Delegación y autonomía en residentes (PDF 47.37kB 06-02

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Delegación y autonomía en residentes
Delegación y autonomía
en residentes
Dentro del proceso de aprendizaje de personas adultas que se forman para ejercer en el ámbito sanitario, es inevitable y parte fundamental el momento en el que
el sujeto del aprendizaje comienza a asumir las riendas del mismo. Se debe tener en
cuenta que la consecución de esta autonomía en el aprendizaje es gradual y dependiente de cada persona y de la materia. La autonomía es gradual y depende de cada
persona puesto que el autoaprendizaje es la meta final del proceso, posiblemente
la mas importante de la formación, junto con la responsabilidad asociada al ejercicio
profesional, y dependiente de la materia porque si hablamos de conocimientos, actitudes y habilidades nuevas y completamente alejadas de otras que ya se lograron
hay que comenzar el aprendizaje desde el inicio: mirar, hacer con supervisión y,
finalmente, hacer de manera autónoma, aunque sin duda con las facilidades derivadas de haber aprendido a aprender anteriormente.
La delegación
Las habilidades de delegación son uno de los puntos críticos de la tutorización y la supervisión efectiva. Delegar es el acto de transferir responsabilidades
a otra persona, así como la habilidad para garantizar que las tareas sobre la que
se cede la responsabilidad son realizadas correctamente y completadas por la
persona que acepto la delegación. Las únicas razones para no delegar una tarea
en residentes son su falta de capacidad para realizarla (falta de entrenamiento,
conocimientos, ...), o su resistencia a sumir la delegación de la actividad, por lo
cual antes de delegar habrá que resolver ese problema. Para delegar una tarea,
el o la residente debe:
o Conocer lo que hay que hacer y con que nivel de calidad.
o Ser capaz de explicar lo que debe de hacer, de esta forma obtenemos información de su nivel de comprensión de la tarea.
o Ser capaz de identificar los recursos necesarios (materiales, temporales, ayudas, ...)
o Conocer y entender que hacer en caso de un suceso inesperado.
o Realizar la tarea en solitario.
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GUÍA DE TUTORIZACIÓN DE ESPECIALISTAS EN FORMACIÓN EN CIENCIAS DE LA SALUD
El aprendizaje y el trabajo autónomo
EL APRENDIZAJE
El primer aprendizaje, el más significativo para el o la residente es “aprender a
aprender”, saber construir el propio conocimiento de forma sistematizada, consistente y suficiente. Para ello la actitud es investigar y analizar los propios conocimientos, habilidades y actitudes, y comparar estos con las novedades que aparezcan en
su desarrollo profesional en cada competencia, integrando o adaptando los mismos
en la estructura preexistente, y sabiendo explicitar su ciclo de experiencia. Cuando
la o el residente es capaz de revisar su experiencia, los resultados conducen a interrogantes y demandas de asesoramiento dirigidas a quien le supervisa.
EL TRABAJO AUTÓNOMO
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La adquisición de la capacidad para el trabajo autónomo es un proceso continuo
desde el comienzo de la residencia y para cada persona en cada área de formación.
Podrían establecerse tras etapas:
1. Conocer lo que hay que hacer y con que nivel de calidad, y ser capaz de explicar las tareas a desempeñar.
2. Realizar las actividades e interiorizarlas (se aprende haciendo), hasta adquirir
la capacidad de resolución adecuada y, por último, la capacidad de innovar
o aportar al proceso.
3. Tomar conciencia de las responsabilidades asociadas al acto asistencial que se
realiza y que forman parte de cualquiera actividad profesional.
El trabajo autónomo por parte del o la residente no debe entenderse como desatendido y alejado de la supervisión, es más, en esta etapa del aprendizaje la labor
de supervisión se constituye en parte fundamental, en contraposición con otros
roles de la tutorización más presentes en el resto de la formación (docente, motivador, etc.). La supervisión debe hacerse de forma reglada y contar con reuniones
o encuentros acordados.
La co-tutorización o aprendizaje supervisado por colegas
La co-tutorización tiene grandes ventajas como modelo de tutorización o aprendizaje supervisado por colegas, por pares o iguales. En este modelo ambas partes
desempeñan los dos roles y se intercambian, aunque es importante que en cada
Delegación y autonomía en residentes
momento cada participante conozca y asuma el rol que juega, si tutorizar o ser
tutorizado/a. Se establecen reuniones o entrevistas en las cuales, mediante una
buena atención, escucha activa, reflexión y resumen, apoyo y feedback se logra que
las personas que participen se capaciten de tal forma que llegan a resolver sus propios problemas. El modelo se basa en evitar juicios o feedback negativos y cualquier
elemento que suponga una evaluación sumativa de los logros.
El aprendizaje supervisado por colegas ayuda a aprender porque da feedback,
permite intercambiar información de diferentes contenidos, se basa en posiciones
de igualdad y posibilita aprender enseñando. Los EIR (no necesariamente de la
misma especialidad) pueden lograr grandes avances de esta forma.
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