11.1 LA CRISIS DE 1808. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y LOS COMIENZOS DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL 1. LA CRISIS DE 1808. Carlos IV, sube al trono tras la muerte de su padre, Carlos III, en 1788. Durante su reinado se apartó del gobierno a los ministros ilustrados pero como fue un rey poco inclinado a los asuntos de gobierno, los dejó en gran medida en manos de su esposa y de su ministro, Manuel Godoy. El origen humilde de Godoy demuestra la desconfianza del rey en los círculos nobiliarios. Carlos IV sube al trono en el momento en que estalla la Revolución Francesa y el aislamiento fue el método para evitar la propagación de las ideas revolucionarias en España. El marqués de Floridablanca (primer ministro) ante el miedo de que se expandieran las ideas revolucionarias llega a cerrar las fronteras con Francia, a impedir que los estudiantes salieran a estudiar fuera y a establecer una censura sobre los libros. Llegó incluso a prohibir la enseñanza del francés para que no se extendieran los libros y escritos procedentes de ese país. En 1792 el rey destituye a Floridablanca y nombra a Aranda que intenta una aproximación a Francia, aunque estará sólo unos meses en el poder. En el mes de noviembre Aranda es destituido por Manuel Godoy, noble hidalgo de origen humilde que se convierte en valido del rey. Tras la ejecución de Luis XVI por los revolucionarios, España rompe, por primera vez en noventa años, su alianza con Francia y participa, junto a las otras monarquías europeas, en la Guerra de la Convención (1794-95), en la que España resultó derrotada por la Francia republicana y tiene que firmar la Paz de Basilea, donde pierde la actual República Dominicana a favor de Francia. Para evitar nuevos enfrentamientos con Francia, Godoy optó por la alianza con la Francia de Napoleón Bonaparte, que se materializó con el Pacto de San Ildefonso. Esto suponía el inevitable enfrentamiento con Inglaterra. De este periodo de hostilidades con Inglaterra, el momento más relevante es la Batalla de Trafalgar (1805), donde la armada franco española fue aplastada por la flota inglesa. Como consecuencia de esta derrota, España se quedaría sin flota, y las colonias españolas de América se quedarían incomunicadas. El desastre naval aumentó la crisis de La Hacienda española debido a la reducción del comercio colonial. Ante esta situación, Godoy recurrió al aumento de los impuestos y planteó reformas como la desamortización de las tierras eclesiásticas. Estas medidas fueron ineficaces y provocaron una gran oposición de la nobleza, el clero y del campesinado. Además, el poder que estaba acumulando Godoy, aumentó el rechazo del hijo del rey, Fernando, que veía peligrar su posición frente a Godoy. Esta situación de crisis se deterioró más cuando, en 1807, Godoy firma con Napoleón el Tratado de Fontainebleau para repartirse Portugal, aliada de Gran Bretaña. A cambio se pactó un futuro reparto en donde una parte sería para Francia, otra para España y en un anexo secreto, una tercera parte sería para Godoy. Lógicamente para llegar las tropas francesas a Portugal tenían que pasar por España. Así pues, los franceses atravesaron los Pirineos en febrero de 1808 con la autorización de las autoridades borbónicas, pero con la oposición de la población. Las tropas se situaron en puntos estratégicos (como Barcelona, Vitoria y Madrid) donde posteriormente debían extenderse por el territorio hacia Portugal. En marzo, estalló un motín en Aranjuez, donde se encontraban los reyes de España. Este motín fue de carácter popular pero contó con la colaboración de la nobleza y del clero y sus objetivos eran la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando, supuesto instigador en secreto de la revuelta. Los amotinados consiguieron sus objetivos, Godoy cae y Carlos IV huye a Francia, mientras su hijo Fernando reclama el trono. Carlos IV escribe a Napoleón para contarle los acontecimientos y reclamando su ayuda para recuperar el trono. Napoleón ante la debilidad de la monarquía española se decidió a invadir España y anexionar el país a su Imperio. En Bayona (localidad francesa próxima a la frontera española) Napoleón reúne a Carlos IV y a su hijo Fernando para actuar como árbitro entre sus disputas, allí en Mayo de 1808 obliga a los dos a abdicar en él, proclama como rey de España a su hermano José Bonaparte y convocó a las Cortes con el objetivo de aprobar una constitución que acabase con el Antiguo Régimen y ratificase el nombramiento de José, quién se convirtió en rey de España. A partir de este momento, José Bonaparte inició una política reformista pero que contó con escasos apoyos debido a que para la mayor parte de la población española, el nuevo gobierno era ilegítimo, extranjero y se basaba en el poder de las armas. El hermano de Napoleón, que venía de ser rey de Nápoles, ofreció a los españoles un programa reformista, dotándola de una nueva ley fundamental: la Constitución de Bayona de 1808. Fue la primera constitución española, aunque no tuvo vigencia por la guerra. Se caracteriza por : no establecer una separación de poderes, por establecer un estado confesional; por establecer unas Cortes con elección indirecta (se vota a los electores por estamentos); por establecer una declaración de derechos e incluir varias reformas liberales. Frente a José I y la Constitución de Bayona, los españoles se dividen en dos bandos: Los Afrancesados que apoyan a José I y los Patriotas que están en contra de José I. La marcha hacia Bayona de la familia real produjo un vacío de poder, justo cuando el ejército de Murat (cuñado y lugarteniente de Napoleón) ocupó Madrid. Esta situación tendrá una importancia decisiva, ya que la Junta de Gobierno que dejó Fernando VII antes de dirigirse a Bayona colaboró con las tropas francesas. 2. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. El 2 de Mayo de 1808 se produjo un levantamiento sangriento en Madrid contra las tropas francesas debido a la intención de Napoleón de llevarse al resto de la familia real a Bayona. Este levantamiento será violentamente reprimido al día siguiente por el general francés Murat, mientras la Junta de Gobierno no hizo nada para evitar esta represión. La noticia de las abdicaciones de Bayona y los sucesos de Madrid contribuyó a la extensión del movimiento por toda España, donde la población se levantó contra la invasión francesa y ante el vacío de poder surgieron las Juntas de armamento y defensa. Las Juntas fueron primeros locales y provinciales y estaban formadas por partidarios de Fernando VII (militares, aristócratas y alto clero). Estas Juntas pretendían dirigir el levantamiento popular y asumieron la soberanía en ausencia del rey. Las Juntas Provinciales declararon la guerra a Napoleón y buscaron el apoyo de Gran Bretaña. En septiembre estas Juntas enviaron representantes a Aranjuez, aprovechando la retirada de los franceses de Madrid tras la derrota de Bailén, para formar una Junta Suprema Central que coordinase la lucha y dirigiese el país reconociendo a Fernando VII como rey legítimo y asumiendo el poder hasta su retorno. Esta Junta surge en Aranjuez, pero debido al avance francés huye a Sevilla y de ahí a Cádiz, la única ciudad que gracias a la ayuda inglesa resistió al ataque francés. La Junta Suprema Central se mostró incapaz de dirigir la guerra y tras varias derrotas es sustituida en 1810 por un Consejo de Regencia de 5 miembros. Antes de desaparecer la Junta Central convocó a las Cortes para que los representantes de la nación decidieran sobre su organización y su destino. Las Cortes, reunidas en Cádiz, dieron lugar a la proclamación de la Constitución de 1812. Napoleón creyó que la invasión seria rápida y fácil pero la derrota en Bailén del ejército napoleónico por un pequeño ejército español dirigido por el General Castaños fue la primera derrota de las tropas napoleónicas. Esto desató la euforia y produjo la huida de José I de Madrid. Debido a esto, Napoleón se vio obligado a intervenir personalmente con 250.000 soldados. Tras esto José I entra de nuevo en Madrid y el avance francés es hacia el sur es imparable. Como el ejército español era incapaz de vencer a las tropas francesas, la resistencia se hizo a través de la guerra de guerrillas evitando el ataque directo, aprovechando el conocimiento del terreno y el apoyo popular, sometiendo a los franceses a una presión y desgaste permanente. En 1812, va a cambiar el curso de la guerra debido a la campaña que Napoleón va a llevar a cabo en Rusia y que le obligó a retirar a miles de efectivos de la Península. Ante este debilitamiento, las tropas españolas apoyadas por las guerrillas y por el ejército británico al mando del general Wellington lograron derrotar a los franceses en la batalla de Arapiles. Tras esto, José I abandonó definitivamente Madrid y la capital fue tomada por Wellington. Incapaz de mantener dos frentes abiertos, Napoleón decidió pactar el fin del conflicto y en 1813 con el Tratado de Valençay, finaliza la guerra y se permite el retorno de Fernando VII. 3. LOS COMIENZOS DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL. La invasión francesa provocó que los españoles tuvieran que posicionarse en uno u otro bando. Una minoría de españoles colaboró con la monarquía de José I (afrancesados) ya que apoyaban su programa reformista y apostaban por un poder fuerte para modernizar España. Al finalizar la guerra tuvieron que abandonar España. Por otro lado está el frente Patriótico, que es la mayoría de la población. Son los que se oponen a la invasión francesa. Dentro de este grupo están la mayor parte de la nobleza y el clero que deseaban la vuelta de Fernando VII, pero no querían que se produjesen cambios sociales, defienden la tradición y la religión católica (Son los llamados absolutistas). Pero dentro de este grupo también están los liberales (Ilustrados), que creían que con la vuelta de Fernando VII se podría emprender un programa de reformas y la modernización del país. Estos liberales veían en la guerra la oportunidad de realizar un cambio del sistema político e implantar un sistema político liberal, basado en una constitución, en la soberanía popular, en la división de poderes, y la abolición de los privilegios. Cuando en 1810 se reúnen las Cortes, estas ideas liberales se impondrán en la futura Constitución de 1812.