DUDA, MÉTODO Y VERDAD EN EL PENSAMIENTO DE DESCARTES Introducción Antes de empezar a disertar conviene señalar el hilo conductor que vamos a seguir, de esta manera nuestra redacción quedará mucho más estructurada. Empezaremos situando el autor, justamente para saber que estamos en la Modernidad (siglo XVII). A continuación, intentaremos justificar que Descartes utiliza la duda metódica para construir un saber ("edificio”), gracias al cual llegará a tres verdades: "el cogito ergo sum", "la existencia de Dios" y "la verdad de la ciencia y de las cosas externas ". Veremos cuáles son las reglas del método que él utiliza así como los distintos tipos de dudas: sentidos, sueño/vigilia y Genio maligno. Desarrollo Descartes se encuentra en la Modernidad y se preocupa (como es evidente en esta época) por el "saber". Él considera (tal y como dice en la segunda parte) que el edificio está construido por diferentes arquitectos. Es una metáfora, con la que el autor deja claramente expuesto la necesidad de un método nuevo para fundamentar el saber. Descartes, piensa que el saber se debe hacer por un solo individuo, motivo por el cual lo realiza en primera persona. Con esto, Descartes rechaza todo saber que provenga de libros. Está en una época de cambio, motivo por el cual siente la necesidad de un método. Comentario [s1]: En este párrafo se desarrolla la contextualización. La duda es el primer punto de esta redacción. La duda de Descartes es una duda metódica. Él no procede como Montaigne que es “escéptico radical”, él utiliza el método como una estrategia que eliminará cuando consiga mostrar que existen verdades indudables. La duda de Descartes es metódica, intencionada, estratégica, perdurable, tiene una caducidad, es universal, hiperbólica... Descartes, lo pone todo en duda, en términos metafóricos: "derriba el saber". Derriba el edificio para construir un edificio nuevo. Esto significa ponerlo todo en duda y mostrar a los escépticos, como veremos, que si existen verdades y que están totalmente equivocados. Comienza dudando de los sentidos, cabe la posibilidad que los sentidos nos engañen. En su libro pone el ejemplo del "palo en el agua"; aparentemente parece que está roto. La duda también se amplia a la imaginación, hacia la posibilidad de confundir sueño y vigilia. Dicho en otras palabras, a veces estamos soñando y parece que estamos despiertos y viceversa. Descartes, dudará también de la ciencia a través de la "hipótesis del Genio Maligno". Cabe la posibilidad que exista un Dios engañador que nos engañe y nos haya dado unas reglas falsas. Él pone el ejemplo de que 2 +3 son 5 y que quizás estemos equivocados. Comentario [s2]: En este párrafo se desarrolla el escepticismo cartesiano. Un escepticismo como método que muestra la existencia de verdades. Entonces, Descartes utiliza la duda como método, por lo que convendría hablar sobre el método y las reglas que tiene este método. Claramente, tiene 4 reglas (tal y como consta en la segunda parte): Evidencia, análisis, síntesis y enumeración. La primera consiste en no admitir nada como verdadero sin saber con evidencia que lo es. La segunda, consiste en dividir las dificultades en partes. La Comentario [s3]: En este párrafo desarrollamos las reglas del método. tercera; ir de lo más simple a lo más complejo. En esta máxima es donde aparece la intuición y la deducción. Descartes también evita a toda costa que utilizemos la precipitación y la prevención. La cuarta máxima consiste en hacer tantas revisiones como sea posible. Con estas reglas, se consigue llegar a una verdad y así fundamentar el saber para evitar errores y contradicciones. No olvidemos que el método es escéptico y que con este método hemos derribado el saber, ahora tendremos que construir un nuevo saber, nuestro saber. Antes de hablar de la primera verdad, intentaremos mostrar que mientras dudamos, mientras aplicamos todo lo ya explicado, será necesaria una "moral provisional". Dicho en términos metafóricos y cartesianos, mientras derribamos el edificio y construímos un edificio nuevo, deberemos tener una “habitación en la que dormir”. La habitación, la moral provisional, consta de cuatro máximas. La primera, obedecer leyes y costumbres de mi país. La segunda, ser lo más firme y resuelto en mis acciones. La tercera, obedecer antes a la razón que a la fortuna. Finalmente, en plantea una cuarta que es a fin de cuentas una conclusión de las otras tres, a saber, dedicar la vida entera al cultivo de la razón. Vemos pues, como Descartes no tiene una preocupación moral sino únicamente científica, preocupación de método. Entonces, si retomamos el tema, queda claramente expuesto que la duda es “metódica” y que se aplican tres niveles de duda. Además, queda también ya dicho que Descartes utiliza una metáfora, la metáfora del edificio y nombra una moral que deberemos tener mientras se aplica. Es normal, nombrar una moral, pues el hombre necesita de unas pautas de conducta, sino nos mataríamos. Sería interesante que nosotros también reflexionáramos y nos preguntáramos si en nuestros días es necesaria la moral y el porque Descartes defiende la moral de su época. A través de la duda, Descartes llega a la archiconocida proposición filosófica "Cogito ergo sum". Podemos dudar, pero no podemos dudar de que dudamos, como dudamos pensamos y cómo pensamos existimos. Entonces, llegamos a la primera certeza que intentaré volver a explicar más claramente. El hombre duda, puede dudar tal y como ha quedado claro, pero el hombre no puede dudar de que está dudando. Dudar forma parte del pensamiento, y si pensamos entonces hay existencia. Más adelante, Descartes llegará a la conclusión de que hay una “res cogitans” y una “res extensa”, pero esto será una vez haya eliminado la duda de los sentidos y de Genio Maligno gracias a la existencia de dios. De este modo, ya hemos llegado a la primera verdad. Yo soy una cosa que piensa y por lo tanto existe... Esta verdad es clara, distinta, evidente, inmediata, intuitiva, innata, universal, indemostrable y sencilla. A fin de cuentas, será la base de todas las otras verdades, el cimiento del nuevo edificio construído por una sola persona, Descartes. Hay que decir también que Descartes separa la verdad intuitiva de la verdad deductiva. El “cogito ergo sum” es una verdad intuitiva, no precisa de ninguna demostración. A partir de aquí, Descartes deducirá otras verdades, no obstante, adelantamos que la existencia de Dios también es una verdad intuitiva, es evidente su existencia y se deriva directamente del pensamiento humano. Sin embargo, Descartes dedicará un capítulo entero a probar la verdad divina. Es entonces cuando Descartes acudirá a Dios. Considerará que la existencia Comentario [s4]: Primera verdad. de Dios es necesaria para poder eliminar la hipótesis del Genio Maligno. Si Dios existe, nadie me podrá engañar, con lo que todo aquello observable será necesariamente verdadero. Algunos consideran que Descartes acude a Dios para evitar críticas de la época, lo que está claro es que vuelve al fundamento teológico de la edad Media. Considerará que si Dios existe, entonces debe ser bueno y bondadoso (voluntarismo divino) entonces necesariamente no me engañará en aquello que observo. Es entonces cuando decide justificar la existencia de Dios acudiendo a las 3 pruebas. La primera está basada en el argumento de la perfección. Yo puedo pensar en la perfección. La idea de perfección no puede haber venido de mí ya que yo soy imperfecto. Por tanto, la conclusión: alguien fuera de mí lo ha causada, ese alguien es Dios. En segundo lugar, Descartes utiliza el argumento de la causalidad de Santo Tomás. Yo no puedo haberme creado a mí mismo porque de hacerlo así me hubiera creado perfecto, entonces alguien exterior a mi me ha creado: este alguien es Dios. Finalmente, Descartes acude al argumento de San Anselmo: De la idea de dios se deriva que existe de la misma manera que de la idea de un triángulo se deriva que tiene tres inglés. Por lo tanto, Dios existe. Si Dios existe, entonces él no dejará que nos engañemos, por lo tanto de aquí se extrae la conclusión de la veracidad que tiene aquello observable. Antes de la prueba divina lo poníamos todo en entredicho, pero ahora no tendría sentido. Descartes llega a la conclusión de que el hombre es un dualismo: res cogitans, cosa que ya ha quedado clara a través de la afirmación del “cogito ergo sum”. Y también algo corporal, material: la res extensa. El hombre es, a fin de cuentas, una res cogitans (sustancia pensante) y una res extensa (sustancia corporal o material). Pero Descartes, va más lejos, tenemos una glándula pineal a través de la cual se interconectan estas dos sustancias. Esto quiere decir que Descartes, defiende una inmortalidad del alma, si el cuerpo muere, el alma continúa su vida y permanece inmortal. Este dualismo se podría comparar con el de Platón, a pesar de ser épocas tan distantes, tienen muchas similitudes. Conclusión En síntesis, Descartes utiliza la duda como método para llegar a la verdad. Este método consta de unas reglas ya explicadas y sigue el proceso deductivo (heredado de las matemáticas) basándose en verdades intuitivas. Serán tres las verdades a las que llegará Descartes mediante la duda: El pensamiento, el cuerpo y Dios, que los denominará: res cogitans, res extensa y res infinita. Comentario [s5]: La segunda verdad es Dios. Comentario [s6]: Se introduce la tercera verdad: la verdad de las matemáticas y aquello que vemos.