Utopías, vivencias y realidades

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Utopías, vivencias
y realidades
Teodoro Moral Antón
La presente edición ha sido revisada atendiendo a las normas vigentes de
nuestra lengua, recogidas por la Real Academia Española en el Diccionario de
la lengua española (2014), Ortografía de la lengua española (2010), Nueva
gramática de la lengua española (2009) y Diccionario panhispánico de dudas
(2005).
Utopías, vivencias y realidades
© Teodoro Moral Antón
ISBN: 978-84-16312-31-3
Depósito legal: A 756-2015
Edita: Editorial Club Universitario Telf.: 96 567 61 33
C/ Decano, n.º 4 – 03690 San Vicente (Alicante)
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Printed in Spain
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Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro
puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico
o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier
almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso
previo y por escrito de los titulares del Copyright.
Dedicado con mucho cariño a mis hijos y nietos
ÍNDICE
Pórtico.................................................................................................7
El primer vuelo............................................................................... 11
Visita a Petrópolis..................................................................... 16
El último baile................................................................................. 23
Introducción ............................................................................. 23
Panorama ribereño .................................................................. 24
Las vendimias............................................................................ 27
Las fiestas patronales de la villa.............................................. 32
Bailando en la plaza Mayor..................................................... 36
La velada..................................................................................... 39
Epílogo....................................................................................... 41
El rincón de mi infancia................................................................ 43
Los últimos veinticinco años de nuestra democracia............... 47
Introducción.............................................................................. 47
Cómo se forjó la autonomía de Castilla y León.................. 48
Establecimiento de la sede en Castilla y León .................... 51
Las infraestructuras en Castilla y León................................. 52
Industria y energía.................................................................... 56
Educación, ciencia y cultura.................................................... 58
Burgos pide a la Junta de Castilla y León ecuanimidad...... 59
Los hallazgos en Atapuerca ................................................... 61
Otros eventos dignos de mención......................................... 62
El Condado de Treviño y la Puebla de Arganzón ............. 64
Sucedió en Atapuerca..................................................................... 67
El cantar del Mio Cid..................................................................... 75
Introducción.............................................................................. 75
Los grandes estudiosos del poema........................................ 75
El sañudo Alfonso VI.............................................................. 77
Ideario y proyección del Cid................................................... 79
1.― Visión política.................................................................... 81
2.― Visión religiosa.................................................................. 82
3.― El Cid como abogado y juez........................................... 83
Los hijos del Cid....................................................................... 85
Las armas del Cid .................................................................... 85
Burgos y Cristóbal Colón.............................................................. 87
Emblemática Castilla...................................................................... 93
Nadie es dueño de nadie.............................................................. 101
Introducción............................................................................ 101
Origen humano....................................................................... 102
Neurobiología.......................................................................... 105
Culturas occidentales.............................................................. 107
La mujer en la familia............................................................. 109
Violencia doméstica............................................................... 113
La mujer en el trabajo............................................................ 117
Ley de Igualdad....................................................................... 119
Memoria de esta evolución .................................................. 121
Comentario preferente a catalanes y vascos ............................ 137
La pela...................................................................................... 139
PÓRTICO
Importante (realmente esencial) del sentido humano es el
conocimiento y la orientación, encontrar el rumbo adecuado
respecto a los asuntos de la vida diaria en los colectivos… Disponemos de asuntos diversos para cumplir la función personal
y social encomendada a cada uno con el fin de elegir, asumir
o contrariar el sentido de la realidad y llegar al cenit de los
deseos, con resultados positivos, superando múltiples inconvenientes encontrados en la trayectoria hacia las pretensiones
transformadas en actividad, pues el estatismo es demoledor.
Las utopías, algo irrealizable, es mejor evitarlas y no perder
el tiempo, pero las vivencias han de ser observadas y examinadas para aprovechar el buen sentido, y desechar al tiempo
la maldad, el error, la equivocación que hay que corregir, igual
que el labrador cuidando la cosecha y deshaciéndose de las
malas hierbas…
A través de la participación, llegamos a la realidad, base de
actuaciones y decisiones; después de buscar la mejor manera
de proseguir en el anhelo, pero sin olvidar las circunstancias
(yo soy yo y mis circunstancias, como dijo el filósofo Ortega
y Gasset), y de no haber tenido cualquier causa, por muy accidental que sea, casi siempre acarrean múltiples fracasos.
Cuando el idealismo está aislado, es único, rígido, exacerbado…, llegamos a invadir el ámbito de la utopía y muy
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poco o nada conseguimos, a no ser disgustos y decepciones.
Forzosamente, tenemos que combinar la idea con la realidad,
conocer la verdad, los hechos y sus posibilidades a efecto de
posibilitar el sano deseo y poderlo plasmar en actos que conduzcan al bienestar o eviten penas y dolores.
Pues bien, conocida la verdad, sustrato de nuestra digna
actividad y sus consecuencias, tomando conciencia del ser y
del mundo que nos acoge, podemos empezar a programar,
opinar, decidir, colaborar y buscar el mejor medio de solidaridad para aportar algo sustancioso a la sociedad y evitar males
irreversibles.
Esto es lo que pretende hacer siempre un inquieto ciudadano llamado Teodoro Moral Antón, el cual no está conforme
con el cumplimiento de las obligaciones profesionales como
jefe del Servicio de Análisis Clínicos y Docentes, desde hace
largo tiempo, sino que, además, participa ante cualquier posibilidad que aparezca (asambleas, cursos, congresos, reuniones,
conferencias, etc.) o que él mismo genera.
Para esclarecer la autenticidad de España, Castilla y Burgos, no hay que olvidar sus importantes artículos publicados
en prensa y revistas sobre nuestros antecedentes o la realidad
de nuestra ciudad de forma apasionada, pero con racionalidad
y realismo.
Si la mayoría de los ciudadanos tomáramos ejemplo de su
entrega desinteresada a favor de la comunidad castellana, nuestra actualidad sería más halagüeña. No así ocurre con los responsables políticos, que miran a su porvenir privilegiado que
al bienestar común.
No es justo el frecuente sufrimiento del pueblo, sobre todo
en casos de crisis, mientras el estrato político privilegiado vive
alegremente, en parte con abusos de poder. Los responsables
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no racionalizan el inmenso aparato del Estado que ha de sostener a tantos necesitados, en la indigencia más absoluta, mientras
ellos gozan de duplicidad de cargos. El sentido autonómico ha
superado el propio contexto, mientras ciertas organizaciones
caminan abierta e inconstitucionalmente hacia situaciones o
pretextos independentistas, como era fácil sospechar.
Pues bien, podemos aseverar tristemente que se ha perdido
el sentido de unidad, de identidad de la nación, de la familia,
en esta comunidad materialista, positivista, laicista a ultranza,
y, por tanto, los ídolos del poder y del dinero dominan los grupos sin espiritualidad alguna; parece que caminan cuerpos sin
alma. Y eso supone destrucción, suicidio, decrepitud, el fin de
una generación. Todo parece falso…, la lucha sustituye a la
cooperación. La hipocresía y el cinismo superan la sinceridad.
La crueldad nubla la nobleza y la bondad. A la superficialidad
le dan más valor que a la intelectualidad, y la confusión gana
más adeptos que la sencillez. Parece más protegido el malvado
que la persona honesta. Vivimos una gran convulsión con desprecio del pasado, en vez de aprovechar ideas lúcidas y corregir
errores. El odio sustituye al amor.
De ahí que esta publicación de Teodoro Moral es muy provechosa para hacer reflexionar y potenciar el recuerdo de los
múltiples valores de nuestros antecesores.
Dentro de su obra, Utopías, vivencias y realidades, se recogen
los títulos: «Hombre-mujer y sus circunstancias», «Sucedió en
Atapuerca», «El rincón de mi infancia», «Los últimos veinticinco años de estas autonomías», «El último baile», «El primer
vuelo a América», «La emblemática Castilla», «Burgos y Cristóbal Colón», «Reflejos cidianos»…
Fomentan la inmensa calidad de España, Castilla y Burgos,
y ayudan o animan a desentrañar la autenticidad y a divulgarla
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por todas partes para conservar la inteligente reciedumbre del
carácter castellano y para utilizarlo en bien del país.
Enhorabuena al autor.
José Pablo Arévalo García-Galán
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EL PRIMER VUELO
El relato que voy a narrar acaeció hacia mediados del
pasado siglo XX. La concepción mediática de aquellos tiempos ha variado mucho respecto a los actuales. Se trata de un
matrimonio con laboratorio de análisis clínicos. El profesional
era él.
Cierto día, llegó al laboratorio una propuesta de El Corte
Inglés consistente en unos cursillos de análisis clínicos, nada
menos que en Río de Janeiro, y con el aliciente de que el cursillo constaba de dos partes: la primera semana era propiamente
el Cursillo de Análisis, y la segunda, más placentera, visitando
Perú, atravesando Bolivia, con parada y fonda en su capital, la
más alta del mundo: La Paz (4000 metros).
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Comunicada esta propuesta a Cristina, esposa de mi amigo,
le pareció seductora, pero indigerible, puesto que eran superiores a sus fuerzas, esas nueve horas encima del mar. «Cristina
―le decía Jorge, su marido―, ¿no ves que estamos en el siglo
XX y que hay más accidentes por carretera que por el aire?».
Después de esgrimir toda serie de argumentos, terminó aceptando con la condición de ir al notario a hacer testamento.
Llegado el día, y, al parecer, superadas las mencionadas
dudas y cumplimentado el incondicionado testamento, por fin
se decidieron; llegada la hora marcada por la organización,
tomaron un taxi que les condujo al aeropuerto, dos horas con
antelación, para embarcar y despegar en el avión. A Cristina
no parecía que le costó mucho adaptarse al nuevo medio para
ella, que tanto le había costado aceptar. Lo que quiero reseñar es el españolismo de mi amigo, que debiéramos imitar
todos, pues, como sabemos los que hemos viajado algo, por
ese medio de locomoción, al bajar del avión, una azafata nos
despidió amablemente, deseándonos una feliz estancia en el
lugar destinado. A esto que normalmente respondemos: «Gracias», Jorge añadió que el comandante no se había dignado a
dirigirse en español a los pasajeros, debiendo de tener conocimiento de que la mayoría de estos éramos hispanoparlantes.
Además, como es sabido, el español es el segundo idioma más
extendido del globo.
Por fin, mediante un autobús dispuesto para los destinados
al Hotel Meliá, nos instalaron en el piso treinta y dos. Como es
lógico, en dos habitaciones, pues yo, como amigo y colega, me
había animado a acompañarlos. Desde aquella altura, desde
donde se divisaban a los bañistas como muñequitos, no nos
permitieron contemplar aquel agradable panorama, pues, a los
pocos minutos, nos llamaron a los cursillistas para trasladar12
nos a la universidad, donde nos demostraron su educación
dándonos la bienvenida y los cálidos saludos correspondientes, en el idioma de Shakespeare, lo cual nos extrañó mucho,
ya que todos éramos hispanoparlantes. Pero lo que más nos
indignó fue que el siguiente profesor se expresase en francés.
Tanto es así que los que sabían silbar silbaban y los que no:
pateábamos. Mi amigo y yo nos levantamos y nos marchamos,
siguiéndonos la mayoría. Bajamos a secretaría, donde solicitamos el diploma de haber asistido al cursillo. Que por cierto era
tan vulgar y tan mal redactado y confeccionado que solo nos
sirvió para ocupar un lugar en el cajón de los recuerdos. Por
otra parte, si lo hubiésemos expuesto en nuestro despacho,
hubiéramos falseado la realidad, puesto que no asistimos.
De vuelta al Hotel, Cristina, que se encontraba maravillada
contemplando aquella rutilante hermosura, como manifestaba
ella, se extrañó de vernos antes de lo que pensaba. Al referirle
lo acontecido, nos replicó, diciéndonos: «Entonces, ¿a qué
habéis venido?». «A ver Río», ― contestamos al unísono. Jorge
continuó comentando que lo que sucedió fue debido a la mala
educación de los profesores por la desconsideración con los
hispanoparlantes, que éramos todos. Terminó diciendo que
nos uníamos a los cursillistas placenteros, por lo cual nos
deberían dar a conocer el nuevo programa que seguir.
Cristina comenzó diciendo que se alegraba «montones»
de haber aceptado su primer vuelo, pues solo por percibir la
espectacularidad desde el piso treinta y dos de toda Copacabana merecía la pena el «canguelo» que pasó al contemplar esa
inmensidad de agua a sus pies durante ocho horas. En cuanto
al programa, primero iríamos en barco hasta las llamadas Islas
Tropicales. Al siguiente día, habría tres opciones: excursión
a las Cataratas de Iguazú o visitar la actual capital de Bra13
sil, o sea, Brasilia. Otra opción era el paseo al Corcovado, al
Pan de Azúcar y al Jardín Botánico. Esta última entraba en el
programa. Las dos primeras resultaban algo gravosas para los
bolsillos frágiles.
En cuanto a la visita a las Islas Tropicales, a mí, la verdad,
no me resultó nada espectacular, más que ese verdor característico, producto de la temperatura y de la excesiva humedad, como pudimos comprobar al regresar al barco nodriza.
Aquello parecía el diluvio, lo que por nuestras tierras llamamos llover a calderadas. Claro que, con aquella temperatura, la
evaporación era casi inmediata.
Desde allí, pusimos rumbo al hotel, donde nos reunimos
para determinar los puntos preferentes de los cursillistas.
Unos prefirieron la excursión a las Cataratas de Iguazú, otros,
a la reciente capital de Brasil, y otros, sin rumbo. Nosotros
preferimos las Cataratas, pero los viajes relativamente largos
se realizaban al día siguiente y madrugando. Así que nosotros
nos unimos a los sin rumbo, pero con guía. La cual, como es
lógico, estaba muy documentada, y nos ponía al corriente de la
Historia de Brasil, con su geografía y hasta su política. En primer lugar, nos refirió a la esplendidez de su situación y alrededores. Que el Distrito Federal de Río de Janeiro debe su nombre al hecho de que los portugueses, al descubrir la entrada de
la bahía, creyeron que se trataba de la desembocadura de un
gran río y, como esta fecha coincidía con el uno de enero, de
ahí su nombre de Río de Janeiro (enero). Nos refirió toda su
orografía para explicarnos la maravilla del Pan de Azúcar que
sobresale sobre todos los macizos y los morros vecinos, como
Botafogo y Copacabana, en cuya playa (otro día), tomando el
sol durante hora y media, adquirimos una tonalidad africana,
y sin quemarnos.
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