las exigencias del mercado de trabajo contemporáneo

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UNIVERSIDAD DE FLORES – UFLO
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
CURSO DE DOCTORADO EN PSICOLOGÍA
LAS EXIGENCIAS DEL MERCADO DE TRABAJO CONTEMPORÁNEO Y LA FALTA DE
COINCIDENCIA CONSIGO MISMO EN LA PRODUCIÓN DEL STRESS
DOCTORANDA: MAYEVE ROCHANE GERÔNIMO LEITE ARAÚJO
ASIGNATURA: SEMINARIO SOBRE EL PENSAMIENTO DE ORTEGA Y GASSET
COMO FUNDAMENTO PARA LA PSICOTERAPIA
DOCENTE: PROF. DR. RICARDO ARANOVICH
BUENOS AIRES
2005
LAS EXIGENCIAS DEL MERCADO DE TRABAJO CONTEMPORÁNEO Y LA FALTA DE
COINCIDENCIA CONSIGO MISMO EN LA PRODUCIÓN DEL STRESS
MAYEVE ROCHANE GERÔNIMO LEITE ARAÚJO
LAS EXIGENCIAS DEL MERCADO DE TRABAJO CONTEMPORÁNEO Y LA FALTA DE
COINCIDENCIA CONSIGO MISMO EN LA PRODUCIÓN DEL STRESS
Monografía presentada al Curso de Doctorado en
Psicología de la Universidad de Flores – UFLO, en
cumplimiento a las exigencias de la asignatura
Seminario sobre el Pensamiento de Ortega y
Gasset como Fundamento para la Psicoterapia.
DOCENTE: PROF. DR. RICARDO ARANOVICH
BUENOS AIRES
2005
La monografía aquí presentada pretende abordar cuestiones pertinentes a la relación entre
la falta de autenticidad en las actitudes del profesional del mundo de trabajo contemporáneo y la
producción del stress. Para empezar, se puede decir que parece claro y notorio el hecho de que el
hombre de la sociedad actual dio un salto demasiado grande en lo que dice respecto a los
recursos utilizados para mantener y garantizar su supervivencia, en relación a sus ancestrales. Los
recursos científicos y tecnológicos característicos de la sociedad actual ampliaron de sobremanera
las relaciones sociales, tornando más compleja la forma de vincularse y comunicarse del hombre.
Al respecto, no es necesario hacer referencia a épocas tan remotas como cerca de 4,5
millones de años atrás, cuando los primeros homínidos bajaron de los árboles y pasaron a
equilibrarse sobre dos piernas, para darse cuenta de este cambio. Hace tan solamente medio siglo
no era posible imaginar, como aplicables a la vida real, los hechos y sucesos que caracterizan el
siglo XXI. ¿Quién podría pensar en la velocidad de la sucesión de imágenes y sonidos propios de
la naturaleza del fenómeno televisivo? ¿Cómo imaginar que dos personas, geográficamente
separadas por miles de kilómetros de distancia, pudieran, en una fracción de segundos, iniciar una
comunicación oral y visual, por medio de una maquina computadora? ¿Y qué decir sobre la
posibilidad de reproducción de seres, a través de la manipulación del genoma?
Con vistas a mejor situar la temática, se marcarán algunas otras características peculiares
al mundo moderno y globalizado. Así, en primera instancia, conviene hacer algunas
consideraciones importantes sobre el panorama característico del nuevo mercado de trabajo: a) el
mercado actual fomenta la realización de carreras combinadas, o sea, el profesional más
requerido es aquél que combina una formación académica con alguna otra especialización; b) el
nuevo siglo camina en dirección a una economía terciaria, lo que implica que el profesional
piense en su oficio como un servicio a ser prestado para las empresas que lo necesitan; c) las
empresas del nuevo siglo son mucho más competitivas, y, por lo tanto, exigen profesionales
mucho más talentosos que antes; d) las máquinas de un modo general y la computadora de
manera más específica se hizo cargo de la mayoría de las tareas mecánicas y repetitivas, dejando
para el hombre (y exigiendo de él) lo más creativo y innovador; e) es importante que el
profesional tenga grupos de aptitudes naturales o habilidades adquiridas y no apenas una de ellas;
f) se espera una actitud empresarial por parte de trabajador, a la vez que el mismo debe pensar,
sentir y comportarse, dentro de su área, como si fuera dueño de un pequeño negocio;
Las consideraciones hasta entonces explicitadas llevan a pensar que el mercado de trabajo
actual está cada vez más exigente y concluir exitosamente una profesión dominando los
conocimientos que le es pertinente no es más ninguna garantía para lograr un buen puesto. Tras
tantas exigencias, no es difícil reconocer que hoy por hoy el trabajo se trasformó en una de las
más importantes fuentes externas de stress, a la vez que ya no es suficiente dominar los
conocimientos de un área específica, sino también adquirir conocimientos de varias otras áreas de
algún modo relacionadas con la que fue elegida. Sumada a esas cuestiones, está la inevitable
velocidad de información característica del mundo globalizado y también las características
individuales de cada persona en este nuevo contexto.
Las observaciones anteriores se centralizan en el resultado negativo encontrado como
consecuencia de variables externas al individuo. No obstante, esas cuestiones solamente tienen
sentido de ser discutidas en el ámbito de la psicología si son adjuntadas a la subjetividad humana,
a la vez que es propio de la naturaleza del hombre decidir sobre su propia existencia, sobre lo que
hacer de su vida, y, de esta forma, filtrar todo lo que viene de afuera. Por lo tanto, si bien estas
cuestiones tienen implicancia directa en la presencia de stress, ya es sabido que la naturaleza de
su fuente puede ser tanto de origen externa cuanto interna.
De acuerdo con el gran filósofo español ORTEGA Y GASSET, uno de los más profundos
investigadores del problema del hombre y de la sociedad, en esta intrigante relación existente
entre el hombre y el stress producido por su ambiente de trabajo, se encuentra un mediador
fundamental: la coincidencia con su vocación. En relación a esta temática, dicho filósofo dejó una
reflexión que no sólo permanece actual, mas ayuda a comprender dilemas y responsabilidades
que todos experimentan cuando enfrentan los desafíos que impone el actual mercado de trabajo.
En su filosofía, ORTEGA Y GASSET admite el supuesto de que cada hombre tiene que
construir su mundo, pero defiende el hecho de que existen talentos, una vocación que permite que
las personas procuren realizar un impulso interior y eso es más importante de lo que se pueda
suponer en lo que se refiere a la realización profesional y personal del sujeto hombre. Los
desafíos de la vida son para muchos, imposibles de ser vencidos y es por esto que la gran mayoría
de las personas de hoy eligen sus profesiones orientadas por intereses objetivos, o sea, dictadas
por el deseo de conseguir buenos resultados materiales, posición de destaque y de prestigio,
buenos rendimientos, “status”, etcétera. En función de esta situación, el desempeño de cualquier
tarea culminará en algún momento del futuro con una disconformidad psíquica, a la vez que los
intereses subjetivos fueron explícitamente amordazados. A propósito, esos últimos dicen respecto
a aquellos dictados sobre todo por el placer en hacer alguna cosa de su agrado, sin esperar otras
ventajas decurrentes.
Las consideraciones anteriores culminan con los escritos de ARANOVICH (2002) cuando
discute cuestiones relacionadas al stress, entendido como consecuencia de una falta de armonía
entre la vocación y las tareas realizadas. Según el autor, la coincidencia entre las actitudes del
profesional y su vocación permiten el desarrollo de brillantes y exitosas trayectorias, porque tales
actitudes son consideradas autenticas. En contrapartida, cuando en la vida de una persona no
ocurre semejante coincidencia, el trabajo pasa a ser una experiencia penosa, a la vez que se está
forzando como autentico algo en realidad no lo es.
En la sociedad capitalista contemporánea, pensar en la realización profesional con base en
los intereses subjetivos, o sea, desempeñar un trabajo basado en lo autentico y así ejecutar su
misión, implica, para muchos, caer necesariamente en el malogro. Al respecto, ORTEGA Y
GASSET es bastante optimista puesto que para él ni siempre las condiciones históricas, actuales y
también personales tornan imposibles la realización de la vocación de cada hombre y, por lo
tanto, la derrota no es decretada de antemano. Basado en esa visión, se puede decir que el trabajo
realizado por el profesional merece ser embalado por el entusiasmo con que el filósofo español
apuesta en la posibilidad de vivir con alegría y de la victoria sobre las circunstancias que
dificultan el vivir.
Al reconocer la importancia de la distracción y de la faceta lúdica de la vida, el filósofo
hace disminuir el impacto de los dramas de la vida, aumentado la esperanza y dando nueva tónica
a la percepción trágica que muchos en ella visualizan. No se huye de los dramas, mas la vida no
es trágica, la tragedia hace parte de la vida. Sobre ese aspecto CARVALHO (1998) escribe que la
alegría y la distracción no son, a su vez, falta de compromiso, ni significa que el hombre no posea
necesidades. Al referirse a la vocación de cada uno, ORTEGA Y GASSET deja la enseñanza de
respeto al camino elegido por las personas, pues el camino de cada uno es construcción personal.
Establecer los elementos que tornan la vida una experiencia interesante es algo que todos
buscan. Los que están pasando por el trastorno del stress es porque no están logrando superar
aquellas circunstancias que le impiden vivir todo lo que aspiran. Las reflexiones de ORTEGA Y
GASSET fornecen indicaciones preciosas al respecto porque deja la certeza de que vivir es un
arte construido sobre necesidades vitales.
Para finalizar, se puede decir que las consideraciones del citado autor son de gran
importancia para el profesional que busca encontrar indicaciones sobre cómo cada hombre
organiza su mundo para dar curso a su propia dinámica. De acuerdo con esa perspectiva, no estará
bien quien dejar de oír a sí mismo, sucumbir su misión y amordazar sus expectativas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ARANOVICH, R. Autenticidad y vida: la coincidencia consigo mismo en la psicoterapia y
fuera de ella. Buenos Aires, 2002.
CARVALHO, J. Lições de Ortega sobre a vida humana. Ética e filosofia política. Juiz de Fora:
UFJF. v. 1, n. 1, p. 81-89, 1996.
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