ra resulta que no sólo se divide en otras por

Anuncio
- 80 -
ra resulta que no sólo se divide en otras porciones más simples, sino que ta^mbién, en determinados casos ocurre stt desintegración,
sin que ello ímplíque ningttna pér•dida general de la sumá de materia ni de energía libre.
De ello hablaremos al considerar los cuerpos
radioactivos.
REPR,ODUCCION BIOLOGICA DE LA
- DIVISIBILIDAD ATOMICA
Llegamos anteriormente a la concl^usión de
que el átomo es divisible, sin que por ello
pierda sus cualidades propias, fundamento
de la teoría atómica, y aunque parece que
la cosa ha quedado bastante clara y en cierto
modo justiiicada, debemos insistir, tratando
de mostrar que no es un "caso único", ni que
debe sorprendernos demasiado, aunque contraríe concepciones por largo tiet^tpo mantenidas.
y Nos asombra el hecho de la divisibilidad
del átomó? LDuda^mos de que, a pesar de •ello,
pueda conservar su propia individual^dad, la
que pudiéramos denominar su espiritualidad ?
q'endamos; sin embargo nuestra vista al
interesante campo de la biología y escuchemos algunas consideracion•es de Karl Frish,
profesor de la Untversidad de Munich, quien
puede también mostrarnos otras cosas tan
- 81 -
sorprendentes, pruebas de lo poco que aún
sabemos de todo y de lo mucho que nos queda
por aprend^er.
Para que desaparezcan nuestros titubeos
sobre la indudable divisibilidad del átomo,
no obstante el concepto de unidad que nos
venía mereciendo, y que ahora pierde en su
materia pero no en su espíritu, nos plantea
dicho autor una interrogación sobre divisibilidades posibles, que, de primera intención,
casi estamos obligados a consid^erarla como
una broma. Pregunta: Lpizede dividirse la
vida en pedazos? Veamos córno contesta.
A1 lector que ^medite sobre ello, tal vez se
le ocurra pensar que un brot2 arrancado de
^una planta , de geranio ^o una estaquilla de
un chbpo), si se le planta y cuida convenientemente, sigue viviendo y Ilega a formar una
nueva planta, pero que un miembro cualquiera arrancado a un pájaro o a una rana, está
muerto. Sin embargo, ^ nada de conclusiones
precipitadas ! Puede ser que no le hayamos
dado los cuídados que necesitaba para seguir
viviendo. Vamos, pues, a preguntar seriamente a la Naturaleza si, en efecto, puede
vivir de por sí . tina parte del cuerpo de un
animal, separadamente.
La manera de que podamos ten^er contestación a una pregunta he ^ha a la Naturaleza
y el modo de formularlá es el :ensayo científico, el "experimento". Como animal de ensayo puede servirnos; por ^ejemplo, una rana.
6
-^^
Pará no :Rr crueles la tz•atamos en el laboratorio con el mismo cuidado que el cirujano trata al hombre cuando ha de pract:car
en él una intervención quirúrgica: la adormecemos con un anestésico. Si con cuidado le
abrimos el pecho, veremos cómo palpíta su
corazón. Es decir, que ]a rana vive todavía.
Luego podemos extraer también con cuidado
el corazón. Si 1e dejamos sencillamente sobre la mesa, ^laro es que pronto se habrá secado y extinguido, También el agua corriente le perjudica. Peru si al agua se le añade
una pequeña cantidad de sal cornún, medida
exactamente, y agregándole también 'nada
más que vestígíos de otras sales, se le da una
composición parecida a la que tienen la sangre y los jugos peculiares del cuerpo de la
rana, entonces el corazón extraído palpita
durante varías horas, incluso llega a latir varios días, bajo un cuidadoso tratamiento. Así,
pues, hay también algunas partes del cuerpo
que son de por sí capaces de vivir si se crean
para ellas condiciones favorables camo la5
que tienen a su dispo^ición en el cuerpo.
El corazón se compone, como ya sab^mos,
de muchas pequeñas células. y Podemos nos•
otros continuar el despedazámiento sin destruir la vitalidad? Efectivamente esto se consigue. Se ha éxtraído e1 corazón de un polluelo que estaba en estado de desarrollo en ^un
huevo incubado, ha sido seccionado en varias
partes y se han colocado éstas con mucho
^ ^3 ,
.^ ^.
^,, ^
cuidado sobre un medio de cuíti^ó favpráble .y ya probado de antemano. AI1í si^u^id des- ,..
arrollándose, pero desprend^das l^s células
unas de otras y no reunidas Como ^1n corázón
palpitante. Cuidándolas bier^ viven añós; s3,
; hasta parece que les va así rrt^,jor quQ en ^1
palpitante corazón a que pertené^e^a,,.^donde
en realidad deberían estar! En el medio de
cultivo artificial, del que se alimentan, crecen
y se desarrollan sin cesar durante un tiempo
en el oual el pollo, desarrollado normalmente,
ya habría envejecido y muerto con s
entero. y Hay en esto tal vez algo q
cuerde cón la mortalidad corrient^
Tales cultivos de células aislad
mente han dado resultado satisfa
células tomadas del corazón; sino t
otras part^es del cuerpo. Como quie
una multitud de células de la misma ^l'ase,
que se hallan reunidas en el cuerpo, se le da
el nombre de "tejido", a estos ensayos se les
denomina "cultivo de tejidos". A esta rama
de la investigación científica debemos descubrimientos verdaderamente maravillosos.
De ellos solamente tomaremos aquí nota,
muy importante para el objeto perseguido en
nuestro trabajo, de que las cél^ulas (nuestros
átamos en cierto modo) son las piedras fundamentales vivientes del cuerpo. Si se divide
en partes una célula,' lo cual,'a pesar de su
pequeñez, no es difícil con los medios de que
se díspone actualmente, entonces estas par-
tes no son capaces de seguir vivi^endo, sino
que, por mucho que se cuiden, mueren.
PRIMEK AVANCE E^T LA kEPRLSENI'ACION ^DEL ATOMO
Sigamos ahora la exposición de hechos a
que se ha llegado en este estudio del átomo,
^ in perjuicio de que, en su momento, vayamos dando las explicaciones de estos hechos.
Vamos a ver ahora si aprendemos alguna reglilla que nos permita representar fielmente
los átomos con este nuevo sistema de constitución interna de los mismos, que venimos
considerando.
Nos encóntramos con que los que saben de
estas cosas nos dicen : El átamo de hidrógeno (H) está constituído como indica la fig. 2,
en lo que se refiere solamente al número y situación de sus electrones. El átomo de helio
(He) tiene dos electrones, luego aparecerá
como indica la fig. 3. El litio (Li) tiene tres
electrones, apareciendo según nuestra regla
anterior camo representa la fig. 4; etc.
Pero, i atto !, que esto no resulta casual.
Vemos que este orden que los sabios nos van
manifestando no es arbitrario, sino que corresponde exactamente a la numeración de
orden que antes ya dejamos establecida en
el "sistema periódico". ^ Es esto así? Para
comprobarlo tomamos por ejemplo el sodio
Descargar