REAVIVAR LA DIMENSIÓN DE FE DE NUESTRA VIDA RELIGIOSA + Ángel Garachana Pérez, CMF Obispo de San Pedro Sula REAVIVAR LA DIMENSIÓN DE FE DE NUESTRA VIDA RELIGIOSA I. VIVIR DESDE LA FE Introducción Partamos de algunos ejemplos: escribir a máquina, asistir a una reunión, relación con una hermana,… 1. Podemos vivir desde diversos niveles Nivel de primariedad. Nivel de emotividad. Nivel de autocomplacencia. Nivel de racionalidad. Nivel de fe. 2. ¿Qué es vivir desde la fe? La fe es adhesión a Jesucristo para vivir en Él y como Él: o Amaos como yo os he amado. o Tened los sentimientos de Cristo Jesús. o Piensas como los hombres, no como Dios. o Transformaos por la renovación de la mente. o Es Cristo quien vive en mí. La fe no es un sector de la persona sino que es una orientación de toda la persona. No es una ideología sino la referencia concreta a Jesucristo (historia y espíritu). Progresiva transformación. Primer momento y segundo momento de reacción. 3. La vida religiosa se define por la fe La vida religiosa se define como “seguimiento de Jesucristo”. El seguimiento es la fe confiada y obediente de manera absoluta. La vida religiosa gira sobre el carácter absoluto de la fe. 4. Nivel vivencial Nivel Ontológico: es Teológico: se define Vivencial: se vive Peligros de deformación vivencial de la vida religiosa: o Naturalismo. o Profesionalismo. o Egocentrismo. o Legalismo… 5. Ser conscientes La fe es luz, conocimiento, consciencia y sensibilidad. Vivir desde la fe es discernir, desde la luz y sensibilidad espiritual, qué “espíritu” nos mueve, desde qué nivel vivimos. La relación con nosotros mismos, La relación con Dios, La relación con los hermanos, La relación con la misión encomendada, desde la fe 6. Ejercicios personales a) Ejercicio de revisión Puedes hacer un ejercicio de revisión de las ideas desarrolladas en la charla. Signos o indicadores del nivel en que vivo. Eficacia real en mi conducta, criterios, reacciones de la referencia a Jesucristo y a su Espíritu. Proceso que se da en mí respecto de lo que hemos llamado 1º y 2º momento. “Conciencia” que tengo de la gracia de Dios en mi y de mi respuesta. Actitud connatural de discernimiento. Etc. b) Ejercicio de oración Puedes hacer, si prefieres, no tanto una revisión de tu conducta si no una oración pidiendo el “Espíritu de Jesús”, el espíritu de fe. Vivir de la fe es tener la sabiduría de “los pequeños”, acoger el reino como “un niño”. Vivir desde la fe no es sin más “razonar” sino una “sensibilidad espiritual” Textos bíblicos: Lc. 10, 22-24: “yo te alabo, Padre porque has revelado…”. Lc. 18, 15-17: De los niños es el Reino de los cielos. Puedes hacer una lectura orante a tu ritmo o servirte del siguiente ejercicio: Contempla a Jesús o Mírate a ti mismo entre el grupo de discípulos. Estás viendo y oyendo a Jesús que lleno de gozo alaba al Padre. o Entra en su mundo interior, en su oración… vas haciendo tuyos los sentimientos interiores de Jesús… Contémplate a ti o Como los discípulos tú también sientes la tentación de sobresalir, de luchar por el poder, de ser tenido por el primero. o Acepta tu dificultad de entender el espíritu del Reino… o Pídele a Jesús que te de esta sabiduría de los pequeños… o Suscita un gran deseo de recibir este don del Espíritu… Si aceptas tu pobreza Si aceptas tu pobreza… ya estás entrando en el Reino, nada te lo impide… II. VIVIR LA RELACIÓN CONSIGO MISMO DESDE LA FE Algunos ejemplos… Algunas preguntas: ¿Cómo me siento? ¿Cómo me acepto? ¿Cómo me valoro? ¿Desde dónde me miro? ¿Desde el éxito, la imagen de los demás, la fe…? 1. Mirarme desde la fe como realidad amada Se trata de un “mirar” estimativo, no meramente aséptico. Puedo mirarme desde el éxito, la imagen ideal,… Si logro alcanzar lo deseado tengo una sensación satisfactoria de mí. Sino lo logro, fácilmente se tiene una visión pesimista de sí mismo, o conformista. En este caso el tono vital está muy condicionado por la imagen social o psicológica de mí mismo. En cambio, desde la fe se da una aceptación serena y constructiva que agradece lo positivo y acoge lo negativo. En ambos casos se ve amado por la realidad de Dios, más allá de la “imagen”. Desde la fe nos vivimos como realidad regalada, bendecida, amada, reconciliada. La influencia del “tono vital” fundamental es muy grande en todas nuestras relaciones. Y este tono depende mucho de vernos o no vernos con una mirada que ama, acepta, agradece, la propia realidad. 2. Mirarme desde la fe como llamada ¿Cómo me entiendo a mí mismo? Soy religioso. Es mi identidad. Pero ¿coincide mi estado con mi forma de entenderme vitalmente? Me defino como “consagrado” ¿vivo consagradamente?... El día que deje de verme como religioso… dejaré de actuar como tal y en la medida en que no actúa como lo que soy voy dejando de serlo. 3. Mirarme desde la fe como historia de gracia Pasado Presente Futuro Culpabilidad No asumido Evasión Inmovilización Angustia Preocupación excesiva Aprendo Vivir aquí y ahora Preparo En la misericordia de Dios En la providencia de Dios 4. Como ayudar a las demás a verse desde la fe Importancia de la ayuda personal para que cada uno viva la relación consigo mismo desde la fe, para que se acepte, se valore, se ame,… Ayudar a superar los momentos difíciles, la atonía vital, etc. Podemos ayudarnos: o Por el testimonio: amando, aceptando, valorando… o Por el conocimiento y comprensión de cada uno, sus valores y debilidades, etc. o Orientar hacia el discernimiento espiritual… o El proyecto personal como un medio para ser conscientes de si y de las llamadas de Dios. ***** 5. Ejercicios personales a. Mirarme desde la fe como realidad amada ¿Desde dónde me valoro a mí mismo: desde el éxito, la imagen, desde la opinión de los demás?... ¿Cómo reacciono cuando advierto mis limitaciones, fallos? ¿Cómo cuando experimentamos dificultades, contradicciones?... ¿Me desaliento, me enfado, entristezco?... ¿O acepto mis limitaciones, y las contrariedades desde la fe, con serenidad?... ¿Me veo como realidad amada, bendecida… por Dios? b. Mirarme desde la fe como religioso Mi estado es el de religioso. ¿Me siento internamente religioso? ¿Me entiendo vitalmente como religioso? A la pregunta ¿quién soy?, ¿me respondo con claridad, con convencimiento, con gozo, “soy religioso”? c. Mirarme como historia de gracia ¿Cómo siento mi trayectoria personal? ¿Me culpabilizo por el pasado negativo? ¿Hay algo en mi pasado no asumido? ¿O asumo con serenidad y paz todo mi pasado pues está en la misericordia de Dios? ¿Desde la fe resalto en mi pasado la historia de gracia que Dios ha ido realizando, a pesar de todo? d. Cómo ayudarnos ¿Qué tendrías que cuidar y qué hacer para vivirte más desde la fe? ¿Qué puedes hacer para ayudar a tus hermanos? ¿Quieres que te ayuden a ti? ¿Qué ayudas pedirías? III. VIVIR LA RELACIÓN CON DIOS DESDE LA FE Afirmamos dos cosas: vivir la relación con Dios y vivirla desde la fe. Lo cual supone que se puede perder y deformar esa relación. 1. Atonía espiritual o pérdida de entusiasmo, de experiencia viva Se puede continuar en la vida religiosa, hacer bien el trabajo, ser educado con los hermanos… Pero no basta. La raíz es la referencia a Dios. La fe y esta referencia se pueden perder o amortiguar por: o Poco cuidado positivo de la referencia a Dios. o Por descuido de los actos directamente orantes, gratuitos, contemplativos. o Atonía espiritual, falta de vibración interior. 2. Deformación de la vida espiritual Es muy importante el tipo de espiritualidad que vivimos, que espiritualidad depende de la imagen de Dios que tengamos y de cómo entendemos la relación con ÉL y, desde Él, con lo demás. Veamos algunas deformaciones, ya que no son unas relación desde la fe: o Espiritualidad desde la ley, o Espiritualidad desde la auto justificación, o Espiritualidad desde el sentir, o Espiritualidad desde la ideología, o Espiritualidad desde la práctica sin corazón nuevo, La espiritualidad desde la fe supone: o Desde Dios (teocentrismo), no desde mi (egocentrismo) o Desde lo que Dios hace primero (teologal). o Desde la gratuidad, no desde las propias obras, o Desde la obediencia de la fe, no desde mis necesidades. 3. Cómo ayudarnos mutuamente a vivir esta relación de fe Por la fidelidad a los actos que, según las constituciones, expresan y favorecen esta relación con Dios. Animarse espiritualmente por medio de la relación personal. En reuniones, conversaciones, etc. remitir siempre a criterios evangélicos. 4. Ejercicios personales a. Atonía espiritual o pérdida de entusiasmo ¿Se da en mí una atonía espiritual? ¿Cuáles serían sus signos? ¿O está viva en mí la referencia a Dios? ¿Vibro con entusiasmo o siento apagado el sentido de Dios? ¿Dios y la vida espiritual son realidades vivas en mi experiencia o se queda todo en el mundo de las ideas? ¿Cuido positivamente la referencia explícita a Dios en toda mi vida o descuido los medios que me podrían llevar a ella? b. Deformación de la vida espiritual ¿Qué tipo de espiritualidad estoy viviendo?: o ¿Vivo principalmente desde la ley, la obligación? o ¿Vivo desde el sentimiento, el gusto, el sentir a Dios? o ¿Vivo desde la autojustificación?... ¿Vivo desde la fe según los rasgos indicados en la charla? c. Como ayudarnos ¿Qué tendrías que hacer para vivir tu relación con Dios cada vez más desde la fe? ¿Qué puedes hacer para ayudar a los demás hermanos? ¿Qué ayudas necesitas? IV. VIVIR LAS RELACIONES FRATERNAS DESDE LA FE La comunidad es lugar de alegrías y sufrimientos, de amor y de egoísmo, de conflictos y de perdón,… ¿Desde qué criterios y referencias vivimos las relaciones en las comunidades religiosas? Bonhoeffer habla de comunidad “psíquica” y comunidad “espiritual”. 1. Definición teológica de la comunidad religiosa Recordemos algunas afirmaciones: o La comunidad religiosa no se construye sobre “la carne y la sangre”. o No se constituye por la elección de amigos ni por la semejanza psicológica, ideológica, etc. o La comunidad religiosa se fundamenta en Jesucristo. El es quien une. o Las relaciones se organizan sobre un amor como el de Cristo. o Es el Espíritu de Jesús quien da la unidad en la diversidad. 2. Vivir desde la fe La otra persona me es dada como hermana. Aceptación de la realidad. Amor de gratuidad y perdón. Amor de oblatividad y servicio. Buscar el bien del otro. Reacción desde el Espíritu. Hemos de aplicar la ley del “proceso”. Lo más influyente es lo que he llamado “segundo momento de reacción”, es decir, la reacción consciente y responsable. Vivir desde la psicología Relación según sintonía psicoafectiva. Aceptación según la imagen. Amor según medida, derechos y deberes. Amor de dominio y posesión. Buscarse a si mismo. Reacción desde la emotividad. Es importante saber que rama guía va orientando el crecimiento. 3. Ayudarse mutuamente Suscitar una mística fraterna: o Valoración positiva y teologal de los hermanos, o Como Cristo y a Cristo. Crear relaciones: o Favorecer el diálogo. o Fomentar posibilidades de encuentro. o Poner paz, concordia, alegría, superando tensiones, bloqueos. La fe actúa por la caridad servicial. 4. Ejercicios personales Aplícate el esquema comparativo… Teniendo en cuenta que amar desde la fe es amar como Cristo, el examen ha de convertirse en oración. ¿Qué puedes hacer para que las relaciones en tu comunidad sean desde el amor evangélico? ¿En qué necesitas ayuda para que tus relaciones sean desde la fe y el amor? V. VIVIR DESDE LA FE LA MISIÓN RECIBIDA 1. Misión Congregacional y misión personal Dios suscita una Congregación en orden a una misión determinada en bien de su Iglesia. La misión propia forma parte esencial de nuestra vocación. Realización personal de la común misión. Nos interrogamos sobre el espíritu con que realizamos la misión o tarea encomendada. 2. Asumir la tarea desde la fe Actuamos, nos agitamos, decaemos, nos entusiasmamos… Pero ¿cómo asumimos internamente la tarea? Podemos protestar, sentirnos relegados, inhibirnos, … o asumir desde la fe. Una vez encomendada una tarea solamente encontramos la paz y el gozo en la medida en que internamente la asumimos y nos entregamos a ella. 3. Espiritualidad de la misión: raíz teologal Antes que la organización, los proyectos, etc, lo que más cuenta es la persona del apóstol. La misión es realidad sobrenatural por su origen: Jesucristo; por su fin: el Reinado de Dios y por sus medios: sacramentos, Palabra, obras de caridad,… Espiritualidad de la misión: o Puede entenderse el apostolado como derivando de la oración y la actividad como un peligro para la vida interior. o Puede verse como derivando de la vida teologal (la vida de Dios en nosotros). o El apostolado es ejercicios de la fe, la esperanza y la caridad. o El apostolado es fuente de fe, esperanza y caridad. Estamos llamados a santificarnos en el mismo ejercicio de la misión. Esta es la doctrina del Vaticano II. Cfr. LG. 12,41; AA. 3,4; AG. 12 etc. 4. Fin que buscamos o “recta intención” Las Constituciones señalan el fin para el que la Congregación ha sido fundada. Cada religioso ha de interiorizar dicho fin de tal manera que se convierta para él en un motivo que lo impulse. La espiritualidad ha hablado de la “recta intensión”. Podemos entenderla desde la psicología de las motivaciones: el fin de la Congregación se convierte en un valor interiorizado que motiva, empuja para la acción. Sólo cuando la Gloria de Dios, su Reino, la Caridad, la Salvación, etc, son algo realmente valioso, querido de corazón mueven y motivan. En nuestra conducta pueden introducirse otros fines-motivos como el éxito, la imagen, el poder, hedonismo, etc. ¿Qué fines están motivando de hecho nuestra tarea? 5. Ejercicios personales a. Aceptar la tarea encomendada Tienes una tarea, un cargo, una misión concreta. ¿Cómo la asumes internamente? ¿Protestas? ¿Te sientes relegado? … ¿La asumes desde la fe entregándote a ella enteramente? ¿Qué efectos produce en ti una actitud u otra? No olvides que por sus frutos las conocerás. b. Espiritualidad de la acción ¿Con qué espíritu realizas tu tarea? ¿Cómo una simple “profesión” o como una forma de realizar la vocación-misión? ¿Caes en el activismo o cuidas la calidad espiritual de lo que haces? ¿Realizas tu tarea con espíritu de fe, esperanza y amor? ¿Tus acciones te ayudan a crecer en estas virtudes teologales? ¿Qué buscas en tu tarea? ¿El éxito, el prestigio social, la imagen, el estar sobre los demás…? ¿Buscas a Dios, su gloria, el bien de los demás, el Reino de Dios…? ¿Haces las cosas con rectitud de intención? ¿Cómo vives a Dios en tu acción? ¿Te desaniman los fracasos, dificultades o confías en Dios…? c. Cómo ayudarnos ¿Cómo vivir mejor tu tarea desde la fe? ¿Cómo ayudar a los hermanos en este punto? ¿Te dejas tú ayudar? ¿Qué ayudas necesitas? + Ángel Garachana Pérez, CMF Obispo de San Pedro Sula