con vida propia maría volonté

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con vida propia
maría volonté *
*
Foto: Kevin Carrel Footer
Tiene 53 años y es
madre de dos mujeres,
de 27 y 26. Vive desde
hace unos meses en
San Francisco, Estados
Unidos, y regresa a su
casa de La Boca, en
Buenos Aires, cada vez
que puede.
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“No hay
caminos
perfectos”
Su padre y su marido le mostraron que el arte podía ocupar un lugar central en su
vida, pero fue ella, María Volonté, quien buceó hasta encontrar su
propia voz y llevar la música argentina a los rincones más insospechados del
mundo. “He seguido mi propio impulso”, dice.
Por Agustina Rabaini
l agua, los vientos y el cielo, igual que la vida,
trajeron y se llevaron muchas cosas”, dice María
Volonté en el texto-presentación de su último
disco, Sudestada, y a uno casi le parece escucharla
desde lejos, con voz honda y aterciopelada. “El
agua, los vientos y el cielo, igual que la vida,
han sido conmigo más generosos que mezquinos. No importa
cuánto sacudieran mi casa las tormentas: siempre tuve a mi
lado el amparo de una canción. Lo que he visto pasar ante
mis ojos, lo soñado y lo vivido, lo atesorado y lo perdido,
está resguardado en estas canciones amadas”.
Estas palabras escritas por María Volonté sirven de introducción
a su último álbum, un sutil y poderoso conjunto de tangos y
canciones latinoamericanas que una vez soñó cantar, como
alguna vez supo –mientras les dedicaba La última curda a un
grupo de bailarinas de cabaret de Constitución– que iba a
dedicarse a la música ciudadana.
A través de esos tangos y otras joyas del mundo, María supo
que iniciaba un camino para encontrar su identidad, su propia
voz. Pero los comienzos no fueron fáciles: “Empecé a cantar
en un momento en que el género no estaba en auge y, sin
embargo, lo sostuve porque era algo en lo que creía profundamente. Quería poner mi granito de arena y cantar el tango
a mi manera. Si llegaba alguna crítica negativa, nosotros, con
los músicos, seguíamos adelante. ‘Ladran Sancho, señal que
cabalgamos’, nos decíamos”.
E
Los años pasaron y, luego de editar seis discos y recorrer el
mundo entero, María no sólo llegó a ver cómo los aplausos y
los premios se multiplicaban en los lugares más diversos;
también recibió la bienvenida a la emblemática Academia
Nacional del Tango, de la mano del maestro Horacio Ferrer, en
1997. Hoy vive entre San Francisco, Estados Unidos, las capitales
europeas y Buenos Aires, donde conserva su casa en el barrio
de La Boca. A ese refugio con vista al Riachuelo, que le sirvió
de inspiración para su último disco, vuelve cada vez que
puede. Ahora, charlando con Sophia desde San Francisco, se
muestra feliz de estar a punto de presentarse en una de las
muestras más prestigiosas: el San Francisco Jazz Festival.
Cuando la vida es arte
María Volonté nació en el partido bonaerense de Ituzaingó
en la década del 50, y en el viejo tocadiscos que su papá
tenía en la casa familiar, sonaban desde Gardel hasta Ella
Fitzgerald y Miguel de Molina, Edith Piaf, Chabuca Granda
y los grandes de la ópera y el tango: Beniamino Gigli, Enrico
Caruso, Edmundo Rivero…. “Papá era un apasionado de la
música y vivíamos rodeados de arte. Él cantaba, recitaba,
tocaba la guitarra y era actor… Cuando conoció a su primera
mujer, ella muy amorosamente le pidió que dejara la vida de
teatro y las salidas nocturnas –dice, riendo–. Mi papá aceptó
cambiar de rumbo, renunció a su veta artística… Se casó,
tuvo tres hijas y un día, con el tiempo, también enviudó”.
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con vida propia
maría volonté *
–¿Ahí fue cuando conoció
a tu madre?
–¿Empezaste en los
ochenta?
–Sí. Mi madre fue su segunda
–Sí, una década apasionante.
mujer y juntos nos tuvieron
Fueron años en los que
a nosotras tres, la segunda
empecé a volcar todo lo que
tanda de hermanas. Papá
había mamado de chica en la
Ganadora del Premio Gardel
vivía rodeado de sus seis
música y en las presentaciones.
y nominada al Grammy latino,
hijas y, de alguna manera,
Recorríamos los centros
María Volonté canta tango,
fuimos los instrumentos de
culturales, las plazas; particijazz y canciones latinoamericanas
expresión de su arte. El
pábamos de los programas
como ninguna.
volcó en nosotras toda esa
culturales en los barrios;
Grabó seis álbumes: Sudestada, Yo soy María,
Tangos, Fuimos, Cornisas del corazón y Tango
pasión que había contenido,
todo era apasionante. Con
y otras pasiones.
de una manera constante,
Timo tuvimos dos hijas,
intensa, súper natural. Una
Victoria y Marianela, y ellas
mañana de lluvia agarraba una sábana y nos alentaba a armar
se criaron en una casa que siempre estuvo abierta a los
un escenario y hacer una obra. Mientras iba dibujando, pintaba, caminantes, a los viajeros, a los artistas, a los desolados, a los
recitaba… Con un par de disfraces y mucha imaginación, la
desahuciados, a los abandonados y a los felices que quisieran
casa podía convertirse en un teatro.
compartir su felicidad. Hay un poema fabuloso de Kavafis,
que sintetiza muchas cosas que Timo, cuando nos faltó, me
–¿Y tu madre? ¿Por qué decidiste usar su apellido a la
dejó. A través de los versos de “Itaca” se me reveló que lo
hora de adoptar un nombre artístico?
más importante en la vida no es el lugar al que llegás, sino el
–Mi madre fue una mamá con todas las letras y volcó toda
recorrido, la aventura, el viaje. Hay una frase más, que me
su sensibilidad y cariño en nosotras. Usar su apellido fue mi
acompaña desde siempre, de Chesterton: “La aventura puede
manera de homenajearla y de agradecer su apoyo incondiser muy loca, pero el aventurero tiene que estar cuerdo”.
cional. Ella también participaba activamente de esa especie
de festival familiar que se armaba en casa; celebraba el arte
–¿La maternidad fue una especie de cable a tierra?
como una forma de vida cotidiana. Volonté es un apellido
–Totalmente. Tener a las chicas y criarlas me trajo la noción
francés que pasó a Italia y luego llegó a la Argentina.
de que la aventura puede rozar los límites de la locura, pero
Buscando su origen, descubrí que significa “voluntario de la
el que maneja el timón tiene que estar en sus cabales.
aventura” y me pareció perfecto. Yo he sido muy aventurera.
–¿Cómo fue para vos enviudar tan joven?
–Volviendo a tu padre, dijiste que así como les dio alas
–Timo murió en 1992 y fue un golpe durísimo, inesperado.
para expresarse dentro de la casa, no permitía que eso
Yo tenía 37 años y las chicas, 11 y 9… Fue una situación
se extendiera puertas afuera…
difícil, fui saliendo poco a poco, con la ayuda de muchos
–Cuando nací, mi padre tenía 50 años y con mis hermanas
seres queridos… Ahora, a la distancia, veo que en aquel
podíamos ser diosas o divas pero sólo puertas adentro… El
momento apareció en mí una fuerza impresionante; un
mundo del espectáculo no era para señoritas. Yo no podía
impulso imposible de frenar. Más allá del dolor y el desconvolverme profesional (se ríe). La persona que, cuando crecí y cierto, yo quería sostener mi visión del arte y toda esa carga
dejé la casa de mis padres, me ayudó a salir del cascarón y
maravillosa que él me había dejado. Era una antorcha que me
seguir mi propio impulso fue mi primer marido, Timo
impulsaba a tomar el arte como una forma de vida definitiva.
Zorraquín. Él era mucho más lanzado; había hecho cine, vivía La idea de que el arte es eso que uno hace para disfrutar de
del periodismo. Supo detectar rápidamente mi inclinación
la vida. ¿Cómo no iba a sostener ese fuego prendido? Puse
por el arte. Un día estábamos en casa –yo tendría unos 22 o
toda mi energía de leona, de mujer atravesada por el dolor,
23 años– y Timo me escuchó mientras cantaba en la cocina.
de madre, y saqué fuerza para sostener a mis hijas.
“¿Está prendida la radio?”, me preguntó. Cuando le dije que
estaba cantando, como siempre, porque yo era un pajarito y –¿Siempre viviste de la canción? ¿Cómo saliste adelante
económicamente?
la música me brotaba por todo el cuerpo, se sorprendió.
“Éste es tu destino, no lo podés desoír. Tenés que cantar”, me –Cantando, siempre canté y viví de la música en todo tipo
dijo. No he hecho más que seguir su consejo desde entonces. de lugares. En aquellos años, había que atender la realidad
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“Ser artista implica sumergirte en un
buceo profundo, ir en busca de
tesoros secretos que todos tenemos
en el fondo de la alegría y
de la pena”.
–mi casa y mis hijas– sin desatender la propia búsqueda, y
todo fue tomando su cauce. Casarme para arreglar mi situación
no era una posibilidad. Como madre he afrontado y vivido
todo tipo de situaciones. Con mis hijas fui la amiga incondicional, la mamma que les cocinaba los ravioles los domingos
y les decía “pónganse un saquito”. Pero también les dejé las
puertas abiertas para que pudieran encontrar sus propios
caminos. Yo también era la madre que se iba de gira y las
dejaba al cuidado de alguien, con latas de tomate y un teléfono
para que me llamaran si necesitaban algo. Deben de haber
sido momentos muy intensos para ellas, pero hoy, con 26 y
27 años, son mujeres fuertes, independientes y nobles.
hasta las últimas consecuencias. Todas las mujeres podemos
tender esos brazos que a veces te sujetan y no te dejan ir y
te consuelan. Esos brazos que te acercan a la tierra y al
vientre de la vida. Los brazos de una mujer pueden curar
los dolores más terribles, te salvan de la muerte. Y también
son esos brazos, una vez abiertos, los que te dejan partir
hacia la aventura.
–Te quedaste pensando en algo más. ¿Otras imágenes,
poetas preferidos, anécdotas?
escenario y allí, ensimismada y extasiada, parecés
encarnar una frase de D. H. Lawrence, que dice: “Por
mi parte, prefiero siempre que se me rompa el corazón.
Es tan hermoso ver el alma caleidoscópica en la herida”…
¿Te has vuelto a enamorar?
–Me quedé pensando en una escena de la película Azul
profundo, de Luc Besson, donde el personaje de Rosana
Arquette le cuenta al protagonista, un buzo que pone en
riesgo su vida cada vez que desciende, que está embarazada. “¿No te das cuenta de que esto es el amor, el gran
llamado?”, le suplica, esperando que se quede. Pero de
golpe, le dice: “Andá y mirá mi amor”. Le abre los brazos
para que pueda seguir su impulso, seguir su profundo
llamado interno.
–Bueno, eso está en mi naturaleza, siempre estoy buscando
enamorarme de una manera u otra. Soy totalmente apasionada y es increíble que menciones a D. H. Lawrence
porque es uno de mis escritores favoritos. Me siento muy
identificada con su libro Mujeres enamoradas, donde dice:
“Ah, necesito una mujer transparente, una mujer que esté
a mi lado y, a la vez, me deje ver y conectar con el mundo”.
Mi canto, y mi visión del amor y de la vida, están empapados
de esa mirada… me siento una encarnación de lo femenino
Como hizo ella misma, María Volonté, tantas veces. “Ser
artista implica sumergirte en una especie de buceo profundo,
ir en busca de tesoros secretos que todos tenemos en el fondo
de la alegría y de la pena, en el dolor o en el placer”, dice otra
vez, para terminar, sintetizando su búsqueda. “No existen los
caminos perfectos. En cualquier caso, cualquier travesía que
uno vaya a hacer es mejor emprenderla confiando en las
cosas en las que creés y escuchás desde tu interior”. II
–María, para conocerte bien hay que verte sobre un
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Foto: Carlos Seiguer
Foto: Kevin Carrel Footer
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