El ajuste secundario en operaciones vinculadas. Incidencia en operaciones internacionales* JUAN LUIS SENDÍN CIFUENTES Agencia Estatal de Administración Tributaria SUMARIO INTRODUCCIÓN.—1. ANTECEDENTES NORMATIVOS. 1.1. Ausencia de regulación expresa. 1.2. El principio de califi­ cación y las cláusulas antiabuso. 1.3. Previsión OCDE.—2. ANÁLISIS DE NORMATIVA INTERNA. 2.1. Ley 36/2006 de Prevención del Fraude Fiscal. 2.2. Real Decreto 1793/2008. 2.3. Otras modificaciones reglamentarias. 2.4. La Ley 4/2008, de 23 de diciembre. Operaciones societarias.—3. DETERMINADOS SUPUESTOS. 3.1. Matriz extranje­ ra vs. filial española. 3.2. Matriz española vs. filial extranjera. 3.3. Establecimiento permanente. 3.4. Otros supuestos. Ajustes realizados desde el exterior.—4. PROCEDIMIENTO. 4.1. El procedimiento de regularización de operaciones vinculadas. 4.2. Ausencia de regulación del procedimiento para realizar el ajuste secundario. 4.3. Peculiaridades de operaciones internacionales. Especial referencia al procedimiento amistoso y al proce­ dimiento arbitral.—5. SANCIONABILIDAD DE LA CONDUCTA. 5.1. Referencia al ajuste primario. 5.2. Conclusiones en ajuste secundario. Palabras clave: Fiscalidad internacional, Impuesto sobre Sociedades, operaciones vinculadas, precios de trans­ ferencia, ajuste secundario. INTRODUCCIÓN La regulación de las operaciones vinculadas, ha sufrido en nuestra legislación movimientos pendula­ res, que han finalizado con la publicación de la nueva redacción del precepto que las regula en la imposición directa societaria. Tanto la ley interna como la normativa comparada y los modelos de Convenio para evitar la doble imposición, han des­ confiado tradicionalmente de la valoración de las operaciones entre sujetos vinculados, en los que no existen criterios estrictos de mercado para valorar los flujos económicos existentes entre ellos, de forma que, de uno u otro modo, se ha establecido la posibilidad de modificar la valoración efectuada entre partes no independientes por otra que pudie­ ra reflejar la que se hubiera convenido en condicio­ nes de libre concurrencia, para así erradicar los efectos indeseables, generalmente la consecución de una menor tributación, que conllevaba la valora­ ción efectuada en un primer momento por los con­ tribuyentes. La Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude fiscal modifica el artículo 16 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (LIS), aprobado por el Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo. En esencia, se destacan varias cuestiones: — Enlace con la modificación operada en el nuevo Plan General Contable, relativa a la primacía del fondo económico de las ope­ raciones, que lleva a concluir que la conta­ bilización de la operación debe realizarse por el contribuyente a valor de mercado. — Adaptación de la normativa española a las directrices de la OCDE sobre la materia y al Foro europeo sobre precios de transfe­ rencia — Obligación del contribuyente de declarar la operación a valor de mercado en el Impuesto sobre Sociedades — Obligación del contribuyente de llevanza, conservación y aportación a requerimien­ to de la inspección de la documentación * Trabajo presentado al X Curso de Alta Especialización en Fiscalidad Internacional celebrado en la Escuela de la Hacienda Pública del Instituto de Estudios Fiscales en el segundo semestre de 2008. 227 Cuadernos de Formación. Colaboración 21/10. Volumen 10/2010 que reglamentariamente se determine que sustente y ampare la valoración efectuada. — Sancionabilidad de la conducta ligada a la ausencia de documentación o a la incom­ pleta llevanza de la misma. La reforma operada por la Ley 36/2006 es de gran calado y supone una transformación radical de la normativa existente hasta la entrada en vigor de este texto legal. En efecto, la normativa vigente hasta este momento (la anterior redacción del ar­ tículo 16) se caracterizaba por las siguientes notas: — Inexistencia de obligación para el contribu­ yente realizar una valoración de mercado de estas operaciones. La Administración tributaria podía corregir dicha valoración cuando en el conjunto de la operación (ana­ lizando todas las partes intervinientes en la misma) hubiera una menor tributación en España o un diferimiento de la misma. — Obligación de apertura de un procedi­ miento separado del procedimiento de comprobación en el que se efectuara dicha valoración, previsto en el artículo 15 del Real Decreto 537/1997 y posterior­ mente en el artículo 16 del Real Decreto 1777/2004. — Ausencia de sancionabilidad de la conduc­ ta en todo caso. Expuestos, en esencia, tanto el fundamento de la reforma, como las principales notas de la modi­ ficación operada, es el momento de señalar que una de las novedades principales, aún no comenta­ da, que se introduce con la regulación del nuevo artículo 16 es la introducción en la norma, de forma expresa, del denominado ajuste secundario, que trata de establecer las consecuencias fiscales del flujo de rentas (o de la ausencia del mismo) derivado de la diferencia existente entre el valor de mercado determinado por la inspección y la valo­ ración efectuada por el contribuyente. El ajuste secundario es el que permite recaracterizar los fondos o rentas trasvasados entre las personas aso­ ciadas, adecuando la tributación de las mismas a la nueva realidad jurídico-tributaria existente tras la práctica de los ajustes anteriores (PETERSON, y HORMER, 1996; VOGEL, 1997, pág. 557). A lo largo del presente estudio se analizarán con detalle las consecuencias que van a producirse con la introducción en nuestro Derecho Positivo del ajuste secundario, atendiendo principalmente a las que puedan existir en las operaciones realizadas por sujetos pasivos con residencia fiscal en diferen­ tes Estados, las conocidas como operaciones inter­ nacionales. 1. ANTECEDENTES NORMATIVOS 1.1. Ausencia de regulación expresa En nuestra normativa interna se regula por pri­ mera vez el ajuste secundario expresamente en la comentada reforma que la Ley 36/2006 opera en el artículo 16 de la LIS. Este hecho no ha sido impe­ dimento para que pudiera regularizarse el ajuste secundario, esto es, las consecuencias fiscales deri­ vadas del flujo de renta (o de la ausencia del mismo) derivado como consecuencia de la diferen­ cia existente entre el valor de mercado determina­ do por la inspección y la valoración efectuada por el contribuyente. Pero esa posibilidad de regulari­ zación no se realizaba en atención a una regulación expresa de este supuesto de hecho, sino atendien­ do a principios generales expuestos en nuestra Ley General Tributaria (LGT), norma básica en la mate­ ria, como el principio de calificación o las cláusulas antiabuso en general. No obstante, sí ha existido un supuesto de regulación expresa de ajuste secun­ dario, pero limitado a un caso concreto, la subcapi­ talización prevista en la norma reguladora del Impuesto sobre Sociedades, al considerar dividen­ dos los excesos de intereses abonados respecto de la aplicación del coeficiente determinado en dicha norma al capital fiscal en relación con el endeuda­ miento neto remunerado, directo o indirecto. A pesar de lo expuesto, el concepto de ajuste secun­ dario ha sido tratado en diferentes ámbitos inter­ nacionales de forma expresa. 1.2. El principio de calificación y las cláusulas antiabuso Como se ha comentado, aun a pesar de la ausencia de regulación expresa del ajuste secunda­ rio ha existido la posibilidad de regularización, atendiendo a determinados preceptos establecidos en la LGT. Así, el artículo 13 del mencionado texto legal ha podido ser utilizado para sujetar los supuestos de hechos comentados (que dan lugar al ahora sí refrendado por la norma como ajuste secundario) a tributación. Es preciso recordar el tenor de dicho precepto: “Las obligaciones tributarias se exigirán con arreglo a la naturaleza jurídica del hecho, acto o negocio realizado, cualquiera que sea la forma o denominación que los interesados le hubieran dado, y prescindiendo de los defectos que pudie­ ran afectar a su validez.” De esta forma, se sometería a tributación el flujo de renta (o la ausencia del mismo) derivado de la diferencia existente entre el valor de mercado determinado por la inspección y la valoración efec­ 228 El ajuste secundario en operaciones vinculadas. Incidencia en operaciones internacionales J UA N LUIS S ENDÍN C IFUENTES tuada por el contribuyente. Del mismo modo, podría entenderse que, en aplicación de las cláusulas antiabuso previstas en la LGT (arts. 15 y 16) podrí­ an regularizarse dichas conductas. No obstante, la aplicación de estos supuestos exigiría la prueba del cumplimiento de los requisitos exigidos en dichos preceptos y en modo alguno podría defenderse su aplicación cuasi automática. Si se concluye que la tri­ butación del ajuste secundario podría tener lugar sin una regulación expresa del mismo, podría pensarse en la innecesariedad de la reforma operada, o qui­ zás, en su inoportunidad. Si se puede aplicar sin regulación expresa podría no tener sentido dicha regulación. Además, puede pensarse que una exce­ siva regulación puede ser contraproducente para la efectividad de las regularizaciones. No obstante esas posibles opiniones, a mi juicio, la regulación efectua­ da es necesaria para considerar plenamente aplica­ bles las consecuencias del ajuste secundario, dado que se determinan con cierta precisión los supues­ tos de hecho que dan lugar a dicho ajuste y las con­ secuencias del mismo. La utilización de principios generales, como el de calificación o las cláusulas antiabuso, es impecable en ausencia de norma con­ creta, y ante determinados supuestos, pero la misma no está exenta de polémica doctrinal y podría pensarse en su utilización exclusivamente en deter­ minados supuestos muy concretos. Con la introduc­ ción expresa en nuestro Derecho Positivo del ajuste secundario dicha polémica queda zanjada, aunque en parte, dado que como veremos más adelante, existen lagunas normativas que, ineludiblemente, deberán cerrarse con la interpretación doctrinal y, en última instancia, jurisprudencial que se realice de los supuestos no contemplados en la norma. 1.3. Previsión OCDE En el Modelo de Convenio OCDE, se regula, en su artículo 9, Empresas asociadas, la posibilidad de someter a tributación los ajustes realizados como consecuencia de la realización de operaciones vin­ culadas. Ni en el precepto señalado, ni en los Comentarios al mismo, se prevé la posibilidad de regularización del ajuste secundario. Será, por tanto, la norma interna de cada Estado la que per­ mita o no dicha regularización, siempre respetando las normas convenidas entre los Estados contratan­ tes en los eventuales Convenios para evitar la doble imposición suscritos entre ambos. No obs­ tante lo anterior, el concepto no es ajeno a la OCDE. En las Directrices aplicables en materia de precios de transferencia a empresas multinaciona­ les y Administraciones Tributarias se contempla expresamente. Así en el Glosario, se definen los siguientes términos: “Ajuste Secundario: Ajuste que resulta de la aplicación de un impuesto a una operación secun­ daria. Operación Secundaria: Operación presunta a la que proceden determinados países en virtud de su legislación interna después de haber propuesto un ajuste primario a fin de realizar un reparto efecti­ vo de los beneficios compatible con este ajuste primario. Las operaciones secundarias pueden tomar la forma de dividendos presuntos, de apor­ taciones presuntas de capital o de préstamos pre­ suntos.” En el Capítulo IV de las Directrices se dice que: “Los ajustes secundarios pueden servir para prevenir la evasión fiscal. Las modalidades exactas de la operación secundaria y el ajuste secundario consiguiente estarán en función de las particulari­ dades del caso concreto y de la legislación tributa­ ria del país que establece el ajuste secundario.” La norma española utiliza la tributación del ajus­ te secundario de acuerdo con lo previsto por la OCDE. Así cobra plena vigencia la Exposición de Motivos de la Ley 36/2006, cuando dice que: “El segundo objetivo es adaptar la legislación española en materia de precios de transferencia al contexto internacional, en particular a las directri­ ces de la OCDE sobre la materia y al Foro euro­ peo sobre precios de transferencia, a cuya luz debe interpretarse la normativa modificada.” 2. ANÁLISIS DE NORMATIVA INTERNA 2.1. Ley 36/2006 de Prevención del Fraude Fiscal La regulación que realiza la Ley 36/2006 del ajuste secundario, mediante la modificación del ar­ tículo 16 de la LIS, en su apartado 8 es la siguiente: “En aquellas operaciones en las cuales el valor convenido sea distinto del valor normal de merca­ do, la diferencia entre ambos valores tendrá para las personas o entidades vinculadas el tratamiento fiscal que corresponda a la naturaleza de las rentas puestas de manifiesto como consecuencia de la existencia de dicha diferencia. En particular, en los supuestos en los que la vin­ culación se defina en función de la relación socios o partícipes-entidad, la diferencia tendrá, en la proporción que corresponda al porcentaje de par­ ticipación en la entidad, la consideración de parti­ cipación en beneficios de entidades si dicha diferencia fuese a favor del socio o partícipe, o, con carácter general, de aportaciones del socio o partícipe a los fondos propios si la diferencia fuese a favor de la entidad.” El párrafo primero contiene, aparte de una evi­ dente declaración de intenciones del legislador, una 229 Cuadernos de Formación. Colaboración 21/10. Volumen 10/2010 regla general, de aplicación imperativa (se utiliza la expresión tendrá) que consiste en someter a tribu­ tación la diferencia entre el valor normal de merca­ do y el convenido. La consecuencia efectiva de dicha tributación dependerá de la naturaleza de las rentas que se hayan puesto de manifiesto. De esta forma, se regula expresamente el ajuste secundario y se deja abierta la consecuencia directa de cómo va a tributar en función de la naturaleza de dichas rentas. En el párrafo segundo se avanza en dicha concreción. Así, en un supuesto concreto de vincu­ lación (en los supuestos en los que la vinculación se defina en función de la relación socios o partícipesentidad) se define cómo tributará la diferencia de valoraciones: — Diferencia a favor del socio: participación en beneficios. — Diferencia a favor de la sociedad: aporta­ ciones del socio o partícipe a los fondos propios. Se regulan, por tanto, con cierto detalle, las con­ secuencias fiscales de la diferencia de valoraciones solamente en un supuesto concreto, aunque quizás, el que se dé con mayor habitualidad. Y se realiza desde las dos posibles perspectivas, a favor del socio o a favor de la sociedad, si bien, solamente se concreta en relación con el porcentaje de participa­ ción del socio-partícipe en la sociedad-entidad. En cuanto a la concreción de lo no regulado por el legislador, diferentes opiniones fueron vertidas en el periodo existente entre la aprobación del texto legal y la aprobación del Real Decreto 1793/2008. Dado que actualmente ya existe un texto reglamen­ tario vigente, dicha concreción debe derivar del análisis de lo preceptuado en dicha norma. 2.2. socios o partícipes-entidad, la diferencia tendrá con carácter general el siguiente tratamiento: a) Cuando la diferencia fuese a favor del socio o partícipe, la parte de la diferencia que se corres­ ponda con el porcentaje de participación en la entidad se considerará como retribución de fon­ dos propios para la entidad, y como participación en beneficios de entidades para el socio. La parte de la diferencia que no se corresponda con el porcentaje de participación en la entidad, para la entidad tendrá la consideración de retribu­ ción de los fondos propios, y para el socio o partí­ cipe de utilidad percibida de una entidad por la condición de socio, accionista, asociado o partícipe de acuerdo con lo previsto en el artículo 25.1.d) de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modifi­ cación parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no Residentes y sobre el Patrimonio. b) Cuando la diferencia fuese a favor de la entidad, la parte de la diferencia que se correspon­ da con el porcentaje de participación en la misma tendrá la consideración de aportación del socio o participe a los fondos propios de la entidad, y aumentará el valor de adquisición de la participa­ ción del socio o partícipe. La parte de la diferencia que no se corresponda con el porcentaje de participación en la entidad, tendrá la consideración de renta para la entidad, y de liberalidad para el socio o partícipe. Cuando se trate de contribuyentes del Impuesto sobre la Renta de no Residentes sin establecimiento permanente, la renta se considerará como ganancia patrimonial de acuerdo con lo previsto en el artículo 13.1.i). 4.o del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre la Renta no Residentes, aprobado por el Real Decreto Legislativo 5/2004, de 5 de marzo. 3. La calificación de la renta puesta de mani­ fiesto por la diferencia entre el valor normal de mercado y el valor convenido, podrá ser distinta de la prevista en el apartado 2 anterior, cuando se acredite una causa diferente a las contempladas en el citado apartado 2.” Real Decreto 1793/2008 El 18 de noviembre de 2008 se publica en el BOE el Real Decreto 1793/2008, de 3 de noviem­ bre, de modificación del Reglamento del Impuesto sobre Sociedades. En concreto, se da nueva redac­ ción a los artículos de desarrollo del artículo 16 del texto legal. Se introduce un artículo 21 bis denomi­ nado Diferencias entre el valor convenido y el valor normal de mercado en operaciones vinculadas, con la siguiente redacción: “1. En aquellas operaciones en las cuales el valor convenido sea distinto del valor normal de mercado, la diferencia entre ambos valores tendrá para las personas o entidades vinculadas el trata­ miento fiscal que corresponda a la naturaleza de las rentas puestas de manifiesto como consecuen­ cia de la existencia de dicha diferencia. 2. En particular, en los supuestos en los que la vinculación se defina en función de la relación En su apartado primero se reproduce el párra­ fo primero del artículo 16. 8 de la LIS. En el aparta­ do segundo se desarrollan con más profusión las consecuencias de las diferencias de valor en el mismo supuesto de hecho que regulaba el párrafo segundo del artículo 16. 8: en los supuestos en los que la vinculación se defina en función de la relación socios o partícipes-entidad. Trata, por tanto, de regular lo que el precepto legal deja abierto. Así, se diferencian dos supuestos: a) Diferencia a favor del socio-partícipe En primer lugar, se determina que la parte de la diferencia que se corresponda con el porcentaje de 230 El ajuste secundario en operaciones vinculadas. Incidencia en operaciones internacionales J UA N LUIS S ENDÍN C IFUENTES participación en la entidad se considerará como retribución de fondos propios para la entidad, y como participación en beneficios de entidades para el socio. Se trata de considerar dicha parte como dividendos, con las consecuencias que ahora se analizarán. En segundo lugar, se regula que la parte de la diferencia que no se corresponda con el por­ centaje de participación en la entidad, para la enti­ dad tendrá la consideración de retribución de los fondos propios (mismo tratamiento en cuanto a su no deducibilidad que en el caso anterior) y para el socio o partícipe de utilidad percibida de una enti­ dad por la condición de socio, accionista, asociado o partícipe con las siguientes consecuencias: — Socio persona física: integración de la diferen­ cia a la base imponible general del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). — Socio persona jurídica: integración en la base imponible e imposibilidad de deduc­ ción por doble imposición de dividendos. Se cierra pues la regulación de este caso con­ creto en lo que la Ley había dejado abierto: qué sucedía con la diferencia de valor en el porcentaje que no se correspondía con la participación del socio o partícipe en la sociedad o entidad. b) Diferencia a favor de la entidad. Siguiendo la misma estructura argumental que en la letra a), en primer lugar, se determina que la parte de la diferencia que se corresponda con el porcentaje de participación en la misma tendrá la consideración de aportación del socio o participe a los fondos propios de la entidad, aunque ya se aporta en este primer párrafo una novedad: la aportación del socio-partícipe a la entidad tiene como consecuencia no una modificación en el por­ centaje de participación, sino un mayor valor de adquisición de dicha participación. En segundo lugar, se regula que la parte de la diferencia que no se corresponda con el porcentaje de participación en la entidad, tendrá la consideración de renta para la entidad, y de liberalidad para el socio o partícipe. En este punto las consecuencias son contundentes: renta para quien recibe el flujo monetario y libera­ lidad (gasto no deducible) para quien la aporta. También en este supuesto se cierra la regulación de este caso concreto en lo que la Ley había dejado abierto: qué sucedía con la diferencia de valor en el porcentaje que no se correspondía con la participa­ ción del socio o partícipe en la sociedad o entidad. 2.3. Otras modificaciones reglamentarias Decretos publicados en el BOE el 18 de noviembre de 2008. Así, en relación con la obligación de reali­ zar e ingresar en el Tesoro las retenciones corres­ pondientes a lo que se consideran dividendos como consecuencia del ajuste secundario se han introducido determinados apartados a los artículos que regulaban esta obligación de retener. En relación con los sujetos pasivos del impues­ to sobre sociedades, el Real Decreto 1793/2008, añade el apartado 7 al artículo 62 del Real Decreto 1777/2004 que aprueba el Reglamento del Impues­ to sobre Sociedades (RIS), con el siguiente tenor literal: “Cuando la obligación de retener o ingresar a cuenta tenga su origen en el ajuste secundario derivado de lo previsto en el artículo 16. 8 de la Ley del Impuesto, constituirá la base de la misma la diferencia entre el valor convenido y el valor de mercado.” Del mismo modo, y en relación con el IRPF, el Real Decreto 1804/2008, introduce las siguientes novedades en el Reglamento de dicho impuesto. — En relación con retribuciones dinerarias, se añade el apartado 6 al artículo 93 del Real Decreto 439/2007: “Cuando la obligación de retener tenga su ori­ gen en el ajuste secundario derivado de lo previs­ to en el artículo 16. 8 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, aprobado por el Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, constituirá la base de retención la diferencia entre el valor convenido y el valor de mercado.” — En relación con retribuciones en especie, se modifica el artículo 103 del Real Decreto 439/2007, de forma que su redacción queda así: “1. La cuantía del ingreso a cuenta que corresponda realizar por las retribuciones satisfe­ chas en especie se calculará aplicando el porcenta­ je previsto en la sección 2.a del capítulo II anterior al resultado de incrementar en un 20 por 100 el valor de adquisición o el coste para el pagador. 2. Cuando la obligación de ingresar a cuenta tenga su origen en el ajuste secundario derivado de lo previsto en el artículo 16. 8 del Texto Refun­ dido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, aprobado por el Real Decreto Legislativo 4/2004, de 5 de marzo, constituirá la base del ingreso a cuenta la diferencia entre el valor convenido y el valor de mercado.” Por último, el Real Decreto 1804/2008 modifica también la materia en el Impuesto sobre la Renta de no Residentes (IRNR), mediante la adición del apar­ tado 5 al artículo 13 del Real Decreto 1776/2004: El cierre normativo exigido por las anteriores disposiciones se ha producido en sendos Reales 231 “Cuando la obligación de retener o ingresar a cuenta tenga su origen en el ajuste secundario derivado de lo previsto en el artículo 16. 8 del Cuadernos de Formación. Colaboración 21/10. Volumen 10/2010 Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, aprobado por el Real Decreto Legisla­ tivo 4/2004, de 5 de marzo, constituirá la base de la misma la diferencia entre el valor convenido y el valor de mercado.” Con las normas comentadas se cierra el círculo de las modificaciones exigidas para regular los ajus­ tes secundarios, especialmente en lo referente a los que deriven de la relación socio-partícipe con sociedad-entidad, de forma que ya existe amparo legal y reglamentario para que dichos ajustes tribu­ ten de la forma señalada y que la retención o el ingreso a cuenta exigibles, en su caso, a los pagado­ res, estén contemplados en la norma apropiada. 2.4. La Ley 4/2008, de 23 de diciembre. Operaciones societarias Para terminar con las modificaciones normati­ vas exigidas por la regulación del ajuste secundario, es preciso hacer mención a la Ley 4/2008, por la que se suprime el gravamen del Impuesto sobre el Patrimonio, se generaliza el sistema de devolución mensual en el Impuesto sobre el Valor Añadido, y se introducen otras modificaciones en la normativa tributaria (BOE de 25 de diciembre de 2008) En dicho texto legal, entre otros, se modifica el artícu­ lo 19 del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (LITP), precep­ to que determina la sujeción al hecho imponible operaciones societarias. La nueva redacción, determina en el apartado segundo que, estarán sujetas a dicho impuesto: “Las aportaciones que efectúen los socios que no supongan un aumento del capital social.” Esta nueva redacción contempla un supuesto de sujeción más amplio que el anterior, en el que se limitaba la realización del hecho imponible a las aportaciones de socios para compensar pérdidas. La interpretación de la reforma y su posible relación con el objeto de estudio que se está abordando exige analizar la Exposición de Motivos de la Ley 4/2008, y más en concreto, su apartado VII, que fundamenta el cambio legislativo en la necesaria transposición de la Directiva 7/2008/CE del Conse­ jo, de 12 de febrero de 2008, relativa a los impues­ tos indirectos que gravan la concentración de capitales. En efecto, el artículo 3.o de dicha Directi­ va contempla los siguientes supuestos que tendrán la consideración de “aportaciones de capital”: “h) El incremento del patrimonio social de una sociedad de capital, por medio de prestacio­ nes efectuadas por un socio, que no supongan un aumento del capital social, pero que dé lugar a una modificación de los derechos sociales o pueda aumentar el valor de las partes sociales. i) El préstamo que contrate una sociedad de capital, si el acreedor tuviere derecho a una cuotaparte de los beneficios de la sociedad. j) El préstamo que contrate una sociedad de capital con un socio, con el cónyuge o con un hijo de un socio, así como el contratado con un terce­ ro, cuando esté garantizado por un socio, a condi­ ción de que el préstamo cumpla la misma función que un aumento de capital social.” Podemos entender que estos tres supuestos son recogidos y asumidos por el legislador interno en el nuevo artículo 19. 2. La conexión lógica del mismo con las posibles consecuencias que el ajuste secun­ dario tenga en este impuesto debe realizarse a la luz de diversas sentencias del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas en relación con la interpre­ tación de la antigua Directiva reguladora de la mate­ ria, la Directiva 69/335/CEE del Consejo, que establecía en su artículo 4.o 2 supuestos similares a los contemplados en la Directiva 7/2008/CE. Así, por ejemplo, en Sentencia de 5 de febrero de 1991 (Asunto núm. C-249/89) se establece que: “La letra b) del apartado 2 del artículo 4.o de la Directiva 69/335/CEE del Consejo, de 17 de julio de 1969, relativa a los impuestos indirectos que graven la concentración de capitales, permite a los Estados miembros sujetar al impuesto sobre las aportaciones de capital un préstamo sin interés concedido a una sociedad de capital gravemente adeudada por uno de sus socios, tomando como base su valor útil, es decir, el importe de los inte­ reses ahorrados, tal y como sea fijado por el Juez nacional.” En el mismo sentido, la Sentencia de 26 de sep­ tiembre de 1996 (Asunto núm. C-287/94). La interpretación conjunta de lo expuesto lleva a concluir que pueden sujetarse a la tributación de operaciones societarias aquellos supuestos en los que pueda entenderse que, como consecuencia del ajuste secundario realizado por la Administración, existe una diferencia a favor de la entidad que tiene la consideración de aportación del socio o partici­ pe a los fondos propios de la misma, y que aumen­ ta el valor de adquisición de la participación del socio o partícipe. En estos supuestos, podría suje­ tarse a tributación del tipo impositivo del impuesto el importe así determinado como consecuencia del ajuste secundario realizado. 3. DETERMINADOS SUPUESTOS 3.1. Matriz extranjera vs. filial española El supuesto más normal que sucederá en la práctica inspectora será aquel que aumente la base imponible de la sociedad española, reduciendo 232 El ajuste secundario en operaciones vinculadas. Incidencia en operaciones internacionales J UA N LUIS S ENDÍN C IFUENTES determinadas partidas de gastos o aumentando ingresos. El flujo de rentas ajustado habrá ido a parar en exceso al socio, la matriz extranjera. Así, en estos casos, el flujo excesivo de rentas desde la filial hacia la matriz será considerado, en virtud del ajuste secundario y de nuestra norma interna, de la siguiente forma: a) Por la parte de participación de la matriz en la filial: reparto de dividendos. b) Por la parte que no se corresponda con la participación: utilidad percibida de una enti­ dad por la condición de socio, accionista, asociado o partícipe. No obstante la norma interna, son de plena aplicación los Convenios suscritos para evitar la doble imposición. En estos casos, ambas conse­ cuencias podrían encajar en el concepto de divi­ dendos, de forma que habría que acudir a lo preceptuado en el artículo 10 del Convenio, con los límites de tributación en el Estado de la fuente que se establezcan. Posteriormente, si el Convenio lo permitiera, se gravaría conforme a lo preceptua­ do en el IRNR, aplicando el tipo de retención correspondiente a la base de retención establecida en el apartado 5 al artículo 13 del Real Decreto 1776/2004. En operaciones entre sujetos pasivos residentes fiscalmente en Estados miembros de la Unión Europea, sería de aplicación la Directiva 2003/123/CE, de forma que quedarían exentos, siempre que se cumplieran los requisitos de dicha Directiva. En ausencia de Convenio cobraría plena vigencia la norma interna y se tributaría conforme a lo previsto en el IRNR. Debe recordarse además le previsión establecida en el apartado 20. bis 3 del texto reglamentario, de forma que si la causa acre­ ditada fuera diferente, también lo serían las conse­ cuencias del ajuste secundario. 3.2. Matriz española vs. filial extranjera En estos casos, las regularizaciones posibles también pasarían por aumentar la base imponible en nuestro Estado, así las actuaciones inspectoras más numerosas serán aquellas en las que se aumen­ te la base imponible de la sociedad española, gene­ ralmente incrementando determinadas partidas de ingresos o disminuyendo gastos. El flujo de rentas ajustado habrá ido a parar en exceso a la entidad participada, la filial extranjera. Así, en estos casos, el flujo excesivo de rentas desde la filial hacia la matriz será considerado, en virtud del ajuste secundario y de nuestra norma interna, de la siguiente forma: a) Por la parte de la diferencia que se corres­ ponda con el porcentaje de participación: aportación del socio a los fondos propios de la entidad. Es decir, se entiende que la socie­ dad matriz española ha aumentado el valor de adquisición de su participación social en el importe del ajuste secundario. Este hecho tendrá trascendencia en el momento de enajenación de la participación. b) Por la parte de la diferencia que no se corresponda con el porcentaje de partici­ pación en la entidad: renta para la filial extranjera (aunque en este caso nada hará la Administración española) y liberalidad para la española. 3.3. Establecimientos permanentes En las operaciones realizadas entre los estable­ cimientos permanentes y la casa central, la LIRNR, efectúa una remisión a la redacción del artículo 16 del Real Decreto Legislativo 4/2004, dado que con­ sidera estas operaciones como vinculadas, aplican­ do, en este caso, el principio de empresa separada en estas estructuras empresariales. La remisión comentada se efectúa en bloque, de forma que también sería de aplicación a estas operaciones lo previsto en el artículo 16. 8 en relación con el ajus­ te secundario y en la normativa reglamentaria de desarrollo. Conviene, por tanto, analizar las conse­ cuencias que tendrá la aplicación del ajuste secun­ dario en estas operaciones, teniendo en cuenta que el establecimiento permanente no tiene perso­ nalidad jurídica diferente de la de su casa central, de forma que ya podemos matizar que no será de aplicación el contenido de las normas mencionadas en cuanto al ajuste secundario entre socio-partíci­ pe y sociedad-entidad, sino la cláusula general esta­ blecida para el resto de operaciones vinculadas. Además, siempre tendremos que analizar si existe o no Convenio suscrito entre los Estados afecta­ dos, y la redacción del artículo 7 del mismo. El supuesto más normal que se dará en la práctica y en el que puede incidir la nueva normativa regula­ dora del ajuste secundario es el que se produce entre la casa central extranjera y el establecimien­ to permanente español mediante el aumento de la base imponible del este último. En estos casos deberá tenerse en cuenta que el flujo de rentas excesivo que trata de regularizarse a través del ajuste secundario se ha producido desde España hacia el exterior (menor gasto comprobado) o que ha existido un menor flujo de rentas que el debido desde el exterior hacia España. Por tanto, el ajuste primario sería el incremen­ to de la base imponible del establecimiento perma­ nente y el ajuste secundario recalificará ese flujo de rentas excesivo o el déficit del mismo, consideran­ do que ha existido una distribución de Rentas 233 Cuadernos de Formación. Colaboración 21/10. Volumen 10/2010 desde el establecimiento permanente a la casa cen­ tral y aplicando el tipo impositivo del 18 por 100, tal y como prevé la LIRNR. 3.4. Otros supuestos. Ajustes realizados desde el exterior En operaciones internacionales debe recordar­ se una vez más que los Estados, soberanos fiscal­ mente, tratarán de elevar las bases imponibles correspondientes a sus contribuyentes de forma que los ajustes fiscales que se realizarán derivados de la existencia de operaciones vinculadas, serán, generalmente, los descritos con anterioridad. No obstante lo anterior, no es menos cierto que nada impide que puedan realizarse ajustes inversos y que en los casos de ajustes realizados desde el exterior, nuestro Estado puede ser “receptor de ajustes”. Tradicionalmente éstos han sido los supuestos más habituales en precios de transferen­ cia: se realizan más ajustes desde el exterior que desde España, de forma que los eventuales proce­ dimientos amistosos en los que participa nuestro Estado son originados por ajustes primarios cele­ brados anteriormente desde el extranjero que, evidentemente, aumentan la base imponible de sociedades foráneas. En estos supuestos nuestra Administración tributaria debe realizar el ajuste correlativo o bilateral. Con estos antecedentes se debe analizar la posible trascendencia que puede tener el ajuste secundario. Analizaremos diferen­ tes posibilidades: a) Matriz extranjera vs. filial española. Se habrá producido en el tercer Estado un aumento de base imponible de su sociedad. Nues­ tra Administración tributaria deberá disminuir la base imponible de nuestro Estado para así eliminar la doble imposición, bien aceptando plenamente el ajuste primario efectuado, o bien como conse­ cuencia del acuerdo adoptado en el eventual pro­ cedimiento amistoso celebrado. En todo caso, se realizará, con uno u otro importe, un ajuste corre­ lativo que minorará la base imponible del contribu­ yente nacional. Además, se habrá producido un flujo de rentas desde el extranjero hasta España excesivo en el importe del ajuste realizado. Este ajuste secundario es considerado por nuestra norma interna de la siguiente forma: — Por la parte de la diferencia que se corres­ ponda con el porcentaje de participación: aportación del socio a los fondos propios de la entidad. Es decir, se entiende que la sociedad matriz extranjera ha aumentado el valor de adquisición de su participación social. — Sería de aplicación la nueva redacción del artículo 19. 2 de la LITP y debería sujetar­ se a tributación dicho importe por el con­ cepto operaciones societarias. — Por la parte de la diferencia que no se corresponda con el porcentaje de partici­ pación en la entidad: renta para la sociedad española y liberalidad para la extranjera. La conclusión parece evidente: con la introduc­ ción del ajuste secundario en nuestra norma inter­ na las consecuencias fiscales para nuestro Estado derivadas de ser receptores de ajustes efectuados por otros Estados pueden atenuarse, de forma que nuestra Administración no debe limitarse a efec­ tuar el ajuste correlativo (menor base imponible en nuestras filiales) sino que debe aprovechar las posi­ bilidades normativas actuales y aplicar el ajuste secundario. Todo ello teniendo en cuenta los posi­ bles problemas procedimentales, en especial la prescripción, que se analizan posteriormente. b) Matriz española vs. filial extranjera. Se habrá producido en el tercer Estado un aumento de base imponible de su sociedad. Del mismo modo que en el supuesto anterior, nuestra Administración tributaria deberá disminuir la base imponible de nuestro Estado para así eliminar la doble imposición, bien aceptando plenamente el ajuste primario efectuado, o bien como conse­ cuencia del acuerdo adoptado en el eventual pro­ cedimiento amistoso celebrado. En todo caso, se realizará, con uno u otro importe, un ajuste corre­ lativo que minorará la base imponible del contribu­ yente nacional. Además, se habrá producido un flujo de rentas desde el extranjero hacia España excesivo, en el importe del ajuste realizado. Este ajuste secundario es considerado por nuestra norma interna de la siguiente forma: — Por la parte de participación de la matriz en la filial: reparto de dividendos. — Por la parte que no se corresponda con la participación: utilidad percibida de una enti­ dad por la condición de socio, accionista, asociado o partícipe. En este caso, y teniendo en cuenta los límites apuntados establecidos tanto en los Convenios como en la Directiva 2003/123/CE, sería de aplica­ ción el artículo 21 de la LIS y, de cumplirse los requisitos que este precepto establece, se conside­ raría exento el dividendo. De no ser así por incum­ plimiento de dichos requisitos, el dividendo tributaría en España, y sería deducible, en aplica­ ción de los mecanismos previstos en la normativa reguladora del Impuesto sobre sociedades, el impuesto de salida eventualmente pagado en el 234 El ajuste secundario en operaciones vinculadas. Incidencia en operaciones internacionales J UA N LUIS S ENDÍN C IFUENTES extranjero, en orden a eliminar la posible doble imposición internacional. En cuanto a la parte del ajuste secundario que no se corresponda con la participación en la filial, se consideraría como utilidad percibida de una entidad por la condición de socio, accionista, asociado o partícipe, lo que impediría la aplicación del artículo 21 de la LIS, aunque no los mecanismos aplicables para impedir la doble tributación por el impuesto de salida eventualmente pagado en el extranjero. 4. PROCEDIMIENTO 4.1. El procedimiento de regularización de operaciones vinculadas El artículo 16. 9 de la LIS regula los aspectos pro­ cedimentales exigidos para la realización del ajuste primario relativo a las operaciones vinculadas. En dicho apartado se realiza una remisión al Reglamento, que ha regulado la materia mediante la nueva redac­ ción del artículo 21 del RIS, recientemente modifica­ do por el Real Decreto 1793/2008. Son destacables las siguientes notas del régimen procedimental: — La regularización se realizará en acta distin­ ta de la que deba formalizarse por los demás elementos de la obligación tributa­ ria. La liquidación realzada será provisional. — El procedimiento regulado en este artículo no se aplicará a las personas o entidades afectadas por la corrección valorativa que no sean residentes en territorio español o establecimientos permanentes situados en el mismo, de acuerdo con lo dispuesto en el número 4.o del apartado 9 del artículo 16 de la Ley. — Las personas o entidades afectadas no residentes en territorio español, salvo que se trate de establecimientos permanentes radicados en el mismo, que puedan invo­ car un tratado o convenio que haya pasa­ do a formar parte del ordenamiento interno, deberán acudir al procedimiento amistoso o al procedimiento arbitral para eliminar la posible doble imposición gene­ rada por la corrección valorativa, de acuerdo con lo dispuesto en el número 5.o del apartado 9 del artículo 16 de la Ley. 4.2. Ausencia de regulación del procedimiento para realizar el ajuste secundario La profusa regulación del procedimiento para realizar el ajuste primario y el bilateral carece de correlato en cuanto a la regulación procedimental del ajuste secundario. Dicha ausencia de regulación obliga a realizar diversas interpretaciones respecto de las cuestiones fundamentales que se pueden plantear en cuanto al procedimiento para la realiza­ ción del mismo. En primer lugar cabe plantearse si la regularización derivada del ajuste secundario debe realizarse también en un acta de inspección diferente de la que contenga la regularización de otros elementos de la obligación tributaria, incluso diferente del acta que contenga el ajuste primario. Tanto para solucionar esta cuestión como otras relativas al procedimiento que deberá seguirse, hay que plantearse ineludiblemente si el ajuste secun­ dario tiene carácter autónomo o si es una conse­ cuencia indisoluble del ajuste primario. En el caso que ahora nos ocupa, lo más aconsejable desde el punto de vista de la eficacia procedimental es con­ cluir que la regularización del ajuste secundario se realice junto con el ajuste primario, incluso en el mismo acta de inspección. Pensemos en las posi­ bles consecuencias que tendría la existencia de dos liquidaciones administrativas con tramitación sepa­ rada y con la peculiaridad de que una de ellas (la que contiene el ajuste secundario) dependa direc­ tamente de la otra (el ajuste primario realizado) Lo anterior dificultaría sobremanera la tramitación administrativa, supondría obstáculos para el contri­ buyente, obligándole a la interposición de varios recursos o reclamaciones, incluso posiblemente ante diferentes Tribunales. En orden a la simplifica­ ción administrativa y al objetivo de facilitar al máxi­ mo la tramitación para el sujeto pasivo, lo más idóneo es que ambas regularizaciones (la del ajuste primario y la del secundario) se realicen en una única acta de inspección de la que se derive una única liquidación administrativa. No obstante, esta solución, aparte de que no está considerada en la norma, no puede aplicarse a todos los casos, dado que no en todos los supuestos el concepto imposi­ tivo que se regularice en el ajuste primario será el mismo que el que se regularice en el secundario. Por mucho que se pretenda realizar un esfuerzo de simplificación, cuando el concepto impositivo regu­ larizado en el ajuste primario sea diferente del regularizado en el secundario la existencia de una única acta de inspección no será posible. Así, ima­ ginemos un supuesto de ajuste primario por opera­ ciones vinculadas entre una sociedad matriz extranjera y una filial española, del que se deriva un aumento de base imponible de esta última. El ajus­ te secundario consideraría la existencia de dividen­ dos a favor de matriz extranjera, con posibilidad de que proceda la retención sobre los mismos. Existi­ rían dos actas de inspección: una por el concepto impositivo Impuesto sobre Sociedades (el ajuste 235 Cuadernos de Formación. Colaboración 21/10. Volumen 10/2010 primario) y otra por el IRNR (retención sobre divi­ dendos). 4.3. Peculiaridades de operaciones internacionales. Especial referencia al procedimiento amistoso y al procedimiento arbitral La norma reguladora de las operaciones vincu­ ladas se remite a los procedimientos amistosos y al arbitral para la realización del ajuste correlativo o bilateral (art. 21. 5 del Reglamento). Como se ha realizado hasta el momento de la reforma, si la Administración “receptora” del ajuste bilateral (generalmente consistente en una disminución de la base imponible) no acepta la regularización pro­ puesta por la Administración que realiza el ajuste primario (generalmente aumento de bases imponi­ bles) el sujeto pasivo afectado debe acudir al pro­ cedimiento amistoso o al arbitral. Una vez más, nada se dice del ajuste secundario. Con la premisa de que éste va indisolublemente unido al ajuste pri­ mario, podemos concluir que la decisión que se tome respecto de éste debe incidir plenamente en la liquidación administrativa practicada respecto del ajuste secundario. Sería ilógico que un ajuste primario matizado o corregido en un procedimien­ to amistoso no despliegue sus efectos en el ajuste secundario, sin posibilidad de que éste se vea afec­ tado por dicha corrección. Varias son las cuestio­ nes que pueden surgir, características de los ajustes realizados en operaciones internacionales. Si el ajuste primario es realizado por la Administración española ésta podrá realizar el ajuste secundario al mismo tiempo que el primario. Si posteriormente, como consecuencia de que el otro Estado no reali­ ce el correspondiente ajuste correlativo o bilateral y, en su caso, se resuelva el contencioso con un pro­ cedimiento amistoso, deba corregirse la valoración efectuada, tal y como preceptúa el artículo 15. 3 del Real Decreto 1794/2008, de 3 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de procedimien­ tos amistosos en materia de imposición directa (BOE de 18 de noviembre de 2008), se practicará una liquidación correspondiente al último periodo impositivo cuyo plazo reglamentario de declara­ ción estuviese vencido en el momento en que se produzca la firmeza del acuerdo derivado del pro­ cedimiento amistoso. La misma solución, aunque no se prevea expresamente por la norma, debería adoptarse para corregir el ajuste secundario reali­ zado, de forma que ambos tengan un tratamiento simultáneo coherente con el principio básico de que el ajuste secundario depende directamente del primario, sin que se considere necesario abrir un procedimiento amistoso diferente para el ajuste secundario del instado para el primario. Ambas cuestiones deberían resolverse de forma simultá­ nea. Si el ajuste primario es realizado por una Administración extranjera, la Administración espa­ ñola deberá realizar el ajuste correlativo o bilateral, generalmente mediante la disminución de la base imponible de la sociedad española. Si no acepta el ajuste primario realizado por el otro Estado, lo más lógico es que se inicie un procedimiento amistoso. Cuando el mismo termine con el oportuno acuer­ do, deberá efectuarse el ajuste bilateral conforme al acuerdo adoptado. En este caso, el artículo 20 del citado Real Decreto 1794/2008 se remite en cuanto a su ejecución al artículo 15. 3 y también se practicará una liquidación correspondiente al últi­ mo periodo impositivo cuyo plazo reglamentario de declaración estuviese vencido en el momento en que se produzca la firmeza del acuerdo deriva­ do del procedimiento amistoso. En relación con el ajuste secundario, como consecuencia de los ajus­ tes previos realizados es posible que la Administra­ ción española tenga amparo normativo para realizarlo, independientemente de que el ajuste primario haya sido realizado por una Administra­ ción extranjera. En este supuesto se debe determi­ nar en qué momento procedimental debe realizarse, si cuando la Administración española recibe la solicitud de realización del ajuste bilateral o si cuando se resuelve el procedimiento amistoso y el ajuste primario queda definitivamente cerrado. Es más lógico pensar en esta segunda opción como la más aconsejable, dado que es en ese momento cuando el ajuste primario, del que depende de manera absoluta el secundario, queda completa­ mente cerrado. El problema que puede surgir es el de la prescripción salvo que se entienda que la forma de realizarlo sea también una liquidación relativa al último periodo impositivo cuyo plazo reglamentario de declaración estuviese vencido en el momento en que se produzca la firmeza del acuerdo derivado del procedimiento amistoso. Si esta forma de realizarlo no se considerara proce­ dente debería regularizarse el ajuste secundario de la forma más rápida posible, en el momento en que se conozca el ajuste primario realizado, para evitar el riesgo de que se pierda la posibilidad de realiza­ ción del ajuste secundario. Independientemente de las conclusiones ante­ riores, también cabe la posibilidad de instar un procedimiento amistoso, o, en su caso, un arbitral, como consecuencia exclusivamente de la posible doble imposición que ha generado el ajuste secun­ dario. Pensemos en el caso de que los Estados implicados estén de acuerdo con los ajustes reali­ zados previamente, tanto el primario como el 236 El ajuste secundario en operaciones vinculadas. Incidencia en operaciones internacionales J UA N LUIS S ENDÍN C IFUENTES correlativo o bilateral, pero que la discrepancia se produce respecto de la regularización derivada del ajuste secundario. En este supuesto, es perfecta­ mente posible instar un procedimiento amistoso exclusivamente dirigido a eliminar la doble imposi­ ción generada por el ajuste secundario. En cuanto al procedimiento, se simplifica respecto de los anteriores supuestos comentados, dado que ya no existirán dos procedimientos abiertos o uno que incluya todos los ajustes realizados, sino uno sólo, que facilitará la tramitación. Así, se aplicará lo pre­ ceptuado en el artículo 15. 3 del Real Decreto 1794/2008. La existencia de procedimientos amis­ tosos relativos en exclusiva a la regularización efectuada respecto del ajuste secundario puede darse habitualmente en la práctica, dada la hetero­ geneidad de las normas de Derecho comparado en cuanto a la regulación del mismo. Recordemos que en las Directrices de la OCDE aplicables en mate­ ria de precios de transferencia a empresas multina­ cionales y Administraciones Tributarias no se recomienda ni se prohíbe su regulación, y que en el modelo de Convenio OCDE se contempla la materia desde la misma perspectiva. Así, la armo­ nización normativa que poco a poco se va produ­ ciendo en materia de precios de transferencia no lo está siendo en tanta medida en cuanto a las pre­ visiones normativas relativas al ajuste secundario, por lo que, puede ser habitual la discrepancia nor­ mativa existente entre Estados que deba resolver­ se a través del correspondiente procedimiento amistoso. 5. 5.1. SANCIONABILIDAD DE LA CONDUCTA Referencia al ajuste primario La modificación operada en la normativa regu­ ladora de operaciones vinculadas prevé la imposi­ ción de sanciones administrativas ligadas a la documentación exigida en que se ampare la valora­ ción efectuada por el contribuyente, Así, si la docu­ mentación no es aportada o se aporta de forma incompleta, inexacta o con datos falsos, o si la valo­ ración declarada no se deriva de la documentación prevista en la normativa, dichas conductas serán sancionables. La sanción será proporcional si el valor comprobado por la Administración difiere del declarado y se da alguna de las circunstancias ante­ riores. A lo largo del presente estudio se ha con­ cluido que en nada difiere la regulación de las operaciones vinculadas internas de las internacio­ nales. Por tanto, es fácil concluir que si se dan las circunstancias antedichas, la regularización deriva­ da del ajuste primario efectuado en operaciones internacionales puede y debe ser sancionable. 5.2. Conclusiones en ajuste secundario Sentado lo anterior y teniendo en cuenta que la regularización derivada del ajuste secundario es consecuencia directa de un ajuste primario efec­ tuado, la calificación de éste en relación con su posible sancionabilidad condiciona la existencia de infracción en el ajuste secundario. Es cierto que en lo que respecta al ajuste secundario parece más difícil, desde el punto de vista de la lógica tributa­ ria, entender que pueda ser sancionable, dado que es una consecuencia presumida por la norma, deri­ vada directamente de un ajuste previo. Pero no es menos cierto que deberá analizarse individualmen­ te cada supuesto en orden a determinar si efectiva­ mente nos encontramos ante un supuesto infractor o no. Establecer conclusiones apriorísticas que puedan ser aplicables a todos los casos posibles no es en absoluto aconsejable, de forma que, sin des­ cartar en todo caso la posible sancionabilidad de la regularización derivada del ajuste secundario, debe analizarse caso a caso y determinarse, valorando de forma conjunta la actitud del contribuyente, la procedencia o improcedencia de la calificación de la conducta del sujeto pasivo como constitutiva de infracción administrativa. BIBLIOGRAFÍA CALDERÓN CARRERO, J. M., y RUIZ GARCÍA, J. R. (2004): Comentarios a los Convenios para evitar la doble imposición preve­ nir la evasión fiscal concluidos por España, Instituto de Estudios Económicos de Galicia, A Coruña. OCDE (2004): Directrices aplicables en materia de precios de transferencia a empresas multinacionales y administraciones tributarias, OCDE, IEF, SHCP, SAT. PETERSON, S. D., y HORMER, S. F. (1996): “Secondary Adjustments ans Related Aspects of Transfer Pricing Corrections”, en IFA, Secondary Adjustments ans Related Aspects of Transfer Pricing Corrections, proceedings of a Seminar held in Toronto, vol. 19. b, Kluwer. VOGEL, K. (1997): Klaus Vogel on Double Taxation Convenions, Kluwer Law International, 3.a ed. 237
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