El señor del cero / Isabel Molina.—Alfaguara El asesinato del profesor de matemáticas / Sierra i Fabra.—Anaya Malditas matemáticas / Carlo Frabetti.—Alfaguara Matemáticas desde la prensa / José Chamoso y otros.—Nivola Planilandia / Edwin A. Abbott.—El Barquero El señor del cero / Isabel Molina.—Alfaguara Corre el siglo X y, en la Península, el Califato de Córdoba irradia un gran esplendor cultural. En este escenario, José, un joven mozárabe que posee una sorprendente capacidad para el cálculo, se ve obligado a abandonar su tierra. Inicio El asesinato del profesor de matemáticas / Sierra i Fabra.—Anaya Un profesor propone a sus alumnos un juego como examen para aprobar las matemáticas. El viernes por la tarde, el profesor muere, pero, antes de fallecer, comenta a sus alumnos que el sobre que hay en su bolsillo les indicará cómo buscar a su asesino. No deben fallarle… Inicio Malditas matemáticas / Carlo Frabetti.—Alfaguara Alicia detesta las matemáticas y piensa que no sirven para nada… hasta que un día un extraño personaje, que resulta ser Lewis Carroll, el autor de Alicia en el País de las Maravillas, la lleva a conocer el País de los Números. Inicio Matemáticas desde la prensa / José Chamoso y otros.—Nivola Jose: Será porque la lectura de una página de periódico es habitual hacerla de arriba abajo. Esto permite que se vea la parte inferior, de forma inconsciente, durante la mayor parte del tiempo. Además, en ocasiones, por una noticia que ha llamado la atención o por otra razón, una página se empieza a leer por la mitad y quizás no se vuelve a mirar hacia arriba. Inicio Planilandia / Edwin A. Abbott.—El Barquero ¿Cómo sería la existencia en un mundo de dos dimensiones? ¿Y de una sola? ¿Y de ninguna dimensión? Y, por encima de las tres dimensiones, ¿existen espacios de 4, 5, 10 o más dimensiones? Y, si existen, ¿se puede conectar con ellos? En Planilandia, la fantasía matemática se entrecruza con otro género: el de la sátira social. La condición plana del mundo de Planilandia, y la consiguiente imposibilidad, para las figuras planas que lo habitan, de mirar hacia arriba o hacia abajo, funcionan como una eficaz metáfora para la representación satírica de la estrechez de miras de una sociedad regida por una elite satisfecha de sí misma, cuyo prestigio se basa en la desigualdad institucionalizada Inicio