Texto analítico metamatrices de respuesta (correctas e incorrectas)

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Texto analítico metamatrices de respuesta (correctas e incorrectas)
METAMATRIZ DE RESPUESTAS CORRECTAS
Introducción
En la metamatriz de variables presentes en las respuestas correctas se organizan dichas variables para
cada una de las tareas en cada uno de los sujetos; la idea era poder analizar de manera más sintética cada
desempeño en búsqueda de patrones o comportamientos similares que pudiesen dar luces frente a la
pregunta de la investigación. Este ejercicio, a su vez, permitió hacer una nueva revisión de la aplicación
de todos los códigos en cada sujeto, para asegurar que esta fuera más uniforme entre todos los grupos y
todos los participantes. Así fue como, efectivamente, se pudieron corregir ciertas inconsistencias y
depurar toda la codificación.
Ahora, dado que el objetivo principal era poder analizar cómo llegaron los sujetos a responder
correctamente a los ejercicios, en su construcción se optó por no presentar los códigos correspondientes
a los episodios en los que los participantes, luego de dar la respuesta correcta, se dedicaban a explorarla,
ahondar en ella o a revisarla. En esos casos se añadió la nota “Hay más códigos, pero de revisión”. Pero en los
casos en los que, luego de dar la respuesta correcta, el sujeto pasaba a explicarla, estos códigos sí fueron
incluidos, pero empleando un color diferente. Otro elemento que se incluyó, pero que no fue codificado,
fueron las pausas en la lectura; en este caso, se consideró que podrían tal vez tener alguna relación frente
al fenómeno estudiado. Por otra parte, aunque en ciertas retrospecciones aparecieron también elementos
ciertamente claves, se tomó la decisión de no incluirlos en esta matriz por no ser parte directa e inmediata
del proceso cognitivo de resolución de la tarea.
Por otra parte, ya que se buscaba una versión simplificada de los procesos de resolución, la cual permitiera
hacer comparaciones fácilmente entre todos los casos, se optó por unificar los diferentes códigos de
relectura en solo dos: relectura de las premisas (incluida la conclusión) y relectura de la información de
contexto. Esto debido a que dichos códigos fueron los que se repitieron con mayor frecuencia y el incluir
absolutamente todos los códigos hacían que su presentación en la matriz en ciertos casos perdiera la
simplicidad buscada.
Luego de terminada esta metamatriz, se decidió realizar también una que representara las respuestas
correctas obtenidas durante la fase segunda fase (hint), con el fin de explorar allí también patrones o casos
atípicos. Finalmente, se procedió a realizar la cuantificación de la aparición de los códigos en cada sujeto
y en cada fase, como un nuevo nivel de abstracción de la información sobre el cual trabajar.
Descripción y análisis
En la metamatriz de respuestas correctas (primera fase) se encuentran los 191 casos de dicho tipo de respuestas
(de los 48 posibles) en los que se presentan en orden de aparición en cada caso los 17 principales códigos
que podrían ayudar a explicar el proceso de obtención de estos resultados. Por esta razón, y por haber
sido descartados en análisis previos como variables influyentes, no se incluyeron códigos como
‘kinésica>otros’, ‘kinésica respuesta correcta’, ‘prosodia error’ o ‘metacognición’.
Hay que recordar que aunque hay 19 respuestas correctas, para dos de ellas (del participante 4.01) no hay una
codificación completa dado que no fueron capturadas en video. En estos dos casos solo que pudieron “rescatar”
un par de códigos y, en consecuencia, en los análisis de la información solo se incluirán en tanto que respuestas
correctas y para el resto de los análisis se emplearán las 17 respuestas restantes.
1
Ahora, si se eliminan las doce tareas del grupo de comparación (el primero), esas 19 respuestas correctas
de la primera fase significan que los filósofos contestaron correctamente el 52,7% de las tareas (mientras
que el grupo de comparación no tuvo ninguna), lo que implica un desempeño bastante bueno teniendo
en cuenta la naturaleza y dificultad misma de la prueba; pero como se mencionó en las descripciones
generales de los grupos, estos resultados también parecen sugerir que varios de los sujetos, si bien no
demuestran en su totalidad una habilidad lógico-deductiva plenamente desarrollada, sí un camino hacia
ella. Por otra parte, si se comparan sus desempeños con los del primer grupo y se atiende a su coherencia
general, ello parecería indicar que sus respuestas no son producto de la suerte.
A simple vista se pueden ver las tendencias que ya se conocían desde el proceso de descripción y
codificación de los protocolos, a saber, los mejores desempeños de los grupos 2 (salvo 2.01) y 4, frente a
los restantes, y una mayor cantidad de códigos empleados en las descripciones del grupo 4 que dan cuenta
aparentemente de un mayor nivel de análisis (o de trabajo) de este grupo frente a las tareas.
En la búsqueda del funcionamiento de la sensitividad, esta metamatriz proporciona un hecho
significativo: en prácticamente todos los casos aparece bien sea el código ‘relectura premisas’ (13 de 17),
el código ‘reconstrucción del condicional’ (12 de 17) o ambos (9 de 17). El primer caso (esto es, el de la
relectura exclusivamente de las premisas) pareciera indicar con bastante fuerza que los sujetos
reconocieron (incluso fuera de sus procesos conscientes) la existencia del condicional durante su primera
lectura del texto; dicho de otra manera, fueron capaces de identificar que las partes claves de cada una de
las lecturas eran aquellas que contenían ya fueran las premisas o la conclusión del argumento. Si no fuera
así, se esperaría que hubiesen releído la lectura de manera completa, o que fijaran su atención también en
otros elementos de los textos diferentes a estos. No obstante, la lectura de la información de contexto
solo ocurre en cuatro casos y en dos sujetos, y en uno de ellos (4.03) su protocolo sugiere que dicha
relectura es más una estrategia de revisión que una falla en la identificación de las premisas. Por lo tanto,
todo lo anterior apunta, como se dijo varias veces en las descripciones de los protocolos, que la respuesta
con un mayor soporte en los protocolos es que la sensitividad está relacionada a un reconocimiento de
patrones.
Si este es el caso, ¿qué otros elementos en los protocolos apuntan a un reconocimiento de patrones?, o
dicho de otra manera, ¿el reconocimiento de patrones (o la identificación de lo importante) deja alguna
“marca” en los protocolos? Desde la recolección misma de la información fueron bastante notorios dos
procesos: la kinésica y la prosodia durante la lectura del condicional, que son precisamente dos de las
cinco variables con mayor frecuencia en las respuestas correctas, y que pudiesen señalar también un
reconocimiento de patrones.
El análisis general de todos los protocolos muestra que todos los códigos relativos a estas dos variables
(dentro o fuera de la lectura del condicional) son unos de los de mayor presencia general (‘kinésica’ con
132 aplicaciones y ‘prosodia’ con 81); por esta razón en algún momento su importancia pareció diluirse.
Sin embargo, cuando se analizan estos códigos exclusivamente referidos a la lectura del condicional su
importancia renace, viéndose expresados en 14 de las 17 respuestas correctas.
La prosodia casi se puede entender como una estrategia del sujeto para subrayar (para sí mismo) las
palabras o segmentos claves durante la lectura; y el hecho de que las palabras más marcadas
prosódicamente sean partes de las cláusulas condicionales, podría significar que los sujetos están
reconociendo precisamente esos elementos como los centrales dentro de las lecturas.
Sin embargo, se puede observar un fenómeno extraño: en las respuestas de la segunda fase (correctas e
incorrectas), mientras que la kinésica desaparece por completo, con la prosodia ocurre el efecto contrario:
sus expresiones se mantienen muy altas salvo en las respuestas correctas de la segunda fase. ¿Cómo
entender estos resultados?
Para el caso de la prosodia en la primera fase, se puede observar una ligera variación en los momentos
marcados prosódicamente: si bien aparecen partes de las cláusulas del condicional, los elementos que más
se repiten son los textos que marcan la conclusión: “por lo tanto” y “sin embargo”; lo que podría significar
que los participantes quieren marcar la conclusión, pero tal vez no han interpretado a dicha conclusión
como parte de una deducción. Por su parte, la enorme presencia de la prosodia en todas las respuestas
de la segunda fase es obvia: estas versiones de las lecturas tenían marcadas con negrilla las oraciones del
condicional, lo que influyó claramente en la lectura misma de los sujetos. No obstante, por el momento
no tengo respuesta para la ausencia casi total de prosodia y kinésica en las respuestas correctas de la
segunda fase.
Por su parte, y de manera diferente a la prosodia, la kinésica implica reacciones casi involuntarias (o la
menos fuera del control consciente) que reflejan las reacciones de los sujetos ante segmentos de las
lecturas, y en ello radica fundamentalmente su fuerza (especialmente como vamos a ver más adelante).
Pero en el punto que estamos tratando en este momento, resulta significativo el hecho de que en las
respuestas correctas la kinésica durante el condicional se exprese en 14 ocasiones, mientras que en las
respuestas incorrectas de la misma fase solo aparezca en tres. Una interpretación de esta situación podría
ser que con su kinésica los sujetos están exteriorizando los problemas que encuentran en los
condicionales, los cuales luego los podrán llevar a encontrar la respuesta correcta, mientras que si no los
detectan y, por ende, no los exteriorizan, responderán incorrectamente. Esto desde luego no ocurre en
todas las tareas, pero es una tendencia muy fuerte como para ignorarla.
Por otra parte, si la kinésica apareciese en cualquier momento, poco o nada se podría concluir. En
consecuencia, en la fase próxima de prueba de las hipótesis habrá que revisar si cualquier expresión de la
kinésica en las respuestas correctas aparece con mayor frecuencia en los errores argumentales de los
textos, incluso en los casos en los que los participantes no tienen en su consciencia el hecho de que lo
sean. De ser así, este hecho implicaría que incluso fuera de su consciencia los participantes están
reconociendo, procesando y efectuando deducciones.
Así las cosas, la kinésica y la prosodia al menos muestran ciertas tendencias a explorar. Sin embargo, el
inmenso problema que tienen estos dos códigos es que son bastante especulativos: es posible que
cualquier investigador codifique de forma diferente la prosodia o que considere ciertos otros casos como
parte de la entonación natural; además, es imposible determinar con total seguridad si verdaderamente
hay una voluntad del sujeto (consciente o inconsciente) en marcar con ella algo importante. Además, se
puede argumentar que existen casos de marcados prosódicos también fuera de los condicionales. Por su
parte, aun cuando la kinésica es mucho menos difusa, es decir, su presencia o ausencia es mucho menos
controvertible, su problema radica en la interpretación del gesto particular: ¿el gesto se dirige al contenido
de la lectura o al proceso cognitivo o a otra cosa?
Volvamos ahora al segundo caso de mayor frecuencia: la aparición del código ‘reconstrucción del
condicional’. Si se revisa el momento en el cual aparece dentro de cada protocolo, se puede observar que
ocurre siempre antes de la respuesta correcta, lo que parece sugerir que marca el momento en el que el
sujeto es capaz de establecer el modelo del condicional en su memoria de trabajo, realizar la deducción
esperada y de esa manera poder dar la respuesta correcta. Por lo tanto, más que una estrategia parece ser
el producto de la aplicación de la capacidad para realizar deducciones de los sujetos. Ahora, habría
también que tener en cuenta que esta reconstrucción o armado del modelo del condicional muy
posiblemente pudo haber sucedido sin una verbalización; esto es, pudo haber ocurrido tan rápido que no
le diera tiempo al sujeto para expresarla en su protocolo. Pero para no entrar en el terreno de la
especulación, sí es muy disiente que esta reconstrucción aparezca tan marcada en las respuestas correctas
y solo en dos casos de las respuestas incorrectas (como se verá más tarde).
Según estas observaciones, el modelo general que presenta este análisis es muy similar al que se estableció
frente al comportamiento del grupo 4: un episodio de lectura en el que parecen identificarse los elementos
centrales del argumento (sus premisas y conclusión), una posible2 revisión metacognitiva del texto para
revisar dichos elementos, la posterior detección explícita de la deducción (en el grupo 4), la reconstrucción
del condicional (o, más bien, su confirmación) y, finalmente, la respuesta correcta.
Finalmente, creo que también es relevante plantear que las pausas, como elemento que pudiese reflejar
momentos de reflexión de los sujetos, no tuvieron la presencia esperada. En ellas no se encuentra ningún
patrón distintivo, salvo que casi todos los participantes al menos en una tarea hicieron una pausa antes
de la conclusión; pero ello no dice mucho.
Ahora pasemos a la revisión específica de las respuestas correctas en la segunda fase. La diferencia más
obvia con la anterior es que en este caso solo se completaron correctamente 6 tareas de las 29 que todavía
quedan por responder (20,6%). Sin embargo, al ver la metamatriz es claro que los resultados son tan bajos
prácticamente solo por dos hechos: la dificultad del séptimo ejercicio y el grupo de comparación; de no
ser por lo anterior, los filósofos hubiesen completado todas las tareas salvo 3. Otra característica bastante
notoria es la disminución en la cantidad de códigos, que indica una menor dificultad en encontrar la
respuesta gracias a que esta era la segunda ocasión en la que los sujetos leían la lectura y a que los
elementos del condicional estaban subrayados visiblemente en ella.
Pero aunque con lo anterior se les está dando una clara pista para su resolución, y por esta razón en 4 de
las 6 tareas los participantes explícitamente reconocen que lo que están enfrentando es un ejercicio
deductivo, los dos códigos más significativos de la primera fase también vuelven a aparecer en esta: la
relectura de las premisas y la reconstrucción del condicional. Ello pareciese sugerir el mismo proceso ya
descrito, aunque desde luego en esta ocasión la sensibilidad necesaria para activarlo sea mínima (si es que
se puede decir que exista).
Por otra parte, también es sugerente el hecho de que incluso después de haber identificado (en la primera
fase) o reconocido (en esta) el condicional y en varios casos haberse expresado explícitamente en términos
lógico-formales, los miembros de los grupos 2 y 3 no hubiesen empleado este conocimiento para la
resolución del resto de las tareas y, a su vez, ninguno de ello hubiese logrado completar la séptima tarea.
Como se expresó en la descripción individual de los protocolos, este hecho pareciese indicar una
capacidad y una sensitividad no completamente desarrolladas.
En conclusión, la revisión de todas las respuestas correctas muestra un patrón en general muy coherente
si se tiene en cuenta que son 11 sujetos diferentes y 23 tareas analizadas de las 48 totales. Sin embargo,
¿cómo podrían entenderse estos resultados sin el constructo de la sensitividad?, o dicho de otra manera,
si los participantes no reconocieran la necesidad de aplicar su capacidad deductiva, ¿cómo explicar sus
resultados? Desde luego esta posibilidad se puede explorar exclusivamente en los casos en los que el
sujeto en ningún momento hace uso explícito de la lógica formal. En dichos casos se podría decir que la
deducción se activa de manera automática y que es simplemente un proceso que responde a ciertas
características o estructuras encontradas en las lecturas, lo cual explicaría la cantidad de análisis lógicos
implícitos que aparecen. No obstante, esta lectura debería poder explicar 2 hechos claves: ¿por qué los
sujetos se centran tan claramente en las premisas durante sus relecturas y no en cualquier otro elemento?
y ¿cómo entender que los miembros del grupo 4 explícitamente se dan cuenta que tienen enfrente a una
deducción?
METAMATRIZ DE RESPUESTAS INCORRECTAS
Introducción
Digo posible porque pueden haber casos en los que el sujeto no necesite revisar la lectura porque el condicional
es muy claro para ella o para él.
2
Durante la construcción de la metamatriz de respuestas correctas se hizo bastante patente la necesidad
de comparar ciertos resultados obtenidos con las respuestas incorrectas; así que se tomó la decisión de
construir también la correspondiente. En consecuencia, en este caso el objetivo era identificar los
patrones propios de esta nueva matriz que pudieran dar algún tipo de fundamento para las respuestas
incorrectas y, a continuación, establecer por medio de la comparación entre ambas pruebas en contra o
a favor de la interpretación de los resultados de la primera.
En este caso se resumen las 25 respuestas incorrectas de la primera fase y las 20 de la segunda. Pero no
solo se presentan todos los códigos hasta el momento de la respuesta (como se realizó en la anterior),
sino que también se presenta la clase de respuesta obtenida, dada su variedad. La otra diferencia es que
se presentan ciertos casos en los que los códigos se obtuvieron luego de que el investigador tuviera que
intervenir para presionar por la respuesta; estos códigos son presentados en la tabla con un color
diferente.
Descripción y análisis
Al revisar las frecuencias de los códigos las diferencias con anterior matriz son palpables: si bien dos de
los cinco códigos con mayor número de apariciones los comparten ambas matrices (‘prosodia lectura
condicional’ y ‘análisis lógico implícito’), los otros tres son exclusivos de esta: ‘análisis no lógico’,
‘creencias previas’ y ‘respuesta parcialmente lógica’; mientras que los de mayor frecuencia de la anterior
(‘relectura premisas’ y ‘reconstrucción del condicional’) apenas si aparecen en este caso. Otra tendencia
claramente distinguible es que los códigos ‘respuesta opinión’ y ‘análisis no lógico’ se encuentran
predominantemente en el grupo de comparación, mientras ‘análisis lógico implícito’ y ‘respuesta
parcialmente lógica’ aparecen mayormente en los grupos 2 y 3; lo cual parece probar (como se esperaba)
las capacidades lógicas más desarrolladas de unos frente a los otros gracias a la formación en lógica.
Pero esta situación desde luego indica mucho más que una mera distribución diferente de los códigos
entre los grupos y entre estos casos y los de las respuestas correctas: refuerza la idea que la estructura
general encontrada en la matriz de respuestas correctas es de alguna manera necesaria para lograrlas. Es
así que ninguno de los dos códigos centrales de esta (‘relectura premisas’ y ‘reconstrucción del
condicional’) se encuentran presentes en una misma tarea en los casos actuales.
Ahora, ¿cómo se explican las respuestas incorrectas según los códigos obtenidos? y, más precisamente,
¿la sensitividad (o la falta de ella) es una explicación fuerte y coherente de dichos resultados? Lo primero
que hay que decir es que no hay una única estructura o tendencia general que lleve a las respuestas
incorrectas; en otras palabras, las posibles “causas” de estas respuestas son variadas. En el caso del grupo
1, obviamente sus resultados dan cuenta de la ausencia de una formación en lógica; sus análisis son
realizados por medio de otras herramientas, sus respuestas están basadas principalmente en sus opiniones
y, de forma coherente, tampoco hay ni el más mínimo indicio de un reconocimiento de la estructura
lógica de los textos. Por su parte, los grupos 2 y 3 dos factores están presentes en 9 de las 13 respuestas
incorrectas: ‘análisis argumental’ y ‘creencias previas’, los cuales habían sido notorios también en las
descripciones particulares de los protocolos. En ese momento se pudo establecer que estos
“sobrepasaban” en algunos casos los atisbos de análisis lógicos o sencillamente los reemplazaban por
completo.
Así las cosas, en principio se podría pensar en dos posibles respuestas a nuestra pregunta: o el participante
simplemente no detecta la necesidad del empleo de la lógica o la detecta pero su capacidad argumentativa
es mayor que la lógica. Hay 7 casos en los que, más allá de algunos análisis lógicos implícitos,
prácticamente no hay ninguna señal en los protocolos de algún tipo de detección, lo que respaldaría la
primera opción. En cuanto a la segunda, solo hay un caso que la cumpla: la segunda tarea de la participante
2.01; en este, dicha participante realiza los únicos análisis lógicos explícitos de toda la matriz, pero su
análisis argumental y sus creencias previas los superan. ¿Qué pasa entonces en los 5 casos restantes, en
los que además, están precisamente los únicos casos de relectura de premisas y reconstrucciones del
condicional? Una lectura podría ser que hay un reconocimiento al menos inconsciente de la necesidad de
la lógica, lo que se demuestra por la relectura de las premisas y la reconstrucción de los condicionales,
mas su habilidad lógica no está lo suficientemente desarrollada como para que logren la respuesta
correcta. Otra lectura podría ser que es su sensibilidad la que no está plenamente desarrollada y por ello
no logran detectar conscientemente el uso de su habilidad (y por ello aparecen los análisis lógicos
implícitos que realizan, pero ningún episodio de detección) impidiendo que logren llegar a la respuesta
correcta. Si recordamos los análisis previos de las descripciones de los protocolos, la respuesta tal vez
esté compartida por estas dos opciones.
Por último revisemos las respuestas correctas de la segunda fase. Al final de esta fase, como ya habíamos
establecido, los grupos 2 y 3 ya habían contestado correctamente prácticamente todas las tareas (con
excepción de la séptima), de manera tal que la gran mayoría de los códigos se concentra en el grupo 1.
También es muy notoria la disminución del total de los códigos por tarea, lo que fue una tendencia en
toda la segunda fase y, como sucediera en la primera, una concentración de ciertos códigos en el grupo 1
y de otros en los grupos 2 y 3.
En cuanto a su frecuencia, los dos primeros (‘prosodia lectura condicional’ y ‘análisis no lógico’) son los
mismos con mayor número en la primera fase y los únicos con más de 10 expresiones en esta. La
explicación de la gran cantidad de prosodia ya la realizamos, pero es intrigante que se concentre más en
el grupo 1 que en los otros dos. Por su parte, también es notoria la baja frecuencia de otros códigos que
hemos revisado: la relectura de premisas apenas si aparece (con 3 casos en un único sujeto), una
reconstrucción del condicional en cuatro sujetos y ningún episodio de reconocimiento. Lo extraño es que
todos estos códigos están relacionados con los elementos del condicional que precisamente están
visualmente resaltados; por lo tanto, se esperaría una mayor presencia de estos códigos. Tal vez se podría
pensar que esto se debe a que era la segunda vez que los participantes se enfrentaban a las lecturas, así
que teniendo a las premisas frente a sus ojos ya no era necesario verbalizar su identificación. No obstante,
si se comparan estas frecuencias frente a las respuestas correctas de esta misma fase, hay más apariciones
de estos códigos en un número muy inferior de tareas (6 frente a 20).
Por su parte, también es muy llamativo que en esta fase las respuestas incorrectas de los grupos 2 y 3
básicamente parezcan producirse por únicamente dos razones: la dificultad del séptimo ejercicio y los
análisis argumentales; incluso teniendo al argumento subrayado, estos factores parecen ser tan fuertes
como para que no logren identificar el uso de la deducción. Pero tal vez lo más disiente y lo que respaldaría
nuestra conclusión de que estos sujetos no han desarrollado completamente su habilidad deductiva es
que ninguno de ellos fuera capaz de completar la séptima tarea, incluso cuando tres de ellos desarrollaron
análisis lógicos explícitos durante su trabajo con ella.
METAMATRIZ DE COMPARACIÓN DE LAS VARIABLES PRESENTES POR GRUPO
En estas últimas metamatrices se buscó establecer las diferencias en la aplicación de los códigos en cada
uno de los grupos en comparación con los demás, así como comparar el total de su aplicación por el tipo
de respuesta.
En cuanto a la comparación de los grupos, y como claramente se había establecido desde la recolección
misma de la información, hay dos grupos con resultados opuestos: el grupo de comparación con ninguna
respuesta correcta en las dos primeras fases y el grupo cuatro con todas las respuestas correctas desde la
primera fase; mientras que los grupos 2 y 3 poseen una aplicación de los códigos más o menos equivalente.
Pero los resultados más disientes se encuentran en la comparación de la frecuencia de ciertos códigos en
las respuestas correctas frente a las incorrectas (de la primera fase), respaldando las conclusiones que
hemos extractado hasta el momento: la kinésica tiene una frecuencia de 12 en las correctas y solo de 3 en
las incorrectas; el ‘análisis lógico explícito’ aparece 10 veces en las correctas y solo 2 en las incorrectas; la
relectura de las premisas en 19 tareas correctas y solo en 5 incorrectas; mientras que la reconstrucción del
condicional tiene una frecuencia de 14 en las correctas y solo de 2 en las incorrectas. Por su parte, los
códigos ‘análisis no lógico’, ‘creencias previas’ y ‘respuesta opinión’ aparecen exclusivamente en las
respuestas incorrectas, mientras que los códigos ‘análisis argumental’ y ‘relectura completa’ aparecen 9
veces en las incorrectas y solo una en las correctas.
Para la segunda fase la aplicación es mucho más pareja en casi todos los códigos y los grupos; solo se
nota una marcada diferencia entre el total de los códigos ‘prosodia’, ‘análisis no lógico’, ‘análisis lógico
implícito’ y ‘respuesta opinión’ de las respuestas incorrectas frente a una casi completa ausencia en las
respuestas correctas.
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