TEMA 2 EXTINCIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO 1. CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LAS CAUSAS EXTINTIVAS La extinción del contrato es la terminación del vínculo que liga a las partes, con la consiguiente cesación definitiva de las obligaciones de ambas partes, es decir, la extinción del contrato de trabajo supone la cesación definitiva de los efectos del mismo. La extinción del contrato supone: Ruptura o cesación definitiva del contrato de trabajo sin posibilidad de reanudación de la relación, salvo en virtud de un nuevo contrato. Distinguiéndose así de otras vicisitudes del contrato de trabajo (suspensión, interrupción de los trabajos discontinuos, etc.) en las que no hay ruptura definitiva del vínculo, sino únicamente paralización de los efectos más importantes del mismo. Ruptura o cesación del contrato de trabajo válido y eficaz, sin comprender, por tanto, las declaraciones de ineficacia de contratos originariamente nulos. Las primeras normas laborales introdujeron el principio de estabilidad en el empleo y ya en la Ley de Contrato de Trabajo de 1931 había manifestaciones importantes en materia de extinción de contrato y así se tipifican las posibles causas de extinción del contrato de trabajo, tratando de excluir extinciones abusivas o arbitrarias, restringiendo de esta forma la libertad empresarial mediante la exigencia de justa causa en todo caso, con independencia del carácter temporal o indefinido del contrato. Paralelamente a esta progresiva restricción de la libertad empresarial de despido y por influencia del derecho a la libre elección de profesión u oficio, el trabajador vio reforzadas sus posibilidades de ruptura unilateral, libre y voluntaria del contrato de trabajo sin necesidad de alegar justa causa. Con el paso del tiempo, esta facultad, propia de los contratos indefinidos se ha reconocido incluso para los contratos de duración determinada, sin perjuicio de que en ciertos supuestos el trabajador pueda quedar obligado al pago de una indemnización. La regulación vigente de la extinción del contrato de trabajo supone en buena medida la culminación de dichas tendencias. La regulación de la extinción del contrato de trabajo se contempla básicamente en el artículo 49 del ET, que se desarrolla en los artículos 50 a 57 del mismo, y por lo que se refiere a los expedientes de regulación de empleo, en el Real Decreto 43/1996, de 19 de enero. Estos preceptos deben completarse, además, con las 2 Negocios y Dirección normas procesales que se ocupan de los procedimientos de despido. (artículos 103 y siguientes de la Ley de Procedimiento Laboral). Algunas normas internacionales se ocupan de la terminación de la relación laboral por iniciativa del empleador, normalmente para lograr una protección mínima de los derechos del trabajador, pudiéndose citar como ejemplo las dos siguientes: Convenio 158 de la OIT: Que insiste en la necesidad de alegar causa justificada para proceder al despido, en la prohibición de despedir por razones atinentes a los derechos personales y profesionales del trabajador, y en la obligación de observar ciertos requisitos de plazo, forma y procedimiento para efectuar el despido. Directiva del Consejo 98/59, de 20 de julio, referente a la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros que se refieren a los despidos colectivos. Dichas normas internacionales son de escasa relevancia en nuestro ordenamiento jurídico, toda vez que sus garantías, de carácter mínimo, han sido ya mejoradas por nuestra normativa interna. Por último hay que decir que la ampliación progresiva de la intervención legal en esta materia hace que en la extinción del contrato de trabajo jueguen escaso papel otras fuentes de la regulación; el papel del convenio colectivo prácticamente se reduce a la especificación de las causas legales de despido y al añadido de algunos requisitos de forma o procedimiento. La extinción del contrato de trabajo es un concepto genérico y mucho más amplio que el de extinción del contrato por voluntad unilateral del empresario, que recibe el nombre de despido; y a su vez, este concepto técnico de despido es, más general y amplio que el despido disciplinario, que es la resolución unilateral del contrato de trabajo por voluntad del empresario, basada en un incumplimiento del contrato por parte del trabajador. Ambas son una de las múltiples causa de la extinción o terminación del contrato de trabajo, que vamos a enumerar a continuación de acuerdo con lo establecido en el artículo 49.1 del ET de los trabajadores. El mencionado artículo dispone: 3 Negocios y Dirección "El contrato de trabajo se extinguirá: a) Por mutuo acuerdo de las partes. b) Por las causas consignadas válidamente en el contrato salvo que las mismas constituyan abuso de derecho manifiesto por parte del empresario. c) Por expiración del tiempo convenido o realización de la obra o servicio objeto del contrato. A la finalización del contrato, excepto en los casos del contrato de interinidad y de los contratos formativos, el trabajador tendrá derecho a recibir una indemnización de cuantía equivalente a la parte proporcional de la cantidad que resultaría de abonar doce días de salario por cada año de servicio, o la establecida, en su caso, en la normativa específica que sea de aplicación. Los contratos de duración determinada que tengan establecido plazo máximo de duración, incluidos los contratos en prácticas y para la formación, concertados por una duración inferior a la máxima legalmente establecida, se entenderán prorrogados automáticamente hasta dicho plazo cuando no medie denuncia o prórroga expresa y el trabajador continúe prestando servicios. Expirada dicha duración máxima o realizada la obra o servicio objeto del contrato, si no hubiera denuncia y se continuara en la prestación laboral, el contrato se considerará prorrogado tácitamente por tiempo indefinido, salvo prueba en contrario que acredite la naturaleza temporal de la prestación. Si el contrato de trabajo de duración determinada es superior a un año, la parte del contrato que formule la denuncia está obligada a notificar a la otra la terminación del mismo con una antelación mínima de quince días. d) Por dimisión del trabajador, debiendo mediar el preaviso que señalen los convenios colectivos o la costumbre del lugar. e) Por muerte, gran invalidez o invalidez permanente total o absoluta del trabajador, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 48.2. f) Por jubilación del trabajador. g) Por muerte, jubilación en los casos previstos en el régimen correspondiente de la Seguridad Social, o incapacidad del empresario, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 44, o por extinción de la personalidad jurídica del contratante. 4 Negocios y Dirección a. En los casos de muerte, jubilación o incapacidad del empresario, el trabajador tendrá derecho al abono de una cantidad equivalente a un mes de salario. b. En los casos de extinción de la personalidad jurídica del contratante deberán seguirse los trámites del artículo 51 de esta Ley. h) Por fuerza mayor que imposibilite definitivamente la prestación de trabajo siempre que su existencia haya sido debidamente constatada conforme a lo dispuesto en el apartado 12 del artículo 51 de esta Ley. i) Por despido colectivo fundado en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, siempre que aquél haya sido debidamente autorizado conforme a lo dispuesto en esta Ley. j) Por voluntad del trabajador, fundamentada en un incumplimiento contractual del empresario. k) Por despido del trabajador. l) Por causas objetivas legalmente procedentes." m) Por decisión de la trabajadora que se vea obligada a abandonar definitivamente su puesto de trabajo como consecuencia de ser víctima de violencia de género. De acuerdo con la enumeración de las causas de extinción del contrato de trabajo que establece el artículo 49 del Estatuto de los Trabajadores, se puede efectuar una clasificación de las mismas de la siguiente forma: a) Extinción por voluntad unilateral del empresario: Aunque el Estatuto de los Trabajadores reserva el término despido para el despido disciplinario, sin embargo gran parte de la doctrina entiende por despido la resolución del contrato por voluntad unilateral del empresario. Pero esta definición quedaría incompleta sin no se añadiera que esa resolución unilateral debe basarse en un hecho o acto acaecido durante su ejecución; lo que por un lado distinguiría el despido de la extinción resultante de vicios preexistentes o de circunstancias tenidas en cuenta al tiempo de la celebración del contrato y por otro pondría de 5 Negocios y Dirección manifiesto la exigencia de nuestro ordenamiento de que el despido exige siempre una causa. Sin embargo, el ordenamiento jurídico tiene que enfrentarse con el hecho posible de que el empresario despida sin más, sin alegación ni prueba de causa o con alegación y prueba alguna no suficiente. En este caso el ordenamiento jurídico reacciona: Bien privando al acto de su consecuencia normal, decretando la ineficacia o nulidad del despido con la consiguiente readmisión del trabajador despedido. Bien adicionando al acto consecuencias anormales no queridas por su autor: indemnizaciones compensatorias en favor del trabajador. Los diferentes tipos de despido, que se estudiarán de manera más detenida, de acuerdo con el artículo 49 del ET, son: Despido colectivo. Despido del trabajador motivado por incumplimiento del trabajador. Despido basado en causas objetivas. Fuerza mayor. b) Extinción por voluntad unilateral del trabajador: Mientras que la resolución del contrato por voluntad del empresario tiene el nombre de despido, no lo tiene en cambio la misma resolución cuando la voluntad resolutoria extintiva es la del trabajador. Es notable, por otro lado, la diferencia de tratamiento jurídico entre una y otra figura, siendo la fundamental que se reconoce a favor del trabajador la facultad de desistir libre y voluntariamente del contrato de trabajo en cualquier momento y sin tener que alegar justa causa, además de no tener que indemnizar al empresario como consecuencia del final del contrato. El fundamento de esta facultad lo encontramos en primer lugar en el genérico derecho constitucional a la libertad profesional consagrado en el artículo 35.1 y más concretamente en el carácter necesariamente voluntario de la prestación de 6 Negocios y Dirección servicios (artículo 1.1 del ET), que no sólo se manifiesta en el momento de la formalización del contrato, sino también a lo largo de la prestación de servicios. Las causas, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 49 del ET, son las siguientes: Dimisión, en la que debe mediar el preaviso que señalen los convenios colectivos o la costumbre del lugar. Extinción por voluntad del trabajador, fundamentada en un incumplimiento contractual del empresario. c) Extinción por voluntad conjunta de ambas partes. El principio general de que la voluntad concordada de la partes que crea el contrato puede extinguirlo se encuentra severamente atemperado respecto del de trabajo, tanto por la doctrina de la irrenunciabilidad como por la del abuso del derecho. Las causas son las siguientes: Mutuo acuerdo. Cláusulas válidamente consignadas en el contrato. Expiración del tiempo convenido o realización de la obra o servicio objeto del contrato. A la finalización del contrato, excepto en los casos del contrato de interinidad, del contrato de inserción y de los contratos formativos, el trabajador tendrá derecho a percibir una indemnización de cuantía equivalente a la parte proporcional de la cantidad que resultaría de abonar 8 días de salario por cada año de servicio, o la establecida, en su caso, en la normativa específica que sea de aplicación. d) Extinción por desaparición o incapacidad de los sujetos. Son causas que imposibilitan la continuación de la relación laboral o que conducen a una situación incompatible con el trabajo. Este grupo de causas se pueden dividir en función de si la mismas afectan al trabajador o al empresario, de la siguiente forma: 7 Negocios y Dirección Las que afectan al trabajador: Muerte, gran invalidez o invalidez permanente total o absoluta del trabajador. Jubilación del trabajador. Las que afectan al empresario: Muerte, jubilación o incapacidad del empresario persona física, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 44 del ET, en el sentido de que no se extinguirían la relación laboral si los sucesores del empresario se subrogasen en la titularidad de la explotación. Extinción de la personalidad jurídica contratante en el caso de que el empresario fuese una persona jurídica, debiendo seguirse en este caso los trámites del artículo 51 del ET. Debemos hacer referencia a una serie de garantías existentes en los procesos de extinción del contrato de trabajo. Aparte de la ruptura o cesación definitiva del contrato de trabajo común a todas ellas, los efectos o consecuencias son distintos para cada una de las causas de extinción enumeradas en el artículo 49 del ET. No obstante, como obligación común a todos los supuestos de extinción, el artículo 49.2 del ET, y como garantía para el percibo de la liquidación, establece: "El empresario, con ocasión de la extinción del contrato, al comunicar a los trabajadores la denuncia, o, en su caso, el preaviso de la extinción del mismo, deberá acompañar una propuesta del documento de liquidación de las cantidades adeudadas. El trabajador podrá solicitar la presencia de un representante legal de los trabajadores en el momento de proceder a la firma del recibo del finiquito, haciéndose constar en el mismo el hecho de su firma en presencia de un representante legal de los trabajadores, a bien que el trabajador no ha hecho uso de esta posibilidad. Si el empresario impidiese la presencia del representante en el momento de la firma, el trabajador podrá hacerlo constar en el propio recibo, a los efectos oportunos." Lo que este artículo quiere decir es que con ocasión del despido, el empresario debe abonar al trabajador todas las cantidades de dinero que le 8 Negocios y Dirección adeude al mismo y que se deriven de la relación laboral. Cuando el empresario despida al trabajador debe pagar al trabajador las siguientes cantidades, por regla general: Los Salarios Pendientes que el trabajador no hubiera percibido al momento de la extinción del contrato. Una suma de dinero equivalente a la parte proporcional de las vacaciones legales reconocidas, y que el trabajador no hubiera disfrutado en el momento en que tuviera lugar el despido. Una suma de dinero equivalente a la parte proporcional de las Pagas extras ya devengadas y que el trabajador no hubiera percibido. La indemnización legalmente procedente, en función del tipo de extinción del contrato de trabajo. Por otra parte, si la relación laboral se extinguiera antes de la finalización del plazo establecido en el Real Decreto 1659/1998, de 24 de julio, para facilitar al trabajador la información sobre los elementos esenciales del contrato de trabajo, esta información deberá facilitarse antes de la extinción del contrato de trabajo. 2.- LA EXTINCIÓN POR CUMPLIMIENTO DE LA CONDICIÓN. Esta causa es aquella que hace referencia a la extinción del contrato de trabajo por las causas consignadas válidamente en el mismo, recogida en el apartado b del artículo 49.1 del ET, y dicha condición será válida salvo que las mismas constituyan abuso de derecho manifiesto por parte del empresario. En este caso, las partes hacen depender, válidamente, la eficacia del contrato de una condición resolutoria, que es aquél tipo de condición que hace referencia a un acontecimiento futuro e incierto, no pudiendo depender dicha condición de la voluntad exclusiva del empresario y no pudiendo ser contraria a las buenas costumbres ni prohibida por la ley. Por lo tanto, la vigencia del contrato de trabajo puede estar supeditada a condición resolutoria que ponga fin al mismo, pero dicha condición y su invocación extintiva por el empresario no ha de sobrepasar los límites fijados para el ejercicio de los derechos por el artículo 7.2 del Código Civil, lo que implica que deberá ser acorde 9 Negocios y Dirección con la buena fe y no habrá de concurrir en abuso de derecho. Si se dan las condiciones antedichas, si la condición se cumple o acontece, el contrato se extinguirá. El artículo 7 del Código Civil dispone los límites a que se han hecho referencia, cuando dispone: "Los derechos deberán ejercitarse conforme a la buena fe. La ley no ampara el abuso del derecho o el ejercicio antisocial del mismo. Todo acto u omisión que por la intención de su autor, por su objeto o por las circunstancias en que se realice sobrepase manifiestamente los límites normales del ejercicio de un derecho, con daño para tercero, dará lugar a la correspondiente indemnización y a la adopción de las medidas judiciales o administrativas que impidan la persistencia en el abuso." Por lo tanto, de acuerdo con lo expuesto anteriormente, para que resulte eficaz la condición, la misma no debe ser contraria a las leyes, a la moral y al orden público, no debe ser de imposible cumplimiento y no debe constituir abuso de derecho manifiesto por parte del empresario. La condición no opera automáticamente como causa extintiva, sino que es necesario que haya denuncia del contrato por alguna de las partes, de no mediar dicha denuncia, el contrato de trabajo se entenderá prorrogado por tiempo indefinido. 3.- LA EXTINCIÓN POR CUMPLIMIENTO DEL TÉRMINO. La extinción por cumplimiento del término es la causa recogida en el apartado c del artículo 49.1 del ET, cuando dispone que el contrato se extinguirá por expiración del tiempo convenido o realización de la obra o servicio objeto del contrato. En este caso las partes fijan el término o fin cierto, determinado o determinable del contrato de trabajo, pero esto sólo podrán hacerlo válidamente dentro de la estructura de los supuestos posibles de contratación previstos y recogidos en los artículos 11 y 15 del Estatuto de los Trabajadores. En el primer supuesto, expiración del tiempo convenido, el término final está expresamente previsto en el contrato, "certus an et certus quando", mientras que en el segundo se prevé el carácter temporal de la prestación del trabajo, pero no se predetermina la duración exacta del contrato o la fecha de su terminación. Al igual que ocurría con el caso de la condición, esta causa no opera automáticamente como causa de extinción, sino que es precisa la denuncia previa 10 Negocios y Dirección por cualquiera de las partes. Si el contrato hubiese llegado al vencimiento previsto por las partes y no hubiere mediado denuncia expresa y se continuara en la prestación laboral, el mismo se entenderá prorrogado tácitamente por tiempo indefinido, salvo que se acredite la naturaleza temporal de la prestación, estando la parte que alegue la naturaleza temporal del mismo obligada a probarla, por cualquiera de los medios admitidos en derecho. La denuncia se erige en requisito imprescindible. Si el contrato de trabajo de duración determinada es superior a un año, la parte del contrato que formule la denuncia está obligada a notificar a la otra la terminación del mismo, con una antelación mínima de quince días. Cuando existiese obligación de preaviso mínimo de 15 días y la parte que pretenda extinguir el contrato no cumpliese dicha obligación, la omisión del preaviso dará lugar a una responsabilidad indemnizatoria por importe equivalente a tantos días de salario como días de preaviso omitidos. Existe una precisión específica en los contratos de duración determinada de prácticas y para la formación, ya que los mismos únicamente pueden concertarse dentro de unos límites temporales mínimos y máximos, siendo el límite mínimo de seis meses y el máximo de dos años. A la finalización del contrato, excepto en los casos del contrato de interinidad y de los contratos formativos, el trabajador tendrá derecho a recibir una indemnización de cuantía equivalente a la parte proporcional de la cantidad que resultaría de abonar doce días de salario por cada año de servicio, o la establecida, en su caso, en la normativa específica que sea de aplicación. No obstante lo anterior, dicha indemnización se irá aplicando con carácter progresivo hasta el año 2015, tal y como se recoge en la disposición transitoria décimo tercera de la ET, con lo que la indemnización prevista a la finalización del contrato temporal establecida se aplicará de modo gradual conforme al siguiente calendario: • Ocho días de salario por cada año de servicio para los contratos temporales que se celebren hasta el 31 de diciembre de 2011. • Nueve días de salario por cada año de servicio para los contratos temporales que se celebren a partir del 1 de enero de 2012. • Diez días de salario por cada año de servicio para los contratos temporales que se celebren a partir del 1 de enero de 2013. 11 Negocios y Dirección • Once días de salario por cada año de servicio para los contratos temporales que se celebren a partir del 1 de enero de 2014. • Doce días de salario por cada año de servicio para los contratos temporales que se celebren a partir del 1 de enero de 2015. 4.- LA EXTINCIÓN POR MUTUO ACUERDO DE LAS PARTES. Es la causa de extinción recogida en el apartado a del artículo 49.1 del Estatuto de los Trabajadores y es aquella que tiene lugar por la voluntad concordante de empresario y trabajador. En este supuesto, a pesar de estar vigente el contrato y de no existir acondicionamiento o término alguno, o los mismos no han llegado, trabajador y empresario deciden, de mutuo acuerdo, dar por terminada la relación contractual laboral. Si el fundamento último del contrato de trabajo está en la capacidad de las partes para vincularse, en su propia autonomía, será ésta, sin duda, la más poderosa de las razones para cesar en la relación contractual. No obstante lo anterior, la jurisprudencia toma precauciones acerca de la manifestación de la voluntad del trabajador tanto en su vertiente extintiva como en la natural consecuencia de arreglo y liquidación de las cantidades adeudadas como consecuencia del contrato. Lo que comúnmente cristaliza a la voluntad extintiva y al saldo de cuentas es lo que se denomina "recibo de finiquito". Se puede afirmar que existen tres claras limitaciones a la extinción del contrato: Ha de constituir abuso de derecho por parte del empresario. La causa alegada para la extinción ha de se lícita. El acuerdo extintivo no puede entrañar renuncia para el trabajador de sus derechos indisponibles. El mutuo disenso puede expresarse de forma escrita, oral o tácita, aunque la forma más habitual es la documentación del mismo mediante el denominado "recibo de finiquito" anteriormente definido, documento, obviamente escrito, que formaliza el 12 Negocios y Dirección "mutuo disenso", consignado expresamente el cumplimiento de todas las obligaciones contractuales de ambas partes del contrato de trabajo. En el recibo de finiquito que el empresario entrega al trabajador como consecuencia de la extinción del contrato, se suelen recoger: Los Salarios Pendientes que el trabajador no hubiera percibido al momento de la extinción del contrato. Una suma de dinero equivalente a la parte proporcional de las vacaciones legales reconocidas, y que el trabajador no hubiera disfrutado en el momento en que tuviera lugar el despido. Una suma de dinero equivalente a la parte proporcional de las Pagas extras ya devengadas y que el trabajador no hubiera percibido. La indemnización legalmente procedente, en función del tipo de extinción del contrato de trabajo o de la No es infrecuente que los propios convenios colectivos establezcan incluso el modelo de finiquito, y el Estatuto de los Trabajadores reconoce como una de las competencias de los comités de Empresa "el conocimiento de los documentos relativos a la terminación de la relación laboral". Todo trabajador tiene derecho a solicitar la presencia de un representante del personal, bien un delegado de personal o un miembro del comité de empresa, en el momento de firma el "finiquito". Es natural que el recibo de finiquito pueda tener el doble carácter de exponer la voluntad extintiva concorde de las partes y tener valor liberatorio de las cantidades adeudadas. Sin embargo y como no podía ser de otra manera, en razón al casuismo en que se mueve, el valor liberatorio y la voluntad extintiva de los recibos de saldo y finiquito es un problema de prueba y está en función de las circunstancias concurrentes en cada caso. En la medida en que el acuerdo de finiquito tenga carácter transaccional debe ser interpretado con las reglas de interpretación de los contratos en incluir sólo lo expresamente pactado sin que quepa englobar obligaciones sujetas a condición suspensiva. Por último, con relación al recibo de finiquito, hay que decir que no es algo específico de la terminación del contrato por mutuo acuerdo de las partes, sino que es común a todas las causas de extinción. El valor del finiquito como manifestación de que las partes nada se deben entre sí no puede esconder un supuesto prohibido 13 Negocios y Dirección de renuncia de derecho y sólo debe desplegar sus consecuencias a las cantidades y conceptos por los que se declara no tener nada que reclamar, esta idea está recogida en la Sentencia del Tribunal Supremo, de 30 de septiembre de 1992. 5.- LA EXTINCIÓN POR MUERTE, DESAPARICIÓN, INCAPACIDAD Y OTRAS CIRCUNSTANCIAS QUE AFECTEN A LAS PARTES. a) La muerte e incapacidad del trabajador La prestación laboral es de carácter personalísimo y el fallecimiento del trabajador hace imposible el cumplimiento de la prestación laboral, ya que faltaría una de las partes del contrato de trabajo, en concreto la que presta su fuerza de trabajo. Con respecto a la Incapacidad, hemos de distinguir entre incapacidad temporal e incapacidad permanente. La incapacidad temporal es la situación en que se encuentra el trabajador cuando está impedido temporalmente para el trabajo y necesita asistencia médica por alguna de las siguientes causas: Enfermedad común o profesional. Accidente, sea o no de trabajo. Períodos de observación por enfermedad profesional cuando sea necesaria la baja médica. La incapacidad temporal no da lugar a la extinción del contrato de trabajo sino a la suspensión del mismo, ya que se prevé la curación del trabajador. Por lo que respecta a la Incapacidad Permanente, la misma se puede definir como aquella situación en que el trabajador, después de haber estado sometido al tratamiento prescrito y de haber sido dado de alta médicamente, presenta reducciones anatómicas o funcionales graves, susceptibles de determinación objetiva y previsiblemente definitivas que disminuyen o anulan su capacidad laboral. Se trata de una situación en la que se sufre una alteración continuada de la salud que imposibilita o limita la realización de la actividad profesional. La Ley General de la Seguridad Social fija un umbral de repercusión a partir del cual se 14 Negocios y Dirección califica la incapacidad permanente, que es el 33%, desde este porcentaje hasta la anulación total de la capacidad gira el concepto de incapacidad permanente. Dentro de la incapacidad permanente, hay diversos grados, atendiendo a la gravedad de la misma: Incapacidad permanente parcial para la profesión habitual, es la que se produce cuando tiene lugar una reducción de la capacidad del trabajador no inferior al 33% de su rendimiento normal en el desarrollo de la profesión que ejercía, sin impedirle las tareas fundamentales de la misma. Incapacidad permanente total para la profesión habitual, es la que impide la realización de todas o de las fundamentales tareas en el desarrollo de la profesión que ejercía el interesado, siempre y cuando pueda dedicarse a otras distintas. Junto a la incapacidad permanente total ordinaria, existe la Incapacidad permanente total cualificada, que es aquella en la que el trabajador puede dedicarse a otra actividad, pero se presume la dificultad en el acceso al empleo en base a la edad, la falta de preparación general o especializada y las circunstancias sociales y laborales del lugar de residencia del interesado. La diferencia entre ambas radica en la prestación a que tendrá derecho el trabajador, siendo la cuantía de la segunda el 75% de la base reguladora y la de la primera de un 55%. Incapacidad permanente absoluta para todo trabajo, es la que impide por completo al trabajador la realización de cualquier profesión u oficio. La gran invalidez, es aquella situación en la que el inválido precisa de la asistencia de una tercera persona para realizar los actos más indispensables de la vida diaria. La incapacidad permanente parcial no origina la extinción del contrato de trabajo, mientras que la incapacidad permanente total o absoluta, así como la gran invalidez sí la originan. En los casos de incapacidad permanente total o absoluta no se precisa formalidad alguna, pero para que surta sus efectos se requiere que la incapacidad permanente del trabajador esté declarada de forma definitiva. 15 Negocios y Dirección Calificada la incapacidad permanente, la empresa no está obligada a mantener el vínculo laboral ni a facilitar al trabajador un puesto de trabajo distinto, salvo que así se establezca en convenio. No obstante lo anterior, si el trabajador continúa prestando servicios para la misma empresa en otro puesto, aquélla no puede después hacer uso del derecho de rescisión por concurrencia de la causa quinta del artículo 49, es decir, no podría despedirle alegando la incapacidad laboral del mismo. b) Jubilación del trabajador La jubilación del trabajador, además de ser un derecho del trabajador a una situación protegida por la seguridad social, es también una causa legal de extinción del contrato de trabajo. La jubilación es un derecho potestativo o de ejercicio voluntario del trabajador quien, cumplidos los requisitos de edad y cotizaciones exigidos por la legislación de la Seguridad Social, extingue su contrato de trabajo porque se jubila y así percibe una pensión. La legislación laboral no establece una edad máxima que condicione la "capacidad para trabajar". La regla de haber cumplido sesenta y cinco años es un requisito de la normativa de Seguridad Social para que el trabajador pueda acceder a las prestaciones de jubilación de la Seguridad Social. Modificación Julio 2012 No obstante lo cual, en virtud de la reforma operada por la Ley 27/2011, que entrará en vigor con fecha 1 de enero de 2013, cambiará la edad máxima de jubilación, de tal forma que se modificar el artículo 161 de la Ley General de la Seguridad Social, y el requisito pasa a ser haber cumplido 67 años ó 65 años siempre y cuando en este último caso se acrediten 38 años y medio de cotización y tener cubiertos 15 años (2 de los últimos dentro de los 15 años anteriores a la jubilación). Las edades de jubilación a los 65 o 67, según el caso, y el período de cotización para poder causar derecho a la jubilación con 65 años se irán aplicando de forma gradual, desde el año 2013 hasta el año 2027. Ej.: En 2013 se podrá jubilar el que tenga 65 años y 35 años y 3 meses cotizados o que tenga de edad 65 años y un mes, mientras que en 2027 se podrá jubilar a los 65 quien haya cotizado más de 38 años y medio o de lo contrario causará el derecho a los 67 años. La disposición adicional décima del Estatuto de los Trabajadores dispone que la capacidad para trabajar, así como la extinción de los contratos de trabajo, tendrá el límite máximo de edad que fije el Gobierno en función de las disponibilidades de la 16 Negocios y Dirección Seguridad Social y del mercado de trabajo, sin perjuicio de que puedan completarse los períodos de carencia para la jubilación. De cualquier modo, la edad máxima será la de sesenta y nueve años, sin perjuicio de que puedan completarse los períodos de carencia para la jubilación. En la negociación colectiva podrán pactarse libremente edades de jubilación sin perjuicio de lo dispuesto en materia de Seguridad Social a estos efectos. No obstante lo anterior, la Sentencia del Tribunal Constitucional 22/1981 declaró inconstitucional esta Disposición, interpretada como una norma que establece la incapacitación para trabajar a los sesenta y nueve años y de forma directa e incondicionada la extinción de la relación laboral a esa edad. Sin embargo, se puede afirmar que la jubilación forzosa es una medida no discriminatoria y constitucionalmente irreprochable si tiene una justificación objetiva y razonable, fundándola la citada Sentencia del TC en que es correcto fijar por el gobierno o por la negociación colectiva una política de empleo en la que se utilice como medida la jubilación forzosa, siempre que el trabajador haya cumplido los requisitos exigibles para tener derecho a la pensión de jubilación de la Seguridad Social. Esta corrección constitucional se extiende a la jubilación forzosa acordada por convenio colectivo, siempre que sea una medida de política de empleo consistente en repartir el trabajo aunque no necesariamente ocupar la plaza del jubilado con otro contrato de trabajo, como se recoge en las Sentencias del Tribunal Supremo de 18 de diciembre de 1989 y 27 de diciembre de 1993. En el caso de que el trabajador viese extinguido su contrato de trabajo como consecuencia de la jubilación forzosa y el mismo no estuviese de acuerdo con dicha decisión, podría acudir a la jurisdicción laboral e impugnar la decisión empresarial bajo la modalidad procesal de impugnación de despido, dentro del plazo de caducidad de 20 días hábiles dispuesto en el artículo 59 del ET. c) Muerte, jubilación e incapacidad del empresario, o extinción de la personalidad jurídica contratante. El contrato de trabajo se extingue por la muerte, jubilación e incapacidad el empresario, o bien por la extinción de la personalidad jurídica contratante. No obstante lo anterior, las causas antedichas no siempre extinguen el contrato de trabajo, en este sentido debemos realizar las dos siguientes precisiones: En los supuestos de muerte, jubilación o incapacidad, el contrato de trabajo de trabajo se extingue sólo si no tiene lugar el mecanismo del artículo 44 del ET de la sucesión de la empresa, teniendo en cuenta el carácter no 17 Negocios y Dirección personalísimo del empresario y favorecimiento de la continuidad del contrato. Sólo se produce cuando nadie continúa el negocio. El artículo 44 del ET dispone: "El cambio de la titularidad de la empresa, centro de trabajo o de una unidad productiva autónoma de la misma, no extinguirá por sí mismo la relación laboral, quedando el nuevo empresario subrogado en los derechos y obligaciones laborales del anterior. Cuando el cambio tenga lugar por actos inter vivos, el cedente, y, en su defecto, el cesionario, está obligado a notificar; dicho cambio a los representantes legales de los trabajadores de la empresa cedida, respondiendo ambos solidariamente durante tres años de las obligaciones laborales nacidas con anterioridad a la transmisión y que no hubieran sido satisfechas. El cedente y el cesionario responderán también solidariamente de las obligaciones nacidas con posterioridad a la transmisión, cuando la cesión fuese declarada delito." En los casos de empresario con forma societaria la desaparición de su personalidad jurídica sigue los concretos trámites del artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, previstos para la extinción del contrato por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. Los herederos no están obligados a continuar la industria, y la aceptación de la herencia no implica la continuidad del negocio, pero precisa la comunicación fehaciente a los trabajadores la decisión de no continuar con la actividad empresarial. Si los herederos del empresario optasen por la continuación del negocio, no se extinguirían los contratos de trabajo. La incapacidad del empresario no se refiere solamente a una causa de incapacidad civil (locura, interdicción civil, prodigalidad, etc.), sino también a la manifiesta imposibilidad para el desempeño de funciones directivas, es decir, a la manifiesta inhabilidad para regir el negocio, sin que sea preciso que medie una declaración de invalidez dictada por los órganos competentes para ello. Dicha incapacidad ha de valorarse en función de las características de la gestión empresarial, la naturaleza personal de éstas y la intensidad y alcance funcional de las lesiones que produzcan la incapacidad. Al supuesto de muerte del empresario se asimila la extinción de "la personalidad jurídica contratante", en caso de que el empresario sea una persona jurídica o una sociedad. 18 Negocios y Dirección A modo de resumen, podemos afirmar que todas las causas reseñadas son extintivas si no se continúa la actividad de empresa. Cuando el contrato se extinga por las mencionadas causas, hay una indemnización prefijada de un mes de salario. Todos los supuestos indicados, la muerte, la incapacidad y jubilación del empresario son extintivos con la mera comunicación al trabajador, sin necesidad de ninguna intervención administrativa. 19 Negocios y Dirección