PRONUNCIAMIENTO FRENTE A LA CORRUPCIÓN El Presidente del Poder Judicial pone en conocimiento de la comunidad en general que la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República, en sesión de fecha 14 de mayo del 2015, acordó realizar el siguiente pronunciamiento frente a los presuntos actos de corrupción en los que se encontrarían involucrados Jueces y ex Jueces del Poder Judicial, y que han generado la preocupación ciudadana en las últimas semanas. 1. El Poder Judicial, como Poder del Estado, tiene como potestad exclusiva impartir justicia a nombre de la nación. En tal virtud, por imperativo constitucional, le asiste el deber de garantizar a todo ciudadano el derecho a ser juzgado por un juez independiente, objetivo e imparcial con respeto al principio constitucional de presunción de inocencia, en el marco del derecho fundamental al debido proceso. 2. En cumplimiento de ese deber, la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República, sin perjuicio de reconocer que el derecho a la crítica es esencial para la construcción y conservación de un Estado constitucional, destaca que es un principio básico de la democracia el respeto de la institucionalidad judicial, cuyo correlato son su autonomía y la independencia de sus Jueces. Siendo así, rechaza cualquier generalización infundada que cuestione la actuación institucional del Poder Judicial y la honorabilidad de los Jueces de la República, en base a investigaciones en curso contra algunos Magistrados. 3. La corrupción a la que puedan haber cedido algún o algunos Jueces del país, individual o grupalmente, y cualquiera sea la modalidad bajo la cual ello se hubiere producido, no es un demérito que afecta a toda la organización judicial, pues no refleja, en modo alguno, el proceder de todos los Jueces. Sin embargo, aquel problema debe ser asumido −y así lo venimos haciendo− en sus verdaderos términos para su real y eficaz enfrentamiento y erradicación. 4. El Poder Judicial tiene la convicción de que los responsables de un acto de corrupción deben ser sancionados con toda la fuerza de la ley. No obstante, el órgano contralor a cargo de cada proceso disciplinario debe garantizar en todo momento, y con pleno equilibrio, tanto el respeto de los derechos fundamentales de quienes son investigados, como las justas expectativas del sistema jurídico y de la sociedad ofendida por la comisión de aquellos actos. 5. La actual gestión, comprometida en la lucha contra la corrupción, reafirma no solo su compromiso de brindar un servicio de justicia transparente, confiable, oportuno y eficiente, sino también su obligación institucional de impulsar enérgicamente las acciones tendientes a erradicar ese flagelo. En tal sentido, resulta importante destacar las medidas que el Poder Judicial viene tomando al respecto, entre ellas: a. La suspensión efectiva de distintos Jueces que comprobadamente han incurrido en actos de corrupción, solicitando su destitución al Consejo Nacional de la Magistratura. b. La reducción de la provisionalidad, para lo cual se ha requerido al Consejo Nacional de la Magistratura, sólo en este año, la cobertura de 492 plazas vacantes de Jueces en los diversos niveles de la estructura del Poder Judicial. c. El fortalecimiento de la OCMA y las ODECMAS mediante: (i) la dotación de mayores recursos materiales y logísticos, con miras a que la función contralora adquiera mayor celeridad y eficacia, a la vez de promover su actuación preventiva, mediante la realización de un mayor número de visitas inopinadas con los correctivos consiguientes; y; (ii) La modificación de sus reglamentos disciplinarios, y de organización y funciones, con el fin de darle mayor eficacia a la función contralora y racionalización y redistribución de competencia y carga procesal. 6. Finalmente, la Sala Plena y la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia de la República se reafirman en su compromiso de tutelar los derechos fundamentales de los ciudadanos y el orden jurídico democrático, ofreciendo una justicia eficiente, honesta y oportuna; y envían un mensaje de confianza a la ciudadanía señalando con firmeza que el Poder Judicial se encuentra siempre vigilante de la actuación de sus Jueces y personal jurisdiccional, garantizando de esta manera su desempeño funcional independiente e imparcial, conscientes de que esa es la única manera de contribuir con la vigencia y el fortalecimiento del Estado de derecho en el Perú. Lima, junio de 2015