yves klein

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YVES KLEIN
JAVIER ARNALDO
RAQUEL GARCÍA CAMPILLO.
Ives Klein se bautizó así mismo como el pintor monocordial, el pintor
que sin necesidad de artificios se basta para crear su obra con un solo color.
Mente y cuerpo adiestrados dentro de la cultura ZEN, energía ancestral
y el judo, hicieron de Klein un hombre empeñado en conocer el dominio de las
relaciones enérgicas en el espacio junto con una exploración simultánea de lo
físico y lo mental.
Su pintura monócroma, junto con una investigación constante dentro
del mundo de la sensibilidad, y cómo los espacios vacíos son capaces de
recoger ese tipo de experiencias sensibilizadoras, unido al descubrimiento del
fuego como una gran energía que interactúa en el espacio, serán las
direcciones que tomen su corta vida como artista.
Javier Arnaldo, define el trabajo de Ives Klein, como una estrella fugaz,
que pasó dejando huella por el arte del siglo XX, y en realidad así lo considero
yo también, una huella difícil de borrar.
Ives es un seductor, seduce a cualquier tipo de público. En sus
comienzos fue rechazado por la crítica del momento, pero muy pronto se
haría un hueco dentro del panorama artístico francés, llegando a ocupar el
lugar que se merecía.
Si algo hay que destacar de su obra, es desde luego su constancia, sus
valores y creencias que se mantuvieron constantes, desde el primer momento
en el que pensó ser pintor.
La utilización de la pintura monócroma, hacen de su obra una insignia
clave, que aunque en muchos ámbitos sociales no sea entendido, es la
consecuencia de un largo camino intelectual recorrido por el pintor, una
experiencia artística que conlleva como resultado una obra nada normal, ero
cercana al pueblo.
El tema del objeto artístico es el arte mismo, concretamente el arte
monocolor.
Los trabajos de Ives, se identifican como una alternativa al tipo de arte
que se hacía en la escuela de París, al informalismo y la abstracción
geométrica. Cualquier práctica que se hiciera en ese momento, que tuviera
éxito, era detestada por Klein, que optó por lo que el llamó silencio artístico.
Lo que diferencia el trabajo de Klein, de otros pintores, es que él
considera el pigmento como un ser vivo, un ente viviente que tiene vida
propia, y por ello, el color aplicado solo se basta para impregnar de energía
cualquier espacio, no hacen falta artificios ni líneas que pasen por el cuadro y
lo recorran, privando al cuadro de la idea de espacio monocromo sin límites.
El color es infinito, no tiene límites, y el ser humano en contacto con él, se
siente libre, es capaz de imaginar y crear su propio mundo.
Ives Klein con su obra creó su propio mundo, un mundo en el que eran
muy bien recibidos el público que quisiera experimentar la sensibilidad en
estado puro, su propia sensibilidad.
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INTERNACIONAL KLEIN BLUE
La monocromía, aunque en el sentido que le quiso dar Ives era
diferente, ya estaba presente durante los años de la vanguardia. Malevich
también realizó este tipo de arte, y otros artistas como Piero Manzoni.
Piero Manzoni, coetáneo en el tiempo junto con Klein, quiso unirse a él,
ya que ambos realizaban pintura monocroma, aunque desde mi punto de
vista existían muchas diferencias en el modo de entender la pintura, o lo que
es más importante el modo de hacer arte.
No se sintió nunca unido al expresionismo abstracto, ya que
consideraba que los artistas de este género, expresaban en sus cuadros todos
sus sentimientos, sus emociones, y de este modo toda la carga emocional,
fuera buena o mala, esta recaía en los propios espectadores.
Ives Klein considera al pigmento, como algo vivo que posee
independencia propia, a través del cual en sus cuadros se abre un infinito, un
espacio libre que puede crear paz, y no provocar desconcierto al público.
Aunque en cierto modo, entiendo lo que quería decir Klein, y respeto su
idea de hacer otro tipo de arte más comunicativo, no comparto las críticas
que hizo hacia el gestualismo y en especial hacia Pollock.
Son dos vertientes totalmente diferentes las que adoptaron estos artistas,
pero con ideas y creencias separadas, pero unidas bajo el mismo fin, expresar
mediante su obra sus emociones, sus creencias, la manera se manifestarse
dentro de una sociedad…
Ives Klein propone el silencio del autor, de esta manera se escucha
mejor el objeto de la creación. La huella del autor desaparece para dar paso
a la comunicación cósmica del objeto.
Aunque yo pienso que si que existe esa huella del autor, que Klein quiere
eliminar, y es que, al fin y al cabo esto es imposible que desaparezca, la simple
forma de expandir en pigmento azul en sus obras, ya se hace característico de
él.
Para Klein el color es como una “sensibilidad indefinible, sin forma y sin
límite”.
Klein se centrará en realizar cuadros monocromos de color azul
ultramarino inconfundible, bautizado por él mismo como Internacional klein
Blue.
Sus cuadros son presencias vivas de color, que al ser contempladas por
la óptica sensible se crecen. Esta gran sensación de azul, provoca en el
público una vivencia que Klein a denominado “sensibilidad pictórica”.
Al realizar los cuadros únicamente de un solo color, Klein pretende
activar el sentimiento de totalidad por medio del color. El color azul que utiliza,
es un pigmento con una fórmula especial, que hace que el color se aprecie
casi en estado puro.
2
Uno de los elementos esenciales en la obra de Klein, será la
incorporación de esponjas de mar. Estas esponjas son las mejores aliadas del
color, ya que lo absorben y el efecto de saturación del color es impresionante.
Un ejemplo espectacular de estas obras, es el Teatro de Gelsenkirchen
en Alemania, en el que encontramos unos maravillosos ejemplos de pinturas
monocromas y de relieves de esponjas, como alusión un fondo marino.
Estos relieves de esponjas, me parecen una obra que te lleva
directamente a un mundo de imaginación, dónde el color se muestra en toda
su naturaleza. Son como las emisoras de carga sensible del color.
A partir de 1959, Klein introduce entre sus monocromos el dorado y el
rosa. Con estos colores, en especial con el dorado conseguido con pan de
oro, pretende provocar la máxima sensación en la experiencia cromática.
El color escogido es siempre un objeto de placer sensible ante el que no
cabe resistencia.
Estos colores podrían aludir, el azul ultramarino a la tierra, el rosa a la
luna y el dorado al sol.
Otras obras derivadas de la utilización del color como agente de
vitalización, son sus llamadas Antropometrías o “pinceles vivientes”. Las
modelos eran rociadas de pintura de color azul, y ellas mismas bajo las
directrices del Klein, actuaban directamente sobre el soporte, quedando
impresos diferentes partes del cuerpo, huellas…
No se puede llevar más al límite el concepto puro del color. El hecho de
que el propio cuerpo humano actúe como pincel, es unir cuerpo y alma, el
alma viviente que para Klein tiene el color.
No existe separación entre el hombre y la sensación grata que provoca
el mundo del color.
Siempre serán reconocidos los cuadros monocromos de Ives Klein, sus
esponjas son como formas vivientes del mar que te abren un mundo de
imaginación.
3
EL VACÍO
Abandona la obra pictórica en ocasiones, para mostrar mediante la
sensación de vacío, la sensibilidad.
En 1958 en la Galería Iris Klein, en una de sus salas, se dedicó a
blanquear sus paredes y colocó una vitrina vacía, dejó completamente vacía
la galería, es decir no se exponía nada.
El silencio visual, era lo que se inauguraba, su obra no era una pintura,
sino “un estado artístico sensible”.
Es un escenario, en el que la sensibilidad según Klein se queda sola,
como una fuente de energía, como la materia prima de la obra artística.
El espectador, al entrar se queda solo, solo ante el vacío, y es entonces
cuando la propia sensibilidad del sujeto se queda sola ante los requerimientos
de ese escenario de inmaterialidad.
Klein atraviesa la delgada línea que hay, entre la obra real y la
imaginaria, o mejor dicho en el estado en el que cualquier cosa pude ser una
obra de arte.
Seguramente mucha gente no lo comprenderá, pero el verdadero fin
de Klein, el de enfrentar al hombre frente a su propia sensibilidad me parece
realmente novedoso.
Tanto el pigmento, como sus exposiciones de Vacío, son diferentes
presencias de energía.
El vacío nos transporta a la imaginación, la sensibilidad trasportada a
través de la imaginación, es el estado sesguen Klein en cuya posesión el
hombre participa del principio de “vida”, y entonces es cuando se da el arte
total.
Como el objeto no existe, lo que se da es una exploración de su
ausencia, y esa exploración que el público hace al entrar a la sala es lo que
Klein buscaba.
Muchas veces he pensado, que ocurriría si en una exposición de arte
contemporáneo, en la que la gente esperase encontrar cuadros, videos,
esculturas, no encontraran nada, sino que se encontraran los unos a los otros
en ese estado de exploración o de asombro.
Y esto es lo que Klein consiguió, y por ello aplaudo su acción, porque es
una manera de mostrar al mundo que el arte no es un cuadro, o una escultura,
que los límites ya no existen o al menos eso se intenta.
La mala valoración que se hace del arte, el lugar tan poco valorado
que posee en algunos sectores de la sociedad, provocan en mi opinión la
crisis de la era artística.
Si ya no se valora la obra de arte, creo que es el momento de enseñar
al mundo que hay otra forma de hacer arte, una forma intelectual cuyo fin sea
el que debe de haber sido siempre, CONMOVER AL ESPECTADOR.
4
EL FUEGO
Para concluir, sólo haré una pequeña valoración, de otro de los
aspectos artísticos de la obra de Ives Klein que me ha llamado la atención.
Javier Arnaldo, considera que uno de los pasos más importantes de la
trayectoria de Ives Klein fue la sustitución de pigmento por fuego como medio
de coloración.
Dentro de la experimentación artística-intelectual, que Ives Klein realizó
a lo largo de su trayectoria, destaca el hecho de que decidiera sustituir la
pintura por el fuego, o combinarlos.
Realizó esculturas de fuego, la más famosa es Muro de Fuego, del que
salían flores de fuego de color azul.
El fuego, una gran energía, capaz de trasmitir su esencia ardiente de
forma inmediata, es llevado a los lindes artísticos, en el momento en el que se
le da forma orgánica.
Otra forma de aplicar el fuego en sus obras, fue a través de los lienzos.
Las huellas que dejan las llamas de las esculturas de fuego en el lienzo, es un
algo novedoso para el artista, que llevará su práctica hasta el final de sus días.
Ives Klein, fue el gran héroe de devolverle la libertad al estado primordial
de la materia, de devolverle al arte algo de sentido artístico, perdido y
anhelado por muchos artistas de la vanguardia.
RAQUEL GARCÍA CAMPILLO
[email protected]
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