DE HISTORIA NATURAL. •187 son las siguientes: la tensión superficial sólo sé manifiesta en los cuerpos fluidos ó semifluidos, y vínicamente en la superficie de los mismos, a u n q u e debamos dar al concepto de superficie un sentido más amplio en ciertos casos en que el interior de la masa no es precisamente homogéneo. En segundo l u g a r , u n fluido, según la naturaleza de la substancia con que se halla en contacto, ó más bien según la distribución de la energía en el sistema á q u e p e r tenece, puede tender, bien á extenderse en u n a película ó á c o n traerse en u n a gota, llegando en el segundo c a s o á reducir su superficie á su área m í n i m a . En tercer lugar, cuando tres s u b s t a n cias están en contacto y sujetas á la tensión superficial, como cuando el a g u a rodea u n a gota de protoplasma en contacto con u n sólido, en todos y en cada uno de los puntos de contacto se forman y mantienen entre los tres cuerpos ciertos ángulos de equilibrio, ángulos proporcionados á las magnitudes de las tensiones superficiales que existen entre los tres. E n cuarto lugar, u n a película de líquido sólo puede permanecer en equilibrio cuando su c u r v a t u r a es uniformemente constante. En quinto lugar, las únicas superficies de revolución que llenan esta condición, son en n ú m e r o de s u s , de las cuales el p l a n o , la esfera, el cilindro y las llamadas onduloide y catenoide son las más i m p o r t a n t e s . En sexto término, el cilindro no puede permanecer en equilibrio estable si se p r o longa más allá de u n a longitud igual á su propia circunferencia, sino que entonces, pasando por el onduloide, tiende á romperse en esferas; a u n q u e esta limitación puede ser contrarrestada ó a m i norada, por ejemplo, por la viscosidad. F i n a l m e n t e , tenemos el hecho curioso de que en u n sistema complejo de películas, tal como un conjunto homogéneo de b u r b u j a s , tres paredes divisorias, j nunca m á s , se r e ú n e n en u n a arista en ángulos iguales, como ocurre, por ejemplo, en el caso tan sencillo de u n a capa de células exagonales uniformes; y las aristas, en un sistema sólido, las cuales pueden ser rectas ó curvas, siempre se r e ú n e n , también en ángulos i g u a l e s , de cuatro en cuatro para formar un vértice c o m ú n . De estos hechos físicos ó leyes, el morfólogo, lo m i s m o q u e el biólogo, pueden deducir importantes consecuencias. Hofmeister fué el primero que hace más de cuarenta años d e mostró que cuando á cualquier gota de protoplasma, sea en toda s u superficie ó en algún extremo libre, tal como la p u n t a del seudópodo de u n a Amceba, se la ve «redondearse», esto no es efecto de u n a contractilidad fisiológica ó vital, sino que es simple conse*