Nota Completa Red Abolicionista

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Red Abolicionista de la Prostitución y Trata de Personas
Repudio al proyecto de ley presentado por el Diputado Alejandro Calderón
El diputado justicialista Alejandro Calderón presentó en la Legislatura neuquina un
proyecto de ley para que se reconozca y regule la prostitución en esa provincia bajo el
nombre “Reconocimiento y Regulación de la Prostitución en la Provincia del
Neuquén”. (Proyecto de Ley 7041- D- 486/10).
La Red Abolicionista de la Prostitución y Trata de Personas repudia el
proyecto de ley presentado por el Diputado Alejandro Calderón ante esa Legislatura y
considera inaudito que un legislador se oponga a tratados internacionales incorporados a
nuestra Constitución y a leyes vigentes en el país, como por ejemplo la ley 12331, el
Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución
Ajena y Convención contra todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW),
art. 6.
En lugar de procurar el cumplimiento irrestricto de leyes protectivas de los
derechos humanos éste proyecto de ley atenta contra la dignidad y el valor de la persona,
alienta la prostitución y la trata de personas y favorece el accionar del crimen organizado.
Hacemos nuestros los dichos de Pilar Vendrell, Integrante de esta Red
Abolicionista de la Prostitución y la Trata de Personas, y de Profesionales
Latinoamericanos/as contra el Abuso de Poder- quien en su artículo ¿Existe el ejercicio
de la prostitución libre? dice:
“… La sexualidad se define integrando el concepto de intimidad, que se crea en el ser
humano a partir del acceso al pudor y a la ternura. Implica un otro u otra en la misma
situación íntima, definida en sentido amplio. Esto solo se logra a través de unión con el
placer. Ternura y placer erótico constituyen la sexualidad humana. Y no puede en esta
definición existir el dinero de por medio, ya que marca una relación de poder de otro
orden.”
Y agrega más adelante Pilar Vendrell
“…No siempre quien "elige" a solas, sin que haya un otro que la obligue, elige realmente.
Ese "otro" está encaramado en el imaginario social que hace creer que todo es vendible,
hasta el cuerpo y que eso es elegir.
Quien paga adquiere un derecho, y entonces el /la que vende ya no es dueña ni de
su elección, ni de su cuerpo y debe someterse a los deseos del otro, por mas
condicionamiento que algunas mujeres prostituídas pongan, nunca es una relación libre,
es un otro que pagó quien la administra.
Cuando alguien paga, se adueña de lo que compró, y ahí se terminó la libertad de
quien vende.
El imaginario social hace creer que los hombres no pueden vivir sin relaciones
sexuales "por una cuestión biológica", supuesta diferencia de las mujeres, y eso así se
justifica la prostitución. La "descarga", de la forma que sea. Eso no es sexualidad. Es
ejercicio del poder masculino con el dinero como medio de intercambio. El placer en la
prostitución, para el cliente, no está en la sexualidad, está en el poder sobre la mujer que
se "compra". Se entiende mejor pensando en el abuso sexual infantil, donde no hablamos
de ejercicio de la sexualidad sino del ejercicio abusivo del poder de un adulto,
vehiculizado por conductas sexuales concretas.
Trabajo implica remuneración, pero también implica "hacer" algo productivo, se
instala en la cadena de producción. ¿Podemos decir que la mujer "produce" vendiendo su
cuerpo?. Trabajo implica contrato con derechos y obligaciones pactadas (mas allá de lo
que en la realidad suceda) y leyes que lo regulen. Ese es el peligro de considerar trabajo
a la prostitución, que se regule y los "clientes" sean legítimos compradores de lo que no
es vendible. Porque, en definitiva, vender el cuerpo es vender la voluntad y quedar a
merced del que compra, tal vez en algunos casos con la ilusión de libre elección.
Se venden y compran "cosas, objetos", no personas. Pagar un acto de prostitución
es convertir a quien la ejerce en una cosa adquirible ¿eso es elección libre?
Y concluye Pilar diciendo “ (…). La fantasía de ser independiente ganando "buen dinero",
hasta que aparece la verdad, eso no es libertad ni independencia. Es sometimiento. Y no
es sexualidad, es poder”.
En todo el mundo la aceptación de la prostitución como si fuera trabajo se
corresponde exclusivamente con los intereses y las demandas de prostituidores,
proxenetas y tratantes con el fin de poder ser legitimados como meros clientes y/o
empresarios. El legislador debería saber que las únicas actividades con genuinos
atributos para ser reconocidas como trabajo, corresponden exclusivamente a aquellas
que puedan ser consideradas un valor y organizador subjetivo y social que históricamente
aseguran la ciudadanía y la inclusión bajo cualquier circunstancia. Además debería saber
que la prostitución produce siempre excepcionales y crónicos daños individuales y
colectivos y que jamás podrá reunir las características establecidas para el denominado
“trabajo decente”, trabajo que se realiza en condiciones de libertad, equidad, seguridad y
dignidad humana.
Por lo tanto, repudiamos al Proyecto de Ley del Diputado Calderón, y
exigimos de ese Cuerpo Legislativo una clara adhesión a los principios
abolicionistas que tradicionalmente sostiene nuestra República y forman parte de
nuestra Constitución Nacional.
Red Abolicionista de la Prostitución y Trata de Personas
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