Anomalías congénitas de la Vena Cava Superior e Inferior Poster no.: S-0456 Congreso: SERAM 2014 Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa Autores: M. V. Vivas Escalona, P. Junquera Rionda, R. Fornell Pérez; Las Palmas de Gran Canaria/ES Palabras clave: Anatomía, Venas / Vena cava, TC, Aplicaciones informáticasDetección, diagnóstico, Congénito DOI: 10.1594/seram2014/S-0456 Cualquier información contenida en este archivo PDF se genera automáticamente a partir del material digital presentado a EPOS por parte de terceros en forma de presentaciones científicas. Referencias a nombres, marcas, productos o servicios de terceros o enlaces de hipertexto a sitios de terceros o información se proveen solo como una conveniencia a usted y no constituye o implica respaldo por parte de SERAM, patrocinio o recomendación del tercero, la información, el producto o servicio. 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Revisión del tema La vena cava es resultado de un complejo proceso embriológico y su alteración puede dar lugar a la presencia de múltiples variantes anatómicas. La importancia de reconocer dichas variantes radica en identificar otras anomalías congénitas que se pueden encontrar asociadas, para evitar su confusión con procesos patológicos (ej. adenopatías) y para la planificación de procedimientos intervencionistas y prevención de complicaciones. Por ello, pretendemos hacer un recuerdo anatómico y repaso de estas variantes mediante casos vistos en nuestro servicio, dada su importancia clínica y previendo procedimientos invasivos vasculares (ej. Vía venosa central) que estos pacientes puedan ameritar. EMBRIOLOGIA: En un principio, el sistema venoso fetal está compuesto por las venas cardinales. Las venas cardinales anteriores recogen el drenaje venoso de la porción cefálica del embrión y las venas cardinales posteriores el drenaje caudal, con dominancia hacia la sexta semana. Estas venas cardinales se unen y forman las venas cardinales comunes. A partir de la quinta semana comienzan a surgir nuevas ramas venosas: • Venas subcardinales (drenaje de los riñones) con dominancia hasta séptima semana, se desarrollan medial y ventral a las cardinales posteriores, las cuales involucionan gradualmente. De ellas se originan las venas gonadales, renales y suprarrenales. La anastomosis de sus ramas derecha e izquierda conforman las intersubcardinales que cruzan la aorta en su aspecto anterior y caudales a la mesentérica superior. • Venas sacrocardinales (extremidades inferiores) Página 2 de 10 • Venas supracardinales (recogen el drenaje de la pared del cuerpo mediante las venas intercostales) medial y dorsal a las cardinales posteriores, las cuales dominan hasta la novena semana. Estas últimas asumen las funciones de las venas cardinales inferiores, que drenan a las cardinales comunes. La anastomosis entre su rama derecha e izquierda origina la intersupracardinal, la cual cruza anterior a la aorta. Durante la octava semana de gestación se desarrolla la vena braquicefálica izquierda por una anastomosis entre las venas cardinales anteriores derecha e izquierda. La porción de la vena cardinal anterior izquierda caudal al sitio de unión de la vena braquicefalica, normalmente se colapsa y resulta solo en la vena cardinal anterior derecha, la cual se convertirá en la vena cava superior. El remanente distal de la cardinal anterior persiste y se conoce como pliegue o ligamento de Marshall. Por otro lado, la vena cava inferior se desarrolla entre la cuarta y octava semana de vida intrauterina y está formada por cuatro segmentos: 1. 2. 3. 4. Segmento hepático: derivado de las venas vitelinas. Segmento suprarrenal: derivado de la anastomosis de la hepática y la subcardinal derecha. Segmento renal: derivado de la anastomosis de la supracardinal derecha con la postsubcardinal. Segmento infrarrenal: derivado de la vena subcardinal y supracardinal derechas. ANOMALIAS DE LA VCS Y VCI: Vena cava superior izquierda persistente (VCSIP): supone una malformación congénita rara (0,3 - 0,5%) pese a estar considerada como la anomalía venosa torácica más frecuente. Se debe a la ausencia de obliteración de la vena cardinal superior izquierda, coexistiendo con la derecha (vena cava superior, VCS) hasta en el 90% de los casos y drenando en la aurícula derecha través de un seno coronario dilatado o directamente en la aurícula izquierda en el 8% de los casos. Fig. 1 on page 5 El diagnóstico se puede sugerir por ensanchamiento de de la silueta aórtica o por un abombamiento a lo largo del borde cardíaco izquierdo. Aunque suele tratarse de una condición benigna, que en la mayoría de los pacientes no produce síntomas clínicos ni repercusión hemodinámica y se diagnostica de forma incidental. La posible existencia de complicaciones en cateterizaciones endovasculares o cirugías torácicas obliga al conocimiento de la misma; como por ejemplo la manipulación de un catéter en esta vena puede ocasionar hipotensión, angina y paro cardíaco. No requiere manejo a menos que se asocie a malformaciones cardíacas. Página 3 de 10 Doble vena cava superior; resulta de la persistencia de la vena cardinal anterior izquierda; ésta no presenta problemas cuando la canulación se realiza para administrar sustancias como agentes de quimioterapia, nutrición parenteral y para medir presiones intracavitarias. Fig. 2 on page 6 Fig. 3 on page 6 Las dificultades se presentan al tratar de introducir un electrodo de marcapaso en el ventrículo derecho a través de las venas izquierdas (subclavia o yugular), ya que éstas se continuarán como vena cava izquierda que termina en el seno coronario y éste en el atrio derecho. Las anomalías de la vena cava superior derecha aisladas son raras. La vena cava superior derecha puede insertarse en la aurícula derecha, drenar a la aurícula izquierda o estar congénitamente dilatada. Vena cava inferior izquierda: se considera resultante de la regresión de la vena supracardinal derecha. Típicamente, la vena cava inferior izquierda finaliza a nivel de la vena renal izquierda, continuándose como una vena cava suprarrenal derecha. Su prevalencia es del 0.2-0.5%. Su importancia clínica radica en confundirlas con adenopatías para aórticas o durante la colocación de filtros de VCI. La doble vena cava inferior se debe a la persistencia de ambas venas supracardinales; éstas suelen ser asimétricas y típicamente terminan en la vena renal izquierda que cruza anterior a la aorta. Su prevalencia es de 0,2 - 0,3%. Puede haber asimetría significativa en el tamaño entre ambas venas. Su presencia debe sospecharse en casos de tromboembolismos pulmonares recurrentes tras la colocación de filtros de vena cava inferior. Fig. 4 on page 7 Ausencia de la porción hepática de la vena cava inferior (VCI) con continuación de la vena acigos: presenta una prevalencia del 0.6%. Esta variante anatómica refleja el fallo de la anastomosis de la vena subcardinal derecha con la hepática; consecuentemente la sangre retorna a través del sistema venoso ázigos-retrocrural. La porción renal de la vena cava inferior recibe la sangre de ambos riñones que llega al tórax a través de la vena ácigos, atravesando posteriormente las cruras diafragmáticas. Fig. 5 on page 8 La vena ácigos se une a la vena cava superior en el espacio paratraqueal. Se asocia a cardiopatías congénitas y poliesplenia. El reconocimiento de una vena ácigos dilatada en la confluencia con la VCS y en el espacio retrocrural evita el diagnóstico erróneo de masas paratraqueales o adenopatías retrocrurales. El diagnóstico preoperatorio es útil en la planificación de bypass cardiopulmonar. Las anomalías en las venas renales son más frecuentes y, aunque son más sutiles, tienen una importante relevancia clínica de cara a la planificación de cirugías renales (trasplante, nefrectomías). Estas son: venas renales múltiples, que es la anomalía más frecuente y suele aparecer en el lado derecho; vena renal izquierda retroaórtica, Página 4 de 10 generalmente asintomática, que puede causar hematuria, dolor y varices en las venas afluentes (varicocele, varices pelvianas) Fig. 6 on page 9 ; y vena renal izquierda circumaórtica, en la que la vena renal izquierda se divide en dos brazos, uno pasa por delante de la aorta y otro por detrás, rodeándola. Varias de éstas anomalías pueden coexistir en un paciente, como: doble VCI con vena renal derecha retroaórtica y continuación de la VCI por la vena hemiazigos y doble VCI con vena renal izquierda retroaórtica y continuación de la VCI por la hemiazigos. Images for this section: Página 5 de 10 Fig. 1: Corte coronal y axial de TCMD de tórax muestran vena cava superior izquierda persistente (flechas). Fig. 2: Proyecciones axial y coronal de TCMD de Tórax. Coexistencia de vena cava superior derecha (flecha) e izquierda persistente (flecha gruesa). Página 6 de 10 Fig. 3: Corte axial de TCMD de tórax que muestra doble vena cava superior. Vena cava superior derecha (flecha)e izquierda (flecha gruesa) y arteria subclavia aberrante(*). Página 7 de 10 Fig. 4: Corte coronal y axial de TCMD de abdomen. Doble vena cava inferior. Vena cava inferior derecha (flecha) e izquierda(flecha gruesa). Página 8 de 10 Fig. 5: Corte basal de TCMD de tórax en proyección axial. En la imagen de la izquierda se muestra vena ácigos dilatada (flecha) y en la imagen de la derecha se observa ausencia del segmento hepático de la VCI. Fig. 6: Corte axial de TCMD de abdomen. Vena renal izquierda retroaórtica (flecha). Página 9 de 10 Conclusiones La vena cava es una estructura de desarrollo embriológico complejo, susceptible de sufrir alteraciones en su formación. El conocimiento de sus variantes de la normalidad permite su correcta identificación, evita confusiones con alteraciones patológicas y resulta esencial para la correcta planificación de procedimientos endovasculares y quirúrgicos. Bibliografía • • • • • Rivera D.M., Jojoa J.F., Aponte L.M., Vena cava izquierda superior e inferior. Reporte de dos casos. UNIVERSITAS MEDICA 2006 VOL 47 N° 4: 399-404. BASS J.E., REDWINE M.D., KRAMER L.A., HUYNH P.T., HARRIS J.H., Spectrum of Congenital Anomalies of the Inferior Vena Cava: Cross sectional Imaging Findings. Radiographics 2000; 20:639-652. DEMOS T.C., POSNIAK H.V., PIERCE K.L., OLSON M.C., MUSCATO M., Venous Anomalies of the Thorax. American Journal of Roenterology 2004; 182: 1139-1150. 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