¿CÓMO DEBE EL HOMBRE ACTUAR MIENTRAS DIOS DECIDE

¿CÓMO DEBE EL HOMBRE ACTUAR MIENTRAS DIOS DECIDE REVELARSE?
Esta pregunta me causó gracia y suspenso al mismo tiempo al leerla, ya que, en
este momento mi corazón está pidiendo de parte de Dios ciertas respuestas, pero Dios
no ha decidido revelarse aún. En el caso de Job la situación suele ser mucho más
trágica y profunda. Este hombre estaba entregado propiamente a Dios, hacía todo
conforme lo que Él pidiera, vivía de manera para agradarle en todo (v. 1:1). Sin
embargo, hubo en su vida ese período de tiempo en el que esperaba una luz pequeña
de parte de Dios llena de respuestas para su vida.
Muchas veces nos preguntamos por qué pasan situaciones malas cuando se
está haciendo todo bien delante de Dios, vivimos una vida consagrada, oramos,
trabajamos para Dios, en fin, todo gira alrededor de el dueño del universo, pero aún así
vienen a nuestra vida asuntos que no están bien: un pariente enfermo, se daña algo en
casa, el carro, los problemas de la familia, la economía, los hijos desobedientes, etc.
Esto no quiere decir que por ser hijos de Dios nunca vamos a padecer, al contrario, la
Biblia dice que pasaremos aflicción que debemos esperar tenerla (Juan 16:33).
En el caso de Job, el ser una persona recta y justa; permitió que viniera la prueba
de manera repentina, si hubiera sido malo, posiblemente diríamos que recibió lo que
merecía. No obstante, Dios permite que Satanás tiente contra todo lo que tenía Job
tanto materialmente, emocionalmente y hasta la parte física. Esto es muestra de que
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Dios sabía quién era Job y era tiempo de probar quién era Dios para Job (v. 1:12 – 17).
Así es para los creyentes, siempre debemos preparar nuestra vida para momentos
como estos, donde Dios permitirá que se muevan las aguas de nuestra comodidad para
probarnos en fe.
En este momento, al finalizar el capítulo uno, Job tiene que empezar a confiar en
Dios y en todo lo que ha aprendido de Él hasta este día para ponerlo en práctica (v.
1:21). Los hijos de Dios debemos poner en práctica lo aprendido cuando viene la
tentación o la prueba, no se trata de conocer a Dios en momentos fáciles de la vida,
sino en los momentos de dificultad es cuando probamos quiénes somos y quién
realmente es Dios para nosotros.
En lo personal, creo que Dios pone respiros de alivios y apoyo a nuestro
alrededor cuando estamos en momentos así; estos pueden ser: Su Palabra, las
predicaciones, la oración, y por qué no, un amigo (a) para que nos hable. Posiblemente
Job al ver llegar tres de sus amigos pensó en que tendría alivio, un apoyo para lo que le
estaba pasando, más esto no fue así. (v. 2:11 – 13) Tal ves esperamos que Dios nos de
una luz, se revele o muestre a través de una persona cercana a nosotros pero no
siempre es así, sino todo lo contrario, estas personas se muestran como enemigos
culpándonos, señalándonos por nuestro pecado o lo supuesto que hayamos hecho.
No siempre estos amigos pueden venir de Dios, en cambio puede ser una
prueba más en nuestra vida, una forma de que esto nos lleve a desesperarnos más
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como en el caso de Job, donde contestaba reiteradamente que él no tenía la culpa de lo
que le estaba pasando. (v. 6:21 – 30). Esa luz donde él esperaba que Dios le hablara,
contestara a muchas de sus preguntas, sus amigos lo que hicieron fue hundirlo y
calificarlo de pecador e hipócrita.
Hay algo importante que debemos entender, Dios no piensa como nosotros y su
gloria va más allá de lo que alguien en el mundo se puede imaginar. En Isaías 55 8
dice: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos
mis caminos, dijo Jehová.” Nunca lograremos entender, ni debemos tratar de entender
lo que Dios piensa porque esto nunca será lo que nosotros entendemos. Dios es
infinito, supremo, santo y justo en todo lo que hace. Pablo dijo: “… ¡Cuán insondables
son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque quién entendió la mente del
Señor? ¿O quién fue su consejero? (Romanos 11:33 – 34) Debemos entender que Dios
no necesita de nuestros consejos o de nuestras advertencias, es Él quien decide y tiene
un plan perfecto para nosotros.
Nuestros problemas o situaciones siempre serán pequeños cuando lo
comparamos con la grandeza de Dios. Estos nunca deben abrumarnos, fastidiarnos,
cargarnos; sino debemos entender en nuestro corazón que Dios está ahí con nosotros.
Aún si Él permite que pasen situaciones incómodas como en el caso de Job, todavía
podemos confiar en ÉL y permanecer fieles porque sabemos que Él controla todo.
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El Salmo 42:11 dice: ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro
de mí? Espera en Dios; porque AÚN he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Este
versículo debe confortarnos porque sí pasamos situaciones muy difíciles y sobretodo
donde no vemos luz alguna, pero Dios sí tiene todo el cuadro, Él tiene todo bajo control,
es ahí donde nosotros tenemos que llegar. Job defendió su vida con todo lo que pudo,
siempre se defendió porque sabía que no había hecho nada malo, hasta retó a Dios en
que le escuchara y que después le respondiera (v. 13:22) ¡Cuántas veces hemos
intentado nosotros justificarnos o decirle a Dios “cómo son las cosas”! Pero nos
olvidamos que Él es soberano y justo con todos. Sin embargo, Job al final se arrepiente
de decir algunas cosas que tal vez no debió (v.42:3).
Dios siempre ha buscado la manera de revelarse a sí mismo a través del
hombre. Se reveló a través de la creación (Romanos 1:19 – 20), a través de la Palabra
viviente, el Señor Jesucristo (Hebreos 1:1 – 2), y a través de la Biblia. Así, cuando Job
retó a Dios a que le escuchara, Dios le hizo un reto a él; éste ya era el tiempo para que
Dios se le revelara, pero esta vez no fue Job quien habló, sino Dios. (v. 38:3). Job no
pudo contestar ni una sola pregunta de las que Dios hizo, aun cuando él pensó tener
todas las respuestas. Así se dio cuenta de que él no era nada, ni nadie para retar a Dios
y fue una prueba de lo poco que sabía.
Después de esto, Job se llama a sí mismo “un vil… Mi mano pongo sobre mi
boca” (v. 40:4) Esto nos enseña que al estar ante la grandeza de Dios, nadie
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permanece en pie ni mucho menos podemos tener nuestra cabeza alzada esperando
que Dios nos de cuentas de lo que hace, aunque en nuestra poca y fea naturaleza lo
queramos hacer. Pero, es Dios quien tiene toda potestad sobre nosotros y debemos
recordar que Él es quien nos moldea a su gusto.
La respuesta absoluta para contestar, ¿cómo debemos actuar mientras Dios
decide revelarse? Es: “Alabanza y Sumisión Personal” Job aprendió acerca de su fe,
que la respuesta ante la adversidad es la fe, que esta complace a Dios (Hebreos 11:6).
Muchas situaciones emprenderemos en la vida pero la respuesta de fe y humildad ante
Dios no pueden faltar. Digamos lo que Job mencionó: “Yo conozco que todo lo puedes,
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.”
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