1 ANEXO IV. APARTADO II. Describir las principales características

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ANEXO IV. APARTADO II. Describir las principales características de
género de:
a.
b.
c.
d.
La poesía lírica.
El teatro.
La novela.
Los principales subgéneros periodísticos (información, opinión y
mixtos)
e. El lenguaje periodístico. Características principales.
f. El ensayo.
A. CARACTERÍSTICAS DE GÉNERO DE LA POESÍA LÍRICA.
Los géneros literarios son los modelos básicos de estructuración de los textos
literarios según el tema que traten y la intención comunicativa del emisor.
Ateniéndonos a la tradición literaria, los géneros son tres: lírico, narrativo y
dramático.
La poesía lírica se originó con este nombre en Grecia y se llamó así por
estar compuesta para ser cantada con acompañamiento de la lira. En la lírica
se procede a la imitación de estados de ánimo.
Las principales características de este género son:
1. Este tipo de textos presentan una visión subjetiva de la realidad desde la
perspectiva interna del emisor, que expresa sus vivencias, sus
experiencias y sentimientos a través del yo poético. Predominan, por
tanto, en ellos las funciones expresiva o emotiva y poética o estética
del lenguaje, aparte siempre de la casi omnipresente referencial o
representativa.
2. Los textos líricos se caracterizan por su brevedad, en comparación con
la narrativa o la dramática. Tratan de presentar en un espacio muy
limitado una impresión, una emoción, un pensamiento, de forma
condensada pero coherente. No desarrollan una historia.
3. Las composiciones poéticas suelen presentarse formalmente en verso,
aunque también existen obras de prosa lírica o poética. El uso del verso
implica ritmo, rima, polimetría, etc.; todo ello para conseguir una
musicalidad acorde a la temática o al estado anímico del autor.
4. El predominio de las funciones emotiva y estética explica la frecuente
presencia de recursos retóricos o figuras literarias que sirven para
manifestar los estados anímicos del poeta y para “disfrazar” su mensaje.
Son muchos los recursos que podríamos citar pertenecientes a los
distintos planos del lenguaje: fónico, morfo-sintáctico y léxico-semántico:
aliteraciones;
anáforas,
paralelismos,
hipérbatos,
epítetos;
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personificaciones, metáforas, hipérboles, etc. De la correcta
interpretación de dichos recursos depende, en gran medida, la buena
comprensión del poema.
5. Los temas, motivos y tópicos desarrollados en este tipo de
composiciones pueden ser, según la época o la preferencia del autor,
entre otros: el dolor por la muerte de un ser querido, la angustia
existencial, el sufrimiento amoroso, el sentir religioso, la exaltación de la
naturaleza, la creación poética, etc. Algunos de los tópicos relacionados
con estos temas son: el “locus amoenus”, “carpe diem”, “beatus ille”, etc.
6. Algunos de los subgéneros ( realizaciones concretas con una estructura
determinada) líricos más desarrollados son:
a. Elegía: Expresa dolor por la pérdida de un ser querido.
b. Égloga: Diálogo entre pastores acerca de asuntos amorosos en
un marco bucólico e idealizado.
c. Oda: Poema de larga extensión que desarrolla sentimientos y
pensamientos en un tono elevado.
d. Sátira: Presenta de forma humorística defectos individuales y
sociales.
e. Canción: Expresa emociones generalmente amorosas.
B. CARACTERÍSTICAS DE GÉNERO DEL TEATRO.
Los géneros literarios son los modelos básicos de estructuración de los textos
literarios según el tema que traten y la intención comunicativa del emisor.
Ateniéndonos a la tradición literaria, los géneros son tres: lírico, narrativo y
dramático.
En el texto dramático o teatral se presentan las acciones de los personajes a
través del diálogo en estilo directo y del monólogo. Su característica principal
es la inseparabilidad entre el texto y la escenificación, ya que el emisor lo crea
para ser representado.
Además de las funciones expresiva y poética propias del texto literario, en el
texto dramático es frecuente el empleo de la función apelativa o conativa,
puesto que pretende captar la atención del espectador y mantener la
comunicación activa.
La vinculación entre texto y representación implica el uso de un código verbal
y un código no verbal constituido por: decorado, vestuario, maquillaje, gestos,
iluminación, etc.
La acción dramática se compone de tres elementos, comunes también al
cuento y a la novela, que son: exposición, nudo y desenlace. Esta estructura
interna se desarrolla y distribuye en actos, partes fundamentales para el
desarrollo de la acción dramática y para facilitar el cambio de escenario, de
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tiempo y de lugar. Normalmente el número de actos oscila entre tres y cinco.
Cada acto puede contener uno o varios cuadros, porciones continuas de
acción que aparecen desarrolladas en un mismo lugar. Las escenas son los
fragmentos determinados por las entradas y salidas de los personajes.
La modalidad discursiva en el texto teatral puede ser tanto la prosa como el
verso, dependiendo de la época. En la época clásica era obligado el verso, en
la actualidad la forma preferida es la prosa.
En el texto teatral se distingue el texto principal, formado por las palabras de
los personajes, y el texto secundario, constituido por las acotaciones.
El texto principal, a su vez, puede adoptar diversas formas:
a) diálogo: corresponde al intercambio verbal entre los personajes;
b) monólogo: el discurso del personaje no se dirige a ningún interlocutor sino
a sí mismo. Cuando el personaje medita sobre su situación, revelándosela al
espectador, se denomina soliloquio;
c) aparte: se trata de intervenciones breves, muchas veces cómicas, que un
personaje formula en escena de modo que no lo oiga su interlocutor, pero sí el
público (y en ocasiones otros personajes).
Las acotaciones son aclaraciones intercaladas por el dramaturgo a lo largo
del texto teatral y desempeñan una doble función: por una parte, están
pensadas para la puesta en escena del texto al ofrecer instrucciones sobre los
aspectos no verbales de la misma; y por otra parte, facilitan la tarea del lector,
al proporcionar datos sobre el momento y lugar en el que se desarrolla la
acción. Hay que matizar aquí que, aunque los textos teatrales pueden ser
leídos, su emisión y recepción son esencialmente colectivas (una compañía
teatral y un público).
Los subgéneros dramáticos se clasifican, según su autonomía y extensión,
en mayores y menores.
Los subgéneros teatrales mayores son tres: tragedia, drama y comedia;
si bien en la actualidad predomina el cultivo de los dos últimos. La tragedia
presenta el conflicto sostenido entre un héroe y la adversidad ante la que
sucumbe. La sublimidad del asunto requiere idealización de ambiente y
lenguaje elevado. El desenlace es generalmente doloroso. En el drama (que
en griego significa “acción”) se presenta también un conflicto doloroso pero
situado en un plano real, no ideal; con personajes menos grandiosos que los
héroes trágicos y más cercanos a la humanidad. En su desarrollo puede admitir
escenas cómicas. Por último, en la comedia, los personajes representan
acciones de la vida cotidiana tratadas de forma cómica, con un lenguaje
adecuado y con la ayuda de situaciones equívocas. Los conflictos se resuelven
con un final feliz.
Los subgéneros teatrales menores son: el auto sacramental: los
personajes son simbólicos y desarrollan asuntos de temática religiosa; el
paso, entremés o sainete: los personajes son personajes-tipo que presentan
una acción de carácter popular; la zarzuela: se caracteriza por combinar el
diálogo con el canto.
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C. CARACTERÍSTICAS DE GÉNERO DE LA NOVELA
Los géneros literarios son los modelos básicos de estructuración de los textos
literarios según el tema que traten y la intención comunicativa del emisor.
Ateniéndonos a la tradición literaria, los géneros son tres: lírico, narrativo y
dramático.
La novela es uno de los subgéneros narrativos, junto con el cuento, la
epístola y la fábula. En los textos narrativos, el narrador relata hechos reales o
ficticios que les suceden a unos personajes en un tiempo y un espacio
determinados. Destaca, por tanto, la función referencial o representativa del
lenguaje.
La modalidad textual predominante es la narración combinada con la
descripción y el diálogo. Desde la Antigüedad grecolatina hasta la Edad Media,
se empleó el verso como forma de expresión narrativa (cantares de gesta,
romances), pero su evolución hacia la narración novelada propició el
predominio de la prosa.
En toda novela (y en toda narración) suelen estar presentes los siguientes
elementos: la acción o argumento, el narrador, los caracteres o personajes y el
marco espacio-temporal:
1) El argumento está compuesto por la serie de acciones o hechos que se
suceden y que guardan entre sí algún tipo de relación, bien por estar
protagonizados por los mismos personajes, bien por desarrollarse en
espacios determinados, o por ambas cosas.
2) El narrador puede adoptar una perspectiva interna, participando de la
acción como protagonista u observando lo que sucede como testigo, en
ambos casos transmite una percepción parcial e individual de los
acontecimientos (narrador equisciente); o externa; conociendo los
acontecimientos y pensamientos de los personajes e incluyendo sus
propios juicios de valor, como narrador omnisciente.
3) Los caracteres o personajes que pueden intervenir en una novela
varían según la extensión y complejidad que tenga la misma. Según su
papel en la historia, los personajes pueden ser protagonistas o
secundarios. Los protagonistas realizan una serie de acciones para
conseguir determinados objetivos. En esas acciones intervienen otros
personajes (también protagonistas o secundarios), que funcionan como
aliados, si los ayudan, o como adversarios, si les dificultan la
consecución de sus objetivos.
4) El espacio, único o diverso, abierto o cerrado, rural o urbano, realista o
fantástico, es el medio en que se desarrollan los acontecimientos y viven
los personajes.
5) El tiempo externo puede abarcar desde unas pocas horas hasta
muchos años, puede situarse en épocas remotas o futuras; el tiempo
interno u orden en que se cuentan los acontecimientos en el texto,
puede no coincidir con una sucesión lineal del tiempo, el narrador puede
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retroceder o avanzar en el tiempo de la narración o puede dilatar el
relato de un acontecimiento concreto y omitir el paso de los años. Estas
distorsiones temporales reciben el nombre, respectivamente, de
analepsis, prolepsis e in media res.
Cabe mencionar, por último, algunos de los procedimientos narrativos
como la técnica de la narrativa tradicional, en la que el autor omnisciente
narra directamente los acontecimientos; la técnica epistolar, en la que la
historia aparece presentada mediante una serie de cartas; la técnica
dialogada, en la que el autor desaparece y quedan los personajes
conversando; etc.
Entre las técnicas narrativas más usadas en la novela contemporánea
están las relacionadas con el predominio del subjetivismo frente al realismo
tradicional: el uso del monólogo interior, artificio narrativo para introducir
directamente al lector en la vida interior del personaje sin intervención
alguna del autor de la novela, el personaje expone sus sentimientos más
íntimos, sin organización lógica, tal y como le vienen a la mente; y el estilo
indirecto libre, recurso que nos permite adentrarnos en la voz o el
pensamiento de los personajes sin la repetición de la oración principal.
D. LOS
PRINCIPALES
SUBGÉNEROS
(INFORMACIÓN, OPINIÓN Y MIXTOS)
PERIODÍSTICOS
El texto periodístico es aquel cuya finalidad es informar, explicar o
interpretar acontecimientos recientes y de interés para la sociedad. Este tipo de
textos aparecen publicados en los medios de comunicación.
No todos los textos periodísticos son iguales, puesto que las características
de cada medio determinan el tema, su tratamiento y el uso del lenguaje. Las
más destacables son: claridad y precisión, actualidad y periodicidad e intención
comunicativa.
Los subgéneros periodísticos son, por tanto, las distintas modalidades
expresivas que pueden adoptar estos textos en función de la intención o
finalidad de su autor. Ateniéndonos a esa intención, podemos clasificarlo en:
subgéneros informativos, de opinión y mixtos.
1. Subgéneros informativos: Tienen como finalidad transmitir una
información de manera objetiva y veraz, por lo que predomina la función
representativa. Se centran en temas novedosos, de actualidad y de
interés social. Algunos de sus rasgos son:
a) Objetividad: se manifiesta a través de un discurso impersonal y un
lenguaje denotativo sin valoraciones subjetivas por parte del
emisor.
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b) Lenguaje culto: el emisor emplea un lenguaje culto, aunque
comprensible para cualquier lector. Según el tema tratado, utiliza,
en ocasiones, un léxico específico.
c) Modalidades textuales: Predominan la narración y la descripción
para presentar los hechos, sucesos o acontecimientos y el
diálogo en texto en los que se desarrolla la conversación entre
varios interlocutores.
Los subgéneros periodísticos de información son:
a. La noticia: Presenta de forma clara y objetiva hechos recientes y de
interés general. Tiene una estructura constituida por titular, entrada y
cuerpo. La información se dispone en forma de pirámide invertida (de lo
más importante a lo menos relevante) o también de forma cronológica.
b. El reportaje: Ofrece una información objetiva acerca de un tema de
interés de manera más amplia que la noticia. El texto se acompaña de
citas, fotografías, gráficos, etc., que completan el tema tratado. Requiere
un proceso de investigación y elaboración por parte del periodista el cual
puede adoptar un estilo personal.
c. La entrevista: Informa sobre las opiniones de un personaje de interés
público. Reproduce en estilo directo la conversación entre el
entrevistador y el entrevistado, alternando preguntas y respuestas tras
una breve introducción en la que se aportan datos sobre el entrevistado.
2. Subgéneros de opinión: En este tipo de textos, el emisor interpreta
unos hechos de actualidad mediante juicios valorativos, por lo tanto las
funciones lingüísticas predominantes son la apelativa y la expresiva. En
ocasiones, también está presente la función poética, según la intención
estética de emisor.
Los siguientes rasgos son propios
pertenecientes a la prensa escrita:
de
este
tipo
de
textos
a) Subjetividad: El lenguaje es connotativo debido a la intención
persuasiva.
b) Personalización: El texto de opinión aparece firmado por un autor
que se hace responsable de sus opiniones e intenta convencer al
lector sobre un determinado tema. El tema, la estructura y el estilo
dependen directamente de la voluntad del autor.
c) Modalidades textuales: El emisor emplea la exposición para
presentar la información combinándola con la argumentación para
persuadir al receptor y defender unas ideas.
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Los subgéneros de opinión son:
a. El editorial: Presenta la opinión de la empresa editora (medio de
comunicación) sobre un tema interesante y actual. No aparece firmado
porque recoge la línea ideológica de la publicación.
b. El artículo: Recoge la opinión de un periodista o de un experto sobre un
tema actual. El tema, la estructura y el estilo son personales. Un tipo de
artículo es la columna que se caracteriza por la brevedad, la
periodicidad y la ubicación fija en el periódico.
3. Subgéneros mixtos o híbridos: En ocasiones, el emisor del texto
periodístico necesita combinar la información con su propia valoración e
interpretación de los hechos. Subgéneros mixtos serían:
a. La crítica: Es una reseña valorativa sobre un tema cultural elaborado
por un especialista.
b. La crónica: Es un relato de temática diversa y extensión intermedia
entre la noticia y el reportaje en el que un periodista, mediante un
lenguaje ágil de carácter connotativo, informa de un evento de forma
cronológica, según su desarrollo lineal en el tiempo.
E. EL LENGUAJE PERIODÍSTICO.CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES.
El lenguaje periodístico no es uniforme debido a la heterogeneidad que
presenta su uso en los medios de comunicación social. Esta heterogeneidad,
que condiciona el uso del lenguaje, obedece a varios factores:
a) diversidad de canales ( escritos y orales)
b) disparidad de subgéneros (informativos, de opinión e híbridos o mixtos)
c) variedad temática (deportiva, económica, política, etc.)
La lengua en los géneros informativos: Los rasgos generales del uso de la
lengua en los géneros o subgéneros informativos (noticia, reportaje, entrevista),
determinados por su propia finalidad, son la objetividad, la claridad y la
concisión.
La objetividad determina que predominen las oraciones enunciativas y en
tercera persona; las oraciones impersonales y las pasivas reflejas; las
generalizaciones. Respecto del léxico, ha de ser rigurosamente denotativo, por
lo que se prescinde de todo elemento valorativo o retórico. Las formas verbales
pertenecerán al modo indicativo y a los tiempos pretéritos simple y perfecto.
También es habitual, sobre todo en los titulares, el uso del presente histórico
como recurso para dar inmediatez y actualidad a acciones pasadas. En las
citas se prefiere la reproducción textual a través del estilo directo.
La claridad se justifica por el carácter del destinatario: un público amplio y
variado que busca sencillez, rapidez, y eficacia en la transmisión de una
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información. Por ello, los enunciados suelen ser simples y sin alteraciones en el
orden natural de los elementos oracionales.
La concisión se consigue con el empleo de las palabras justas para
conseguir dar la mayor cantidad de información en el menor espacio posible.
Además de estos tres rasgos fundamentales, podemos mencionar también:
a. La permeabilidad lingüística: La variedad temática de los textos
periodísticos permite que la terminología específica de un ámbito
determinado pase a otro totalmente distinto
b. El uso de tecnicismos, cuando así lo requiera el tema abordado en el
texto periodístico.
c. El empleo de eufemismos para evitar palabras malsonantes o con
connotaciones negativas.
d. Los neologismos, como recurso de ampliación léxica: extranjerismos,
calcos semánticos, composición, derivación, siglas y abreviaturas,
nuevos conceptos.
e. Fórmulas estereotipadas: La velocidad que requiere la redacción del
texto periodístico conlleva el uso de expresiones desviadas de la norma
y que, en principio, no están aceptadas por la Real Academia Española
(uso inadecuado de formas verbales, alargamiento de palabras, empleo
indebido de preposiciones y locuciones prepositivas, etc.). Para controlar
estos errores, periódicos, agencias, empresas y otras entidades han
creado los llamados libros de estilo, en los que recogen normas para la
correcta expresión y tratamiento adecuado de los contenidos.
La lengua en los géneros de opinión: Al ser textos personalizados, el uso
de la lengua está condicionado por el tema, el estilo del autor y por el efecto
que pretenda conseguir sobre el receptor. Por su carácter de pequeño ensayo,
la subjetividad se hace patente a través de:
a.
b.
c.
d.
El uso de la 1ª persona del singular y a veces interpelaciones a la 2ª.
El empleo de verbos de opinión para expresar sus juicios personales.
La adjetivación valorativa.
La utilización de recursos expresivos y retóricos para implicar al lector y
embellecer o “disfrazar” su mensaje.
F. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ENSAYO
Según Ortega y Gasset, el ensayo es una disertación científica sin prueba
explícita. Si tenemos en cuenta esta afirmación, podríamos incluir en el género
desde las reflexiones sobre temas diversos hasta los comentarios de
experiencias personales y las opiniones de carácter crítico.
Resulta difícil delimitar las características que definen al ensayo como género
literario, pues presenta similitudes con otras manifestaciones no sólo literarias,
sino también científicas. Además, es el vehículo de expresión más utilizado en
las Disciplinas Humanísticas.
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Las características más relevantes del ensayo son:
1. Finalidad: El ensayo es un subgénero didáctico. Atendiendo a su
finalidad, se consideran didácticos los textos en los que predomina la
exposición o la defensa de una idea o un pensamiento. Un ensayo es un texto
en el que el autor se dirige a un público amplio para exponer y defender su
actitud ante una cuestión determinada.
El ensayo posee cierto carácter confesional porque está lleno de
apreciaciones subjetivas, a través de las cuales el autor comunica su propia
visión del mundo, sus impresiones y sentimientos surgidos del contacto con la
realidad. Pero además tiene una intención dialogal porque el ensayista
pretende comunicarse con sus lectores, en este sentido, el ensayo guarda
cierta relación con la literatura epistolar.
2. Modalidades textuales: En el ensayo se utilizan la exposición y la
argumentación. Esta última es imprescindible para justificar las ideas, pero las
pruebas que se aportan en los ensayos no son demostraciones científicas, sino
razones verosímiles y probables, valoraciones subjetivas y experiencias
personales.
Los ensayos están escritos en prosa, con un lenguaje que busca la
exposición original de las ideas y la riqueza de estilo, que debe ser cuidadoso y
elegante sin llegar a la afectación. El ensayista es consciente de que se espera
de él una calidad estética en la expresión de sus ideas. El ensayo no es un
tratado científico sino una obra de arte.
La reflexión que aparece en el ensayo es subjetiva e histórica: se realiza
desde la perspectiva del emisor, que está situado en una dimensión temporal y
espacial determinadas; de ahí que sea el género más subordinado a las
circunstancias sociales, culturales, ideológicas e históricas en que se produce.
El ensayo alcanzó momentos de esplendor en la literatura española durante el
siglo XVIII y con la generación del “98”. Actualmente se trata de uno de los
géneros preferidos por el público.
Tiene una extensión relativamente breve, aunque a vece adquiera gran
dimensión y llegue a ser un libro. El que sea breve no quiere decir que sea
incompleto, es simplemente la manera especial y original en que el escritor ve
el mundo, la vida, los seres humanos y a veces a sí mismo. El elemento
personal que hay en el ensayo limita la selección temática.
3. Estilo: El discurso ensayístico emplea la lengua estándar, con voluntad de
claridad y corrección. Suele incluir voces y modismos coloquiales, neologismos,
etc. Frente al discurso científico, en el ensayo se prescinde de notas y biografía
sistematizada. Se utilizan pocos tecnicismos (se dirige a un público culto, pero
no especialista) y predomina el vocabulario abstracto de tipo humanístico.
La intención estética se manifiesta en el empleo de un lenguaje connotativo y
de recursos expresivos.
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El tono del ensayo puede ser profundo, poético, retórico, satírico, humorístico,
etc. El ensayista debe estar dotado de imaginación, sensibilidad, cultura
general y específica y dominio del idioma. En el ensayo importa más la
amenidad de la exposición que el rigor sistemático de ésta.
4. Estructura: Los ensayos presentan una estructura abierta: los temas no
son tratados con exhaustividad y las reflexiones son provisionales. Los
contenidos se organizan con libertad y no existe un esquema rígido que
determine de antemano la línea de pensamiento del autor. Son frecuentes las
digresiones, cuando el tema principal deriva hacia otros, y se incluyen
fragmentos heterogéneos: narraciones, descripciones, ejemplos y citas.
5. Tipos: Ninguna clasificación resulta del todo satisfactoria. Una de las
posibles formas de clasificar este tipo de escritos podría ser en:
a) Ensayos puros: Tratan de asuntos filosóficos, históricos o literarios. Los
escritos por Unamuno, Maeztu y Ortega y Gasset pertenecerían en
general a esta clase.
b) Ensayos poéticos: Son aquellos en los que lo poético prevalece sobre
lo conceptual. Es una poesía escrita en prosa. Vemos las cosas, el
mundo, el paisaje y los hombres a través de la visión poética del autor.
Muchos de los ensayos de Azorín pertenecerían a este tipo.
c) Ensayos críticos: Son textos profundos en los que historiadores,
médicos, matemáticos e investigadores diversos exponen sus ideas. A
veces estos ensayos constituyen libros con diversos trabajos en torno a
un tema.
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