IMPORTANCIA DE LAS NORMAS • Son imprescindibles para la vida en sociedad. Si no fuera por ellas, viviríamos en la ley de la selva. Nosotros conocemos su importancia, pero a los niños se las tenemos que enseñar. • Las normas se pueden enseñar y aprender. Nadie nace sabiendo; los niños no pueden adivinar las normas que rigen una sociedad. Los niños no nacen sabiendo lo que está bien y lo que está mal, ni cuándo deben obedecer, ni cuáles son las normas que deben cumplir. Somos nosotros los que debemos ir enseñándoles poco a poco cuáles son los comportamientos adecuados, y debemos hacerlo: - Adaptándonos a su nivel y posibilidades. - Explicándoles lo que esperamos que hagan. - Dando ejemplo. Para que nuestros hijos vayan aprendiendo las normas que van a facilitar su integración en la sociedad ¿QUÉ PODEMOS HACER LOS PADRES? Enseñarle que cada comportamiento tiene unas consecuencias • Ayuda al niño a comprender las consecuencias de su comportamiento, sea positivo o negativo. • Hazle saber que te alegras cuando sus comportamientos son adecuados. • No le evites las consecuencias negativas de sus comportamientos. Ofrécele un modelo estable • Ofrécele un buen modelo. Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que les decimos: si no quieres que tu hijo grite, no grites tú; si no quieres que insulte, no insultes, si no quieres que mienta, no mientas... Dar importancia a las conductas adecuadas. • Las conductas correctas merecen tantos comentarios como las incorrectas. Pocas normas • Considerad que es un esfuerzo para el niño aceptar muchas normas a la vez. Introducid pocas e id ampliándolas con la edad. Normas claras • Debemos tener unas normas claras y procurar no contradecirnos: si quieres que tu hijo aprenda y cumpla las normas no le exijas unas veces unas cosas y otras veces otras. • Pueden producirse en la vida cotidiana “situaciones excepcionales”; cuando esto suceda, explícales el porqué. ¿QUÉ NO DEBEMOS HACER? Repetir muchas veces las normas • No repitas muchas veces al niño lo que tiene que hacer; las repeticiones hacen que el niño se evada de cumplir la orden. Echarle sermones. • Si quieres que cumpla la norma, debes dársela de forma clara y concisa. • Evita los sermones y moralinas en el momento de cumplir la norma. No sirven de nada y además el niño “desconecta”. Intentar razonar excesivamente. • Hasta los tres o cuatro años no es necesario dar muchas explicaciones; es mejor dar consignas claras (esto sí y esto no), que intentar justificarlas con razonamientos largos que el niño no comprenderían. Utilizar el castigo como sistema. • Aunque el niño debe aprender las consecuencias negativas de no cumplir la norma, no utilices el castigo continuamente. El castigo aplicado de forma continua y como único sistema pierde su efecto y es negativo para el niño. • El niño debe conocer de antemano las consecuencias negativas de sus conductas inadecuadas, de modo que el castigo sea una consecuencia de esas conductas y no del estado anímico de los padres. • El castigo ha de ser siempre inmediato a la conducta inadecuada, debe ser corto y después de cumplido, debemos volver a la normalidad (no conviene insistir en recordar situaciones pasadas: el castigo era para una acción concreta, no para todo el día). Amenazar con castigos que luego no se cumplen. • Las amenazas de castigo que no se cumplen no sirven mas que para que el niño no nos haga ningún caso, ya que sabe que no las vamos a cumplir. • No imponer los castigos cuando estamos nerviosos, para evitar que sean desproporcionados y difíciles de cumplir. Manifestar discrepancias o peleas entre los padres. ES IMPORTANTE... RECORDAR QUE LOS NIÑOS SON NIÑOS Y NO ADULTOS DESOBEDIENTES • Están aprendiendo a obedecer las normas y esto requiere tiempo. • Debemos ser pacientes ante sus enfados y rabietas, manteniendo las órdenes con firmeza, pero no con enfado. No dejar que nos descontrolen. • Cuando un niño no quiere hacer algo que debe hacer, debemos manifestarle que le entendemos, pero no permitirle no hacerlo: Ej.:”Ya sé que te gustaría .... , pero no puede ser por....” • Debemos facilitar el cumplimiento de las normas con estrategias, como: -mantener fuera del alcance del niño lo que no deba tocar -preparar la situación de antemano para evitar problemas (ej., si tenemos que salir de casa con él, no le saquemos un juego apetecible un momento antes; si es casi la hora de acostarse, no juguemos con ellos a juegos que los exciten mucho, ya que entonces les costará mucho volver a calmarse). CÓMO DEBEMOS DAR LAS ÓRDENES 1. Las órdenes deben ser claras. Tienen que ser muy concretas: “Recoge los juguetes” (NO “A ver si dejas este cuarto decente”); “Lávate los dientes” (NO “Ya sabes lo que tienes que hacer antes de irte a la cama”). 2. Deben ser comprensibles para los niños. Tenemos que expresarlas en un lenguaje sencillo y con palabras que ellos entiendan. Incluso puede ser conveniente enseñarle cómo hacerlas de forma práctica. 3. Deben ser cortas. No tenemos que dar excesivas explicaciones del porqué de la norma u orden, ya que ello puede servir para confundir al niño. A la hora de pedirle que haga algo, decírselo sin más; si es necesario, ya le daremos explicaciones en otro momento y con tranquilidad. 4. Deben ser coherentes y no contradictorias. No deben entrar en contradicción unas con otras 5. Deben ser pocas, pero mantenidas. No debemos caer en la excesiva normatividad. Pero es muy importante que se mantengan siempre las mismas y que cuando se introduzca algún cambio, se hable previamente con el niño. 6. Deben darse de una en una. El niño a veces no puede cumplir las normas porque los mayores fallamos a la hora de formularlas: nos ponemos nerviosos y le pedimos que haga varias cosas a la vez. 7. Pueden ir acompañadas de contacto físico. Cuando pedimos al niño que cumpla una norma, podemos invitarle a cumplirla con un contacto físico suave. EOEP 2 Zaragoza. Curso para padres de E. Infantil 2013. Áurea Cadena