ARISTÓTELES: LA FELICIDAD (EUDAIMONiA) COMO FIN DE FINES Por: fabio Ramírez Muftoz S. J. Uni\'ersidad Javerian~ El tema de este articuloc$ el fm o bien del hombre. al quesc suel e llamar fehcidad. en la etica aristotélica. Mi pretensión es dar una visi ón general del asunto. con lo cual tenninart:mos porrefcrimos a todos los grandes lemas de la e¡ica aristot¿lica. (':rtcepluada la descripción de las virtudes élicas particu1ares; a panir de ello nos pondremos en relación con las grandes intuiciones de esa ética. con sus \'acio$ o contradicciones posibles y con las semejanzas y diferC'Oci as tnln el mundo cultural griego del si!!lo cuano antes de C" SIO y nosotros. Por razones no sólo de ordenación de los temas si no también del desarroll o y lralamiemo que de ellos hace AristÓteles. espedalmentc en la Ellea a Nicomaco, dividiré la exposic ión en tres panes: l. El fin de la política como d isciplina arqu itectÓnica 2. El fin de la vida humana buena 3. La felicidad En la primera pan e se presenta el fin úhimode la politica. En la segunda y la lercel1l pane se trata del fin de la vida humana buena (quc es también el fin úhimo de la ?O litlca): primero como fin y segundo como felicidad, Al comienzo de la segunda pane imentan: explicar y j lUlificar el sentido de esta separación temátlc. tripanita, que ayuda, creo, a disolver más de un falw problema y acomprendermejor el discurso arislotcliro. Espero así. desde el án¡uJodel fin. dar una visión de conjunto de la ética aristoté lica. Esta vi1iÓll puede ser clari ficadora del sentido gCl\("raJ y de las tes is paniculares de un pensamiento acerca de la praxis individu al y colectiva del ser humano que ha adquirido gran imponancia actu almente en ~ t icas de la vin ud. de la comunidad. de la prudencia. del bien. cte. Pero tambicn pretendo. para algunas discusiones especializadas sobre Il5ptCtos del penSlmiento aristotélico. siruarlas en su lugar discursivo propio. Antes de entrar en mlteria quiero hacer algunas ind icaciones y precisiones. ES/JIdlos de Filosofiu No. 16 AgoslO 1001 Ul1h'er,tidad de Antioq uio 1. Los ner itos de Aristó t~les sobre ética. La obra mas lograda y ddiniti\'a de Aristóteles es la t/ita Q Nicomaro o Nicomaq/lea. Este scrá d lexlO pnncipal al que me ~feriJT. sin olvK!3r la Etica a Elldel'/lQO ElldemK~ muy probablemente un poco anterior. Deben lener.;e en cuenla ademas la Polí/ica, la Gmn E/im (sca o no de Aristóteles ). el PrOIrl:p/ico, yen gcn<:ral sus demás obras. Cuando lo conside re convenie nte citaré. en texto es<:rito. cie nos pasajes más precisos. ,Fin Es bueno preeisar el uso de algu nas palabras: (le/(U hou end;;¡J y bie n /lo agalhon¡, En Aristóteles estas palabras si gnifican lo mismo. y $On intercambiables. Ejemplo de ello es la idemi ficación que de ellas hace ArisfÓ(elcs en MetaJisit:o l. J. al ~ferirse a lo que se suele llamar "causa finar'. rdicidad (eudaim,miaj. rdi:( fe udaimo",. Los griegos tenian sobre el signi ficado de esu s p.alabr3S griegas tan distincas percepc iones o más que las que nosotros tenemos $Ob~ la palabra felicidad. Aunque el origen etimológico no se tuviera en cuenta. tienen una conllOlación re ligiosa: un doimon (ser superior o divino) nos es tavorable, o tenemos ~n nosotros algo "divino" que es bueno y nos favorece. La eudaimonía además implica placer o salÍsfaa:ión. Es notable que en la 8ibliu Griega yen los escritos crisuaoos del Nae"oU Testamento no aparezcan estas palabras. sino su sinónimo malwrios. también usado por Aristóteles: la palabra doimon tenía pa ra los escritores cristianos un se mido peyorati vo. de espiritu maligno. tl omb", (anlhropoJ!. humano umthropmOJJ. La palabra hombre quiere en principio decir ~ser hurnano~ ~n general. Pero Aristót~les además. como todos los escritores griegos. piensa que no todos los seres humanos panicipan igua lmente de la hu manidad ; no sólo la muj er debe estar :s.omc tida al varón. y en princi pio el escl avo al amo. y por W'lto no tienen la autonomía eltigida pan! ser plenamente vinuosos y felices. Stno que estO ocurre con la mayor pane de los hombres libres. dcdicadoos a profesiones inferiores como las artesanías o la agricultura. 3. La inltlll rttadón de l. ob ra de Arut6teles. El estado en que llO$ ha llegado la obn arist()(élica. las l'Iipótesis sobre el orden en que fue escriu y el TMtodo mismo de ITlbajo del autOl" crean Wl3 dificultad especial para entender la col'le~ncia y aun la rac ionalidad de mucl'los aspectos paniculares de $U pcnsamiento; sin embargo. las grandes tesis mantienen 2 14 una constancia y claridad notables. Si a eso se añade la excesiva pre<:isión que exigen ciertos métodos de análisis, resulta a veces que los comentarios modernos a Aristóteles parecen un juego de armar rompeealJ.eUls imposibles. Por eso, creo necesario tener cierta distancia de los detalles filológicos o dialécticos, y mirar el conjunto para poder situar y relativiVll" los problemas. 1. El fin de la politica Normalmente los dos primeroseapitulosdellibroprimerode la Élicaa Nicómaco se presentan corno un manifiesto finalista o teleológico: "todos los hombres obran por un fin. hay un fin ultimo y unico de la vida hwnana, que es la felicidad". No es ese el planteamiento inicial de Aristóteles, que orienta el conjunto de la obra. sino más bien este: toda disciplina o saber metódico tiene un fin o propósito. Si esa disciplina organiza otras, si es un saber arquitectónico o directivo, su fin es mlÍs importante quc el de las subordinadas. Ahora, la disciplina arquite<::tónica o directiva de todas las otras. la principal. es la política legislati va, la cual tiene como fin o propósito el bien humano, no e! particular si noe! de lapolis. La razón es que es mejorel bien del pueblo y de las ciudades que el de una persona. Por tanto. hay que determinar en que consiste ese bien o fin hwnano (EN. l. 1;2). Es decir, hay que averiguar cual es el fm propio del hombre, pues este será el fin de la politica, con 10 cual nos esta diciendo claramente, y nos lo recordará más de una vel, que este es un tratado de política. así la tradición le haya puesto el nombre de "ética". A ese trabajo de determinar unas características formales del bien humano y a describirlo en sus rasgos principales dedica Aristóteles el capítulo 7 del libro l. El resto de la obra será el desarrollo y la articulación detallada ( 1098323) de esa descripción o definición . Por razones de claridad de exposición. y porque el mismo Aristóteles separa las temiÍticas.la segunda parte de este articulo partirá esa definición o descripción. Volvamos brevemente a la politicay a la finalidad de la misma. ¿Qué se entiende por política arquitectónica? La expresión "arquitectónica" es característica de Aristóteles, y quiere decir lo propio del director de un trabajo. opuesto a "demiurgo", ejecutor o lrabajador manual (Po/hicD. 1282a3). Cuando en el libro VI haga una taxonomía de los saberes prácticos, nos explicaní cómo la forma arquítectónica de la prudencia es la politica legislativa. que tiene un carácter univClYl y al mismo tiempo práctico, es decir, que no tiene como fin la teoria sino la acción. Otros saberes (teóricos, prácticos, productivos) estarán subordinados a esa política. ETI la Ética a Eudemo no está aun claro este carácter supremo de la política. sino que puede ser compartido con la prudencia privada o familiar (phróne!iÍJ. oiwnomia: EE, 1. 8, 1218b 13-16). 215 Ese fin o bien humano se lo propone la política como algo realiublc (praklon). 00 como un tema de estudio, sino como propósito; la expresión que usa al respeclO, típicamente platónica, es muy diciente: algo que se mira para realizarlo (EN. VII. 11, 1152b2) La manera de haceTreal esebienes laeducaci6n (paideia. rrophe). En claroocwrollo del planteamiento inicial de la t/ica a Nieómaco. Aristóteles dedica a este tema el último capítulo del libro y lo esencial de los libros VII y VIII de la Poli/ica. que es la continuación natural de aquélla. Pero hay que precisar algllllaS rosas. La educación es responsabilidad de la po/is. pero no en su ejecueión, que para ser eficaz es mejor que sea privada o panicular. sino en la legislación general, pues lo que está legislado univeTSalmente se V\Ielve mas aceptable. Una educación para el bien humano debe serpara todos, pero a algunos se les podrá persuadir (a los mejor dotados naturalmente). a Otros se les deberá fonar y castigar. Estos. por supuesto, y de acuerdo con lo que nos dirá sobre la virtud, no llegarán a ser virtuosos ni verdaderamente (elices. Y no sólo debe ser pano cuando se es niño y joven, sino-para todo elliempoK, es decir. la pofis tiene un papel educativo esencial y permanente. Los detalles de cómo concebía Aristóteles esta educación moral no los tenemos, pues esa pane de la Poli/iea quedó inconclusa. En síntesis: se debe determinar el fin de la disciplina o facultad arquitectónica. la política legislati va: teniendo en mira ese fin se podrán estab lecer leyes generales en la poli:; que guíen la edocación hacia el bien humano, tanto para los que lo acepten de buena gana como para los que no. tanto para los jóvenes como ~ra los demás. Ese fin buscado es el que se trata en los capitulos primeros de la biea a NiCÓmaco. Por supuesto. ser le¡isladores o estudiar esa polílica legisladora no lo pueden hacer sinopersonaseon experiencia (no losjó>'enes ) y vinuosos (EN. !. 3 Y4). es decir. que !tayan sido educados ya. Más aún, deben tener experiencia polilica y estudio de otras legislaciones. Todo lo anterior. evidentemente, plantea problemas obvios. no sólo desde nuestra concepción de la política y de la educación, sino desde el imcriorde la ttica aristotélica. Sin embargo, no es posible discutirlos adecuadamente antes de estudiar en que consiste, asi sea en sus características fonnales, el fin propiamente humano . Pero era imponante seftalu en primer lugar que la tlica. especialmente la llamada Etica a Nic6maco. cuando !tabla de n o se refiere en primer lugar, y como marco del tratado, al fi n de un saber práctico-metódico. 1, El fin de la vida humana buena Como dije antes, Aristóteles dice que el fin de la politica arquitectónica es el fin propio del hombre. En el capillilo 7 del libro primero aborda el lema de cuál es el fin, que 216 lIamari tambibl la felicidad (euda~io). Pienso que es mejor separv los dos ttatarnientos. y que el mismo Aristóteles. en la EtiCQ Q Nicómaco, nos da las razones pan! ello. En primer lugar, por lo menos en dos ocasiones da,'es del libro primero (EN. 1, 4, 1095.\3·20: 7, 1097b1), despues de tratar ellin propio del hombre. nos dice que hay un acuerdo en que este es la felicidad, o parece serlo; es decir, distingue entre el tratam iento fonnal del fin o bien, y el que se lo llame felicidad. En sc&undo lugar, una vez establecida la descripción final del fm en el capitulo 7, la confTonta en los capítulos siguientes con las caracteristicaso las preguntas que suscita el tema de la felicidad y oon su aprobación social. dedicando a 10$ dos temas apanados di sti ntos. Y por ultimo. así como cuando habla de los aspectos formales de lo que ~s la Ilinud o ti acto virtuoso habla del fin o bien, en los capitulos mque eltema50n las formasde la vida humana mejor (EN. X. 7;8) habla más bim de la fel icidad.. Es decir. aunque al fin propio del hombre se Jo llame felicidad, y sea realmente la felicidad. DO es lomismo hablar de lo uno y 10011"0. Ellirnite no es fácil. pero, porejcmplo. DO se diña con ell.actirud que en el proceso de elección o decisión (pI'oair~is) se busque la felicidad sino el fin o bien fmal. 2.1 . En el ci tado capitulo stptimo dice muy finamente Aristóteles que si hay un fin final, o uno mios final (Ieleion). dejas cosas realizables como acción por el hombre, ese seMi el fin que buscamos para la politica arquitectónica. Ese fin por ser fina! seria también autosuficiente (aulorkes). es decir. no le faltaria ningún bien deseable. Esta primera categorización del fin propio del hombre, que se asume como fm de la política, merece una observación. La palabra que traducimos como final. Itdei()fl, puede tener el sentido tambien de bien terminado, o terminal. o completo, o perfecto. Pero aquí, para Aristóteles, es en sentido preciso lo que se elige por si. 00 por otra cosa. 2.2 , Enseguida Aristóteles dabora lo que suele llamarse una definición de ese bien del hombre , Aristóteles habla dc esbozo o descripción (pc-igraphe). 00 de definición propiamente. "El bien es Wla actillidad del alma segu n la vinud, y si hay vanas vinudes. según la mej or y más final, y además en una vida complC1a~ (EN, !, 7, 1098a 16-18). Este "esbozo" merece también algunas observaciones. En primer lugar, la dificultad de traducir el adjetillo leleion. que antes habíamos traducido como final, y ahora traducimos como final o peñccto. No tenemos un termino adecuado que mantenga los matices (y aun las ambigOedades) del griego. Además.. para Aristóteles la Ilinud 00 es una actillidad sino una disposición a actuar (alguien dorm ido puede ser vinuoso). y por eso ellin debe ser actividad, pero de acuerdo con la Ilinud. Esta inclusión de la Ilirtud como elementO regulativo del fin del hombre es importante , pues mucsn que: este 00 es un si mple hecho natural sioo, como la virtud, un resultado de la elección y la educación. 217 Hay que subrayar el que sea actividad; esto implica que ese fin es acción del hombn, no algo que se recibe (asi sea de los dioses) o se tiene de una vez por todas; aunque debe ser duradera (no dc un momento o un dial no es un estado sino una praxis (que podrá ser, se veri.luego, o de la vida personal o social, o del conocim iento). Tampoco es un producto. como el resultado de una obra de arte, posibilidad que h.abia en la ética platónica. Por último, esta actividad es la distintiva del ser humano, es de<:ir, una vida acompailada de virtud; la virtud reemplaza en la descripción a la razón, elemento distintivo de la esencia de l hombre (el alma es en Aristóteles la esencia o forma del ser humano). Esta referenci a deja abieno el campo a precisiones sobre cuál razón y cuál virtud es Ja que acompaña a la actividad perfecta del hombre . 2.3. Una descripc ión concreta de cómo es esa acti vidad perfecta. C"SC fin final y autárquico nos la da Aristóteles en los capitulos en que nos presenta las condiciones de la felicidad y sus formas, de lo que hablaremos en la tercera pane. Lo que si desarrolla explieitamente. asi queden problemas de interpretaCión. es la relación del bien con la acc ión concreta, con la virtud y con las decisiones mornles. es decir, con la vida moral. Ciertamente, la función del bien en la vida mcnI no es la de modelo b1ISCCndente, como las ideas platÓl1icas: C1 una fonna de vida. Es fundamental al respecto el capitul04 del libro 111. Los hombrC1 individuales buscan el bien que les aparece (tO phoinomenon agarhonj. Este bien que aparece o que se presenta es distinto para cada uno, como las personas sanas y enrermas tienen distintas apetencias, en clara referenc ia al Ptolágoras del Tuteta. Al hombre bueno y virtuoso (spoudaias) le aparece el bien absoluto y verdadero (el descrito más arriba). mientras que la rnayoria se engalla, pues piensl queel bien es el placer. Ese hombre vinuoso y bueno, o prudenle, es la regla y medida de lo que es bueno. El ejercicio de la virtud ética y de la prudencia consiste en tomar buenas decisiones. y cond ic ión de ello es querer el fin verdadero, el fin humano; este fin no se elige, sil\{)que se hace presente (o aparece) y se desea o $e quiere. Esto no quiere decir que todo el que conozca tuil es el verdadero bien, más aún, que todo el que lo d~e. tome buenas decisiones, Hay personas (el alcratt's o inconlinente) que pueden tener una correcta percepción del bien, pero no obran en consecuencia. La vinud moral no sólo orienta al hombre hacia el verdad cro bien, sino que le facilita y le hace agradabletomarbuenudecisiones. En síntesis: la virtud monJ nos orienta hacia cl verdadero bien. La falta de dominio dc si (akrasia) es compatible con una orientación hacia el vm1adcro bien. La mayOOa yerran en su wnc:epción o deseo del verdadero bien. 2. 4. Sobre la adquisición de la virtud ética se puede decir en síntes is lo siguiente: poseer la vinud es algo que eslá en nosotros mismos si tenemos una capacidad natural, de la que carece la mayona. Entre los que tienen esa capacidad, el ser virtuoso o no es asun to de elecóón, de educación y de ejercióo. 218 Precisemos algunos elementos de esta síntesis: l. La persona Que tiene virtud moral (Wla disposición habitual adquirida de tomar buenas decisiones) decíde siempre bien. en principio. Pero es responsable de ser virtuoso o no serlo, porque el ejercicio en los actos buenos. con lo que se adquiere la virtud, es un acto que se busca vo lWllarÍamente. Nadie se hace virtuoso a la fuerza. 2 Pero esa es también responsabi lidad de lapolis como educadora. 3. Aristóteles no explica cómo toma esa elección de formarse en la virtud Wla persona joven. Más aún, lo que dijimos antes sobre la educación da a entender que es más bien una decisión de los gobernantes de lapolis en general. Pero sí dice. muy brevemente, dos cosas: en la bita a Eudemo dice Q~ seria signo de gran falta de juicio no orientar su vida a WI fin (EE 1214b6-14 l. En la Élica a Nicomaco dice que seria absurdo que no se escogiera (hairoilo) la mejor forma de vida (EN. X. 7. 1I 78a4)_ Es decir. parecería Q~ cada hombre. para Aristóteles. tiene la posibilidad de escoger su forma de vida.que puede ser Jade la virtud, y portantO lo Que loorient~ al verdadero bien. Me parece que la principal consideración sobre este tema del bien propio del hombre es que su in cidencia efectiva en la vida, segun Aristóteles. no es para nada el resultado de un proceso narural. sino de elección (una elección de vida), ejercicio y educación. El canon de 10 bueno y lo malo es por tanto ese mismo hombre educado, virtuoso y bueno. odicho de otro modo, el prudente (phronimos). Aristóteles reconoce expresamente que hay personas que no organizan su vida hacia un fin un ificado, así no sea el correcto, o que tienen distinta percepción. segun los momentos o el estado de ánimo. sobre lo Que es la felicidad (EN. 1,4. I095a23-26). Desde este punto de vista, la orientaci ón hacia un fin Wlificado de la vida es un resultado de la elección de cada uno, no un hecho natural. Por supuesto quedan puntOS por clarificar o criticar. como el papel de lapo/u en la educ ación. la im precisión sobre la responsabilidad personal, su concepción elitista y exclusivista de la moral y la política, ele. 3. La felicidad En las dos primeras panes presenté en síntesis el fin que propone Aristóteles para la política legislativa, y 10 que él considera que son los elementos. principalmeme formales. del fin propiodd hombre y cómo éste se anicula dentro de la concepción aristotélica de la vida m"..1. 219 En el libro I en mis de una ocui6n, como ya lo ci~, AristlHeles identifica ese fin con [a ~dajmanía. y también con lo que se llama vivir bien y estar bien (eu :en. t u pral/ein). Refiriéndose entonces a [a felicidad desarrolla en EN. 1, 8·12 y X, 6-8. dos temas distintos. En 1. 8-12. una vez hecho el esbolO o descripción del fin, de lo que ya hablamos. lo conlTonta de varias maneras con opiniones y .parias o dificultades OOTnW'lt$, es dedr, hace un nbajo dialéclico, por medio del cual precisa y completa su descripción. El cuadro que resulla de la felicidad ya lograda in<:orpon, con precisi6n, varios ele~ntos: • El placu.eomo algo que lalClividad perfecta. lCOITI~a de por sí . 1. actividad, y por l1li10 a • El ur.ljo diviDO. no como un donde los dioses. si no porque lo mejor, el fin perfecto. es divino. • La rOr1uD. o buena suene (eutychiu). no como un constitutivo (el fin es actividad del ser humano), sino como un complemento. que si fallll nos impide ser felices, pero sin hacemos desgnlciados. • Los bitDes exlernos, necesanoscomomedios. • Lo que suceda desputs de l. mUer1f. como algo secundario y accidental en relación con la felic idad. que ni la quita ni la da. En fin, reilera la desuipción que había hecho en el capitulo 7. que es plenamente compatible con la opinión común. una vez examinada atentamente. Por último. nos dice que la felicidad no es digna de encomio o elogio, pues se elogia • lo que conduce I un bim: más bien es digna de honor, como los dioses. Dicho de otro modo. merece l. aprobación social propia del bim absoluto. no l. de los bienes relativos. En EN. X. 6-8 estudia 0U'(l problema dialéctico, es decir, de confrontación con la opinión, pero ahan e"poniendo ruonadamcnte su pensamimto. Es loque ti habí.lIamado los Ire$ géneros de vida, inspirado en el libro IX de la Republica. S8OC·S81 e: el pllCCT. la vida vinuosa y la conlemplaci6n. En pri~r lugar, así como el placer se había relativizado en el libro 1, asi en el libro X se idenlifica como una perfe«iÓrl propia de la actividad, y se deseana como algo que deba ser considerado fin m si mismo. El lema de fondo es si la actividad en que consiste el fin final de .cuerdo con l. vinud, y por tanto l. felicidad, es la Ictividad teórica, o sabiduria, o filosofia. o mis bien la aCl ividad de la prudencia y de las vinudes tticas o virtudes sociales. Aristótel es clarnmmte Opllpor la actividad teórica, de modo que la pra:<is,la vida de las virtudes de la vida social, que implica un manejo de las pasiones, .parece como algo no final y 00 autosuficienle. 220 Una lectura atenta de estos capítulos, me parece, muestra Que Aristóteles no esta, contra lo que opinan algunos, jerarqui:¡;ando como más o menos valiosas las distintas actividades de una vida plena: está realmente comparando una vida de contemplación o teoria acompailada por un mínimo de vida social y una cantidad muy nombrada de bienes de fonuna con la vida activa y política del hombre vírtuoso, que requiere bastantes bienes de fortuna y relaciones sociales. La primera corresponde más a una vida semejante a la de los dioses, y será bendecida por ellos, y vale la pena elegirla. La comparación entre 10 que dice Aristóteles en estos capítulos casí finales de la Érica a Nicómaco y su posición, por ejemplo, en el libro 1,7. según la cual el fm final y aUlosuficiente incluye distintos tipos de actividades. formulada por W. F. R. Hardíe (p. 2123 ) como posiciones e:otcluyente e incluyente. suscitó una larga discusión contemporánea. Creo Que. a la luz de lo que acabo de decir, en ambas seccíones se presenta una forma incluyente del bien. Si Aristóteles hubiera dejado claro cómo el fin final. el fin propio del hombre. si,...·e en el proceso de toma de decisiones " mirando el fin", tal ve!sabriamos si pueden ono integrarse en la vida feli! la contemplación y la actividad virtuosa, y cómo se integrarian. Pero no e~ éste el único problema que nos deja esta presentación del fin y la felicidad en Aristóteles. 4. Una consideración final La Etica a Nir:ómaco tiene, en un aspeCtO concreto de su estructura. una analogía con dos de las obras más imponantes de Aristóteles, el tratadoDe.Anima y el tratado central de la MetaflSir:a. libros VII-IX. Desde el comienro se sugiere en estos libros algo que tal ve! se va a tratar mas adelante, y que al fin parece tratane, pero un poco enigmáticamente. En la Metajisir:a se pane de qué seTCS son ante todo los cuerpos. pero se sugiere (VIl,2, 16, 1, ... por ejemplo) que tal ve! hay sustancias separadas e inmóviles. Al final se atinna la necesidad de un acto primero no móvil. nQ potencial. En De.Animael almaes forma de un cuerpo y no parece que pueda e:ot istir fuera de él (n, 1), pero se deja abiena la discusión. Sin embargo, andandQ las cosas. resulta que hay una pane del alma (1Il, 5) que es activa, impasib le y separada. En la Ética a Nicómaco el fin final parece muy terreno, limitado a la vida monal y a la praxis humana y política. Apenas se sugiere muy brevemente (1. 5, 1096a5) que luego se hablará de la contemplación. Al final. la vida contemplativa resulta ser la verdaderamente feliz y bendecida por los dioses. Por supuesto que porel camino se nos ha dicho que estaría fuera de lugardccirque la prudencia politica fuera el saber mejor, CQmo si el hombre fuera lo mejor del univCTSO (VI, ,. 104I a20-22). Ese recurso final de Aristóteles. pero ya anunciado 121 desde el comienzo, no suele ser muy apreciado hoy, por metafisic:o y !'!:ligioso. Pero esta ahi. y estructurando al gunos de sus escritos más imponantes. Bibliogralia ANNAS, J. rhe MorolfryofHappiness. Oxrord. 1993. BARNES, J. (td). The CambridgeCompanion 10Arisro/le. Cambridge, 1995. CANTO-SPERBER. M. Elhiqua Grqu4 Paris, 2001 . DORING. 1. ArisfÓlelu. Mexi<:o, la ed., 2000. GAUTH IER. R. A. Úl moraled·A rislore. París, 1958. GAUTHIER. R. A. YJOLlF, J. Y. L 'Elhique a Nicomoque. Introduction. tradllClion el conunentai!'!:,2 voL. Loovain. 1958. GUAR1GLlA. 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Nicomachnn Eü, ics. hl di'''"#,,Is~i~ jI! ¡, ,¡"'u IM_" ",lrklr ,"" SI "'JI n ~o,,[...J , ,M a¡", QII'<'II,I•• a, al! a,.IrI,u,.,,,1 di,e/ph"., ,~. at .. 0[,oa<J 1Nt_ lifo wJ 1ooppi'ItSL ",-Ioidt ....,." J".~ la A,lswtl. arr 'M """" curJtI """ ...."" .", "pr.ulalt ,lral i.J- wry "'''''~ Iri., · ,lNri. ",1,,,,.," " o•• " ridad, }' '" t~. K ~y all"~,, "-0"'0: ''"10l0I1 •. h.appinc:ss, .im, Elhk., ""R<II~lian