Crónica de mi propia vida

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Crónica de mi propia vida
Carlos Lleras Restrepo
Intermedio Editores. Circulo de Lectores, Bogotá
Tono VIII, 1991, 407 pp
Tomo IX, I992, 577 pp
Estos dos tomos cubren la mayor
parte del gobierno del presidente Mariano
Ospina Pérez, desde su posesión el 7 de
agosto de 194ti hasta el t i e n e del
Congreso el 9 de noviembre de 1949. Las
crónicas correspondientes aparecieron
publicadas inicialmente en la revista Nueva
Frontera.
La violencia partidista se agravo desde el
mismo día de la posesión de Ospina Pérez, a
pesar del establecimiento de un gobierno
de coalición entre liberales y conservadores.
Los diferentes intentos de Ospina Pérez, por
mantener un gobierno de Unión Nacional
entre los dos partidos v sus sucesivos
rompimientos se presentan con lujo de
detalles a través de estas crónicas.
Lleras fue partidario de la Unión Nacional
culpa a diferentes líderes de ambos
partidos, en especial a Laureano Gómez,
de fomentar un clima de intransigencia en
contra de la convivencia entre liberales y
conservadores.
Lleras critica también a Jorge Eliécer Gaitán
por sus ataques a la obra de la República
Liberal (1930-1946), en la cual el mismo
Ga i t á n tuvo una c u o t a importante de
pa r tic ipa ci ón a l ha ber o cup ado dos
ministerios v la alcaldía de Bogotá. El libro
expone la profunda antipatía entre Gailán
y Lleras. Al señalar el apoyo de un buen
número de "oligarcas" a Gaitán, se muestra
que su coalición populista también incluía
elementos de la burguesía. Además, una vez
que Gaitán ganó las elecciones
parlamentarias en marzo de 1947 y asumió
la jefatura del partido, el nuevo gabinete
de Unión Nacional incluyó a varios
seguidores suyos.
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Lleras reconoce que Gaitán, como jefe del partido, se volvió mas
moderado en sus intervenciones en público. Esta moderación le
gustaba a Lleras. Además, Gaitán empezó a dirigir sus ataques al
gobierno conservador y va no tanto a la "oligarquía'' liberal.
Desde 1946 se desató una aguda persecución contra los liberales en
pueblos de Nariño y Boyacá a medida que se conservatizaba la policía
en diferentes zonas del país y se la convertía en instrumento de
violencia y hostigamiento.La violencia se agudizó aún más a
comienzos de 1948. lo cual motivó la famosa Manifestación del
Silencio presidida por (lailán en febrero de ese año.
Lleras narra los sucesos del Bogotazo que se desató después del
asesinato de Gaitán. Comenta también su papel en las discusiones
con Ospina Pérez, en la noche del 9 al 10 de abril. Según Lleras,
para él era muy clara una salida negociada y por tanto no apovó
ninguna otra solución que pudiese desembocar en una revolución
social y sangrienta
Gómez no tuvo ninguna intención de apoyar el nuevo gabinete de
Unión Nacional y desde su exilio en España seguía torpedeando
los acuerdos, sosteniendo que el liberalismo estaba dominado por
el "comunismo internacional" v amenazando c o n la inevitabilidad
de una guerra civil.
Según Lleras, los ataques de Gómez y otros conservadores en contra del
gabinete bipartidista que surgió de las cenizas del Bogotazo
propiciaron el rompimiento del último intento de gobierno de
Unión Nacional en mayo de 1949. El partido liberal se unió entonces en
torno a la candidatura presidencial de Darío Echandía, v el
conservatismo se aglutinó alrededor de Gómez.
Era tal la animosidad en el mismo Congreso de la República que
Lleras reconoce que él empezó a portar una pistola que cabía en el
bolsillo de su chaleco, ya que los parlamentarios conservadme
también iban armados. Los temores de Lleras por su seguridad
personal no eran infundados; en medio de un debate en el cual lo
liberales buscaban adelantar las elecciones presidenciales ocurrió
una balacera en la Cámara de Representantes, en la que cayó
muerto un representante liberal y otro fue herido gravemente
Ospina Pérez se radicalizó y se acercó a las
posiciones sectarias de Gómez. En octubre
de 1949, Ospina Pérez nombró varios
gobernadores derechistas y cercanos a
Gómez. Además conservatizó las Fuerzas
Armadas y purgó a aquellos jefes militares
neutrales o que se sabía provenían de
familias liberales.
Finalmente, el 7 de noviembre Echandía
anunció el retiro de su candidatura. Dos
días más tarde Ospina Pérez cerró el
Congreso, declaró el Estado de Sitio,
prohibió las manifestaciones públicas,
suspendió las reuniones de las asambleas
departamentales y concejos municipales, y
estableció la censura de prensa. Sin
oposición, con una dictadura de Jacto,
Gómez ganó las elecciones presidenciales
el 27 de ese mes.
Además del interesante recuento de los
acontecimientos políticos en los cuales
Lleras tuvo un papel protagónico, es
también importante analizar sus
actuaciones en el ámbito económico
durante el segundo lustro de los años
cuarentas. Tal como menciona Lleras en
este trabajo, él fue nombrado por Ospina
Pérez como miembro del Comité de
Asuntos Internacionales en 1947. Lleras
también fue nombrado para presidir la
delegación colombiana a la Conferencia de
las Naciones Unidas en La Habana. Afirma
que en La Habana él representaba los
intereses de Colombia, cuando en realidad
también estaba representando los intereses
de los industriales para quienes trabajaba como asesor. Lleras
menciona su preocupación sobre el arancel y sus escritos a favor
del proteccionismo industrial, sin mencionar que la Asociación
Nacional de Industriales, ANDI, le estaba pagando por publicar
estos artículos y hacer lobby en favor del interés industrial ante
diferentes organismos del Estado1.
En cuanto a la creciente violencia, Lleras no ve el contexto de la
posguerra y la tendencia a la derechización y la represión en todo
el continente2. La derechización en Colombia también tenía que
ver con la presión de los empresarios, lo mismo que con la
persecución al sindicalismo presionada por el gobierno
norteamericano*. Aunque Lleras relata con lujo de detalles la
violencia conservadora, no presenta un buen cuadro de la represión
de clase que siguió al Bogotazo sobre la que hubo consenso entre
el partido conservador, buena parte del partido liberal y los gremios
de empresarios.
Las larguísimas citas tomadas de El Tiempo hacen pesada la lectura.
Estas memorias se basan en buena parte en el repaso de la prensa
periódica, ya que el archivo personal de Lleras se perdió en el
incendio de su casa en 1952. También toma citas de otro trabajo
suyo publicado en 19554.
A pesar de las limitaciones que hemos señalado, estas crónicas nos
ofrecen una información valiosa sobre uno de los periodos más
críticos y violentos de la historia moderna del país cuando Colombia,
como el resto de Latinoamérica, se acomodó al nuevo orden
internacional de la posguerra bajo el poder hegemónico de los
Estados Unidos. Además, estos volúmenes nos ayudan a entender
la personalidad de una de las figuras más importantes en la historia
de la nación durante el siglo XX.
Eduardo Sáenz Rovner
Profesor
Facultad de Ciencias Económicas
Universidad Nacional de Colombia
1 Esto lo hemos discutido en La ofensiva empresarial. Industriales, políticas y violencia en los años 40 en Colombia, Tercer Mundo
Editores, Ediciones Uniandes, Bogotá, 1992, capítulo 4.
2 Véanse Leslie Bethell e Ian Roxborough, compiladores, Latín America Between the Second World War and the Cotd War,
1944-1948, Cambridge University Press, Cambridge, 1992; David Rock, compilador, Latin America in the 194O's. War and
Postwar Transitions, University of California Press, 1994; Elizabeth Fones-Wolf, Selling Free Enterprise. The Business Assault on
Labor and Liberalism, 1945-1960, University of Illinois Press, Urbana y Chicago, 1994; Charles Ameringer, The Caribbean Legión.
Patriots, Politicians, Soldiers of Fortune, 1946-1950, The Pennsylvania State University Press, University Park, 1996.
3 La participación de Lleras en la represión del sindicalismo colombiano en asocio con el gobierno norteamericano la hemos
analizado en Sáenz Rovner, Op. cit., pp. 112-113, y "Documentos sobre el X Congreso Nacional de la CTC en 1950 y la
persecución sindical en Colombia", Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, Nos. 18-19, 1990-1991, pp. 309-335.
4 Carlos Lleras Restrepo, De la República a la dictadura, Editorial Argra, Bogotá, 1955.
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