Artículos periodísticos - Facultad de Trabajo Social

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Trabajo Práctico Opcional
Ciclo de Complementación Curricular
Asignatura: Trabajo Social Contemporáneo
Año: 2010.Fecha entrega: 1er. Fecha, 2/7/10
2da. Fecha, 9/7/10 vía mail (finaliza el cuatrimestre)
Textos:
•
SVAMPA, Maristella (2005) La Sociedad excluyente. La Argentina bajo el signo
del neoliberalismo. Buenos Aires, Editorial Auras. Cap. 6. (pág.159 a 196)
•
CASTEL, Robert (2004) La inseguridad social ¿qué es estar protegido?. Buenos
Aires. Editorial Manantial. (Pág. 55 a 86)
Artículos periodísticos:
•
“Un derecho conquistado que desnuda prejuicios”, por Alicia Simeone. En:
Rosario/12, 15 de noviembre de 2009.
•
“Línea de partida para combatir la pobreza”, por David Cufré. En: Pagina/12, 8 de
mayo de 2010.
Consignas:
1) Los textos de Castel y Svampa aportan sobre las problemáticas contemporáneas.
Realice un análisis comparativo del planteo de los autores, en términos de los
siguientes ejes conceptuales: integración social y sujetos.
2) Con los aportes de los autores trabajados: Analice los aspectos relevantes que se
señalan en los artículos respecto de la política de Asignación Universal por Hijo.
3) ¿Qué reflexiones aportaría desde Trabajo Social?
Criterio de evaluación: en tanto se sugieren análisis, se valorará la producción propia, por
lo que se sugiere evitar la reproducción de los textos sin la elaboración que las consignas
plantean.
Artículos periodísticos
Domingo, 15 de noviembre de 2009 | Hoy Página/12. Rosario.
CIUDAD › INVESTIGADORES PONDERAN LOS EFECTOS DE LA ASIGNACION
UNIVERSAL POR HIJO
Un derecho conquistado que desnuda prejuicios
José María Alberdi e Ignacio Castro Rojas, docentes de la escuela de Trabajo Social de la UNR
cuestionaron las "posturas higienistas" que expresan los resquemores de la clase media sobre el uso
que los sectores humildes darán al subsidio.
Por Alicia Simeoni
La atribución que algunos sectores de la clase media profesional se toman para juzgar cómo los
integrantes de los sectores más pobres de la sociedad van a hacer uso de los planes sociales está
teñida de la que puede llamarse "postura higienista". Así lo explicaron a Rosario/12 el trabajador
social José Alberdi y el cientista político Ignacio Castro Rojas, ambos docentes de la Escuela de
Trabajo Social de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad
Nacional de Rosario y también masters en Servicio Social. Las reflexiones de Alberdi y Castro
Rojas no se quedan en una invocación al concepto lanzado días atrás por la directora del Programa
de Salud Sexual y Reproductiva de la Municipalidad de Rosario, Elda Cerrano, en el sentido que la
decisión del gobierno nacional en cuanto a universalizar la asignación por hijo "pueda incentivar a
tener más chicos", sino que avanzan en analizar características de "las pobrezas". También en las
medidas que serían necesarias para complementar el Plan de Asignación Familiar de manera que
las mujeres de los sectores más humildes no queden congeladas en el rol de proveedoras de salud y
educación. De ahí la propuesta de universalización de un instrumento territorial como son los
centros Crecer, para que ellas puedan solucionar el cuidado de los niños y busquen insertarse en el
mundo del trabajo.
Lo de Cerrano fue calificado como una opinión aislada que no tiene que ver con las políticas
públicas que se llevan adelante desde el municipio. No todas las pobrezas de la historia argentina
han sido iguales, ni por lo profundas ni por lo lacerantes, por eso Alberdi y Castro Rojas consideran
que corresponde hablar de "las pobrezas". Y señalan la necesidad de más Milagro Sala, la líder de
la Túpac Amaru de Jujuy para avanzar en la organización y dignidad de la pobreza, también en la
atracción de jóvenes que dejan de estar a merced de los mercados paralelos de la droga y los
desarmaderos.
Para José Alberdi, una de las cuestiones fundamentales a tener en cuenta en la aplicación de las
políticas sociales, para el caso el ingreso universal por la niñez, es el salir de lo que llama "ciertas
posturas 'higienistas" que -explica- cada tanto toman relevancia en el campo del sanitarismo. En ese
punto Alberdi ubica las expresiones de Cerrano de una manera aislada dentro del pensamiento y la
acción pública de la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad.
¿Qué quiere decir con la expresión higienista?
Me refiero en primer lugar a que en la clase media profesional está fuertemente instalada una suerte
de sospecha acerca de cómo los pobres van a hacer uso de los planes sociales o bien casi la
convicción de que van a hacer un uso indebido de esos planes o de los derechos sociales
conquistados. Por eso, el pensar que la asignación universal puede ser favorecedora de la extensión
de las familias es aislada, en el marco del contexto de las políticas que la Municipalidad pone en
marcha, pero también es ingenua y no tiene comprobación estadística. Por último corresponde decir
que las políticas que se llevan adelante en el campo de la salud pública, tales las de salud sexual y
reproductiva y hacia la despenalización del aborto son mucho más importantes y eficaces en cuanto
al objetivo de que la maternidad no sea el único valor para las mujeres de los sectores más pobres.
Doble moral
"La moralización de la pobreza" o esta suposición acerca de cómo los pobres van a hacer uso de los
beneficios sociales, tiene -según Alberdi- la presencia "de una doble moral típica del imaginario
que tienen sobre los sectores populares". De ahí que para este docente de la Escuela de Trabajo
Social también resulte interesante observar la instrumentación de otros planes mínimos, como la
tarjeta única de ciudadanía, que en realidad, dice "sería mejor referenciarla como una tarjeta
alimentaria porque nadie accede a la ciudadanía a través de una tarjeta". Entonces señala que si se
hace una lectura de las "recomendaciones" y "penalizaciones" que se establecían hacía el uso de la
tarjeta no se podía comprar alcohol, ni pañales u otros productos , casi podría afirmarse "con algo
de ironía, porque en realidad la penalización no se cumplía, que los sectores de la pobreza no tenían
derecho, con la tarjeta alimentaria, a festejar el cumpleaños de uno de los niños de la familia. Desde
el campo de las ciencias sociales y del trabajo social hay que poner límites a esas lecturas que
terminan discriminando a los pobres, como si la clase media, por ejemplo, no evadiera
impositivamente, o si las clases altas no obtuvieran todo tipo de relaciones 'non santas' que las
benefician. Es una suerte de doble moral que está instalada en parte de la clase media, no en toda,
para no ser esquemáticos".
Ahora es Ignacio Castro Rojas quien marca que la asignación universal por hijo trae consigo un
aspecto por demás interesante: es el que va a poner otro piso, va a subir el que ahora existe "para
que algunas de estas mujeres que antes veían en la maternidad una opción de vida eso hay que
decirlo ahora, estén posicionadas desde otro lugar". Se pregunta también "qué va a resultar de ello".
Y apunta: "Me parece que es todo un debate y lo interesante es ver el desarrollo, pero lo que es
innegable es que el piso a partir del cual se van a discutir las estrategias de supervivencia de los
sectores más humildes, más carenciados, será otro de ahora en más".
Cuando Castro Rojas plantea que para algunas mujeres la maternidad se transformaba en una
opción de vida se refiere al esquema de escasísimas o nulas posibilidades que tienen los sectores
que están excluidos del mundo del trabajo. Agrega, además, en el análisis, el incremento de las
pautas de consumo, ampliamente publicitadas a través de distintos soportes, entre ellos los medios
de comunicación masiva, totalmente vedadas en los hechos para quienes integran el universo de los
más desposeídos. "Es allí cuando la maternidad y hay estudios que avalan lo que digo -expresa este
cientista político y master en Servicio Social plantean que en la constitución de la identidad de las
adolescentes, el hecho de ser madres contribuye a generar cierta autoestima, el pensar que son
'capaces' de hacer algunas cosas, entre ellas de ser madres, y así acceden a la salud y se acercan a
otros beneficios, a través de la maternidad".
Estrategias
De las afirmaciones de Alberdi y Castro Rojas surge como necesario que la decisión del gobierno
nacional acerca del Plan de Asignación Familiar sea acompañado con estrategias para que no se
restrinja el rol de las mujeres al de proveedoras de salud y educación. De ahí que entre las políticas
que podrían acompañar esta decisión del Poder Ejecutivo, ambos señalan la de ampliar los
beneficios para la infancia a través del fortalecimiento y la universalización de algunos
instrumentos, para el caso los centros Crecer: "Se trata de que las mujeres de estos sectores también
puedan tener acceso a las posibilidades de búsqueda de trabajo".
La reflexión de estas últimas líneas da paso para explayarse acerca de una de las enormes trabas
que tienen las mujeres en general y, las más pobres en particular, al momento de pensar en la
inserción en el mundo laboral: se trata del cuidado de los niños. "Ese aspecto que quienes integran
la clase media o alta solucionan a través de guarderías, jardines maternales o el trabajo de una
empleada que cubran las necesidades, son opciones a las que no acceden las madres que son parte
de los sectores más humildes. Allí es cuando debe entrar en juego la que se denomina como
'economía del cuidado' y que está en debate en algunos sectores que discuten las políticas
públicas", explica Castro Rojas, quien considera el papel de los centros Crecer, "que son centros
territoriales con los que cuenta el municipio, que en Rosario tienen un desarrollo importante, una
historia polémica pero, en definitiva, valorizada positivamente y que pueden complementar esto
otro que está dando el Estado, un derecho por cada uno de los hijos en edad escolar que tenga una
familia. Puede ser una forma de permitirles a esas mujeres que también salgan al mercado laboral,
ya que seguramente ellas no figuran en las estadísticas de desempleo, porque no están en la
búsqueda de trabajo. Las estadísticas muestran a quienes se movilizan en la búsqueda de un
puesto".
¿Es correcto hablar de "la pobreza", como si fuera sólo una? En la Argentina la condición de
quienes integran el universo de los más desposeídos no fue siempre la misma. En cortes históricos,
los pobres de hoy no tienen las mismas condiciones, ni son numéricamente los mismos, que los de
hace 30 años atrás y mucho menos los de las primeras décadas del siglo pasado.
(Alberdi) -En primer término no corresponde reducir el tema a la ecuación "pobreza ingreso"
porque sobre todo los sectores conservadores pueden hacer jugar este criterio con el pedido de
mayor criminalización de los niños y adolescentes de sectores populares. Además el problema del
hábitat es otro de los determinantes más fuertes de la pobreza.
(Castro Rojas)- En términos estadísticos, la pobreza medida en términos de ingreso era en los años
'60 y 70', el 4 por ciento de la población y, luego, se vivieron décadas, a finales de los '80 y de los
'90, donde la pobreza representaba el 40 por ciento y, aún más, de la población. Por eso preferimos
hablar de "las pobrezas", porque ese estado social no fue siempre el mismo, no tuvo siempre las
mismas características. Y con respecto al consumo, uno de los aspectos que determina la inserción
en los distintos grupos sociales, aumentó en cuanto al nivel de expectativas, incumplido para
amplios espacios sociales. El acceso a Internet y a tener el servicio de banda ancha es un ejemplo,
ya que el Estado dice, con una doble moral, que todos podemos acceder y en gran parte de la
población sigue sin haber condiciones de hábitat mínimas.
"Por eso consideramos que va a cambiar muchísimo ese piso mínimo con la asignación universal.
Nos parece que todavía no estamos en condiciones de balancear todo lo que significa", dice
Alberdi, quien también señala que el concepto de heterogeneidad de la pobreza debe ir asociado "al
de polarización social que desde el '76 y en especial de los '90 en adelante se cristalizó al ritmo de
la concentración de la riqueza. Se puede decir que nuestra estructura social es fuertemente estática
y que sólo podemos hablar de una movilidad entre los que salen de la indigencia, pasan a la
pobreza y vuelven a esa indigencia. Este gobierno que es fuertemente rechazado por los sectores
medios ha conseguido políticas, vía empleo formal, de mejoras de la clase media pero estaba hasta
ahora en fuerte deuda con su histórica base social que eran los sectores más humildes".
-Entre esos sectores más humildes están algunos que han logrado un grado de organización, como
la Túpac Amaru, cuya principal referente es Milagro Sala, fuertemente señalada y estigmatizada
por el jefe del radicalismo Gerardo Morales y otras personas del ámbito público y sectores que
siguieron la línea de su discurso. Esa estigmatización llegó a los otros movimientos barriales o
territoriales que trabajan en el medio de los sectores más pobres. "Se trata de estigmatizar a uno
para que la sociedad piense en todos", dijeron hace poco referentes de esos movimientos en
Rosario a este diario.
Morales es una de las voces del republicanismo conservador. Al revés de lo que él expresó, en el
sentido de demonizar a Milagro Sala, quienes trabajamos en el campo de lo social planteamos la
necesidad de más Milagro Sala por varias cuestiones: en primer término porque reconstruye tejido
social y comunitario, se dan buenos vínculos entre los trabajadores de las políticas sociales y las
comunidades y, por otra parte, porque contrariamente a esta idea de Estado paralelo, lo que genera
es mayores vínculos del Estado con otras comunidades marginadas. Por otro lado, si tenemos más
Milagro Sala vamos a achicar los mercados paralelos existentes de la droga y de los desarmaderos,
por ejemplo, que convocan de manera permanente la mano de obra desocupada de los jóvenes. Si
vemos la experiencia de Sala y de otra serie de movimientos territoriales y de desocupados,
oficialistas u opositores, vemos la capacidad de convocatoria que tienen hacia los jóvenes. Si estos
sectores convocan a los jóvenes, posiblemente, muchos menos sean mano de obra desocupada. Se
trata de la idea de dignidad de la pobreza que también sostiene la de ciudadanía de la pobreza, con
movilidad social, con organización, con desarrollo comunitario, diferenciado de las propuestas de
participación que las tecnocracias de desarrollo social de los '90 proponían para una participación
puertas adentro de la comunidad.
Sábado, 8 de mayo de 2010 | Hoy
ECONOMIA › LA ASIGNACION POR HIJO LOGRO UNA FUERTE CAIDA DE LA
INDIGENCIA Y DE LA DESIGUALDAD DE INGRESOS
Línea de partida para combatir la pobreza
El Conicet y otros institutos presentaron los resultados de la primera investigación exhaustiva sobre
el impacto de la AUH entre los sectores vulnerables. La indigencia bajó hasta 70 por ciento, la
pobreza hasta 30 y mejoraron los índices de equidad. Los desafíos.
Por David Cufré
Ayer se presentó la primera investigación a fondo sobre los efectos de la Asignación Universal por
Hijo entre los sectores más vulnerables. Es un estudio encarado por especialistas del Conicet y
otros institutos para verificar el impacto de esa iniciativa. Allí se llega a conclusiones contundentes,
que de algún modo confirman las hipótesis que distintos analistas habían adelantado cuando el
Gobierno anunció la ampliación de este derecho a desocupados, trabajadores informales y
empleadas domésticas: la indigencia bajó de manera rotunda, entre 68 y 54 por ciento –según se
utilicen el IPC del Indec o el de siete provincias, respectivamente– desde la creación del programa,
y la pobreza disminuyó entre 32 y 13 por ciento. Pero lo más llamativo es otro dato inesperado: los
niveles de desigualdad entre quienes más ganan y los de menores ingresos cayeron a su nivel más
bajo desde 1986 y la Argentina vuelve a aparecer como “el país más igualitario de América latina”,
lugar que había cedido en los ’90 como consecuencia de la aplicación de políticas de exclusión.
“La Asignación Universal por Hijo se encamina a ser la medida de política social más exitosa de
los últimos 50 años, especialmente por su impacto sobre la indigencia y la desigualdad extrema
entre ricos y pobres”, destaca el documento.
“El mate cocido ahora se los corto con leche.” “Este año le compré zapatillas para empezar las
clases”. “Los fines de semana toman leche con galletitas dulces.” “Ahora tienen una cena más, así
son cuatro en la semana.” “Les compré por primera vez botas de goma para que no se mojen tanto
los pies.” “Ya no hago más la calle.” Estas frases, extraídas de testimonios de beneficiarios de la
Asignación Universal por Hijo (AUH), aparecen en el estudio para ilustrar algunas de las
modificaciones profundas en la vida cotidiana de esas personas.
El titular de la Anses, Diego Bossio, reveló ayer las últimas cifras sobre el alcance del programa:
en mayo cobrarán la AUH 3.677.409 chicos, que forman parte de 1.920.072 familias. La cobertura
viene creciendo de manera sostenida desde la implementación del plan, en noviembre pasado. En
aquel momento fueron 3.303.914 menores de 18 años de 1.732.530 familias. El funcionario explicó
que el aumento obedece a la acción de la Anses para incorporar beneficiarios, ya que el organismo
capacitó a un equipo de cien pasantes que recorren barrios del conurbano bonaerense para resolver
situaciones puntuales (ver aparte), y el Ministerio del Interior puso en marcha un plan para acelerar
la entrega de DNI en todo el país. “Son medidas inclusivas, que demuestran la capacidad del
Estado para intervenir de manera eficiente”, valoró Bossio.
El estudio presentado ayer, en un seminario del nuevo Observatorio de la Seguridad Social, fue
elaborado por tres investigadores: Emmanuel Agis, del Centro de Estudios para el Desarrollo
Argentino (Cenda), Carlos Cañete, del Programa de Formación Popular en Economía (Profope), y
Demián Panigo, del Conicet (Ceil Piette). Su investigación se propuso evaluar el impacto de la
AUH sobre cuatro indicadores centrales del bienestar social: pobreza, indigencia, desigualdad y
vulnerabilidad relativa. Se basó en la Encuesta Permanente de Hogares del Indec del primer
semestre de 2009 –para evaluar los ingresos de la población– y en dos índices de precios: el del
Indec para el GBA y el de un conjunto de siete provincias, la mayoría opositoras al gobierno
nacional. Esto último fue para despejar la polémica sobre la credibilidad del Indec en la medición
de la inflación. Con esos insumos, los investigadores llegaron a las siguientes conclusiones:
- La asignación por hijo sacó de la pobreza a entre 1,4 y 1,8 millón de personas. De ellas, entre 700
mil y 1,1 millón tienen 18 años o menos.
- La pobreza bajó entre 32,6 y 13,1 por ciento, según se tomen el IPC del Indec o el IPC de las siete
provincias. En números absolutos, la tasa de pobreza cayó de 14,1 por ciento en el segundo
semestre de 2009 a 9,5 por ciento tras la implementación de la AUH en el primer caso. Si la
pobreza se calcula con una canasta básica total que surge del IPC de siete provincias, el descenso
en números absolutos es de 26,0 a 22,6 por ciento.
- Entre 1 millón y 1,5 millón de personas abandonaron la condición de indigentes. De ellos, entre
680 mil y 1,03 millón tienen 18 años o menos. La indigencia retrocedió entre 68,4 y 54,7 por
ciento, con los dos IPC. El nivel de indigencia bajó de 3,2 a 1,2 por ciento de las personas con el
IPC Indec, y de 7,5 a 3,4 por ciento con el IPC siete provincias.
- En la región Noreste, sobre cada diez indigentes, ocho dejaron de serlo a partir de la asignación
por hijo.
Los datos son contundentes en cuanto a la incidencia de la AUH en la reducción de la pobreza y –
sobre todo– de la indigencia. Ese impacto se puede ver reducido por el aumento de precios de los
primeros cuatro meses de este año. La canasta básica total y la canasta alimentaria, que se utilizan
para definir las líneas de pobreza e indigencia, subieron entre 15 y 17 por ciento para el Indec
desde el segundo semestre de 2009 a la fecha. Sin embargo, todavía no se conoce qué pasó con los
ingresos de la población en ese período –lo mide la Encuesta Permanente de Hogares, cuyos
resultados aún se están procesando– y eso impide llegar a un resultado exacto.
De todos modos, en la Anses aportaron un dato que matiza aquel deterioro por la inflación: los
beneficiarios de la AUH están cobrando entre fines de abril y lo harán hasta junio la diferencia del
20 por ciento de la AUH que el Estado les retiene hasta comprobar que cumplieron con el requisito
de escolaridad y vacunación. Son 36 pesos por mes por hijo, lo que en la práctica implica un
refuerzo monetario que ayuda a compensar el alza de precios (180 pesos por hijo para quienes están
anotados en la AUH desde noviembre). Además, Bossio reveló que la asignación por hijo
aumentará el mismo porcentaje que las asignaciones familiares (ver aparte).
La otra faceta de la investigación sobre la AUH tiene que ver con la desigualdad. Aquí aparecen los
datos más novedosos, ya que este programa logró reposicionar a la Argentina como el país más
igualitario de América latina, tal como lo era hasta 1994. A partir del efecto Tequila, el país
retrocedió tres escalones en uno de los indicadores clave en ese sentido: la brecha de ingresos entre
el primer decil –los más ricos– y el último –los más pobres–, siendo superado por Uruguay,
Venezuela y República Dominicana. En 2002, cuando se vieron las consecuencias más dramáticas
de la implosión de la convertibilidad, la brecha creció a 39,4 veces. De 2003 hasta el primer
semestre de 2009, esa diferencia se achicó a 24,8 veces. A partir de la creación de la AUH, la
brecha cayó a 14 veces, el nivel más bajo de la región, equivalente al nivel que existía en la
Argentina en 1986. La misma tendencia se evidencia al analizar otros indicadores de desigualdad
social, como el coeficiente de Gini o el índice Theil. Por esta cuestión, los investigadores afirman
que la AUH es una de las medidas de redistribución del ingreso más potentes en décadas. Pero
hacen una advertencia a las autoridades: la AUH debe ser entendida como el inicio de una
estrategia para combatir la pobreza, la indigencia y la desigualdad y no como la línea de llegada.
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-145350-2010-05-08.html
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