40 Domingo15defebrerode2015 susderechos CONSULTORIO Elaborado por José Lomo Carasa, abogado. Tfno - 923 - 21 16 80. http://www.lomoabogados.com/. Las preguntas para esta sección pueden realizarse por escrito a LA GACETA REGIONAL, Avenida de los cipreses, 81, indicando “Para el consultorio jurídicos” o por e-mail a [email protected]. Las opiniones emitidas deben ser objeto de confirmación por consulta a un abogado. Permiso por fallecimiento Arreglos en la terraza Adopción ¿ Cuántos días tengo de permiso retribuido por el fallecimiento de un familiar que no vive en Salamanca? A.R.S. Vivo en un ático y quiero cambiar las baldosas de la terraza. ¿Tengo que pedir permiso a la comunidad? ¿Este gasto lo paga la comunidad? D.G.N. Era viudo y tengo un niño de 9 años y hace unos meses que me he casado. ¿Puede adoptar mi actual esposa a mi hijo? M.H.N. S EGÚN el artículo 37.3.b) del Estatuto de los trabajadores, los empleados tienen derecho a un permiso de dos días naturales en caso de fallecimiento de parientes de hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad, y de cuatro días si hay desplazamiento, es decir, si tiene que acudir a otra ciudad, como sería su caso. El permiso por fallecimiento incluye tanto el hecho de la muerte como el del entierro, ya que ambos están ineludiblemente unidos al ser uno consecuencia del otro. S Í, tiene que pedir permiso al presidente de su comunidad antes de iniciar las obras, según el artículo 7 de la Ley de Propiedad Horizontal. Un perito tendrá que ver si esta obra que usted quiere realizar es por un simple cambio en las baldosas o si, por el contrario, se debe a que se le ocasionan goteras a los vecinos, ya que es un elemento común y sería una obra a realizar por la comunidad de propietarios. Testificar S U esposa puede adoptar al hijo de su consorte, es decir, a su hijo, según la antigua Ley de Enjuiciamiento Civil en vigor en lo que respecta a la adopción, y según recoge el Código Civil en los artículos 175 y siguientes, debiendo cumplir algunos requisitos: que el adoptante, su esposa, tenga más de 25 años y que la diferencia de edad entre ella y su hijo sea de más de 14 años. Los detalles El origen de esta palabra está en que los romanos juraban decir la verdad apretándose los testículos con la mano derecha, como prueba de compromiso JOSÉ LOMO CARASA/ ABOGADO | SALAMANCA E N nuestro país, cuando recibes una carta del Juzgado porque te llaman a testificar suele venir acompañada de la coletilla que dice que si no compareces al juicio se te impondrá una multa o que, en último extremo, podrías ser conducido por la fuerza a declarar. En la práctica, es difícil llegar a esos extremos; pero hay que diferenciar si se trata de LA TACHA DE TESTIGOS. Si alguien propone a un testigo que la otra parte entiende que puede ser parcial, porque conoce a la otra parte, trabaja para ella, es su amigo o tiene interés en el pleito, se puede tachar. Tachar es poner de manifiesta la parcialidad de un testigo. A todo testigo, antes de comenzar su declaración, el Juez le pregunta lo que se denomina “las generales de la ley”, es decir, si conoce a las partes, si es familiar o trabaja para alguna de ellas y, en definiti- Una vez en el juicio, los testigos tienen la obligación de decir la verdad. Si no es así, se comete perjurio un juicio penal o civil, laboral o contencioso-administrativo. Los testigos propuestos para un proceso penal (en el que se dilucidan los delitos y las faltas), sí que deben comparecer y, en caso de no comparecencia, puede el juez ordenar su presencia. No ocurre lo mismo en el proceso civil, o laboral o contencioso-administrativo; ahí es la parte que propone al testigo la que tiene que ocuparse de llevarlo. Se puede pedir el auxilio judicial para que sea el Juzgado el que cite al testigo, con la consiguiente coletilla de multas en caso de incomparecencia; pero si no se acude al juicio no se suele imponer la multa; sí puede ocurrir que la parte convenza al juez para que vuelva a ser llamado el testigo Una vez en el juicio, los testigos tienen la obligación de decir la verdad. –por ser una prueba crucial de la causa-, pero es muy difícil llegar al extremo de que impongan una multa de 150 euros al testigo que no va a un juicio civil. Una vez en el juicio, los testigos tienen la obligación de decir la verdad, sea cual fuere la jurisdicción. En caso contrario se cometería el delito de perjurio, o falso testimonio. La palabra “testificar” proviene del latín “testis” (testigo) y “facere” (hacer) y tiene la misma raíz que “testículo”, que proviene de “testis” y el sufijo diminutivo “culus”, que vendría a significar “pequeños testigos”. Hay una versión muy extendida que entiende que el origen de “testificar” está en que los romanos juraban decir la ver- dad apretándose los testículos con la mano derecha, de tal forma que comprometían tan sensible parte del cuerpo como prueba de que iban a decir la verdad. Sea como fuera, ahora al testigo también se le conmina a prometer o jurar decir la verdad. En caso de no decirla, se le puede abrir una causa penal por el presunto delito de falso testimonio; en esa causa habría que probar que el testigo mintió. Por último, no hay que confundir al testigo con la parte. Quien es denunciado, demandante o demandado sí puede mentir, pero ha de cuidarse mucho de no caer en contradicciones, que el juez puede tomar en cuenta a la hora de probar un extremo. va, si quiere que gane el juicio uno u otro. A la vista de las respuestas su declaración será más o menos fuerte, se tendrá más o menos en cuenta. Si el testigo se ha tachado por la otra parte, que entiende que es parcial, no es que desaparezca, por efecto de la tacha, del juicio, sino que el Juez, a la hora de valorar su declaración, tendrá en cuenta ese hecho. Los testigos tienen derecho a una indemnización por el hecho de acudir a declarar, pero en la práctica no se suele pedir. Es el Secretario del Juzgado el que ha de valorar el perjuicio que se le ha causado por asistir al juicio y tendrá que pagarlo la parte que le propuso, que, si gana en costas, se lo puede repercutir al contrario. Pero esto no suele ser la práctica habitual, en la que los testigos no suelen pedir esa indemnización.