`21 días` bajo los preceptos más radicales de los judíos ultraortodoxos

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Madrid, 21 de abril de 2016
Mañana, a partir de las 23:00h, en Cuatro
‘21 días’ bajo los preceptos más
radicales de los judíos ultraortodoxos
 Meritxell Martorell viajará a Nueva York y Guatemala para convivir durante
tres semanas bajo las rigurosas reglas religiosas, el fiel cumplimiento de la Torá,
las normas de recato y la clara diferenciación de costumbres entre hombres y
mujeres que caracterizan a las comunidades de judíos ultraortodoxos
Mujeres que visten con burka y caminan varios metros por detrás
de los hombres; niñas que no han hablado con más hombres en
su vida que su propio padre; más de 600 preceptos y normas
religiosas marcadas por la ley del pueblo judío, la Tora, que
se han de seguir a rajatabla; y hasta incluso una conversación
cara a cara donde jamás se producirá un intercambio de
miradas. Estas son algunas de las realidades con las que
tendrá que convivir Meritxell Martorell en la próxima
entrega de ’21 días’, centrada en los judíos ultraortodoxos,
que Cuatro emite mañana viernes, 22 de abril, a partir de las
23:00h
La reportera viajará hasta Nueva York, donde se estima que un 30% del millón y medio
de judíos de la isla son ultraortodoxos. Es el caso de los Kirszenberg, una familia
compuesta por Yossef y su esposa Rochie y sus 9 hijos, que acogerá durante su
estancia en la ciudad a Meritxell. “Hace unos 100 años atrás a alguien se le ocurrió
que la forma correcta de llamar al judío que observa todos los preceptos se le
llame ‘ortodoxo” cuenta Yossef, rabino y cabeza de familia, “significa ‘que cumple
todas las cosas”.
Meritxell se adapta a las costumbres de la familia, algunas de ellas chocantes como las
referentes al recato o al contacto físico. Las mujeres llevan faldas por debajo de
la rodilla, ocultan sus brazos hasta el codo y su pelo bajo pañuelos o
pelucas desde el mismo momento en que se casan. El pelo natural se
considera sensual y únicamente puede contemplarlo el marido.
Antes del matrimonio las parejas no pueden darse siquiera la
mano. “Nuestra religión quiere que uno, cuando mire a
una persona, la mire como a una persona y no tenga
otros pensamientos” explica Yossef.
La convivencia con los Kirszenberg permite vivir en
primera persona a Meritxell un día de Sabbath, la fiesta
judía, acompañar a Yossef a su trabajo, supervisor de
alimentos kosher, revisados y aptos para el consumo por parte de la comunidad judía
según los preceptos religiosos, y asistir a la celebración de un congreso exclusivamente
masculino que cada año celebran rabinos de todo el mundo y que esta vez congregó
hasta 6.000 para difundir su religión.
De Brooklyn a Guatemala para convivir con una de las comunidades más
radicales del mundo: los Lev Tahor.
Tras su paso por la Gran Manzana, ’21 días’ viajará hasta Guatemala. En el país
centroamericano vive una de las comunidades más estrictas en cuanto a la
interpretación del judaísmo: los Lev Tahor.
Su marcado antimilitarismo y antisionismo ha convertido a esta comunidad judía en
enemigo del gobierno israelí. Moshe Abraham Santos, el rabino que acogerá a
Meritxell, tratará de explicárselo sin siquiera mirarle a los ojos, ya que el contacto
entre hombres y mujeres no está permitido ni a nivel visual. De hecho, la reportera
deberá guardar ocho pasos de distancia para acompañarlo por la calle, cubierta por
completo con un burka. “Preferimos, para guardar la santidad del hombre,
cubrirnos nosotras la cara” cuenta Yoheveth, la esposa de Moshe.
Hombres y mujeres viven separados, aún en el mismo edificio y hasta las escaleras
cuentan con una cortina divisoria para que no haya contacto entre sexos. Las normas
de recato son extremadamente estrictas, con niñas que visten de negro riguroso de
pies a cabeza, que nunca han tratado a otro hombre que no sea su padre y que ya son
conscientes de que no podrán ser jamás bailarinas o maestras. Los clásicos sueños de
niñez se han tornado, en este caso, en más de 8 horas de rezos diarios.
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