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Artículo 12. Tribunales.
1. El desarrollo y calificación de las pruebas selectivas de los Cuerpos Generales y Especiales
corresponde a los Tribunales Calificadores. Estos Tribunales gozarán de autonomía funcional y
responderán de la objetividad del procedimiento y del cumplimiento de las normas contenidas en la
convocatoria, a las que estarán sometidos.
2. Para cada uno de los procesos selectivos de ingreso en los Cuerpos Generales al servicio de la
Administración de Justicia el Ministerio de Justicia nombrará un Tribunal Calificador Único, que
efectuará el proceso selectivo en todos los ámbitos territoriales fijados en la convocatoria.
En cada ámbito territorial de comunidad autónoma con traspasos recibidos donde se convoquen
plazas, el Ministerio de Justicia, a propuesta de los órganos correspondientes de la comunidad
autónoma, nombrará un Tribunal Delegado.
Al nombramiento de los tribunales se le dará la adecuada publicidad a través del «Boletín Oficial
del Estado» y de los diarios oficiales de las comunidades autónomas con traspasos recibidos.
3. Corresponde a los Tribunales Calificadores Únicos la elaboración de las pruebas que habrán de
desarrollarse, la determinación del calendario de realización de estas y de los criterios de
valoración, así como la resolución de cuantas consultas puedan plantearse por los distintos
Tribunales Delegados.
Los Tribunales Delegados actuarán, en su ámbito territorial, por delegación del Tribunal Calificador
Único, bajo su dependencia y dirección, a fin de garantizar la igualdad entre todos los aspirantes a
lo largo del proceso selectivo.
4. Los Tribunales Calificadores Únicos estarán compuestos por un número impar de vocales, no
inferior a cinco, de los cuales uno será un magistrado-juez, fiscal, secretario judicial, o médico
forense, en su caso, que asumirá la presidencia, y otro un funcionario de carrera del Ministerio de
Justicia que actuará como secretario. El resto de los vocales, que serán igualmente funcionarios de
carrera, se nombrarán atendiendo al principio de especialidad y de tal modo que la totalidad de los
miembros
del tribunal posean un nivel de titulación igual o superior al exigido para el ingreso en el cuerpo de
que se trate. Los Tribunales Delegados tendrán idéntica composición, salvo por lo que se refiere a
los funcionarios del Ministerio de Justicia, que, en este caso, serán funcionarios de la comunidad
autónoma propuestos directamente por el órgano competente de ésta. En todo caso, dos de cada
cinco vocales serán propuestos por el órgano competente de la comunidad autónoma.
En la composición de los tribunales de pruebas selectivas, se promoverá la paridad entre mujeres y
hombres.
Artículo 13. Reglas adicionales sobre su composición y funcionamiento.
1. Los tribunales no podrán estar formados mayoritariamente por funcionarios pertenecientes al
mismo cuerpo objeto de la selección.
2. Los tribunales no podrán constituirse ni actuar sin la presencia del presidente y secretario, o
quien los sustituya, y de, al menos, la mitad de los vocales que los componen.
Tampoco podrán constituirse ni actuar cuando haya mayoría de vocales pertenecientes al cuerpo al
que se pretende acceder. La convocatoria de las sesiones la efectuará el secretario por orden del
presidente, con una antelación mínima de 48 horas a su celebración, con indicación del orden del
día en que se incluyan los asuntos a tratar en la sesión. No podrá ser objeto de deliberación o
acuerdo ningún asunto que no figure incluido en el orden del día, salvo que estén presentes todos
los miembros del tribunal que hayan sido citados y sea declarada la urgencia del asunto por voto
favorable de la mayoría. Todos los acuerdos serán adoptados por mayoría de votos, siendo el del
presidente de calidad en caso de empate. Se extenderá por el secretario acta de cada una de las
sesiones que se celebren, acta que será leída en la siguiente sesión y, hechas en su caso las
rectificaciones que procedan, se autorizará con la firma del secretario y visto bueno del presidente.
En las actas se consignarán necesariamente el día, la hora y objeto de la reunión, así como los
votos particulares que pudieran formular los vocales del tribunal presentes.
3. Los miembros de los tribunales deberán abstenerse de intervenir en el proceso de selección y
comunicarlo al presidente, quien a su vez lo pondrá en conocimiento del Ministerio de Justicia,
cuando concurran en ellos alguna de las circunstancias previstas en el artículo 28 de la Ley
30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común. Por los mismos motivos, podrá promoverse recusación por
los aspirantes en el plazo que se determine en la convocatoria o, por causas sobrevenidas, en
cualquier momento de la tramitación del proceso selectivo. El incidente de recusación se resolverá
de acuerdo con lo previsto en el artículo 29 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
4. No podrán formar parte de los tribunales quienes ostenten la condición de alto cargo, según su
respectiva regulación, ni aquéllos que hubieren realizado tareas de preparación de aspirantes a
pruebas selectivas en los cinco años anteriores a la publicación de la correspondiente
convocatoria.
5. Cuando así se prevea en las correspondientes convocatorias, los tribunales podrán disponer la
incorporación de asesores especialistas, que les asistan para todas o algunas de las pruebas.
Dichos asesores colaborarán con los tribunales exclusivamente en el ejercicio de sus
especialidades técnicas, y les será de aplicación lo establecido en el apartado anterior de este
artículo.
Artículo 14. Derechos y deberes de los miembros de los tribunales.
Es competencia de los tribunales el desarrollo y calificación de las pruebas selectivas con plena
independencia funcional. En el ejercicio de esta función están sometidos a la Ley Orgánica 6/1985,
de 1 de julio, del Poder Judicial, a este Reglamento y a las bases de la respectiva convocatoria.
Son derechos y deberes fundamentales de los miembros de los tribunales:
a) Asistir a las reuniones convocadas, participando en las deliberaciones con voz y voto.
b) Desempeñar las tareas que en tales reuniones se acuerde encomendarles, en la forma y plazo
determinados.
c) Abstenerse si concurre alguna causa de abstención.
d) Observar una estricta neutralidad respecto de los participantes en el proceso selectivo y valorar
a estos únicamente con criterios objetivos fundamentados en las pruebas realizadas.
e) Guardar sigilo respecto de los asuntos que conozcan y la documentación a la que tengan acceso
por razón
de su pertenencia al tribunal, deber éste que conlleva especialmente la prohibición de:
1.º Divulgar el resultado, puntuaciones, o cualquier otro dato relativo a las pruebas y
calificaciones antes de
su publicación oficial.
2.º Proporcionar información sobre el contenido de los ejercicios y de las propuestas
presentadas para su elaboración.
f) Tendrán derecho a la percepción de las indemnizaciones a que se refiere el Real Decreto
462/2002, de 24 de mayo, sobre indemnizaciones por razón del servicio, o disposiciones que así lo
establezcan.
Artículo 15. Resoluciones de los tribunales. Revisión e impugnación.
1. Las resoluciones de los tribunales vinculan a la Administración, sin perjuicio de que ésta, en su
caso, pueda proceder a su revisión, conforme a lo previsto en los artículos 102 y siguientes de la
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común.
2. Los actos que pongan fin a los procedimientos selectivos deberán ser motivados. La motivación
de los actos de los tribunales dictados en virtud de discrecionalidad técnica en el desarrollo de su
cometido de valoración, estará referida al cumplimiento de las normas reglamentarias y de las
bases de la convocatoria.
3. Contra las resoluciones de los tribunales y sus actos de trámite que impidan continuar el
procedimiento o produzcan indefensión podrán interponerse los recursos que procedan ante la
autoridad que los haya nombrado, de acuerdo con lo establecido en la Ley 30/1992, de 26 de
noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común.
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