DAÑOS Y PERJUICIOS. Responsabilidad del Estado. Pozo en la vía pública (I-II). I – La Municipalidad y la empresa que realizara un pozo en la calzada sin señalización son responsables por los daños sufridos por un motociclista. II – Quienes originariamente repararon el pozo o hicieron arreglos- en los caños subterráneos y quienes tienen un deber de servicio y custodia en las calles seguras para la circulación, han producido la causa eficiente del resultado poniendo en riesgo al tránsito y todo lo involucrado en dicha actividad. Un servicio deficiente, que no excusa- la dificultad del control urbano, es atrapado, si se produce un daño, por la presunción del artículo 1113, segunda parte, segundo apartado,- del Código Civil. La ausencia de servicio adecuado, entonces, por la mala ejecución en un caso y la ausencia del debido control y prevención en el otro hacen pasibles de condena a los dos entes demandados en partes iguales y, en consecuencia, generan la obligación de resarcir a la actora. T. Coleg. de Resp. Extracontr. Nº 1 Rosario (S.F.). 29/10/07. Pracht, Edit M. c/Municipalidad de Rosario s/Daños y perjuicios. __________ Vías públicas. Pozos. Accidentes. Responsabilidad por Luis Moisset de Espanés 1.- Obligación in solidum El fallo que comentamos resuelve con acierto el problema de responsabilidad por un accidente que ha tenido su origen en el mal estado de la calzada vial, al responsabilizar solidariamente al principal responsable del buen mantenimiento de las calles y caminos (en conjuntamente este al caso la organismo Municipalidad que por de Rosario), deficiencias en y el mantenimiento de la red de suministro de agua ha provocado el deterioro de esa calzada y la presencia de un pozo que causó el accidente a un motociclista. 2 La prestadora del servicio de agua, frente a las pérdidas de líquido que socavaban la diligencia a su reparación y calzada, debió proceder con -en el interin- a poner una señalización adecuada del obstáculo que generaba ese pozo, cuya peligrosidad era innegable. Por su parte la Municipalidad de Rosario tiene el deber de supervisión permanente de las calles de la zona urbana, y su mantenimiento en condiciones adecuadas para la circulación sin inconvenientes. Ambos entes son pues responsables, cada uno por su actuar negligente, y deben afrontar la reparación integral del daño que se ha causado a la víctima. La doctrina nacional considera que en casos de este tipo estamos frente a obligaciones concurrentes o in solidum que obligan a cada una de las responsables por la totalidad del daño, aunque luego entre ellas puedan debatir cuál es la proporción que les corresponderá afrontar. En consecuencia la víctima podrá demandar a cualquiera de ellas la totalidad de la indemnización, aunque no estemos estrictamente frente a una obligación solidaria. 2.- Conveniencia de regulación legal Nuestro Código civil, al igual que muchos otros, no tiene previsiones específicas vinculada con la responsabilidad por los daños causados a usuarios de redes viales, originados por el mal estado de las rutas. Este hecho me hace recordar que hace ya casi medio siglo tuve oportunidad de leer el resumen en francés del libro de un profesor eslovaco, sobre responsabilidad por accidentes de automotores (ver Josef Klapac, Zodpovednost za skody sposobene prevadzkou motorovich vozidel, Bratislava, 1961), y me llamó especialmente la atención que enterarme de que en la entonces Checoeslovaquia se había sancionado la ley 135/1961, sobre las comunicaciones terrestres, reglamentada por el Ministerio de transporte, que de manera especial imponía de manera muy clara al organismo encargado de las rutas o caminos, 3 la responsabilidad de indemnizar a los usuarios por los daños en la red vial que tuviesen su origen en “defectos de practicabilidad” (depresiones, pozos, rebordes, etc.). Muchas veces he recordado esas previsiones de la ley checoslovaca cuando leía noticias de accidentes ocasionados por esos “lomos de burro” que con tanta frecuencia se colocan en calles o caminos, que están mal señalizados o carecen totalmente de señales indicadores. La ley checoslovaca entraba en detalles como extender la responsabilidad a los accidentes causados por troncos de árboles o piedras caídos en el camino, o por el hielo que se forma en sectores de la ruta y provoca que los coches patinen, casos en los cuales el organismo encargado de la conservación de la ruta para eximirse de responsabilidad debería suministrar pruebas de que le había resultado “imposible” remover esos obstáculos y advertir a los usuarios de la manera leyes no prevista en la reglamentación. En nuestro país, cuyas tienen previsiones especiales sobre esos puntos, los magistrados han sabido con prudencia responsabilizar a quienes con su accionar, o con su omisión, han sido causa de estos accidentes motivados por el deficiente estado de calles o rutas.