Maestría en Estudios Organizacionales Gabriel Fuoco Intercambio Líder-Miembro y su Impacto sobre el Desempeño: Análisis e Implicancias en una Empresa de Servicios Profesionales de la Argentina Director: Guillermo Dabos Buenos Aires, Argentina 2010 1 ABSTRACT La teoría del liderazgo conocida como intercambio líder-miembro (i.e., Leader-Member Exchange, LMX) se focaliza en la relación diádica entre supervisor y subordinado y en los intercambios que se producen entre ellos. Investigaciones anteriores han demostrado que existe una relación positiva entre la calidad del LMX y el nivel del desempeño del subordinado (miembro) en diversos entornos organizacionales. En el presente estudio, se utiliza una metodología de naturaleza cualitativa para analizar datos obtenidos sobre díadas compuestas por un consultor senior y un consultor junior en una empresa de servicios profesionales de la Argentina. Los resultados no sólo confirman la relación positiva entre LMX y nivel de desempeño del subordinado (consultor junior), sino que también informan acerca de la importancia relativa de cada una de las tres dimensiones claves del LMX: contribución al intercambio percibida, lealtad y afecto, resaltando la preponderancia de la primera dimensión en la empresa analizada. Asimismo, el estudio resalta los beneficios de analizar dicha relación en un contexto organizacional que por sus particularidades requiere altos niveles de desempeño en sus nuevas incorporaciones a fines de poder contrarrestar los altos índices de rotación de personal en las categorías más bajas de la estructura organizacional. Palabras clave: intercambio líder-miembro, empresas de servicios profesionales, niveles de desempeño. 2 INDICE INTRODUCCIÓN............................................................................................................ 4 MARCO TEORICO ......................................................................................................... 6 Introducción al Modelo del LMX................................................................................. 7 LMX y Desempeño .................................................................................................... 10 Empresas de Servicios Profesionales ......................................................................... 13 METODOLOGÍA........................................................................................................... 18 Sitio de Investigación ................................................................................................. 18 Muestra ....................................................................................................................... 19 Medición del Nivel de Desempeño ............................................................................ 21 Medición del LMX ..................................................................................................... 22 Procedimientos ........................................................................................................... 23 Estrategia de Análisis ................................................................................................. 25 RESULTADOS .............................................................................................................. 27 Estrato 1: Desempeño de Alto Rendimiento y LMX Positivo ................................... 28 Estrato 2: Desempeño de Alto Rendimiento y LMX Negativo.................................. 30 Estrato 3: Desempeño de Acuerdo a lo Esperado y LMX Positivo ........................... 31 Estrato 4: Desempeño de Acuerdo a lo Esperado y LMX Negativo .......................... 33 Estrato 5: Desempeño por Debajo de las Expectativas y LMX Negativo.................. 35 DISCUSION................................................................................................................... 38 Implicancias y Recomendaciones para la Acción ...................................................... 41 Limitaciones ............................................................................................................... 43 Sugerencias para Futuras Investigaciones .................................................................. 44 CONCLUSION .............................................................................................................. 47 REFERENCIAS ............................................................................................................. 48 3 INTRODUCCIÓN En los últimos años, la gestión del talento se ha convertido en uno de los principales temas de agenda tanto para la investigación como para la práctica del management. Dicha problemática se profundiza en el caso de las grandes empresas de servicios profesionales de auditoría, consultoría e impuestos, las cuales requieren obtener altos niveles de desempeño en sus nuevas incorporaciones con más velocidad que otro tipo de organizaciones por dos razones fundamentales: (1) para producir sus resultados finales los principales factores de producción utilizados son de naturaleza humana y no física (Malos y Campion, 1995), y (2) para enfrentar los altos niveles de rotación de personal que típicamente se producen en las categorías más bajas de su estructura organizacional. Estas organizaciones, en la gran mayoría de los casos, reclutan a sus nuevos colaboradores como consultores junior mientras se encuentran en la universidad o inmediatamente luego de su graduación. Estos consultores junior son asignados, como parte de un proyecto, a un consultor senior, el cual es el encargado tanto de su inducción inicial en la compañía como de su supervisión y entrenamiento en el lugar de trabajo. Es por ello que, a fin de comprender cuáles son los elementos que podrían promover mayores niveles de desempeño, el estudio de la relación entre supervisor y subordinado resulta de particular relevancia en este tipo de organizaciones. Durante la década de los años ´70, a fin de comprender la relación laboral entre el supervisor y el subordinado, surgió en el marco de la comunidad académica vinculada a los estudios sobre intercambios sociales un enfoque particular, planteado en términos de díadas. De acuerdo a dicho enfoque, conocido como intercambio líder-miembro (i.e. Leader-Member Exchange, LMX), la relación diádica y los roles laborales son negociados a lo largo del tiempo a través de una serie de intercambios entre el líder y el miembro, en donde a través de sus comportamientos cada integrante de la díada invierte recursos en el desarrollo de la relación (Dienesch y Liden, 1986). 4 La relación positiva entre el LMX y el desempeño del subordinado ha sido verificada con variados enfoques y en diversos entornos como, por ejemplo, nuevos ejecutivos de una empresa farmacéutica de la Fortune 500 (Bauer, Erdogan, Liden y Wayne, 2006), empleados de una gran corporación industrial americana (Wayne, Shore y Liden, 1997), expatriados de compañías de cuatro tipo de industrias diferentes (Kraimer, Wayne y Jaworski, 2001) o empleados operativos de un importador de flores (Schriesheim, Neider y Scandura, 1998). Habiendo desarrollado prácticamente toda mi carrera profesional en una empresa de servicios profesionales, particularmente involucrado en procesos de reclutamiento, asignación de equipos de trabajo y evaluaciones de desempeño, he hallado sumamente atractiva la idea de explorar si la relación existente entre el LMX y el desempeño del subordinado que se ha evidenciado en diversos entornos organizacionales, también se verifica en díadas compuestas por un consultor senior y un consultor junior en empresas de servicios profesionales. Y, en caso de verificarlo, intentar identificar los elementos emergentes que encuentren soporte en la literatura y puedan explicar el desarrollo de distintos tipos de relación de intercambio en las empresas de servicios profesionales. A estos fines, en primer lugar se introduce conceptualmente el modelo del LMX, se presenta una revisión de los estudios previos que han verificado la relación entre LMX y desempeño, y se realiza una exhaustiva caracterización de las empresas de servicios profesionales que pone de manifiesto sus cualidades distintivas, por las cuales se considera pertinente explorar dicha relación en este tipo de organizaciones. Luego, en la sección de metodología, se hace una breve presentación de la organización estudiada y de los mecanismos llevados a cabo para la selección de la muestra, como así también de los procedimientos y la estrategia de análisis aplicados, la cual se basa en la construcción de “tipologías empíricamente fundadas” (Kluge, 2000) y en un estudio de casos de tipo explicativo posterior (Yin, 1981). Por último, a modo de cierre, se presentan los resultados y principales hallazgos del presente trabajo, así como también una serie de implicancias y recomendaciones para el management de las empresas de servicios profesionales, las potenciales limitaciones del estudio y sugerencias para futuras investigaciones. 5 MARCO TEORICO Dentro del campo de los estudios organizacionales, a fin de comprender cual es el rol de los procesos de intercambio en las organizaciones, la teoría del intercambio social es el marco en el que se apoyan gran parte de las investigaciones (Wayne et al., 1997). De acuerdo a la misma, cuando se habla de intercambios sociales no se trata simplemente de cualquier tipo de intercambio espontáneo entre dos personas sino de “acciones voluntarias de los individuos que obedecen a los resultados que se espera que proporcionen y que, en general, proporcionan” (Blau, 1964:91, en Morales Domínguez, 1978). En tal sentido, por ejemplo, una persona mantendrá una relación en la medida en que los costos o el esfuerzo requeridos para mantenerla sean menores a los beneficios que pueda obtener de la misma. Si bien a simple vista parecieran funcionar de la misma manera que los intercambios económicos, a diferencia de ellos, los intercambios sociales “tienden a engendrar sentimientos de obligación personal, gratitud y confianza” (Blau, 1964: 94, en Sparrowe y Liden, 1997). En dicho contexto, dos tipos de intercambios sociales han sido abordados mayormente por la literatura. En primer lugar, el intercambio entre el empleado y la organización que se ha dado en llamar soporte organizacional percibido (i.e., Perceived Organizational Support, POS) (Eisenberger, Huntington, Hutchison y Sowa, 1986), el cual explica el compromiso de un empleado con la organización en virtud del desarrollo de una serie de creencias en relación a la valoración de sus contribuciones y a la preocupación por su bienestar por parte de la organización. De acuerdo a la literatura, la percepción del individuo sobre el tratamiento que recibe por parte de la organización se encuentra ligada a la justicia (en términos de imparcialidad o equidad organizacional), al soporte del supervisor y a las recompensas por parte de la organización y condiciones de trabajo (Rhoades y Eisenberger, 2002). En segundo lugar, los intercambios en los que se hará foco en el presente trabajo, que son aquellos que se establecen entre el empleado y su supervisor (líder): LMX (Graen, Novak y Sommerkamp, 1982), cuyo modelo se presenta en la siguiente sección. 6 Introducción al Modelo del LMX Derivada de un constructo desarrollado con anterioridad, el VDL (del inglés vertical dyad linkage), la base teórica del LMX indica que la relación diádica y los roles laborales son negociados a lo largo del tiempo a través de una serie de intercambios entre el “líder” y el “miembro” (Graen et al., 1982). Y, a través de sus comportamientos, cada integrante de la díada invierte distinto tipo de recursos en el desarrollo de la relación (Dienesch y Liden, 1986). Es importante destacar que se entiende por miembro a un empleado y por líder a su supervisor directo ya sea en un grupo de trabajo o en un ámbito organizacional determinado. Así, algunos ejemplos válidos de díadas lídermiembro podrían ser una directora de escuela y una maestra, un capataz y un obrero de una obra en construcción o un gerente de una sucursal bancaria y un ejecutivo de cuentas. En este marco, se define como mutualidad a la característica que implica que el mencionado intercambio debe desarrollarse en dimensiones en las cuales ambas partes contribuyan y ambas partes valoren dichas contribuciones recíprocas (Dienesch y Liden, 1986). En tal sentido, han sido identificadas tres dimensiones que funcionan a modo de “tipo de cambio” que ambas partes en un LMX aportan a la relación: a) Contribución al intercambio percibida: percepción de la cantidad, dirección y calidad de la actividad “orientada al trabajo” que cada miembro aporta en función de los objetivos mutuos de la díada (explícitos e implícitos). Esta dimensión se manifiesta claramente, por ejemplo, en los desafíos que el líder presenta al subordinado, así como también la dificultad de las tareas que le asigna o el grado en el que le delega funciones. b) Lealtad: soporte público de los objetivos y el carácter personal del otro miembro de la díada. Se refiere básicamente al grado en los miembros de la díada se protegerían entre sí en relación al contexto inmediato, pudiendo ser este, el grupo de trabajo, un sector o la organización en sí. Esta dimensión se alimenta, por ejemplo, de la asignación de tareas por parte del supervisor al miembro que exceden la función formal de este último. 7 c) Afecto: afectividad mutua que los miembros de la díada tienen entre sí basada principalmente en la atracción interpersonal más que en valores laborales o profesionales. A diferencia de las dos primeras, esta dimensión afectará la frecuencia y la atmósfera de los intercambios favoreciendo la generación de un ambiente de trabajo cálido y amigable, en el que probablemente el líder permita al miembro trabajar de manera más flexible y con un nivel mayor de autonomía. Los grados o niveles de contribución percibida, lealtad y afecto en el intercambio deberían influenciar clara y diferencialmente el comportamiento de los miembros de la díada (Dienesch y Liden, 1986). Así por ejemplo, es probable que un subordinado que muestra una fuerte lealtad sea premiado con mejores oportunidades en términos de tareas asignadas que le permitan, a su vez, hacer una mayor contribución a la relación. Adicionalmente, los subordinados que son vistos como de buen desempeño son apreciados por sus superiores, elevando de esta manera, la dimensión afecto de la relación. Ahora bien, debido a las limitaciones de tiempo, el líder desarrolla una relación cercana solamente con unos pocos de sus subordinados. Con el resto del grupo de trabajo, el líder confiará en la autoridad formal, reglas y políticas para asegurar un adecuado desempeño (Dienesch y Liden, 1986). En tal sentido, la calidad de los intercambios entre líder y miembro está dividida en dos categorías básicas: - In-group (alta calidad del LMX): caracterizada por altos niveles de confianza, interacción, soporte y recompensas. Los subordinados de este grupo retribuirán a sus líderes con un mayor insumo de tiempo y esfuerzo a las tareas que estos les asignan, un mayor compromiso y mayores niveles de desempeño. - Out-group (baja calidad del LMX): caracterizada por bajos niveles de confianza, interacción, soporte y recompensas. Típicamente, los subordinados de esta categoría serán asignados a tareas de menos notoriedad lo que les brindará menos oportunidades de interactuar con sus líderes (Graen et al., 1982). 8 Más allá de los detalles específicos del funcionamiento del modelo, una de las principales contribuciones que el enfoque de LMX ha aportado a la comprensión de los investigadores es que el liderazgo está basado en su premisa principal: los líderes establecen distintos tipos de relaciones de intercambio con sus subordinados y, en consecuencia, distintos resultados se producen en función de la calidad de dichos intercambios. LMX como consecuencia. Dentro de los múltiples estudios que han explorado cuales son los elementos que determinan la calidad del LMX, se encuentra el llevado a cabo por Dienesch y Liden en 1986. Los autores, plantean que tanto líder como miembro llevan consigo a la primera interacción factores que le son propios tales como características físicas, actitudes, apariencia, habilidades, personalidad y experiencia. Dichos elementos influenciarían el grado de delegación de tareas del líder en el miembro, afectando así el comportamiento del miembro y en última instancia, la naturaleza del intercambio. Otras investigaciones, asimismo, han verificado que además del nivel de delegación es el desempeño del miembro que incide en la calidad del LMX (Bauer y Green, 1996). Siguiendo esta la línea, que resalta la importancia de los elementos que cada miembro de la díada aporta a la relación en sus comienzos, en sus trabajos de 1997 y 2005, Sparrowe y Liden plantean un interesante modelo en el cual las redes sociales jugarían un importante rol en el desarrollo del LMX. Según los autores, en los inicios de la relación líder-miembro la calidad del vínculo con los contactos que ambos miembros de la díada tienen en común afectaría las percepciones de similitud y las expectativas acerca del futuro de la relación, influyendo así sobre la calidad de LMX. Adicionalmente, otro estudio, ha demostrado que las expectativas del miembro sobre la competencia futura del líder, las expectativas del líder sobre la competencia futura del miembro y la similitud percibida por líder y miembro (por ejemplo, similitud en las actitudes, la personalidad o en la manera de encarar el trabajo), influenciarían positivamente al LMX (Liden, Wayne y Stilwell, 1993). Por último, otro trabajo que ha analizado el rol que juegan las expectativas en el desarrollo futuro de la relación lídermiembro es el realizado por Wayne y colegas (1997), en el cual se ha hallado una relación positiva entre las expectativas del líder en relación al miembro y la calidad del 9 LMX. De a cuerdo a los autores, se trataría de una profecía autocumplida. Es decir, un supervisor brindará a un empleado en el cual deposita muchas expectativas mayor tiempo, atención y soporte, fomentando así el desarrollo de una relación de intercambio de alta calidad. LMX como antecedente. Los estudios en los cuales el LMX aparece como antecedente han analizado diversos resultados, a saber: la calificación del desempeño y realización de favores (Wayne et al., 1997), el ajuste al trabajo (Kraimer et al., 2001), el grado de delegación de tareas (Bauer y Green, 1996), la satisfacción, el compromiso, el conflicto de roles, la claridad de roles y la competencia del miembro (Gerstner y Day, 1997), y la intención de desvinculación del empleado (Bauer y Green, 1996; Bauer et al., 2006), entre otros. Por otra parte, como se ha mencionado, diversas investigaciones han estudiado la influencia de la calidad del LMX en el desempeño del miembro con resultados favorables. Si bien no necesariamente emerjan en el campo elementos que permitan convalidar todos los hallazgos presentados, en la siguiente sección se realizará una breve revisión de algunos de los principales trabajos empíricos que, con diversos enfoques, han hallado consistentemente y en diversos tipos de empleos, resultados positivos a la hora de vincular las dos variables centrales en el marco de la presente tesis: LMX y desempeño del empleado. LMX y Desempeño Wayne y colegas (1997) realizaron un estudio sobre empleados de una gran corporación con al menos 5 años de experiencia y comprobaron, entre otras hipótesis, su supuesto de que el LMX está significativamente relacionado con los niveles de desempeño. De acuerdo a dicho trabajo, subordinados con relaciones de LMX de alta calidad podrían mostrar un mejor desempeño debido al soporte, feedback, recursos, y oportunidades que les son proveídos. Resultados similares han surgido de un estudio llevado a cabo sobre una muestra de vendedores en cuatro sucursales de una compañía de venta minorista en el cual se ha verificado que los empleados con relaciones de LMX de alta calidad y alto 10 compromiso con los objetivos obtienen los mejores niveles de desempeño (Klein y Kim, 1998). En esta misma línea y, si bien no formaba parte de las hipótesis originales en un trabajo realizado sobre expatriados de cuatro compañías dedicadas a distintos tipos de negocios, Kraimer y colegas (2001) han hallado una relación positiva significativa entre LMX y el desempeño. Los autores sugieren que los supervisores proveen a ciertos empleados información que va más allá del contrato de empleo. De esta manera, los expatriados en una relación de LMX de alta calidad deberían recibir información y asistencia adicional que les serviría de ayuda o soporte para desempeñarse mejor. Por su parte, Gertsner y Day (1997) en su revisión bibliográfica utilizando meta-análisis, han demostrado que podría existir una inclinación de los supervisores para evaluar a un subordinado favorablemente como resultado de una relación de LMX positiva. Existen otros trabajos que han enfocado el tópico desde el punto de vista de las percepciones de los miembros de la díada. En un estudio realizado en una gran universidad de los Estados Unidos, los investigadores hallaron en una muestra de empleados con una antigüedad promedio de 7 años, que la relación directa entre las percepciones de justicia en la interacción y el desempeño del subordinado se encuentran mediadas por el LMX. De acuerdo a los autores, las percepciones de justicia que los individuos realizan estarían basadas en la calidad de las relaciones interpersonales recibidas durante la ejecución de sus tareas, por lo que mejores niveles de LMX, redundarían en mejores niveles de desempeño (Masterson, Lewis, Goldman y Taylor, 2000). Asimismo, creándose expectativas positivas o negativas acerca de un empleado mediante el desarrollo de percepciones del LMX podría cambiar el nivel de desempeño del mismo (Gertsner y Day, 1997). Otros enfoques otorgan mayor importancia a las características personales que los miembros de la díada aportan a la relación y como esto impacta en el desempeño. Bauer y colegas (2006), en un estudio longitudinal sobre nuevos ejecutivos los cuales habían sido calificados en términos de su desempeño general, demostraron que el LMX y el desempeño en el trabajo no están relacionados para personas con altos niveles de extroversión pero sí para aquellos con bajos niveles de extroversión. Esto se debería a que por sus rasgos de personalidad, a diferencia de los empleados extrovertidos, a los 11 introvertidos les resultaría más difícil acceder a la información y los recursos necesarios para desempeñarse en su trabajo. Otro estudio que ha trabajado con las características del empleado (miembro) es el realizado por Jansen y Van Yperen (2004) sobre datos de 170 empleados de una empresa eléctrica alemana. Los autores sostienen que hay trabajadores con una orientación a la maestría, la cual está focalizada en el desarrollo de una competencia, la obtención de una habilidad o el dar lo mejor de sí. Por lo tanto, los mismos tenderían a mantener mayor cantidad de intercambios sociales con su supervisor, a los fines de discutir y aprender como resolver problemas en el desarrollo de sus tareas. Luego, en virtud a la motivación y al esfuerzo en el trabajo de estos empleados, los supervisores podrían proveerles mayor soporte y libertad de acción, recibiendo a cambio trabajo duro y altos niveles de desempeño. Desde el punto de vista de las características personales del líder, un estudio del año 2005 sostiene que un líder de carácter comprensivo, a través de la comunicación, ejercería su influencia en los comportamientos y las actitudes del empleado mediante el incremento de la calidad de la relación de LMX, la cual predeciría un mejor desempeño a partir de una mayor dedicación en el trabajo. Los autores han verificado la validez de dicha hipótesis utilizando 302 díadas supervisor-subordinado de la industria bancaria, obteniendo resultados favorables (Michael, Harris, Giles y Field, 2005). Desde la perspectiva de las tareas existen estudios que plantean que el vínculo entre LMX y desempeño se encuentra moderado por tres factores: a) conflicto de rol, el cual surge de asignaciones u obligaciones inconsistentes o contradictorias; b) ambigüedad de rol, la cual se define como la incertidumbre acerca de las tareas y responsabilidades; y c) satisfacción intrínseca en la tarea, relacionada con el sentido de conexión o compatibilidad de la persona con la tarea y la medida en que la misma obtiene placer en el desempeño de la tarea (Dunegan, Uhl-Bien y Duchon, 2002). A partir del análisis de datos de 146 díadas de un Hospital de los Estados Unidos, los autores han verificado que a mayor satisfacción intrínseca en la tarea, menor conflicto de rol y menor ambigüedad de rol, mayor será la relación positiva entre LMX y desempeño del miembro. Por último, Schriesheim y colegas (1998), basados en diversos estudios previos sobre LMX, establecieron que los intercambios de alta calidad son multidimensionales y están típicamente basados en la exitosa conclusión de una serie de 12 pruebas tomadas por los líderes a los subordinados. Consecuentemente, en intercambios de LMX de alta calidad bien establecidos, el nivel de delegación de tareas no triviales a los subordinados debería ser alto. En dicho contexto, para una muestra de empleados operativos de una firma importadora de flores han verificado que el grado delegación de tareas está positivamente asociado con el nivel de desempeño y que, por lo tanto, existirá una relación positiva entre el LMX y el desempeño del subordinado. La existencia de estos trabajos empíricos, entre otros, que han verificado la vinculación positiva entre el LMX y el desempeño en diversos entornos organizacionales, motiva un análisis de la misma en un tipo de organización con características muy particulares en aspectos tales como cuáles son los principales elementos de capital que utilizan, cuales son sus categorías de empleados y modelo de carrera y cuales son sus mecanismos de reclutamiento, evaluación, promoción y desvinculación de sus empleados, como son las empresas de servicios profesionales. Empresas de Servicios Profesionales Si bien en el ámbito de la investigación académica sobre management cuando se habla de empresas de servicios profesionales el análisis parece quedar acotado principalmente a grandes bufetes de abogados, existen muchas otras disciplinas que también funcionan bajo dicho esquema organizacional (por ejemplo, agencias de publicidad, estudios de arquitectura o empresas de búsqueda de ejecutivos). No obstante, en el marco del presente trabajo el enfoque se centra en aquellas dedicadas a la auditoría y consultoría contable, de sistemas, procesos o impuestos. Dicho esto, es preciso mencionar que este tipo de organizaciones se diferencia de la típica organización empresarial en, al menos, siete aspectos, los cuales se detallan a continuación. El primer factor distintivo de este tipo de organizaciones es que la propiedad, la administración y la producción están en cabeza de los mismos individuos. Su forma de gobierno es el de una sociedad profesional (partnership) en el que los distintos socios en función a factores como su antigüedad como socio, los volúmenes de facturación o la cantidad de empleados a su cargo, entre otros, tienen distintos niveles de injerencia en la 13 toma de decisiones (Greenwood, Hingings y Brown, 1990). Por ello, este tipo de firmas debe seleccionar nuevos empleados algunos de los cuales, además de su valor productivo en el corto plazo, puedan encajar como futuros socios o co-propietarios, en el largo plazo (Malos y Campion, 1995). En segundo lugar, para producir sus productos finales los principales elementos de capital utilizados son humanos y no físicos. Es decir, los principales costos e inversiones de las empresas de servicios profesionales están asociados a los profesionales que las componen (conocimiento, habilidades, capacidades, educación, entrenamiento, credenciales, experiencia, reputación y relaciones) (Malos y Campion, 1995). Por lo tanto, cuanto mejor sea el desempeño de los profesionales que la componen, mejor tenderá a ser el servicio provisto a sus clientes y, como corolario, mayor la reputación de la empresa de servicios profesionales en el mercado en relación a la provisión del servicio en cuestión. En tercer lugar, con algún tipo de variación entre las distintas compañías, las empresas de servicios profesionales clasifican a su personal en consultores junior, consultores senior, gerentes y socios (Gillespie, Leininger y Kahalas, 1976). Dependiendo de la organización pueden también existir categorías intermedias como semi-senior, supervisor o director, pero las enumeradas precedentemente son las más usuales. Si bien existen situaciones en las que una necesidad de negocio requiere el reclutamiento de un profesional con algún tipo de experiencia determinada previa, la mayoría de los empleados son reclutados como consultores junior (Gillespie et al. 1976) mientras se encuentran en la universidad o inmediatamente después de su graduación. En estos casos, si bien se valora, no se exige experiencia laboral previa, sino que en el proceso de reclutamiento se seleccionan aquellos postulantes que se destaquen por aspectos actitudinales tales como capacidad de trabajo en equipo, nivel de independencia, flexibilidad, adaptación y vocación por el aprendizaje. Una vez dentro de la firma, estos asistentes son asignados a un proyecto y estarán a cargo de un consultor senior, el cual se encargará de contenerlo, guiarlo, supervisarlo y capacitarlo. Esta capacitación en el lugar de trabajo se encuentra respaldada por estrictas metodologías sumamente 14 detalladas y formalizadas, e intensos programas de capacitación formales en aspectos técnicos con los que cuentan este tipo de organizaciones. Cuarto, los regímenes de promoción son distintos a las que suelen observarse en otro tipo de firmas, ya que en las empresas de servicios profesionales las jerarquías formales no son las que se acostumbran a ver otros entornos organizaciones. Es decir, las distinciones de categorías o status no corresponden a un número fijo de posiciones a cubrir en un organigrama organizacional sino que dependen estrictamente de los resultados y de las necesidades del negocio (Malos y Campion 1995). Por ejemplo, mejoras en los ingresos o la generación de nuevos negocios fomentarán la posibilidad de nuevos socios, nuevos gerentes, etc. Por otra parte, las promociones de categoría se producen con una frecuencia mayor a la que se observa en otro tipo de organizaciones. Típicamente, en promedio, en categorías de consultor junior o consultor senior esto ocurre en períodos que van de los 6 meses a los 2 años y en categorías de gerentes o directores cada 1 a 4 años, siempre como consecuencia de un proceso de evaluación de desempeño. Quinto, los individuos que, a consecuencia de su desempeño y de la evaluación que sus superiores hacen del mismo, no logran en un tiempo determinado promover de categoría deben, ya sea por su cuenta o inducidos por la firma, deben dejar la compañía (Malos y Campion, 1995). Este sistema promocional es conocido como “up-or-out” (Gillespie et al., 1976) es práctica común en este tipo de organizaciones. Pueden existir excepciones de profesionales con un conocimiento o competencia muy específico y difícil de obtener en el mercado, en cuyo caso la organización puede retenerlo indefinidamente ya que su desempeño es bueno pero no suficiente para promoverlo de categoría o si no se dan las condiciones de negocio necesaria para hacerlo socio (Malos y Campion, 2000). No obstante, en la generalidad de los casos, la realidad indica que esta situación no suele sostenerse mucho en el tiempo, ya que en algún momento las necesidades de la firma y/o del profesional dejan de estar balanceadas. Es en ese punto en que el empleado decide encarar una búsqueda laboral para cambiar de trabajo o la empresa asume el costo de la indemnización y lo despide, o lo incluye en un programa de outplacement, dependiendo de la categoría del profesional en cuestión. 15 Sexto, el tipo de empresas de servicios profesionales foco del presente trabajo se enfrentan a altos niveles de rotación en las categorías de consultor junior y consultor senior. Esto se debe básicamente a dos factores. En primer lugar, a que este tipo de organizaciones se caracterizan por ofrecer bajos salarios en los primeros años. No obstante, las empresas de servicios profesionales mantienen su atractivo en el mercado laboral compensando los bajos salarios con extensos planes de capacitación, posibilidad de participar en diversos proyectos y clientes con altos niveles de aprendizaje y de exposición, y brindando oportunidades de promoción más aceleradas. Esto explica el segundo factor que afecta los niveles de rotación de las empresas de servicios profesionales: sus consultores junior y consultores senior son sumamente atractivos para el mercado porque se trata de personas jóvenes, muy capacitadas y con experiencia en proyectos de diversa complejidad. Por último, estas organizaciones brindan sus servicios a sus clientes mediante un esquema de proyectos. De acuerdo a las habilidades técnicas y a la experiencia profesional necesarios para brindar el servicio y a la disponibilidad de los recursos, se conforma un equipo de trabajo al iniciar el proyecto, el cual opera como tal durante su desarrollo y vuelve a separarse al finalizarse. En el marco del presente estudio, esta característica toma gran relevancia por dos motivos. Uno, porque un mismo colaborador puede, potencialmente, trabajar con más de un supervisor al mismo tiempo en distintos proyectos y, en tal sentido, establecer distintas relaciones de intercambio con cada uno de ellos. Dos, en muchos casos el supervisor tiene la posibilidad de seleccionar a los colaboradores con los que desea conformar su equipo, por lo cual tenderá a elegir aquellos con los que tenga una mejor relación. Este entorno organizacional afecta las relaciones de liderazgo brindándoles características específicas ya que son menos permanentes (las asignaciones de los miembros a los equipos suelen ser de corta duración), menos exclusivas (como se ha mencionado los miembros pueden ser asignados a equipos simultáneos) y menos verticales (si bien hay jerarquías las asignaciones de equipos de trabajo son muchos más fluidas). Estos factores resumen los aspectos en los cuales las empresas de servicios profesionales presentan ciertas diferencias en comparación con resto de las 16 organizaciones y ponen de manifiesto la relevancia de la relación líder-miembro en el proceso de inducción y entrenamiento de las nuevas incorporaciones, y la importancia del desempeño individual de los profesionales tanto para su desarrollo de carrera como para la generación de valor vía la prestación de servicios a sus clientes. Por ello es que resulta de particular interés intentar examinar si la relación positiva entre LMX y desempeño del subordinado que ha sido identificada en otro tipo de organizaciones, también se verifica en las empresas de servicios profesionales. 17 METODOLOGÍA Sitio de Investigación El estudio se ha llevado a cabo en la representación en Argentina de una empresa de servicios profesionales internacional que brinda servicios en las áreas de auditoría de estados contables, servicios legales e impositivos, y consultoría. Si bien se trata de una entidad legalmente separada, forma parte de una red de firmas miembro con presencia en 151 países y más de 163.000 empleados. En la Argentina cuenta con 1700 empleados distribuidos en sus cuatro oficinas ubicadas en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Rosario. Dentro de dicha organización se ha analizado al grupo de Sistemas y Procesos que forma parte del área de consultoría. El mismo está formado por 149 profesionales, de los cuales 4 conforman el grupo directivo (socios y directores), 16 son gerentes, 68 tienen una categoría de consultor senior y 61 tienen una categoría de consultor junior. Típicamente, a la hora de brindar sus servicios profesionales, este grupo se organiza en equipos de proyecto los cuales se integran con miembros de las distintas categorías (socio, gerente, consultor senior y consultor junior) de acuerdo a las necesidades de cada proyecto. Por ejemplo, proyectos de mayor riesgo o complejidad técnica serán integrados por una mayor cantidad de gerentes y consultores senior, en tanto que proyectos que requieren la ejecución de más tareas repetitivas menos complejas estarán conformados por una mayor cantidad relativa de consultores junior. Si bien los proyectos difieren entre sí, por lo general, siguen una misma lógica de trabajo que respeta las siguientes etapas y tareas a desarrollar en cada una de ellas: 1) Planificación, que incluye la reunión de lanzamiento del proyecto, la presentación del equipo de trabajo y del cronograma de tareas, un relevamiento de alto nivel y un requerimiento inicial de información. 18 2) Trabajo de Campo, el cual comprende el análisis de información, ejecución de pruebas, entrevistas y actividades de relevamiento, y documentación de las tareas realizadas. 3) Confección del reporte final, que por lo general cuenta con un diagnóstico y un conjunto de recomendaciones relacionadas al mismo. La duración de los proyectos es diversa y puede ir desde proyectos muy breves, que se llevan a cabo en unos pocos días, hasta proyectos que por su complejidad o por tratarse de sucesivas extensiones de un mismo proyecto, se extienden incluso por años. De todos modos, la duración típica de un proyecto se ubica en un rango de 6 a 10 semanas. Una vez que el equipo de proyecto ha alcanzado su objetivo, que en la gran mayoría de los casos se trata de la emisión de un informe final, el mismo se separa y sus miembros pueden, o no, volver a trabajar juntos en un equipo de trabajo dependiendo de las necesidades del negocio. La realidad indica que a lo largo del tiempo los equipos tienden a repetirse al principio por razones de afinidad y, luego por razones de eficiencia y conveniencia. En el primer caso porque un gerente intentará trabajar con los consultores senior con los que se establece un buen clima laboral y, éste, hará lo mismo en relación a los consultores junior. En el segundo, la explicación viene dada en el caso de proyectos similares o trabajos recurrentes, en los que la repetición del equipo de trabajo, permite el aprovechamiento de costos hundidos de adaptación, capacitación, conocimiento de la metodología, del cliente y de los detalles específicos del proyecto. Este enfoque coincide con los modelos de LMX que establecen que a lo largo del tiempo el intercambio de recursos y la prueba de las competencias son más influyentes que la afinidad de los miembros de la díada (Dienesch y Liden, 1986; Bauer y Green, 1996). Muestra Puntualmente, la muestra se ha seleccionado de díadas compuestas por un consultor senior y un consultor junior del grupo de Sistemas y Procesos. A partir del total de evaluaciones formalizadas a través del sistema de evaluación de desempeño para un período de un año, se seleccionaron 44 díadas independientes, es decir, tanto los líderes 19 como los miembros analizados formaban parte de una única díada. Para ello, se ha llevado a cabo un riguroso procedimiento de depuración. En primer lugar, se han excluido las evaluaciones correspondientes a aquellos consultores junior desvinculados de la organización, debido a que no había certeza de poder tener acceso a ellos para que completen las encuestas y para entrevistarlos. Asimismo, a los fines de que los datos sean comparables, se consideró apropiado que ambos miembros de las díadas analizadas sean de la misma categoría dentro de la jerarquía organizacional. Por tal motivo se excluyeron aquellas evaluaciones de desempeño que habían sido realizadas por un gerente en aquellos casos en los que éste había trabajado como supervisor directo del consultor junior. En tercer lugar, se excluyeron aquellas evaluaciones de desempeño realizadas por un consultor senior de otro grupo o área de la organización. Al trabajarse por proyectos, si bien se trata de excepciones, en las empresas de servicios profesionales existe la posibilidad que un consultor junior sea supervisado y, por lo tanto, evaluado por un consultor senior de otro sector. La decisión de que las díadas estén compuestas tanto por líderes como por miembros del mismo área (Sistemas y Procesos) se debe a que en la misma, mediante diversas comunicaciones vía correo electrónico y reuniones de trabajo, se han definido ciertos lineamientos tendientes a unificar los criterios para la asignación de la calificación general de las evaluaciones de desempeño, por lo que si bien se trata de un proceso subjetivo, habría ciertos indicios de que dentro del área bajo análisis existe cierto consenso en los criterios de evaluación. Por último, la tarea más compleja consistió en seleccionar únicamente díadas independientes. Para ello, en los casos en que una persona tenía más de una evaluación de desempeño se ha tomado aquella en la que la cantidad de horas evaluadas era mayor. De esta manera, se ha enriquecido la muestra seleccionada, ya que a mayor duración de la asignación más es el tiempo disponible para la conformación de la relación entre el líder el miembro y más son los elementos que pueden ser analizados para la evaluación del desempeño del consultor junior. 20 Medición del Nivel de Desempeño De los trabajos analizados, se ha observado una gran diversidad de criterios para la medición del nivel de desempeño del subordinado. Algunos investigadores han utilizado medidas de desempeño previamente diseñadas y utilizadas como los 7 ítems de Mott (1992), 6 ítems de Williamson y Anderson (1991) y 4 ítems de Welbourne, Johnson y Erez (1998) (Schriesheim et al., 1998; Michael et al., 2005; Bauer et al., 2006). Otros, en cambio, han optado por combinar ítems ya utilizados en el pasado con ítems específicamente diseñados para los propósitos de su investigación. Tal es el caso de Liden y colegas (1993) y Wayne y colegas (1997), quienes utilizaron algunos ítems de Tsui (1984) combinados con ítems propios. Similar es el caso de aquellos que han utilizado adaptaciones de modelos utilizados en el pasado como Van Dyne, Jehn y Cummings (2002) quienes usaron los ítems planteados por Oldham y Cummings en su trabajo de 1996. Asimismo, algunos autores han utilizado ítems diseñados íntegramente para su investigación (Kraimer et al., 2001) o han preferido operacionalizar este contructo como la calificación subjetiva del supervisor sobre el desempeño del miembro (Gerstner y Day, 1997). Por último, existen trabajos que han utilizado las medidas específicas dispuestas por la organización analizada (Scandura y Schriesheim, 1994; Klein y Kim, 1994; Stewart y Johnson, 2005). Siguiendo esta última línea, para la evaluación del desempeño de los consultores junior en el presente trabajo se ha utilizado la escala de medición definida por la organización bajo estudio. La misma define cuatro valores posibles mediante los cuales el evaluador, mide el nivel de desempeño general del evaluado: Sobresaliente: excede los objetivos de desempeño, obteniendo resultados al más alto nivel y destacándose de manera extraordinaria en todas las dimensiones. Alto rendimiento: excede los objetivos de desempeño y muestra consistentemente un nivel distinguido de desempeño en todas las dimensiones. De acuerdo a lo esperado: cumple con los comportamientos esperados, para su categoría actual, y con los objetivos de desempeño. 21 Por debajo de las expectativas: no cumple con la mayoría de los comportamientos esperados para la categoría actual o no cumple con los objetivos planteados. Es importante aclarar, que este valor asignado por el evaluador al desempeño general del evaluado es subjetivo, en el sentido de que no surge de la verificación del cumplimiento de objetivos cuantitativos concretos sino del cumplimiento de objetivos generales de la asignación y de los comportamientos esperados para un profesional en cada una de las categorías. Por otra parte, de acuerdo a la literatura, para estudios de esta naturaleza es válido el uso de la calificación del desempeño por parte del líder debido a que, por un lado, su percepción sobre el desempeño del subordinado juega un rol clave en el proceso de negociación de roles y, por el otro, el desempeño del subordinado es propuesto como la variable dominante en el desarrollo de la relación líder-miembro (Graen y Scandura, 1987 en Bauer y Green, 1996). Medición del LMX En relación a la manera de evaluar la calidad del LMX, en la literatura consultada se han utilizado, básicamente, 3 variantes. Por una parte, los 12 ítems de Liden y Maslyn (1998) (Kraimer et al., 2001; Michael et al., 2005; Bauer et al., 2006). Por otro, los 6 ítems de Schriesheim y colegas (1992) (Schriesheim et al., 1998). Y, por último, la forma de medición que se ha utilizado en el presente trabajo por ser la más claramente difundida y probada, que son los 7 ítems de Graen y Scandura (1982), más conocida como “LMX7” (Liden et al., 1993; Scandura y Schriesheim, 1994, Wayne et al., 1997; Gerstner y Day, 1997; Klein y Kim 1998; Stewart y Johnson, 2005). Según Gerstner y Day (1997), es apropiado utilizar LMX7 ya que han hallado que la confiabilidad promedio de la medida es mayor que la del resto de las medidas de LMX utilizadas, por lo que LMX es recomendada para los investigadores interesados en evaluar una medida integral de la calidad del intercambio. 22 Dicha medida está compuesta por las siguientes siete preguntas las cuales han sido traducidas al español y adaptadas a las características de la organización y suministradas a los consultores junior de la díada y han sido: 1) Usualmente se donde me encuentro en la relación con mi consultor senior. 2) Mi consultor senior tiene la suficiente confianza en mí como para defenderme y justificar mis decisiones, esté yo estoy presente o no. 3) Mi relación de trabajo con mi consultor senior es efectiva. 4) Mi consultor senior entiende mis problemas y necesidades. 5) Puedo contar con mi consultor senior para que me rescate incluso a costa suya, cuando yo realmente lo necesito. 6) Mi consultor senior reconoce mi potencial. 7) Más allá de cuanto poder alcance mi consultor senior en su puesto, estaría personalmente inclinado en utilizar su poder para ayudarme a resolver los problemas en mi trabajo. Asimismo, algunos autores en sus trabajos han decidido evaluar el LMX no solamente desde el punto de vista del miembro sino también del supervisor. En algunos de los mismos se utilizan versiones modificadas levemente del LMX7 (SLMX) (Liden et al., 1993; Scandura y Schriesheim, 1994; Van Dyne et al., 2002) o los 6 ítems definidos por Schriesheim y colegas 1992 (Schriesheim et al., 1998). No obstante, y alineado con la gran mayoría de los estudios analizados, en el presente trabajo no se ha tomado en consideración la visión del supervisor para la medición del LMX (Wayne et al., 1997; Kraimer et al., 2001; Stewart y Johnson, 2005; Michael et al., 2005; Bauer et al., 2006; Klein y Kim, 1994). De acuerdo con los hallazgos de Gertsner y Day (1997), el LMX es más confiable desde la perspectiva del miembro que desde la perspectiva del líder. Los autores indican que esto se debe a que los líderes podrían tener, de algún modo, una construcción multidimensional y más compleja de la calidad del intercambio que los miembros. Procedimientos A los fines de obtener una medida de desempeño de los miembros comparable y unificada, han sido tenidas en cuenta para ser incluidas en la muestra aquellas díadas 23 para las cuales hubiera una evaluación de desempeño formalmente documentada en el sistema previsto a tal efecto por la organización bajo análisis para el período de un año. A los fines prácticos, es importante destacar algunos aspectos del sistema mencionado: a) sólo debe ser utilizado para proyectos en los que el evaluado haya trabajado, por lo menos, 40 horas. De acuerdo al modelo de evaluación de desempeño de esta organización, esa es la duración mínima de una asignación para que el evaluador cuente con los elementos requeridos para brindar una opinión válida sobre el desempeño del evaluado; b) en un mismo formulario pueden evaluarse más de un trabajo llevado a cabo por dicho miembro con dicho supervisor, es decir, si una díada trabaja junta en más de un proyecto durante un determinado período de evaluación, las horas totales pueden ser evaluadas en conjunto en el mismo formulario y con una misma calificación de desempeño; c) técnicamente, el formulario no puede ser publicado si no ha existido una discusión entre evaluador y evaluado, y si este último no da la conformidad de la evaluación de desempeño. Esta conformidad del evaluado, nos permitiría obtener un mayor nivel de confort sobre la objetividad de la evaluación. Para la evaluación del LMX, a cada uno de los consultores junior de la díada se les envió vía correo electrónico la invitación a participar en la encuesta publicada en la web. En el texto de dicho correo se brindaba una breve explicación del carácter académico de la encuesta y se garantizaba la absoluta confidencialidad de las respuestas. Cada consultor junior, debió responder a cada ítem a cerca de la naturaleza de su relación con un líder (consultor senior) determinado. Si bien en su versión original el LMX7 ha sido evaluado con una escala de 4 puntos (Scandura y Schriesheim, 1984), en el presente trabajo al igual que otras investigaciones previas (Klein y Kim, 1998) se ha optado por la incorporación de una respuesta neutral en medio de la escala, obteniendo así una escala Likert de 5 puntos. De este modo, las 24 respuestas posibles han sido: “Totalmente en desacuerdo”, “En desacuerdo”, “Ni en desacuerdo ni de acuerdo”, “De acuerdo”, Totalmente de acuerdo”. Estrategia de Análisis El trabajo de campo del presente estudio ha sido abordado mediante la aplicación de una combinación de técnicas cualitativas, en dos etapas. Una etapa inicial de construcción de tipologías y una segunda etapa en la cual se ha realizado un análisis de casos de tipo explicativo (Yin, 1981), el cual tiene por objeto intentar revelar las causas y los procesos subyacentes en la vinculación entre el LMX y el desempeño del subordinado. Debido a que la investigación social necesita estar basada en investigaciones empíricas, y éstas requieren de conocimiento teórico que las sustente, es posible construir “tipologías empíricamente fundadas”, cada una de las cuales resulta de la agrupación de los casos en función de la combinación de ciertos atributos y sus dimensiones (Kluge, 2000). Siguiendo esta línea, y tomando como unidad de análisis la díada compuesta por un consultor senior y un consultor junior, se han identificado como atributos clave a la calidad del LMX y al nivel de desempeño del consultor junior. A partir del análisis de los datos y, en función a las distintas combinaciones de las dimensiones de dichos atributos se han identificado 5 estratos claramente definidos, las cuales han servido de disparador para la realización posterior de un análisis mediante la aplicación de las siguientes técnicas: a) Revisión de información de la organización: bases de datos de empleados con información demográfica, sistema de evaluación de desempeño, y políticas y procedimientos del modelo de desarrollo de carrera y evaluación de desempeño. b) Observación participante: al momento de la realización del presente estudio yo era parte de la organización bajo análisis. Habiendo ingresado como consultor junior en el año 1999, he desarrollado prácticamente toda mi carrera profesional 25 en dicha empresa, alcanzando la categoría de gerente en el año 2006 puesto que desempeño hasta la actualidad. Asimismo, es importante mencionar que además de mi rol técnico en la prestación de servicios profesionales, era responsable de las actividades de recursos humanos para el grupo de Sistemas y Procesos, coordinando en conjunto con el área de Human Capital las tareas de reclutamiento, evaluación de desempeño, promociones y desvinculaciones. c) Entrevistas individuales a consultores junior representativos de cada uno de los estratos resultantes. Dichas entrevistas semi-estructuradas, han sido guiadas mediante las siguientes preguntas: - ¿Cómo describirías la relación con tu consultor senior? - ¿Qué factores de la relación con tu consultor senior crees que determinaron tu desempeño en la asignación? - ¿Qué elementos crees que pudieron impedir el establecimiento de una buena relación o con tu consultor senior? / ¿Cuáles han sido los aspectos clave que favorecieron la relación con tu consultor senior? Los datos obtenidos mediante la aplicación de las técnicas cualitativas mencionadas precedentemente, han sido analizados a los siguientes fines: 1) Complementar la verificación de la relación positiva entre LMX y desempeño y analizar las excepciones, a fin de identificar relaciones de causa-efecto. 2) Identificar las razones que subyacen al establecimiento de distintos tipos de relaciones de intercambio focalizando en las tres dimensiones del LMX: contribución al intercambio percibida, lealtad y afecto. 3) Observar que hallazgos de estudios previos que han explorado la relación entre LMX y desempeño, se replican en el entorno de una empresa de servicios profesionales, mediante el método de comparación continua entre los datos y la teoría utilizado para el desarrollo de teoría fundada (Eisenhardt, 1989). 26 RESULTADOS A partir de los datos obtenidos del sistema de evaluación de desempeño de la organización bajo análisis, de las 44 díadas independientes que se han identificado, la distribución en términos de nivel de desempeño del consultor junior es la siguiente: Tabla 1 Cantidad de Casos por Nivel de Desempeño Nivel de Desempeño Cantidad de Casos Porcentaje Sobresaliente 0 0% Alto rendimiento 20 47% De acuerdo a lo esperado 22 49% Por debajo de las expectativas 2 4% Si bien podría sorprender el hecho de que no haya ninguna evaluación de desempeño que se haya calificado como sobresaliente, en la organización y el área bajo análisis esto es bastante natural. Desde el punto de vista organizacional, el hecho de que un consultor junior exceda los objetivos y obtenga resultados significativamente por encima de lo esperado, suele sugerir que dicho colaborador estaba por debajo de su categoría. Mi experiencia tanto en la organización como en los procesos de reclutamiento me permite afirmar que esto solamente se da en casos muy excepcionales. Por otra parte, en el área bajo análisis existen ciertas pautas para que los desempeños calificados como sobresalientes sean excepcionales y sólo para colaboradores que realmente se hayan destacado, no solamente en una asignación determinada sino en su desempeño general en la organización desde su incorporación. De todos modos, cabe destacar que en el universo de evaluaciones de desempeño realizadas a consultores junior para el período bajo análisis, había dos de ellas que calificaban al miembro como sobresaliente, pero las mismas han quedado descartadas por los procedimientos de depuración comentados en la sección de Metodología. 27 De los 44 consultores junior correspondientes a las díadas independientes identificadas, 41 han respondido la encuesta para evaluar los ítems del LMX, es decir, un 93%. Desde el punto de vista demográfico, de los consultores junior que respondieron 11 eran mujeres y 30 hombres, la edad promedio era 24,67 años y la antigüedad promedio en la firma era de 1,73 años. En la Tabla 2 se presentan los resultados obtenidos en función al nivel de desempeño del consultor junior, de acuerdo a la evaluación que de su trabajo ha hecho el consultor senior y al LMX, de acuerdo a las respuestas que el consultor junior ha brindado mediante la encuesta. Tabla 2 Combinación de Nivel de Desempeño-LMX LMX Positivo LMX Negativo Nivel de Desempeño Cantidad Porcentaje Cantidad Porcentaje Alto rendimiento 16 80% 4 20% De acuerdo a lo esperado 14 74% 5 26% Por debajo de las expectativas 0 - 2 100% A partir de las distintas combinaciones de los atributos nivel de desempeño y LMX, se identificaron 5 estratos, claramente definidos cuyos resultados se describen detalladamente a continuación: Estrato 1: Desempeño de Alto Rendimiento y LMX Positivo De los 20 consultores junior evaluados como de alto desempeño, 16 (el 80%) han dado todas respuestas positivas (90%) o neutrales (10%) en relación a los 7 ítems de LMX consultados en la encuesta. En las entrevistas de profundización con alguno de los consultores junior de este estrato se identificaron principalmente cuestiones relacionadas con la dimensión “contribución al intercambio percibida”: 28 - “…nos complementábamos técnicamente…por mi background académico yo aportaba mis conocimientos sobre temas contables o de administración y él los temas más bien tecnológicos…trabajamos muy bien juntos…” - “…fue siempre muy abierto y muy dispuesto para escuchar mis opiniones y responder mis consultas…” El hecho de que no emerjan del relato cuestiones relacionadas con la dimensión “afecto” del LMX estaría justificado porque esta era la primera vez que esta díada estaba trabajando junta y lo había hecho únicamente por un período de cuatro meses. Como se ha visto, con el tiempo el buen desempeño del consultor junior incrementaría el aprecio por él del consultor senior elevando así dicha dimensión. Tampoco se han evidenciado en la entrevista aspectos relativos a la dimensión “lealtad”. Dicha situación, es consistente con que la mayoría de las respuestas neutrales de este estrato se concentran en ítems tales como el 5:“Puedo contar con mi consultor senior para que me rescate incluso a costa suya, cuando yo realmente lo necesito” o el 7:“Más allá de cuanto poder alcance mi consultor senior en su puesto, estaría personalmente inclinado en utilizar su poder para ayudarme a resolver los problemas en mi trabajo”. Con el fin de verificar la relevancia de dicha dimensión en el desarrollo de la relación, se analizaron nuevamente los datos y se verificó que en dos casos de este estrato el consultor senior de la díada además de ser el supervisor eventual por el proyecto evaluado, era el mentor del consultor junior. A través de dicho rol, el consultor senior es responsable por guiarlo en su desarrollo de carrera y ser su sponsor ante terceros para que se materialice una propuesta de promoción de categoría, siendo estos elementos claros exponentes de la dimensión “lealtad” del LMX. Por la función que desempeño en la organización he tenido la oportunidad de seguir de cerca uno de estos casos en los que no había consenso sobre el nivel de desempeño de un consultor junior y el consultor senior que además de supervisarlo y evaluarlo era su mentor, lo ha defendido incluso exponiéndose más de lo necesario reforzando así la relevancia de la dimensión de “lealtad” del LMX. 29 De esta manera, en función de los distintos hallazgos del presente estrato, se estaría verificando que el nivel de desempeño se encuentra vinculado positivamente al LMX. Asimismo, el hecho de que no emerja de manera preponderante la dimensión “afecto” del LMX coincidiría con los enfoques que otorgan mayor poder de influencia a los intercambios y a las pruebas de competencias más que a la afinidad entre ambos miembros de la díada (Dienesch y Liden, 1986; Bauer y Green, 1996). Estrato 2: Desempeño de Alto Rendimiento y LMX Negativo 4 de los 20 consultores junior evaluados como de alto rendimiento, han respondido negativamente a uno o más ítems del LMX vinculados a la naturaleza de la relación con su líder. Un factor común en 3 de los 4 casos, es que los consultores junior en cuestión no habían sido promovidos de categoría como consecuencia de la evaluación de desempeño. Entonces, si desde la perspectiva del consultor junior, entendemos la no promoción como una recompensa no recibida por parte de la organización, este hallazgo sería consistente con los trabajos que han hallado que existe una relación positiva entre LMX y POS (Wayne et al., 1997). No obstante, al profundizar el análisis dialogando con uno de ellos, pueden identificarse otras cuestiones vinculadas a la “contribución al intercambio percibida” por el miembro que afectan la evaluación del LMX con dicho consultor senior: - “…yo veía algunas trabas en que no era muy detallista en la corrección de mi trabajo, no aprendía mucho y esto afectaba mi perfeccionamiento…” - “…si bien la evaluación fue buena, en la devolución formal no me dio feedback detallado sobre los aspectos en los que podía mejorar o reforzar…” Como así también en relación a la dimensión “lealtad”: - “…yo había identificado una oportunidad para brindar un servicio en el cliente, se la transmití a mi Senior y ella se dejó estar y no siguió el tema para que prospere…” 30 - “…nunca llegamos a tener una relación de confianza que me hiciera sentir respaldada…” El caso restante es singular, porque además de haber sido evaluado como de alto rendimiento, como producto de dicha evaluación, entre otras, el consultor junior había sido promovido de categoría. Profundizando el análisis mediante una entrevista con el consultor en cuestión, se identificaron claramente elementos de la dimensión de “lealtad” que no permitieron que se desarrolle un LMX totalmente positivo: - “…con él trabajamos bien…la relación laboral fue siempre buena…pero yo no creo que si, por ejemplo, yo hacía algo que no estuviera del todo bien el hubiera puesto el cuerpo por mí…creo que de ocurrir algo así, él hubiera tomado un criterio más profesional que personal para proceder…” Como así también elementos de la dimensión “afecto”: - “…nos llevábamos bien pero no se había desarrollado una relación fuerte…” Los casos categorizados en este estrato representan excepciones a las expectativas iniciales del presente estudio en relación a la vinculación positiva entre relaciones de LMX de alta calidad y nivel de desempeño del miembro. De todos modos, de los relatos obtenidos en las entrevistas se identifican hitos puntuales que parecieran haber afectado la calificación del LMX realizada por el consultor junior pero que, de todos modos, no han impedido que la relación de intercambio se desarrolle de manera tal de fomentar un alto nivel de desempeño del mismo. Estrato 3: Desempeño de Acuerdo a lo Esperado y LMX Positivo De los 19 consultores junior cuyo desempeño ha sido evaluado como de acuerdo a lo esperado, 14 (el 76%) ha dado todas respuestas positivas (78%) o neutrales (22%) en relación a los 7 ítems de LMX consultados en la encuesta. Es importante aclarar que, por definición, en esta organización una evaluación de acuerdo a lo esperado, aunque no destacado, representa un buen desempeño (“Cumple 31 con los comportamientos esperados, para su categoría actual, y con los objetivos de desempeño”). En diálogo con algunos de los consultores junior pertenecientes a este estrato, se verificaron principalmente aspectos relacionados con el soporte que el consultor senior les brindó en relación a la “contribución al intercambio percibida”: - “…sabe un montón, te enseña mucho…la podes consultar siempre y te va a dar una respuesta...” - “…cuando trabajamos juntos yo era un asistente con muy poca experiencia…y ella una Senior muy experimentada, sabía mucho…” - “…es una persona que te deja trabajar solo, pero te ayuda y siempre está…entonces al no sentirte presionado, podes concentrarte y trabajar al 100% para no cometer errores…” Asimismo, en los relatos precedentes se verifican dos cuestiones. Por un lado, que en relaciones de LMX de buena calidad mediante el soporte y feedback (Wayne et al., 1997) e información adicional (Kraimer et al., 2001) brindados por el líder, se obtienen mejores niveles de desempeño del miembro. Por el otro, que dicha mejora en el desempeño se vería apalancada por una mayor delegación de tareas del supervisor en el subordinado en mejores relaciones de LMX (Schriesheim et al., 1998). Otros elementos que se observan son los relacionados con la dimensión “lealtad”: - “…con ella yo sentía que había confianza para consultarle mis dudas o para comentarle que había cometido un error…sabía que nos íbamos a sentar juntos para revisarlo y solucionarlo…me sentía respaldado” Al igual de lo que ocurría en el Estrato 1, mediante un nuevo análisis de los datos se observó que en 3 casos, el consultor senior de la díada además de ser el supervisor eventual por el proyecto evaluado, era el mentor del consultor junior, dando soporte a la relevancia de la dimensión “lealtad” como determinante de la calidad del LMX. 32 Por último, se observan también elementos de la dimensión “afecto”: - “…era una persona muy buena, accesible, que no tenía malos tonos…las veces que me equivoqué en algo, me lo marcaba bien…” Este último extracto demuestra asimismo, como mediante la comunicación, un líder comprensivo puede influenciar los comportamientos y actitudes del empleado, a través del aumento de la calidad del LMX, obteniendo un mejor desempeño por una mayor dedicación al trabajo del miembro (Michael et al., 2005). Al igual que en el caso del Estrato 1, estos hallazgos permiten validar la relación positiva entre la calidad del LMX y el desempeño el miembro. Asimismo, si bien el LMX es positivo, para niveles desempeño más bajos que en dicho estrato, se observan mayor porcentaje de respuestas neutrales en relación a las positivas para los ítems del LMX7. De esta manera, podemos observar que a medida que la calidad del LMX disminuye, también lo hace el nivel de desempeño. Adicionalmente, además de los ítems 5 y 7 como ocurría en el Estrato 1, se concentran en el ítem 2: “Mi consultor senior tiene la suficiente confianza en mí como para defenderme y justificar mis decisiones, esté yo estoy presente o no.”. Dichos hallazgos, relacionados claramente con la dimensión “lealtad” del LMX, coinciden con la literatura en el sentido en que la falta de elementos que refuercen dicha dimensión impediría que el consultor senior delegue en el consultor junior tareas más desafiantes cuya conclusión exitosa redundaría en un mejor desempeño (Schriesheim et al., 1998). Estrato 4: Desempeño de Acuerdo a lo Esperado y LMX Negativo 5 de los 19 consultores junior con un desempeño evaluado como de acuerdo a lo esperado, han respondido negativamente a uno o más ítems del LMX vinculados a la naturaleza de la relación con su líder. A priori, 2 de los 5 casos podrían ser explicados debido a que los consultores junior en cuestión no han promovido de categoría como resultado de la evaluación de desempeño analizada. Al igual que como se ha visto en el Estrato 2, este hallazgo encontraría anclaje en la relación positiva que se ha verificado entre LMX y POS (Wayne et al., 1997). De todos modos, indagando con uno de ellos, se identificaron también algunas cuestiones que pudieron haber impactado 33 negativamente en la calificación del LMX brindada, en relación a la dimensión “contribución al intercambio percibida”: - “…yo necesito que me estén encima…que me corrijan…con ella, en algunos casos, me pasaba que en algunos temas muy técnicos casi no tenía supervisión, entonces yo ni le podía preguntar porque no tenía nada para decirme o para corregirme…hubiera esperado que se meta un poco más para averiguar, investigar y guiarme mínimamente en esos temas…” Como así también a la similitud percibida descripta por Liden y colegas (1993): - “…con ella trabajé bien pero no era como yo…si estás con un Senior que se parece a vos…trabajás mejor…” Tanto este caso como otros 2 de los 5 consultores junior del presente estrato son personas con las que he podido relacionarme en reiteradas oportunidades y son sumamente extrovertidas. Por lo tanto, y de acuerdo al trabajo de Bauer y colegas (2006) en estos casos LMX y desempeño podrían no estar relacionados, ya que el carácter personal de los mismos les permitiría manejarse por su propia cuenta dentro de la organización y en el transcurso de los proyectos para obtener los elementos necesarios y desempeñarse bien independientemente de la calidad de la relación con su líder. Por otra parte, 2 de los 5 casos, corresponden a consultores senior de bajo nivel de desempeño. Dicho hallazgo es consistente con el trabajo realizado por Liden y colegas (1993), en el cual se ha demostrado que las expectativas del miembro sobre la competencia del líder afectan la calidad del LMX. Esta situación también explicaría el hecho de que no surjan de los relatos de consultores juniors de este estrato aspectos relacionados a la dimensión “lealtad”. Un consultor senior cuyo desempeño no es bueno, no será promovido categoría con la misma frecuencia que sus pares por lo que su presencia y poder relativo será inferior y no podrá respaldar al consultor junior ante el resto de la organización. 34 Al igual de lo que ocurría con 1 de los casos del Estrato 2, se profundizó el análisis del caso de un consultor junior que además de ser evaluado como de acuerdo a lo esperado que, de acuerdo a lo mencionado, refleja un buen desempeño, producto de dicha evaluación, entre otras, había sido promovido de categoría. Del diálogo con dicho consultor junior, se identificaron claramente cuestiones de la dimensión “afecto” del LMX: - “…yo con ella trabajé en varios proyectos y le debo mucho porque aprendí a organizarme en mi trabajo, trabajar con ella me ha ayudado mucho desde el punto de vista técnico…En relación a los temas de liderazgo, sentí que un poco chocaba mi forma de ser con la de ella…sentía que no había empatía con ella…ella tiene mucho carácter, yo también entonces chocábamos…Esto con otros líderes no me pasó. Siento que mi trabajo no es tan eficiente cuando trabajo con ella que cuando trabajo con otros líderes…” El hecho de que relaciones de LMX de mala calidad se encuentren asociadas con buenos desempeños del miembro representa una excepción en el marco del presente trabajo. Al igual que en el Estrato 2, dichas excepciones se encuentran justificadas por hechos puntuales que han sucedido en el transcurso de la relación de intercambio que emergen en las entrevistas y que han afectado la calificación del LMX, pero que no han impactado, de manera significativa, el desempeño del consultor junior. Estrato 5: Desempeño por Debajo de las Expectativas y LMX Negativo En los 2 casos en los que los que la evaluación de desempeño del consultor junior ha sido calificada como por debajo de las expectativas, ambos consultores junior han contestado negativa (50%) o neutralmente (43%) a los ítems acerca de la naturaleza de su relación con el líder (consultor senior), en cuestión. Mediante una entrevista con uno de los consultores junior categorizado en el presente estrato, se identifican claramente cuestiones de la dimensión “contribución al intercambio percibida” del LMX: - “…era un cliente nuevo para él por lo que no estaba al tanto de todos los problemas que surgían y no conocía al detalle el trabajo que estábamos 35 haciendo, por lo que exigía los resultados más rápido de lo que se podían producir…entonces el creía que yo no hacía mi trabajo…” Como así también de la dimensión “afecto”: - “…no nos llevábamos bien…no nos teníamos confianza, entonces yo no lo podía consultar demasiado…” - “…yo veía que con el otro Junior de la asignación tenía una relación muy buena y lo presionaba menos…como a mí no me tenía confianza, me estaba más encima, me presionaba más y a mí me costaba más lograr los objetivos del trabajo…” Asimismo, a partir de esta última frase, también se observa de que manera los líderes gestionan la relación laboral con los subordinados que forman parte del “in-group”, de una manera diferente de cómo lo hace con los que están por fuera (Dienesch y Liden, 1986), y como esto podría afectar el desempeño de unos y otros. Si bien no emerge del relato del consultor junior entrevistado, como gerente a cargo de la asignación en cuestión he tenido acceso a información privilegiada sobre este caso en relación a la dimensión “lealtad”. El consultor senior de la díada había detallado claramente en el formulario de evaluación los comportamientos esperados que no habían sido cumplidos por el evaluado: - “…en ciertas ocasiones demandó una supervisión superior a la requerida para un consultor de su categoría…” - “…hubo determinados momentos en los que la comunicación vertical no fue fluida, por problemas propios de la asignación o superposición con otras tareas…” - “…durante la asignación hubo momentos en que fue necesario una supervisión más exhaustiva ya que los trabajo quedaban en puntos muertos o no se podía saber a ciencia cierta el estado real del avance…” 36 Sería razonable concluir que tales comentarios volcados en el formulario de evaluación de desempeño y comunicados al gerente de proyecto, representen la carencia de soporte público del consultor junior por parte del consultor senior capturado en la dimensión “lealtad” del LMX. Adicionalmente, como parte de los procedimientos de recursos humanos del área, he mantenido reuniones en conjunto con la socia responsable con ambos consultores junior cuyo desempeño había sido por debajo de lo esperado. De las conversaciones mantenidas oportunamente con los mismos, se identificaba claramente que ambos habían tenido dificultades para adaptarse al proyecto o a la tarea a realizar. Este hallazgo encuentra soporte en el efecto moderador de la satisfacción intrínseca de la tarea existente entre el LMX y el desempeño descripto por Dunegan y colegas (2002). Por lo tanto, al igual que en los Estratos 1 y 3 pero en sentido inverso, se verifica la relación positiva entre LMX y desempeño en una empresa de servicios profesionales. 37 DISCUSION Como primera aproximación, de los resultados se desprende claramente que en una empresa de servicios profesionales también se observa la existencia de una relación positiva entre la calidad del LMX y el desempeño del subordinado, que se ha verificado en la literatura que ha abordado este tópico en otro tipo de organizaciones. En términos generales, se observan altos niveles desempeño en díadas con LMX positivo y bajos niveles desempeño en díadas con LMX negativo. Otro aspecto que convalida la existencia de esta relación positiva, es que no se ha observado ningún caso en el que un bajo nivel de desempeño se encuentre asociado a un buen LMX. Como se ha visto y en concordancia con la literatura, subordinados con relaciones de LMX de alta calidad podrían mostrar un mejor desempeño debido al soporte, feedback, recursos, y oportunidades que les son provistos (Wayne et al., 1997). En una empresa de servicios profesionales esto toma mucha mayor relevancia debido al modo de organizarse que tienen este tipo de firmas conformando equipos de trabajo que participan de proyectos para brindar un servicio profesional. Y se pone de manifiesto más aún cuando se trata de un consultor senior y un consultor junior por diversas razones. En primer lugar, el consultor senior es el principal vínculo del consultor junior con la organización cuando este se incorpora a la misma, por lo que no solo le brinda soporte desde el punto de vista técnico en el día a día del trabajo sino desde una perspectiva logístico-administrativa para saber como manejarse dentro de la organización. Segundo, la entrega de feedback cobra gran importancia, no solamente en relación al feedback formal reflejado en las evaluaciones de desempeño sino al informal que pueda brindarse durante la marcha de las asignaciones, ya que este nutre al consultor junior de información que le permite ajustar su desempeño si el mismo no se viene desarrollando de acuerdo a lo esperado. Tercero, la cantidad y calidad de los recursos que un consultor senior provea a un consultor junior para el desarrollo de sus tareas (tales como herramientas, metodología, información de proyectos anteriores de similares características, acceso a bases de datos de información relevante para el proyecto en cuestión, etc.), como así también la oportunidad con que se los provea, 38 serán claros determinantes del desempeño del consultor junior ya que afectarán directamente el cumplimiento de los objetivos y la calidad del trabajo realizado. Por último, las oportunidades que un consultor senior provea a un consultor junior también son sumamente relevantes para obtener altos niveles de desempeño, por ejemplo asignándole tareas que son requeridas para ser promovido de categoría o tareas dentro de un proyecto en las que el consultor junior se sienta más a gusto y por lo tanto pueda desempeñarse mejor (Dunegan et al., 2002). Cuando se profundiza mediante indagación en las entrevistas, se identifican claramente qué características de la relación, eventos o situaciones puntuales han afectado a cada una de las dimensiones que funcionan a modo de “tipo de cambio” que ambas partes en un LMX aportan a la relación: contribución al intercambio percibida, lealtad y afecto (Dienesch y Liden, 1986). En tal sentido, es curioso como las respuestas que han surgido inicialmente o sobre las que más se explayan los entrevistados están asociadas a la dimensión “contribución al intercambio percibida” lo que podría deberse a que, en su mayoría, se trata de díadas que no han funcionado como tal por períodos muy prolongados por lo que los elementos que emergen principalmente son los orientados al trabajo y no a cuestiones que pueden requerir una mayor maduración para su desarrollo como son las asociadas a las dimensiones “lealtad” o “afecto”. Asimismo, otro aspecto que emerge en todos los casos de consultores junior con buen desempeño que calificaron negativamente el LMX, y cuyo análisis se ha profundizado mediante entrevistas, es que percibían que desde el punto de vista técnico del trabajo el consultor senior no les había aportado demasiado o se trataba de consultores senior con bajo nivel de desempeño. Este hallazgo sobre el impacto de las expectativas del miembro sobre la competencia del líder en el LMX se encuentra en línea con las conclusiones del trabajo de Liden y colegas (1993). Esto cobra más sentido aún dado el rol de entrenador en el lugar de trabajo que tanto la empresa de servicios profesionales como el consultor junior esperan de su supervisor. Otro aspecto que emerge en la gran mayoría de las entrevistas es la “confianza” como atributo clave en la relación. Esto se ha observado tanto en consultores junior que 39 evocan a la falta de confianza en situaciones de LMX de baja calidad como en otros cuya existencia parece justificar relaciones de intercambio de alta calidad. De acuerdo a la literatura, el desarrollo de relaciones de confianza entre líder y miembro que vayan más allá del contrato formal de empleo constituye un componente clave en la construcción de un LMX de alta calidad (Dienesch y Liden, 1986). En la relación consultor junior-consultor senior que se da en una empresa de servicios profesionales la confianza es un factor clave ya que los consultores junior se encuentran en un proceso continuo de aprendizaje en el lugar de trabajo. Por ello, la existencia (o no) de un lazo de confianza que les permita sentirse lo suficientemente cómodos como para consultar al consultor senior con el que se encuentran trabajando sobre cómo resolver los problemas que puedan surgir mientras llevaban a cabo sus tareas estará directamente relacionada con el nivel de desempeño del consultor junior en la asignación en cuestión. Desde el punto de vista metodológico, mediante las entrevistas realizadas a los encuestados, se sigue verificando la validez del LMX7 (Graen y Scandura, 1982) como herramienta de medición de la relación líder-miembro. Cuando el LMX había sido calificado como positivo en la encuesta, los comentarios del entrevistado fueron eminentemente positivos y a favor de la relación, y cuando el LMX había sido calificado como negativo, inmediatamente se identificaban aspectos generales de la relación o episodios concretos que respaldaban las respuestas brindadas en la encuesta. Por otra parte, si bien a priori cuando se observa la distribución de los resultados del cruce de datos de LMX y desempeño (Ver Tabla 2) pareciera no haber distinción entre aquellos de alto rendimiento y aquellos calificados como de acuerdo a lo esperado, profundizando el análisis de las respuestas a la encuesta del LMX7 se observa dentro del conjunto de casos con LMX positivo y buen nivel de desempeño la existencia de distintos grados. Es decir, aquellos consultores junior evaluados como de alto rendimiento, en términos generales, han calificado mejor el LMX que aquellos cuyo desempeño ha sido evaluado como de acuerdo a lo esperado. Por último, si bien han emergido en el campo ejemplos que convalidan la gran mayoría de los hallazgos previos sobre la relación LMX-desempeño que se han presentado 40 previamente en el presente trabajo, no han surgido elementos que permitan verificar el papel moderador del conflicto y la ambigüedad de rol, entre el LMX y el desempeño descripto por Dunegan y colegas (2002). Asimismo, en relación al rol mediador del LMX entre la orientación a la maestría y el desempeño del subordinado sugerido por Jansen y Van Yperen (2004), no sólo que no se ha podido verificar en el campo sino que se han hallado resultados opuestos. En uno de los casos del Estrato 2 y otro del Estrato 4, los consultores junior de la díada debido a su orientación a la maestría buscaban el acercamiento para la obtención de feedback adicional desde el punto de vista técnico pero al no encontrar una respuesta que cubra sus expectativas, esto repercutió negativamente en la calidad del LMX vía la baja contribución al intercambio percibida y el impacto de las expectativas del miembro sobre la competencia del líder en el LMX (Liden et al., 1993). Implicancias y Recomendaciones para la Acción En primer lugar, si bien el foco del presente trabajo no son ni los métodos ni los procesos de evaluación de desempeño en sí, se observa una cuestión que es preciso mencionar. En las empresas de servicios profesionales los procesos de evaluación y promoción se dan con mayor frecuencia que en el resto de las organizaciones y son, junto a la capacitación y el entrenamiento, uno de los principales elementos para la atracción de nuevos talentos. Por lo tanto, a los fines de otorgarle una mayor transparencia a dicho proceso, sería importante la inclusión de objetivos cuantificables concretos como parte de las evaluaciones de desempeño, evitando así que las mismas queden solamente libradas, en su mayor, parte a la subjetividad del evaluador. Asimismo, deberían establecerse mecanismos para identificar oportunamente aquellos casos en los que un LMX de alta calidad vicia la evaluación de desempeño. Este sería el caso de evaluadores que otorgan altas calificaciones de desempeño a ciertas personas no como producto de su desempeño real en la asignación, sino como producto de una tendencia a “inflar” las evaluaciones de desempeño de los miembros que, de manera consciente o no, representaría una suerte de reciprocidad de parte de los líderes en díadas con relaciones LMX de alta calidad. En retorno por aquellos comportamientos de los miembros que benefician al líder pero no están atados al desempeño, como lealtad y 41 amistad, el líder evaluaría más positivamente de lo que correspondería a los comportamientos atados al desempeño (Wayne et al., 1997). Por otra parte, las áreas de recursos humanos de las empresas de servicios profesionales deberían establecer mecanismos que les permitan identificar tempranamente y monitorear la calidad del LMX existente en las múltiples díadas que componen su staff técnico. Dicho análisis les permitirá contar con información para: 1) Realizar actividades tendientes a propiciar intercambios sociales más allá del ámbito de las tareas para las cuales, tanto líder como miembro han sido contratados. 2) Detectar tempranamente aquellos casos de consultores junior con bajos niveles de desempeño como consecuencia de un LMX de baja calidad para identificar que elementos del intercambio están afectando dicha calidad y operar sobre ellos, o en última instancia disolver la díada e intentar que no vuelva a conformarse en el futuro. 3) Mantener en el tiempo aquellas díadas cuyos consultores junior presentan altos niveles de desempeño como consecuencia de un LMX de alta calidad. Otra de las implicancias de los resultados del presente trabajo tiene incluso impacto en el resultado económico de los proyectos debido a que cuanto mayor sea el nivel de desempeño de los consultores de las categorías más bajas de la estructura jerárquica de una empresa de servicios profesionales, más rentables serán sus proyectos. Esto se debe a que, el nivel de salario va aumentando a medida que el colaborador va promoviendo de categoría, por lo que aquellos equipos de trabajo que puedan cumplir los objetivos del proyecto estando compuestos por personal más junior tendrán menores costos y, a un mismo nivel de honorarios cobrados a los clientes, serán los más rentables. La situación descripta se potencia más aún si incorporamos la variable de la delegación. Para que los proyectos puedan ser llevados a cabo por personal más junior es 42 imprescindible un alto grado de delegación por parte de los consultores senior en los consultores junior. Por lo tanto, propiciar la existencia de díadas con un LMX de mayor calidad, permitiría mayores niveles de delegación de tareas de los consultores senior en sus consultores junior vía mejores niveles de desempeño (Bauer y Green, 1996; Schriesheim et al., 1998) y de esta manera, los equipos podrían estar compuestos en una proporción mayor por personal más junior. Por último, otro aspecto a considerar está relacionado con que al momento de conformar un equipo, un líder, además de aspectos relacionados con las habilidades técnicas, siempre intentará integrarlo con aquellos profesionales que en el pasado han mostrado altos niveles de desempeño en sus proyectos. De esta manera, las díadas se irán iterando en el tiempo, las relaciones personales y profesionales se irán profundizando, con lo que podríamos suponer que las relaciones de intercambio (LMX) mejorarían en calidad. En este sentido es el desempeño el que funcionaría como antecedente de relaciones de LMX de alta calidad (Liden et al., 1993). Limitaciones En primer lugar, los consultores junior han respondido el cuestionario del LMX7 en un momento posterior al que el consultor senior evaluó su desempeño, por lo tanto conocían cual había sido esta evaluación. Por ello, sus respuestas podrían estar condicionadas por el resultado de la evaluación de desempeño. En segundo lugar, si bien la literatura da cuenta de la validez de la evaluación del desempeño de un subordinado por parte de su supervisor como indicador del nivel de desempeño (Bauer y Green, 1996), por algunos insights con los que cuento por ser parte de la organización bajo análisis, intuyo que en algunos casos dicha evaluación pueda no ser un reflejo real del nivel de desempeño del miembro de la díada. Esto último también coincide con algunos autores que sostienen que las medidas subjetivas de desempeño podría reflejar un sesgo en la calificación y podrían no tener vinculación con el nivel de desempeño real (Bauer et al., 2006). De todos modos, debido a que las díadas van variando a lo largo del tiempo conforme van variando las composiciones de los equipos 43 de trabajo para los distintos proyectos, dicha evaluación era el único elemento de medición de desempeño que luego podría vincularse directamente con la evaluación de LMX realizada por el consultor junior con respecto al consultor senior. No obstante esto, en el caso de los dos consultores junior cuyo desempeño ha sido calificado como por debajo de las expectativas, la evaluación de desempeño ha demostrado ser un buen indicador del desempeño real ya que se trata de personas cuyo desempeño general en la organización se encuentra por debajo de lo esperado, lo que se verifica en que no han sido promovidos de categoría con la misma velocidad que sus pares. En tercer lugar, si bien mi rol como miembro de la organización ha sido de vital importancia tanto por el acceso a los datos como por el conocimiento profundo de la firma en general y de los procesos de asignación de recursos y evaluación de desempeño en particular, existe la posibilidad que mi figura haya afectado la libertad con la cual los consultores junior hayan respondido la encuesta y dado sus respuestas en las entrevistas. Cuarto, las evaluaciones de desempeño analizadas comprenden asignaciones de diversas duraciones que van desde 100 a 1000 horas siendo el promedio 428,49. Si bien de acuerdo con la literatura las relaciones se forman rápidamente, (Liden et al., 1993) relaciones de más larga duración tendrían una madurez mayor en términos de intercambios que las más cortas, lo que podría indicar que no sean totalmente comparables. Por último, una importante limitación del presente trabajo radica en que los casos han sido observados en una misma organización, lo que impide, a priori, establecer algún tipo de generalizaciones. Sugerencias para Futuras Investigaciones La primera sugerencia está orientada a promover el estudio de empresas de servicios profesionales en temas relacionados con liderazgo, motivación, desempeño y gestión del talento en general. Considero que se trata de organizaciones que ameritan estudios específicos que contemplen sus particularidades descriptas en el presente trabajo. 44 Asimismo, y en línea con lo anterior, considero relevante que los estudios de empresas de servicios profesionales no consideren únicamente (o principalmente) a las grandes firmas de abogados y se amplíe la variedad de rubros a incluir en las investigaciones que aborden las problemáticas de este tipo de organizaciones. Por otra parte, a los fines de subsanar el desvío que pudiera haber entre la evaluación de desempeño subjetiva realizada por el supervisor y el desempeño real del subordinado, futuros estudios podrían realizar un abordaje que comprenda otros elementos que permitan evaluar objetivamente del desempeño general del miembro de la empresa de servicios profesionales, tales como productividad, frecuencia de promoción de categoría, participación en actividades internas que hacen al funcionamiento de la organización (por ejemplo, dictado de cursos, desarrollo de productos, participación en actividades de reclutamiento, etc.). Asimismo, un estudio longitudinal que permita estudiar una misma díada a lo largo de los años podría incluso aportar conclusiones sobre como la calidad del LMX se va desarrollando conforme uno y otro integrante de la díada van promoviendo de categoría y como esto incide en el desempeño del subordinado. Otro enfoque que merecería ser explorado para complementar los resultados del presente estudio, sería analizar si la relación positiva existente entre LMX y desempeño en díadas consultor junior-consultor senior, también se verifica en díadas consultor senior-gerente y gerente-socio. Adicionalmente, podría ser muy interesante analizar el comportamiento de un mismo subordinado en dos díadas diferentes en un mismo período. Si bien esto complejizaría metodológicamente el estudio ya que debería contemplarse la interdependencia de eventos, puede ser muy rico en términos de resultados al permitir verificar si el nivel de desempeño de una misma persona varía en función de la calidad de LMX que tenga con uno u otro líder. En este sentido, se podría anticipar que la calidad del LMX podría influenciar la priorización y dedicación del miembro a favor de aquellos proyectos que 45 lleva a cabo con líderes con los cuales el LMX es de mayor calidad generando, en consecuencia, mejores niveles de desempeño. Por último, si como se ha demostrado en el presente estudio el LMX incide en el nivel de desempeño del subordinado el cual, a su vez, afecta la calidad del LMX y así sucesivamente, se hace imperioso el abordaje de investigaciones tendientes a explicar cuáles son los mecanismos que operan en relación a este efecto circular descripto. 46 CONCLUSION El principal propósito del presente trabajo ha sido explorar si la relación existente entre el LMX y el desempeño del subordinado que se ha evidenciado en diversos entornos organizacionales, también se verificaba en empresas de servicios profesionales. Mediante diversas técnicas de investigación que incluyeron la creación de “tipologías empíricamente fundadas”, el análisis de información interna de la organización, la observación participante y la realización de entrevistas, se ha cumplido con dicho propósito a la vez que se han identificado los principales elementos subyacentes en la relación de intercambio desarrolladas entre un consultor senior y un consultor junior que favorecen o impiden el establecimiento de un LMX de alta calidad en las empresas de servicios profesionales. Ellos son: - Las tres dimensiones del intercambio: contribución al intercambio percibida, lealtad y afecto. - La confianza entre líder y miembro. - Las expectativas del miembro sobre la competencia del líder Estos resultados han permitido establecer ciertas implicancias y recomendaciones para las empresas de servicios profesionales en general y para sus áreas de recursos humanos en particular, a los fines de propiciar relaciones de LMX de alta calidad las cuales, en consecuencia, se traducirían en un mejor desempeño de sus empleados. Asimismo, futuras investigaciones permitirían profundizar aquellos aspectos de la relación LMX-desempeño que no han sido alcanzadas en el presente trabajo a fin de complementar la comprensión del fenómeno en empresas de servicios profesionales. 47 REFERENCIAS Blau, P. M. 1964. Exchange and Power in Social Life. New York: Willey. Bauer T. N. y Green, S. G. 1996. 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