ESCALADA

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ESCALADA
INTRODUCCIÓN
EL EQUIPO Y EL MATERIAL
LOS NUDOS
TÉCNICAS DE PROGRESIÓN
LA PROGRESIÓN EN PARED
TÉCNICA DE RAPEL
Dpto. Educación Física
1.- INTRODUCCIÓN
Escalar es en sí, realizar movimientos aprovechando las oportunidades que nos ofrece el mundo vertical,
usando nuestras manos y pies para evolucionar en este terreno. La escalada vista desde fuera es un hecho
simple y físico, pero las razones que llevan a practicarla son más complicadas. Así, la sensación de riesgo, el
afán de superación, la belleza natural, la estética de los movimientos, los espacios soñados donde el hombre
aún tiene que luchar para su supervivencia inmediata son algunas razones.
El término escalada debe incluirse en otro más amplio que es el montañismo. Esta disciplina abarca tanto
la escalada como los recorridos andando por la montaña (senderismo de montaña o trekking). El montañero
de toda la vida andaba por baja, media y alta montaña, subía picos o hacía ambas cosas.
Dentro de la escalada se diferencia, sin entrar en detalles, entre escalada natural, escalada artificial (que
es la que se vale de medios artificiales de progresión, como estribos, ascendedores…) y escalada deportiva
(cuya meta no es tanto el coronar picos como el ascender por vías lo más difíciles posibles).
2.- EL EQUIPO Y EL MATERIAL
En primer lugar definiremos equipo como todos aquellos elementos que intervienen directamente en la
protección de la persona contra los factores medio-ambientales: la vestimenta, la ropa de abrigo, el calzado
y el equipo de dormir son algunos de los componentes del equipo.
El material son todos los objetos e instrumentos complementarios que se suelen usar en el transcurso de la
actividad como por ejemplo la cuerda, la linterna, los útiles de cocina…
Pies de gato: son unas zapatillas especiales para escalar, su suela es de goma lisa y muy
adherente.
Vestimenta: sobre la vestimenta habría mucho que escribir, ya que existe una gran variedad de
modelos y en cada tipo distintos precios, algunos poco asequibles. A continuación detallamos lo más
usual:

Calcetines: se suelen utilizar de hilo que sean finos, aunque la gran mayoría de
escaladores no utilizan esta prenda para conseguir un mayor contacto con el calzado.

Pantalones y camisas: como pantalones, lo mejor es utilizar mallas de lycra o punto
parecidas a las utilizadas en ballet. Estas mallas van muy ajustadas a las piernas y son muy
flexibles a la hora de ejecutar pasos en los que se necesite abrir o flexionar mucho las
piernas. También se pueden utilizar pantalones de chándal. Para la parte superior del
cuerpo, basta con llevar una camiseta de mangas cortas en verano o una camisa de franela
en invierno, con una camiseta de interior de tipo thermolacty para dar calor.

Ropa exterior de abrigo: una chaqueta, y un pantalón de gore-tex son suficientes para
no mojarse en caso de lluvia y no pasar frío, este tejido es parecido al nylon pero transpira y
es totalmente impermeable. Es conveniente utilizar esta ropa con colores vivos ya que así es
fácil localizar al escalador cuando está realizando sus actividades.
Prof. Joaquín Álvarez Campanero
Dpto. Educación Física
Cuerda: es el elemento de unión de la cordada y la que soporta la caída del escalador. Sus
diámetros más usuales son de 9 y 11 mm.. Las de 9 mm. se usan en doble, o sea, dos cuerdas, y
las de 11 mm. en simple. Esta elección la haremos según el tipo de escalada que vayamos a
realizar. Las longitudes más usuales son de 45 y 50 metros.
Están fabricadas en materiales sintéticos y formadas por un trenzado exterior, llamado camisa, y
unos hilo continuos en el interior, llamados alma.
Existen dos tipos de cuerdas, las dinámicas y las estáticas.

Las dinámicas se usan para escalar y disponen de un coeficiente de alargamiento para
amortiguar y no partirse en caso de caídas. Una cuerda típica de 11 mm. tiene un peso de 7
g. por metro y una resistencia a la tracción de más de 2000 kg..

Las cuerdas estáticas no tienen esa capacidad dinámica y su uso se limita a la espeleología
y, en escalada, como cuerda auxiliar en equipamientos y rescate. Nunca se usará una
cuerda estática para escalar encordados a ella.
Prof. Joaquín Álvarez Campanero
Dpto. Educación Física
Arnés: es el atalaje que, colocado en el cuerpo, nos reparte el impacto en caso de caída. Tiene una
zona donde atarnos la cuerda. Los arneses pueden ser de cintura, pecho o integrales.

El arnés de cintura es el más usado y cómodo, pues nos fija la cintura y los muslos
dejando libre el tronco. Tiene el inconveniente de tener el punto de anclaje bajo, existiendo
la posibilidad de colocarnos boca abajo en caso de caída descontrolada o de llevar mochila.

El de pecho es similar pero cogiendo las axilas. Se suele combinar con el de cintura, pues
su uso es independiente. Puede causar lesiones en el tórax en caso de caída.

El integral es una mezcla de los dos anteriores. Es el más seguro debido a la situación alta
que tiene el punto de encordamiento.
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Mosquetones: son unos anillos de metal con un gatillo móvil que permite abrirlos y cerrarlos con
facilidad. Son los puntos de unión de la cuerda con los anclajes instalados en la pared, con el arnés
y con otros elementos auxiliares. Los mosquetones se suministran con resistencias que van desde
los 1800 kg. a más de 3000 kg. y fabricados en aleaciones de aluminio “zicral” para aligerar el peso.
Mosquetones de seguridad
Mosquetones ordinarios
Cinta express: es un trozo de cinta cosida o anudada con dos mosquetones en los extremos y se
utilizan de varias longitudes para separar la cuerda de la roca cuando se pasa por un seguro. Las
cintas largas se utilizan para poder pasarlas por picachos salientes o puentes de roca. Se llevarán
tantas cintas como seguros se vayan a colocar.
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Descendedores: es una pieza metálica que se usa al pasar la cuerda sobre ella para asegurar al
compañero y para rapelar. Los más utilizados son el “ocho”, el de tipo “gri-gri” y la placa de freno
“stitch”.
Casco: es un elemento de seguridad pasiva que nos protege de las caídas de piedras u otros
elementos y de los golpes en la cabeza en caso de caídas descontroladas.
Magnesio: es un elemento químico (carbonato de magnesio) de ayuda al escalador que ha
suscitado muchas polémicas. A partir de cierta dificultad, el magnesio mantiene las manos sacas,
aunque esto dependerá de cada persona. Lo cierto es que debemos moderar su uso y pensar que
no hace milagros.
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Maza: es un martillo de escalada que se utiliza en aquellas vías en las que se necesite colocar
clavijas o tacos de expansión.
Anclajes: son los puntos de seguro que existen o que vamos colocando en la pared según
ascendemos. Su misión es absorber la fuerza que genera la caída y soportar el peso del escalador.
Se dividen en naturales y artificiales.
Los anclajes naturales los forman troncos de árboles, puentes de roca, piedras empotradas y todo
aquello que nos ofrezca la pared para asegurarnos.
Los anclajes artificiales están compuestos por clavijas, figureros, tacos de expansión y seguros
químicos.

Las clavijas suelen ser de hierro dulce o de aleaciones duras, dependiendo del tipo de roca
donde se vaya a introducir. Se colocan en las fisuras a base de martillazos. Según la fisura,
en relación a su achura y profanidad se colocará una determinada clavija.

Los figureros o empotradores son piezas metálicas de formas variables con un cordino o
cable de acero. Se utilizan introduciéndolos en las fisuras o agujeros de la roca,
empotrándose. Tienen una resistencia que va desde los 200 a los 2000 kg..
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
Los tacos de expansión son unos cilindros metálicos que se colocan taladrando la roca e
introduciendo ese cilindro o espárrago, que expansionándolo mediante una cuña o a rosca
quedan fijos a la pared. Luego se coloca una chapa metálica fijada mediante un tornillo. Hoy
en día existen máquinas taladradoras que funcionan a batería o con gasolina y son muy
útiles a la hora de equipar las vías.

Los seguros químicos consisten en dos productos químicos que al mezclarse se
endurecen. Esa pasta se introduce en un orificio realizado en la roca, en el que se coloca un
espárrago con una anilla en el extremo. Son los anclajes más innovadores y de los más
seguros.
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3.- LOS NUDOS
La cuerda es el instrumento básico del escalador y los nudos son la parte más importante de la misma
atendiendo a sus específicas utilidades: encordarse, unir cuerdas y anclajes.
Las premisas que deben cumplir un buen nudo son:
Máxima resistencia y seguridad cuando son sometidos a tracción.
No deben deshacerse cuando está sometido a tensiones.
Ser fáciles de deshacer después de usarlo.
Los nudos que debemos aprender y saber cómo utilizarlos son:
Nudo de ocho: puede hacerse doble o simple. Se usa para encordarnos al arnés y para el
autoseguro o anclaje en las reuniones. También sirven para unir dos cuerdas.
Pescador: al igual que el anterior se puede hacer doble. Se utiliza para unir cuerdas, nunca en
cinta plana.
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Nudo de cinta: para unir una cinta plana es el único recomendado
Ballestrinque: es muy fácil de hacer y de regular, y nos permite fijarnos rápidamente a un punto.
Tiene poca resistencia a las tracciones dinámicas.
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Nudo dinámico: también conocido como medio ballestrinque. Sirve para asegurar al segundo de
cordada, así como sustituir a los elementos metálicos utilizados para este fin.
Nudo Machard: se usa como autoseguro en el rapel, ascender por cuerdas fijas, asegurar
maniobras de cuerda… Ofrece las ventajas que se pueden hacer con cualquier diámetro de cuerda,
con cinta plana… y se desbloquea más fácil que el nudo Prussik.
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4.- TÉCNICAS DE PROGRESIÓN
La escalda no consiste en subir por una pared de cualquier manera, sino utilizando técnicas de progresión
que iremos depurando poco a poco con la práctica.
Pero existen algunos conceptos que no debe olvidarse y que siempre se deben tener en cuenta para que
escalemos de una manera elegante y con el mayor ahorro de esfuerzos.
Como principios fundamentales tenemos:
Esfuerzo mínimo: debemos economizar las energías, reservándolas para posibles pasos de
escalada más dificultosos que se pueden encontrar después. El principiante tenderá a pegarse a la
pared disminuyendo su campo de visión y alterando su centro de gravedad, consiguiendo con esto
la pérdida de adherencia en los pies.
Escalar sobre las piernas: aunque la escalada sea muy atlética, una correcta distribución del peso
hacia las piernas aligera el esfuerzo de los brazos. Debemos procurar no estirar excesivamente los
brazos, pues los sobrecargamos; hay que intentar subir con una correcta elevación de las piernas.
Los tres puntos: de los cuatro puntos de apoyo que disponemos, dos manos y dos pies, sólo se
moverá uno, manteniendo siempre tres en contacto con la pared.
Según la forma de la roca progresaremos de distinta manera:
Por los agarres: usando pies y manos de manera instintiva y que faciliten la progresión y el
equilibrio. No requiere una técnica específica.
Por las fisuras o grietas: dependiendo de su tamaño o formación nos exigirán una escalada más
técnica. Usaremos básicamente los empotramientos (de pie, de dedos, de hombro…) y las
oposiciones (espaldas, equis, dülfer…).
Si la roca no presenta presas o fisuras y la pared tiene una inclinación moderada, podemos subir en
adherencia. Para ello colocamos la máxima superficie de la bota contra la roca y las manos planas
traccionando hacia arriba. Todo el equilibrio recae en los pies y en los ínfimos agarres de mano que
encontremos.
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5.- LA PROGRESIÓN EN PARED
Ya hemos visto la mayoría de los elementos que rodean al escalador, ahora vamos a ver cómo se emplean
para progresar por la pared y sobre todo cómo se emplean con seguridad.
El escalador que va a ascender de primero de cuerda se equipa con el arnés, casco, cuerda… se encuerda
con el nudo de ocho y comienza a subir, mientras su compañero ha pasado la cuerda por el descendedor de
ocho y conforme vaya ascendiendo le irá soltando cuerda simultáneamente, siempre atento para bloquear la
cuerda en caso de caída.
El escalador que sube primero (primero de cordada), cuando lleve unos metros, colocará un anclaje, en
caso de que no esté colocado ya. Pasará por éste una cinta express con sus mosquetones y luego pasará la
cuerda. A cierta distancia, dependiendo del itinerario, volverá a colocar otro anclaje y así sucesivamente
hasta llegar a un punto cómodo en el que casi se acabe la cuerda para en ese lugar, tras colocar al menos
tres anclajes, anclarse a ellos y proceder a recuperar la cuerda para que suba su compañero (segundo de
cordada) hasta el lugar en donde está el primero.
Este sitio o punto de encuentro se llama reunión.
El aseguramiento del primero al segundo de cuerda se hará con el ocho o en caso de su falta o pérdida, con
el nudo dinámico.
Cuando el segundo llegue a la reunión se anclará a ésta y procederá a asegurar al compañero si hubiese
más largos de cuerda. En caso contrario, bajarán de la pared andando por una zona fácil (destrepar) o
rapelarán.
El segundo de cuerda, a medida que va ascendiendo recupera todo el material colocado en la pared por el
primero, salvo aquellos que ya se encuentren colocados (anclajes fijos).
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6.- TÉCNICA DE RAPEL
El descenso en rapel es una maniobra compleja y por consiguiente muy peligrosa, por lo que debemos
evitarlo siempre que podamos. Sólo pendemos de un punto de seguridad, aumentado así el peligro de una
caída imparable.
Una vez que hemos escalado una montaña o pared nos tenemos que plantear bajar de ella. Esto lo
realizaremos andando por una zona fácil o, si esto no es posible, tendremos que rapelar. El rapel es una
maniobra de cuerda que consiste en descender por ella conservándola después. Para ello se pasa la cuerda
hasta la mitad, o centro de la cuerda, por unos anclajes que ofrezcan seguridad. Estos anclajes, que por
supuesto no podemos recuperar, pueden ser: un tronco de árbol, una oca empotrada, un puente de roca, un
cordino, spits, fisureros…
Posteriormente lanzamos la cuerda al vacío procurando que no se enrolle con ramas o piedras, nos
colocamos la cuerda en el descendedor de ocho y éste en el arnés y bajamos hasta el suelo o hasta otro
punto donde poder seguir rapelando en caso de que la pared lo exija. En caso de llegar a otro punto de
rapel, antes de sacar la cuerda del ocho, nos anclaremos a los seguros que haya o que se coloquen.
Después tiraremos de una de las puntas de la cuerda, recuperándola y repitiendo el proceso.
La posición del cuerpo es importante. Se rapela con el cuerpo echado hacia atrás, ligeramente sentado y con
las piernas separadas y algo flexionadas. Nunca hay que bajar en estilo “peliculero” dando saltos y
excesivamente rápidos, pues la cuerda se deteriora debido al calentamiento producido por el roce con el
descendedor y además los anclajes se deterioran inútilmente.
Una mano controla el descendedor, regulando la velocidad, la otra puede ir apoyada en la pared o en la
cuerda superior al descendedor, pero sin hacer fuerza.
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