Iglesia de San Vicente Mártir de Braojos de la Sierra La actual iglesia data de principios del siglo XVII, aunque conserva de la anterior, la majestuosa torre, algunas imágenes, así como una robusta pila bautismal. No se sabe a ciencia cierta el motivo de la nueva edificación, pudiendo ser por el mal estado en el que se encontraba la anterior, que eso sí está confirmado, o por ser de tamaño insuficiente para la población de entonces. Posiblemente por ambos motivos. Braojos fue durante siglos, una localidad importante en cuanto a la cabaña merina trashumante se refiere. Los diezmos generados por dicho comercio lanar favorecieron la construcción de dicha iglesia pues determinados grandes propietarios, con sus donativos apoyaron dicha edificación. La parte más antigua, de finales del XV principios del XVI, es la torre, donde además está ubicada en la parte baja, la capilla bautismal con bóveda de crucería gótica. Debido a su aspecto general y dado que en la segunda planta, cubierta con bóveda de cañón apuntado, hay una chimenea, se piensa que fuera originalmente una atalaya tardo-medieval. El resto del inmueble tiene añadidos barrocos y planta de cruz latina con cúpula sobre el crucero. La nave central tuvo una cubierta mudéjar en artesa, de la que restan algunos tirantes, así como sus zapatas de apoyo. Unos de los valores añadidos que guarda en su interior es que la variedad de retablos nos muestran perfectamente la evolución del retablo barroco castellano, “desde los presupuestos de severo clasicismo de herencia herreriana del de San Miguel, al pleno barroquismo churrigueresco del mayor, o a los detalles casi rococó que se advierte en los menores1”. Mención especial merece el soberbio retablo, ya mencionado de San Miguel, en el lado de la Epístola o capilla de los Vargas. Fue realizado por el escultor más prestigioso de toda Castilla de comienzos del XVII, Gregorio Fernández, y por el pintor más representativo en los medios eclesiásticos, Vicente Carducho. El retablo está concebido en honor de la Virgen, como Asunción. La escena, en relieve, de la imposición de la casulla a San Ildefonso, se ha introducido en función del fervor marianista del mismo. Está fechado en su parte superior en el año 1633. Pero lo más curioso de este retablo es que permaneció “oculto” para los historiadores de arte o entendidos, hasta que en 1967 Pedro Navascues lo dio a conocer una vez 1 Madrid Restaura en Comunidad. Centro Regional para la Conservación y Restauración del Patrimonio Histórico. Consejería de Cultura, Comunidad de Madrid. localizado2. Se sabía que Gregorio Fernández había realizado este encargo entre los años 1628 y 1633, ya en su etapa final, pero García Chico en su obra Documentos para el estudio del Arte en Castilla3 transcribió Braojos con h intercalada, como si se tratara del Brahojos de la provincia de Valladolid y por ello se desconocía si el artista había llegado a finalizar dicho encargo. En cuanto a la construcción de la actual iglesia, sabemos que se puso la primera piedra el 20 de Abril del año 1616 y se acabó el 24 de Julio de 1621, por lo que este año conmemoramos los cuatro siglos del comienzo de dichas obras. Fueron utilizados materiales de diversos pueblos cercanos: la piedra labrada de las canteras de Lozoyuela, la cal de Pinilla, el yeso de Torrelaguna, Venturada y Redueña, la madera de pino de Rascafría y de Montejo. La ripia para cubrir la iglesia se fabricó en la propia dehesa de Braojos4. La construcción es de mampostería con sillares en cremallera en las esquinas. La obra estuvo a cargo del maestro de cantería Juan de la Verde y se tasó su costo total en 21.000 reales. Dicha obra pudo realizarse en parte, por las aportaciones realizadas por los hermanos Miguel y Alonso de Vargas, quienes fundaron una capellanía y se comprometieron a edificar una capilla a su costa porque había sido la última voluntad de su padre, donde se enterrarían ellos y sus descendientes, pagando por ello la cantidad de 60.000 maravedíes y comprometiéndose y cumpliendo posteriormente a entregar otros 100 ducados para la futura construcción de la nueva iglesia. Pero la mayor parte de los gastos de la costosa obra se realizó con los diezmos de varios años, cedidas por el obispado de Toledo y que no serían devueltos en su totalidad hasta casi cincuenta años después, según reflejan los diarios de Visitas Eclesiásticas a nuestro municipio5. Alonso de Vargas fue quien contrató para la capilla familiar el famoso retablo de Gregorio Fernández ya mencionado. Alrededor de 1630 se compró un órgano para la iglesia que costó setenta mil maravedíes. Esta iglesia ha sufrido muchas vicisitudes a lo largo de su historia, como en el verano de 1808 cuando las tropas francesas en su retirada de la capital tras la derrota en Bailén, pasaron con José Bonaparte por esta comarca realizando saqueos y ultrajes. En Braojos profanaron los templos (iglesia y ermita) robando sus vasos sagrados, arrojando las santas formas, y llevándose todas las vestiduras y ornamentos. Por ello, en 1820 hubo que comprar para la Virgen, una nueva corona de plata y unos cetros, 2 "Un Retablo Inédito de Gregorio Fernández" por Pedro Navascues Palacio. Archivo Español de Arte, 1967. Pg.239. 3 Esteban García Chico. Documentos para el estudio del Arte en Castilla, Tomo II, Escultores, Valladolid, 1941, Pg. 201. 4 Libro 1º de Fábrica. Archivo de la iglesia de Braojos. 5 Los visitadores debían supervisar todos los aspectos de la vida eclesiástica y levantar acta de todo ello. todo por valor de 1.520 reales, porque se lo habían llevado los franceses fruto de la rapiña. Sobre las continuas obras de restauración que ha sufrido a lo largo de su historia mencionar que ya en 1863 el cardenal arzobispo de Toledo 6 tuvo que nombrar arquitecto para la peritación de las obras necesarias para su restauración 7. Dicho arquitecto, Felipe Lombardo, describe ese mismo año que el referido edificio se compone de dos naves para el templo, y de otra tercera destinada a pórtico, tiene la principal 33 metros de longitud, por 8 metros 70 centímetros de latitud y 8 de altura hasta el atirantado. Su material construcción se halla formada con muros de fábrica de mampostería en toda su altura, coronados estos con una solera de madera a los haces interiores, sobre la que apoyan los tirantes del marco de piecuarto, distribuidos a la distancia de dos metros; y sobre estos la carrera donde estriban los pares de la armadura siendo esta labrada de fino al descubierto, igualmente que las puertas y entablados superiores, y el todo cubierto de teja. Y continúa con los desperfectos: de las humedades ocasionadas de las goteras que han existido, resulta que a cuatro dichos espresados tirantes de piecuarto se les ha podrido las cabezas o extremos donde apoyan los estribos; y de consiguiente el esfuerzo de la armadura ha vencido los muros en su parte superior, hasta la altura en que se halla contrarestada por la nave lateral, que es la de un metro cincuenta centímetros. Predice un hundimiento total de la obra de no realizarse reparaciones urgentes. Las demás obras necesarias en el edificio consistieron en la reparación de los tejados que se hallaban con falta de mucha teja, en el solado y blanqueo del interior del templo, y en la colocación de una puerta de entrada para su seguridad, reutilizando el herraje antiguo. El presupuesto ascendía a 22.422 reales. Un siglo después, en febrero de 1975 el cura del pueblo, don Víctor Cemillán Ruíz envía una carta8 al Director General de Arquitectura de Madrid, comunicándole el mal estado del templo en particular de las cubiertas, para suplicar ayuda económica para su reparación. Aunque el presupuesto para dicha reparación ascendía a 200.000 pesetas, se recibe un año después justo la mitad. De nuevo en 1980 se vuelve a presentar otro presupuesto con el mismo valor del anterior, recibiendo de nuevo la mitad del mismo. No son las únicas inversiones realizadas, pues en 1952 se había invertido otras 60.000 pesetas y en 1954 otras 110.000. Algunas de estas reparaciones no debieron ser muy afortunadas a juzgar por las palabras de los responsables de las nuevas y definitivas restauraciones realizadas a finales de los años noventa: No sólo por la inadecuada sustitución de la estructura de su cubierta original, una artesa mudéjar de madera, por unas cerchas de perfil metálico y la colocación sobre ellas de un forjado de viguetas, sino por la sustitución de su 6 Prácticamente la totalidad de la actual Comunidad de Madrid perteneció a la archidiócesis toledana hasta el siglo XIX. 7 Archivo Diocesano de Toledo. Expediente de reparación de la Iglesia. 1863-1864. 8 Archivo General de la Administración. Sección Obras Públicas. Junta Nacional de Reconstrucción de Templos Parroquiales. cobertura de teja tradicional por otra de cemento9. La inversión realizada esta vez fue de 18 millones de pesetas y se encomendó a Ignacio Gárate. Otros de los elementos artísticos más destacados de la iglesia son las lápidas sepulcrales labradas en piedra y profusamente decoradas con temas heráldicos y otras inscripciones, que pueden observarse hacia la cabecera de la iglesia y capilla lateral, siendo algunas posiblemente anteriores a la fábrica actual de la iglesia. En 1668, en la capilla mayor sólo hay tres estados y el primero (el inmediato al altar mayor) reservado únicamente para los curas que fueren de este lugar de Braojos, valía su rompimiento cinco mil dieciocho maravedíes. Señalar el completo y excelente archivo parroquial que se conserva en dicha iglesia, más valor tiene cuando tantas vicisitudes ha sufrido esta localidad, llegando a estar prácticamente en el mismo frente de batalla durante la última Guerra Civil de 19361939. Se conservan ocho Libros de Bautismo desde 1529, cinco Libros de Matrimonios desde 1601, siete Libros de Defunciones desde 1592 y cuatro Libros de Fábrica de dicha iglesia desde 1593 hasta nuestros días, faltando de estos últimos uno que se perdió en la guerra mencionada, que correspondería a los años entre 1850 y 1939; así como otros muchos libros de Fábrica de la Ermita, Fábrica del Hospital, de diversas cofradías (Sacramental, Vera Cruz, Rosario, Ánimas, etc.), memorias y fundaciones, bulas papales, etc. Todo un tesoro bibliográfico. No podemos finalizar esta reseña sin mencionar la imagen románica de la Virgen del Buen Suceso, antes llamada de la Serna, del siglo XII o XIII. La devoción hacia ella, no sólo del pueblo si no de toda la comarca ha sido tradicionalmente extraordinaria. En 1622 ya se llevó a Madrid para su restauración, y de nuevo en 1955 siendo cura don José María Palacios Pereira, a la que se dio cierto realce con la peana que se añadió. Puede que dichos trabajos en la imagen, hayan hecho que pierda el valor artístico original pero su valor histórico y sentimental permanece. Como dejó escrito Matías Fernández, un enamorado y estudioso de esta tierra: respira antigüedad, inspira sencillez y confianza, se deja querer, anima a mirarla, a ponerse de rodillas y pedirla algo. Alberto García Siguero. [email protected] 9 Arquitecturas Restauradas. Consejería de Educación y Cultura. Comunidad de Madrid, 1995.