La familia aumenta

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¿Qué pasa cuando aumenta la familia?
Es muy frecuente que el niño mayor se sienta desplazado, inquieto y que exprese celos pero las
manifestaciones son muy diversas: rechazo, enfado, indiferencia, fascinación, afecto…
Hasta ese momento había sido el rey de la casa y ahora le han destronado, para él la vivencia es
que le han quitado su lugar y a menudo el bebé recién nacido es sentido como un usurpador.
Nos preguntamos entonces que podemos hacer para intentar hacer más llevadero este momento
para todos y sobre todo para el primogénito.
Es importante prepararle antes de que nazca el bebé para intentar suavizar la situación y ayudarle
Una buena estrategia puede ser el contarle cuentos que traten sobre ese tema. En la literatura
infantil hay numerosos cuentos de este tipo que le pueden ayudar a entender más fácilmente la
situación y lo que le ocurre a él poniéndose en la piel de los personajes.
También conviene explicarle lo que sucederá en el momento del alumbramiento, con quien se
quedará, quien se va a hacer cargo de él. Esto le permitirá tener un mayor sentimiento de
seguridad y de control sobre la situación cuando llegue el momento.
Ser conscientes del enorme cambio que supone en su vida el nacimiento de un nuevo niño y por
eso mismo en la medida de lo posible, intentar mantener sus pautas habituales. Eso contribuye a
organizarlo, lo reasegura y le confirma que sigue teniendo su espacio y su lugar.
Si sus rutinas van a cambiar, es mejor prepararle poco a poco, los niños pueden manejar mejor los
cambios siempre y cuando no les lleguen de forma totalmente imprevista.
Procurar que el momento del nacimiento no coincida con grandes cambios en la vida del niño (del
tipo pasarle de la cuna a la cama o quitarle el biberón o el chupete…).¡ Será menos sobrecarga
para el niño pero también para los padres!
(continuará…)
Pilar Crespo Fessart
Psicóloga
Contacto: [email protected]
ESCUELA DE PADRES
¿Qué pasa cuando la familia aumenta? (2)
En la medida de lo posible, dejarle que pueda tener algún rol activo en algo que concierna al bebé,
pero siempre bajo vigilancia, incluso se le puede pedir algún consejo lo cual lo valorizará de forma
positiva.
Es importante también encontrar algún momento que pueda ser privilegiado y que sienta como
propio y de calidad, con disponibilidad hacia él.
Reconocer sus comportamientos respecto al bebé como expresión de su frustración y su rabia
pero al mismo tiempo marcarle los límites de forma clara. Esto lo reasegura y le hace sentirse más
contenido al tiempo que se le comprende en vez de reprenderle.
A veces nuestro primogénito no quiere saber nada del bebé, parece que no desea involucrarse y
no resulta conveniente forzarle sino que mejor que él decida. Algunos niños necesitan poder darse
un tiempo para “adoptar” al recién llegado y a menudo se adaptan a la situación ignorando al
hermanito, al menos durante un tiempo.
También es bueno hablarle de las cosas que hace un bebé: duerme muchas horas, no sabe hablar,
llora, se le cambia a menudo el pañal… De esta manera entenderá mejor su comportamiento y se
valorizará sintiéndose mayor.
Y si nos paramos a pensar sobre nuestra propia experiencia infantil, ¿Cómo nos sentíamos
nosotros en situaciones parecidas? Esto nos puede ayudar a ponernos en el lugar de nuestro hijo y
a ayudarlo en su proceso.
Pilar Crespo Fessart
Psicóloga
Contacto: [email protected]
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