaño (7); debo rectificarme: hoy, como en otras épocas, hay legisladores buenos y malos; ociosos y trabajadores... Lo que importa es que el Poder Legislativo no resigne sus facultades, que haya en él suficientes hombres honestos y capaces, y que ello le permita cumplir a conciencia la misión que le asigna la Carta Magna. Dentro de la misma línea de pensamiento, se ha dicho de los legisladores: "La ciudadanía sabe que no son perfectos. No les pide perfección. Les pide capacidad y transparencia. En todo caso, que hagan algo para demostrar que no se puede descalificar a todo el Congreso por la actitud de los legisladores que no cumplen con la función para la que fueron elegidos" (8). Pues bien, debates como el que procuraremos analizar son la más clara demostración de la seriedad con que trabajan muchos de los hombres que nos representan en el Parlamento, y la importancia vital que para la vida de la democracia, tiene el buen funcionamiento del Poder Legislativo. II.- La Constitución Nacional y el valor de la moneda: a) Facultades del Congreso. Recuperación. 5 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar En muchas oportunidades hemos insistido en la necesidad de que el Congreso reasumiera la facultad constitucional de fijar el valor de la moneda. Resulta auspicioso que con esta ley se retome la buena senda, y así lo hizo notar el senador Romero, que actuaba como miembro informante del proyecto, cuando manifestó: "En cuanto a los aspectos constitucionales de este proyecto de ley, destaco que se recupera para el Congreso de la Nación una facultad perdida hace mucho tiempo. Me refiero a la que dispone el artículo 67, inciso 10, según la cual corresponde al Congreso de la Nación hacer sellar moneda, fijar su valor y el de las extranjeras. Esto debe ser apreciado en toda su dimensión, por cuanto le toca a este Congreso, por primera vez en muchos años, debatir una nueva ley monetaria, crear en los hechos una nueva moneda y fijar el valor de la moneda nacional con relación a las extranjeras" (9). Más adelante insistió sobre el particular, diciendo: "Con la sanción de esta ley no sólo se produce la recuperación del Congreso de su facultad de legislar sobre esta materia, atribución por tantos años olvidada, sino también el inicio de la estabilidad deseada por todos..." (10). También se refirió al problema el senador Aguirre Lanari (11). En la Cámara de Diputados el tema fue motivo de variadas reflexiones; el informante de la mayoría, diputado Lamberto, expresó que de esta manera: " ... el Poder Legislativo retoma la facultad constitucional del artículo 67 de fijar el valor del signo monetario" (12). El diputado Martínez Raymonda fue aún más terminante, y se explayó sobre el punto, destacando: "El país asiste en esta época a un planteo de tipo legislativo bastante extraño a las prácticas parlamentarias -digo extraño con dolor y no como queja- esto es, que el Congreso tome por primera vez en sus manos, en mucho tiempo, la determinación de fijar el valor de la moneda, que es una de sus facultades constitucionales. La 6 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Constitución quiso dotar a este Cuerpo -y, obviamente, al Senado- del contralor de instrumentos muy delicados como son la moneda y el crédito" (13). E insistió que, al no haber cumplido durante décadas el Congreso de la Nación con esa facultad constitucional: " ... dejó que el Poder Ejecutivo y el Banco Central de la República Argentina fueran los que dictaran las políticas monetarias y crediticias. Y así ocurrió que desde su fundación en 1935, el Banco Central nació con el pecado original del exceso de potestades que permitieron que a lo largo del tiempo se fuera deteriorando el valor de la moneda, tantas veces señalada como símbolo de la soberanía nacional" (14). El diputado Figueroa, representante del Movimiento popular jujeño, también se congratuló por la participación dada al Parlamento, expresando: " ... hoy llega al Congreso, por primera vez en mucho tiempo, un tema que nos permite discutir un plan económico, al contrario de lo ocurrido en otras oportunidades. Por lo tanto debemos celebrar esta circunstancia, a pesar de las falencias y del apuro" (15). Sin embargo otros legisladores, como el diputado radical Baglini, consideran que la participación del Congreso en la fijación del valor de la moneda se traduce en una excesiva rigidez institucional, ya que si se presentase la necesidad de disponer una devaluación, la lentitud de los mecanismos parlamentarios impediría tomar las medidas con la urgencia requerida por la actividad de los mercados (16). Dentro de la misma línea de pensamiento el diputado Jesús Rodríguez ha expresado que si el programa económico que traza esta ley no tiene éxito, el Estado carecerá de instrumentos para desarrollar una política económica (17), insistiendo: " ... hoy estamos encadenando el futuro a la imposibilidad de desarrollar una política monetaria y si esto no funciona nos hallaremos, en medio de una dolarización de la economía, de un caos que involucrará al aparato productivo y al sistema financiero" (18). También el diputado González (E.A.), expresaba su temor por la grave 7 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar responsabilidad que asumía el Congreso, ya que si el plan fracasaba debería "reunirse de urgencia para modificar esta ley o para producir una devaluación", lo que provocaría no ya una "incertidumbre del mercado, sino la incertidumbre parlamentaria" (19), agregando que: "Por haberse fijado este tipo de cambio por una ley, puede ser modificado por otra ley. Cualquier legislador puede tener la iniciativa y presentarla de esa manera, juntando los votos necesarios para modificar el tipo de cambio. Incluso quizás mañana, por ejemplo, los productores de soja digan que el verdadero tipo de cambio es el de veinte mil australes por dólar. Entonces será cuestión de que junten los votos necesarios en el Parlamento para llegar a la paridad deseada" (20). Respetamos el pensamiento de quienes sustentan estas posiciones, pero estamos persuadidos que carecen de razón. Los males que afectan nuestra economía monetaria tienen su raíz en la inestabilidad que provoca la actitud del Congreso que renunció a la prerrogativa que le concede la Constitución de ser él quien fije un "valor", y que -al hacerloelija adecuadamente los medios técnicos que permitan establecer dicho valor de manera estable (21). Si para ello se recurre a las enseñanzas de la Economía Política, y se establece una adecuada relación entre el circulante y la masa de bienes y productos, las variables económicas que pueden afectar el valor de la moneda no tendrán una magnitud tan grande como para provocar sobresaltos, y no se correrá el riesgo de tener que efectuar devaluaciones de "urgencia". Se corre mucho más peligro si se deja total libertad al Poder Administrador para que, sin control alguno, altere constantemente el valor de la moneda por vía de emisiones masivas, que distorsionan seriamente el funcionamiento de los mercados, provocando estallidos que obligan a recurrir a "cirugía de urgencia". Es cierto que, si se cumple con el precepto constitucional y el Parlamento establece un valor "fijo" para nuestra moneda, se limitan las herramientas de una "política monetaria", ya que se elimina de la panoplia tributaria el impuesto inflacionario. Pero, precisamente, una triste experiencia demuestra que esas "políticas monetarias" son las que han empobrecido al país y minado su economía. Al no existir una moneda de valor estable, al vivirse en una inflación permanente, desaparece la ilusión de los efectos benéficos que puede tener la expansión monetaria, y se acaba precipitando al país en los abismos de las hiperinflaciones. Finalmente, no compartimos el temor de que las influencias de un sector 8 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar puedan llevar a ambas Cámaras del Parlamento a modificar arbitrariamente el valor de la moneda. Si tal cosa ocurriese sería porque el Poder Legislativo se ha prostituído totalmente, y no solamente las leyes monetarias, sino todas las normas que nos rigen podrían convertirse en letra muerta, lo que acarrearía -no lo dudamos- la destrucción del sistema, ya que si nuestra desconfianza en el legislador alcanza tales grados, sólo restaría vivir en la anarquía. ¿Se considera acaso más seguro, y preferible, que el valor de la moneda se fije por la vía de decretos del Poder Ejecutivo, o de resoluciones del Banco Central, que dependen de la voluntad de una sola persona, en lugar de necesitar del consenso de ambas Cámaras? El argumento esgrimido no nos parece feliz. b) El tratamiento de urgencia. Sin embargo, aunque la remisión del proyecto al Congreso significa un acatamiento de los preceptos constitucionales, quienes deseamos que la Carta Magna se cumpla no solamente en su letra, sino en su espíritu, no podemos estar conformes si el paso del proyecto por el Congreso aparece sólo como el cumplimiento "formal" de un requisito, y la actividad de los representantes del pueblo se limita a dar aprobación a los textos remitidos por el Poder Ejecutivo, sin posibilidad de estudiarlos, debatirlos, ni modificarlos. En esta oportunidad se esgrimieron razones de "urgencia"; el Ministerio de Economía consideraba "indispensable" que su propuesta entrase en vigencia el día primero de abril, lo que exigía no demorar el trámite y no concedía el mínimo de tiempo necesario para profundizar en los textos proyectados y determinar si realmente eran instrumentos legales aptos para llenar las finalidades perseguidas, vale decir si con ellos se fijaba realmente un valor "estable" de la moneda, y se limitaba la emisión. No desconocemos que la correcta aplicación de los principios que sustentan una organización democrática pone en manos de las mayorías la aprobación o rechazo de las leyes, pero exige también que esas decisiones se adopten con responsabilidad y previo un estudio serio, escuchando todas las observaciones que se formulen, siempre que ellas puedan contribuir al mejoramiento de los textos proyectados. Ninguna razón de "urgencia" justifica que las leyes no se estudien antes de sancionarlas; menos aún que, a sabiendas, se sancionen normas defectuosas, dejando para una oportunidad posterior el rectificarlas. Cuando en el curso del debate parlamentario se advierte que el texto legal proyectado da una solución incorrecta a los problemas, o tiene vacíos insalvables, no debe prestársele aprobación, ni confiar en que estos defectos se subsanen por vía del "decreto reglamentario", o de una interpretación judicial "inteligente". 9 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Por supuesto que, pese a cualquier oposición, si la mayoría estima que la norma proyectada es correcta, vale decir brinda la solución adecuada, tiene todo el derecho -mejor diríamos el deber- de aprobarla, aunque en realidad la solución sea incorrecta. En manos de la mayoría está la decisión política. El error es excusable; lo que no tiene excusas es adoptar la norma defectuosa con pleno conocimiento de sus defectos, sustentándola solamente en "urgencias" temporales. Hemos padecido casi medio siglo de inflación; ¿qué apuro hay en demorar una semana o un mes la sanción de una ley destinada a ponerle fin, y obtener con ello una herramienta más perfecta? Muchos legisladores expresaron la preocupación que les causaba el ritmo vertiginoso impreso al trámite de la ley de convertibilidad. Por ejemplo, en el Senado, Aguirre Lanari manifestó que: " ... estos aspectos jurídicos y económicos deben merecer un análisis más profundo y detenido. Así lo pedimos en la reunión de presidentes de bloque, habiéndosenos expresado una negativa fundada en razones de urgencia que, según el bloque justicialista están entroncadas con altos intereses de la Nación que podrían verse perjudicados por una dilación en el tratamiento legislativo, habida cuenta del conocimiento público del proyecto y de las repercusiones que el mismo genera desde ya en los mercados. Por ello debo declarar, para el juzgamiento que pueda efectuarse de la falta argumental exhaustiva de mi exposición que desmenuce muchas dudas suscitadas en un análisis inicial y que están aflorando en la opinión pública, que por mi parte no ignoro que cualquier explicitación de las mismas resultaría insuficiente en este momento dadas las circunstancias que estamos protagonizando por la urgencia en el tratamiento del tema" (22). Los senadores radicales Trilla (23) y Laferriere (24) también se refirieron a la urgencia que se imprimió al trámite, y lo mismo hizo Gass (25) presidente del bloque de senadores radicales. En la Cámara de Diputados, donde se dispuso de algo más de tiempo, no faltaron voces que reclamaran por el apuro en el tratamiento del tema, haciendo referencia el diputado Aramouni a: " ... la improvisación con la que se ha trabajado. Este proyecto no se puede tratar tal como se está haciendo. No debió ser sancionado por el Senado en pocas horas y no 10 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar se puede pretender que también se lo apruebe rápidamente por la Cámara de Diputados" (26). Por su parte el diputado Avila Gallo sostuvo que no era posible "aceptar que se nos obligue a considerar este proyecto de ley sin contar con el tiempo necesario para realizar los estudios correspondientes" (27), agregando un poco más adelante: " ... recién hoy conozco los dictámenes de minoría y el de mayoría. ¿Cómo se cree que estos graves problemas pueden ser estudiados en el propio recinto donde se los está debatiendo? Debemos tratar estas cosas con seriedad y no con apuros" (28). También Alvarez Guerrero manifestó: "Sin duda hubo apresuramiento en la realización de esta sesión. Hubiéramos querido mayor información en cifras, predicciones y orientaciones, de las que ha carecido esta Cámara. Lamentablemente se empleó un procedimiento acelerado para discutir este importantísimo proyecto de ley que tiene repercusiones en los campos político, económico y social" (29). Pero en la Cámara de Diputados las críticas se orientaron más al hecho de que no se aceptara introducir enmiendas al proyecto de ley, aspecto al que se refirieron -entre otros- los diputados Baglini (30), Aramouni (31), Durañona y Vedia (32), Alvarez Guerrero (33) y Jesús Rodríguez, quien afirmó que esta manera de actuar, parecía: " ... una suerte de validación de naturaleza formal de decisiones sustantivas tomadas unilateralmente por el Poder Ejecutivo, que conmina al Poder Legislativo a una situación que lo coloca frente a la sociedad en los términos de: aprueba o rechaza. Si rechaza es cómplice de los perjuicios y calamidades que puedan sobrevenir; si aprueba, tiene una cuota de complicidad por la incertidumbre sobre la validez de estas propuestas" (34). En la discusión en particular cada vez que se propuso una modificación al texto del proyecto el diputado Matzkin, en nombre de la comisión, se apresuró a adelantar que no se aceptaría ninguna enmienda, y al considerarse el artículo 4, frente a una propuesta del diputado Ibarbia, expresó que: 11 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar " ... solamente con respecto a los artículos 5, 8 y 9 el señor diputado Lamberto formulará brevísimas apreciaciones, sin que ello implique modificación alguna al texto votado" (35). Estimamos que una correcta técnica legislativa exigía, en varios de estos casos, introducir en la ley las correcciones necesarias para que su texto resulte claro, completo y preciso, en lugar de dejar librado el tema a las disposiciones del decreto reglamentario, o a futuras interpretaciones. c) La delegación de atribuciones. Existen en la ley dos referencias expresas a su reglamentación; la primera en el artículo 9, cuando se habla de "las condiciones que determine la reglamentación"; la segunda el artículo 12, por la que se faculta al Poder Ejecutivo a reemplazar la denominación de la moneda, y también la expresión numérica del austral, pero "respetando la relación de conversión que surge del artículo primero". ¿Hay en estas normas una delegación de atribuciones legislativas? Y si tal cosa ocurriese, ¿es correcto que el Congreso delegue el ejercicio de las facultades que le son propias? El punto ha sido tema de debate en la Cámara de Diputados, donde se ha dicho que: "Una gran parte de la interpretación se deja librada a la reglamentación de la ley. Aquí rige el principio constitucional de que una ley no puede reglamentarse ni interpretarse más allá de lo que ha sido su espíritu e intención. Me pregunto, entonces, si aquí no hay una delegación de facultades en el Poder Ejecutivo, y si no debe tener en cuenta la prohibición del artículo 29 de la Constitución Nacional. Si esta determinación de delegar en el Poder Ejecutivo la reglamentación e interpretación de las normas es una facultad extraordinaria que excede su propio poder, ¿no será entonces, conforme con el artículo 29 de nuestra Carta Magna, una ley nula de nulidad absoluta por haberse otorgado precisamente esas facultades al Ejecutivo?" (36). El diputado Avila Gallo, que votó en contra del proyecto, también hizo hincapié en que el artículo 12 contenía una delegación de facultades violatoria de la 12 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Constitución (37). A nuestro criterio la mención a las facultades reglamentarias del Poder Ejecutivo contenida en el artículo 9 no tiene nada de objetable, y la pretendida delegación de facultades del artículo 12 tampoco es violatoria de dispositivos constitucionales, pues lo que compete al Congreso, en virtud de lo dispuesto por el inciso 10 del artículo 67 de la Constitución Nacional es "hacer sellar moneda y fijar su valor", resultando indiferente el nombre que se dé a esa moneda (38), y su expresión numeraria, mientras no se altere el valor (39), como parece preverlo el mismo artículo 12 al disponer expresamente que debe respetarse el valor de conversión. En realidad, más que en el texto de las normas sancionadas, la posibilidad de una delegación de facultades violatoria de los principios constitucionales parece haberse encontrado en el espíritu de algunos legisladores, que han aludido a que el Poder Ejecutivo podría interpretar o completar los dispositivos de la ley por vía reglamentaria, como ha sucedido luego. Dentro del orden jerárquico de las normas establecido por nuestra Constitución, los decretos del Poder Ejecutivo deben limitarse a reglamentar las leyes para posibilitar su funcionamiento, pero no pueden modificar su contenido, ni para aclararlo, ni para llenar lagunas. III.- Convertibilidad del austral. La convertibilidad del austral se establece sobre la base de mantener en reservas en el Banco Central una cantidad de oro y divisas que represente el ciento por ciento de la masa monetaria circulante, en una relación de diez mil australes por dólar. a) La moneda patrón y la moneda símbolo. Resulta conveniente recordar, de manera previa, que en la historia de la evolución del dinero aparece en primer lugar la "moneda mercancía", o moneda de "pleno contenido", cuyo valor está dado por el producto mismo de que se encuentra formado ese dinero, generalmente un metal precioso, y resultará entonces de la cantidad de metal fino que contenga cada pieza de moneda. La convertibilidad es un paso en la evolución del concepto del dinero, que lleva a retirar de la circulación directa las monedas de metal y reemplazarlas por "documentos" representativos de esas monedas, mientras el metal se mantiene en reserva para, en caso de que el portador de esos documentos lo solicite, entregárselo. 13 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Clásicamente, en este sistema, la moneda "real" es el patrón monetario que se encuentra en reserva, y la moneda circulante no son más que papeles que garantizan la posibilidad de "convertirlos" en la cantidad de moneda "real" que ellos representan. Para poder cumplir con la obligación que se asume, el Estado emisor debe mantener una cantidad de moneda "patrón" en sus Bancos, que le permita en cualquier momento atender a los requerimientos de "conversión". En las etapas iniciales de la moneda "convertible" se suele establecer que las reservas alcancen a un monto igual a los papeles que se emiten para representarlas, aunque -como ya lo hemos señalado en el trabajo que publicamos en el primer tomo de esta colección (40)- pronto se advierte que no resulta indispensable mantener en encaje más que un porcentaje del dinero emitido, porque son escasos los usuarios de la moneda simbólica que acuden a convertirla y reclamar la moneda "patrón" (41). Además los economistas advierten que el encaje puede estar integrado no solamente por reservas en metal fino, es decir en la moneda patrón, sino que también el Estado puede completar sus reservas con las "divisas" que tenga disponibles, es decir monedas extranjeras que representan valores computables en reemplazo de la "moneda patrón". El otro punto que deseamos señalar es que clásicamente las leyes de "convertibilidad" suelen establecer como moneda "patrón", sea que realmente se la acuñe, sea que sólo se la emplee como unidad de cuenta, la cantidad de metal fino que se estipula como unidad monetaria (42); así la ley 1130, del año 1881, había fijado el peso oro en 1,6129 gramos de oro, de 900 milésimos de fino. Posteriormente, por haberse emitido un exceso de papel, se dispuso la "inconvertibilidad", y cuando en 1899 se dicta la Ley de Conversión 3871, se establece que cada peso papel sirve para obtener cuarenta y cuatro centavos de oro sellado. La presente ley de convertibilidad presenta la peculiaridad de que no se toma como "patrón" una cantidad fija de metal fino, es decir una moneda de contenido pleno, sino que la relación se establece con una moneda extranjera, el dólar de Estados Unidos, por considerar que ella garantiza un "valor estable", pese a que dicha moneda no es "convertible" a oro (43). No se trata únicamente de admitir que las reservas estén integradas por divisas, sino que se ha seleccionado una de esas divisas como "moneda patrón", lo que puede justificar que algunos piensen que se adopta como "moneda real" al dólar, ya que los australes circulantes son meramente una moneda simbólica que representa a aquella en la que pueden convertirse. En el Senado de la Nación, al comenzar a debatirse el problema de la convertibilidad, el miembro informante de la mayoría, senador Romero, manifestó que al 14 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar aprobarse esta ley se incorporaba "a la calidad del tenedor de un austral el derecho a ser considerado acreedor de una obligación de conversión" recordó que no se trataba de un problema nuevo en el derecho monetario argentino, ya que la mencionada ley 3871, promulgada el 4 de noviembre de 1899, había establecido en aquella época que el peso papel podía ser convertido en cuarenta y cuatro centavos de peso oro sellado (44). Procuró también justificar la adopción del dólar como patrón monetario, expresando: "Luego de la Segunda Guerra Mundial el patrón oro fue desplazado en el mundo -no sólo en la Argentina- por el patrón dólar. Esto no responde a nuestras decisiones. La convertibilidad cambiaria establecida en el siglo pasado estaba basada en el patrón oro o plata, porque eran la referencia mundial del valor. Ahora es ésta la referencia mundial; no depende de nosotros. Tal vez habríamos provocado confusión si hubiéramos tomado otra moneda. Pero sabemos que ésta es la moneda que se utiliza como reserva en el mundo. No está en nosotros optar" (45). El senador Romero Feris, para señalar la diferencia que existe entre la presente ley de convertibilidad, y la ley 3871 que se cita como antecedente, diferencia que él considera sustancial, decía que vincular el valor del austral con la divisa de los Estados Unidos de América "significa sin duda atar la moneda argentina a las contingencias de otro país soberano" (46), y agregaba: " ... se debe dar por sobreentendido que la ley ha buscado una forma de simplificación en la resolución de la convertibilidad, pero ello a su vez no deja de entrañar un riesgo adicional al que encierra la propuesta, si nos atenemos a las variaciones que a su tiempo ha registrado el dólar norteamericano frente a una canasta de monedas de otros países..." (47). Por su parte el senador León, en una interrupción que hizo a la exposición del senador Trilla, recordó que había escuchado al señor Ministro de Economía, y también al miembro informante de la mayoría, "hacer la comparación de que el dólar de hoy es el respaldo de oro de antes", pero que no debía olvidarse que: " ... después de los acuerdos de Bretton Woods se estableció el dólar como moneda internacional, como la más importante, la que tenía respaldo oro. Pero en 1971 15 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar el señor Nixon, unilateralmente le sacó el respaldo oro al dólar. O sea que nosotros nos estamos pegando a una moneda que en este momento no tiene respaldo oro..." (48). Y concluyó destacando que en los tiempos de Pellegrini la Caja de Conversión se caracterizaba por el respaldo oro. Resulta interesante también la intervención del senador Laferriere, que propuso que se adoptase como patrón de valor a los derechos especiales de giro (49): "Mi propuesta es que en lugar de declarar la convertibilidad atándonos a la moneda de un país soberano, lo hagamos estableciendo una equivalencia exactamente igual, en derechos especiales de giro. La equivalencia actual, en este caso, sería de 0,73 derechos especiales de giro, que correspondería a diez mil australes o a un dólar. Esto es a los efectos de evitar la distorsión que implicaría el hecho de atarse a la moneda de uno de los países con que comercia la Argentina, y que podría provocarse en nuestro comercio internacional cuando hubiera variaciones en el valor relativo del dólar respecto de otras monedas". En la Cámara de Diputados el representante de la democracia cristiana, E.A. González, criticó también la adopción del dólar como moneda "patrón" (50), posición compartida por el diputado Avila Gallo, quien sostuvo (51): " ... en este caso creo que se han cometido gran cantidad de errores y hay uno que es fundamental: utilizar el dólar como patrón igual que el oro. Eso no lo podemos aceptar jamás porque significa la dependencia y atentar contra la soberanía del país". En cambio el diputado justicialista Manzano defendió la medida, afirmando que no debe confundirse "convertibilidad con dolarización", ya que no se resigna la capacidad de emisión del Estado nacional, sino que en virtud de esta ley "nuestra moneda vale porque tiene una prenda sobre una divisa que vale en todo el mundo" (52). b) Las reservas del Banco Central. Varios fueron los aspectos que se debatieron con relación a las reservas que deben constituirse para que funcione adecuadamente la ley de convertibilidad. Procuraremos trazarnos un orden de exposición que facilite diferenciar los problemas que fueron debatidos. 16 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar 1.- Proporción de reservas. Hemos dicho, más arriba, que los estudios técnicos efectuados por los economistas indican que no es indispensable que las reservas tengan un monto igual o superior al de la cantidad de dinero circulante. Sin embargo la ley de convertibilidad ha optado, para consolidar la confianza pública, por establecer que el monto de reservas debe ser igual al ciento por ciento de la emisión monetaria. El senador Romero, informante de la mayoría expresó, refiriéndose al artículo 4 de la ley (53): " ... ya hemos visto al analizar someramente los antecedentes históricos de este proyecto de ley que anteriores cartas orgánicas del Banco Central previeron la necesidad de la existencia de reservas que respaldaran la circulación de papel moneda. En un régimen de libre convertibilidad como el que estamos disponiendo a través de este proyecto, las reservas deben ser equivalentes a por lo menos el ciento por ciento de la base monetaria. Ello es así por cuanto el Estado nacional asume la obligación de convertir en dólares todos los australes en circulación. Por lo tanto es necesario que dichos dólares, o el oro equivalente, exista en algún lugar: ésa es la función de las reservas en un régimen de convertibilidad". El senador Solana insistió en que con este proyecto "se procura alcanzar un grado de confianza tal que permita desvirtuar las expectativas inflacionarias", afirmando que el respaldo del Banco Central, obtenido por la existencia de un 100 % de reservas, "importa asimismo crear la sólida convicción en cuanto a la eliminación de la emisión monetaria sin respaldo" (54), opinión que no fue compartida por el senador Grosso, quien aclaró que la existencia de reservas no constituía una valla para la emisión inflacionaria, pues existían diversas maneras de incrementar esas reservas y, en consecuencia, continuar emitiendo (55). El informante del proyecto en la Cámara de Diputados, Lamberto, afirmó que con la relación que se establece entre la base monetaria y las reservas que actualmente existen en el Banco Central, el respaldo es superior al 120 % del circulante (56). A nuestro criterio la solución adoptada por la ley de fijar el monto de las reservas en el 100 % del circulante tiene aspectos positivos, como el efecto psicológico que ejerce, ya que induce a pensar que no se continuará emitiendo moneda; pero en la realidad -como bien lo señalaba el senador Grosso- no impide que el Estado ponga en circulación más billetes, sea porque incremente real y efectivamente sus reservas, sea que por la vía de maniobras contables parezca acrecentarlas, cuando realmente se ha endeudado externa o 17 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar internamente, aspectos que también fueron objeto de observaciones, de las que nos ocuparemos a continuación. 2.- Existencia real de reservas. Otro de los puntos que preocupó a los legisladores fue el de la existencia o inexistencia de reservas efectivas que pudiesen dar respaldo a la ley de convertibilidad. El diputado Lamberto manifestó enfáticamente que esas reservas en el momento actual ascendían a seis mil millones de dólares, mientras que la base monetaria, calculada a razón de 10.000 australes por dólar, no alcanzaría a cinco mil millones, vale decir que había un excedente que significaba poseer un 120 por ciento de reservas (57), y atribuyó esta situación al sacrificio realizado por el pueblo en el último año y medio, que dejado como saldo: " ... un aumento en las reservas del Banco Central, y si bien ese incremento no fue espectacular, por lo menos nos permite sentarnos a mirar el mundo desde otra óptica. Es muy distinto observar el mundo con los bolsillos rotos y sin un peso, a contar las reservas suficientes que nos permiten introducir cambios en la política nacional" (58). Apreciaciones similares fueron formuladas por Martínez Raymonda, para quien el país "cuenta con reservas líquidas, que le permiten adoptar una ley de convertibilidad" (59). En cambio algunos legisladores radicales, como el diputado Baglini (60), y los senadores Gass (61) y Grosso, dejaron traslucir sus dudas sobre la real existencia de reservas, expresando este último legislador: " ... acá aparece mi primera duda. ¿Cómo podemos sostener que el Banco Central cuenta con una cantidad de divisas equivalente al ciento por ciento del circulante actual, tomando como base la paridad de un dólar cada diez mil australes, si al mismo tiempo -y nadie lo ignora- el país adeuda una cifra muchas veces superior a esta suma? Estas pretendidas reservas son, simplemente, el fruto tal vez de no pagar la amortización de la deuda externa o no pagar sus intereses. Bastará, por lo tanto, que el país incremente su deuda externa, desatendiendo los pagos o consiguiendo nuevos créditos, para que en los balances del Banco Central figure mayor existencia de divisas, 18 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar lo cual autorizaría a emitir más australes con el pretendido respaldo de esos fondos, que existen sólo imaginariamente" (62). Desde nuestra óptica particular entendemos que más importante que la convertibilidad, y la existencia de reservas, ha de ser la firmeza con que el gobierno aplique su anunciada promesa de no emitir, única conducta que garantizará la eliminación del más grave de los factores inflacionarios: el crecimiento desmedido de la base monetaria. 3.- Integración de las reservas. Los títulos nacionales. Otra de las preocupaciones esbozadas en el curso del debate se vincula con el artículo 4 de la ley, que enumera los distintos rubros que pueden integrar el fondo de reserva monetaria, mencionando no solamente el oro y las divisas extranjeras, sino también la posibilidad de que se inviertan en depósitos u otras operaciones a interés, o "en títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia". Desde el momento en que se difundió el proyecto esa composición de las reservas fue objeto de agudas críticas, lo que motivó que el miembro informante, senador Romero, aludiese al problema en los siguientes términos: "Hemos advertido que algunos medios de difusión han señalado que, en virtud de este artículo las reservas podrían colocarse en Bonos Externos de la República Argentina. Este señalamiento podría inducir suponer que en la inteligencia de la ley no existe límite a tal posibilidad. De tal manera, podría llegarse a la aberrante situación de que todas la reservas estén constituídas por los citados títulos del Estado. Esta posibilidad queda anulada a través del propio texto del proyecto, por cuanto se propone que el cómputo de tales títulos se efectúe siempre a valores de mercado y no a valores nominales..." (63). Las explicaciones no conformaron a todos, y el senador radical Laferriere propuso la eliminación de la posibilidad de incluir en las reservas títulos públicos nacionales, expresando con mucho criterio que: " ... los títulos públicos nacionales no pueden formar parte de las reservas de la propia moneda nacional porque entraríamos en el contrasentido de que nuestras propias deudas están garantizando nuestra moneda, lo que se presta a un juego contable 19 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar y le quita seriedad a la convertibilidad... " (64). En la Cámara de Diputados varios legisladores volvieron sobre el tema, en especial Martínez Raymonda, Baglini, Alsogaray, Durañona y Vedia e Ibarbia. Algunas de estas intervenciones tuvieron tal relieve, que parece conveniente reproducirlas. Martínez Raymonda dijo: "Tenemos mucha aprensión por el hecho de que las reservas de libre disponibilidad puedan estar representadas por títulos públicos nacionales. De esta forma se abriría una brecha que permitiría generar una emisión no querida; incluso me atrevo a decir convincentemente negada por quienes apoyan el proyecto de ley remitido por el Poder Ejecutivo; pero puede darse el caso de que no exista la firmeza o el límite necesarios cuando los hechos cotidianos -desgraciadamente tan comunes en la Argentina- puedan forzar a usar ese mecanismo para evadir el principio fundamental de no emisión al que nos sujetamos" (65). A continuación expresó que, aunque se tenga confianza en la prudencia del gobernante, es preferible que la prudencia esté en la propia ley, que acote el manejo dispendioso de la emisión (66), y propuso que se enmendara el artículo 4, agregando un párrafo que limitase la inversión en títulos públicos nacionales a aquellos cuya emisión fuese anterior al 31 de diciembre de 1990, y por un monto que no excediese el 5 por ciento de las reservas de libre disponibilidad (67). Baglini sostuvo que el artículo 4 no garantizaba un esquema cerrado de convertibilidad, y ejemplificó con los Bonex (68), refiriéndose también a los pases y depósitos en moneda extranjera, expresando con mucho humor que: "La relación entre la base monetaria y las reservas, la calidad de estas últimas y la composición no tanto de la base, que se publica casi por semana, pero fundamentalmente de las reservas, diría que son como las patas de gallo de nuestra artista preferida: si uno no está muy cerca de ella piensa que sigue teniendo veinticinco años y está en el mejor estado, pero la realidad puede ser totalmente distinta" (69). Alsogaray explicó que se trataba de un mecanismo de ingeniería financiera, pero que no sabía con qué intención se lo había establecido, agregando: "creo que se trata de una válvula de seguridad o de escape y es algo que abre muchos interrogantes sobre la 20 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar viabilidad del plan" (70). Durañona y Vedia expresó su desacuerdo con la posibilidad de que los títulos nacionales pudiesen formar parte de las reservas de convertibilidad (71), e Ibarbia -al discutirse en particular el artículo 4- insistió en la necesidad de suprimir de su texto toda referencia a los títulos nacionales (72), lo que no fue aceptado por la Comisión que mantuvo su política de que se aprobase el proyecto sin ninguna modificación. Lo curioso es que a esa altura del debate se dió entrada a un proyecto de resolución por el que se recomendaba que en la ley de presupuesto se introdujese una norma permanente que regulase la forma de inversión de los títulos públicos nacionales a emitirse con posterioridad al primero de abril de 1991, para que puedan computarse entre las reservas previstas por el artículo 4 de la ley de convertibilidad, y se procedió a tratarlo sobre tablas (73). Se consideró por la mayoría que, en lugar de introducir modificaciones a la ley que se estaba debatiendo, era suficiente aprobar una declaración de que en una futura ley se iba a dar solución adecuada al problema, lo que motivó diversas objeciones (74). El mencionado proyecto de resolución fue tratado y aprobado. 4.- Información sobre las reservas. Ya el senador Romero, como informante del proyecto, al referirse al artículo 5 sostuvo que esa norma "tiene por objeto el cumplimiento del principio de claridad en la información, que forma parte de los estados contables del Banco Central", agregando a continuación que "deberán establecerse modificaciones a los mecanismos de análisis de estos balances para que reflejen el monto y la composición de la base monetaria y la cantidad de la reserva de libre disponibilidad" (75). En la Cámara de Diputados se formularon también algunas reflexiones sobre el tema, mereciendo destacarse especialmente que el informante de la mayoría, diputado Lamberto, al discutirse en particular el artículo 5 aclaró que la Comisión entendía que "la información resultante de la nueva metodología contable que debe introducir el Banco Central tiene que ser proporcionada semanalmente, conforme ha sido el trámite usual en dicha institución" (76). Flotaba en el ambiente la convicción de que para que la aplicación de la nueva ley mereciese credibilidad resultaba indispensable mantener al público informado sobre la existencia de reservas en cantidad y proporción adecuadas. 5.- Inembargabilidad. Finalmente, y con relación siempre a las reservas previstas para asegurar la convertibilidad, el senador Romero destacó que la ley, en la primera parte del artículo 6, establecía su inembargabilidad: 21 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar " ... se propone crear lo que en términos de derecho privado podríamos denominar patrimonio de afectación, toda vez que el oro y divisas de libre disponibilidad -esto es, las reservas- están afectadas al cumplimiento de la ley, presentándose al mundo como patrimonio del Estado nacional argentino. Y en relación a ello el Estado despliega su inmunidad soberana. Por tal motivo el oro y las divisas de libre disponibilidad se declaran inembargables" (77). La norma fue aprobada en ambas Cámaras sin objeciones, debiendo computarse únicamente una observación formal del diputado Durañona y Vedia (78). Sin embargo, atento el tenor literal del artículo, y las intenciones que persigue -claramente expuestas por el senador Romero, informante de la mayoría- de que esas divisas sirvan de garantía al circulante, cabría preguntarse si los acreedores del Estado por ser tenedores de billetes "convertibles" podrían, en caso de que no se cumpliera con el deber de convertibilidad establecido en el artículo 1, demandar judicialmente al Estado, procediendo a embargar y secuestrar las divisas del Banco Central para cobrarse con ellas y hacer efectiva la convertibilidad. ¿Qué sucedería si el Estado, arguyendo una nueva emergencia económica, suspendiese por decreto la convertibilidad? ¿Cuáles serían los efectos de una nueva ley, que introdujese modificaciones al valor del circulante, con relación al patrón que se ha adoptado? ¿En estos casos qué prevalecería: el alcance de prenda que se ha dado a las divisas hoy existentes, o la inembargabilidad de esas divisas? c) Compromiso de no emitir. Antes de referirnos al "compromiso de no emitir" parece conveniente destacar que la casi totalidad de los legisladores que participaron en el debate comparten la idea de que la principal causa de la inflación padecida por nuestro país, ha sido la emisión incontrolada de circulante (79). Este pensamiento fue muy bien expresado por el senador cordobés Grosso, quien recordó que: "La emisión continua de moneda para enjugar los déficit fiscales provoca como consecuencia inmediata la inflación, pues multiplica el circulante sin atender para nada a la existencia de bienes representados por esa moneda. 22 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Lamentablemente, señor presidente, durante un período muy prolongado ha resultado cómodo reemplazar los ingresos genuinos -que resultan odiosos a quien tiene que pagarlos- por emisiones monetarias que forzosamente provocan inflación y reciben con razón la denominación de impuesto inflacionario" (80). No debe creerse, sin embargo, que todos los que así piensan se enrolan en tesis crudamente monetaristas, ya que -sin duda- muchos de ellos aceptan que pueden concurrir otras causas, como ser la escasez de producción, la presión salarial e incluso factores psicológicos. Esa convicción de que la impresión de moneda ha sido el elemento que ha contribuído en mayor grado a la inflación, lleva a la conclusión de que el remedio más efectivo para poner límite a ese flagelo, es frenar la emisión, aunque ello signifique que el Estado pueda llegar a carecer de fondos para atender algunas de sus necesidades u obligaciones. Incluso aquellos que opinan que el Estado debe gozar de facultades que le permitan aplicar una política monetaria flexible, y critican la rigidez del plan, como los diputados radicales Baglini y Jesús Rodríguez, y el senador Brasesco, no han propiciado de manera directa el incremento de la masa monetaria, aunque se advierte por el tenor de sus exposiciones una postura favorable a que se mantenga en manos del Poder Ejecutivo la posibilidad de emitir las cantidades que crea necesarias para atender sus políticas de gobierno. Flota, pues, en el ambiente una actitud de rechazo generalizado a la emisión (81), y en todos subyace el deseo de que el gobierno se comprometa a no emitir, junto con cierto grado de escepticismo y temor de que no se quiera renunciar a esta herramienta económica y, aunque se prometa no emitir, luego se incumpla la promesa, como sucedió con el plan Austral. Las palabras del senador Laferriere, en este sentido, son muy ilustrativas: " ... si viniera el gobierno a asegurarnos que no va a haber emisión monetaria para financiar el déficit fiscal operativo, le contestaríamos como oposición: Pónganlo en una ley, a ver si se animan!" (82). Varios legisladores integrantes de la mayoría han sostenido con énfasis que en esta oportunidad el gobierno se compromete a no emitir. Así, por ejemplo, el senador Romero expresó que: "¿Qué mayor castigo se le pudo haber infligido a nuestra moneda -y no entro a 23 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar buscar culpables- que una continua práctica de emisión espuria, que hizo que no existiera un valor referencial? Por eso estamos fijando un tipo de cambio. Estamos obligando a hacer algo que el gobierno no estuvo haciendo, que es no emitir sin respaldo" (83). Y el mismo senador, algunos momentos después, agregaba que "el Poder Ejecutivo cumplirá la promesa de no emitir y mantendrá la paridad", y que, así como el Congreso está cumpliendo con su deber al legislar sobre este tema, " ... el Poder Ejecutivo cumplirá con el suyo, ajustándose a la promesa de no emitir de una manera espuria y no modificar la paridad cambiaria que estamos estableciendo" (84). En Diputados, el presidente del bloque Justicialista afirmó, refiriéndose a los integrantes de los equipos económicos de gobierno, que " ... la época de la alquimia se terminó; con esto casi le terminamos de prohibir todo. Pocas cosas les quedan. Quizás si les hubiéramos prohibido todo, sería mejor todavía. Pero no podemos prohibirles todo, porque hay que cubrir cosas anteriores, de arrastre", rematando su idea con estas palabras: " ... todos saben que lo único que vamos a hacer es no cubrirla con emisión, con la maquinita" (85). El tema de la promesa de "no emisión" se reitera en diversas exposiciones, no sólo de legisladores oficialistas, sino también de miembros de partidos opositores, como el diputado Martínez Raymonda, cuyas palabras merecen ser reproducidas, porque a su criterio la ley contiene normas que establecen con claridad esa prohibición: "El proyecto que ahora se propone cuenta con dos elementos que consideramos importantes. El primero de ellos es que por primera vez -y esto, además de remarcarlo, lo exigimos- se fija una limitación a la emisión monetaria. Esta posibilidad siempre fue expresada como una voluntad política de muchos gobiernos no sólo del pasado sino también del actual, pero nunca contamos con el marco referencial de una norma limitativa. Podrá decirse que las normas se han violado muchas veces, pero ahora contaremos con una norma que nos permitirá exigir su cumplimiento; y cuando alguien cometa alguna irregularidad podremos acusarlo de violación de los deberes de funcionario público porque al emitir en contra de una ley que lo prohibe estarían inclumpliendo en forma delictual con sus funciones de administradores de las finanzas y la moneda del país" (86). 24 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Algunos momentos después, al referirse al artículo 4 de la ley, insiste sobre el tema: "Dentro del Título I del proyecto de ley figura el artículo 4, que para nosotros es fundamental. El Poder Ejecutivo, a través del Banco Central, asume la responsabilidad y la obligación -diríamos que es la autocontracción de sus propias facultades- de no emitir moneda. Para nosotros éste es el artículo clave del proyecto de ley, porque si no cierra totalmente dentro de los márgenes que el Congreso de la Nación determina y estipula ... estaría en peligro todo el esqueleto de la futura ley" (87). También manifestaron que el proyecto se fundaba en la eliminación de la emisión espuria el senador Solana (88) y los diputados Alsogaray (89) y Fescina (90). Se ha advertido, sin embargo, que la prohibición de emitir no es tan tajante; el primero en señalarlo fue el senador Grosso, cuando decía: "El proyecto de ley que estamos considerando, y que tiende a establecer lo que se da en denominar austral convertible, no contiene un mecanismo que a mi criterio ponga coto a la emisión de moneda sino que, con una especie de pase mágico, vincula la cantidad de circulante admisible con las reservas de oro y divisas que pretendidamente posee el Banco Central" (91). Más adelante apuntaba que sería suficiente con que el país incrementase su deuda, sea desatendiendo pagos, sea obteniendo nuevos créditos, para que de esa forma aparezcan en los balances del Banco Central mayores reservas de divisas, lo que autorizaría a emitir más australes respaldados con fondos imaginarios, porque en la realidad son deudas contraídas por el país (92). El diputado Ibarbia también destacó que las posibilidades de emitir se mantienen vigentes (93), porque "subsisten instrumentos que van a permitir una expansión de la cantidad de moneda" (94), ya que el Banco Central continúa investido de "facultades de emisión, a diferencia de lo que ocurría con la ley de convertibilidad de 1899, sancionada bajo la presidencia de Roca e inspirada por Carlos Pellegrini" (95), y Alsogaray, que prestaba apoyo al proyecto, no se privó de manifestar que "el Estado se reserva algunas válvulas de escape que pueden poner en peligro el funcionamiento de la iniciativa" (96), y se detuvo a explicar en 25 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar detalle lo que denominó "mecanismo de ingeniería financiera" (97), que abre una válvula de escape y permite al gobierno emitir australes pese a la aparente rigidez de la ley (98). El diputado radical Baglini coincidió en que "la primera regla que pretende asegurar este proyecto es la no emisión" (99), pero sostuvo que -a su criterio- la ley no garantiza que se adopte esa conducta, "ni la eliminación del déficit cuasifiscal, como así tampoco la inflación cero" (100). Un análisis objetivo de la ley obliga a concluir que no ha consagrado una prohibición rígida de emitir, sino que ha dejado válvulas de escape, que permiten al Poder Administrador y su equipo económico aumentar el circulante, si lo considera necesario, sea para solucionar "problemas de arrastre", como sostenía el diputado Manzano, sea para hacer frente a alguna emergencia imprevisible. Sólo resta desear que quienes hoy tienen en sus manos la conducción económica, y también quienes en el futuro los sucedan, respeten el propósito central que inspira a la ley, y no recurran a la emisión de moneda para satisfacer urgencias políticas circunstanciales, pues si no se ponen límites al aumento de circulante, la inflación retomará su ritmo de manera incontenible. d) ¿Convertibilidad o cambio fijo? Otro de los problemas planteados en el curso de los debates es que la ley sancionada no responde al clásico modelo de convertibilidad de la moneda, que fija como respaldo del circulante un patrón oro, sino que en realidad se limita a establecer un tipo de cambio fijo, aspecto al que aludieron, entre otros, los diputados Ibarbia (101), Baglini (102) y Jesús Rodríguez (103). El primero de los legisladores que mencionamos se detuvo a reseñar que cuando se adopta un patrón oro como medida de convertibilidad, es una consecuencia casi ineludible que el tipo de cambio sea fijo, mientras que "los tipos de cambio flotante se imponen en la economía contemporánea a consecuencia del abandono de los patrones monetarios rígidos, lo que ya comienza con los acuerdos de Génova y Bruselas de 1932" (104). Se extendió a continuación haciendo una historia de la evolución del problema de los cambios en la economía mundial, y la sustitución de los tipos de cambio fijo por los flotantes, para concluir afirmando que: " ... los tipos de cambio flotantes son el remedio que adopta el mercado contra las 26 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar políticas fiscales nefastas y las políticas monetarias contrarias a la estabilidad y el progreso económico y material de los pueblos. No son consecuencia de un dogmatismo filosófico y nada tiene que ver con el liberalismo económico la existencia de la libertad de mercados con tipos de cambio flotante o fijo. Lo que sí se relaciona con la estabilidad de una moneda es que las políticas monetaria y fiscal sean compatibles con un sistema de convertibilidad, porque las tasas de interés, el crédito, el flujo de capital y la inversión dependen de la confianza que exista entre los agentes económicos en el sentido de que cuando se establece un tipo de cambio no se ha sobrevaluado la moneda nacional y de que se lo mantendrá en el tiempo" (105). Entendemos que nuestros legisladores, al afirmar que las normas de la ley, más que una "convertibilidad", consagran un "tipo de cambio fijo", están poniendo de relieve el hecho de que, a diferencia de las clásicas leyes de convertibilidad, no se toma como patrón la "moneda real" del país, que se mantiene en reserva, sino el valor de una divisa, que sirve solamente de moneda de cuenta, sin adquirir "curso legal". En consecuencia la ley persigue varias finalidades: fijar el valor de la moneda nacional; otorgarle como respaldo las reservas existentes en el Banco Central y establecer el tipo de cambio con una moneda extranjera. Si se hubiese dado "curso legal" al dólar no sólo el Banco Central, sino las instituciones oficiales y todo el sistema bancario tendría que entregar esa moneda en cambio de australes, cuando se le requiriese, sin hacer diferencias entre "tipo comprador" y "tipo vendedor", ni cobrar impuesto a las transacciones de divisas, sino limitándose a efectuar en todos los casos la conversión al monto fijado por el artículo 1 de la ley, es decir a razón de 10.000 australes por cada dólar. En estas circunstancias es lógico, como lo apunta el diputado Ibarbia, que la ley adopte el sistema de cambio fijo, aunque vemos que en la realidad del mercado la conducción económica sigue operando con el sistema de "bandas cambiarias" (106). Insistimos, no se trata de una "convertibilidad legal del dólar", sino de la adopción de un tipo de cambio, aparentemente fijo, para esa moneda, que continúa cotizándose en el mercado de divisas. Es comprensible también que la adopción de un tipo de cambio "fijo" despierte ciertas dudas, vinculadas unas con el acierto técnico de la paridad cambiaria escogida, y otras con la posibilidad real de mantener esa paridad. Así, el senador Laferriere -como lo hemos visto más arriba- expresó que era preferible, en lugar de vincular el cambio con el dólar, hacerlo con los Derechos especiales de giro (107), que en realidad son una canasta de monedas (108). A su vez, el diputado Alsogaray ha sostenido que la paridad establecida por la 27 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar ley, fijando el nivel de diez mil australes por dólar, es arbitraria, y explicaba sus afirmaciones diciendo: "Nadie sabe cuál es el valor del dólar por la sencilla razón de que no ha estado funcionando un verdadero mercado libre de cambios sino un mercado deformado por el Banco Central a través de una tasa de interés extravagantemente alta, que provocaba el ingreso de divisas y mantenía el dólar estabilizado a un nivel comparativamente bajo" (109). Deslizó también su temor de que el arrastre inercial de la inflación, que todavía no había concluído, influyese nocivamente provocando un retraso cambiario, con: " ... los efectos de todo retraso cambiario: recesión, mayor desocupación, y sobre todo el mantenimiento de una verdadera inflación reprimida que en algún momento termina por explotar ... " (110). Estos temores fueron compartidos por el senador Aguirre Lanari (111) y el diputado Jesús Rodríguez, quien se refirió a los nocivos efectos del atraso cambiario, en los siguientes términos: " ... tenemos el tema del dólar a diez mil australes. Este tipo de cambio significa, en nuestro análisis de la realidad, que las industrias nacionales o las radicadas en la Argentina -sin importar el origen de su capital- difícilmente continúen en condiciones de exportar" (112). Pronosticó también que la ley, en este punto, no se iba a poder cumplir, porque el tipo de cambio atrasado "no durará hasta el fin de los días y en algún momento tendrá que ser modificado", expresando su creencia de que: "El día que se adopte esa decisión será por medio de un decreto, porque las devaluaciones no se discuten -se efectúan, se deciden- y mucho menos de manera pública y abierta como supone el proceso de formación de las leyes..." (113). En conclusión, la ley no es estrictamente de "convertibilidad", ya que no crea una moneda real que se mantenga en reserva, sino que se limita a establecer una paridad 28 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar cambiaria con el dólar, que se utiliza como moneda de cuenta. e) Equilibrio presupuestario. Necesidad de eliminar el déficit fiscal. Existe clara comprensión de que no basta con las buenas intenciones, ni con la sanción de leyes ya que, como bien dice Michel CROZIER, "no se cambia la sociedad por decreto" (114). En nuestro caso la sanción de la ley de convertibilidad, y las promesas de "no emitir", resultarán insuficientes si no se atacan las causas profundas que impulsan al Poder Administrador a reincidir en el empleo del "impuesto inflacionario". Resulta imprescindible eliminar el ya crónico desequilibrio presupuestario, provocado principalmente por la "empleomanía", con la que se procura satisfacer clientelas electorales, y por el gasto público improductivo; por la proliferación de actividades que no hacen a los fines propios del Estado y por la desarticulación de los regímenes tributarios, ya que se han reemplazado los ingresos genuinos por la emisión de moneda (115). Por eso ha dicho el diputado Ibarbia que: " ... de nada servirá ahora la norma que se propone al Congreso, si no se cambian las causas profundas que llevan a que diariamente se deprecie la moneda nacional y a que los tipos de cambio se eleven constantemente. Si ello no ocurre, resultará imposible anticipar cuál será en diciembre de este año la paridad del dólar en relación con el austral o, peor aún, cuáles serán las tasas de interés que van a prevalecer en los mercados. Deben atacarse las causas, debe irse al fondo de la cuestión, sin quedarse en meros cambios cosméticos. No creo en los cambios cosméticos aunque vengan acompañados del aparato publicitario del gobierno, aunque sean ayudados por una ley, si no están absolutamente destruídas todas las naves que permiten al Estado volver a la emisión de papel moneda sin ningún respaldo" (116). Dentro de la misma línea de pensamiento el senador Bravo sostuvo que "si la autoridad política no reduce el gasto público inoficioso, si no sabe decir que no cuando hay que decirlo, si no se terminan los favoritismos, si no está dispuesta a imponerse ante los desbordes sindicales y económicos, si está con la mira puesta en mayor medida en las elecciones que en la recuperación global del país, entonces inútiles serán todas las leyes que podamos dictar fijando utópicas paridades" (117). Varios legisladores expresaron su preocupación por la posibilidad de que en 29 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar esta búsqueda de equilibrio presupuestario se pudiesen cometer injusticias si, para reducir los gastos, no se remuneraba adecuadamente a los empleados de la administración. Vemos así que el diputado Jesús Rodríguez aludió a la posibilidad de que para congelar los gastos se afectaran: " ... las remuneraciones de todo el personal del sector público. Y cuando digo esto hago referencia a docentes, médicos, enfermeros, personal de la administración nacional, que incluye a las fuerzas armadas y de seguridad" (118). El presidente del bloque justicialista de diputados respondió que no se iba a desatender el problema salarial, pero que se lo haría sin recurrir a la emisión de moneda (119). Se destacó también, con acierto, que entre los gastos que el Estado debía afrontar con su presupuesto estaba el pago de los servicios de intereses de la deuda externa (120), aunque algún diputado desenfocó el problema afirmando que esos pagos ya no saldrán de la emisión, sino que tendrán que salir de los bolsillos del pueblo argentino ... ! (121), como si el impuesto inflacionario no pesase sobre el patrimonio de toda la población! La búsqueda del equilibrio fiscal requiere, sin duda, disminuir los gastos e incrementar la recaudación impositiva (122), persiguiendo a los evasores (123), creando nuevos tributos e, incluso, vendiendo bienes del Estado (124). El éxito o fracaso del plan dependerá, en gran medida, de la forma en que se solucione el déficit fiscal (125). El problema fue objeto de minucioso análisis por los senadores Romero Feris (126), Trilla (127) y Gass (128). El problema recurrente del déficit fiscal es un fantasma que se agita permanentemente sobre el plan de convertibilidad, y que ha reaparecido ya con motivo del pago del medio aguinaldo en el mes de junio, o con motivo de la ayuda económica a provincias cuyas finanzas se encuentran en estado de quiebra, como ha sucedido con la provincia de La Rioja. Recurrir a la emisión de billetes para atender esos gastos puede atizar nuevamente el fenómeno inflacionario (129). f) La moneda como herramienta de una política monetaria. El debate es viejo, ya que frente a la posición de la escuela clásica que sostenía la "neutralidad" de la moneda (130), se alzaron -especialmente en este siglo- numerosas voces, en especial la de Keynes y sus seguidores, que sostenían que la manipulación de la moneda podía ser una herramienta útil en manos del Estado para propiciar determinadas 30 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar políticas (131), ya que la abundancia de dinero impulsaba el consumo y, como consecuencia, alentaba la producción y el crecimiento del país. Frente a esta postura ha reaccionado la escuela denominada "monetarista" (132), que retomando las tesis cuantitativas del dinero sostiene que su abundancia sólo tiene una influencia aparentemente benéfica en el corto plazo, pero que ese impulso resulta neutralizado pronto y sólo deja como efecto la inflación, que termina convirtiéndose en una enfermedad crónica y perniciosa (133). Hemos señalado más arriba que a lo largo del debate de esta ley prevaleció netamente la convicción de que la emisión incontrolada ocasionaba serios daños a la economía del país, pues -junto con la inflación- creaba inseguridad, y ella no es propicia para el ahorro, ni para las inversiones productivas, sino que induce a la especulación. Pocos han sido los legisladores que insinuaron sus reparos contra esta ley fundándose en que entraña el abandono de la posibilidad de ejercitar políticas monetarias. Podemos mencionar entre ellos al senador Brasesco, representante radical de la provincia de Entre Ríos, quien ya en una interrupción que le concediera el miembro informante de la mayoría, adelantó que se le planteaban algunos interrogantes, que surgían de su "concepción político económica no monetarista" (134). Más adelante, a lo largo de su exposición, fustigó las concepciones economicistas y monetaristas, sosteniendo que estas medidas iban a producir desempleo (135). Destacó en varias oportunidades que "una moneda fuerte no resuelve por sí sola los problemas sociales" (136), para concluir expresando su creencia en "la planificación democrática de la economía" (137). Sus palabras demuestran claramente que comparte la postura de quienes estiman debe utilizarse la moneda como herramienta política, aunque para ello deba degradarse su valor. También el diputado radical Jesús Rodríguez hizo hincapié en el abandono de los instrumentos de política económica (138), pronosticando además que no puede haber reactivación de la economía si se adopta un rumbo deflacionario (139). En cambio el presidente del bloque justicialista, diputado Manzano, contestó que era menester hacer una autocrítica con relación a "los efectos de los enfoques absolutamente monetarios de la lucha contra la inflación a la que nos había sometido la conducción del Banco Central de nuestro propio gobierno", agregando que se pedía ayuda: " ... para un tránsito que permitiera hacer política económica reactivando la economía, pensando que lo que no habían sabido hacer los tecnócratas con sus fórmulas mágicas quizás sí lo supieran hacer los argentinos con su trabajo" (140). 31 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Más adelante agregó que "no se cree en las promesas porque no bastan: hasta las leyes generan dudas. Venimos aquí a anclar una referencia, a ponerle corsé a la capacidad del Estado de emitir moneda" (141) lo que equivale decir que se renuncia a las herramientas monetarias como instrumentos de una política, para adoptar el camino de la seguridad económica fundada en una moneda estable. Ha prevalecido, pues, el concepto de que el recurso a políticas monetarias emisionistas es más nocivo que beneficioso. Quizás aquí la única acotación que convendría efectuar es que la lucha contra la inflación debe tener como meta el lograr la estabilidad monetaria y no provocar la variante de signo inverso, la denominada "deflación" que, como bien señala HARROD, "es también un mal" (142), que generalmente une el desempleo con una sensible baja en la producción. g) Las presiones políticas y sociales. Cuando hace media docena de años nos ocupamos del plan Austral, vaticinamos que uno de los riesgos que corría era el de las presiones políticas que, sea para atender a clientelas electorales, sea para satisfacer requerimientos sociales justificados, podían hacer que se incumpliese la promesa de "no emitir", tan enfáticamente formulada (143). Desgraciadamente los hechos demostraron que esos temores estaban fundados, y el Ministerio de Economía cedió ante diversas exigencias, la primera de las cuáles provino del Poder Legislativo, que procedió a aumentarse sus dietas el mismo mes de junio de 1985. El resto de la historia es de todos conocida, por lo que no es menester detenernos a narrarla, pero sí resulta obligatorio recordarla, para que su ejemplo nos impulse a evitar el recaer en idénticos errores (144). Uno de los primeros legisladores que hizo uso de la palabra para referirse a esta ley, el senador Leopoldo Bravo, representante del bloquismo sanjuanino, advirtió que si la autoridad política "no está dispuesta a imponerse ante los desbordes sindicales y económicos, si está con la mira puesta en mayor medida en las elecciones que en la recuperación global del país, serán inútiles todas las leyes que podamos dictar" (145). El senador Brasesco, al iniciar su exposición, recordó el fracaso de numerosos planes, cuya concepción "economicista y monetarista" no compartía; pero, agregó, "en homenaje a esos ministros de Economía, que todas sus ortodoxias económicas fueron torcidas por decisiones políticas de los gobiernos de turno" (146); parece de interés reproducir algunas palabras de Brasesco: 32 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar " ... lo cierto es que hubo decisiones políticas que fueron modificando la ortodoxia de esos planes. ¿Y, por qué hubo decisiones políticas que fueron modificando la ortodoxia de esos planes? Porque el país no es una sociedad anónima. En él viven los ricos, los pobres, los honestos y los deshonestos, los que producen, los que especulan, los que viven del desorden; en fin, conviven los distintos intereses. Viven los que producen; viven el trabajador, el comerciante y el banquero. Es decir, el país es algo dinámico que no solamente se maneja dentro de las reglas económicas, sino, también, dentro de las expresiones anímicas de la sociedad en momentos determinados. Y todas esas cosas influyen, señor presidente y señores senadores, en los distintos enfoques económicos" (147). Nos ocuparemos brevemente de algunos de estos problemas de tipo político y social, que fueron mencionados en el debate de la ley. 1.- Situación de las provincias. El cambio de política monetaria, que implica sin duda un cambio sustancial en materia impositiva, creará -como lo adelantábamos más arriba- un serio problema a muchas provincias, en especial a aquellas cuyas finanzas se nutren casi exclusivamente de la coparticipación nacional. Es conveniente recordar que las provincias no tienen la facultad de emitir dinero, y desconocían totalmente el giro de ciento ochenta grados que iba a tomar la política monetaria, lo que no les ha permitido tomar previsiones para afrontar la nueva situación y transcurrirá algún tiempo hasta que reorganicen su sistema tributario. Romero Feris se refirió a "las necesidades de las provincias cuyas rentas no son suficientes como para cubrir sus presupuestos de gastos ordinarios", calificándolas de "cuestión fundamental que ha sido olvidada" (148). Y agregó: "En el pasado mes de febrero, por medio de emisión, el Tesoro nacional ha cubierto todos sus atrasos acordándose simultáneamente fuertes incrementos salariales a sus empleados -lo cual me parece perfecto-, obrándose de la misma manera con los de las empresas públicas. Ello crea una demanda similar en las provincias, que me parece razonable. Estoy totalmente convencido que esto debió ser solucionado con anterioridad o en forma simultánea a la confección de este proyecto" (149). A su turno el senador Brasesco señaló con acierto que: 33 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar " ... las provincias que tienen déficit -al igual que las restantes- no están autorizadas por la Constitución Nacional a emitir dinero. Así, mientras la Nación preparó el plafón necesario para iniciar esta pelea, las provincias continúan con su déficit, algunas incluso en su calidad de acreedoras, tal como ocurre en el caso de las que son titulares de los créditos por regalías, mientras consideran al mismo tiempo lo que puede pasar con la coparticipación" (150). Agregó luego que "nos encontramos con provincias que tienen déficit y no cuentan con los elementos necesarios para superarlo", y esas provincias ven peligrar sus economías regionales, "pues las políticas arancelarias les pueden producir una caída de sus rentas impositivas genuinas", a lo que se suma el problema social de la desocupación y de "las cesantías y suspensiones" (151). El diputado Baglini, luego de recordar que el 8 de marzo el Ministro de Economía dijo que las transferencias de fondos a las provincias quedaban limitadas a 200 mil millones de australes, pero que hacia el día 15 ya se habían transferido 700 mil millones de australes, expresó que el incumplimiento de esa pauta "refleja la angustia, la preocupación y -por qué no decirlo- las presiones que se producen desde los gobiernos provinciales con respecto a las eventuales consecuencias de esta iniciativa en lo que atañe a las provincias" (152). También se refirieron a los problemas financieros que podían afectar a las provincias el senador Trilla (153) y el diputado Jesús Rodríguez, quien citó como ejemplo que sólo el 8 por ciento del gasto público de la provincia de Formosa se financia con recursos propios, y "el resto son transferencias de la Nación" (154). El hecho real es que la supresión del "impuesto inflacionario", que permitía a la Nación emitir billetes que se repartían entre las provincias por vía de la "coparticipación", e incluso auxiliar de manera discrecional a las que consideraba más necesitadas, creará un problema serio de transición, hasta que cada provincia reorganice su sistema tributario. A ello se suman los reclamos de numerosas provincias por atrasos de la Nación en el pago de los fondos coparticipados, y de las regalías petroleras, deudas que difícilmente pueda afrontar el Tesoro nacional con los recursos impositivos ordinarios. 2.- Sueldos y aguinaldos. En la mente de los economistas se encuentra siempre presente el temor de que la presión social o sindical (155) por mejoras salariales contribuya decisivamente a la inflación (156). Como consecuencia ineludible, al presentarse una ley destinada a lograr una moneda de valor estable, casi todos presumen que en ella se contienen 34 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar elementos destinados a congelar los salarios. Esta idea subliminar afloró en el debate de ambas Cámaras, y los críticos de la ley se apresuraron a adelantar que en ella la "variable de ajuste" eran los salarios, mientras que sus defensores afirmaron enfáticamente que no se propiciaba su "congelamiento". Ya en el Senado el miembro informante de la mayoría se refirió a este problema en varias oportunidades, sosteniendo en primer lugar que "el salario está excluído" de la desindexación prevista en el artículo 9 (157), y que la supresión de indexación contenida en el artículo 10, y aplicable a las convenciones colectivas de trabajo, "no implica que se esté pensando en el congelamiento salarial" (158), agregando que: "el incremento salarial se puede producir tantas veces como las partes lo convengan, pero no por la vía de la indexación, sino mediante acuerdos, los que tienen relación con el aumento de la actividad económica, que es lo que estamos buscando" (159). Más adelante, en una interrupción que le concedió el senador Trilla, insistió en que: " ... el texto legal en ningún momento habla de congelamiento de las jubilaciones y salarios. Los del sector público, más que de nuestra voluntad, dependerán de la capacidad de pagarlos. Se apuesta a que con una inflación baja aumentarán los ingresos del Estado y así podrán incrementarse los salarios" (160). En la Cámara Baja expresaron su preocupación por la congelación de los salarios los diputados Aramouni (161), Lazara (162) y Zamora (163). En lo que se refiere a las dificultades con que podían tropezar las provincias para el pago del medio aguinaldo en el mes de junio, resultaron premonitorias las advertencias formuladas por Baglini (164) y Jesús Rodríguez (165). Mientras no se incrementen los ingresos fiscales por la vía de cobrar más impuestos, resultará imposible, tanto a la Nación como a las provincias, conceder aumentos salariales, porque para atenderlos tendría que emitir más circulante, violando las promesas formuladas y poniendo en peligro la estabilidad monetaria. Lo que cabe preguntarse es: ¿hasta cuándo podrá resistir el gobierno la presión social si al atraso ya existente en los salarios, se agrega un atraso mayor, sea por inflación inercial, sea por inflación provocada por la emisión de moneda destinada a atender otras necesidades del Estado? 35 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar 3.- Jubilaciones. La situación de inopia en que se encuentra la mayor parte de los integrantes de la llamada clase pasiva origina también grave y justificada presión sobre el plan esbozado por el gabinete económico. A lo exiguo de las jubilaciones y pensiones (166), se agrega el hecho de que se desatienden las previsiones legales relativas al 75 y 82 por ciento móviles, y que no se cumplen las numerosas sentencias condenatorias, que imponen a la Caja el pago de los montos que en estricto derecho corresponde abonar. El diputado Baglini se refirió al problema en los siguientes términos: "Para que la situación fiscal cierre se presupone el auto financiamiento del sistema de seguridad, lo que significa seguir no cumpliendo con los haberes del 75 y el 82 por ciento de la ley previsional, postergando el reconocimiento de deudas para los jubilados y apostando a que el impacto del primer aumento de la nómina salarial sostenga nivelada la situación de las Cajas. No fue así en el pasado, y recordemos que también se renunció a impuestos destinados a la seguridad social" (167). Los legisladores sienten esa presión y se convierten en eficaz caja de resonancia, que multiplica el clamor de los afectados, cuyos ecos llegan a las más altas esferas y así todos los televidentes del país pudieron ver al Ministro de Economía, conmoverse hasta las lágrimas por los reclamos de los jubilados. Pero, ¿qué solución se da a este problema? El diputado Avila Gallo decía: " ¿Dónde vamos a ir a parar? Vamos a empobrecer a la gente, al pueblo, a los jubilados, quienes precisamente nos gritaban corruptos el otro día, cada vez que ingresábamos al Palacio y tenían razón porque nosotros no estamos solucionando sus problemas. Yo invité a todos los legisladores nacionales, cuando estuve sentado 25 horas en una banca, para que trabajemos juntos en la búsqueda de la solución de todos estos problemas de los jubilados, pero nadie vino. Sin embargo nos llaman a todos inmediatamente para considerar este proyecto que debemos sancionar en 24 horas" (168). Finalmente, el diputado Zamora expresó que no iba a referirse extensamente a los jubilados, "pues aquí ya se ha hablado de ese tema. Hoy estuvieron en la puerta del Parlamento 300 ó 400 jubilados para expresar lo que pensaban de este Congreso. No habrían 36 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar cambiado de opinión luego de escuchar este debate." (169). 4.- Nuestra opinión. Los tres meses transcurridos desde la sanción del plan han mostrado en varias oportunidades lo difícil que es resistir las presiones políticas y sociales. Aunque el equipo económico se ha debatido denodadamente, no en todos los casos ha salido airoso. Basta citar como ejemplo lo sucedido con la negativa del Congreso al intento de sancionar una ley que autorizase pagar escalonadamente el medio aguinaldo correspondiente al mes de junio; la incorporación de 15 mil empleados, que estaban como contratados, a la planta permanente de la administración pública tucumana (170); y la frustrada intervención a la provincia de La Rioja, que concluyó con el otorgamiento de una ayuda económica extraordinaria "con fondos del Ministerio del Interior". Al parecer en ningún caso existían fondos genuinos, y esos desembolsos, fruto de presiones políticas o sociales, más o menos justificables, es posible que se hayan atendido con emisión de circulante, que engrosa la base monetaria y alimenta inexorablemente el proceso inflacionario que, lamentablemente, no se ha detenido. Quedan todavía sin solución problemas sociales de suma gravedad, como los ya mencionados: exiguas jubilaciones, magros salarios del personal docente y fuerzas armadas, y falta de recursos en muchas provincias (171). Todos ellos provocan reclamos, de los que se hacen eco sectores políticos que desearían que el Estado quebrantase la promesa de "no emitir", para atender las necesidades mencionadas. La suerte de esta ley de "convertibilidad" depende del mayor o menor acierto con que se resuelvan estos problemas y se afronten los requerimientos sociales más urgentes, sin desequilibrar la política monetaria. IV.- El retorno al nominalismo Uno de los pilares de la ley de convertibilidad es el retorno al nominalismo que, en virtud de la interpretación positivista y formalista que dominaba en la doctrina y jurisprudencia nacionales, integró el plexo de nuestro sistema jurídico, aunque no tenía expresión concreta en la normativa del Código civil argentino, a diferencia de otros cuerpos legales como el código francés, cuyo artículo 1895, al tratar del mutuo dinerario prescribe que la obligación que de ellos resulta es siempre “la suma numérica enunciada en el contrato”. El artículo 7 de la ley de convertibilidad habla de manera genérica de las obligaciones “de dar una suma determinada de australes” y emplea el giro de cantidad nominalmente expresada, consagrando ahora de manera expresa en nuestro derecho positivo la 37 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar teoría “nominalista”, cruda manifestación de un formalismo que puede estar totalmente divorciado de la realidad económica monetaria, si no se cumple el presupuesto de que el dinero mantengan un valor estable. La ley ha optado, sin embargo, por esta solución y el informante de la mayoría en el Senado la ha fundado diciendo que el mencionado artículo 7 restablece el principio del nominalismo “que se encontraba ya en el artículo 619 del Código civil y es mantenido y reformado en este proyecto de ley” (172). El diputado Lamberto, que actuó como informante en la cámara Baja, expresó también que “el proyecto del Poder Ejecutivo restablece el valor cancelatorio del valor nominal o escrito del dinero. Se vuelve al régimen del Código Civil y se prohiben las indexaciones” (173). Aunque opinamos que la afirmación de que el artículo 619 del Código Civil argentino consagraba el nominalismo es inexacta, parece inoportuno extenderse aquí sobre esa discusión doctrinaria y remitimos a lo que ya hemos escrito sobre el tema (174). Expresó también el senador Romero que, de acuerdo con el principio nominalista: “... el deudor de una suma de dinero cumple su obligación pagando la cantidad a que se había obligado al contraer la deuda. Es decir que si se obligó por la suma de mil australes el 1° de enero de 1990, cumple con su obligación entregando esa suma, haciendo abstracción de la capacidad adquisitiva de la misma. Este principio fue derogado por la inflación y por su consecuencia inmediata que es la indexación o el ajuste de las obligaciones de dar sumas de dinero” (175). Pensamos que, con más propiedad, en lugar de hablar de “derogación” del principio nominalista, lo que sucedió es que los juristas comprendieron el error en que se incurría al aplicar esa teoría a una realidad económico-monetaria de tipo inflacionario, en que la “moneda” carecía de uno de sus principales atributos, el de ser una medida estable de los valores”, aspecto sobre el que volveremos en el punto siguiente. Señalamos, sí, que tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados se alzaron voces contrarias a la adopción del nominalismo. Por ejemplo, el senador Grosso manifestó que “el artículo 7 del proyecto, al pretender implantar a rajatabla el nominalismo monetario dentro de una realidad económica que es inflacionaria, constituye un absurdo” (176) y agregó luego: “... Corren aquí parejos el voluntarismo, que autoconvence al autor del proyecto que la inclusión de una norma legal es suficiente para cambiar la realidad, con la idea 38 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar de que la sanción de normas de este tipo basta para detener la inflación y tales normas pueden prevalecer por sobre lo que dispone la Constitución” (177). También el diputado liberal Ibarbia dijo: “Nosotros nos oponemos al nominalismo y por eso hemos presentado un proyecto alternativo” (178). Por supuesto que los defensores del proyecto alegan que el objetivo fundamental de estas normas “es contar con una moneda que sea unidad de medida, que tenga poder cancelatorio y que cuente con el respaldo y la garantía del Banco Central, de manera que el hombre común no tenga que desprenderse de sus australes porque ellos van a valer lo mismo durante mucho tiempo; vendría a ser algo así como que los argentinos volveremos a tener moneda” (179). Se ha defendido también el retorno al nominalismo como una conquista ética (180), aunque sin desconocer que el éxito de esta solución dependerá de la propia conducta del gobierno (181). a) Injusticias del nominalismo Es curioso ver como el propio informante del proyecto resaltó las injusticias a que puede conducir la solución que adopta la ley, apartándose del sistema vigente, al decir: “El nominalismo es un principio aceptable mientras la capacidad adquisitiva de la moneda se mantiene razonablemente estable. Pero cuando la inflación comienza a deteriorar la capacidad adquisitiva, el principio se torna totalmente injusto en perjuicio del acreedor de una suma de dinero, quien observa que, con el transcurso del tiempo y a raíz de la inflación, su crédito queda reducido a la nada. Eso sucedió y sucede en nuestro país ...” (182). Por eso hemos dicho nosotros que la reimplantación del nominalismo resulta anacrónica y en los escasos países cuyas normas lo mantiene como régimen legal, se admiten diversas válvulas de escape que permitan corregir, aunque sea parcialmente, los resultados disvaliosos a que conduce en los períodos de inestabilidad monetaria, como ser la posibilidad de indemnizar totalmente las consecuencias derivadas de la mora, incluyendo en ellas las provenientes de la desvalorización monetaria. No deseamos repetir nuestras críticas a la teoría nominalista, sino que preferimos ceder la palabra a un jurista francés, el decano de Toulouse, Gabriel Marty, por el 39 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar hecho de que en el código de su país se consagró el principio nominalista. Refiriéndose al pago de las deudas dinerarias expresa que los problemas se han acrecentado singularmente por lo avatares sufridos por la moneda francesa y afirma rotundamente que “las reglas legales resultan a menudo injustas o peligrosas porque ellas fueron hechas para una moneda estable, que a menudo no existe” (183), lo que obliga a las partes a multiplicar los pactos relativos a la moneda de pago; y un poco más adelante, refiriéndose al ya mencionado artículo 1895 del Código Civil francés, nos dice que la “concepción nominalista ha tenido graves consecuencias para los acreedores como resultado de las diversas devaluaciones sufridas por el franco” (184). El Diccionario de la Real Academia Española enseña con propiedad que nominal es lo “perteneciente al nombre”, y en la segunda acepción del vocablo, “que tiene nombre de una cosa, y le falta la realidad de ella en todo o en parate”. Y al ocuparse del “nominalismo” dice que es un sistema que se opone al “realismo” y al “idealismo” (185). Es que el nominalismo tiene el defecto de todos los formalismos, que prestan atención solamente al aspecto exterior, al ropaje, sin atender a la verdadera esencia de las cosas. Mientras el rótulo externo coincide con el contenido, no se originan problemas; pero cuando lo que expresa la “etiqueta” se aparta de la realidad, estamos frente a un engaño; cuando el dinero no cumple con su función de medida de de los valores, la “legalización” del nominalismo atenta gravemente contra la justicia. b) Correcciones al nominalismo El diputado López de Zavalía, insigne jurista tucumano, recordó que “en todos los países en los que rige el principio nominalista -con una excepción que luego mencionaré-. Se admite que la autonomía privada pueda establecer en los contratos cláusulas previendo una actualización” (186). Descartada sin embargo de manera expresa, por esta ley, la posibilidad de que las partes acudan a cláusulas de actualización indexatoria, aspecto que analizaremos en el próximo apartado, debemos formularnos la pregunta de si será posible o no recurrir a las normas generales de la responsabilidad por incumplimiento para obtener una indemnización integral en el caso de obligaciones en mora, punto sobre el cual el legislador ha guardado silencio. 1.- El proyecto originario. La primera publicación periodística del proyecto elaborado por el Poder Ejecutivo contenía un artículo más que el tratado por el Congreso. Esa norma, que llevaba el número 12, expresaba que “en caso de mora del deudor se aplicarán las 40 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar estipulaciones sobre daños e intereses previstas en el Código Civil”. En realidad se trataba de una previsión superflua pues, mientras no se modifique el mencionado cuerpo legal, sus disposiciones relativas al incumplimiento moroso de cualquier tipo de obligaciones, entre las que se incluyen las de dar sumas de dinero, son aplicables si necesidad de que en cada oportunidad una ley venga a refirmar su vigencia. 2.- Consejos de una Comisión Asesora. Relata Alterini (187) que una Comisión Asesora, que integraba junto con Videla Escalada, Podetti, Aramburu y Gastaldi, advirtió al Ministro de Economía que el mencionado artículo podría conmover el principio nominalista, pues daría pie a mantener la actualización de las deudas dinerarias en caso de mora y agrega que, afortunadamente, la observación fue atendida y “el propio Ministro de Economía dispuso eliminarlo” (188). Aclara, también, que fue el único punto en que se escuchó a la Comisión. 3.- El silencio del legislador y los daños y perjuicios derivados de la mora. En realidad el Poder Ejecutivo al suprimir del proyecto el mentado artículo 12 no ha propiciado ningún pronunciamiento sobre el particular, pues no ha cambiado en lo más mínimo los artículos 520 y 521 del Código Civil, ni la interpretación que puede darse a dichas normas para conceder al acreedor una indemnización que lo resarza íntegramente en caso de mora del deudor, lo que no atentaría contra el principio nominalista, ni es una “actualización” de la deuda, sino que significa exclusivamente indemnizar los “daños y perjuicios moratorios”. En los debates legislativos se ha guardado casi total silencio sobre el punto al que sólo aludió incidentalmente el diputado radical Baglini (189). Nada se ha dicho sobre la forma de indemnizar los perjuicios derivados de la mora, ni se ha propuesto cambiar el régimen del Código Civil, que mantiene, por tanto, su vigencia. A nuestro criterio el consejo dado por la Comisión, y escuchado por el Ministro, tendrá resultados doblemente desafortunados. Una ley debe tener suficiente flexibilidad como para permitir a su intérprete encontrar soluciones justas; una de las razones que dieron perdurabilidad a la obra de Don Dalmacio Vélez Sársfield fue la existencia de “válvulas de escape”, que permitían la corrección judicial, como el viejo y nunca suficientemente bien ponderado artículo 953. Todo legislador inteligente debe incluir en su obra dispositivos de ese tipo, y si los suprime puede llegar a ar a la ley tanta rigidez que, no solamente la torna injusta, sino que también la priva de proyección temporal. La norma propuesta no era nociva, ni siquiera desde la óptica de quienes califican de "perversa" a la indexación, pues sólo tendría aplicación en sede judicial, y en caso 41 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar de que no se hubiese logrado detener la inflación. Agréguese a ello que el artículo eliminado del proyecto en manera alguna atentaba contra el nominalismo, ya que en países como Francia, que mantienen ese principio y prohiben expresamente la "indexación" (190), se admite sin embargo corregir las consecuencias de las deudas en mora e indemnizar la totalidad del perjuicio, cuando el deudor obró de mala fe (191). Finalmente, al haberse procedido a eliminar el artículo 12 del proyecto, con fundamento en la opinión de los juristas consultados, pero sin introducir cambio alguno en los artículos 520 y 521 del Código civil, se crea un factor de confusión, pues podrá sostenerse con fundamentos igualmente sólidos que la intención del legislador ha sido no admitir la indemnización complementaria del daño causado por la desvalorización monetaria, como nosotros mismos lo hemos entendido (192), y también la posición contraria: la indemnización complementaria sigue siendo procedente, para que la reparación por el incumplimiento sea integral, con base en los artículos 520 y 521 que no han sido modificados ni derogados. c) Solución alternativa propuesta por el diputado Ibarbia. Un grupo de diputados liberales se opuso a la consagración del nominalismo, por considerar que con ello "se quiere poner un corsé al sector privado" mientras que "el gobierno de ningún modo piensa limitarse por este tipo de posiciones" (193). Propuso como solución alternativa la creación de sanciones penales para los funcionarios que desnaturalizasen la moneda, expresando: "Nuestro proyecto introduce un concepto importante que hace pasibles de aplicación de las penas previstas en el artículo 287 a los funcionarios públicos que consientan la expansión de la cantidad de billetes y monedas o que sean responsables de la disminución de reservas, de modo tal que se haga peligrar la convertibilidad establecida en el proyecto en consideración. Estas penas oscilarán entre uno y seis años de prisión" (194). Ya hemos visto que la mayoría se negó a aceptar modificaciones al proyecto. Sin embargo hubiese resultado positivo que, aunque se incorporara el nominalismo, se estableciese claramente una sanción para quienes aprovechando la posibilidad de manejar la economía del país, desnaturalizan su moneda. Estas normas concordarían perfectamente con la proclamada decisión de no emitir, y permitirían pedir cuentas a quienes la violasen. 42 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar V.- Las cláusulas de actualización. (195) a) Justificación de las cláusulas de actualización. Un sentimiento de justicia, innato en el ser humano, lo impulsa a buscar el equilibrio entre las prestaciones que intercambia, pero éstas son de tan diversa naturaleza que le resulta indispensable idear herramientas técnicas que le sirvan de unidad de medida de los géneros intercambiados. Nacen entonces las medidas de volumen, peso, extensión, superficie y, en el campo de los valores económicos, el dinero. El Estado, que en su momento asumió la función de supervisar las unidades de medida para garantizar su estabilidad y confiabilidad, en materia monetaria ha faltado gravemente a su deber y dejado a los usuarios sin unidad de medida. En los países aquejados por inflaciones estructurales, con todas las secuelas de injusticia que la inflación provoca (196), todos se ven impulsados a buscar sucedáneos que cumplan la función de medida de valores que la moneda ha perdido. Esta necesidad se torna aún más acuciante cuando alguna de las prestaciones no se cumple en el momento mismo de celebrar el contrato, sino que su ejecución queda diferida en el tiempo. Las partes, además de fijar el valor que las mercaderías o servicios tienen a la época del contrato, deben efectuar una previsión relativa al valor que tendrán, actualizado a la época de cumplimiento. Cuando el valor del dinero es estable esa previsión no resulta difícil, pues será suficiente fijar el monto de la prestación diferida y adicionarle apenas un pequeño "plus" en concepto de "interés", para satisfacer el precio por haber usado de ese capital durante el lapso por el cual se haya aplazado el cumplimiento. El propio dinero, expresado nominalmente, sirve en tales casos para mantener actualizado de manera estable el valor de las prestaciones. Cuando el Estado comienza a imprimir billetes de manera creciente, y ese nuevo "dinero" sólo sirve como medio de pago, pero deja de ser una medida de los valores, los particulares -como hemos dicho- se ven forzados a incluir en sus contratos cláusulas destinadas a actualizar las prestaciones, para que representen los valores debidos, aunque con una expresión dineraria nominalmente acrecentada. Se echa mano, entonces, a muy diversas fórmulas; a veces, recordando la función de dinero que en una época cumplieron los metales preciosos, se incluyen cláusulas de pago "en oro", o "valor oro"; otras, se acude a monedas extranjeras, con la vana ilusión de que ellas no sufren los deterioros de la inflación, cuando la verdad es que la política emisionista de 43 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar billetes se ha difundido por doquier y contribuye a deteriorar todas las monedas. Dentro de esta búsqueda ansiosa se estipula también la actualización con relación al precio de alguna mercadería (trigo, kilo de carne de novillo, hierro, cemento, etc.), o las cláusulas llamadas de "escala móvil", basadas en los índices estadísticos de un conjunto de artículos. Cada uno trata de crear su propia "medida de los valores", que reemplace al casi inútil "dinero", que el Estado continúa emitiendo sin cesar, y el caos ocasionado por esta inadecuada política monetaria favorece generalmente a los grupos más poderosos que, al imponer las cláusulas del contrato eligen aquellas que les son más beneficiosas, y no vacilan en incluir como "estabilizadoras" fórmulas que inclinan hacia su lado el fiel de la balanza. El propio Estado, que deprecia su moneda, la "desprecia" y, para resguardar sus créditos "indexa" los impuestos, celebra contratos incluyendo cláusulas de actualización, y se ve obligado a reconocer a sus empleados actualizaciones en los salarios, destinadas a contrarrestar el deterioro de la moneda. Por eso, con alguna ironía, el diputado Ibarbia se preguntaba quién fue el primero que inventó la indexación, y fue luego imitado por el resto de la sociedad, destacando: "El gobierno buscó el camino equivocado de conjurar la inflación por vía de la indexación. Así se llegó al colmo del decreto 435/90, que estableció la indexación de las deudas devengadas y no vencidas. El gobierno era el único capaz de proveer la moneda en que debían pagarse esas obligaciones, pero dispuso que el IVA se indexase del 1 al 20 de cada mes en función de un índice que también publicaba" (197). b) Cláusulas de actualización fluctuantes (o aleatorias). Aún en épocas y países en que el valor del dinero es estable, solemos encontrar numerosos contratos con cláusulas de "actualización" que introducen en la relación cierto áleas. Esto no significa forzosamente convertir el contrato en un juego, ni dejar ciegamente librado el valor de las prestaciones al azar, sino que en muchas oportunidades las cláusulas de "actualización aleatoria" persiguen como finalidad hacer más justa la relación entre las partes, atendiendo las circunstancias particulares del caso, para que los riesgos de algunos cambios que se operan en el mercado sean en cierta forma compartidos por ambos contratantes. Veamos algunos ejemplos. Enrique, propietario de un campo, lo da en arrendamiento a Domingo, que piensa dedicarlo a una explotación agrícola; la merced 44 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar arrendaticia se fija en el valor de 100 quintales de trigo, tomando en cuenta las dimensiones de la finca y su productividad. Esa cláusula de "actualización" hará que el precio del arrendamiento fluctúe, junto con las variaciones que se operen en el precio del trigo, de manera que si el mercado es favorable, arrendador y arrendatario obtendrán mayores beneficios, uno porque su renta se verá incrementada, y el otro porque colocará mejor su producción. En cambio, si hay depresión en el mercado triguero, ambos soportarán el áleas del menor ingreso. Hoy, en nuestro país, es muy frecuente que el arrendamiento de campos destinado a explotaciones pecuarias se fije en relación al valor del kilo vivo de novillo en el mercado de Liniers. Podemos mencionar otro ejemplo, donde el áleas es doble, y se da frecuentemente en el caso de los contratistas de viñas, en las provincias cuyanas, a quienes se les abona la mayor parte de su trabajo con un porcentaje del producido de la cosecha de uva que se obtenga en la finca, de manera que si por un azar cualquiera no hay cosecha, nada cobra el contratista, y si la cosecha es buena su crédito estará en función de la abundancia de uva, y del precio que se obtenga en el mercado. Estas cláusulas "actualizan" la prestación en cada período de pago, pero no estabilizan su valor, sino que tienen un carácter netamente aleatorio (o fluctuante), y se encuentran al margen del concepto de las "indexaciones" vinculadas a los procesos inflacionarios. Algo similar sucede cuando el precio de una obra se fija en relación con el costo del cemento, o del hierro; o cuando en un contrato de suministro de pan, para fijar su precio se atiende al costo de la harina; hay en tales casos "actualización" de la prestación, pero no "estabilización del valor", ni "indexación". Con frecuencia doctrina y jurisprudencia han descuidado esta distinción, y dado un tratamiento similar a todas las cláusulas de "actualización", sin diferenciar aquéllas que cumplen una función "estabilizadora", de las que son típicamente fluctuantes (o aleatorias), que muchas veces tienen cierto carácter "asociativo", ya que hacen compartir a las partes los riesgos o beneficios en la fluctuación que se opere en los valores. Antes de la sanción de la ley 23.928 hemos escuchado a economistas y juristas sostener la conveniencia de dejar absoluta libertad de contratar a las partes y permitir que elijan cualquier cláusula de "estabilización", agregando a continuación que las cláusulas más adecuadas, en cada caso, son las que contienen las "variables" propias de ese tipo de contrato. El consejo puede ser correcto si ambas partes están dispuestas a compartir los riesgos de la contratación, y asumen voluntariamente la decisión de someterse a ese áleas, pero en tal caso la cláusula no es estabilizadora, sino que -insistimos- es una cláusula de 45 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar "actualización aleatoria", que no se traduce en el pago de "valores constantes", sino de prestaciones de "valor y monto fluctuante". VI.- Prohibición de indexar. Muchos economistas han destacado que la indexación es un mecanismo que puede realimentar la inflación. Suele distinguirse así entre las "presiones inflacionarias básicas", que serían realmente causas que provocan inflación, y los "mecanismos de propagación" (198) y entre estos últimos se coloca el mecanismo de reajuste de precios y salarios. De esta manera las actualizaciones, aunque provocadas por el proceso inflacionario, como única forma de restablecer el equilibrio que ya ha sido roto, suelen mirarse -en especial cuando se generalizan y comienzan a funcionar de manera automática- como una de las causas que impulsan el crecimiento de la inflación, e impiden que se detenga el proceso. En la difícil lucha contra la inflación, a veces se confunden los objetivos y se atacan los efectos, en lugar de suprimir las causas (199), por lo que se justifica la irónica pregunta del diputado Baglini: "¿Qué debe matarse, el huevo o la gallina?" (200). También han señalado que no deben confundirse las causas con los efectos el senador Aguirre Lanari (201), y el diputado Ibarbia (202). a) La "perversa" indexación. Hemos recordado ya en un trabajo anterior que Roberto ALEMANN calificaba a la indexación de "perversa" (203), adjetivo que ha hecho fortuna. El senador Romero lo emplea en dos oportunidades, pues al comenzar a referirse al Título II del proyecto dice que en él "se trata de desmontar y desactivar un mecanismo perverso, que arrastra a nuestra economía: la indexación" (204), y luego de algunas interrupciones torna a ocuparse del mencionado Título II, expresando que: "En él se elimina un mecanismo perverso de indexación de la economía, que es una práctica que potencia la inflación. Esto está en relación con el traslado al mes siguiente de la suba de los precios del mes anterior de manera exagerada y automática. Es así como se potencia el fenómeno de la inflación, que nos castiga desde hace tanto tiempo. La verdadera unidad monetaria es el austral más un índice de corrección que opera en la economía y constituye, como dije, base potenciadora de la inflación" (205). 46 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Expresión muy similar es utilizada por el senador Rubeo (206), y en la Cámara de Diputados el informante de la mayoría, luego de explicar las razones que llevaron a la indexación de la economía (207), la califica de "infernal", expresando: " ... por el camino de la indexación se montó un mecanismo infernal que aceleró la transferencia de riqueza entre sectores y en el cual normalmente los más pobres fueron tributarios de los más ricos. Se trataba de un verdadero mecanismo de transferencia de riqueza que se aceleraba y potenciaba" (208). Nos parece conveniente aclarar aquí que la transferencia de riquezas y distorsión en la economía es fruto de la inflación, y no de la indexación; el valor de los precios relativos de mercancías y servicios crece con desigual rapidez, resultando favorecidos aquellos sectores que gozan de más "elasticidad", como los empresarios, inversores y financistas, mientras que los asalariados carecen de posibilidades de especular con la inflación (209); en estas circunstancias la "indexación" generalizada es un mecanismo protector de esos sectores que, de otra manera, quedarían totalmente desprotegidos. La ley, en cambio, parece achacar la culpa de la transferencia de riqueza a los mecanismos indexatorios, y así lo expuso con detenimiento en el Senado el informante de la mayoría: "Los salarios, por ejemplo, que en muchos casos constituyen la única subsistencia de los trabajadores, están expuestos al fenómeno inflacionario. Pierden valor en razón de que es prácticamente imposible, dentro de la economía indexada, mantener el equilibrio entre precios relativos, ya que siempre los mecanismos indexatorios operan en forma desacompasada, produciendo un incremento de precios. Luego, los salarios tratan de alcanzar esa suba, siendo siempre derrotados en el intento. Lo mismo sucede a los propietarios de explotaciones agrícolas o industriales, que inmersos en la crisis económica, que no sólo es nacional sino en algunos casos también mundial, observan cómo tales bienes productivos se deprecian; luego venden sus cosechas, los precios siguen indexándose y ellos no tienen la posibilidad de contar con los medios para la inversión en la próxima cosecha. Esto ha traído la depreciación del valor de la propiedad inmueble y de los campos. Sin embargo, eso no ocurre con los créditos indexados. El valor de la tierra y de los productos primarios va decayendo, no así el de las deudas, que han seguido un 47 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar mecanismo indexatorio que se ha transformado en confiscatorio del valor de la propiedad" (210). El diputado Lamberto, por su parte, entendía que estos mecanismos indexatorios han enraizado de tal forma en la mente de los argentinos, que una de las tareas más trascendentes que debe encarar el Congreso de la Nación es la desindexación de la economía (211), aunque mencionaba erróneamente entre los casos de "indexación" de triste recuerdo a la famosa circular 1050 (212), punto sobre el que volveremos al ocuparnos del reemplazo de las cláusulas de actualización por los intereses. No podemos dejar de mencionar la opinión de Martínez Raymonda, que luego de sostener que uno de los elementos de trascendental importancia de esta ley es la desindexación de la economía, que "nos brinda la posibilidad de encarar con cierta expectativa favorable el desarrollo futuro de las actividades económicas" (213), y explicar cuándo, cómo y por qué se recurrió en nuestro país a la indexación (214), sostuvo que "los mecanismos indexatorios son notoriamente irregulares y deformantes de lo que ocurre en la realidad económica" (215), porque: " ... cuando se actualiza el monto de la condena por el costo de vida, el índice de precios mayoristas, el del precio de la construcción o por un mix o cualquier otro sistema de indexación, el cálculo matemático es inexorable y el monto sube y se acumula, es decir, se realimenta permanentemente, pero los bienes a que están referidos esas indexaciones no siempre suben de precio en la misma proporción porque el mercado ha producido mesetas, por obra de depresiones, por controles de precios o por cualquier otra causa. Entonces, quien demandó por el cobro de un par de zapatos terminó cobrando el valor de tres pares y el que había sufrido daño en un guardabarros de su automóvil terminó cobrando el importe de un auto entero" (216). Es cierto que, en alguna medida, le asiste razón porque hay distorsiones en los precios relativos de cada producto, con relación al índice inflacionario, aunque sin llegar a extremos de tan grosera desproporción como los ejemplos utilizados; debemos, sin embargo, insistir que incluso con una moneda estable las variaciones en los valores de mercado de algunos productos pueden llevar a que al finalizar el juicio el importe indemnizatorio difiera de lo que en ese momento cuesta el producto que motivó el reclamo. Hay otro aspecto en qué, como abogados, no podemos en manera alguna aceptar la generalización que efectuó el diputado Martínez Raymonda, cuando afirmó: 48 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar " ... los profesionales intervinientes fomentan incluso el pleito largo, prolongado en el tiempo, pues de ese modo también se indexan los honorarios de los abogados y peritos que participan en tales actuaciones judiciales" (217). Esta afirmación encierra un agravio gratuito e injustificado; quienes litigan y luego de largo tiempo logran una regulación de honorarios saben, por amarga experiencia, que cuánto más demoren en percibirlos menos valdrán, aunque hayan sido debidamente actualizados, pues por lo general el índice de costo de vida no recompone adecuadamente la pérdida de valor adquisitivo del dinero. Tenemos profundo respeto por el diputado Martínez Raymonda y confiamos que su hidalguía hará que, oportunamente, rectifique esta afirmación errónea. Expresaron también su adhesión a la prohibición de indexar el senador Rodríguez Saa, quien sostuvo que de esta forma "se podrá pedir créditos sin tener miedo y sabiendo cuánto se debe pagar" (218) y el diputado Balestrini, para quien "la desindexación es una consecuencia imprescindible para que no se produzcan injusticias graves" (219), mientras que el diputado Aramouni opinó que con una visión progresista de la economía se pretende reducir la inflación a niveles civilizados para anclar los precios y terminar con los mecanismos indexatorios que realimentan dicha inflación" (220). El senador radical Brasesco consideró lógico que se suprimiese la actualización monetaria y toda cláusula de automaticidad, incluso en los convenios colectivos de trabajo, si se brindaba una moneda estable (221). El diputado Ibarbia que, como dijimos más arriba, reclamaba que el primero en desindexar fuese el propio Estado, ya que él había sido quien dió el mal ejemplo en esta materia, agregaba: "El gobierno introdujo la indexación. Por ello también estoy de acuerdo con que el mismo gobierno la elimine. Sin embargo, no comparto que prohiba a los particulares tener un reaseguro para el caso de que la convertibilidad no funcione. Me preocupa que el gobierno diga que aquellas deudas que contrajo hace un año, un mes o una semana se pagarán en moneda devaluada, lo que tiene que aceptarse porque esta iniciativa es de orden público. Esta tesis violenta los principios de justicia y equidad" (222). Y esto nos conduce a una observación formulada por el diputado López de Zavalía, que ya mencionamos anteriormente. Recordó el jurista tucumano que los países que 49 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar consagran el nominalismo, admiten sin embargo las cláusulas de estabilización, con excepción de Francia, que en algunos casos prohibe la indexación: " ... La excepción a que me refería -posiblemente haya otras, pero ésta es la única que recuerdo- surge de la ordenanza francesa del 4 de febrero de 1959, en la que se estableció el nuevo franco. Aparecía en ella una cláusula similar a ésta que recoge el proyecto bajo examen, aunque preveía una excepción digna de interés, ya que ha sido reiteradamente mencionada desde distintos enfoques en el curso del debate en general. Me refiero a los créditos por prestaciones alimentarias, expresamente excluidos de la prohibición de actualización en esa ordenanza francesa" (223). El punto parece de interés y posiblemente debamos retornar sobre él cuando consideremos las obligaciones excluídas de la prohibición de indexar. Sin embargo conviene destacar desde ya que el modelo francés es menos rígido que nuestra ley en varios aspectos, a saber: a) la prohibición no opera de manera retroactiva; b) se admite la actualización por el precio de un producto, siempre que tenga vinculación con el objeto del contrato o la actividad de una de las partes; c) se continúa indexando los salarios mínimos, de acuerdo a las previsiones del Código de Trabajo; d) jurisprudencia y doctrina interpretan las prohibiciones legales de manera restrictiva; e) varias leyes posteriores regulan casos especiales de indexación. Efectuadas estas aclaraciones retornemos al debate de la ley. Resultan de interés las palabras del senador Grosso que se pronunció terminantemente en contra de la prohibición de indexar: "A través de distintas integraciones la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha expresado reiteradamente que la actualización monetaria se impone para respetar la garantía constitucional del derecho de propiedad, y no significa de manera alguna pagar más, sino solamente entregar el valor debido expresado en una cifra numeral distinta. Mientras subsista la inflación, esas expresiones del más alto tribunal del país, acogidas por todos los restantes tribunales, conservarán plena validez, porque la Constitución se encuentra por encima de cualquiera de las leyes, que solamente pueden reglamentarla" (224). E insistió en que esta prohibición crea una falsa ilusión de estabilidad, ya que lo que debe suprimirse es la inflación y no la indexación (225). 50 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Por su parte en la Cámara de Diputados, al tratarse en particular el artículo 7, un cordobés, representante de la Democracia Cristiana, refutó las manifestaciones de Martínez Raymonda de que la indexación de las obligaciones conduce a valores superiores a los originarios, sosteniendo que: " ... esto es una verdad a medias, porque generalmente la aplicación de los índices inflacionarios ha dado exactamente resultados inversos, con lo cual las obligaciones terminaron depreciadas respecto del acuerdo original". Agregó luego que, en caso de continuar la inflación el mecanismo indexatorio es imprescindible, "y este Congreso no tiene competencia para suprimirlo", ya que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha fundamentado "la aplicación de la indexación en principios constitucionales y no en una interpretación del Código Civil" (226). b) Sustitución de la indexación por los intereses. Uno de los propósitos declarados del legislador es reemplazar las cláusulas de actualización por los intereses. Así lo dijo en el Senado el miembro informante de la mayoría: " ... el gran objetivo del artículo 7 es la prohibición para el futuro y a partir del 1º de abril de 1991 de toda actualización monetaria, indexación por índices de precios, variación de costos o repotenciación de deudas, tanto de origen legal, como contractual o convencional. ... ... Con una moneda estable, con un sistema de precios razonablemente estabilizado, las proyecciones de los empresarios y operadores económicos tendrán que canalizarse a través de tasas de interés o expectativas respecto de ellas, que estamos seguros se van a reducir, acercándose a parámetros razonables y compatibles con la economía de los países estables. Así es como funcionó la economía argentina antes de la indexación, y así es como pretendemos los argentinos que vuelva a funcionar a partir de esta realidad estabilizadora" (227). Frente a esta intención, el senador correntino Aguirre Lanari señaló que, si bien es cierto que la automaticidad en la indexación puede conducir a soluciones disvaliosas, y su reemplazo por la capitalización de intereses admitida ahora por el texto que se propone para el 51 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar artículo 623 del Código civil podría ser un mecanismo adecuado, deberá obrarse con suma prudencia, pues de lo contrario el remedio puede resultar peor que la enfermedad (228). El diputado Baglini sostuvo que "es absurdo pretender eliminar los mecanismos de indexación para el futuro y que se deje la posibilidad de capitalizar intereses" (229), y el representante del radicalismo sanjuanino, Seguí, fue aún más rotundo al opinar "se vuelve a sancionar la indexación que se ha pretendido erradicar definitivamente, porque los futuros contratos en dólares o en australes contendrán una cláusula que permitirá la capitalización diaria de los intereses, lo que producirá un efecto más grave aún que el de la indexación" (230). Volveremos sobre el punto cuando nos ocupemos del anatocismo en el apartado d) del capítulo IX de este trabajo. c) Prohibición de indexar y teoría de la imprevisión. En muchos ambientes, al conocerse el proyecto de convertibilidad del austral y las normas por las cuáles avanzaba decididamente sobre la vida de contratos en curso de ejecución, se despertó una justificada inquietud respecto a si la aprobación de la ley podría dar lugar a invocar la teoría de la imprevisión, ya que se estaba frente a un hecho del príncipe, extraordinario e imprevisible, que podía romper el equilibrio existente en la relación jurídica y tornar excesivamente onerosa la prestación a cargo de una de las partes. Ya en el Senado de la Nación, con fundamento en el desequilibrio que la ley puede generar en las prestaciones intercambiadas, y con especial referencia a los contratos de obra pública, el senador entrerriano Laferriere consideró necesario efectuar un agregado al artículo 9, por el que se fijara "un plazo de sesenta días" para que los empresarios pudieran pedir la resolución del contrato, si había desaparecido la equivalencia entre las prestaciones (231). Esta inquietud repercutió en la Cámara de Diputados, donde Martínez Raymonda, en la discusión en general, expresó que su sector proponía se incorporase al final del artículo 9 un texto que dijese lo siguiente: "El acreedor, cuando considere que los importes a percibir por aplicación de lo dispuesto en el presente artículo por el precio, cuota o alquiler a pagar por el deudor por el bien, servicio o período, fuere inferior a su expectativa contractual podrá tener por resuelto el contrato, previo aviso al deudor dentro del plazo de los sesenta días, quien podrá evitar la resolución de la relación jurídica que los une ofreciendo mejorar 52 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar equitativamente los efectos resultantes". Y explicó que "los abogados sabemos que esto está en el artículo 1198 del Código civil, y sabemos que para recurrir a él hay que ir a la vía judicial. Aquí tratamos de mostrar el camino del acuerdo" (232). Al discutirse en particular el artículo 7, López de Zavalía sostuvo de manera terminante que esta ley no excluía la posibilidad de invocar los párrafos 2º y 5º del artículo 1198, es decir la teoría de la imprevisión (233). Algunos minutos después, al tratarse el artículo 9 de la ley, el miembro informante de la mayoría pidió la palabra: " ... al solo efecto de que quede constancia en el Diario de Sesiones, la comisión estima que ninguna disposición contenida en el proyecto de ley que estamos considerando puede obstar a la utilización de la teoría de la imprevisión que legisla el artículo 1198 del Código civil, por quienes estimen afectados sus derechos por aplicación del artículo 9. Asimismo se sugiere que la reglamentación que debe dictarse explicite públicamente el ejercicio de este derecho" (234). Podemos considerar estas palabras casi como una interpretación auténtica; el legislador ha entendido que la ley de convertibilidad configura un hecho "extraordinario e imprevisible", lo que puede dar lugar, si se reúnen los demás requisitos, a que quienes se sienten afectados por sus normas invoquen la teoría de la imprevisión. Debemos, sin embargo, destacar dos puntos: en primer lugar, lo imprevisible de la ley alcanza no solamente al artículo 9, sino a toda su normativa; y en segundo lugar, que es improcedente la recomendación de que el decreto reglamentario se ocupe del punto, pues un decreto no tiene la jerarquía normativa para modificar las disposiciones de fondo, y lo que en él se diga no alterará en nada la calificación de "imprevisible" y "extraordinaria" que pueda aplicarse a esta ley. VII.- ámbito de aplicación de la prohibición de indexar. a) Obligaciones dinerarias y obligaciones de valor. La doctrina y la jurisprudencia han distinguido las obligaciones dinerarias, que son aquellas que desde su nacimiento fijan como objeto una "suma determinada de dinero", de las "obligaciones de valor", que se satisfacen entregando dinero, pero que la cantidad se 53 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar determina recién en el momento de cumplimiento, en la suma necesaria para satisfacer el "valor" debido. En el curso de los debates encontramos dos referencias incidentales a estas categorías, primero en la exposición del senador Romero, que recordó que en nuestro país los tribunales comenzaron a reconocer el reajuste, primero "en las obligaciones de valor" (235), y luego por el diputado Martínez Raymonda, que se refirió al problema en los siguientes términos: "La base de la economía de nuestro país establecida por el Código civil es la nominalidad. Así funcionó durante mucho tiempo hasta que nuestros tribunales comenzaron a distinguir las deudas de valor de las de dinero y a ajustar la resultante de las deudas de valor para mantener la equivalencia de la relación económica que tenía el actor o el demandado al inicio de la acción judicial o de la relación económica que lo vinculaba. Pero las deudas de dinero siguieron rigiéndose por el concepto de la nominalidad, ..." (236). Surge claro de estas palabras que la aplicación del "nominalismo" a las "deudas dinerarias", no se opone a la existencia de otra categoría de obligaciones, las "deudas de valor", que siempre deberán actualizarse. La literalidad de los términos empleados por la ley permite sostener, como ya lo han hecho varios autores, que la categoría de las obligaciones de valor no solamente subsiste, sino que a ellas no les resulta en manera alguna aplicable la prohibición de actualizar, cuyo ámbito sólo alcanza, de manera estricta, a las deudores de "una obligación de dar una suma determinada de australes" (artículo 7, ley 23.928). Al considerarse en particular esa norma, y luego de una intervención del diputado cordobés Gentile, con extrema concisión López de Zavalía recordó dos artículos del Código civil, expresando: "Finalmente, atendiendo a la brevedad, me limito a citar los artículos 3477 y 3602 del Código civil, que los señores diputados conocen de memoria" (237). La concisión e ironía se justificaban porque la Cámara llevaba ya más de doce horas de sesionar ininterrumpidamente, y el Presidente había pretendido privarle el uso de la palabra, por tratarse de la discusión en particular, sin atender a que López de Zavalía se abstuvo de participar en la discusión en general, para no agobiar a la Cámara, pero 54 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar reservándose el derecho de extenderse en particular sobre los puntos en que fuera necesario. Como estimo que ni los legisladores, ni el que escribe estas líneas, ni el lector, recuerdan de memoria el texto de los mencionados artículos, conviene refrescar conocimientos y advertir que ambos fueron modificados por la ley 17.711, consagrando en ellos de manera expresa la distinción entre las obligaciones de valor y las dinerarias. El primero se refiere a hipótesis de colación hereditaria, y determina el momento en que deben tomarse en consideración los valores para su posterior actualización. Pero, tiene aún mayor relevancia el hecho de que contempla la posibilidad de reajuste aún en el caso de obligaciones dinerarias (238). El artículo 3602 establece reglas para la determinación de las legítimas, y además de acentuar la existencia de obligaciones de valor, contiene una remisión al artículo 3477, con la consiguiente posibilidad de reajustar obligaciones dinerarias. Ambos dispositivos, como bien lo señaló López de Zavalía, permanecen inalterados. Por nuestra parte recordaremos que la ley 17.711 introdujo al Código otras modificaciones que marcan la existencia de esa categoría de obligaciones, como el párrafo agregado al artículo 2736, que habla del valor computable de la medianería, o el artículo 1788 bis, que dispone, para los casos de disolución de una sociedad, que se computen los valores reales del activo; y en otros casos ordena el reajuste de los créditos, como en el artículo 1316 bis, para el caso de disolución de la sociedad conyugal. Ninguna de estas normas ha sido modificada por la ley de convertibilidad, de lo que surgen las siguientes conclusiones: a) nuestro derecho privado mantiene la distinción entre obligaciones dinerarias y obligaciones de valor; b) la prohibición de actualizar no alcanza a las obligaciones de valor; c) tampoco alcanza a obligaciones de dar dinero a las cuáles, con carácter excepcional, el legislador ha dispuesto expresamente someterlas al régimen de las obligaciones de valor, como sucede en los mentados artículos 3477, 3602 y 1316 bis del Código civil. b) El artículo 7. Obligaciones comprendidas. El artículo 7 establece que, a partir del 1º de abril de 1991, fecha en que debe entrar en vigencia la convertibilidad del austral, "serán inaplicables las disposiciones contractuales o convencionales", que estableciesen actualizaciones monetarias, y que "quedan derogadas las disposiciones legales y reglamentarias", que estableciesen este tipo de 55 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar actualizaciones. En la Cámara de Diputados el representante de la Democracia Cristiana, Gentile, advirtió que si las leyes que disponen actualizaciones monetarias son provinciales, la ley nacional no tiene potestad para "derogarlas", como tampoco puede derogar las ordenanzas municipales, ni las convenciones colectivas de trabajo, porque el Congreso de la Nación carece de competencia en esa materia (239). En verdad, asiste razón al diputado Gentile en estas afirmaciones; el Congreso no puede derogar leyes provinciales. Pero también es cierto que si el Congreso de la Nación modifica el Código civil, imponiendo con carácter de orden público el "nominalismo" en las obligaciones dinerarias, ni las legislaturas provinciales, ni las municipalidades, ni las organizaciones sindicales, ni los particulares, pueden transgredir estas disposiciones, y las leyes provinciales que se dictasen en sentido contrario, serían inconstitucionales, mientras que las que ya tenían vigencia, no serían "derogadas" por el Congreso, pero "perderían aplicabilidad", por estar en contradicción con normas de jerarquía superior. Corresponde al Congreso de la Nación establecer el régimen jurídico de las obligaciones dinerarias, y también establecer excepciones, asimilando o no algunas de éstas a las obligaciones de valor, como lo ha hecho en los casos que reseñamos en el apartado anterior. En resumen, parece que debemos llegar a la conclusión de que la prohibición de actualizar, para el futuro, se reduce a las "obligaciones dinerarias", mientras que las obligaciones de valor, por su naturaleza misma deben ser reajustadas. c) Obligaciones excluidas. 1.- Garantía de la propiedad. Al discutirse en particular el artículo 7 en la Cámara de Diputados, se planteó el problema de si algunas obligaciones dinerarias deberían quedar excluídas de la prohibición de indexar, recordando que en determinas circunstancias, como es el caso de las obligaciones en mora, la no actualización de los valores debidos podía atentar contra el principio constitucional que garantiza el derecho de propiedad (240). 2.- Obligaciones alimentarias. López de Zavalía avanzó más sobre el punto, recordando las ordenanzas francesas de 1958 y 1959, que han servido de modelo a la presente ley, y que -de manera expresa- excluyen a los créditos alimentarios de la prohibición de actualizar (241). Cuando nos ocupemos del artículo 9 veremos que el decreto reglamentario 56 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar considera que la "quita" en él prevista no alcanza a las prestaciones alimentarias, lo que es correcto. Pero, tampoco debe afectar a su "actualización futura", por el carácter mismo que tienen dichas prestaciones, que en realidad no son "obligaciones dinerarias", sino "obligaciones de valor", y cuyo monto puede ser revisado judicialmente cuantas veces sea necesario, sin que el pronunciamiento que sobre ellas recaiga haga "cosa juzgada". Aceptamos que si la moneda alcanza relativa estabilidad, no se proceda a la actualización "mecánica" de las prestaciones alimentarias, pero ello no es obstáculo para que las partes reclamen su reajuste si la situación económica -sea de las partes involucradas, sea la general del país- varía de manera que su reclamo se haga atendible. 3.- Obligaciones en dólares. De manera muy sintética López de Zavalía afirmó que las obligaciones en moneda extranjera, atento la redacción dada a las distintas normas de esta ley, y las modificaciones introducidas al artículo 617 del Código civil, quedaban al margen de la prohibición de actualizar: "La tercera observación es de mayor envergadura. Se trata de un aspecto que me parece realmente escandaloso dentro de la estructura del proyecto de ley. De acuerdo a la modificación que se propone al artículo 617 del Código civil, sin lugar a dudas se prohibiría la actualización para las "deudas en australes", pero no para las deudas en dólares o en otras monedas extranjeras, que resultarían privilegiadas con respecto a las deudas en moneda nacional" (242). Y más adelante, al tratarse en particular el artículo 617, insistió, diciendo: " ... afirmo que este texto es injusto por las consecuencias que acarrean las cláusulas de actualización que serán válidas para los dólares pero no para los australes" (243). El jurista tucumano vuelve sobre el tema en el Apéndice a la reimpresión de su obra de contratos (244), sosteniendo que escapa al artículo 7: "a) La contratación en dólares estadounidenses, o en cualquier otra moneda extranjera que queda al amparo del artículo 1197. Por un lado, el texto se refiere visiblemente al austral; por el otro, es de aplicación el principio odia sunt restringenda, tanto más cuanto que la restricción establecida para el austral es ya 57 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar irrazonable". Coincidimos en que la restricción impuesta a la actualización del austral es irrazonable, y debería ser declarada inconstitucional, en cuanto afecte el derecho de propiedad; pero pensamos que, precisamente la modificación introducida al artículo 617 del Código civil, por la cual en los casos en que se contrata sobre moneda que no es de curso legal, las obligaciones emergentes "deben considerarse como de dar sumas de dinero", hace que todas las obligaciones en moneda extranjera queden también atrapadas por la "irrazonable" prohibición de actualizar del artículo 7 de la ley. d) La actualización por el precio de una mercadería. El diputado Berhongaray señaló que tampoco debían considerarse afectados por la prohibición de actualizar aquellos contratos en que el precio se hubiese fijado con relación a la evolución de productos específicos, y lo hizo aludiendo a expresiones del presidente del bloque justicialista (245), en los siguientes términos: " ... cuando el señor diputado Manzano expuso en general sobre este proyecto, reivindicó con buen criterio la existencia de los créditos ligados al valor de productos específicos, que en gran parte son el fundamento del desarrollo de muchas economías regionales. Cualquier provincia conoce las ventajas de este tipo de créditos. En el Valle del Río Negro se ajustan por el valor de las manzanas: en Cuyo, por las uvas; en el centro, por la grasa butirosa, las carnes o las oleaginosas; y en el norte por los productos regionales típicos. Creo que la adecuada hermenéutica de este artículo excluye de la prohibición a estos créditos, porque no están vinculados con la indexación. Quisiera que esta reivindicación que hizo el señor diputado Manzano se tome como una interpretación fidedigna a los efectos de que sea tenida en cuenta cuando se reglamente la ley" (246). Este reclamo fue, en un primer momento, escuchado por el Poder Ejecutivo que en el artículo 5 del decreto reglamentario 529/91 estableció que "aquellas obligaciones dinerarias que se ajusten por la evolución del precio de un solo producto o correspondan a la cuota parte del precio de un solo producto, tienen los efectos de una permuta y no se encuentran alcanzadas por los artículos 7, 9 ó 10 de la ley". Posteriormente otro decreto, el 58 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar 959/91, dictado en el mes de mayo, derogó el ya mencionado artículo 5. En realidad dicha norma reglamentaria no tenía razón de ser, pues no debe olvidarse que la solución está dada -y con más corrección, pues no se habla de "permuta"-, en el último párrafo del artículo 1349 del Código civil, referido al precio de la compraventa, norma que no ha sido modificada ni derogada por la ley de convertibilidad. El Código civil admite, de manera expresa, que el precio se fije "con referencia a otra cosa cierta", lo que permite, sin mención alguna de la permuta, recurrir al oro, el trigo o la soja, como valores que sirvan para determinar el precio. Las normas de la compraventa relativas al precio son aplicables a la cesión de créditos (artículo 1435, Código civil) y en general a las locaciones (artículo 1494), salvo las de inmuebles en las cuáles regirán en cuanto al precio las limitaciones establecidas por la ley 23.091. En el caso del contrato oneroso de renta vitalicia, aunque el precio debe ser pagado en dinero, puede fijarse su valor con relación a frutos naturales o servicios (artículo 2074, Código civil). La plena vigencia del artículo 1349, y las palabras del diputado Berhongaray, ratifican nuestra convicción de que el caso de fijación del precio con relación a un producto no cae dentro de las prohibiciones del artículo 7. Recordemos también que en Francia, país que se mantiene fiel al nominalismo, al sancionar una prohibición genérica de indexar, se admitieron sin embargo las cláusulas de actualización por el precio de un bien, producto o servicio que tuviese relación directa con el objeto de la convención o con la actividad de una de las partes. VIII.- Intervención en cláusulas contractuales. La ley, en sus artículos 9 y 10, no se limita a fijar pautas futuras de conducta sino que avanza decididamente sobre los contratos en curso de ejecución y sobre otras relaciones jurídicas establecidas en virtud de leyes o convenciones colectivas de trabajo. Se advierte aquí una clara diferencia con el modelo francés que hemos mencionado, pues allí la desindexación sólo intervenía en la vida futura de los contratos, mientras que la solución adoptada en la ley argentina opera retroactivamente y, de acuerdo a las previsiones del artículo 9, provoca una corrección en las actualizaciones operadas a partir de mayo de 1990. Este punto ha sido objeto de variadas críticas, en especial por los legisladores de extracción liberal, pero también por otros de diversas tendencias que interpretaban este avance como una intrusión ilegítima en derechos constituídos válidamente bajo el imperio de las leyes vigentes al momento de celebrarse los actos, mientras que la mayoría sostuvo como 59 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar línea argumental las características de orden público de las medidas que se adoptan, y su efecto inmediato respecto a las consecuencias de las relaciones jurídicas ya existentes. El primero en expresar sus objeciones fue el senador correntino Aguirre Lanari, quien señaló la "intromisión del Estado en las relaciones contractuales aplicando un nuevo desagio" (247), y las dudas que generaban en su ánimo "ciertas cláusulas que pueden comprometer la seguridad jurídica" (248). Luego el senador radical Grosso, dijo que "los artículos 9 y 10 coartan la libertad de contratación y llegan a afectar derechos adquiridos cuando pretenden introducir correcciones en valores intercambiados que ya han quedado firmes" (249). En la Cámara de Diputados el representante demócrata progresista, que prestó amplio apoyo al proyecto de ley, expresó sin embargo su preocupación porque este artículo 9 pueda "alterar las relaciones económicas privadas más allá de lo razonablemente tolerable y pueda gestar una serie de problemas de profunda gravitación en la economía general del país" (250). Baglini sostuvo que el artículo 9 "produce una deflación forzada", a través de una regla que: " ... no respeta el mecanismo económico de cada contrato, lo cual producirá efectos confiscatorios..." (251). Alsogaray, que votó favorablemente el proyecto, señaló sin embargo como aspecto negativo que "existen insuficiencias, errores, y avances sobre la propiedad privada y sobre las relaciones jurídicas" (252). Más categórico en esta condena fue el diputado Fescina, que dijo que debe desecharse, por ser: " ... altamente peligrosa y riesgosa respecto a la estabilidad que se pretende, la perturbación de las relaciones jurídicas que incorpora el artículo 9 del proyecto en estudio. No es útil, no es bueno, no es saludable, no ejerce docencia, no tiene fundamento ético. La inalterabilidad de las relaciones jurídicas está por encima de las coyunturas económicas si es que queremos restablecer la estabilidad como instrumento válido en la vida nacional, tanto económica, como jurídicamente expresada" (253). El mismo rechazo al artículo 9 aparece en las exposiciones de los diputados Tomasella Cima (254) y Durañona (255). Entre los defensores de esta intervención estatal en los contratos podemos 60 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar mencionar al diputado Balestrini, quien sostuvo que de esta forma se congelaba "para el futuro un plus que hoy ya no existe porque no hay riesgos" (256), aunque debió reconocer que "este tipo de fórmulas siempre generan inconvenientes particulares" (257). a) Artículo 9. "¿Desindexación" o cambio en las pautas de actualización?. El artículo 9 prevé, para la transición del viejo austral, a lo que el legislador denomina "austral convertible", un cambio en las pautas de actualización, a aplicar retroactivamente en el período de un año anterior a la creación de esta nueva moneda "no actualizable". Este cambio en los mecanismos de actualización significa en la práctica, para la mayoría de los casos, una verdadera quita en los montos de los créditos que, por una asociación de ideas con el Plan Austral, ha sido llamada por algunos "desagio" (258), mientras que el informante de la mayoría en el Senado, la ha denominado "desindexación" (259), por constituir el puente entre la economía "indexada", y el nuevo régimen monetario. Se ha dicho así que: "El artículo 9 constituye la aplicación de los mecanismos desindexatorios previstos en los artículos anteriores. La técnica normativa elegida en primer lugar parte del concepto amplio de las relaciones jurídicas, acotándolo seguidamente con la exigencia de que las relaciones jurídicas sometidas a desindexación retroactiva involucran prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes" (260). A lo que el diputado Lamberto agregaba: " ... En el proyecto se toma como base para la desindexación el mes de mayo de 1990, porque había en él un tipo de cambio fijado por un mercado único y libre, el índice de precios de ese mes tenía ya incorporados todos los desajustes que había provocado el proceso hiperinflacionario de diciembre y había una relación de valor absolutamente racional entre el austral y el dólar. Esta base será el elemento para desindexar determinadas relaciones contractuales" (261). b) El mecanismo de desindexación. 61 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Ya en el Senado el miembro informante de la mayoría procuró explicar cómo funciona el mecanismo "desindexador" establecido por la presente ley, que sustituye las pautas anteriormente fijadas para cada relación jurídica, por la evolución del valor del dólar, a partir de mayo de 1990, afirmando que la fecha elegida "no es caprichosa" y: " ... se ha determinado que luego de un período de inestabilidad de precios y de moneda en el año anterior, mayo es un mes que se puede tomar como estable, comparado con anteriores períodos de inestabilidad de la moneda" (262). Una idea semejante fue expuesta por Lamberto en la Cámara de Diputados, como lo hemos visto más arriba (263). Al discutirse en particular el artículo 9 el diputado Gentile señaló que la ley habla de la cotización del dólar en el mes de mayo de 1990, pero: " ... no se tiene en cuenta que el mes de mayo tiene 31 días, ni que la cotización del dólar era libre y se podía considerar en diversas instituciones y en distintos momentos: a la apertura, durante la rueda, o al cierre de las operaciones" (264). Es fácil advertir que durante el mes de mayo el dólar sufrió una variación de varios puntos en su cotización, además de las mencionadas oscilaciones diarias; por ello el diputado Gentile consideraba imprescindible introducir una modificación al artículo, que aclarase debidamente el punto, para evitar ulteriores conflictos (265); frente a estas atinadas reflexiones, uno de los miembros de la Comisión, el diputado Matzkin, se limitó a decir: "se trata de un promedio" (266), expresión a todas luces insuficiente para despejar las dudas y dar la certeza suficiente respecto al valor del dólar que debe tomarse como base para las actualizaciones durante el período comprendido entre mayo de 1990 y abril de 1991 (267). Con relación a la mecánica de transformación de las actualizaciones convenidas, a la fijada por la ley, el senador Romero hizo algunas otras apreciaciones. En definitiva, lo que el legislador ha hecho para el período anterior al primero de abril de abril de 1991, es sustituir las restantes cláusulas estabilizadoras, por una cláusula "legal", de evolución por "valor del dólar", con más un posible incremento del 12 % anual (268), con un matiz: las cifras así obtenidas se cotejan con la que resultaría de aplicar las cláusulas de actualización previstas para cada relación, y en definitiva la suma debida es la menor de ambas. El senador Romero finalizó esta parte de su exposición recordando que en la Comisión habían planteado una serie de inquietudes ante las autoridades económicas, y que el 62 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar propio ministro Cavallo había manifestado que existía la intención de que la ley fuese puesta en vigencia lo más pronto posible, agregando: "La reglamentación ya se está elaborando; hemos conocido algunos aspectos y podemos decir que se contemplan todos los casos y situaciones especiales en la reglamentación" (269). Creemos, sin embargo, que la ley silencia algunos problemas que eran materia propia del Parlamento, y no debieron dejarse postergados para su consideración en el decreto reglamentario. c) Obligaciones comprendidas. La ley ha utilizado el término "relaciones jurídicas", que sin duda es excesivamente amplio ya que solamente un tipo de relaciones jurídicas patrimoniales, las obligaciones, son las que pueden estar sometidas a "desindexación" (270), e incluso no todas las obligaciones pendientes de cumplimiento sufrirán esta quita, sino solamente aquellas que determina de manera específica el artículo 9. En el Senado el miembro informante de la mayoría explicaba: "La técnica normativa elegida en primer lugar parte del concepto amplio de las relaciones jurídicas, acotándolo seguidamente con la exigencia de que las relaciones jurídicas sometidas a desindexación retroactiva involucren prestaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes" (271). El diputado Gentile, en la discusión en particular, objetó que se hablase de "relaciones jurídicas", en lugar de referirse a "contratos" (272); en realidad -como dijimos más arriba- lo que se van a desindexar son "relaciones jurídicas obligatorias", de carácter dinerario, que por lo general tendrán como fuente un contrato (como sucede prácticamente en todos los casos sujetos al artículo 9), pero podrían haber nacido de otra fuente, verbigracia la ley. Dentro de este concepto, el mecanismo desindexatorio alcanza "a las obligaciones de ejecución continuada, con prestaciones y contraprestaciones periódicas" (273), lo que "significa incluir en las previsiones desindexatorias a contratos tales como los de medicina prepaga, servicios educativos, ahorro para fines determinados" (274). De manera coincidente, el senador correntino Romero Feris, mencionaba "los 63 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar aranceles escolares, los servicios de obras sociales o medicina prepaga, las obras en ejecución, viviendas, trabajos sobre bienes de terceros y una infinita cantidad de situaciones, la mayoría de las cuales tienen alto componente de costo laboral, sea asalariado o profesional" (275), pero estimaba, además, que "la redacción del artículo 9 del proyecto en consideración involucra, dentro de sus conceptos la relación salarial y las tasas retributivas de servicios que cobran los municipios" (276) que, como veremos en el apartado próximo, los legisladores de la mayoría consideran no están comprendidos en la desindexación. Siguiendo una línea de pensamiento similar el diputado Baglini señaló que con esta desindexación se procura "que bajen los servicios privados, que son el fantasma de los planes de estabilización. Estos servicios incluyen la cuota de los colegios, la medicina prepaga, los gastos de garage o de los servicios de computación, además de todos los ítems que se nos ocurra agregar"; pero, acotaba que "estos conceptos tienen un componente salarial del orden del 80 por ciento" (277), de manera que para que los precios bajen realmente, tendría que bajar el salario industrial, agregando más adelante que "el artículo 9 del proyecto produce una deflación forzada a través de una regla que no es común y que no respeta el mecanismo económico de cada contrato, lo cual producirá efectos confiscatorios, por ejemplo en seguros, alquileres, servicios públicos, sistemas de capitalización y ahorro, medicina prepaga, colegios, obras públicas, suministros, títulos públicos ajustables, tasas municipales y no sabemos cuántos rubros más. Si hubiéramos tenido oportunidad de consultar a juristas de primera línea, seguramente la lista sería interminable" (278). El diputado Martínez Raymonda ha sostenido que la amplia gama de situaciones comprendidas, que no son de naturaleza homogénea, sino muy disímil, aparejaba injusticias, ya que "no es lo mismo un contrato de alquiler que un contrato de seguros; no es lo mismo un contrato de medicina prepaga con una de las organizaciones de primer nivel que el caso de un sanatorio que cobra una cuota barrial como abono de los vecinos para prestarles atención médica" (279). Trataremos en particular algunas relaciones jurídicas que fueron motivo de especial preocupación, como los seguros, los alquileres, las cuotas del Banco Hipotecario Nacional, etc. 1.- Seguros. De conformidad a lo dispuesto por el artículo 9, las cuotas correspondientes a las primas de los seguros que se encuentran pendientes y que en virtud de las pólizas suscritas por las partes deben ser indexadas, sufrirán un reajuste y la correspondiente quita. El diputado Martínez Raymonda expresó su preocupación, por la repercusión 64 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar que la desindexación va a tener en este sector de la economía, de gran importancia cuantitativa, por estimar que atraviesa una grave crisis (280), que se agravará porque las quitas van a recaer sobre las primas que esas compañías perciben, pero no van a alcanzar al pago de los siniestros pendientes, porque esos contratos ya no están en curso de ejecución (281). Esta circunstancia, a su criterio, provoca una grave injusticia, que hace peligrar la situación del sector. 2.- Alquileres. Sin duda que uno de los principales objetivos del legislador con esta quita retroactiva era provocar una rebaja en los alquileres de inmuebles destinados a vivienda. Ya en el Senado de la Nación, luego de mencionar el miembro informante que el artículo 9 hace expresa referencia a los alquileres, pidió la palabra el senador Rubeo, quien manifestó enfáticamente que "por aplicación de ese artículo se elimina todo sistema indexatorio o de ajuste en el precio de los alquileres. Nos vamos a encontrar con una situación que repara absolutamente la cuestión desde el punto de vista de los inquilinos, porque vamos a impedir que el mecanismo perverso de la indexación, que se ha venido realizando mensual o bimensualmente sobre el costo de la locación, pueda violentar lo que se ha pactado voluntariamente al iniciar el contrato" (282). Sostuvo el mismo legislador que con la mecánica de desindexación aplicable, el propietario que en mayo de 1990 cobraba un alquiler de 100 dólares por mes, ahora cobrará 112 dólares, lo que significa concederle una renta genuina del 12 por ciento sobre el capital colocado en el mercado de la locación, es decir el uno por ciento mensual, que es superior al que habría obtenido si hubiese efectuado una inversión financiera en dólares, caso en el cual el porcentaje "nunca podría superar el 0,75" (283) y remató sus palabras diciendo que esta propuesta "no hace más que recoger el anhelo del sector de los propietarios, que solicitaban una renta del uno por ciento mensual", destacando que "es una renta absolutamente líquida, porque el inquilino tiene que hacerse cargo de los gastos, de las expensas, los servicios centrales, que implican el contrato de locación" (284). Estas opiniones fueron respaldadas por el presidente del bloque de senadores justicialistas, quien afirmó que el proyecto de ley "no afecta la libertad de los contratos", sino que "respeta absolutamente el precio de los contratos pactados libremente entre las partes", ya que "está brindando un mecanismo de cálculo para determinar la equivalencia entre las monedas, a partir de este nuevo sistema", e insistió en que "este mecanismo no afecta para nada los intereses de las partes, puesto que mantiene absolutamente la libertad de los contratos" (285). Parece indispensable acotar que resulta muy curiosa esta "libertad contractual", que obliga a todos a someterse al empleo de una moneda extranjera como módulo 65 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar de cálculo, aunque el sujeto desconfíe de la estabilidad de esa moneda, o prefiera optar por otros caminos, que no solamente se le prohiben, sino que, si los había elegido, se le obliga a dejarlos de lado! Tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados se alzaron duras críticas contra esta nueva intervención en el mercado de locaciones. El senador Laferriere, primero en una interrupción al miembro informante de la mayoría (286), y luego en su intervención central, se refirió a los alquileres, diciendo que es posible que se garantice a los propietarios el uno por ciento mensual en moneda fuerte, "pero se lo garantizamos porque nosotros queremos, y no porque él lo desee, ya que estamos disponiendo de una propiedad que les pertenece" (287), agregando que "si nosotros forzamos una conversión del precio del contrato sin dejar escapatoria, estamos incidiendo en un contrato en curso de ejecución y afectando, con nuestra decisión, el derecho de propiedad de una persona" (288), e insistió en los efectos nocivos que tiene la intervención del legislador en la vida de los contratos y "la posibilidad de que a partir de la vigencia de este proyecto de ley los dueños comiencen a incorporar un sobreprecio por el riesgo legal" (289). El diputado Baglini apuntó que las quitas en materia de alquileres presentaban como curiosidad que iban a ser muy variables, pues "en algunos casos el desagio sería del 40 por ciento", mientras que en otros, "si el contrato se realizó más cerca del 1º de abril no habrá desagio, sino que resultará más caro" (290); observación atinada, la práctica posterior demostró su acierto, pues las variaciones operadas en el valor del dólar a lo largo del período que contempla la ley pueden conducir a resultados muy disímiles según sea el momento en que comenzó la vigencia del contrato de locación, que es el que debe tomarse en cuenta para efectuar la reformulación del precio del alquiler. Una de las objeciones más serias fue la formulada por el diputado Tomasella Cima, quien no sólo afirmó que el artículo 9 es "injusto y contrario a normas constitucionales", sino que también "viola una ley que hace no más de ocho meses sancionó este Congreso y que también es de orden público", insistiendo: "Todos los sectores nos habíamos comprometido a que ésa sería la última vez que se iban a revisar los contratos en forma retroactiva. Ahora lo hacemos nuevamente y eso no nos parece ni razonable, ni necesario para el esquema financiero que se pretende alcanzar" (291). Finalmente, resulta indispensable destacar lo que dijo el diputado López de Zavalía, quien luego de recordar que "los créditos son propiedad, en el sentido constitucional" 66 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar del vocablo, agregó que "hay un problema particular derivado de una promesa específica del legislador que está contenida en el artículo 6 de la ley 21.342, que no ha sido derogado por la ley 23.091" (292), y leyó el mencionado texto que expresamente dice: "El Estado garantiza la libertad de contratación y el ejercicio regular de los derechos de los contratantes en las locaciones iniciadas o que se inicien a partir del 1º de enero de 1971. Las condiciones pactadas entre locadores y locatarios no serán alterados por el Poder Público ni éste aplicará medidas en relación con las locaciones urbanas que deban ser cumplidas a expensas de una sola de las partes". Entendió finalmente que, en este caso, los escrúpulos constitucionales no pueden salvarse ni siquiera con la invocación de que media un cambio de moneda, cuyo carácter general incide sobre la vida de todos los contratos, como una consecuencia indirecta de leyes económicas, porque si comparamos los artículos 9 y 10 de la ley veremos que "cuando se trata de créditos de particulares entra a jugar como límite la variación del dólar estadounidense; pero cuando se trata de impuestos o de créditos del fisco ya no funciona esta relación con el dólar, lo que significa que no estamos realmente frente a un texto que pueda fundarse constitucionalmente en la variación de una moneda" (293), que afectaría por igual a todas las obligaciones. No podemos concluir sin acotar que quien lee y analiza las distintas exposiciones que se efectuaron con relación a las locaciones, queda con la impresión de que la poco afortunada intervención en la vida de numerosos contratos tuvo en mira principalmente conceder una rebaja en los alquileres. 3.- ¿Créditos del Banco Hipotecario?. El interés de beneficiar con la quita a quienes son deudores de sumas de dinero en razón de la ocupación de una vivienda se reflejó en el debate en el Senado. Durante la exposición en general del miembro informante, el senador Velázquez solicitó una interrupción y preguntó de qué manera "se piensa desindexar los montos relacionados con los préstamos del Banco Hipotecario Nacional que en muchos casos fueron indexados en forma deliberada en un ciento por ciento o en un 200 por ciento, según las circunstancias", por estimar que "resulta indispensable llevar tranquilidad a un vasto sector de nuestra comunidad que está atento a la forma en que va a operar esta ley en la materia indicada" (294). El senador Romero encontró "muy atinada la observación" y sostuvo que la ley no excluye las obligaciones que debe cumplir el Banco Hipotecario, ya que ninguna norma 67 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar señala "que dicha institución bancaria no deba efectuar ese mecanismo de reducción" (295). A estas expresiones se sumó el senador Rubeo, diciendo que las comisiones de Vivienda y Economía tienen a estudio un proyecto de ley que "apunta a elaborar un mecanismo que implique solucionar las tremendas dificultades por que atraviesan los que han recibido créditos del Banco Hipotecario Nacional (296) y el senador Rodríguez Saa dijo que compartía la preocupación del senador Velázquez "pues es sumamente justa", expresando textualmente, a continuación: "Entiendo que la relación de los propietarios y titulares de créditos con el Banco Hipotecario es atípica, yo diría anómala, con algunas irregularidades, especialmente en los precios que tienen actualmente las viviendas y en las cuotas que se están pagando. Es decir, algunos valores están sobrevaluados y otros están subvaluados. En tal sentido, este proyecto de ley no agrega ni quita nada. No empeora la situación, ni tampoco la mejora" (297). Creemos que toda esta discusión se limita a poner de relieve la existencia de un problema respecto a las cuotas que se pagan por créditos concedidos por el Banco Hipotecario Nacional, pero se incurre en un malentendido. Esas obligaciones dinerarias no están sujetas a quita o desindexación, pues provienen de un mutuo y, como lo veremos luego, las deudas originadas en mutuos dinerarios están excluídas de la quita. 4.- Contratos de obra pública y de suministro. Con relación a los contratos de obras públicas, cuya actualización suele estar prevista "por fórmulas polinómicas que incluyen el valor de la mano de obra, los insumos e impuestos", el senador Laferriere advirtió que los costos de los celebrados en el mes de mayo de 1990, se encuentran "en este momento en un determinado nivel que ha ido acompañando el índice de precios", y acotó: "Si nosotros le ponemos como precio este desagio dolarizado, podemos encontrarnos con varias empresas de obras públicas que tienen un costo real muy superior -hasta un 30 ó 40 por ciento- al precio que la aplicación de este índice forzado puede darle a ese tipo de contratos de obra pública, lo que puede llevar a la quiebra o a la paralización de las obras públicas en ejecución". Para solucionar estos problemas proponía que se fijara un plazo de sesenta días a fin de que el empresario de obras públicas, si se hubiese roto el equilibrio entre las 68 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar prestaciones, pudiese desistir del contrato, o sea rescindirlo, "sin que exista culpa en ninguna de las partes" (298). En la Cámara de Diputados se hizo referencia a contratos de suministro, ejemplificando con el caso de "un proveedor de pan de un hospital de Cañuelas", o con el proveedor "de fideos del programa alimentario de la provincia de Buenos Aires", que se han comprometido a entregar la mercadería ajustándola "por la variación del precio de la harina" y deberán entregarla "a partir del 1º de abril a un precio un 27 por ciento menor al que lo venían haciendo", que "no cubrirá los costos"; "esto significa que nos estamos metiendo en un terreno donde habrá paralización de obras y de entregas, pleitos, incumplimientos: en fin, situaciones que darán lugar a un semillero de conflictos" (299). 5.- Otras hipótesis. Pasaremos rápidamente revista a otras hipótesis que fueron mencionadas, sea para señalar que la aplicación de la quita conduce a resultados injustos, sea para propiciar que se las considerara incluídas en el mecanismo desindexatorio. Se habló, así, de las dudas que generará la expresión empleada por la ley, al referirse a la fecha de nacimiento de las obligaciones como punto inicial para efectuar la comparación, "porque hay contratos que se renuevan", como sucede con "los aranceles que se pagan en colegios y universidades, donde un alumno ingresa en primer año y luego de cinco años permanece en el mismo establecimiento" (300), expresando que para el cálculo de la quita no hay que referirse al momento en que el alumno ingresó al establecimiento, sino "al comienzo del último contrato" (301). Por otra parte, ¿qué sucederá si el arancel para los estudios universitarios, ha estado fijado siempre en dólares, y en años anteriores se cobraban 80 dólares, pero desde comienzos de este año se estipularon 200? ¿Se va a mantener? ¿Se lo debe pasar a australes y desindexarlo? Estos interrogantes se los planteaba el diputado Gentile (302), que afirmó: "Creo que merecemos una explicación -la sociedad también la merece- para aplicar correctamente este artículo". El diputado Aramouni sostuvo la necesidad de que las tarifas de los servicios públicos se sometieran a desindexación (303), e hizo especial referencia al caso de los servicios telefónicos, sosteniendo que "desde el momento en que las dos nuevas empresas adjudicatarias de ENTEL se hicieron cargo del servicio, elevaron el valor del pulso en forma considerable, por encima del nivel de precios al consumidor nivel general" (304). De manera coincidente el diputado Martínez Raymonda afirmó que, en su concepto, "los servicios telefónicos sí tendrán que ajustarse de acuerdo con el mecanismo de la ley" (305), agregando que también lo habían entendido así algunos de los funcionarios 69 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar presentes en la reunión de Comisión. Aclaró, en cambio, que esos mismos funcionarios, al ser interrogados sobre la luz y el gas, que son servicios de prestación continua, respondieron que no quedaban comprendidos en el mecanismo de quita del artículo 9, porque "no son contratos, sino reglamentaciones, puesto que el servicio lo presta el Estado" (306). Acotó, entonces, que "costará hacerle entender esto al ama de casa, a quien le aplican una variable porque el monto de las tarifas está atrasado. Esto provocará un gran malestar social" (307). En la discusión en particular se apuntó, con acierto, que las tarifas telefónicas o eléctricas son el fruto de "contratos de adhesión", por lo que deberían estar sometidas al régimen del artículo 9 (308). Con respecto a los planes de ahorro previo se planteó el interrogante de qué pasaría con sus cuotas: "¿Serán ajustadas de acuerdo lo que establece el proyecto de ley, o serán indexadas? Esto es grave, porque en esas cuotas se establece un tipo de indexación que probablemente ocasione que se las considere fijas y no indexadas" (309), en razón de que la cuota surge de un porcentaje del valor del bien que se piensa adquirir por medio del plan de ahorro. Como el valor de esos bienes se iba indexando: "¿Quién podrá entender que la cuota que pagan mensualmente quienes están inscriptos en un sistema de ahorro previo no está indexada?" (310). Finalmente el diputado Aramouni recordó que los círculos de ahorro no se limitaban a automotores o electrodomésticos, "sino que también se involucra a la vivienda", y se preguntaba qué ocurrirá en ese rubro, y también: "¿qué sucederá con los planes de vivienda de los gobiernos provinciales, con los círculos privados, las cooperativas de vivienda y las mutuales? ¿Cómo se interpretarán la indexación y la desindexación?" (311). Para terminar con este punto nos limitamos a observar que las inquietudes de los legisladores han puesto de manifiesto lo amplio y variado que es el campo de las obligaciones afectadas por la quita, lo difícil que resulta delimitarlo, lo contradictorio de la exclusión de las tarifas de servicios prestados por el Estado, como así también lo injusto que resulta en la mayoría de los casos esa quita, razón por la cual hubiera sido preferible, a nuestro criterio, que el legislador se abstuviese de intervenir retroactivamente en las relaciones contractuales. d) Obligaciones excluídas. La exigencia de que haya "obligaciones pendientes de cumplimiento por ambas partes", excluye automáticamente todas las deudas que tengan su origen en contratos unilaterales, como el mutuo (313), y también aquellas nacidas de contratos bilaterales, pero en los cuáles una de las partes ha cumplido ya la prestación a su cargo. Se ha expresado también, de manera reiterada, que los salarios están excluídos 70 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar de la quita desindexatoria, porque el artículo 9 "se refiere únicamente a precio, cuota o alquiler" (314). El senador Romero, al discutirse en particular el artículo 9, ejemplificó las obligaciones excluídas de la quita, mencionando a los "deudores que no hubieran pagado en término sus obligaciones de la seguridad social"; a la indemnización de daños no contractuales, entre los cuáles se comprenden tanto las hipótesis de delitos, como las de accidentes; y también quedan excluídas de la quita las multas (315). En el punto anterior hemos visto que varios legisladores entendían que las tarifas de gas, energía eléctrica, obras sanitarias y otros servicios debían estar sometidas a la quita desindexatoria, pero que la interpretación del Poder Ejecutivo y sus funcionarios es que se encuentran eximidas. Refiriéndose al punto el diputado Ibarbia expresó que "hoy nos hemos enterado en la Comisión de Finanzas que el gobierno no entiende que los servicios de gas, energía eléctrica, obras sanitarias y los impuestos entren dentro de esta cláusula del artículo 9", lo que resulta lamentable, porque "se quiere poner un corsé al sector privado, pero el gobierno de ningún modo piensa limitarse por este tipo de posiciones" (316), y Jesús Rodríguez afirmó que el gobierno debería manejarse de manera coherente y hacer extensivo a los servicios el planteo que efectúa para los alquileres (317). En lo que se refiere a los alimentos el diputado Baglini, de manera dubitativa, manifestó que su posible inclusión en la quita engendraría cuestiones judiciales (318). En realidad en las cuotas alimentarias no hay obligaciones pendientes para ambas partes, por lo cual no se encuentran comprendidas en el artículo 9, y ello posiblemente es lo que tenía en mente el diputado Durañona y Vedia cuando, aludiendo a Baglini, expresó "que el ejemplo de la cuota alimentaria que él presentó no se ajusta al texto del proyecto" (319). Nos ocuparemos a continuación de las reformas introducidas a varios artículos del Código civil, dejando el análisis del artículo 10 de la ley para el capítulo que dedicamos a las cuestiones de derecho transitorio. IX.- Las reformas al Código civil. Al encarar el estudio de este Capítulo advertimos de inmediato una gran disparidad en los debates de ambas Cámaras, tanto en la extensión como en la profundidad de tratamiento de los temas. Estimamos que en ello han influído principalmente dos factores: la escasez de tiempo, que impidió a los senadores indagar con detenimiento sobre el alcance de las 71 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar modificaciones que se introducían al Código civil, mientras que los diputados pudieron dedicar al tema algunos días más; súmese a ello la notable participación en la Cámara Baja de uno de los más destacados civilistas argentinos contemporáneos que, pese a la innegable valla que significó la escasez de tiempo, tanto para el estudio como para la exposición del tema, aportó su versación para señalar con agudeza algunos de los problemas que generan estas reformas. a) La subsistencia en el Código civil de obligaciones de valor. Hemos visto ya en un apartado anterior que el nominalismo y la prohibición de indexar están consagrados de manera expresa para las obligaciones de "dar una suma determinada de australes", de donde puede inferirse que las obligaciones de valor no se ven afectadas por las previsiones del artículo 7 de la ley. Remitimos, pues, a lo allí dicho (320). b) Dinero sin curso legal. Algunos economistas, luego de señalar que la principal función del dinero es la de servir como medio de pago (321), terminan identificándolo con cualquier cosa o mercadería que cumpla esa función, siempre que haya conformidad entre los integrantes de la sociedad en aceptarlo como tal (322). Este concepto, puramente económico, difiere generalmente del concepto jurídico del dinero, que solamente reconoce como tal, dentro de un Estado, al que es aceptado por sus leyes como medio de pago, es decir al que goza de "curso legal" (323). En cambio, los otros bienes o mercaderías que se utilizan como "medio de cambios" o "de pago", pero sin tener "curso legal", no suelen ser aceptados jurídicamente como "dinero", aunque cumplan esa función en los usos económicos (324). La nueva redacción que se ha dado al artículo 617 del Código civil, al par que reconoce la función económica de "dinero" que cumplen ciertas "monedas", predica de ellas que "no tienen curso legal", pero prevé que las obligaciones que tengan por objeto esas monedas serán consideradas "como de dar sumas de dinero". Destacamos el empleo del vocablo "monedas", porque la norma no ha extendido el concepto de "dinero" a cualquier bien o mercadería que cumpla las funciones económicas propias del "dinero", sino solamente a "monedas" que "no tienen curso legal" en el país, es decir a monedas extranjeras. Se trata, pues, de la aceptación legal de una realidad económica y la admisión de que esas monedas puedan servir como dinero, aunque limitando esta función a los casos en 72 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar que la voluntad de las partes así lo haya dispuesto. Dentro de esta línea de pensamiento, el miembro informante de la mayoría en el Senado sostuvo que "se incorpora a nuestro ordenamiento legal la posibilidad de pagar deudas contraídas en moneda extranjera entregando la misma especie, lo que hasta ahora estaba impedido por los artículos 617 y 619 del Código civil", y agregó a continuación que de esta forma "estamos sincerando una costumbre ya incorporada" (325) pues, a pesar de la prohibición legal solían cancelarse las obligaciones entregando moneda extranjera. Entendía el senador Romero que "a partir de las modificaciones apuntadas se permiten en nuestro país las hipotecas y prendas en dólares" (326), mientras que se eliminan los sistemas de actualización monetaria o de indexación. Algún senador radical, como Trilla, habló de que se adoptaba un "bimonetarismo" (327); Laferriere sostuvo que la modificación del artículo 617 del Código civil le provocaba recelos, porque creía que "puede dar lugar a un sembradero de pleitos" (328) y expresó también sus dudas sobre lo que debe entenderse por "moneda", preguntando: "¿Es moneda un Krugerrand? ¿Es moneda un mejicano oro? ¿Es moneda un derecho especial de giro? Hay monedas que son internacionales, otras que son entre estados; algunas tienen un poder resolutorio ... ", estimando que la proyectada modificación del Código civil necesitaba un estudio más serio, con el asesoramiento de juristas que le explicaran sus alcances y lo sacaran de la duda (329). Ya en esta oportunidad el senador justicialista Rodríguez Saa ensayó una explicación basada en la distinción entre "curso legal y curso posible" (330). El senador Brasesco destacó que ahora pueden celebrarse contratos y realizarse operaciones en moneda extranjera, pero que "en nuestro mundo común y corriente estamos hablando del dólar, aunque sea posible que en otras especulaciones comerciales se utilicen marcos o yenes" (331). Más adelante el senador Grosso manifestó que, al establecer el artículo 617 que "las obligaciones estipuladas en monedas que no tienen curso legal en el país serán tratadas como obligaciones de dar sumas de dinero, en lugar de obligaciones de dar cantidades de cosas, de una manera elíptica se está dando curso legal a las monedas extranjeras, y en especial al dólar, que es prácticamente la que solemos emplear en nuestros contratos" (332), pero el presidente del bloque justicialista respondió que la moneda argentina continuaba siendo el austral, y lo único que se hacía era establecer el "curso posible" de las monedas extranjeras (333), e insistió: "Para que una moneda tenga curso legal, tiene que ser creada por una ley: se le 73 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar pone una denominación, se fijan sus equivalencias, se emite, etcétera. La moneda extranjera se llama "moneda extranjera". Como ahora se entenderá que se trata de deudas de sumas de dinero -no como antes, que se consideraban como deudas de cosas- se pagará en una moneda, como sucede en todos los países del mundo. Pero no es curso legal, porque no hemos legalizado el dólar, ni lo hemos creado. Es curso posible, si los particulares convienen en utilizar esa moneda para sus transacciones" (334). En la Cámara de Diputados el informante de la mayoría también insistió que con este sistema no se adoptaba una moneda extranjera (335), sin dar mayores explicaciones sobre el alcance de los cambios introducidos en los artículos 617 y 619, punto al que se refirió con más detenimiento el diputado demócrata progresista Martínez Raymonda, quien dijo: "Pareciera que se crea una moneda nueva de curso legal, pero no es así. Esto es importante afirmarlo como concepto de nuestra propia concepción de país soberano. Nuestra moneda de curso legal es el austral. El dólar es una moneda alternativa que voluntariamente las partes pueden pactar". Y a continuación agregó: "Al reformarse los artículos 617 y 619 del Código civil se podrán efectuar los pagos en la misma moneda en que se concertaron, pero esta exigibilidad no será viable si la voluntad de las partes no la acordaron de ese modo. Vale decir que la moneda de curso legal es el austral; y la otra es una moneda que puede ser pactada por las partes en sus estipulaciones y tendrá efecto cancelatorio como si fuera dinero corriente, pero no es una moneda de curso legal obligatorio en la república. Este primer concepto es importante destacarlo para evitar que haya malas interpretaciones de aquellos que piensan que estamos abjurando del reconocimiento de nuestra propia moneda" (336) Más adelante expresó que, en su opinión, con estas medidas se podía aumentar y movilizar la capacidad crediticia del sistema financiero argentino, ya que si bien no se daba a la divisa norteamericana el carácter de moneda de curso forzoso, al aceptarla como "moneda adicional o voluntariamente pactada entre partes", "podrán aparecer créditos hipotecarios o prendarios que permitirán pasar del cortísimo plazo a la inversión y puesta en marcha del aparato productivo argentino" (337). En el transcurso del debate numerosos diputados expresaron su opinión de que esta aceptación de las monedas extranjeras significaba una dolarización de la economía, 74 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar mientras que quienes defendían la ley sostuvieron que no debía confundirse "convertibilidad" con "dolarización", que son conceptos distintos. Al tratarse en particular el artículo 11 de la ley hizo uso de la palabra López de Zavalía, quien efectuó un profundo análisis del problema. Señaló que "el primero de los artículos del Código civil que se intenta modificar es el 617", y luego de recordar el texto originario, que a las obligaciones en monedas que carecen de curso legal les daba el tratamiento correspondiente a las obligaciones de "dar cantidades de cosas", advirtió que ahora se sustituye por "el régimen de las obligaciones dinerarias", y sostuvo: "La modificación que se propone es excesiva, declamatoria e injusta. Lamentablemente, para demostrar que es excesiva tengo que referirme a la historia de la disputa que existe dentro de la familia civilista. En el derecho civil se distingue entre los derechos personales creditorios y los derechos reales. Para los derechos personales jamás ha habido una disposición dentro del Código civil que prohiba la contratación en moneda extranjera. Acá se plantea otro problema. Dentro de los derechos reales el artículo 3108 del Código civil define el derecho de hipoteca en garantía de obligaciones de dinero, pero ocurre que ese tipo de hipotecas no puede existir cuando se trata de obligaciones de dar moneda extranjera. Es decir que, en vez de modificar el artículo 3108 se ha modificado el artículo 617 del Código civil" (338). Expresó luego que la modificación introducida es excesiva, ya que "por más que se les dé el mismo rótulo nunca tendrán el mismo carácter las obligaciones en moneda extranjera y las establecidas en moneda de curso legal. No es embotellando un vino malo con un rótulo bueno como se va a cambiar su sabor" (339). Estimó, además, que en virtud de la subsistencia de las prohibiciones contenidas en la ley 23.091, no se iban a poder contratar locaciones en moneda extranjera, y que para solucionar el problema de las llamadas "hipotecas en dólar", hubiera sido suficiente adecuar el artículo 3108 (340). Concluyó afirmando que "el texto es declamatorio porque tal como está ubicado en el Código civil no va a modificar el resto de las normas que no se encuentran contenidas en ese cuerpo legal. Entonces, por más que se lo declare dinero, habrá un régimen distinto en el procedimiento concursal, porque el artículo 131 de la ley de quiebras distingue claramente las obligaciones dinerarias, de dar cosas o de entregar moneda extranjera", y habrá también un régimen diferente "para los aportes societarios (artículos 51, 53 y 187 de la ley que regula la materia), así como se establece un régimen especial en el artículo 44 de la ley 75 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar cambiaria" (341). Señalamos de paso que el senador Brasesco había apuntado el conflicto que puede producirse con la ley 21.037, relativa a mutuos en moneda extranjera, aspecto sobre el que volveremos al tratar de la derogación genérica (342). c) El cumplimiento de las obligaciones dinerarias. La modificación introducida al artículo 619 del Código civil es casi un corolario del nuevo texto del artículo 617, pues pretende reforzar la idea de que "el pago debe hacerse en la especie pactada", y no en otra, de forma sustitutiva. Es sabido que el viejo artículo 619 era interpretado por la mayoría de la doctrina como una autorización para entregar moneda de "curso legal", en lugar de la moneda extranjera convenida, aunque literalmente expresara otra cosa. La supresión del párrafo que admitía "dar otra especie de moneda nacional al cambio", indica claramente que la voluntad del legislador ha sido establecer la exigencia de que se cumpla con la especie designada, y no con otra. Poco se dijo sobre este problema en el Congreso, pues las palabras del informante del proyecto en el Senado no son categóricas, ya que se limita a expresar que "se incorpora a nuestro ordenamiento legal la posibilidad de pagar deudas contraídas en moneda extranjera entregando la misma especie" (343). Más preciso fue el senador Grosso, cuando manifestó que los propósitos que inspiraron al legislador cuando modificó el artículo 617, se completan "con la modificación que se introduce en el artículo 619, en cuanto obliga a entregar la especie designada, de manera tal que si se han pactado dólares, aunque no tienen curso legal, por el artículo 617 estaremos frente a una obligación de dar sumas de dinero, y por el artículo 619 tendremos que entregar dólares..." (344). En la Cámara de Diputados López de Zavalía, apremiado por el tiempo, fue muy conciso en su crítica al artículo 619, centrándola sobre todo en el hecho de que el párrafo suprimido, que permitía sustituir una especie de moneda nacional por otra, podría seguir prestando utilidad puesto que todavía tenemos dos monedas, ya que "conservamos la moneda oro de la ley 1130, que figura en algunas normas y en especial en el Código Aeronáutico" (345). d) Anatocismo. Circular 1050. 76 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar El Código civil se había enrolado en una vieja línea doctrinaria que prohibe los pactos anticipados de capitalización de intereses por estimar que suelen conducir, con demasiada frecuencia, a aprovechamientos usurarios. Sin embargo en épocas recientes se marcó la tendencia en algún sector de nuestra doctrina jurídica de admitir el anatocismo, tendencia que plasmó en la reforma al artículo 623, propuesta en el Proyecto de Unificación de la legislación civil y comercial (346). Debe advertirse, sin embargo, que ese proyecto morigeraba los posibles excesos provenientes del anatocismo con la previsión contenida en el artículo 624 que, en protección de las personas físicas, facultaba a los jueces a reducir los intereses cuando su monto resultaba abusivo (347). El informante de la mayoría en el Senado justificó de manera muy escueta la modificación introducida al artículo 623 del Código civil, expresando que, a través de él: " ... se permite la capitalización de intereses, de modo que cuando se devenguen se sumen al capital, produciendo nuevos intereses si así las partes lo convienen" (348). En cambio fueron muy duros los reproches que se dirigieron a esta modificación del Código civil por varios diputados, entre los cuáles merece muy especialmente destacarse la opinión de López de Zavalía, por su prestigio y profundo conocimiento del derecho. Dijo el diputado tucumano, ya al finalizar la sesión, cuando se discutía en particular el artículo 11 de la ley (349): " ... en épocas en que la República tenía en alto su honor y reinaba la honestidad, el artículo 623 del Código civil era aplaudido por toda la doctrina. Incluso Colmo calificó de inmoral el anatocismo fuera de esta prohibición relativa que establece el Código civil. Yo quisiera saber de dónde han sacado este texto. Por la sorpresa y el apuro de este procedimiento no he tenido mucho tiempo de estudiar el asunto, pero debo advertir que la vieja regla del artículo 1154 del Código de Napoleón subsiste, y que en este siglo el Código civil alemán de 1900 prohibe el anatocismo en su artículo 248, del mismo modo que el Código suizo de las Obligaciones de 1911, artículo 314; el Código del Líbano de 1932, artículo 786; el Código italiano de 1942, en su artículo 1283; el Código portugués de 1966 en el artículo 560 y, recientemente, el Código de Perú de 1984, en el artículo 1249. ... El texto que ahora se propone es mucho más grave que el que sancionara la 77 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Cámara al considerar el proyecto de unificación civil y comercial que, por lo menos tenía una excusa porque unía ambas legislaciones y adoptaba una regla que podía parecer cómoda para el derecho comercial que también se imponía al derecho civil como consecuencia de la unificación que se producía. Pero en el texto que ahora estamos considerando ocurre exactamente lo contrario porque se modifica la legislación civil admitiendo el anatocismo mientras que en el derecho comercial subsisten normas que lo limitan al caso de las cuentas corrientes". Momentos después el diputado Seguí, como hemos visto anteriormente, agregaba: " ... se vuelve a sancionar la indexación que se ha pretendido erradicar definitivamente, porque los futuros contratos en dólares o en australes contendrán una cláusula que permitirá la capitalización diaria de los intereses, lo que producirá un efecto más grave aún que el de la indexación" (350). También criticaron la modificación introducida al artículo 623 los diputados Martínez Raymonda y Aramouni, señalando el primero de ellos que debería ponerse un límite de tres o seis meses a los períodos de capitalización (351), y afirmando el segundo que su nueva redacción legitima "la usura de la usura" (352). No olvidemos que ya el senador Aguirre Lanari, al destacar que se pretendía reemplazar la actualización por la capitalización de intereses, había expresado su temor de que fuese peor el remedio que la enfermedad (353), y ello se debe a que varios legisladores advertían que el mecanismo incluído en el último párrafo del artículo 623 hacía revivir la tristemente célebre circular 1050 (354), que distorsionaba el valor de los créditos de manera mucho más grave que cualquier índice de actualización (355). En varias oportunidades (conferencias, mesas redondas, notas jurisprudenciales, artículos doctrinarios y libros) hemos hecho hincapié en que los índices basados en la circular 1050 se limitaban a suministrar la evolución del llamado "costo del dinero", y no son aptos para estabilizar los valores de una deuda, ya que sufren fluctuaciones que llevan casi ineludiblemente a la deformación de los valores. El "interés de plaza" a que hace alusión el último párrafo del nuevo texto del artículo 623 sigue incluyendo un porcentaje destinado a recomponer el capital que se deteriora por la inflación, que aún no se ha detenido, a lo que se suman varios rubros: a) los costos operativos del banco; b) el seguro de riesgo y... por último el verdadero "costo del dinero". Si 78 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar todo esto se capitaliza reiteradamente, en períodos breves, los resultados pueden ser más graves para el deudor que cualquier índice de actualización! (356). El problema lo advirtió con claridad el diputado Baglini, que dijo: "Falta hacer una última acotación. Dentro de este capítulo se advierte una vuelta a la era de Martínez de Hoz, porque es absurdo pretender eliminar los mecanismos de indexación para el futuro y que se deje la posibilidad de capitalizar intereses por medio de una redacción del artículo sobre anatocismo que realmente podría haber sido mucho mejor si se hubiera tomado en cuenta el proyecto de unificación en materia civil y comercial que se encuentra en revisión en el Senado. Pero lo importante es que renace ahora la circular 1050, otro legado de la época de Martínez de Hoz y ahora de la era Cavallo, porque se va a calcular una tasa de interés con efecto acumulativo diario y el efecto de repotenciación de esa tasa de interés significa el resurgimiento del anatocismo; en consecuencia, el del mecanismo de la circular BCRA 1050" (357). Pero, al margen de la opinión que nos merezca, el hecho real es que la ley de convertibilidad pretende reemplazar las cláusulas de actualización por los "intereses de plaza", con la posibilidad de capitalizarlos estipulada anticipadamente en pactos, y no se fija limitación alguna a la periodicidad de capitalización. X.- Las sentencias y la ley de convertibilidad. Un aspecto que ha creado seria preocupación a los juristas y que, sin duda, ha de provocar graves conflictos en la práctica, es el avance que realiza la ley sobre la "cosa juzgada", disponiendo la modificación de sentencias en las que se había mandado pagar una suma actualizable hasta el momento del efectivo cumplimiento. El miembro informante de la mayoría, senador Romero, trató de justificar la medida en el cambio operado en la moneda al haberse dispuesto la "convertibilidad" del austral. Dijo entonces: "En cuanto al artículo 8, si bien existió la preocupación de que la ley avanzaba sobre el principio de la intangibilidad de la cosa juzgada -esto es un reclamo que muchos senadores nos hicieron llegar-, debemos decir que no existe tal avance. Lo que ocurre es que las sentencias judiciales se han pronunciado con arreglo a una moneda, y es menester regular lo que acontece cuando dicha moneda cambia" (358). 79 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Procuró ilustrar esta afirmación con un ejemplo tomado de Nussbaum, al tratar de las disposiciones transitorias o normas de reducción que suelen incluirse en las leyes que disponen un cambio monetario, aunque el ejemplo elegido no parece muy feliz, pues se refiere a una hipótesis en que sólo se cambiaba la denominación de la moneda, en razón del fraccionamiento del viejo imperio austro húngaro, pero no se alteraba el valor, y la conversión se hacía a la par (359), razón por la cuál no se habían previsto normas suplementarias, ni había quitas de ninguna naturaleza. Remataba entonces su exposición afirmando "que el artículo 8 tiende a regular la conversión de las deudas antiguas declaradas judicialmente, en la nueva moneda creada por este proyecto de ley" (360). En realidad en este caso el viejo austral y el austral "convertible" se han cotizado a la par en el momento del cambio, razón por la cual carecen de sustento tanto la "reconversión" de las deudas que dispone el artículo 9, como el intento de modificar por ley las sentencias judiciales. Sin embargo el dispositivo ha encontrado apoyo en algún legislador opositor de reconocida seriedad, como el diputado Martínez Raymonda que, incluso, proponía la modificación de la norma para darle mayor fuerza imperativa, sosteniendo, en coincidencia con el pensamiento del Poder Ejecutivo: " ... hemos querido ampliar para clarificar su contenido. En el caso de juicios en trámite, pendientes de sentencia, ésta determinará -si correspondierela repotenciación debida hasta el 1º de abril, pero no se devengarán nuevos ajustes por tales conceptos a partir de dicha fecha" (361). La idea fue recogida por el informante de la mayoría, diputado Lamberto, que sin aceptar modificar la ley, hizo sin embargo la siguiente aclaración cuando se trató en particular el mencionado artículo 8: " ... al igual que en el artículo 5, la comisión deja establecido como interpretación del espíritu del artículo en consideración que él comprende las situaciones judiciales con sentencia firme o no y los juicios en trámite pendientes de sentencia. En todos los casos de actualización monetaria, cuando correspondiere, se aplicará exclusivamente hasta el 1º de abril de 1991" (362). Nosotros, en cambio, consideramos muy justificadas las observaciones del 80 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar senador radical Edgardo Grosso, quien sostuvo: " ... reviste también suma gravedad lo previsto en el artículo 8 del proyecto, por cuanto pretende afectar los mecanismos de actualización establecidos por sentencias judiciales, disponiendo que no se devenguen nuevos ajustes a partir del 1º de abril próximo. No obstante, durante el presente debate he escuchado que se trata de una adecuación a la nueva moneda. El proyecto, a mi criterio, atenta directamente contra el valor de la cosa juzgada y pretende modificar por ley sentencias judiciales. Pocas veces, a través de una ley, se ha pretendido instrumentar dispositivos tan claramente violatorios de nuestro sistema y ordenamiento institucionales. Estimamos que el Poder Judicial, que mantiene independencia frente a los otros poderes del Estado, difícilmente va a aceptar la validez de una cláusula de este tipo, si llegamos a cometer el error de aprobarla. Los jueces, que tienen en sus manos el control de constitucionalidad de las leyes, sin duda declararán la inconstitucionalidad de un precepto de este tipo" (363). También coincidió en afirmar que el artículo 8 es claramente violatorio de preceptos constitucionales el diputado Gentile, quien dijo de manera terminante: "Entendemos que de acuerdo con el artículo 95 de la Constitución Nacional el Poder Ejecutivo no puede invadir la competencia del Poder Judicial. Al Poder Legislativo también le cabe la misma prohibición en razón de que sus atribuciones están perfectamente establecidas en el artículo 67 y no puede inmiscuirse en lo establecido en el artículo 100 de la Constitución, donde se fija la competencia del Poder Judicial" (364). Realizó también interesantes reflexiones sobre los problemas que iba a engendrar esta modificación parcial de las sentencias, que pretende suprimir las cláusulas de actualización y no tiene en cuenta para nada el hecho de que en esas sentencias los jueces fijan un interés "puro", que resulta muy inferior al que el propio Ministerio de Economía prevé para el futuro mercado financiero de australes "convertibles" (365). Estimó Gentile, con acierto, que no se justifica, ni siquiera por razones de emergencia, que se pretenda por una ley modificar una parte de la sentencia, alterando de esta 81 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar forma la sustancia misma del fallo; con el agravante de que, "en caso de acatar esta ley inconstitucional" (366), los magistrados, que desde el momento en que resolvieron el litigio han perdido jurisdicción, no podrán en manera alguna revisar la sentencia, para corregir la tasa de intereses (367). En verdad, desde el punto de vista de los grandes números, pareciera innecesario para el éxito del plan el hacer mención alguna a los pleitos con sentencias firmes que fijan cláusulas de actualización, pues aunque se aceptase la tesis de que la "indexación" repotencia en alguna medida la inflación, hubiese sido suficiente que la norma se redujese a limitar la posibilidad de incluir tales cláusulas en las sentencias que se dicten en el futuro, salvo que estuviese en juego otro interés no mencionado de manera expresa en el proyecto, como real justificativo de este avance sobre la cosa juzgada. Algunas palabras del diputado Gentile hacen suponer que efectivamente ese interés ha existido, por parte del Estado (368), para en alguna medida licuar las deudas que surgen de demandas en las que ya ha sido condenado y respecto a las cuáles, al suspender la actualización y demorar el pago, el proceso inflacionario que no se ha detenido operará una verdadera XI.- Cuestiones de derecho transitorio. a) Efecto inmediato (artículo 10). Un autor nacional, que se ocupó en una excelente tesis doctoral de estudiar los problemas del cambio de legislación sobre las relaciones nacidas de los contratos (369), decía con mucha precisión que "la nueva disposición legal se aplica, en principio, desde su promulgación, a todos los efectos que resulten en el en el futuro de situaciones jurídicas nacidas o por nacer" (370). Vemos así que el artículo 10 de la ley 23.928 está orientado a regular hacia el futuro, es decir a partir del momento en que entró en vigencia el mencionado cuerpo legal, tanto la constitución de nuevas relaciones jurídicas, como los efectos de las relaciones jurídicas ya existentes. 1.- Constitución de nuevas relaciones jurídicas. Para lograr el primer objetivo deroga "todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios". 82 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Quizás la redacción elegida no haya sido la más feliz, dentro de nuestro régimen federal, pues ya hemos visto con anterioridad que el diputado Gentile objetó la amplitud del dispositivo porque el Congreso de la Nación carece de facultades para derogar leyes provinciales u ordenanzas municipales (371). Pero, en realidad, lo que sucede es que el Congreso, en uso de sus atribuciones, consagra el nominalismo, y prohibe las cláusulas de actualización, tema que nadie puede discutir es atribución propia del Poder Legislativo de la Nación y, desde el momento en que la norma entra en vigencia, el "efecto inmediato" de la ley nueva, alcanza inexorablemente a todas las relaciones y situaciones jurídicas que pretendan constituirse o modificarse con posterioridad, no pudiendo esgrimirse en su contra ningún dispositivo legal de carácter provincial, que resolviese en sentido contrario, pues el orden jerárquico de las normas da primacía a la ley nacional, dentro de las materias sobre las que tiene competencia. Esto nos obliga a detenernos brevemente sobre el llamado "efecto inmediato", que es uno de los pilares que sustentan el "derecho transitorio", es decir el cambio de sistema legal. El efecto inmediato no se contradice con el principio de la "irretroactividad" de la ley, sino que lo complementa, ya que se limita a disponer la aplicación de las nuevas normas para el futuro, y con posterioridad a su vigencia (372). A primera vista, como dice Roubier, parece muy simple diferenciar el efecto retroactivo de una ley, de sus efectos inmediatos, ya que el primero sería su aplicación a "hechos pasados" y el segundo a los "hechos presentes" o "futuros" (373). Si todo se redujera a esto, si los casos a resolver se limitaran a situaciones que se agotaron en el pasado, y situaciones que van a nacer en el futuro, la transición de un régimen legal a otro no suscitaría dificultades, pero ocurre que hay situaciones o relaciones jurídicas nacidas bajo el imperio de la vieja ley, que continúan viviendo y produciendo efectos después de su reemplazo por las nuevas normas. En virtud del "efecto inmediato", toda relación jurídica dineraria que nazca con posterioridad al 1º de abril de 1991 estará sometida a un riguroso nominalismo, sin posibilidades de actualización; este mandato legal, sancionado por el Congreso, tiene aplicación en todo el territorio nacional y no puede eludirse so pretexto de que hay leyes provinciales, ordenanzas municipales o convenciones colectivas de trabajo, que regulaban la forma de actualizar esas obligaciones cuando el ordenamiento civil autorizaba dichas actualizaciones! Tampoco podrían las provincias o municipalidades sancionar nuevas leyes u ordenanzas que estableciesen, por ejemplo, la actualización monetaria de impuestos o tarifas de los servicios, ni celebrar contratos de obra pública con cláusulas de ese tipo. Si lo hicieran, 83 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar las leyes u ordenanzas podrían ser tachadas de inconstitucionales, pues tales dispositivos estarían invadiendo un terreno que no les corresponde legislar, ya que se trata de legislación de fondo, delegada al Congreso de la Nación. En lo que se refiere a las cláusulas de un futuro contrato de obra pública, o de suministros, que previesen indexaciones, serían inválidas, y estarían afectadas de nulidad; lo mismo que sucedería en los contratos celebrados entre particulares, que incluyesen cláusulas de actualización. El problema jurídico del efecto inmediato fue tratado muy superficialmente al debatirse la ley, ya que sólo encontramos algunas expresiones como la del senador Romero, en su informe, cuando dijo que "por el artículo 10 se derogan las normas legales o reglamentarias que permitían la indexación", agregando que este dispositivo alcanza "a las convenciones colectivas de trabajo, no sólo en cuanto a lo que se refiere al salario en sí, sino a otros aspectos de esa relación contractual que, como forma de resguardar los intereses de los trabajadores se había previsto que fueran indexadas" (374); en cambio numerosos legisladores se pronunciaron sobre el alcance socio - político del dispositivo, afirmando unos que la norma contenía una "congelación de los salarios" (375), y replicando otros con insistencia que no era así, que "los salarios podrían ser incrementados si había más productividad" (376). 2.- Efectos o consecuencias de situaciones y relaciones jurídicas ya constituídas. La aplicación inmediata de la ley nueva se extiende a los efectos "futuros", de relaciones que habían nacido bajo el imperio de la ley ya derogada. Alcanza así a relaciones en curso que contenían cláusulas indexatorias y se habían constituído válidamente bajo el imperio de las leyes anteriormente vigentes. Cuando tales normas son de resorte del Congreso, en virtud de la ley 23.928 han quedado derogadas; en cambio, cuando fueron estipuladas en leyes provinciales u ordenanzas municipales, no habrá derogación, pero perderán efectividad para regular consecuencias posteriores al 1º de abril. Las relaciones nacieron sometidas a una cláusula indexatoria; se indexaron válidamente de acuerdo a esa cláusula hasta el 31 de marzo; a partir del 1º de abril quedaron sometidas en sus "consecuencias o efectos" a la nueva ley nacional, que establece el nominalismo para las obligaciones dinerarias y prohibe la indexación. En consecuencia, practicada la última indexación permitida, no podrán continuar actualizándose y de allí en más se cumplirán nominalmente. El diputado Baglini, criticando defectos de técnica legislativa, señaló que en el proyecto primitivo se declaraba la "nulidad absoluta" de todas las normas legales anteriores que establecieran indexación (377), calificando esa expresión de gravísimo error, y le asistía 84 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar razón. Esas normas no padecían ningún vicio que afectase su formación; o han quedado derogadas (las del ámbito nacional), o resultan "ineficaces" para autorizar una "indexación" que no admite la legislación de fondo, pero no son nulas. Aquí estamos también frente a una hipótesis de efecto "inmediato" de la ley nueva, que atrapa las consecuencias de relaciones ya existentes, que nacieron bajo el imperio de la ley antigua. Los efectos anteriores (actualización hasta el 31 de marzo), se han regido por los dispositivos legales o convencionales entonces admitidos; los efectos posteriores (a partir del 1º de abril), quedan sometidos a la nueva ley, que prevalece para esas consecuencias, sobre las anteriores cláusulas legales o convencionales. Todo contrato en curso de ejecución al tiempo de producirse el cambio legislativo puede verse afectado por la aplicación de las nuevas normas pues, si bien las condiciones exigidas para que el contrato naciese, y los efectos que produjo con anterioridad, se juzgarán por la ley vieja; los requisitos para modificarlo, y las consecuencias posteriores, tendrán que cumplir con los requerimientos de la nueva ley. Varios legisladores se pronunciaron en contra de la ley 23.928 porque afectaba a contratos vigentes. Por ejemplo el senador radical por Entre Ríos, Laferriere expresó: "Si nosotros forzamos una conversión del precio del contrato sin dejar escapatoria, estamos incidiendo en un contrato en curso de ejecución y afectando con nuestra decisión el derecho de propiedad de una persona" (378), a lo que respondió el senador Rodríguez Saa que a su entender no se afectaba la libertad de los contratos, sino "por el contrario, se respeta el precio de los contratos pactado libremente entre las partes. El proyecto de ley está brindando un mecanismo de cálculo para determinar la equivalencia entre las monedas a partir de este nuevo sistema" (379). La verdad es que, con carácter general, la ley nueva se presume mejor que la antigua, y ello justifica su "efecto inmediato", siempre que ese efecto no configure un ataque contra derechos protegidos por la Constitución, como el mencionado derecho de propiedad. Si realmente se ha establecido una moneda "estable", el simple congelamiento del precio con posterioridad a la vigencia de la nueva ley, suprimiendo la "indexación", intervendría únicamente sobre "consecuencias" de la relación jurídica existente, y el legislador -al sancionarla- no habría atacado ningún precepto de rango constitucional. Pero la respuesta que da Rodríguez Saa avanza más allá, y alude al mecanismo de cálculo desindexatorio, al que nos referiremos con más detenimiento en el próximo punto. En esa hipótesis la norma legal, lamentablemente, no se ha reducido a consagrar un "efecto inmediato", sino que ha avanzado sobre "consecuencias" ya agotadas en un período anterior a su vigencia, lo que tiene efectos retroactivos. 85 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Aunque parezca innecesario insistiremos que este cambio de leyes no afecta a las "obligaciones de valor", que continuarán actualizándose después del 1º de abril, ya que esa categoría se encuentra excluída de la prohibición de indexar, aplicable exclusivamente a las obligaciones "en moneda determinada", es decir a las obligaciones dinerarias puras. Hacemos esta acotación porque el diputado Cruchaga, al discutirse en particular el artículo 7 de la ley, manifestó especial preocupación por las indemnizaciones laborales, expresando: "Esta iniciativa podría haber evitado un enorme daño jurídico a nuestro país si no contase con los artículos 7, 8, 9 y 10. Si a partir de esta norma legal no hay más desvalorización monetaria y se mantiene la estabilidad de nuestra moneda, no habría hecho ningún daño el mantenimiento de todo un sistema legal que hubiera corregido toda distorsión eventual que se produjera en el futuro. Se intenta eliminar todo un cuerpo normativo que se ha ido formando durante más de 40 años y que está plasmado en la jurisprudencia, la doctrina y las leyes específicas, cuya inserción solicito en el Diario de Sesiones. Sólo mencionaré en este momento a la que considero más importante dentro del listado de dichas leyes. Esta iniciativa deroga las cláusulas que permiten la adecuación de las eventuales indemnizaciones que podrían surgir de los contratos de trabajo regidos por la ley 20.744. ¿Qué sucederá cuando exista una alteración de nuestro signo monetario en el futuro?" (380). En realidad las indemnizaciones de daños no están comprendidas ni en la "desindexación" del artículo 9, ni en la prohibición futura de actualizar de los artículos 7 y 10, por no ser "obligaciones en moneda determinada", sino "obligaciones de valor". b) Efecto retroactivo (artículos 9 y 13). La regulación "desindexatoria" prevista en el artículo 9 de la ley tiene un claro efecto retroactivo, ya que avanza sobre la aplicación de cláusulas de actualización que eran plenamente válidas al tiempo de estipularse, y que operaron sus efectos hasta el 31 de marzo de 1991 en un todo de acuerdo con el plexo normativo entonces vigente; pese a ello procede a "reformular" el cálculo para el período comprendido entre mayo del año 1990 y el 1º de abril del año en curso. Esas cláusulas habían agotado su actuar, produciendo modificaciones en el precio de las relaciones jurídicas dinerarias, y ahora, en virtud de la nueva ley, se "revisan" esas relaciones fijando un precio diferente, de acuerdo a una pauta actualizadora elegida por el 86 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar legislador: la evolución del dólar estadounidense, con más un 12 %. Se ha señalado por el senador Grosso que el artículo 9 "coarta la libertad de contratación y llega a afectar derechos adquiridos cuando pretende introducir correcciones en los valores intercambiados que ya han quedado firmes, retrotrayendo los cálculos al 1º de mayo del año pasado y aplicando una pauta actualizadora vinculada con una moneda extranjera" (381), y ejemplificó algo más adelante con el caso de las locaciones: "Si se pretende disminuir en el mes de abril el monto de los alquileres que se han venido actualizando y fijar por esta ley un monto inferior al que ya se alcanzó por el convenio de partes que había sido válidamente contraído, se estará legislando de manera retroactiva, en contra de claros preceptos legales -artículo 3 del Código civil- y constitucionales -garantía del derecho de propiedad-. La sanción de una norma de este tipo, señor presidente, provocará, a mi entender, un semillero de pleitos que sólo beneficiará a los abogados, en cuanto significará para ellos una fuente de trabajo, pero que ha de perjudicar por igual a propietarios e inquilinos, perturbando gravemente y sin necesidad el mercado de las locaciones" (382). En las ordenanzas francesas ya mencionadas, que en algunos aspectos han servido de modelo a nuestra ley, se prestó especial atención al problema, para evitar interpretaciones que pudiesen dar a la ley efecto retroactivo y se dispuso que para las relaciones jurídicas en curso las cláusulas indexatorias se tomaría en cuenta el nivel alcanzado con la última actualización anterior al 31 de diciembre de 1958 (383), destacando la doctrina que no se trata de sancionar la nulidad de tales cláusulas, sino que se "bloquea" su funcionamiento, impidiendo que en lo sucesivo produzcan efectos indexatorios (384). Hace tres décadas, al reunirse en Córdoba el Tercer Congreso Nacional de Derecho Civil, el primer tema considerado fue el de la vigencia y retroactividad de la ley (385) y, sobre la base de una ponencia de Guillermo A. Borda, se aprobó una recomendación (386), que luego dió forma al actual artículo 3 del Código civil (387). Se destacó en esa oportunidad que la regla general es la "irretroactividad de la ley", aunque ello no impide que el Congreso, si lo considera necesario, consagre de manera expresa la retroactividad de una ley, con la salvedad que ese efecto retroactivo tendrá como límite los derechos garantizados por la Constitución Nacional (388), habiéndose hecho especial mención por varios de los profesores que participaron en ese certamen, del derecho de propiedad consagrado en el artículo 17 de la Constitución (389). Antes de concluir con este punto recordemos que muchas veces el legislador, 87 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar para justificar la retroactividad establecida a favor de algunas normas, echa mano al concepto de "orden público", y éste es el camino que se ha seguido en el artículo 13 de la ley, al expresar que "ninguna persona puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos". Con este párrafo del artículo 13 se pretende convalidar el efecto retroactivo de la "quita" en los precios o servicios establecida en el artículo 9, lo que ha provocado justificadas resistencias. Por ejemplo el diputado Ibarbia ha dicho que le preocupaba que "ninguna persona pueda alegar en su contra" (es decir en contra de la ley) "derechos irrevocablemente adquiridos. Esto no condice en absoluto con el espíritu y la letra de nuestra constitución nacional" (390); por su parte el diputado Durañona y Vedia manifestó: "Tengo por último una objeción al artículo 13 porque allí se dice que nadie tiene derechos irrevocablemente adquiridos respecto de esta ley que es de orden público; hay una larga doctrina y una larga jurisprudencia del Alto Tribunal sobre derechos adquiridos, que llevó hace 23 años a derogar una norma parecida que figuraba en el artículo 5 del Código civil. Me parece que con esto nos retrotraemos 23 años porque la ley se inmiscuye en una doctrina que viene siendo aplicada pacíficamente" (391). Pasemos, pues, a ocuparnos del orden público. XII.- Otros problemas. a) Orden público. La noción de orden público, utilizada con tanta frecuencia por el legislador y el jurista, es una de las más difíciles de precisar y caracterizar, a punto tal que no suelen encontrarse dos autores que coincidan. El legislador suele emplear el calificativo con diversos fines, entre los cuáles podemos señalar el deseo de reforzar la "imperatividad" de las normas a las que da esa denominación, con la consecuencia de que las partes no pueden soslayarlas, ni renunciar a sus beneficios; sobre la base de esta noción se concluye que las cláusulas contractuales que vulnerasen mandatos de una ley de orden público son nulas, y que la nulidad que las afecta es de carácter absoluto. Con la calificación de orden público se pretende también justificar la aplicación retroactiva de los dispositivos legales, y se afirma, como en el presente caso, que "nadie puede tener derechos irrevocablemente adquiridos" frente a la norma de orden público. Vemos así que en el Senado de la Nación se ha dicho que "el artículo 13 señala 88 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar una afirmación obvia en el sentido de que el texto legal es de orden público, no sólo económico sino también constitucional de la República, de modo que nadie puede alegar derechos adquiridos en contra de la ley" (392), y se ha justificado esta afirmación con la jurisprudencia de la Corte Suprema que entiende, acertadamente "que nadie tiene derecho a que el orden jurídico no sea modificado por otra ley", agregando, con cita de Hegel, que "toda ley es una propuesta del legislador dirigida a la sociedad. De esta manera, señor presidente, la sociedad argentina va a recibir -de sancionarse este proyecto- el esfuerzo estabilizador y el interés del ordenamiento económico, en los que están empeñados tanto el Poder Ejecutivo como el Congreso de la Nación" (393). Sin duda que se trata de una concepción muy similar a la de Vareilles Sommieres, que estimaba suficiente la declaración del legislador para que la norma tuviese el carácter de orden público (394). El recordado maestro LLAMBÍAS, luego de pasar revista a distintas tesis -entre las que podemos mencionar las que identifican el orden público con "el derecho público", o con "el interés público", con "la voluntad del legislador", o con "la intuición del intérprete"- y formular los reparos que le merecen cada una de ellas, señala que no hay identidad conceptual entre las leyes imperativas y las de orden público (395), para exponer finalmente su adhesión a la postura "que ve en esta noción el conjunto de principios fundamentales en que se cimenta la organización social" (396). De allí surge, precisamente, la dificultad de precisar la noción de orden público, ya que las organizaciones sociales varían de naturaleza con el transcurso del tiempo, y difieren mucho de una a otra sociedad, lo que forzosamente trae como resultado que el conjunto de las instituciones que configuran el orden público no coincida de manera total en los distintos países. Hay sin embargo un punto de contacto básico; por lo general esos "principios fundamentales de la organización social" son incorporados a las respectivas constituciones, y garantizados por ellas. De allí que, en nuestro concepto, las leyes no necesitan, por lo general, que el legislador las declare de "orden público", ya que lo serán por su naturaleza misma, si -respetando las normas constitucionales- son el armónico desarrollo de alguno de esos "principios fundamentales"; y, por el contrario, si el legislador declara de "orden público" una norma, pero sus previsiones están en pugna con derechos fundamentales garantizados por la Constitución, esa declaración no será suficiente para salvar el vicio, y la norma deberá ser declarada inconstitucional. Nos parece que esta idea apuntaba en algunas de las manifestaciones que hizo 89 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar el senador Grosso cuando, refiriéndose al artículo 13, sostuvo que esa norma: " ... luego de calificar el proyecto como de orden público, afirma enfáticamente que ninguna persona puede alegar en su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Se trata, señor presidente, de una expresión declamatoria y carente de contenido jurídico. Ninguna ley puede estar por encima de la Constitución Nacional y los derechos que ella consagra y protege como adquiridos, no pueden ser alterados retroactivamente por las leyes. .... "En consecuencia, el artículo 13 no tiene sentido. Si le damos sanción favorable los tribunales de justicia de la Nación tendrán que declarar su inconstitucionalidad" (397). Estas ideas coinciden también con lo que expresara Areco en su libro sobre derecho transitorio que ya mencionamos: "la ley de orden público tiene su barrera infranqueable en la garantía constitucional de la inviolabilidad de la propiedad" (398). En la Cámara baja el diputado Aramouni se ocupó con versación del problema del orden público. En una primera parte de su intervención, y en coincidencia con lo que ya hemos señalado, expresó que "no basta con que el artículo 13 determine que la ley es de orden público, como si las leyes de orden público no estuvieran sometidas al contralor judicial" (399). Luego volvió sobre el tema, demostrando su preocupación por estudiarlo con detenimiento; a pesar de la extensión, creemos conveniente reproducir y comentar lo que dijo: "El artículo 13 se refiere al orden público. Ninguno de los señores diputados justicialistas, ni tampoco los funcionarios del Banco Central que estuvieron presentes en la reunión conjunta de las comisiones de Legislación General y de Finanzas, definieron el concepto de orden público, aunque debemos interpretarlo como una norma imperativa" (400). Capta aquí cabalmente lo que suele ser una de las intenciones dominantes en el legislador, tal como lo expusimos más arriba; no olvidemos también que éste es el concepto que, en nuestra doctrina, sostiene Guillermo Borda (401). Continuó Aramouni diciendo que: "Ciertamente podría definirse que este concepto de orden público constituye un civismo contractual -como, con terminología expresiva, señala Carbonnier- en cuanto a la necesidad de que el hecho jurídico se ajuste a las exigencias sociales en lo 90 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar económico y en lo moral; también podría decirse que se trata de un orden público económico, de protección o de dirección. Estamos más acostumbrados al concepto de orden público en cuanto a protección, tal como rige para los contratos de trabajo o de locación. En cambio no tenemos tantos ejemplos dentro del concepto de orden público de dirección. En este caso se trata de las normas que imponen una determinada dirección a los contratos privados para que su masa forme una orientación común de la economía nacional dirigida por el poder. Parecería que éste es el orden público a que hace referencia el artículo 13 del proyecto de ley, pero esto no ha sido definido" (402). Carbonnier, como lo recuerda Aramouni en esta intervención, considera que el contenido del contrato, para ser perfecto, debe ajustarse a las siguientes virtudes: civismo, justicia y sinceridad; mientras que el derecho positivo se contenta con menos, bastándole con el civismo contractual, que es "la conformidad con el orden público y las buenas costumbres" (403). Remató su exposición el diputado Aramouni diciendo que "en consecuencia, este aspecto necesita ser aclarado, porque el sólo hecho de que esta iniciativa se proclame como de orden público no es suficiente para que se la interprete de esa manera. No estará exenta del contralor judicial y menos, de otros cuestionamientos que se van a suscitar" (404). En definitiva, a nuestro criterio es indudable que las normas de la ley son de orden público económico, pero ello surge de la naturaleza misma de su contenido, sin necesidad de que el artículo 13 lo declare. Pero el mencionado orden público legal está subordinado al "orden público constitucional", que es de superior jerarquía, y no puede ser vulnerado por el legislador. Por ello entendemos que la frase incluída en la ley de que no puede esgrimirse contra ella "derechos irrevocablemente adquiridos", es engañosa, ya que si se trata de derechos garantizados por la Constitución, los magistrados deberán encargarse que sean respetados, pese a cualquier manifestación en contrario de la ley. b) Derogación genérica. El tercer párrafo del artículo 13 de la ley expresa textualmente: "Derógase toda otra disposición que se oponga a lo en ella dispuesto". Estas expresiones derogatorias de carácter genérico, utilizadas con tanta frecuencia en nuestras leyes, no prestan utilidad alguna (405), pues es obvio que los 91 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar dispositivos que estén en pugna con el nuevo texto legal dejarán de ser aplicables desde el momento en que éste entre en vigor, por aplicación del viejo aforismo latino, "lex posterior derogat prior", ya que es evidente que no pueden tener aplicación de manera simultánea dos mandatos que son incompatibles entre sí. Para saber si la ley antigua ha quedado derogada, "es necesario confrontar las normas y sólo en caso de formal contradicción entre ambas se podrá llegar a desechar la aplicación de la anterior" (406), con la consiguiente incertidumbre en numerosos casos, que los intérpretes pueden considerar no como de "contradicción", sino solamente como "excepciones" a la regla que sienta la nueva ley. Esa incertidumbre, unida a la posibilidad de interpretaciones contrapuestas, se reflejó en las escasas intervenciones de legisladores que hicieron referencia al tema. Así el senador Brasesco, luego de recordar los términos empleados por el artículo 13, vinculó el problema con la interpretación que deberá darse en el futuro "a la ley 21.037, sobre contratos de mutuo pactados en moneda extranjera" (407), una de cuyas normas determina, respecto al reintegro del mutuo en moneda extranjera, que: " ... cuando resultare que el acreedor entregó moneda de curso legal en la República Argentina, serán nulas las cláusulas que obliguen a devolver moneda extranjera o su equivalente ...". Recordó además que esa ley dispone que: " ... en los contratos de mutuo celebrados en el territorio argentino por personas físicas y/o jurídicas nacionales o residentes en él, cuyo cumplimiento se haya pactado en moneda extranjera, el acreedor deberá acreditar que las divisas objeto de la obligación han ingresado al país en cumplimiento de las disposiciones de la ley 20.557, como asimismo, su titularidad y tenencia real al momento del acto constitutivo". Entendía Brasesco "que estas exigencias que se dan en la ley 21.037, en el mutuo pactado en moneda extranjera, deben ser interpretadas a la luz del proyecto de ley que hoy discute el Senado de la Nación, para que no se produzcan situaciones incompatibles" (408). El diputado López de Zavalía, en cambio, interpretaba que la derogación genérica contenida en el artículo 13 resultaba insuficiente en numerosos casos; por ejemplo, la ley prohibe la actualización de las deudas en australes, pero -pese a la modificación del artículo 617 del Código civil- la prohibición no alcanzaría a "las deudas en dólares o en otras monedas extranjeras, que resultarían privilegiadas con respecto a las deudas en moneda nacional", y los artículos 3477 y 3602 del Código civil mantendrían vigencia (409). Entendía además que la modificación de los artículos 617 y 619 del Código civil no podía afectar a "las normas que no se encuentran contenidas en ese cuerpo legal", y ejemplificaba con "el artículo 92 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar 131 de la ley de quiebras", los "artículos 51, 53 y 187 de la ley de sociedades", y el "artículo 44 de la ley cambiaria" (410), hipótesis todas que, a su criterio, mantienen plena vigencia. Una buena técnica legislativa exige estudiar las modificaciones que se proyectan con más profundidad, para contemplar y resolver de manera expresa este tipo de problemas, determinando con precisión cuáles son las normas que se derogan, en lugar de emplear fórmulas genéricas que resultan inoperantes y pueden acrecentar la desorientación de los intérpretes. XIII.- Palabras finales. El capitán Gulliver (411), luego de su viaje al país de los gigantes, nos informaba que sus leyes eran breves y claras, a tal punto que no admitían más que una interpretación (aunque él pensaba que quizás ello se debiese a la falta de viveza de ese pueblo)... Y, lo más importante, se penaba con la muerte a quienes pretendiesen brindar otra interpretación (412). Por fortuna, aunque nuestras leyes son a veces farragosas e ininteligibles, los intérpretes no corremos el riesgo de sanción tan drástica, pues de lo contrario hasta los propios legisladores que contribuyeron con sus votos a darnos esta ley de convertibilidad podrían haber sido ajusticiados, pues a veces -incluso los que la votaron favorablemente- basaban su postura en fundamentos disímiles. Esa impunidad de que gozamos nos ha permitido exponer también nuestra propia opinión, sin acallar discrepancias, pero sin escatimar elogios a quienes realizaron un esfuerzo sincero en la búsqueda de una herramienta legal que nos permita superar años de incertidumbre. En estas páginas hemos procurado volcar con la mayor objetividad las opiniones y aportes de todos los legisladores que se ocuparon del tema; si incurrimos en omisiones, han sido involuntarias; si no reflejamos fielmente sus opiniones, pedimos disculpa por los errores cometidos... Hemos expuesto nuestro pensamiento, con el afán científico de búsqueda de la verdad, pero también con la pasión de quien vive en el país y está inmerso en sus problemas, de los que no puede desentenderse. De cualquier forma, nuestro principal objetivo era poner al lector en contacto con el pensamiento del legislador, permitirle que extrajera de las palabras que se emplearon el "sentido de la ley"; brindarle un anticipo de "interpretación auténtica", aunque no desconocemos el acierto de lo que, parafraseando a Alf Ross, dijo el diputado López de 93 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Zavalía, como broche final de todos estos esfuerzos: "Nada hay de mayor importancia que la opinión de los legisladores; cuando nos dan la razón, la invocamos; cuando nos la niegan, la callamos, y como en un pleito siempre hay dos partes, habrá también dos voces, y quien decide es el juez, sobre la base de la ley" (413). 94 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar NOTAS (1) CADORIN, Atilio: "Mejor, con el Congreso", La Nación, domingo 16 de junio de 1991, p. 9. (2) Artículo citado en nota anterior. (3) Artículo y lugar citados en nota 1. (4) Se trata, en ambos casos, de la versión provisoria, sin las correcciones que autorizan los respectivos reglamentos. (5) La reunión del Senado de la Nación se extendió durante casi cinco horas y media, desde las 19 y 10 del viernes 22 de marzo de 1991, hasta las 0 horas y 32 minutos del sábado 23. (6) La Cámara de Diputados debatió el proyecto entre las 20 horas y 14 minutos del martes 26 de marzo, y las 9 y 16 del miércoles 24, es decir durante más de trece horas continuadas de labor. (7) CADORIN, en el artículo que mencionamos en nota 2, dice: "La prédica contra los legisladores -y por consiguiente contra la dirigencia política y los partidos- se ha convertido en un entretenimiento. O en un trabajo. Claro que, en buena medida ello es posible porque los mismos legisladores son los que colaboran para favorecer las críticas que, veladamente, sugieren que lo mejor es cerrar el Congreso". (8) CADORIN, Atilio: Artículo citado. (9) Senador Romero: Diario de Sesiones del H. Senado de la Nación, año 1990, sesión del 22 de marzo de 1991, p. 5809. (10) Senador Romero: Diario de Sesiones del H. Senado de la Nación, año 1990, sesión del 22 de marzo de 1991, p. 5817. (11) Senador Aguirre Lanari: "En otro orden de ideas, como signo positivo cabe consignar que con este proyecto se reivindica al Congreso Nacional que, constitucionalmente, es el encargado de fijar el valor del papel moneda"; Diario de Sesiones del H. Senado de la Nación, año 1990, sesión del 22 de marzo de 1991, p.5819. (12) Diputado Lamberto, Diario de Sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación, año 1990, sesión del 26/27 de marzo de 1991, p. 5290. 95 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (13) Diputado Martínez Raymonda, Diario de Sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación, año 1990, sesión del 26/27 de marzo de 1991, p. 5292. (14) Diputado Martínez Raymonda, lugar citado en nota anterior. Agregó también Martínez Raymonda que "se produjo un famoso debate donde Lisandro de la Torre señaló que el proyecto del Poder Ejecutivo implicaba poner un barril de pólvora con una mecha para que el primer inconsciente que en el futuro apareciera en la conducción económica argentina la encendiera e hiciera volar el país en pedazos. Lamentablemente no fue un inconsciente, sino cientos de inconscientes quienes, por cualquier circunstancia, terminaron creando una maraña de argumentaciones, disposiciones reglamentarias y circulares -que al final llegaron a ser hasta telefónicas- que alteraron el valor de nuestra moneda..."; p. 5292 y 5293. (15) Diputado Figueroa, Diario de Sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación, sesión del 26/27 de marzo de 1991, p. 5361. (16) Diputado Baglini, Diario de Sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación, sesión del 26/27 de marzo de 1991, p. 5319: "El proyecto de ley que estamos considerando ... introduce una rigidez institucional fenomenal. En varias oportunidades hemos discutido este tema, tanto cuando éramos oficialismo como ahora que somos oposición, al tratar el problema de la deuda externa. Estos temas requieren una determinada flexibilidad de manejo, por lo cual es imposible que los mecanismos de funcionamiento y operatividad de ambas Cámaras permitan atenderlos. Hay varios economistas que se preguntan: ¿qué ocurriría si el Congreso tuviera que disponer una devaluación y los diputados y senadores se negaran a dar quórum a la espera de algún redescuento para las provincias, mientras las reservas del Banco Central desaparecen? Similar situación podría producirse ante un receso parlamentario, tras el período de sesiones ordinarias. El Congreso debe preservar su dignidad y la jerarquía de los instrumentos que dicta, y no puede atender los mercados con la flexibilidad que estos requieren". (17) Diputado Rodríguez (J.), Diario de Sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación, sesión del 26/27 de marzo de 1991, p. 5338. (18) Legislador y lugar citados en nota anterior. (19) Diputado González (E.A.), Diario de Sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación, sesión del 26/27 de marzo de 1991, p. 5333 y 5334. (20) Legislador citado en nota anterior, p. 5334. (21) Debemos recordar que las "facultades" del Congreso no son meros "derechos", sino que imponen correlativamente el "deber" de ejercitarlas. 96 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (22) Senador Aguirre Lanari, Diario de Sesiones del H. Senado de la Nación, sesión del 22 de marzo de 1991, año 1990, p. 5819 y 5820. (23) Senador Trilla: "También fue muy rápida la forma en que esta iniciativa ingresó en el Senado; tuvo sus desvíos respecto de la normativa común. Tanto es así que no hemos recibido siquiera una comunicación oficial del Ministerio de Economía, que es el organismo cabeza en este asunto. Sólo contamos con una copia que el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda me enviara en mi calidad de vicepresidente de dicha comisión. Creo que asimismo será rápida la sanción que seguramente daremos hoy. También debido a esta rapidez ninguno de los sectores académicos o profesionales que sin duda tienen que participar en las discusiones previas han tenido oportunidad de comentarlo", Diario de Sesiones del H. Senado de la Nación, año 1990, sesión del 22 de marzo de 1991, p. 5825. (24) Senador Laferriere: "La importancia de este proyecto de ley queda desmerecido por la forma en que se organizó esta sesión. Y lo digo sentando una protesta ante quien alguna vez lea el Diario de Sesiones"; Diario de Sesiones del H. Senado de Nación, año 1990, sesión del 22 de marzo de 1991, p. 5830. Agregó luego: "Fíjense que mal me siento en lo personal, después de haber estado abogando para que mi bancada pudiera prestar espacios y apoyos para este proyecto, encontrándome frente a la circunstancia de hablar de esta iniciativa sin estar debidamente preparado. El Ministro de Economía es uno de los más brillantes economistas de nuestro país, y se ha preparado durante años para entender como funciona la economía argentina. Seguramente habrá analizado bastante los fundamentos que avalan el proyecto para el correspondiente estudio, lo cual le habrá requerido más de varias horas, días y semanas. Y yo soy simplemente un senador, un ciudadano de esta República. No soy técnico en economía y no poseo la brillantez o brillo intelectual del señor ministro. Entonces, puedo pretender contar con algunas horas para analizar este proyecto en profundidad. Proyecto que en mi convencimiento íntimo estoy seguro de que andará si somos capaces de ponerle la mística de la nación entera detrás", p. 5830. (25) Senador Gass: "Nuevamente esta bancada concurre hoy a este recinto citada de urgencia para considerar un tema de tan significativa importancia económica", Diario de Sesiones del H. Senado de la Nación, año 1990, sesión del 22 de marzo de 1991, p. 5844. Explicó luego que había aceptado el tratamiento de urgencia de las leyes impositivas, teniendo "poco tiempo para estudiarlas", para "darle la posibilidad al Poder Ejecutivo de la Nación de tener en sus manos las leyes que consideraba importantes para una mejor marcha económica de la República" (p. 5845), pero que sus compañeros de bloque le habían solicitado la promesa de ésta fuese la última vez que aceptase un tratamiento de urgencia. (26) Diputado Aramouni, Diario de Sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación, sesión del 26/27 de marzo de 1991, p. 5356. 97 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (27) Diputado Avila Gallo, Diario de Sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación, sesión del 26/27 de marzo de 1991, p. 5364. (28) Diputado citado en nota anterior, p. 5364. (29) Diputado Álvarez Guerrero, p. 5374. (30) Diputado Baglini: " ... el proceso de gestación de esta norma nació de apuro: comenzó en el Senado con la discusión en una comisión que a los diez minutos de entrado el proyecto ya advertía que no había posibilidad de introducir modificaciones; con un episodio reiterado hoy en las comisiones especializadas de esta Cámara ..." (p. 5312). (31) Diputado Aramouni: " ... No se lo puede modificar ni se aceptan sugerencias; ni siquiera hay manera de consensuar una mejor redacción. Esto equivale a atar al Poder Legislativo al Ejecutivo; implica acatar firmemente la voluntad de este último sin poder asumir el rol de poder independiente", p. 5357. (32) Diputado Durañona y Vedia: " ... en esta Cámara existe una práctica -no sé si antidemocrática- que por lo menos resulta poco republicana. Es costumbre que cualquier proyecto que tratamos no se pueda modificar; no se pueda incorporar una sola coma; no se puedan corregir ni siquiera errores materiales que contenga el texto del proyecto que podamos tratar, o cualquier otro; no se puede enriquecer con la experiencia y con el conocimiento de los señores diputados una sola disposición" (p. 5372). (33) Diputado Álvarez Guerrero: "También incluyo en este concepto a las afirmaciones del señor diputado Durañona y Vedia en el sentido de que estamos discutiendo proyectos donde no se admite ni el cambio de una coma. El Parlamento tiene sentido en la medida en que sigamos manteniendo la esperanza -quizás irracional- de que cuando cada uno de nosotros habla tiene la posibilidad de convencer al adversario o de influir en las decisiones que toma cada uno de los bloques", p. 5375. (34) Diputado Rodríguez (J), p. 5339. (35) Diputado Matzkin, p. 5378. Al tratarse el artículo 5 el diputado Lamberto manifestó que las informaciones del Banco Central sobre las reservas debían ser semanales (p. 5380); con respecto al artículo 8 dijo que la comisión interpretaba que comprendía las situaciones judiciales con sentencia firme o no y los juicios en trámite pendientes de sentencia (p. 5384); y al tratar el artículo 9 expresó que la comisión entendía que ninguna de las disposiciones de la ley de convertibilidad impedían la aplicación de la teoría de la imprevisión, sugiriendo que en el decreto reglamentario se explicitara públicamente la posibilidad de ejercicio de ese derecho (p. 5385). (36) Diputado Aramouni, p. 5356. (37) Diputado Avila Gallo: " ... no acepto darle facultades al Poder Ejecutivo según surge del 98 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar artículo 12 de esta iniciativa, por el cual podría reemplazar en el futuro la denominación y expresión numérica del austral. No permitamos esta delegación al Ejecutivo. ésa es una facultad de este Congreso, de acuerdo con la Constitución", p. 5365. (38) Ya en 1985, con motivo del llamado Plan Austral, sostuvimos: "En primer lugar nos parece conveniente señalar que el cambio de denominación de "pesos" por "australes" no vulnera las previsiones del artículo 67, inciso 10", (ver nuestro "El desagio", en colaboración con Mosset Iturraspe y Torres, ed. Rubinzal, Santa Fe, 1985, p. 100). (39) Hemos dicho también, con motivo del Plan Austral, que "la supresión de tres ceros no es más que una mera expresión de cuenta, para facilitar los cálculos, pero no altera el "valor" de la moneda, que está dado por su poder adquisitivo, por lo que tampoco en este aspecto puede afirmarse que haya un ataque a la norma constitucional" (obra y lugar citados en nota anterior). (40) ver nuestro "Aspectos económicos y jurídicos de la ley de convertibilidad", T. 1, p. 5 y ss., en especial p. 26. (41) ver TRIGO REPRESAS, Félix A.: "Obligaciones de dinero y depreciación monetaria", 2ª ed., Platense, La Plata, 1978, p. 27. (42) CALETTI, Alberto Mario: "Historia de las monedas metálicas y del papel moneda", ed. Macchi. Buenos Aires, 1972: "En los patrones monetarios metálicos el valor de la moneda radica en la cuantía del metal puro, expresado en su peso ..." (p. 89), y cuando se toma como base divisas oro "la convertibilidad se efectúa en divisas determinadas que, a su vez, se fundan sobre la base oro o lingote oro ..." (p. 92). (43) Senador Romero: "En el proyecto en cuestión ese elemento de fijeza o estabilidad está dado, a través de una ley, por el tipo de cambio que se fija entre el austral y el dólar estadounidense y, a través de esto con el resto de las monedas del mundo", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5806. (44) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5806. (45) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5811. (46) Senador Romero Feris, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5821. (47) Senador Romero Feris, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5821. (48) Senador León, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5828. (49) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5832. (50) Diputado González, E.A.: "¿Cuál es el efecto de este proyecto que hoy consideramos? No hay duda de que el Estado renuncia a su autonomía monetaria y se subordina a la moneda 99 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar patrón de los Estados Unidos", p. 5334. (51) Diputado Avila Gallo, p. 5364. (52) Diputado Manzano, p. 5348. (53) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5809. (54) Senador Solana, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5848. (55) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5842. (56) Diputado Lamberto: " ... la moneda nacional pasa a tener respaldo total. Con la actual relación entre la base monetaria y las reservas, dicho respaldo es superior al ciento por ciento -aproximadamente del ciento veinte por ciento- y esto es necesario porque existe un régimen de garantía de los depósitos, y porque además los bancos pueden tener problemas de iliquidez transitoria que obliguen a recurrir a su salvataje", p. 5290. (57) Diputado Lamberto, lugar citado en nota anterior. (58) Diputado Lamberto, versión taquigráfica provisoria, p. 5289. A continuación agregaba: "Hoy el Banco Central cuenta con más de seis mil millones de dólares de reservas que respaldan adecuadamente y en exceso toda la base monetaria", p. 5289. (59) Diputado Martínez Raymonda: " ...las divisas que el país tiene, como consecuencia del saldo de la balanza comercial del año pasado, más los ingresos de iguales valores provenientes del exterior, han generado una capacidad de reservas líquidas que permite realizar esta jugada de la posibilidad de convertir el austral al dólar con una relación de diez mil a uno para la totalidad de la base monetaria, dadas las reservas del Banco Central", p. 5296. (60) Diputado Baglini: "Luego de la exposición del señor diputado Ibarbia y algunos conceptos vertidos por el señor diputado Martínez Raymonda, sostenemos que esta relación entre la base monetaria y las reservas es por lo menos dudosa. Sin ir más lejos, recurriendo a las informaciones periodísticas, un diario de la fecha sostiene que las reservas son de 4.170 millones de dólares; otro, de 5 mil millones de dólares, y el señor diputado Lamberto dice que son de 6 mil millones de dólares, con lo cual la paridad cambiaria acaba de bajar a 7 mil australes por dólar", p. 5318. Y agregaba luego: "Dentro de las reservas se habla del oro, y no todo el oro es de buena entrega; se está transformando en oro de buena entrega, pero no sabemos cómo es", p. 5318. (61) Senador Gass: " ... tenemos dudas fundadas respecto de la composición de las reservas del Banco Central, dado que podrán arbitrarse mecanismos que podrían desnaturalizar el esquema propuesto", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5846. 100 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (62) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5842. (63) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5809. (64) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5832. (65) Diputado Martínez Raymonda, p. 5298. (66) Diputado Martínez Raymonda, p. 5298. (67) Diputado Martínez Raymonda, p. 5298. (68) Diputado Baglini: " ... se habla de los Bonex y se dice por ahí que hay 380 millones de dólares en Bonex. De este modo la deuda del Estado se constituye en su propia reserva... ", p. 5318. (69) Diputado Baglini, p. 5319. (70) Diputado Alsogaray, p. 5325. (71) Diputado Durañona y Vedia, p. 5373. (72) Diputado Ibarbia, p. 5378. (73) Ver Diario de Sesiones de la H. Cámara de Diputados de la Nación, sesión del 26/27 de marzo de 1991, p. 5379 y 5380. (74) El diputado Jesús Rodríguez, para fundamentar el voto adverso del bloque radical al mencionado proyecto de resolución expresó: "El oficialismo ha dicho que no acepta modificaciones porque eso significaría que el proyecto debe volver al Senado de la Nación, y entonces intenta convencer al conjunto de la Cámara que con este proyecto de resolución resuelve el problema. En primer lugar, no se resuelve el problema de fondo y estructural, que es el efectivo financiamiento del gasto público en este hipermonetarismo que ganó la ideología de la Cámara en el día de hoy y que traerá sin duda hiperrecesión. En consecuencia, el oficialismo quiere convencer diciendo, mediante un proyecto de resolución, que asume el compromiso de que, cuando en algún momento se trate el presupuesto, fijará un límite a la posibilidad del Tesoro de colocar títulos en el Banco Central. Si ésa es la voluntad, se resuelve en la ley y no con un compromiso a futuro, que no se sabe cuando será", p. 5380. (75) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5810. (76) Diputado Lamberto, p. 5380. (77) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5810. 101 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (78) Señaló que el artículo 6 no debía referirse a "los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior", sino a "los bienes mencionados en el artículo 4", p. 5381. En realidad el cambio propuesto resultaba intrascendente, pues tales bienes están mencionados tanto en uno como en otro artículo. (79) Senador Romero: "Hubo continua práctica de emisión espuria", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5811. En sentido similar se expresó el senador Aguirre Lanari: "El abuso de la emisión, sin la contrapartida de un genuino crecimiento de la producción, nos ha llevado a las recurrentes crisis inflacionarias que son hijas de la falta de inversión, la fuga de capitales y la inseguridad económica y jurídica, que ahuyentan toda expectativa de inversión en la Argentina", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5819. (80) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5842. (81) Senador Aguirre Lanari: "El abuso de la emisión, sin la contrapartida de un genuino crecimiento de la producción, nos ha llevado a las recurrentes crisis hiperinflacionarias", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5819. (82) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5831. (83) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5811. (84) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5812. (85) Diputado Manzano, p.5346. (86) Diputado Martínez Raymonda, p. 5296. (87) Diputado Martínez Raymonda, p. 5297 y 5298. (88) Senador Solana (solicitó la inserción de sus palabras); entre otras cosas expresa que: " ... buscar la convertibilidad austral - dólar con respaldo del Banco Central en un ciento por ciento importa asimismo crear la sólida convicción en cuanto a la eliminación de emisión monetaria sin respaldo", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5848. (89) Diputado Alsogaray: " ... el gobierno se obliga por ley a no recurrir a procedimientos inflacionarios para financiar sus erogaciones. Con mayor precisión, se obliga a no emitir moneda espuria", p. 5324. Más adelante agregó: "puede afirmarse en forma absoluta que esta esperanza se verá realizada y el plan funcionará y tendrá éxito sólo si se cumplen dos premisas: controlar el déficit y no emitir moneda espuria. Es evidente que con esto no estoy diciendo nada nuevo; es algo que afortunadamente se está haciendo carne en la opinión pública argentina después de muchos años de aplicación de una política dispendiosa y de despilfarro en la que no se 102 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar prestaba atención a estos fenómenos", p. 5326. (90) Diputado Fescina: " ... hay un compromiso esencial de no emitir, y un solo comprometido a ello: el gobierno. A partir de ahora el gobierno será un equilibrista que decide llegar a destino abandonando la red de seguridad. No habrá nuevos impuestos, ni tarifazos, ni emisión; sólo sacrificios por parte del gobierno, quien no podrá imputar a nadie el fracaso de este nuevo plan que se propone para lograr la estabilidad", p. 5357. (91) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5842. (92) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5842. A continuación agregaba: "Desde el punto de vista meramente económico, estamos frente a un proyecto que permite maniobrar al Banco Central de modo tal de mantener el impuesto inflacionario con el solo recurso de aumentar nominalmente la existencia de divisas, lo que le permitirá imprimir australes" (p. 5842). (93) Diputado Ibarbia, p. 5304. (94) Diputado Ibarbia, p. 5304. (95) Diputado Ibarbia, p. 5306. (96) Diputado Alsogaray, p. 5324. (97) Diputado Alsogaray, p. 5325. (98) Agregó también que si el flujo de capitales se detenía, aún con cierta elevación de las tasas de interés, el gobierno podía también recurrir a "colocar Bonex en la reserva y obtener dólares del Banco Central; es decir, que va a un lugar donde hay dólares buenos, le coloca un vale no a la vista y retira esa moneda extranjera", p. 5325. (99) Diputado Baglini, p. 5315. (100) Diputado Baglini, p. 5319. (101) Diputado Ibarbia: "Pienso que no estamos frente a un modelo clásico de convertibilidad, sino más bien ante el establecimiento de un tipo de cambio fijo. Aclaro que no creo que tal cosa sea un pecado, ni contraria a la libertad de los mercados", p. 5303. (102) El diputado Baglini, al referirse a la forma en que se llegaba a la convertibilidad, acotó tangencialmente que, en realidad se trata de "fijación de tipo de cambio con sustancial nivel de reservas" (p. 5321), sin dar mayores explicaciones para justificar su aserto. 103 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (103) "Hoy consideramos este proyecto de ley que se nos ha remitido. Se trata de un proyecto que sintéticamente podría ser clasificado en tres partes. La primera consiste en la fijación de un tipo de cambio de convertibilidad por ley; ...", diputado Rodríguez (J.), p. 5339. (104) Diputado Ibarbia, p. 5303. (105) Diputado Ibarbia, p. 5304. (106) Con relación a las "bandas cambiarias" puede consultarse COHEN, Benjamín, J.: "La organización del dinero en el mundo", Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1984, p. 236. (107) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5832. (108) Ver COHEN, Benjamín J.: obra citada en nota 106, p. 232. (109) Diputado Alsogaray, p. 5325. (110) Diputado Alsogaray, p. 5326. (111) "El déficit fiscal es el gran impulsor de la inflación por la vía de la creación de dinero a través el Banco Central y tendría una consecuencia inevitable: el atraso del tipo de cambio que obligaría a levantar -ya con intervención del Congreso- el techo de diez mil australes por dólar, lo que agregaría una nueva presión inflacionaria por el lado de los costos, como siempre resulta de toda devaluación de la moneda", senador Aguirre Lanari, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5818. (112) Diputado Rodríguez (J.), p. 5341. (113) Diputado Rodríguez (J.), p. 5344. (114) CROZIER, Michel: "No se cambia la sociedad por decreto" (trad. al castellano), Instituto Nacional de Administración Pública, Alcalá de Henares - Madrid, 1984. (115) Senador Grosso: " ... ha resultado cómodo reemplazar los ingresos genuinos -que resultan odiosos a quien tiene que pagarlos- por emisiones monetarias que forzosamente provocan inflación", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5842. (116) Diputado Ibarbia, p. 5304. (117) Senador Bravo, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5817. (118) Diputado Rodríguez (J.), p. 5340. (119) Diputado Manzano: "¿Qué va a pasar con la política salarial? Todos saben que lo único que vamos a hacer es no cubrirla con emisión, con la maquinita. Pero de alguna manera la 104 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar vamos a cubrir. ¿O vamos a renunciar al principio básico de existencia de la sociedad que tiende a la búsqueda de la armonía entre sus miembros? Ninguna norma está por encima de la armonía", p. 5346. (120) Diputado Rodríguez (J.): " ... cuando se analizan las cuentas fiscales, no sólo deben computarse las erogaciones en materia de sueldos, jubilaciones, transferencias, atención de servicios esenciales, etcétera, sino que también deben considerarse los devengamientos de intereses de la deuda. Así nos introducimos en el tema de la política de negociación de la deuda externa", p. 5346. (121) Diputado Zamora, p. 5366. (122) Senador Aguirre Lanari: " ... oportunidad en que nos asaltó la preocupación -que entiendo comparte el señor ministro de Economía- sobre la posibilidad de eliminar el déficit fiscal con menores gastos y mayor recaudación. El déficit fiscal es el gran impulsor de la inflación por la vía de la emisión de dinero ...", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5818. Diputado González (E.A.): "En cuanto al equilibrio fiscal hay dos opciones: aumentar la recaudación o bajar los gastos", p. 5334. (123) Senador Gass: " ... el tema de los ingresos nos indica una conducta evasiva y una administración tributaria deficiente: esto es estructural y lleva tiempo modificarlo", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5846. (124) Diputado Ramos: "El equilibrio fiscal significa nada más y nada menos que una mayor imposición, una mayor presión impositiva en términos reales y concretos, ya no en teoría. Pero para lograr el tan ansiado equilibrio fiscal perseguido por nuestros economistas se requiere también que se rematen rápidamente los activos públicos, tal como ocurrió días pasados con las áreas centrales petrolíferas. El pueblo no resiste más esta posibilidad que ahora se avecina de que se haga un remate compulsivo de los bienes nacionales", p. 5337. (125) Senador Solana: "No obstante todo lo expuesto subsisten dudas en cuanto a la forma en que el Estado podrá evitar y combatir el déficit fiscal y aquí estará el éxito o fracaso del proyecto en comentario", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5848. (126) Senador Romero Feris: " ... señalemos que está a consideración de este Congreso de la Nación un proyecto de presupuesto para el corriente año que incluye una necesidad de financiación calculada aproximadamente en más del 2 por ciento del Producto Bruto Interno, que naturalmente no se compadece con esta propuesta. ... el déficit fiscal ha sido una constante durante los últimos treinta años, llegando a un pico del 31 por ciento del Producto Bruto Interno en 1982 y superando para el conjunto de tales treinta años a dos veces el producto, o sea en el orden de los 140 mil millones de dólares. Ahora, si confrontamos el valor de nuestra moneda con dicho déficit fiscal, observaremos que la devaluación existente entre fines de 1960 y el presente es de 122 mil millones o, lo que es lo mismo, un austral actual es solamente una ocho billonésima parte de aquel entonces. 105 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Es cierto que esta ley únicamente está referida a los aspectos monetarios, pero no por ello este Honorable Congreso debe carecer de la información y darle a su vez la misma entidad legal que permita dar consistencia al conjunto, y no mencionar un mero enunciado de buenos propósitos", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5821. (127) Senador Trilla: "Deseamos que exista superávit operativo del Tesoro nacional. Hace una semana el déficit calculado a partir de diciembre y hasta marzo era de 140 millones de dólares por mes; hoy, se proyecta en 200 millones de dólares mensuales. El déficit total -a partir de diciembre del año pasado- suma algo así como 900 millones de dólares, y fue solventado con emisión monetaria, según lo manifestó aquí el señor ministro de Economía en su intervención de la semana pasada. Resulta ser, señor presidente, considerando la compleja situación de la economía y de las finanzas del país, que a partir de abril y en los meses sucesivos, tiene que haber un superávit cercano a los 200 millones de dólares, para que puedan equilibrarse los compromisos externos asumidos por el país ante el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial; compromisos que, por cierto, no pueden eludirse", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5825. (128) Senador Gass: " ... tenemos dudas fundadas con relación al superávit fiscal porque sabemos que el gasto, variable a la que atacó con significativo resultado nuestro gobierno, constituye una variable que -como lo ha admitido el señor Ministro de Economía- es cada vez más difícil de modificar rápidamente porque cada paso que se da va imponiendo una reforma estructural cada vez más profunda", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5846. (129) ver senador Grosso: " ... la emisión continua de moneda para enjugar los déficits fiscales provoca como consecuencia inmediata la inflación, pues multiplica el circulante sin atender para nada a la evolución de la existencia de bienes representados por esa moneda", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5842. (130) La escuela clásica sostiene que la política monetaria expansionista es ineficaz para aumentar la producción y el empleo; pero sí provoca inflación (ver VILLARREAL, René: "La contrarrevolución monetarista", Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1986, p. 52). (131) Nos dice KEYNES que "la importancia del dinero surge especialmente de que es un eslabón entre el presente y el futuro" (p, 261); y luego, al ocuparse de la teoría de los precios, procura determinar la elasticidad que tienen "en respuesta a las modificaciones en la cantidad de dinero" (p. 264); analiza entonces "la forma en que los cambios en la cantidad de dinero afectan los precios" (p. 272), tanto en el corto plazo como en el largo plazo ("Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero", Fondo de Cultura Económica, 2ª edición en español, 9ª reimpresión, Méjico, 1986). (132) El vocablo "monetarismo" ha sido acuñado hace apenas dos décadas, pero se ha convertido en un término de uso corriente en el vocabulario económico y jurídico (conf. DESAI, Meghnad: "El monetarismo a prueba", Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1989, p. 29). 106 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (133) "La proposición básica del enfoque monetarista se encuentra en el aforismo de Friedman de que la inflación es, en todo lugar y en todo momento, un fenómeno monetario", (ver VILLARREAL, René: obra citada en nota 130, p. 86). (134) Senador Brasesco: " ... soy empírico y he llegado a la conclusión de que todas las medidas ortodoxas -inclusive científicamente perfectas- que hemos aplicado en el campo económico desde 1970, tanto en los gobiernos de facto como los constitucionales -sean radical o justicialista, como en este momento- no han resuelto nuestros problemas", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5811. (135) Senador Brasesco, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5837. (136) Senador Brasesco, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5839 y 5841. (137) Senador Brasesco, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5842. (138) Diputado Rodríguez (J.), p. 5338. (139) Diputado Rodríguez (J.), p. 5341. (140) Diputado Manzano, p. 5345 y 5346. (141) Diputado Manzano, p. 5350. (142) HARROD, R.F.: "Política antiinflacionista", ed. Revista de Derecho Privado, Madrid, 1961, p. 40. (143) ver "El desagio", obra citada, nota 43, p. 104, reproduzco allí una carta dirigida a un jurista español, en la que me formulaba el interrogante: "¿sabrán los propios correligionarios del Presidente ponerse a la altura de las circunstancias, y en lugar de continuar manteniendo su clientela política, con la distribución de cargos públicos, adherirán a una política de efectiva contención en los gastos?" (144) El senador radical Trilla, con alguna nostalgia, señaló que "el Plan Austral fracasó, luego de un año y medio de puesto en marcha, por razones que no eran las técnicas expuestas en dicho plan. Seguramente ocurrirá exactamente lo mismo con este proyecto, en el que han intervenido economistas, académicos muy inteligentes y con gran capacidad profesional, por otras circunstancias existentes en la República y que fatalmente alterarán el ritmo de este proceso", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5826. (145) Senador Bravo, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5817. (146) Senador Brasesco, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5837. 107 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (147) Senador Brasesco, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5837. (148) Senador Romero Feris, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5824. (149) Legislador y lugar citados en nota anterior. (150) Senador Brasesco, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5839. (151) Senador Brasesco, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5839. (152) Diputado Baglini, p. 5317. (153) Senador Trilla, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5824. (154) Diputado Rodríguez (J.), p. 5340. (155) Conf. GRIFFITHS, Brian: "La abrumadora opinión general de quienes escriben sobre economía... es que la causa predominante de la inflación británica de la posguerra no estriba en la creación excesiva de dinero, sino en el poder monopolístico de los sindicatos, y en sus intentos de aumentar su participación en el producto nacional bruto", ("Inflación, el precio de la prosperidad", EDERSA, Madrid, 1978, p. 70). (156) GRIFFITHS recuerda que las políticas antiinflacionarias de Nixon en EE.UU. y Heath en Gran Bretaña comenzaron con la congelación de precios y salarios, y luego evolucionaron hacia su regulación (obra citada en nota anterior, p. 257). (157) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5813. (158) Legislador citado en nota anterior, p. 5816. (159) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5816. (160) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5826. (161) Diputado Aramouni: "Por esta ley se congelan los salarios y los haberes jubilatorios, pero no los precios", p. 5354. (162) Diputado Lazara: "La iniciativa presupone que es posible congelar por decreto la lucha por el ingreso en la Argentina. También señala que no habrá conflicto social o, si lo hay, no será respondido, porque habrá un congelamiento explícito de salarios en el sector público. En el mediano plazo las modificaciones a la actual composición de la distribución del ingreso se habrán de resolver por la vía del crecimiento de la productividad. Este argumento es bastante viejo y, además, ha demostrado ser ineficiente para contener la natural aspiración de cualquier persona a vivir en mejores condiciones", p. 5362. 108 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (163) El diputado Zamora aludió a la contradicción entre los precios libres y "los salarios congelados que acompañan a la convertibilidad", p. 5366. (164) Diputado Baglini: "¿Pagarán las provincias el aguinaldo de junio en estas condiciones? Este es el primer cúmulonimbo que enfrenta el programa de estabilización desde el punto de vista de los gastos", p. 5317. (165) Diputado Rodríguez (J.): "¿Tiene Formosa alguna chance o alguien se imagina que puede atender los requerimientos del aguinaldo de junio o la mayor remuneración derivada del incremento salarial dispuesto por el ministro Cavallo a poco de asumir, sin recurrir a la asistencia del Tesoro?", p. 5340. (166) Senador Trilla: "Existe un tema que incursiona desde luego en el ámbito social: los sueldos y las jubilaciones quedan atrasados con respecto a diciembre pasado, en términos reales, entre un 20 y 25 por ciento por la misma situación. Los ingresos fijos del personal del Estado y de los jubilados -esto realmente constituye un problema muy serio- quedan congelados en sus valores...", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5826. (167) Diputado Baglini, p. 5316. (168) Diputado Avila Gallo, p. 5364 y 5365. (169) A las palabras que reproducimos en texto, el diputado Zamora agregó lo siguiente: "A las cajas de jubilaciones se le han quitado 300 millones de dólares, que antes ingresaban por el impuesto incluido en las tarifas telefónicas. El gobierno de Menem se los quitó. Lo mismo ocurrió con los 350 millones de dólares incluídos en el precio de los combustibles. Así que podría no cumplirse con el millón 200 mil australes que se prometió a los jubilados, cifra que se congeló hasta fin de año. Si llegan a faltar fondos, el gobierno dirá que quiere ayudar a los jubilados, pero que no podrá usar la "maquinita" porque ello requeriría la aprobación de una ley del Congreso. Además a los jubilados se les anuncia el "remediazo". Los norteamericanos obtuvieron un gran triunfo: el pago de las patentes de los medicamentos. La Cámara de Laboratorios Medicinales dice que los precios de los medicamentos se duplicarán cuando se apruebe la ley correspondiente. Este es el tema que hoy preocupaba a los jubilados que se acercaron al Congreso", p. 5368. (170) Durante el debate de la ley el diputado Avila Gallo había expresado, refiriéndose a la situación de la administración pública en su provincia, que: "Como tucumano eso me preocupa ya que desde el mes de septiembre los jubilados, los empleados públicos, el personal de seguridad, los judiciales, no han recibido un solo aumento, mientras que ya se están sufriendo aumentos a espaldas de este plan, porque hay incrementos de precios de medicamentos, etc", p. 5364. (171) Senador Trilla: " ... circunstancias ... propias de una economía como la nuestra, en la que se tiene que estar constantemente atento para poder intervenir a los efectos de atender 109 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar situaciones difíciles, como ser el problema de las provincias, el de la educación, el de la sanidad, que no sabemos si están totalmente cubiertos en el presupuesto", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5826. 110 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar NOTAS (continuación) (172) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5812. (173) Diputado Lamberto, p. 5291. (174) Ver nuestro "Inflación y actualización monetaria", en colaboración con Pizarro y Vallespinos, ed. Universidad, Buenos Aires, 1981, en especial Cap. IV, p. 77 y ss. (175) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5812. (176) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. (177) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. (178) Diputado Ibarbia, p. 5309. (179) Diputado Lamberto, p. 5291. (180) Diputado Fescina: "Otro aspecto que queremos destacar y que creo que se vincula con una concepción ética se refiere a la posibilidad de volver al nominalismo del Código civil, terminando con la indexación, elemento éste que ha prostituido las mentes argentinas y que de hecho ha derogado el derecho contractual del Código civil ...", p. 5358. El mismo legislador agregaba con énfasis: "Cualquiera que haya actuado y actúe en la vida activa nacional como productor o como profesional puede decir que sólo conoce cómo inicia una relación contractual pero no puede asegurar cómo termina. Y ello porque no depende de la voluntad o de la buena fe de los celebrantes terminar bien esa relación contractual, sino de la realidad económica ajena al contrato, lo que ha empalidecido la realidad jurídica nacional y prostituido la palabra y la firma. Espero que este refresco de la concepción ética del derecho se reinstale en la Argentina", p. 5358. (181) Diputado Fescina: "La posibilidad del nominalismo en el orden contractual va a depender del gran comprometido que es el gobierno, si realmente está dispuesto a imaginar el futuro a través del esfuerzo y el sacrificio que en esta instancia le corresponde ...", p. 5358. (182) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5812. (183) MARTY, Gabriel y RAYNAUD, Pierre: "Droit Civil - Les obligations", Sirey, Paris, 1962, T. II, 1er. vol., Nº 563, p. 606. (184) Autores y obra citada en nota anterior, Nª 564, p. 607. 111 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (185) Diccionario de la Real Academia Española, 20ª edición, Espasa - Calpe, Madrid, 1984, T. II, p. 957. (186) Diputado López de Zavalía, p. 5382. Más adelante nos ocuparemos de la excepción mencionada por Fernando López de Zavalía, que está en las ordenanzas francesas de diciembre de 1958 y febrero de 1959. (187) ALTERINI, Atilio A.: "Desindexación. El retorno al nominalismo", Abeledo - Perrot, Buenos Aires, 1991, 8 y 9. (188) Autor y obra citada en nota anterior, p. 105. (189) Diputado Baglini: "Por medio de esta iniciativa se modifican tácitamente normas del Código civil como las que establecen la reparación integral del daño, lo que nunca se cumplirá si persiste la inflación -aunque sea mínima- luego de que se dicte la convertibilidad", p. 5319. (190) El principio nominalista está consagrado en Francia en materia de mutuo (artículo 1895), norma que se ha considerado con fuerza expansiva a todas las obligaciones de dar sumas de dinero. La prohibición expresa de indexar -aunque se admite la actualización por el precio de un producto- se estableció en la ordenanza del 30 de diciembre de 1958 (artículo 79), y su modificatoria del 4 de febrero de 1959, por las que se creaba el "nuevo franco". Estas ordenanzas, en muchos aspectos pueden considerarse antecedente directo de nuestra ley 23.928. Sus normas fueron consideradas de interpretación estricta por la doctrina y los tribunales, entendiéndose que la prohibición solamente alcanzaba a los casos especialmente mencionados. Por eso en la ley 66-1010, del 28 de diciembre de 1966, relativa a la usura, vemos que el legislador reconoce la posibilidad de indexación de préstamos dinerarios, y en el artículo 2 habla de "los casos de indexación total o parcial del préstamo en las condiciones previstas por los textos en vigor", y determina cuál debe ser el tope de la tasa para esas sumas "indexadas". (191) Una ley del 7 de abril de 1900 agregó un párrafo al artículo 1153, que dice: "el acreedor a quien su deudor moroso le ha causado, por su mala fe, un perjuicio independiente de ese retardo, puede obtener daños y perjuicios distintos de los intereses moratorios". (192) Ver nuestro "Aspectos económicos y jurídicos de la ley de convertibilidad", en el tomo I, p. 29. (193) Diputado Ibarbia, p. 5309. (194) Diputado Ibarbia, lugar citado en nota anterior. (195) En este capítulo hemos seguido principalmente los lineamientos de un trabajo nuestro 112 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar titulado:"Cláusulas de actualización. Una distinción necesaria: estabilizantes y fluctuantes (o aleatorias)", J.A., 1982 - IV - 681. (196) Recomendamos el trabajo de Juan VALLET de GOYTISOLO: "La antítesis inflación justicia", publicado en Revista Jurídica de Cataluña, LIX, septiembre - octubre 1960 y en Revista Internacional del Notariado, Nº 50-51, 1961, e incluído como Cap. IX en su libro "Sociedad de masas y Derecho", ed. Taurus, Madrid, 1969. (197) Diputado Ibarbia, p. 5309. (198) ver VILLARREAL, René: "La contrarrevolución monetaria", Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1986, p. 161 (cita allí un trabajo de Noyola Vázquez, Juan Francisco: "El desarrollo económico y la inflación en México y otros países latinoamericanos"). (199) ver autor y obra citados en nota anterior: " ... el paquete de políticas de cuño monetarista dentro de los programas de ajuste del FMI, se enfila en contra de los mecanismos de propagación del proceso de desequilibrio externo, ... es decir, sobre los síntomas y no sobre las causas profundas" (p. 169). (200) Diputado Baglini: "El proyecto que se encuentra a consideración de la Honorable Cámara cuenta con un capítulo al que se van a referir otros miembros de mi bancada pero al que no puedo dejar de aludir aunque sea en forma breve: el esquema de desindexación. Nadie puede dudar de que la desindexación es un mecanismo que va a contribuir a eliminar un factor que retroalimenta la inflación. Pero es distinta la situación si se considera que hay que "matar" al huevo y no la gallina"; y un poco más adelante agregaba: " ... hay que tener en cuenta que la inflación es la causa y la indexación el efecto", p. 5319. (201) Senador Aguirre Lanari: "Soy mucho más escéptico en el tema de la indexación que, evidentemente, fue respetada por nuestros tribunales nacionales tras el fenómeno del "Rodrigazo" para compensar el notorio envilecimiento del signo monetario, conforme lo sostuvieron los plenarios de las Cámaras civil y comercial de la Capital Federal ... Admito como cierto que la generalización del sistema, que debió concebirse como de emergencia, retroalimenta el sistema y el concepto de aumento de las expectativas inflacionarias pero, en definitiva, la indexación es efecto y no causa de la crisis", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5819. (202) Diputado Ibarbia: "La culpa no la tiene la indexación. Ello sería como echarle la culpa a la regla de tres simple. La culpa radicaba en la inflación, que destruía la moneda", p. 5309. (203) Ver en el tomo I, p. 33 y 34 (nota 54). (204) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5810. (205) Legislador citado en nota anterior, p. 5810. 113 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (206) Senador Rubeo: " ... vamos a impedir que el mecanismo perverso de la indexación, que se ha venido realizando mensual o bimensualmente sobre el costo de la locación, pueda violentar lo que se ha pactado voluntariamente al iniciar el contrato", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5815. (207) Diputado Lamberto: "Cuando las tasas de inflación comenzaron a ser muy superiores a los promedios mundiales y se producían distorsiones entre los patrimonios de las personas, entre el que compraba y el que vendía, alguien comenzó a pensar que había que hacer algo que permitiese corregir estas iniquidades. Toda la doctrina de la época comenzó a hablar de indexar la economía. Era la palabra mágica que iba a arreglar los problemas. Todo esto se explicaba con un ejemplo sencillo. Si una persona -se decía- iba a comprar un paquete de manteca, tenía que devolver un paquete de manteca. Esto parecía razonable; era razonable. Si yo recibía un bien, tenía que devolver algo equivalente", p. 5290. (208) Legislador y lugar citados en nota anterior. (209) Conf. BOURCIER de CARBON, Luc: "Analyse économique, Tomo II - La Monnaie et le Credit", Montchrestien, Paris, 1970, p. 118. (210) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5812. (211) Diputado Lamberto: "Todo este mecanismo no solamente ha formado parte de la economía, sino que se ha internalizado en la mente de los argentinos por lo que es necesario -yo diría que es la tarea más importante que debe cumplir este Congreso de la Nacióndesindexar la economía, ya que ese proceso se fue introduciendo en todas las normas legales: en las del trabajo, en las impositivas y en los contratos con el Estado. Detrás de cada disposición existió siempre una palabra mágica que significaba pagar más en beneficio generalmente de quien fijaba los índices; se ofrecían planes en los cuales quien vendía el producto fijaba las cuotas y el público siempre pagaba de más. Por eso es necesario poner fin a este mecanismo. Es una decisión política trascendente poder cortar con ese elemento que se ha incorporado casi en forma consuetudinaria a la vida de los argentinos", p. 5291. (212) Diputado Lamberto, p. 5290. (213) Diputado Martínez Raymonda, p. 5296. (214) Diputado Martínez Raymonda: "La base de la economía de nuestro país establecida por el Código civil es la nominalidad. Así funcionó durante mucho tiempo hasta que nuestros tribunales comenzaron a distinguir las deudas de valor de las de dinero y a ajustar la resultante de las deudas de valor para mantener la equivalencia de la relación económica que tenía el actor o el demandado al inicio de la acción judicial o de la relación económica que los vinculaba. Pero las deudas de dinero siguieron rigiéndose por el concepto de la nominalidad, hasta que en el primer golpe inflacionario ocurrido en 1975 la Corte y los tribunales inferiores admitieron su corrección. La indexación pareció entonces una forma de solucionar la injusticia 114 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar derivada de la inflación. Porque la inflación no sólo es mala sino siempre injusta pues castiga a quien no tiene bienes ni deudas -que se siguen pagando al valor nominal- que es el caso del trabajador, del pequeño empresario y de quien tiene ingresos fijos. Además, otro efecto perjudicial es que genera una demanda adicional basada en las ventajas del deterioro de la moneda", p. 5296. (215) Diputado Martínez Raymonda, p. 5297. (216) Legislador citado en nota anterior, p. 162 y 163. (217) Diputado Martínez Raymonda, p. 5297. (218) Senador Rodríguez Saa, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5851. (219) Diputado Balestrini, p. 5332. Agregó luego: "En la historia argentina la indexación ha generado injusticias graves. Por ejemplo, cuando el índice de precios subía porque se incrementaba el valor de la carne también se ajustaban los precios de los artículos de la construcción que nada tenía que ver aquélla. Siempre que se utilizan mecanismos como los que ahora proponemos se producen situaciones de injusticia transitorias, pero mucho más injusto es continuar con los mecanismos que se vinieron utilizando hasta el presente" (p. 5332). (220) Diputado Aramouni, p. 5355. (221) Senador Brasesco: "Junto a esto se hace un planteo que es lógico. Se deja de lado lo que llamamos actualización monetaria o indexación, incluso en los convenios colectivos de trabajo y toda cláusula de automaticidad, tanto en el reajuste salarial como en otros aspectos, queda derogada por este proyecto de ley. Es decir que se trata de un elemento que, sin lugar a dudas -en plena estabilidad y con moneda estable, con el dólar con una paridad permanente en diez mil australes- puede ser adecuado para las negociaciones colectivas y las relaciones de trabajo", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5838. (222) Diputado Ibarbia, p. 5309. E insistía: "Por eso nuestro partido está en contra de estas disposiciones. Comparte la idea de eliminar la indexación. En este sentido el gobierno debe apostar fuerte y eliminar la indexación de sus propias cuentas", p. 5309. (223) Diputado López de Zavalía, p. 5382. (224) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. El diputado Baglini también coincidió con estas apreciaciones relativas a la inconstitucionalidad de la prohibición de indexar: " ... la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia ha creado la indexación para preservar el derecho de propiedad -artículo 17 de la Constitución Nacional- y la justicia, no permitiendo el despojo que se produce cuando hay inflación y no se reconoce la actualización de los valores nominales. Este capítulo de la ley 115 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar incurre franca y frontalmente en problemas de inconstitucionalidad", p. 5319. (225) Senador Grosso: "Su aprobación contribuirá, tal vez, a crear una falsa ilusión de estabilidad por la vía de inducir a error al hombre común, quien en el primer momento podrá creer que la supresión de la indexación ha puesto fin a la inflación. Pero muy pronto, todos padeceremos las consecuencias de este engaño, que ha de provocar graves inconvenientes al país", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5844. (226) Diputado Gentile, p. 5381. (227) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5813. (228) Senador Aguirre Lanari: "Tal vez la realidad nos demuestra que la automaticidad con la que se aplicó el mecanismo conduce a soluciones jurídicas disvaliosas pero, en definitiva, la modificación que propone el proyecto de ley, reformulando el artículo 623 del Código civil, brinda un medio de resarcimiento adecuado, sustituyendo capitalización de intereses por indexación, pero deberá aplicarse la fórmula con precaución por cuanto el remedio podría resultar peor que la enfermedad", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5819. (229) Diputado Baglini, p. 5320. (230) Diputado Seguí, p. 5392. (231) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5833. (232) Diputado Martínez Raymonda, p. 5300. Momentos antes había anunciado que proyectaban "una disposición que atiende a una posibilidad que, aunque está contemplada en el artículo 1198 del Código civil en el marco de la teoría de la imprevisión, no está mal que la estructuremos en forma práctica, avisándole a la gente que puede resolver sus problemas llegando a un acuerdo con el cocontratante", p. 5300. (233) Diputado López de Zavalía: " ... debe sobreentenderse que no abarca la hipótesis contemplada por los párrafos segundo a quinto del artículo 1198 del Código civil, que consagra la teoría de la excesiva onerosidad sobreviniente en la prestación", p. 5382. (234) Diputado Lamberto, p. 5385. (235) Senador Romero: " ... en un proceso iniciado en la década del 60 se apeló al mecanismo de indexación o de ajuste monetario y se comenzó a aplicar este mecanismo de reajuste monetario. Así, se comenzaron a pactar en los contratos cláusulas de reajuste y, en los casos en que no se había previsto este mecanismo los tribunales empezaron a reconocerlo, primero en las llamadas obligaciones de valor, y luego en todas las obligaciones en virtud de las cuales deberían ser pagadas sumas de dinero. Se concluyó así estableciendo una relativa autonomía de los mecanismos de indexación con relación al resto de la economía" (el subrayado es nuestro), Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5812 y 5813. 116 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (236) Diputado Martínez Raymonda, p. 5296. (237) Diputado López de Zavalía, p. 5382. (238) "Art. 3477.- ... Tratándose de créditos o sumas de dinero, los jueces pueden determinar un equitativo reajuste según las circunstancias del caso". (239) Diputado Gentile: "Por último, quiero destacar que por esta norma no se derogan las leyes provinciales, ni ordenanzas municipales, como así tampoco las convenciones colectivas de trabajo que tengan cláusulas de carácter indexatorio, porque nosotros como Congreso de la Nación no somos competentes para ello de acuerdo con una vieja jurisprudencia de la Corte en el caso "Soenga, Héctor c/ Ferrocarriles Argentinos", del 7 de agosto de 1989, y en el caso "Nordensthol" (Fallos, 193 - 639)", p. 5381 y 5382. (240) Diputado Gentile: "La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el año 1973, en el caso "Valdez c/ Estado nacional", fundamentó la aplicación de la indexación en principios constitucionales y no en una interpretación del Código civil", p. 5381. (241) Diputado López de Zavalía, p. 5382. Por nuestra parte señalaremos que se admite también la actualización de las rentas vitalicias, que son consideradas como deudas alimentarias (ver GHESTIN, J. y BILLIAU, M.: "Le prix dans les contrats de longue durée", L.G.D.J., Paris, 1990, Nº 49, p. 79 y Nº 65, p. 97). (242) Diputado López de Zavalía, p. 5382. (243) Legislador citado en nota anterior, p. 5391. (244) LÓPEZ de ZAVALÍA, Fernando J.: "Teoría de los Contratos - Parte General", 3ª edición, reimpresión, Buenos Aires, 1991, Apéndice, p. 2, punto I-a. (245) Las palabras de Manzano constituían una referencia incidental al problema de actualización por el precio de un producto. Textualmente dijo: "Los que venimos de economías regionales sabemos cómo han sobrevivido algunos créditos a los sacudones hiperinflacionarios. Se fijaron en productos para que fueran devueltos en esa especie, anclados a algo", p. 5348. (246) Diputado Berhongaray, p. 5382 y 5383. (247) Senador Aguirre Lanari, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5820. (248) Legislador citado en nota anterior, p. 5820. (249) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. 117 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (250) Diputado Martínez Raymonda, p. 5299. (251) Diputado Baglini, p. 5319. (252) Diputado Alsogaray, p. 5328. (253) Diputado Fescina, p. 5358. (254) Diputado Tomasella Cima: " ... a pesar de nuestra buena voluntad en tratar de colaborar, no daremos nuestro voto al artículo 9, porque lo creemos injusto y contrario a normas constitucionales. Este artículo viola una ley que no hace más de ocho meses sancionó este Congreso y que también es de orden público. Todos los sectores nos habíamos comprometido a que ésa sería la última vez que se iban a revisar los contratos en forma retroactiva. Ahora lo hacemos nuevamente y eso no nos parece razonable ni es necesario para el esquema financiero que se pretende alcanzar", p. 5360. (255) Diputado Durañona y Vedia: "Voy a votar en contra del artículo 9 porque contiene la misma raíz intervencionista en las convenciones particulares que tuvo el decreto del presidente Alfonsín sobre desagio...", p. 5373. (256) Diputado Balestrini, p. 5332. (257) Legislador citado en nota anterior, p. 5332. (258) Por ejemplo, habla de desagio el senador Aguirre Lanari, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5820; y de "desagio dolarizado", el senador Laferriere, p. 5833. El diputado González (E.A.), utiliza ambos términos como si fueran sinónimos (p. 5335). (259) Habla de "desindexación" el senador Romero (ver nota siguiente), y el propio Laferriere también usa el vocablo en p. 5832. La mayor parte de los legisladores, en ambas Cámaras, han empleado el término desindexación. (260) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5813. (261) Diputado Lamberto, p. 5291. (262) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5814. (263) Ver nota 261. (264) Diputado Gentile, p. 5386. (265) Diputado Gentile: "En el caso de que no se proceda a efectuar esta modificación 118 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar imprescindible, podríamos decir que se trata de la cotización al cierre del último día hábil del mes de mayo de 1990, en el Banco de la Nación Argentina, tipo comprador", p. 5386. (266) Diputado Matzkin, p. 5386. (267) Con posterioridad el último párrafo del artículo 3 del decreto reglamentario 529/1 dispone que debe emplearse para el cálculo "el tipo de cambio comprador del Banco de la Nación Argentina al cierre del día o los días correspondientes", lo que sigue siendo insuficiente. Luego, en la Resolución ministerial 313/91, se procuran establecer mayores precisiones, sin lograrlo totalmente. (268) El diputado Jesús Rodríguez explicaba de esta manera el cálculo que debe efectuarse: " ... para determinar el precio de un producto o de un servicio se deberá seguir el siguiente procedimiento: el valor que tenía al mes de mayo de 1990, expresado en dólares, se incrementa en un 12 %; se obtendrá así el valor del producto o del servicio a valor dólar de hoy, y esta cifra se multiplica por 10.000 -que es el tipo de cambio de convertibilidad-, obteniéndose así el precio actual en australes", p. 5343. (269) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5814. (270) Resulta obvio que las relaciones jurídicas familiares no están sujetas a quita!; y dentro de las relaciones patrimoniales, no hay quita en las relaciones de derecho real. La desindexación comprende exclusivamente a "obligaciones dinerarias". (271) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5813. (272) Diputado Gentile, p. 5386. (273) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5813. (274) Legislador y lugar citados en nota anterior. (275) En atención a la variedad de situaciones comprendidas, y su naturaleza, agregaba el senador Romero Feris: "No se trata, pues, solamente de alquileres, cuya reducción se pretendería justificar con la sobrevaloración que tuvo el austral el año anterior, sino -como digo- de tal pluralidad de situaciones que la norma resuelve que volverán a atestar los tribunales -como ocurriera con el desagio del Plan Austral- de infinidad de juicios", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5823. (276) Senador Romero Feris, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5823. (277) Diputado Baglini, p. 5317. (278) Diputado Baglini, p. 5319. Debemos acotar, sin embargo, que algunas de las obligaciones mencionadas no están 119 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar comprendidas en la desindexación, por que sólo hay una prestación pendiente. (279) Diputado Martínez Raymonda, p. 5299. (280) Legislador y lugar citados en nota anterior. (281) "Este mecanismo del artículo 9 va a desindexar, desagiar o deflacionar en cierto porcentaje las primas que cobrarán las compañías aseguradoras, por tratarse la relación entre la compañía y el asegurado de un contrato de prestaciones de ejecución continuada. Por ende los ingresos de las compañías de seguros estarán afectados por este proceso de deflación que aplica el artículo 9. Pero los gastos de tales compañías, constituidos en su enorme proporción por los pagos de los siniestros derivados de la responsabilidad civil -que cubren más del 70 por ciento de la siniestralidad del sector asegurador-, no tendrán ninguno de los desagios porque no se trata de contratos de ejecución continuada", diputado Martínez Raymonda, p. 5299. (282) Senador Rubeo, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5815. Señaló que con las cláusulas de indexación que se aplicaban los alquileres habían crecido desmesuradamente y que con el mecanismo previsto por la ley "vamos a lograr una reducción sustancial, que en algunos casos puede llegar al 30 por ciento de la locación", p. 5815. (283) Senador Rubeo, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5815. (284) Senador Rubeo, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5815. Luego volvió sobre el punto en una interrupción que le concedió el senador Laferriere, diciendo: " ... la aplicación de un interés genuino del 1 % mensual surge de un antiguo reclamo formulado por los centros de propietarios; tenemos la documentación pertinente que acredita esta cuestión. No se trata de un hecho caprichoso, sino que surge de un reclamo proveniente de la organización gremial que nuclea a los propietarios ... ... Tendríamos que preocuparnos enormemente por esta situación que está atravesando el mercado de las locaciones desde el ámbito de los inquilinos. Con esto no me refiero solamente a los sectores de bajos ingresos, sino también a los comerciantes y profesionales que han sufrido las consecuencias del vertiginoso desarrollo de la hiperinflación, que hizo que en algunos casos el austral pegara una estampida mayor a la evolución del dólar...", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5833. (285) Senador Rodríguez Saa, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5834. Las palabras de este legislador eran una respuesta al senador radical Laferriere, quien había afirmado que el proyecto afectaba la libertad de los contratantes (p. 5833). (286) Dijo que podían producirse situaciones de injusticia en las relaciones entre particulares, mencionando los contratos de locación, entre otros (Diario de Sesiones del H. Senado ..., senador Laferriere, p. 5816). 120 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (287) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5833. Por nuestra parte, deseamos acotar que no es cierto que se garantice al propietario una renta del uno por ciento mensual sobre el valor de la propiedad, porque para la fijación de estos precios en dólares no se toma en cuenta para nada cuál es el valor real del inmueble! (288) Legislador y lugar citados en nota anterior. (289) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5833. (290) Diputado Baglini, p. 5320. (291) Diputado Tomasella Cima, p. 5360. (292) Diputado López de Zavalía, p. 5385. (293) Diputado López de Zavalía, p. 5386. (294) Senador Velázquez, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5814. Dijo también en esa oportunidad que no es novedad que "el valor de las cuotas excede con creces el 20 por ciento de los ingresos del núcleo familiar". (295) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5814. (296) Senador Rubeo, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5815. (297) Senador Rodríguez Saa, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5814. (298) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5833. (299) Diputado Baglini, p. 5320. (300) Diputado Gentile, p. 5386. (301) Diputado Gentile, p. 5386. (302) Diputado Gentile: "Hay contratos pactados en dólares y aquí no se habla de cómo se van aplicar o no con respecto a la evolución del dólar", p. 5386. (303) Diputado Aramouni, p. 5353. (304) Diputado Aramouni, p. 5354. (305) Diputado Martínez Raymonda, p. 5299 y 5300. (306) Legislador citado en nota anterior, p. 5299. 121 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (307) Diputado Martínez Raymonda, p. 5299. (308) Diputado Gentile, p. 5386. (309) Diputado Aramouni, p. 5356. (310) Diputado Aramouni, p. 5356. (311) Legislador y lugar citados en nota anterior. (312) Volveremos sobre el punto en el Capítulo XI, al tratar los problemas de derecho transitorio. (313) Senador Romero: "En razón de esta norma quedan fuera del ámbito de aplicación de esta cláusula, por ejemplo, los contratos de mutuo", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5813. (314) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5813. (315) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5853. (316) Diputado Ibarbia, p. 5309. (317) Diputado Rodríguez (J.), p. 5343. (318) Diputado Baglini: "¿Qué pasará con la cuota alimentaria fijada en un divorcio? Este es un tema que seguramente dará que hablar, porque si una sentencia judicial ha fijado una cuota alimentaria, significa que el marido tiene que pasar alimentos de acuerdo con el ajuste que fije el índice de precios al consumidor, y de aquí en más se producirá un desagio del 40 por ciento en la cuota del mes de abril respecto de la del mes de marzo corriente", p. 5320. (319) Diputado Durañona y Vedia, p. 5373. (320) Ver apartado a, Capítulo VII. (321) Así, por ejemplo, Benjamin J. COHEN nos dice que la más conocida de las funciones del dinero es la "de medio de cambio, por la cual se pagan los bienes y servicios y se descargan las obligaciones contractuales" ("La organización del dinero en el mundo", Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1984, p. 26); y Laurence HARRIS destaca que "en una sociedad capitalista avanzada es imposible el trueque, de modo que el dinero existe como una base necesaria para el cambio" ("Teoría monetaria", Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1981, p. 17). En nuestro país se ha dicho que "la moneda surgió como consecuencia de múltiples necesidades, entre las cuales merece citarse en lugar preferente, la necesidad de disponer de un elemento idóneo para la determinación de los términos del intercambio" (CALETTI, 122 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar Alberto Mario: "Historia de las monedas metálicas y del papel moneda", ed. Macchi, Buenos Aires, 1972, p. 4). (322) ver NEWLYN, W.T. y BOOTLE, R.P.: "Teoría monetaria", 3ª edición en castellano, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1984, p. 11: "Es dinero cualquier cosa que funcione como medio de cambio. la condición necesaria para el desempeño de esta función de cambios es la aceptabilidad general en el pago de las deudas. ... Si los miembros de una comunidad piensan que el dinero será generalmente aceptable, lo será, de otro modo no lo será". (323) HERNÁNDEZ GIL, Antonio: "Dinero es, dentro de cada Estado, aquel a que el ordenamiento jurídico asigna las funciones propias del mismo. El Estado establece cuál es el dinero, fija su unidad ideal o de cuenta y emite o reconoce los signos monetarios en que se materializa o que lo representan", Derecho de Obligaciones, Madrid, 1960, Nº 61, p. 179. (324) NEWLYN y BOOTLE nos dicen que uno de los factores que contribuyen a la aceptabilidad del dinero es su curso legal, que lo hace jurídicamente aceptable para la satisfacción plena de las deudas: "El dinero que tiene esa calidad se llama dinero legal, mientras que el dinero que no la tiene se llama dinero consuetudinario. Esta diferencia entre el dinero legal y el consuetudinario interesa más al jurista y al historiador que al economista...", ver obra citada en nota 322, p. 11. (325) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5816. (326) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5816. (327) El senador Trilla hizo alusión al "bimonetarismo" que se implantaba al admitirse "efectuar contratos con obligaciones de dar en la misma moneda pactada", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5829. (328) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5835. (329) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5835. (330) Senador Rodríguez Saa: "Se modifica el Código civil en lo siguiente. Se mantiene la moneda de curso legal, que es el austral y se incorpora una moneda de curso posible que es la moneda extranjera", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5835. (331) Senador Brasesco, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5840. Agregó: " ... cuando alguien quiera comprar un sillón en una mueblería van a decir que la operación se puede hacer en dólares y vamos a firmar la documentación en dólares y habrá que pagar en dólares. Estoy hablando de la economía doméstica, del hombre común que camina por la calle, pero que alimenta el mercado interno. Estoy hablando del que compra no el auto, sino la heladera, la estufa y del que tiene que pagar las expensas, que las puede pagar en dólares", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5840. 123 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (332) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. (333) Senador Rodríguez Saa: "No es así. ... Lo que tienen ahora el dólar y otras monedas extranjeras, como sucede en todos los países del mundo, es el curso posible, la aceptación de las monedas extranjeras en las transacciones entre particulares", Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5844. (334) Senador Rodríguez Saa, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5844. En realidad, el representante de la provincia de San Luis pretende distinguir aquí entre "curso posible", y "curso forzoso", pero si ambas categorías están admitidas por la ley quizás debería llegarse a la conclusión de que son sub-especies del "curso legal"! (335) Diputado Lamberto, p. 5290. (336) Diputado Martínez Raymonda, p. 5297. (337) Diputado Martínez Raymonda, p. 5300. (338) Diputado López de Zavalía, p. 5390. (339) Diputado López de Zavalía, p. 5390. (340) Legislador y lugar citados en nota anterior. (341) Diputado López de Zavalía, p. 5390. (342) Senador Brasesco, versión taquigráfica provisoria, p. 481. Estas palabras no aparecen en la versión definitiva publicada en el Diario de Sesiones. (343) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5816. (344) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. (345) Diputado López de Zavalía, p. 5391. (346) "Art. 623 (Proyecto de Unificación).- Se deben intereses sobre intereses si: 1) Se ha convenido la acumulación de los intereses al capital. 2) Se ha demandado judicialmente el cobro del capital. La acumulación de los intereses ocurrirá en la fecha de interposición de la demanda. 3) En los demás casos previstos por este Código". (347) "Art. 624 (Proyecto de Unificación).- Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 953 los jueces podrán reducir los intereses adeudados por personas físicas cuando excedan en tal medida el costo habitual del dinero en los mercados financieros para deudores y operaciones similares que deba considerarse que su estipulación constituyó un aprovechamiento abusivo de 124 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar la situación del deudor". (348) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5816. (349) Diputado López de Zavalía, p. 5391. (350) Diputado Seguí, p. 5392. (351) Diputado Martínez Raymonda: "En cuanto al artículo 623 del Código civil, creemos que éste debe modificarse pero estableciéndose un límite para los ajustes de acumulación de por lo menos tres o seis meses, evitándose así una nueva transformación en intereses que terminarán superando las tasas reales de mercado", p. 5300. (352) Diputado Aramouni: " ... no puedo menos que reprobar, condenar y rechazar la modificación al artículo 623 del Código civil por cuanto su redacción no hace más que legitimar la aplicación de intereses usurarios sobre intereses usurarios; es decir la usura de la usura. Me gustaría saber si ésta no es la moneda corriente con que se le paga tanto a la banca acreedora externa como a la interna para que, de esa manera no tengan inconvenientes ni escrúpulos en que los deudores de los créditos bancarios se vean compelidos a pagar interés sobre interés", p. 5355. (353) Ver nota 228. (354) El diputado Lamberto, para criticar los mecanismos de indexación, mencionó como ejemplo la circular 1050, diciendo: " ... Hay recuerdos famosos, como la circular 1050, los créditos del Banco Hipotecario Nacional y los círculos de ahorro. Se trataba de algo en lo que la gente sabía cómo empezaba pero no cómo terminaba y generalmente finalizaba pobre y perdiendo los bienes que poseía", p. 5290 y 5291. Lo que sucede es que la mencionada circular no estableció realmente una cláusula de actualización, sino un cálculo de costo del dinero por vía de la capitalización de intereses. (355) Diputado Ibarbia: "Los precios subían por el ascensor y los salarios por la escalera. Las cuotas de los créditos hipotecarios otorgados en virtud de la circular 1050, Seguían un camino distinto al de los salarios", p. 5309. (356) De manera coincidente López de Zavalía, en apéndice a la reimpresión del tomo I de su "Teoría de los Contratos", dice: "Como es de esperar que los intereses "brutos" de plaza tengan en cuenta la inflación, se da de este modo, y acumulado al escandaloso anatocismo, la vía de escapar totalmente a la prohibición del artículo 7 de la ley. Se da a los prestamistas lo que se prohibe a los contratantes, y a éstos, indirectamente se los está alentando a que se vuelquen al dólar o, si permanecen en el austral, a que acudan a las más sofisticadas combinaciones para eludir la irrazonable prohibición" (ed. Zavalía, Buenos Aires, 1991, última página del apéndice). (357) Diputado Baglini, p. 5320. 125 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (358) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5813. (359) "Un teórico de la importancia de Arthur Nussbaum, en su "Teoría jurídica del dinero, señala: 'El paso al nuevo sistema de las deudas antiguas, es decir, de las expresadas en la moneda sustituida, se regula por las disposiciones transitorias (normas de reducción) que el legislador establezca. Pero no es indispensable que esa disposición se determine en todo caso de una nueva manera expresa, sino que puede deducirse tácitamente. Así, con ocasión de la caída de la monarquía austrohúngara, la norma para la reducción de la antigua corona a la corona de los nuevos estados resultantes de la disgregación, se presentaba evidentemente en la proporción uno a uno, puesto que las nuevas coronas habían sido creadas precisamente para sustituir a la antigua'. Así concluye la cita", legislador y lugar citados en nota anterior. (360) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5813. (361) Diputado Martínez Raymonda, p. 5299. (362) Diputado Lamberto, p. 5384. (363) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. (364) Diputado Gentile, p. 5385. (365) Diputado Gentile: "Hay tribunales federales, como los de Córdoba, que cuando indexan las obligaciones establecen en algunos casos un 5 por ciento de interés anual, y en otros un 6 u 8 por ciento. Sí, como se anuncia, a partir de este plan la inflación será del 1 o el 2 por ciento mensual, los intereses compensatorios tendrán que ser del 12 por ciento, como se establece en el articulado del proyecto, o del 24 por ciento, respectivamente", p. 5385. (366) "La supresión parcial de la sentencia por parte de una norma inconstitucional dictada por el Congreso va a traer no sólo una afectación a la Constitución Nacional sino también a la propia sentencia, porque no se podría -en el caso de acatarse esta ley inconstitucionalmodificar la tasa de interés que está preestablecida en la sentencia", diputado Gentile, lugar citado en nota anterior. (367) El decreto 941/91, cuyo artículo 10 modifica el artículo 8 del decreto reglamentario, faculta a los jueces que fijen intereses que resulten realmente compensatorios. ¿Acaso ha pretendido, también aquí, el Poder Ejecutivo autorizar una actividad judicial que modifique la "cosa juzgada"? ¿O debe interpretarse que esta norma se aplica solamente a las sentencias futuras? (368) Recordó el diputado Gentile que " ... el gobierno nacional, a través de los decretos 34, 53 y 383 de 1991 suspendió los juicios en los que es parte el Estado nacional. Estos decretos han sido declarados inconstitucionales por varios tribunales y han originado la presentación de un 126 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar proyecto de ley del cual soy autor por el que se propone su abrogación", p. 5385. (369) ARECO, Juan Segundo: "La irretroactividad de la ley y los contratos sucesivos", ed. Kraft, Buenos Aires, 1948. (370) Obra citada en nota anterior, p. 100. (371) Ver nota 239. (372) ver nuestro "Irretroactividad de la ley y el nuevo artículo 3 del Código civil", Direc. General de Publicaciones, Univ. Nacional, Córdoba, 1976 (distribuye ed. Zavalía), en especial Cap. I, p. 13 y ss. (373) ROUBIER, Paul: "Le droit transitoire", Dalloz, Paris, 1960, Cap. IV, p. 177. (374) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5816. (375) Por ejemplo los diputados Aramouni (p. 5354), Lazara (p. 5362) y Zamora (p. 5366), sostuvieron que se congelaban los salarios, pero no los precios. (376) El senador Romero en reiteradas oportunidades afirmó que no había congelación de salarios: "Aclaro que esto no implica que se esté pensando en el congelamiento salarial. El incremento salarial se puede producir tantas veces como las partes lo convengan, pero no por vía de la indexación, sino mediante acuerdos, los que tienen relación con el incremento de productividad, con el aumento de la actividad económica, que es lo que estamos buscando. De ninguna manera puede interpretarse esto como un congelamiento. Por el contrario, se trata de eliminar el mecanismo arbitrario de la indexación para pasar a otro mecanismo que tenga que ver con la realidad del incremento de la productividad" (Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5816; ver también ps. 5813 in fine, y 5826). (377) Diputado Baglini: " ... recuerdo a los señores diputados que la semana pasada el ministro Cavallo reunió en la Casa de Gobierno a los presidentes de bloque de esta Cámara y del Senado, así como a otros integrantes de ambos cuerpos legislativos. Nos repartió ejemplares del proyecto de ley que quedaron en nuestro poder. El artículo 7 contenía una enormidad tal como la de declarar nulas de nulidad absoluta las disposiciones legales y reglamentarias que se le opongan. Quien redactó esa barbaridad no lograría aprobar Introducción al Derecho, primera materia de la Facultad...", p. 5388. (378) Senador Laferriere, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5833. (379) Senador Rodríguez Saa, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5834. (380) Diputado Cruchaga, p. 5383. 127 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (381) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. (382) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. (383) Art. 14 de la ordenanza 59/246, del 4 de febrero de 1959. (384) ver GHESTIN y BILLIAU, obra citada en nota 241, p. 78. (385) ver Actas del "Tercer Congreso Nacional de Derecho Civil", Imp. Univ. Nacional, Córdoba, 1962, T. I, p. 68 y ss. (386) ver Recomendación Nº 1, Actas del "Tercer Congreso Nacional de Derecho Civil", Imp. Univ. Nacional, Córdoba, 1962, T. II, p. 769. (387) Reformas introducidas por la ley 17.711. (388) Ver Actas del "Tercer Congreso ... ", T. I, ponencia del Dr. Orgaz (p. 75), despacho de la Comisión definitiva (p. 76), y T. II, recomendación Nº 1, punto 2º, p. 769. (389) Ver intervenciones de Brebbia, p. 95; Novillo Saravia, p. 96; Spota, p. 97. (390) Diputado Ibarbia, p. 5310. (391) Diputado Durañona y Vedia, p. 5373. (392) Senador Romero, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5816. (393) Senador y lugar citados en nota anterior. (394) ver LLAMBÍAS, Jorge Joaquín: "Tratado de Derecho Civil - Parte General", Perrot, Buenos Aires, 1961, T. I, Nº 191, p. 154. Se ocupa allí de la tesis que identifica el orden público con la voluntad del legislador, y afirma que "este criterio es enteramente insatisfactorio, porque no ilustra sobre los motivos o razones que pueden conducir al legislador para acordar el carácter de orden público a una norma, lo cual no puede depender de un puro arbitrio legislativo". (395) Autor y obra citados en nota anterior, Nos. 186 a 194, p. 151 y ss. (396) Autor y obra citados en nota 394, Nº 195, p. 156. (397) Senador Grosso, Diario de Sesiones del H. Senado ..., p. 5843. (398) ARECO, Juan Segundo, obra citada en nota 369, p. 125. (399) Diputado Aramouni, p. 5354. 128 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar (400) Diputado Aramouni, p. 5356. (401) BORDA, Guillermo A.: "Tratado de Derecho Civil, Parte General", 4ª ed., Perrot, Buenos Aires, 1965, T. I, Nº 47 y 48, p. 60 a 62. (402) Diputado Aramouni, versión taquigráfica provisoria, p. 1021 y 1022. (403) CARBONNIER, Jean: "Droit Civil - Les Obligations", 10ª ed., Presses Universitaires de France, Paris, 1979, Cap. II, p. 124. (404) Diputado Aramouni, p. 5356. (405) ver TORRE, Abelardo: Introducción al Derecho, 5ª ed., Abeledo - Perrot, Buenos Aires, 1965, Cap. XII, Nº 56, p. 300. (406) AFTALION, Enrique R.; GARCÍA OLANO, Fernando y VILANOVA, José: Introducción al Derecho, 11ª ed., Cooperadora de Derecho, Buenos Aires, 1980, p. 296. (407) Senador Brasesco, versión taquigráfica provisoria, p. 481. Las palabras de Brasesco mencionadas en esta nota, y en la siguiente, no aparecen en la versión definitiva del Diario de Sesiones. (408) Senador Brasesco, versión taquigráfica provisoria, p. 482. (409) Diputado López de Zavalía, p. 5382. (410) Diputado López de Zavalía, p. 5390. (411) SWIFT, Jonathan: "Viajes de Gulliver", traducción de Pollux Hernúñez, Hyspamerica, Buenos Aires, 1985 (tomo 58 de la colección: "Biblioteca personal de Jorge Luis Borges). (412) "En aquel país ninguna ley debe tener más palabras que letras el alfabeto, que cuenta sólo con veintidós. Aunque a decir verdad pocas llegan a alcanzar tales límites. Están redactadas en los términos más claros y sencillos, y aquella gente no es tan viva como para descubrir en ellos más de una interpretación. Y es un crimen que se paga con la muerte escribir un comentario sobre alguna ley", Capítulo 7, Parte Segunda, p. 164, obra citada en nota anterior. (413) Diputado López de Zavalía, p. 5385. 129 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar INDICE de legisladores citados (los números hacen referencia a las notas en que se los menciona) SENADORES: AGUIRRE LANARI: 11, 22, 79, 81, 111, 122, 201, 229, 247, 248, 258. BRASESCO: 131, 135, 136, 137, 146, 147, 150, 151, 221, 331, 342, 407, 408. BRAVO: 117, 145. GASS: 25, 61, 123, 128. GROSSO: 55, 62, 80, 91, 92, 115, 129, 176, 177, 224, 225, 249, 332, 344, 363, 381, 382, 397. LAFERRIERE: 24, 49, 64, 82, 107, 258, 259, 284, 286, 287, 288, 289, 298, 328, 329, 378. LEON: 48. ROMERO: 9, 10, 43, 44, 45, 53, 63, 75, 77, 79, 83, 84, 126, 148, 157, 158, 159, 160, 172, 175, 182, 204, 205, 210, 228, 235, 259, 260, 262, 269, 271, 274, 295, 313, 314, 315, 325, 326, 343, 348, 358, 359, 360, 374, 376, 392, 393. ROMERO FERIS: 46, 47, 126, 148. 149, 275, 276. RODRÍGUEZ SAA: 258, 285, 297, 330, 333, 334, 379. RUBEO: 206, 282, 283, 284, 296. SOLANA: 54, 88, 125. TRILLA: 23, 127, 144, 153, 166, 171, 327. VELÁZQUEZ: 294. DIPUTADOS: ALSOGARAY: 70, 89, 96, 97, 98, 109, 110, 252. 130 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar ÁLVAREZ GUERRERO, 29, 33. ARAMOUNI: 26, 31, 36, 161, 220, 303, 304, 309, 310, 311, 352, 375, 399, 400, 402, 404. AVILA GALLO: 27, 28, 37, 51, 168, 170. BAGLINI: 16, 30, 60, 68, 69, 99, 100, 102, 152, 164, 167, 189, 200, 224, 230, 251, 277, 278, 290, 299, 318, 357, 377. BALESTRINI: 219, 256, 257. BERHONGARAY: 264. CRUCHAGA: 380. DURAÑONA y VEDIA: 32, 71, 78, 255, 319, 391. FESCINA: 90, 180, 181, 253. FIGUEROA: 15. GENTILE: 226, 227, 239, 240, 264, 265, 272, 273, 300, 301, 302, 308, 364, 365, 366, 368. GONZÁLEZ (E.A.): 19, 20, 50, 122, 258. IBARBIA: 72, 93, 94, 95, 101, 104, 105, 106, 116, 178, 193, 194, 197, 202, 222, 263, 316, 355, 390. LAMBERTO: 12, 35, 56, 57, 58, 76, 173, 179, 207, 208, 211, 212, 234, 261, 335, 354, 362. LAZARA: 162, 375. LÓPEZ de ZAVALÍA: 186, 223, 233, 237, 241, 242, 243, 244, 292, 293, 338, 339, 340, 341, 345, 349, 356, 409, 410, 413. MANZANO: 52, 85, 119, 140, 141, 245. MARTÍNEZ RAYMONDA: 13, 14, 59, 65, 66, 67, 86, 87, 213, 214, 215, 216, 217, 236, 279, 280, 281, 305, 306, 307, 336, 337, 351, 361. MATZKIN: 35, 266. RODRÍGUEZ, (J.): 17, 18, 34, 74, 103, 112, 113, 118, 120, 138, 139, 154, 165, 268, 317. RAMOS: 124. 131 Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba (República Argentina) http://www.acader.unc.edu.ar SEGUI: 231, 350. TOMASELLA CIMA: 254, 291. ZAMORA: 121, 123, 169, 291, 375. 132