1S8 Ciertos caracteres de las encinas y géneros afines varían frecuentemente en el mismo ramo y de seguro no sirven para constituir especies. Creo que á pesar de la diversidad de opi­ niones que hay para definir la especie, y de todas las hipótesis sobre su origen, ningún botánico h a b r á admitido que pueda nunca considerarse como especifico un carácter que varié en el mismo ramo ó en el mismo árbol. Algunos juiciosos y buenos observadores, por ej. MM. W e b b y J. Gay, habían notado las variaciones que refiero: yo no hago mas que seguir sus huellas, aunque procurando m e ­ todizar mas para poder justificar mis conclusiones ante los que duden de ellas ( 1 ) . Cuando las variaciones en un mismo ramo son m u y m a r ­ cadas, como por ej. tener las hojas enteras ó dentadas, la parle inferior del limbo obtusa ó aguda, he observado, al menos en las formas que abundan en los herbarios, cuantos ramos pre­ sentaban el mismo carácter en u n cierto número. Puedo decir por ejemplo que de ochenta y cuatro ejemplares del Q. coccifera v a r . a observados en mi herbario, en el de M. Boissier y en el de Florencia, presentan 13 en el mismo r a m o hojas ente­ ras y dentadas, mientras que en los demás, ó son completa­ mente enteras ó dentadas. Desgraciadamente la mayor parle de los caracteres no se prestan á semejantes cálculos. Hay v a ­ riaciones en que las transiciones son muchas é insensibles: por (l) Con este fin me he fijado en algunos procedimientos de precisión: así en el artículo de las cupulíferas del Prodromus, siem­ pre que me valga de la palabra vel para indicar que dos formas existen en un grupo, como por ejemplo folia basi acata vel obtusa ó perigonium ü-fidum vel B-parlilum^ significará que en el mismo ra­ mo, en los ejemplares que he visto, unas hojas son agudas y otras obtusas en la base, ó los perigonios de las flores masculinas unos ü-fidos y otros S-partidos. Habiendo observado ambos caracteres en dos ramos diferentes diré folia nunc basi acata, nunc obtusa, ó me valdré de otra espresion que no sea la palabra vel. Admitida una vez esta convención arbitraria de lenguaje, es fácil comprender la precisión que de ella resulta, y cuánto mas cómodo es esto que re­ currir continuamente á perífrasis de las cuales se deja ó se supri­ me mucho para abreviar.