El valor de la Ternura

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LA TERNURA
”Señor, tú eres nuestro Padre,
nosotras la arcilla y tú el alfarero,
somos la obra de tus manos”
(Is 64, 7)
2
¿QUÉ ES LA TERNURA?
La ternura es un sentimiento grande y noble que
engrandece a la persona. La persona que posee ternura es
capaz de manifestar afecto, dulzura y simpatía.
Hay muchas cosas y situaciones que despiertan
ternura: la inocencia o la candidez de un niño, las personas desvalidas, el sufrimiento, el dolor…
Decimos que se puede hablar con ternura, mirar
con ternura, abrazar con ternura. Ternura es ser sensible
ante las situaciones del otro.
La ternura es el arte de “sentir” a la persona, al ser
humano en su totalidad.
La ternura está en aquello que parece pequeño pero que se hace grande en el corazón.
El beso sincero, el apretón cálido de manos, el
abrazo inesperado, una mirada llena de cariño que nos
dice: ¡estoy aquí, puedes contar conmigo!
La ternura parece por momentos olvidada. Tendríamos que revivirla pues es lo que logra que nuestros
días, nuestra vida pasen de ser un mero transitar a ser
inolvidables.
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En los niños vemos la ternura todos los días, nos
cautivan con sus expresiones sinceras, con la caricia que
llega a nosotros sin tener que hacer ningún reclamo... En
el beso, en el abrazo que no puede envolvernos, pero que
nos hace sentir ese corazón muy cerca de nosotros.
La ternura es eso que vitaliza al anciano, duerme al
niño y desarma a toda persona.
La ternura es algo que sale de lo más profundo de
nuestro corazón sin darnos cuenta.
La ternura no está en lo grande, ni en lo brillante,
ni en lo que se destaca, está en lo chiquito, en lo sencillo,
en esas pequeñas cosas de todos los días. Te invito a descubrirla y, si toca tu corazón, acércate a la vida revestido
de ternura y ofreciendo ternura.
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¿QUÉ NO ES TERNURA?
No es ternura
el fuego de una pasión,
sino la suavidad
de una caricia.
No es ternura
el oleaje que se desborda,
sino el beso del cielo
con el mar.
No es ternura la montaña que nos sobrecoge,
sino la maceta de violeta perfumando en la ventana.
No es ternura lo grandioso,
sino la delicadeza, la insignificancia, el detalle.
No es ternura lo que se da,
sino lo que se refleja y se deja traslucir.
No es ternura el sol que calcina,
sino la luna que embruja.
No es ternura el fuego que abrasa,
sino el leño que se consume.
No es ternura lo que sobresale y resalta,
sino el escondite, el beso, la insinuación, la luz y la rosa.
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SINÓNIMOS DE TERNURA
Afabilidad, afecto, afición, amor, cordialidad, devoción, dulzura, efusión, enamoramiento,
finura, interés, misericordia, querer bien, sentimiento, estima, caricia, delicadeza, expresión o
palabra cariñosa y afectuosa, intimidad, sensibilidad, simpatía, solicitud.
¿Cuál sería tu definición de ternura?
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¿Qué opinas de este artículo?
Pero no aguanté escribir
de nuevo aquí, cuando hace
unos días conocí más de cerca
a una señora llamada Margarita que me mostró en vivo, con
sus historias, lo que yo quiero
más para mí: ¡Ternura!
Desde hace más de un
año escuché una conferencia de
Julio Olalla que traía al mundo del márquetin esa emocionalidad necesaria para interactuar con el otro en una
conversación liberadora. Empatía, simpatía, ternura.
Desde ese momento he estado buscando la ternura
en mí y cómo la traigo a mi acontecer diario. Algunas veces pienso que me invade, pero creo que es más profunda
que eso que siento. Mis hijos la inspiran, cuando veo un
bebé, un oso panda, pero debo confesar que no me satisface. A veces me siento algo tonto y hasta perplejo.
Hay algo que no está bien en mí. Quiero vivir la
ternura libremente, sin juicios y con disfrute. Quiero estar
con el otro y sentir el ensimismamiento. Quiero estar con
el otro y quedar estupefacto por el simple hecho de ser
una persona. Quiero acercarme al otro y darle lo mejor de
mí aunque sea un desconocido. Quiero ver al otro y sentir
el milagro de la creación.
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Me pregunto: ¿Cómo ser un líder sin ternura?
¿Cómo puedo gerenciar personas sin ternura? más aún,
¿cómo vivir sin ternura?
Desconozco tu reacción ante estas líneas. No sé qué
estarás pensando de mí, pero corro el riesgo de mostrarme ante ti. Y para que me entiendas mejor, quiero contarte las lecciones que me dió la señora Margarita.
Mientras daba una conferencia sobre mi experiencia con los sobrevivientes de la cordillera de los Andes y
las lecciones de vida que elaboré de mi contacto con ellos,
después de pasar cinco días en la cordillera junto a los
restos del avión que se estrelló en 1972, la señora Margarita contó unas experiencias de vida que me marcaron.
Luego conversamos más en detalle alrededor de un exquisito desayuno andino en su casa.
Me cuenta que una vez estaba en un restaurante y
vio a lo lejos a un señor conocido sentado solo en una
mesa con cara de tristeza y preocupación. Ella se dejó
invadir por el sentimiento de ternura y compasión y
cuando se retiraba del establecimiento sintió un impulso de acercarse a él, darle un beso en la mejilla y decirle
“Te quiero y Dios te ama”. Sin esperar respuesta se alejó. Al tiempo, el señor le agradeció el gesto y lo reconfortante que fue para él.
Me relata la señora Margarita que en otra ocasión
caminaba por la calle y vio a un borrachito recostado contra una pared. Ella respondió de nuevo a ese impulso y
se le acercó a darle un sentido abrazo. Quienes la acom8
pañaron le cuestionaron el gesto por lo sucio y mal oliente del nauseabundo señor.
Días después me entrega Margarita un escrito de
hace diez años en el que relata su intercambio con una
joven madre que llevaba un bebé de dos meses en sus
brazos. Iban en un bus y tanto la criatura como la mamá
no dejaban de verla a ella. El intercambio de miradas fue
recíproco. Margarita sentía la tristeza en sus rostros. Ella
no pudo contener acercarse y decirle que amara mucho
a esa criatura que llegó a su vientre de manera inesperada y hasta rechazada. Que recibiera el amor que Dios
tiene para ella.
Tres breves pero
contundentes
historias
que me mostraron mi
insensibilidad y precaria
conexión con el ser humano a quien me debo.
Margarita me mostró el
camino. Gracias por las
ricas arepas de maíz “pelao” y el mojito andino
que compartimos en el desayuno, pero más aún, por regalarme las señales de lo que quiero más para mí.
Yo creía que la lección la tenía clara cuando en mis
cursos hablo de la empatía: “Es muy fácil ser empático
con quien te es simpático. El reto es ser empático con
quien no te es simpático”. Lindo juego de palabras pero
huecas ante lo que hago en el día a día.
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¿Cuántas veces paso de largo ante el dolor humano? Veo que son muchas veces que me tropiezo y lo
peor es que ni lo veo, y cuando lo veo, aunque me avergüenzo, lo ignoro.
Quiero más ternura y sensibilidad humana en mi
vida, no sólo para gerenciar a otros, no sólo para dirigir
mis eventos de formación, no sólo en mis sesiones de
márquetin ejecutivo… Quiero ternura para con mis cercanos y sobre todo conmigo mismo.
(Autor anónimo).
¿Queréis dialogarlo en comunidad?
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DECALOGO DE LA TERNURA
1. Todos tenemos necesidad de dar y recibir amor. Si
no hacemos así, la vida se oscurece.
2. Para vivir la ternura no se necesitan grandes cualidades. Basta expresar con espontaneidad el amor,
sin avergonzarse.
3. La verdadera ternura se conjuga en voz activa y
voz pasiva. No sólo hay que darla, sino recibirla
con espontaneidad y alegría.
4. La ternura debe expresarse con naturalidad y en
todo momento, pero, sobre todo, en los momentos
tensos y difíciles.
5. La ternura no es amanerada ni trivial, y no se
compagina con la agresividad.
6. Vivir la ternura no significa ser débil y manejable,
sino generoso y acogedor. La ternura no se riñe
con la energía.
7. La ternura no es exclusiva de la relación madrehijo. La familia, los hermanos y compañeros, agradecen también este sentimiento.
8. La ternura se aprende cada día dando amor. Nunca es tarde para empezar a practicarla.
9. Si bien es difícil entender la verdadera sexualidad
sin ternura, no confundas nunca la sexualidad con
la ternura.
10. Dar, expresar, acoger y recibir ternura es siempre
muestra evidente de madurez.
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¿Cómo educar la ternura?
La mayoría provenimos de una época en la que no
se manifestaban mucho los sentimientos.
El estilo de formación que nos ha tocado vivir hacía más hincapié en la represión que en la manifestación y
somos torpes en expresar gestos de ternura.
Como maestras y educadoras somos capaces de
ofrecernos, unas a otras, pistas para educar la ternura.
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Entre todas vamos a intentar concretar al menos 5
pistas para educar y expresar nuestra ternura:
ENEMIGOS DE LA TERNURA
DUREZA
DESPRECIO
MENOSPRECIO
AGRESIVIDAD
ANTIPATIA_MANÍA
GROSERÍA
¿Se te ocurren otros? …
FRUTOS
DE LA TERNURA
El principal fruto de la ternura es la capacidad que
tiene la persona de expresar el afecto y de darse cuenta de
cómo despierta cariño en la persona que la recibe. Sentirse amada es una de las mejores medicinas.
Otro fruto de la ternura es el amor porque la ternura sin amor es sensiblería y el amor sin ternura es afán de
dominio.
También es fruto de la ternura es la paz, la ternura
nunca violenta la relación entre las personas.
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VENTANAS DE LA TERNURA
La ventana
de la Palabra de Dios
En el CD de la Biblia Pastoral si pones el
término “Ternura” encontrarás textos del A.T y
del N.T que te hablan de la ternura.
La ternura de Dios en los textos Bíblicos
En numerosas ocasiones la Biblia afirma que «Dios
es compasivo y misericordioso». El término “misericordioso” en hebreo se dice «Rahum», que es una derivación de «Rehem», cuyo significado es “seno, útero
materno”. Lo que quiere decir que Dios nos ama con
la ternura de una madre que nos ha engendrado y dado a luz
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El Cantar de los Cantares celebra el amor emocionado, bello, permanente, de un varón y una mujer que
gozan y valoran la vida al encontrarse. Aventura de búsqueda y belleza, de gozo y libertad, de entrega y canto.
Su introducción en el canon bíblico sirvió para que judíos
y cristianos se sirvieran de él a lo largo de los siglos para
hablar de la relación de Dios con su pueblo y con cada
creyente. No tanto para hacer reflexiones filosóficas sobre
el ser de Dios, cuanto para cantar experiencias de encuentro con él.
“Levántate, amada mía, preciosa mía, ven. Que ya ha
pasado el invierno, han cesado las lluvias y se han ido.
Las flores brotan en el campo y se oye el arrullo de la
tórtola" (Cant 2, 10ss).
El profeta Oseas nos habla de Dios como de un
esposo que se compromete a desposarse con su pueblo
como la esposa amada y nos habla de la imagen de un
Dios Padre que ama sin pedir nada a cambio. Dios se implica con la creación de manera gratuita
“Me desposaré contigo para siempre; me desposaré contigo en justicia y en derecho, en misericordia y en ternura…” (Os 2, 21)
Ante la infidelidad de la esposa, Dios habla como
un esposo lleno de paciencia y de ternura, siempre dispuesto a acoger y a perdonar:
“Yo sanaré su infidelidad, la amaré gratuitamente” (Os
14, 5).
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Dios no es un ser lejano, sino muy cercano a sus
criaturas. Los profetas usan la imagen de una madre
amorosa que no puede olvidar a su hijo:
“¿Acaso olvida una madre a su hijo y no se apiada del
fruto de sus entrañas? Pues aunque ella lo hiciera, yo
nunca te olvidaré.”
Él nos toma en sus brazos y nos hace caricias como
a un niño pequeño.
“Cuando Israel era un niño yo le amé... tomándolo en
mis brazos, lo atraía con ligaduras humanas, con lazos
de amor. Fui para ellos como quien alza una criatura
contra su mejilla y me bajaba hasta ella para darle de
comer” (Os 11,1-4)
En el profeta Isaías hay destellos de una inmensa
ternura y cercanía de Dios con su pueblo y con cada uno
de sus hijos. Nos presenta imágenes del padre y de la
madre respecto a sus hijos:
”Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el
alfarero, somos la obra de tus manos” (Is 64, 7)
“¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no
tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque
ella se olvidara, yo no te olvidaré. Mira te llevo tatuada
en mis palmas.” (Is 49, 15-16).
“Como a un niño a quien su madre consuela, así os
consolaré yo.” (Is 66,13).
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En el profeta Jeremías encontramos también esta
imagen de padre;
“¡Si es mi hijo querido, Efraím, mi niño, mi encanto!
Cada vez que le reprendo me acuerdo de ello, se me
conmueven las entrañas y cedo a la compasión” (Jer
31,20).
En los Salmos hay infinidad de referencias, de actitud de
confianza en un Dios cariñoso,
amante, misericordioso, lleno de
ternura para con sus hijos:
“Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor
me acogerá” (Sal 27,10).
“Dios mío, guárdame como a la niña de tus ojos, escóndeme bajo la sombra de tus alas” (Sal 17,8).
“Nuestro Dios es bueno y cariñoso con todas sus criaturas” (Sal 145,9).
“Nos colmará de gracia y de ternura (...). Como un padre
siente ternura por sus hijos, así siente el Señor ternura por
sus fieles” (Sal 103,4.13).
Podemos confiar en su amor, abandonarnos en sus
brazos y decirle con cariño: “Abba, Papá”.
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Manifestaciones de ternura en Jesús
Nos dice Lucas que “Jesús crecía en las experiencias humanas y también en las divinas”. Jesús, siendo un
muchacho, fue navegando en las inmensidades de Dios,
viviendo experiencias religiosas por nadie experimentadas, descubriendo horizontes completamente desconocidos en el misterio infinito de Dios.
Jesús era un hombre muy sensible. Los evangelios
dicen varias veces “Jesús se compadeció”. En una ocasión
dijo Jesús “Me dan pena estas gentes”.
Cuando le informaron que aquella viuda se le había muerto el único hijo que tenía y lo llevaban a enterrar,
Jesús se estremeció casi hasta las lágrimas. Delante de la
tumba de su amigo Lázaro Jesús lloraba sin disimulo, y
sus propio enemigos comentaban entre sí “¡Que sensible
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es este hombre, como lo amaba!”. Sintió desilusión ante la
ingratitud de los nueve leprosos.
Basta recordar la predilección de Jesús por todos
los que no contaban entre sus contemporáneos: las mujeres, los niños, los enfermos, los pecadores, los excluidos.
Jesús come con los publicanos, tiene amistades de dudosa moralidad, se acompaña incluso de prostitutas. Pensemos en Jesús, el Dios hecho hombre, cómo quería a los
niños. “Los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos”
(Mc 10,16).
Él nos mira como al joven rico, a quien “miró con
cariño y lo amó” (Mc 10,21).
Ante quienes le reprochan su comportamiento, se
justificará afirmando que ésa es la manera de actuar de
Dios, que hace llover sobre buenos y malos y hace salir
el sol sobre justos e injustos, que hace fiesta en el cielo
por cada pecador arrepentido, que está siempre dispuesto a buscar la oveja descarriada, que no nos trata
como merecen nuestras culpas ni nos paga conforme a
nuestros pecados.
A
través
de Jesús se nos
ha manifestado
el amor, la paciencia, la fidelidad de un
Dios que nos
ama sin medi19
da. Son abundantes las parábolas de la misericordia.
En las cartas de Pablo: "Apareció la ternura y el
amor de Dios" (Tit 3,4)
Dios es un Padre amoroso que nos cuida como una
madre. Su ternura y sus caricias
nos las manifiesta de muchas
maneras; a veces, en la intimidad de la oración; otras veces, a
través del cariño de nuestras
hermanas y seres queridos;
también a través de la sonrisa
de los niños o de la belleza de
la naturaleza.
En el libro del Apocalipsis se nos habla de la cercanía de un Dios que nos invita a cada una a estar a la
escucha y abrirle la puerta de nuestro corazón: “Si alguno oye mi voz y me abre la puerta entraré en su casa
y cenaré con él”.
La ternura de Dios
se manifiesta en algunos Santos
No nos podemos imaginar a tantos santos y santas
que la iglesia nos propone como modelos sin un poco de
ternura. Algunos ejemplos
20
San Cipriano: “Dios no escucha la voz, sino el corazón”.
Santa Teresita: “Dios es más tierno que una madre”
San Juan de la Cruz: en el Cántico espiritual nos dice:
“Dios se comunica con tantas veras de amor, que no hay
afición de madre que con tanta ternura acaricie a sus hijos, ni amor de hermano, ni amistad de amigo que se le
compare. ¡Tan profunda es la dulzura de nuestro Dios! Él
se emplea en regalar al alma como la madre en servir y
regalar a su hijo, criándole a sus mismos pechos”.
Sta. Teresita del Niño Jesús: “Mi camino es el de la confianza
y el amor. Este camino es el abandono del niñito, que se duerme sin miedo en los brazos de su padre”. “El abandono es el
fruto delicioso del amor” (Poesía 42).
¿Recuerdas otros santos que nos hablen de ternura?
21
La ventana de Paula Montal
La ternura de Madre Paula
El eje principal de la pedagogía de M. Paula es el
amor. El mismo amor de Dios manifestado en el trato con
las niñas, con las hermanas del Instituto, con las familias.
Su obra educativa fue un desbordamiento del
amor de Dios que la consumía. Y si Dios trata con cariño,
¿cómo no lo haría M. Paula?
“Madre Paula amaba al pobre y al rico; para todos
guardaba palabras de bondad. Tenía el corazón grande
para Dios y para los hombres” (Testimonio de una antigua
alumna de M. Paula).
22
El mismo amor de Dios se prolonga a los niños y
niñas. M. Paula deseaba hacer sentir a las niñas el ardor
de este amor que el Espíritu había derramado en su corazón.
El amor que demuestra M. Paula es profundamente femenino, lleno de delicadeza, de bondad, de intuición;
es un amor que sabe descubrir en cada niña lo que necesita. Y tenía una habilidad especial para darse cuenta de las
necesidades de las personas.
El P. Calasanz Rabaza nos describe a M. Paula:
Es delicada y exquisita en el trato, enormemente
respetuosa. Este rasgo es una constante de su actuar, una cualidad casi imprescindible en el magisterio para el que estaba singularmente dotada.
Su temperamento era
sereno y amable,
bondadoso y pacífico
y, a la vez, tenaz y
enérgico, emprendedor y dinámico, decidido, tenaz y valiente.
En los días fáciles y
difíciles, en toda ocasión se ganaba a la
gente con una sonrisa
que cautivaba.
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En el estudio de los huesos se destacan algunos rasgos:
De mirada profunda y tranquilizadora. Los labios
finos demuestran dulzura y serenidad. Una viejecita de aspecto agradable.
Podemos decir que Paula tenía un carácter decidido, tenaz, incansable, unido a una gran sabiduría y a un afán
por conocer lo que le rodeaba. Su mirada profunda y
tranquilizadora, junto con su dulzura y serenidad, hacían de ella una persona tierna y cercana. Tenía conocimientos de Doctrina cristiana, ya que era una excelente
catequista, experta en encajes de bolillos y poseía una
vocación innata para ser maestra.
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La ternura en nuestro actuar pedagógico
Siempre ha sido
una característica muy
peculiar de las escolapias
el buen trato. Si tratamos
bien a nuestros educandos, dignificamos a la
persona que lo recibe y
hacemos que se sienta
amada.
Esta cualidad la
captaban los padres que
tenían a sus hijas en nuestros colegios y las autoridades
que habían de informar a instancias superiores.
“La afabilidad con que tratan siempre a sus educandas”
(Informe Alcalde de Blanes).
“Una cosa me ha admirado al practicar estas visitas, y es
que todas las colegialas no sólo respetan, sino que aman
entrañablemente a sus maestras, lo cual es una prueba
evidente de que aquellas buenas señoras saben, con su
caridad, hermanar el cumplimiento de sus deberes de
profesoras con el trato más cariñoso y simpático” (Informe
de Francisco Bosqui, asiduo visitador del Colegio de Gerona).
Si nuestros alumnos reciben este trato familiar y delicado aprenden a dar el mismo trato en su vida y trabajo.
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La ventana
de nuestras Constituciones y Reglas
“Mediante el ejercicio de nuestro apostolado, manifestamos nuestro amor universal, somos solidarias de
todos los hombres con talante acogedor y anchura de
corazón“ (CC 12).
“La vida comunitaria exige por una parte aptitudes para la convivencia; por otra favorece la plena madurez mediante la caridad y aquellas virtudes humanas que
conducen a la comunión fraterna, en particular, la sinceridad, la afabilidad” (CC 28).
Busca en nuestras Constituciones y Reglas
algún pensamiento más sobre la ternura.
26
La ventana de la Iglesia
La ternura de Dios en la liturgia:
Oh Dios, Padre lleno de ternura, danos el Espíritu
de tu Hijo que es Espíritu de Amor. (Plegaria Litúrgica V)
En la oración que la Iglesia dedica a María, rezamos:
“Dios te salve reina y madre de misericordia, vida,
dulzura, esperanza nuestra”
El término dulzura es equivalente a cariñosa, tierna. La llamamos madre, porque Jesús nos la dio como
madre y es nuestra madre del cielo que nos cuida amorosamente.
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HAN HABLADO DE LA TERNURA:
André Maurois, gran escritor francés, católico, persona de fe, dijo:
“Es bueno empezar la jornada diaria por una dosis que perfume las acciones de todo el día hasta la
noche”
Marcel Pagnol, escritor, recuerda los años de su infancia con gran agrado:
“En mi familia había respeto y ternura”.
J.L.Borges escribe sobre la serenidad y la ternura en
uno de sus versos:
“Respira una serenidad y una ternura que encierra
algo de lo divino”.
Fernando Savater, conocido escritor:
“El amor sin ternura es puro afán de dominio y de
autoafirmación hasta lo destructivo. La ternura sin
amor es sensiblería blanda incapaz de crear nada”.
Auguste Comte:
“Una mujer sin ternura es una monstruosidad social
de la naturaleza”.
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Oscar Wilde: “En el arte como en el amor la ternura es
lo que da la fuerza”.
Abel Mora, sacerdote y poeta riojano, escribe en un soneto a su madre:
“Felicidades, madre, monumento de la ternura, el
beso y la acogida, de la espera en silencio, estremecida de luna y de lágrimas al viento... ¡Heroína!
Eres, madre, indispensable para que siga el ascua
de la ternura y hacer más respirable nuestro mundo...”
Proverbio chino: “Una palabra salida del corazón, calienta durante tres inviernos”.
29
José Antonio Pagola: ”Personas de gran inteligencia, con
asombrosa capacidad de trabajo, de una eficacia sorprendente en diversos campos de la vida, terminan siendo
seres mediocres, vacíos y fríos cuando se cierran a la fraternidad y se van incapacitando para el amor , la ternura
o la solidaridad”.
Cuando falta ternura
 Sin ternura no hay justicia.
 Sin ternura no hay diálogo efectivo ni calor humano posible.
 Sin ternura no nos podemos acercar a las personas que
sufren.
 Sin ternura no hay dulzura ni cercanía.
 Sin ternura las palabras se vuelven duras y las actitudes
displicentes.
 Sin ternura no ayudaremos a nuestros alumnos a que
maduren.
 Sin ternura nuestras hermanas ancianas pueden morir
de frío.
 Sin ternura nuestras comunidades pueden convertirse
en casa de huéspedes.
 Sin ternura no podemos entendernos ni comprendernos.
 Sin ternura no podemos vivir con gozo nuestra fraternidad.
 Sin ternura no podemos cumplir bien nuestra misión.
 Si ternura nos resulta difícil orar.
 Sin ternura no puede entenderse una vida de entrega total a Cristo y a la persona humana.
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¿CÓMO RESPONDER
A LA TERNURA DE DIOS?
1. CONFIANDO Y ABANDONÁNDONOS EN SUS MANOS
“Tú eres mi Padre, mi Dios, la roca
de mi salvación” (Sal 89,27).
La ternura de Dios nos cautiva, ya que Él no se olvida ni del
más pequeño de sus hijos. M. Teresa de Calcuta cuenta
que, en una ocasión, vino a visitarla un padre de familia,
desesperado, porque su hijo estaba gravemente enfermo
y para curarse necesitaba una medicina muy cara que
sólo se encontraba en Inglaterra. Todavía estaba hablando, cuando le regalaron una cesta de medicinas y... ¡Qué
alegría! Precisamente, encima de todas, estaba la medicina que necesitaba aquel hombre para su hijo. La M. Teresa comentaba: “Hay tantos millones de niños en el mundo y, sin embargo, Dios tiene tiempo para pensar en este
pequeñito”.
Si Dios es nuestro Padre, podemos abandonarnos confiadamente en Él y no quedaremos nunca defraudadas, ya que
llenará todas nuestras esperanzas.
31
Dios tiene sobre cada una de nosotras unos planes, que
jamás hubiéramos podido imaginar. Como dice San Pablo en la
carta a los efesios, “Él es poderoso para darnos en abundancia mucho más de lo que podemos pedir o pensar” (Ef
3,20).
Él nos dice: “Yo nunca te dejaré ni te abandonaré”
Por eso, podemos confiar tranquilas como el
niño que, en medio de una gran tempestad en en el mar, jugaba
tranquilo y, cuando le preguntaron si tenía miedo, respondió
que no, porque su padre era el capitán del barco y se sentía seguro.
(Jos. 1,5) (Heb. 13,5).
Abandono y confianza amorosa y sin límites en nuestro
Padre Dios, porque nos lleva sobre alas de águila. Como el niño
pequeño que abraza a su Padre sin temor.
Cuando los problemas nos abruman y la vida se
nos hace costosa, podemos recordar que nuestro Padre
Dios vela sobre cada una de nosotras. Él sabe lo que nos
pasa y conoce nuestras necesidades. Nos ama y podemos
vivir confiadas en las manos amorosas y llenas de ternura del Padre, como dice el salmo:
“Aunque pase por un valle de tinieblas y sombras de muerte,
no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo. Tu vara y tu
cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí y mi copa rebosa de alegría. Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida y habitaré en tu casa, Señor, por los
siglos de los siglos sin fin”.
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2. DANDO TERNURA
A todas nos gusta que
los otros se nos dirijan y nos
hablen de manera amistosa,
acogedora, comprensiva. Nos
gusta que los otros confíen en nosotras, que vean nuestra
buena intención, que nos crean. No hay nada más reconfortante y agradable que el trato cordial, que da calor
humano, un toque de dulzura y ternura.
Podemos recordar el bien inigualable producido
por las muestras de ternura recibidas en nuestra infancia
y a lo largo de la vida.
En el trato con los demás, esperamos sentirnos
acogidas, con un trato cordial, con afecto, amor, atención,
comprensión y siempre con un toque de ternura.
Actuar con ternura consiste en tener una actitud afable, una expresión afectuosa, un demostrar que se quiere
al otro y este deseo se puede expresar de muchas maneras. Es una tarea urgente para todos.
También nosotras hemos de hacer con los demás,
lo que queremos hagan con nosotras, porque está comprobado que las personas rinden mucho más si se sienten
comprendidas y bien tratadas, en lugar de recibir gritos y
amenazas. Una corrección hecha con amabilidad, de bue33
nas maneras, tal como nos dice el evangelio, puede ser
recordada con agradecimiento durante el resto de la vida.
La persona que está presidiendo la comunidad, no
ha de olvidar que todas sus hermanas siempre agradecerán una palabra cálida, una actitud cordial y una atención
bondadosa.
Cada hermana ha de preguntarse ¿Qué ternura
manifiesto a las hermanas de la comunidad? Puede ayudarnos nombrar en nuestro corazón a cada una de las
hermanas con las que vivo y ver qué gestos de ternura
tengo yo con cada una de ellas.
¿Quieres examinar cómo vives tu ternura?
 ¿Ofreces aprecio, afecto, acogida y ternura en tu
cotidiano vivir?
 ¿Encuentras alguna hermana a la que generalmente no ofreces ni palabras ni gestos de ternura?
 ¿Eres consciente de que la hermana que preside
también necesita tus gestos de delicadeza y de
ternura?
 ¿Observas que la ternura que ofreces es universal o
está mediatizada por tus dependencias afectivas?
 ¿Ofreces gestos de ternura a las personas que Dios
pone en tu camino?
 ¿Cómo expresar tu ternura con las hermanas de tu
comunidad? ¿ Y con los alumnos con los que te
encuentras? ¿Y con los seglares con los que trabajas?
34
El Dios de Abraham,
Isaac, Jacob, el Dios de Moisés llama a las personas por
su nombre. ¿Recuerdas a las
personas que Jesús llama
por su nombre? Llamar a
las personas por su nombre
es un gesto de ternura. ¿Qué nombres no están nunca en
tus labios?
3. PONIENDO TERNURA
CIONES
EN NUESTRAS RELA-
 Cuando encontremos un ambiente enrarecido procura distenderlo.
 Ante las discusiones y los malos entendidos pon
una gota de humor.
 Cuando la queja es nuestra melodía personal transfórmala en alabanza.
 Cuando te encuentres con rostros endurecidos,
tensos, tristes, preocupados, sonríeles.
 Cuando intuyas tristeza reconforta los corazones y
los espíritus.
 Cuando los días sean grises lleva la felicidad y la
alegría a las personas que viven a tu alrededor y
crearás un ambiente de bonanza.
 Poniendo ternura podemos llegar a las otras personas, ayudarlas, consolarlas, hacer que se sientan
aceptadas, valoradas y levantar a las hundidas,
animándolas a seguir adelante en la vida.
35
 Poniendo ternura podemos ayudar a los niños a
crecer, a los adolescentes a madurar, a los mayores
a entregarse y a los ancianos a vivir con más ánimo.
 Poniendo ternura podemos lograr que las espinas
y los contratiempos de la vida duelan menos y las
heridas cicatricen antes y bien.
 Poniendo ternura podemos conseguir que nuestro
lenguaje no sea nunca hiriente para nadie y que
nuestras actitudes no despierten susceptibilidades.
 Poniendo ternura todo el que vive a nuestro lado
sabrá que nunca le criticarás a su espalda.
 Poniendo ternura en nuestro vivir podemos manifestarla en nuestro rostro, con una sonrisa acogedora, con una voz suave, con gestos de amistad.
 Poniendo ternura nos preocuparemos más en darla
que en exigirla.
 Poniendo ternura surge la misericordia y la compasión, el perdón y el olvido.
De esta manera podremos manifestar
y hacernos eco de la inmensa ternura de Dios.
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Y dijo Dios:
Si nadie te ama, mi alegría es amarte.
Si lloras, estoy deseando consolarte.
Si eres débil, te daré mi fuerza y mi energía.
Si nadie te necesita, yo te busco.
Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti.
Si estás vacío, mi llenura te colmará.
Si tienes miedo, te llevo sobre mis espaldas.
Si quieres caminar, iré contigo.
Si me llamas, vengo siempre.
Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
Si estás cansado, soy tu descanso.
Si pecas, soy tu perdón.
Si me hablas, trátame de tú.
Si me pides, soy don para ti.
Si me necesitas, te digo: estoy aquí dentro de ti.
Si te resistes, no hagas nada a la fuerza.
Si estás a oscuras, soy lámpara para tus pasos.
Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.
Si eres infiel, yo soy fiel.
Si quieres conversar, yo te escucho siempre.
Si me miras, verás la verdad de tu corazón.
Si estás en prisión, te voy a liberar.
Si te quiebras, te curo todas las fracturas.
Si piensas que soy tu rival, yo no quiero quedar
por encima de ti.
Si quieres ver mi rostro, mira una flor, una fuente,
un niño.
Si eres silencio, mi palabra habitará en tu corazón.
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MUCHAS PERSONAS HAN ESCRITO
SOBRE LA TERNURA
Entra en Google y busca la palabra TERNURA te
llevarás muchas sorpresas.
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FRASES SOBRE LA TERNURA
 La ternura es la columna central que sostiene la vida. José Víctor Martínez Gil
 Tu alegría define mi alegría. Tu
ternura construye mi ternura.
Jackseling Arteaga
 Jamás en la vida encontraréis
ternura mejor y más desinteresada que la de vuestra madre.
Honoré de Balzac
 La solidaridad es la ternura de
los pueblos. Gioconda Belli
 Los niños son como Dios, llenos de ternura, paz y
con el lenguaje universal del Amor. Pedro Pantoja
Santiago
 Endurecerse sin perder la ternura jamás. Che Guevara
 En el arte como en el amor la ternura es lo que da
la fuerza. Oscar Wilde
 La ternura es el reposo de la pasión. Petrus Jacobus
Joubert
 El amor sin ternura es puro afán de dominio y de
autoafirmación hasta lo destructivo. La ternura sin
amor es sensiblería blanda incapaz de crear nada.
Fernando Savater
 Si cualquier animal inspira ternura, ¿qué pasó entonces con los hombres? Guimarães Rosa
 La amabilidad y la ternura vuelven superior a una
persona común. En cambio, la indiferencia y la
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apatía convierten a una persona superior en una
persona corriente.
La ternura es como el agua que todo lo remueve.
Si quieres que afloren las mejores cualidades en
quienes te rodean, infúndeles ánimo y demuéstrales aprecio, afecto y ternura
Grabemos los agravios y desaires en la arena, y las
muestras de cariño y ternura en el mármol.
Demostrar ternura no cuesta nada, pero tiene un
valor incalculable.
Una palabra amable, un gesto de ternura puede
brindar felicidad. Si no lo haces , puedes dejar un
vacío.
Trata a los demás como quieres que te traten. Demuéstrales, afecto, cariño, ternura, si deseas recibir lo mismo.
Una palabra, un gesto de ternura sienta tan bien
como una bebida refrescante en un tórrido día de
verano.
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 Los gestos de ternura y las palabras amables son
los mejores regalos que podemos hacer a las personas con quienes convivimos.
 Unas palabras dichas con ternura y sinceridad elevan el espíritu y refrescan el alma de quien las recibe.
 Si quieres la clave para que se te abra el corazón de
una persona, acéptala, ámala como es, escúchala
con afecto y trátala con ternura.
 Una persona que prodiga amor, afecto, acogida,
ternura, será también una persona amada.
 Un cálido abrazo lleno de ternura es un pedacito
de Cielo en la tierra.
 Expresa tu amor con gestos de ternura, de afecto,
de generosidad. Es el mejor regalo que puedes hacer.
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POEMAS DE TERNURA
Ternura que brota del alma
y en silencio su dulce calma,
abre cielos de esperanzas para quien desea aceptarla.
A pasos delicados, muy suaves
llega primorosa y descalza,
buscando en sus bellas notas la dulce fragancia grata.
Ternura de niña y de alma
aquietas sonrisas lejanas
¡quédate niña hermosa! caminemos en busca de un alba.
Tu Ternura, tu presencia
me acompaña a donde voy
la encuentro en mis sueños
en cada palpitar de mi corazón.
En las mañanas más hermosas
en el atardecer tranquilo
en la magia de la noche
en la sonrisas de los niños.
Cuando estoy triste siento
que algo me conforta
como si estuvieses cerca de mí
es tu presencia,
la manifestación de tu ternura.
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Congregación General, Roma 2013
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