Juan Manuel Pérez: “ economistas del futur aportar soluciones valor

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EL
COLEGIO
CELEBRA
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LA
A
DECIMOQUINTA
EDICIÓN
EDICIÓN
DE
LA
CEREMONIA
A
ANUAL
DE
ACREDITACIÓN DE ECONOMISTAS
OMISTAS
Juan Manuel Pérez: “Los
economistas del futuro deben
aportar soluciones de gran
valor añadido al mercado”
La Ceremonia Anual de Acreditación de Economistas, acto en el que se da la bienvenida de
manera oficial a los nuevos colegiados y en el que éstos, además de recibir la acreditación de
economista, asumen los principios deontológicos de la profesión, celebró el pasado 26 de febrero
su decimoquinto aniversario.
o. El acto, que tuvo lugar en el Paraninfo de la Universitat de València,
contó con Guillermo de la Dehesa, presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR) de
Londres, como ponente invitado. El conseller de Hacienda y Administración Pública, Juan Carlos
Moragues, clausuró el acto.
En el discurso de apertura, el decano del COEV, Juan Manuel Pérez Mira,
reconoció el honor de presidir por primera vez una ceremonia con 15 años de
existencia en el Colegio. “Nos ilusiona poder recibir cada año a los nu
nuevos
economistas colegiados y constituye el mejor aliciente para conseguir lo que
queremos: un Colegio modelo y centro de excelencia, reconocido por aportar
valor, por su innovación, creatividad y flexibilidad, y por ser el principal exponente
del colectivo
o de los economistas ante la sociedad valenciana”, recalcó.
Pérez Mira agradeció a los economistas la decisión de colegiarse y les recordó el
compromiso ético, “ante la sociedad y ante vuestros compañeros”, que adquieren al
asumir los principios deontológicos
deontológicos de la profesión: “Principios como el de
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capacitación, integridad, independencia y objetividad, confidencialidad, diligencia,
lealtad y equidad se integrarán de lleno en vuestro quehacer, en vuestro
comportamiento ético, en el respeto escrupuloso de las normas deontológicas y en el
consejo acertado que brindéis a vuestros clientes y empleadores”.
El decano habló del nuevo modelo de Colegio que quiere implantar la actual Junta de
Gobierno, que se impregna de una cultura corporativa y conjunto de valores cuyos
ejes estratégicos son la orientación al colegiado como centro de todas las acciones del
Colegio, la promoción de la participación, la innovación y el emprendimiento como
señas de identidad de los economistas y la transparencia y sostenibilidad del modelo.
“Un programa muy ambicioso, con propuestas concretas para promover un nuevo
modelo de Colegio perfectamente adaptado a los tiempos actuales, que centre su
razón de ser en la aportación de valor al colegiado y a la sociedad valenciana”,
explicó. Este proyecto se plasmará en el nuevo plan estratégico que la Junta de
Gobierno está desarrollando y que guiará su acción en los próximos años.
Los acuerdos con instituciones de la sociedad civil valenciana, la colaboración con las
universidades, la mejora de la comunicación con los economistas y los ciudadanos
utilizando las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, y el fomento de los
proyectos de innovación por parte de los colegiados, son algunos de los objetivos
marcados por la nueva Junta de Gobierno. “Los economistas del futuro deben ser
profesionales altamente capacitados e innovadores, que aporten soluciones de gran
valor añadido al mercado y, por ello, el Colegio debe desempeñar un papel activo en
este campo, dado que es el nexo de unión clave e institucional entre los diferentes
profesionales”, manifestó el decano.
En la clausura del acto, el conseller de Hacienda y Administración Pública, Juan
Carlos Moragues, hizo hincapié en su estrecha vinculación con la corporación como
miembro, durante muchos años, del claustro de profesores del Master en Tributación
que organiza el Colegio.
Respecto al debate sobre si deben flexibilizarse los compromisos de reducción del
déficit, afirmó que éste “no es un objetivo, es una necesidad” y explicó que los
ingresos de la Generalitat Valenciana han disminuido sustancialmente. En materia de
tributos cedidos, por ejemplo, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales ha
pasado de recaudar 2.500 millones de euros en 2006 a menos de 600 millones el año
pasado. También disminuyen las aportaciones del Estado, que representan el 75% de
los ingresos autonómicos.
Mientras que se reducen las partidas presupuestarias, aumentan los gastos
financieros por el apalancamiento. “El endeudamiento ha sido un recurso que se ha
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utilizado de forma excesiva”, lamentó el conseller, quien, como responsable
autonómico, admitió estar más preocupado por la deuda comercial que por la
financiera: “Ésa es la que debemos atajar, la que afecta a autónomos, pyme,
asociaciones, colectivos, personas desfavorecidas…”. En este sentido, explicó que el
Fondo de Liquidez Autonómico y el mecanismo de pago a proveedores son una
solución a corto plazo, que convierte deuda comercial en financiera, lo que provoca
mayor apalancamiento. Soluciona un problema coyuntural de tesorería, pero la
viabilidad económica de la Generalitat, según Moragues, pasa por un aumento de los
ingresos, derivado del crecimiento de la actividad económica y de una mejora del
sistema de financiación. “Gastamos más que ingresamos; tenemos que partir de una
premisa de renegociación de esas posiciones de deuda e intentar atajar ese
diferencial entre gastos e ingresos”.
El conseller, quien reconoció que a corto plazo le preocupa el déficit, pero a medio y
largo, la deuda, defendió la obligación de introducir criterios de eficiencia en la
Administración
Pública.
“Los
gestores
públicos
debemos
ser
valientes,
comprometidos y responsables”.
El objetivo de la Generalitat para 2014 es alcanzar un superávit primario neteado.
“Necesitamos hacer reformas, ajustes, subir ingresos generando crecimiento, riqueza
y empleo”. Para ello, lo que puede hacer la Administración Pública es “al menos, no
molestar, no ser un problema; y ahora mismo, lo estamos siendo”, reconoció
Moragues en referencia a la morosidad del gobierno autonómico.
Por último, pidió “escuchar, mimar, dar privilegios y colocar en las empresas al capital
humano” que ahora emigra por necesidad: “Vosotros tenéis que sacar esto adelante;
apelo a vuestra profesionalidad y a la importancia del Colegio como instrumento
institucional canalizador de ideas y sugerencias para mejorar la competitividad de las
empresas y nuestra economía”.
La ceremonia contó con la presencia de numerosas personalidades del ámbito
económico, académico y social valenciano.
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G. de la Dehesa: “La oferta y el
sector exterior van a ser los
motores del crecimiento
potencial”
Guillermo de la Dehesa, presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR) de
Londres, organización que promueve, desarrolla y divulga investigaciones en el campo
de la economía, fue el ponente invitado de la decimoquinta edición de la Ceremonia de
Acreditación de Economistas, que se celebró el 26 de febrero en el Paraninfo de la
Universitat de València. En su ponencia, titulada Factores de crecimiento de la
economía española, explicó el origen y salida de la crisis económica, no desde el PIB
nominal de la economía española, sino desde el PIB potencial, el que es sostenible a
largo plazo. Además de presidir el CEPR, de la Dehesa es presidente no ejecutivo de
AVIVA Corporación y miembro del European Advisory Board de Ely Lilly desde 1999,
international advisor de Goldman Sachs y consejero independiente y miembro de la
Comisión Ejecutiva del Grupo Santander. “A diferencia de la expansión de 2000 a 2007,
basada fundamentalmente en la demanda interna, a partir de ahora la oferta y el sector
exterior van a ser los motores del crecimiento potencial”, subrayó.
Una de las razones para hablar sobre el crecimiento potencial fue, precisamente, que
varios “notables economistas valencianos” habían realizado estudios sobre ella: Rafael
Domenech, Ángel Estrada y Luis González-Calbet en 2008; José Emilio Boscá, Rafael
Domenech, Javier Ferri y Juan Varela en 2011. También a finales de 2011, el Banco
de España elaboró un estudio, “de enorme interés”, sobre el crecimiento potencial
español hasta 2015. A pesar de su importancia, de la Dehesa lamentó que este tipo de
estudios no trasciendan del ámbito académico.
El PIB o crecimiento potencial no es observable. Hay que estimarlo, para lo cual
existen diversas metodologías. A pesar de la complejidad, para sus políticas
monetarias casi todos los bancos centrales siguen una Regla de Taylor en la que hay
que calcular el output gap (diferencia entre crecimiento nominal y crecimiento
potencial). Medir el crecimiento potencial es extremadamente complejo. Hay que
calcular el stock de empleo, el stock de capital y la productividad total de los factores.
El primero se calcula según la población, la tasa de actividad, la tasa de desempleo y
el número de horas trabajadas. El stock de capital, por su parte, se calcula según la
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inversión residencial, la inversión pública y la inversión privada. Además, hay que
calcular la productividad relativa de ese stock de capital, con los tipos reales de interés
en cada momento. Por último, la productividad total de los factores, “que ha sido
negativa todos los años del boom”, se estima indirectamente según muchos factores:
la inversión tecnológica, las patentes, el nivel de capital humano, el grado de
competencia en los mercados y su mayor o menor rigidez.
Durante el boom económico, de 2000 a 2007 el crecimiento potencial anual fue del
2,9%, cuando el PIB nominal creció al 3,5%, incluso al 4% en algunos momentos.
Cuando se crece por encima del potencial, se generan “distorsiones importantes”
como la inflación, el déficit externo y una burbuja inmobiliaria financiada con ahorro
externo.
Al
crecimiento
potencial
le
corresponde
también
una tasa
de desempleo tendencial no inflacionista (NAIRU, en sus siglas en inglés). Sin
embargo, el crecimiento nominal provocó una inflación de salarios y precios.
Después de quince años de crecimiento ininterrumpido, llegó una recesión reforzada por la
crisis financiera de 2008 y 2009, año en el que el PIB cayó un 3,7%. “El efecto negativo
que esta crisis ha tenido sobre el crecimiento potencial actual y futuro es muy grande”,
concluyó de la Dehesa, en referencia a la caída de la inversión pública y privada, la
destrucción de empleo, sobre todo en el sector de la construcción, y el cierre de
empresas productivas, fundamentalmente pyme y microempresas. Todo incide
directamente en el stock de empleo, el stock de capital y la productividad total de los
factores.
Consecuencias: si en 2007 había veinte millones de cotizantes a la Seguridad Social,
ahora hay 16,5; ha crecido el número de parados de larga duración; desde el inicio de la
crisis han cerrado más de doscientas mil empresas; hay una fuerte caída de la inversión
asociada a la aversión al riesgo y una rebaja de las expectativas de crecimiento; una
menor aportación del empleo potencial por la paralización de los flujos migratorios, que
entre 1998 y 2006 trajo a España a cinco millones de inmigrantes (jubilados europeos
incluidos).
Desde 2012, la productividad total de los factores está empezando a recuperarse
(“un buen indicador de cara al futuro”, destacó el ponente), en parte por el
hundimiento del sector de la construcción, el de menor nivel de productividad. Se
prevé que crezca entre el 0,4% y 0,5% los próximos años. Según el estudio citado
del Banco de España, el crecimiento potencial, que ha caído al 1% con la crisis,
podría ir mejorando paulatinamente; en 2015 podría alcanzar el 2%, siempre que se
lleven a cabo las reformas estructurales, “que son las que van a hacer que el
crecimiento potencial aumente más rápido o más lentamente en los próximos años”,
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puntualizó de la Dehesa. Según el FMI, el crecimiento potencial español será del
1,7% en 2015.
El presidente del CEPR insistió en los “efectos muy positivos” que las reformas
estructurales van a tener sobre el crecimiento potencial. La reforma laboral, a la que
hay que dar “una vuelta de tuerca más”, la de los servicios, para lograr mayor
competencia, la mayor reducción de los costes administrativos, la mejora del sistema
impositivo, las mayores facilidades para emprender actividades económicas, la mayor
inversión en las tecnologías de la información y la comunicación, la reestructuración
del sistema financiero...
Las reformas
pueden compensar
la situación de
desapalancamiento general del sector público y privado, tanto empresarial como
familiar. Si se llevan a cabo, en 2017 podría haber un PIB potencial del 2,5%, un nivel
“bastante normal” para España, según el ponente.
La Unión Europea decidió retrasar dos años el compromiso de reducción del déficit al
3%, “imposible de cumplir” en términos de PIB nominal. A partir de ahora, va a primar
el cumplimiento del déficit estructural: el déficit publico de carácter permanente que se
produce independientemente de la influencia del ciclo económico sobre los ingresos y
gastos. Precisamente, las reformas constitucionales para fijar topes en el déficit
público, que muchos países europeos han aprobado, aluden al déficit estructural.
Aunque probablemente sea la Comisión Europea la encargada de medir el déficit de
cada país, de la Dehesa reivindicó que lo hiciera un organismo totalmente
independiente como el propio CEPR, que cuenta con 750 prestigiosos economistas,
“muchos de ellos especialistas en el cálculo de crecimiento potencial”, de modo similar
a lo que hace en Estados Unidos el National View of Economis Research.
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